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RITO DE LA CONFIRMACIÓN DENTRO

DE LA MISA

MONICIÓN DE ENTRADA
Hermanos: Nos hemos reunido para celebrar la
Confirmación de algunos miembros de nuestra comunidad de
bautizados. La confirmación es uno de los tres sacramentos de la
iniciación cristiana. El obispo, como representante principal de
Jesucristo en la diócesis, preside esta asamblea, en la cual el
Espíritu Santo, que ya habita en el corazón de los bautizados, se
les infundirá con mayor plenitud, a fin de hacerles madurar y
crecer como cristianos. Renovemos nuestra fe en la presencia
del Espíritu del Señor en medio de su asamblea, y
dispongámonos a recibir, tanto los que se han de confirmar como
los que ya lo estamos, una nueva efusión de sus dones.
(Nos ponemos de pie y cantamos)

RITOS INICIALES

Acto penitencial
Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA
Cumple, Señor, en nosotros tu promesa:
derrama tu Espíritu Santo,
para que nos haga ante el mundo
testigos valientes del Evangelio de Jesucristo.
Que vive y reina contigo.
T. Amén.

1
Primera Lectura

Salmo Responsorial

Segunda lectura (si


corresponde)

Evangelio
2
PRESENTACIÓN DE LOS CONFIRMANDOS
Después del Evangelio el Obispo se sienta en su respectiva sede. Entonces
un presbítero o diácono, o bien el catequista que preparó a los confirmandos,
presenta al Obispo a los que han de ser confirmados, quienes se ponen de pie en
su lugar.
El presbítero o el catequista responsable dice estas palabras:

Estos jóvenes fueron bautizadas con la promesa de que serían


«educados en la fe», y de que «un día recibirían por la Confirmación
la plenitud del Espíritu Santo». Ese fue el compromiso de sus padres y
padrinos en el Bautismo. Como responsable de la acción catequística,
tengo la satisfacción de decir a la comunidad reunida y a su padre y
pastor, nuestro Obispo, que estos jóvenes han recibido la catequesis
adecuada a su edad.

HOMILÍA O EXHORTACIÓN
Luego el Obispo hace una breve homilía, explicando las lecturas
proclamadas a fin de preparar a los confirmandos, a sus padres y padrinos y a
toda la asamblea de los fieles a una inteligencia más profunda del significado del
sacramento de la Confirmación.

FÓRMULA CONCLUSIVA DE LA HOMILÍA


El obispo, concluye la homilía siempre con éstas o parecidas palabras, que
destacan la relación del Bautismo con la Confirmación:

Y ahora, antes de recibir el don del Espíritu Santo, conviene que


renueven ante mí, pastor de la Iglesia, y ante los fieles aquí reunidos,
testigos de su compromiso, la fe que sus padres y padrinos, en unión
de toda la Iglesia, profesaron el día de su bautismo.

3
RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS DEL BAUTISMO
El obispo pregunta a los confirmandos, los cuales, poniéndose de pie,
responden todos a la vez:
Obispo:
¿Renuncian a Satanás y a todas sus obras y seducciones?
Confirmandos:
Sí, renuncio.
Obispo:
¿Creen en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la
tierra?
Confirmandos:
Sí, creo.
Obispo:
¿Creen en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació
de Santa María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre
los muertos, y está sentado a la derecha del Padre?
Confirmandos:
Si, creo.
Obispo:
¿Creen en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que hoy les
será comunicado de un modo singular por el sacramento de la
Confirmación, como fue dado a los Apóstoles el día de
Pentecostés?
Confirmandos:
Sí, creo.
Obispo:
¿Creen en la santa Iglesia católica, en la comunión de los
Santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la
carne y en la vida eterna?
Confirmandos:
Sí, creo.

4
A esta profesión asiente el Obispo proclamando la fe de la Iglesia:

Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de


profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Y los fieles, a su vez, asienten también diciendo:

Amén.

IMPOSICIÓN DE MANOS
El Obispo (teniendo a ambos lados a los presbíteros que junto con él
administrarán la Confirmación) de pie, con las manos juntas y de cara al pueblo, dice:

Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso y pidámosle que


derrame el Espíritu Santo sobre estos hijos de adopción que renacieron ya a
la vida eterna en el Bautismo, para que los fortalezca con la abundancia de
sus dones, los consagre con su unción espiritual y haga de ellos imagen
perfecta de Jesucristo.

Todos oran en silencio unos instantes.

Después el Obispo (y los presbíteros que junto con él administrarán la


Confirmación) impone(n) las manos sobre todos los confirmandos.

Mientras tanto el Obispo dice:

Dios todopoderoso,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que regeneraste, por el agua y el Espíritu Santo,
a estos siervos tuyos
y los libraste del pecado,
escucha nuestra oración y envía sobre ellos
el Espíritu Santo Defensor;
llénalos de espíritu de sabiduría y de inteligencia,
de espíritu de consejo y de fortaleza,
de espíritu de ciencia y de piedad,
y cólmalos del espíritu de tu santo temor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

5
CRISMACIÓN
Seguidamente el diácono presenta el santo crisma al Obispo. Se acercan al
Obispo los confirmandos.
El que presenta al confirmando coloca su mano derecha sobre el hombro
de éste y dice al Obispo el nombre del presentado, a no ser que el mismo
confirmando sea quien diga su propio nombre.
El Obispo moja el dedo pulgar de su mano derecha en el santo Crisma y
hace con él la señal de la cruz sobre la frente del confirmando diciendo:

N., recibe por esta señal el Don del Espíritu Santo.

Y el confirmado responde:
Amén.

El Obispo añade:
La paz sea contigo.

El confirmado responde:
Y con tu espíritu.

6
ORACIÓN DE LOS FIELES
Si no la realizan los confirmados

Terminada la unción de todos los confirmados, se hace la Oración de los fieles.


La hace el Diácono.

Obispo:
Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso y, ya que es una
misma la fe, la esperanza y el amor que el Espíritu Santo ha infundido
en todos nosotros, que nuestra oración sea también unánime ante la
presencia de nuestro Padre común.
Por la santa Iglesia de Dios, para que, congregada por el
Espíritu Santo en la confesión de una misma fe, crezca en el
amor y se dilate por el mundo entero hasta el día de la venida
de Cristo, bajo la guía de nuestro padre el Papa, de nuestro
Obispo Javier y de todos los demás Obispos.
Roguemos al Señor.
Por los hombres de todos los pueblos y de todas las
razas, hijos de un único Padre y Creador, para que se
reconozcan mutuamente hermanos y trabajen por la llegada
del reino de Dios, que es paz y gozo en el Espíritu Santo.
Roguemos al Señor.
Por los confirmados, para que el sacramento recibido
sea en ellos fuente de santidad.
Roguemos al Señor.
Por los padres, padrinos y catequistas, de estos jóvenes,
para que sean ejemplo, consejo y aliento de su vida cristiana.
Roguemos al Señor.
Por todos los que estamos en esta Eucaristía; para que
sintamos la necesidad de acercarnos a la fuente de toda vida
y nos alimentemos con la Palabra, el Cuerpo y la Sangre de
Cristo.
Roguemos al Señor.

7
ORACIÓN DE LOS FIELES
Si la realizan los confirmados

Terminada la unción de todos los confirmados, se hace la Oración de los fieles.


La hace el Diácono.

Obispo:
Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso y, ya que es una
misma la fe, la esperanza y el amor que el Espíritu Santo ha infundido
en todos nosotros, que nuestra oración sea también unánime ante la
presencia de nuestro Padre común.
Por la santa Iglesia de Dios, para que, congregada por el
Espíritu Santo en la confesión de una misma fe, crezca en el
amor y se dilate por el mundo entero hasta el día de la venida
de Cristo, bajo la guía de nuestro padre el Papa, de nuestro
Obispo Javier y de todos los demás Obispos.
Roguemos al Señor.
Por los hombres de todos los pueblos y de todas las
razas, hijos de un único Padre y Creador, para que se
reconozcan mutuamente hermanos y trabajen por la llegada
del reino de Dios, que es paz y gozo en el Espíritu Santo.
Roguemos al Señor.
Por nosotros confirmados hoy, para que el sacramento
recibido se fuente de santidad.
Roguemos al Señor.
Por nuestros padres, padrinos y catequistas, para que
sean ejemplo, consejo y aliento en nuestra vida cristiana.
Roguemos al Señor.
Por todos los que estamos en esta Eucaristía; para que
sintamos la necesidad de acercarnos a la fuente de toda vida
y nos alimentemos con la Palabra, el Cuerpo y la Sangre de
Cristo.
Roguemos al Señor.

8
Obispo:
Señor, Dios nuestro, que diste a los Apóstoles el Espíritu Santo,
y quisiste que por ellos y sus sucesores fuera transmitido a todos los
fieles, atiende nuestras súplicas y concédenos que lo que tu amor
realizó en los comienzos de la Iglesia se realice hoy en el corazón de
los creyentes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

LITURGIA EUCARÍSTICA

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, las ofrendas de estos hijos tuyos,


configurados hoy más perfectamente con Cristo,
que con su muerte nos mereció el don del Espíritu,
y concédeles que la participación en la Eucaristía,
memorial de la Pascua del Señor,
los impulse a dar testimonio de Jesucristo tu Hijo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.

9
PREFACIO DE LA CONFIRMACIÓN

V. El Señor esté con ustedes.


R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo darte gracias,
es bueno cantar tu gloria,
Padre santo,
fuente y origen de todo bien.
Tú, en el Bautismo, das nueva vida a los creyentes
y los haces partícipes
del misterio pascual de tu Hijo.
Tú los confirmas con el sello de tu Espíritu,
mediante la imposición de manos
y la unción real del crisma.
Así, renovados a imagen de Cristo,
el ungido por el Espíritu Santo
y enviado para anunciar la buena nueva de la salvación,
los haces tus comensales en el banquete eucarístico
y testigos de la fe
en la Iglesia y en el mundo.
Por eso, nosotros,
reunidos en esta asamblea festiva
para celebrar los prodigios de un renovado Pentecostés,
y unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos el himno de tu gloria.
Santo, Santo, Santo

10
Santo eres en verdad, Señor,
fuente de toda santidad;
por eso te pedimos que santifiques estos dones
con la efusión de tu Espíritu,
de manera que sean para nosotros
Cuerpo y ✠ Sangre
de Jesucristo, nuestro Señor.

El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión,


voluntariamente aceptada,
tomó pan,
dándote gracias,
lo partió
y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Tomad y comed todos de él,


porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, acabada la cena,


tomó el cáliz,
y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:

Tomad y bebed todos de él,


porque este es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por muchos
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección,
¡Ven Señor Jesús!

11
Así, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la muerte y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos
el pan de vida y el cáliz de salvación,
y te damos gracias
porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y Sangre de Cristo.

Acuérdate, Señor,
de tu Iglesia extendida por toda la tierra;
y con el Papa Francisco,
conmigo, indigno siervo tuyo,
y todos los pastores que cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.

Acuérdate también de tus hijos


que, regenerados en el bautismo,
hoy has confirmado, marcándolos con el sello del Espíritu Santo;
custodia en ellos el don de tu amor.

Acuérdate también de nuestros hermanos


que durmieron en la esperanza
de la resurrección,
y de todos los que han muerto en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
san José su esposo, los apóstoles
y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos,
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.

12
Por Cristo, con Él y en Él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
R. Amén.

RITO DE LA COMUNIÓN

O. Llenos de alegría por ser hijos de Dios,


digamos confiadamente
la oración que Cristo nos enseñó:
Padre Nuestro
O. Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestro días,
para que, ayudados por tu misericordia
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro salvador Jesucristo.
T. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
O. Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:
«La paz os dejo, mi paz os doy»,
no tengas en cuenta nuestros pecados
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra
concédele la paz y la unidad
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
T. Amén.
O. La paz del Señor esté siempre con ustedes.
T. Y con tu espíritu.
O. Dense fraternalmente la paz.

13
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Señor, que continúes favoreciendo


a estos hijos tuyos
a quienes has ungido con el don del Espíritu Santo
y has alimentado con el sacramento de tu Hijo;
haz que, superando las dificultades de la vida,
alegren con su santidad a la Iglesia
y, por medio de sus obras y de su amor,
la hagan crecer en el mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

14
BENDICIÓN
Al final de la misa, en lugar de la bendición habitual, se bendice al pueblo
con la siguiente fórmula.

Dios Padre todopoderoso,


que los adoptó como hijos,
haciéndolos renacer del agua y del Espíritu Santo,
los bendiga y los haga siempre dignos de su amor.
R. Amén.

El Hijo unigénito de Dios,


que prometió que el Espíritu de verdad
estaría siempre en la Iglesia,
los bendiga y los fortalezca en la confesión
de la fe verdadera.
R. Amén.

El Espíritu Santo,
que encendió en el corazón de los discípulos
el fuego del amor,
los bendiga y, congregándolos en la unidad,
los conduzca a los gozos del reino eterno.
R. Amén.

Y, a continuación, añade:

Y la bendición de Dios todopoderoso,


Padre ✠, Hijo ✠, y Espíritu Santo ✠,
descienda sobre ustedes.
R. Amén.

El diácono, si hay, sino el Presidente, despide al pueblo diciendo:

Pueden ir en paz.

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