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MEMORIA

La memoria se ha ido desarrollando a lo largo de la historia de la especie para responder


a las necesidades de adaptación al medio y de la selección natural. La identificación del
individuo peligroso, el recuerdo del lugar que constituye un refugio seguro donde
resguardarse de las inclemencias, el recuerdo del lugar donde se encuentran los
alimentos, ha debido ser fundamentales para la supervivencia del individuo y para la
adaptación de las especies.
La memoria a inicios de la vida es de carácter sensitivo, guarda sensaciones o
emociones. Luego aparece la memoria de las conductas en donde se ensayan
movimientos los cuales se repiten y de a poco se van grabando. De tal manera la
información se va reteniendo y aprendiendo experiencias que permiten que progrese y
se adapte al entorno. Finalmente, la memoria del conocimiento se va a desarrollar o
también conocida como la capacidad de introducir datos, almacenarlos y evocarlos
cuando sea oportuno.
La memoria es el proceso psicológico encargado de almacenar, codificar y recuperar
acontecimientos, conceptos o procedimientos para poder adaptarnos a las distintas
demandas de la vida diaria, es decir es la facultad de la mente por la cual los actos
mentales y estados de conciencia se retienen, evocan y reconocen.
La memoria nos permite distinguir aquello que sabemos, quiénes son las personas que
nos rodean, cómo debemos actuar o llevar a cabo ciertas tareas, nos permite ubicarnos
en el tiempo y espacio, entre otros. Por tanto, resulta de vital importancia, ya que sin
memoria los seres humanos no sabríamos cómo actuar ante los diversos escenarios que
se nos presentan a diario.
La memoria, al igual que otros procesos psicológicos y nuestro propio organismo, sufre
desgaste con el paso de los años, con lo que ciertas pérdidas son inevitables; evitar que
sean lo suficientemente graves como para impedir la vida cotidiana del sujeto es el
objetivo primordial de terapias y ejercicios diseñados para tal fin.
MEMORIA SELECTIVA
En esto consiste la memoria selectiva, en hacer que el contenido de nuestros propios
recuerdos esté ligado a aquellos valores, necesidades y motivaciones propias que
definen nuestra manera de percibir las cosas, haciendo que algunos recuerdos pasen el
filtro hacia la memoria a largo plazo y otras no lo hagan.
La memoria selectiva no es considerada por la ciencia como un tipo de memoria como
tal, sino más bien como aquel proceso que nos permite diferenciar entre aquella
información que encontramos importante y deseamos recordar y aquella que decidimos
eludir. Es por ello que se suele decir que la memoria selectiva nos permite recordar
solo aquello que queremos recordar.
La atención selectiva, por su parte, se refiere a dirigir y focalizar los recursos
atencionales de un individuo hacia la información perceptiva que le rodea. Esta
focalización de la atención es muy necesaria para el individuo, pues no podemos
gestionar a la vez toda la información perceptiva que hay en un momento determinado.
Por ello, nos facilita el procesamiento de cierta estimulación a la vez que inhibe el
procesamiento de otra.
Para la realización de esta selección de información, se hace uso de la orientación
abierta (donde movemos los ojos para enfocar aquel estímulo que nos interesa) y la
encubierta (no hay necesidad de mover los ojos, por lo que el procesamiento es más
rápido).
PROCESOS BÁSICOS DE LA MEMORIA
La memoria tiene tres funciones básicas: recoge nueva información, organiza la
información para que tenga un significado y la recupera cuando necesita recordar algo.
El recuerdo de rostros, datos, hechos o conocimientos consta de tres etapas:
Codificar: es el proceso en donde se prepara la información para que se pueda guardar.
La información puede codificarse como una imagen, sonidos, experiencias,
acontecimientos o ideas significativas. Las circunstancias que rodean este momento
resultan fundamentales para el éxito o fracaso de la memoria. Es importante en este
proceso inicial, la atención, la concentración y el estado emocional del sujeto.
Una vez la información accede por nuestros sentidos perceptivos se transforma, gracias
a la codificación, en una representación en forma de códigos que se aloja en la memoria
de corto plazo (uno de los tipos de memoria que existen).
Es importante aclarar que no todo lo que es captado por los sentidos, es almacenado en
la memoria. El proceso de codificación puede tomar dos caminos, el procesamiento
automático y el procesamiento esforzado.
Almacenamiento: esta etapa se caracteriza por el ordenamiento, categorización o
simple titulación de la información mientras se desarrolla el proceso en curso (proceso
perfuncional).
Consiste en retener los datos en la memoria para utilizarlos posteriormente. Esto
requiere tanto como de una metodología u organización de la información, se realiza
mediante esquemas, unidades estructuradas de conocimiento que reúnen conceptos,
El almacenamiento de memoria se logra a través del proceso de codificación, a través de
la memoria ya sea a corto o largo plazo. Durante el proceso de codificación de memoria,
la información se filtra y modifica para su almacenamiento en memoria a corto plazo.

Recuperación: Es la forma en que las personas acceden a la información almacenada


en su memoria, si ésta ha sido bien almacenada y clasificada será más fácil localizarla y
utilizarla en el momento en que se solicita. Puede ser espontánea, cuando los recuerdos
surgen de forma casual, o voluntaria.
Se trata de la recuperación o acceso a la información almacenada previamente. Esta
recuperación puede realizarse a través del reconocimiento (identificar si un elemento es
nuevo o se conocía previamente), rememoración o recuerdo libre, y reaprendizaje
(aprender elementos que ya han sido presentados en ocasiones anteriores).

Triglia, A. (2016, 12 septiembre). Memoria selectiva: ¿por qué solo recordamos lo que
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