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Cuartilla B
Cuartilla B
La distancia no solo es medida en kilómetros, sino en los pequeños gestos que solíamos
dar por sentado. Extraño esas cenas familiares donde todos nos reuníamos alrededor de
la mesa, compartiendo historias y risas. Extraño las miradas cómplices que solo los
hermanos pueden intercambiar, esos gestos silenciosos que hablaban más que mil
palabras. Extraño la sensación reconfortante de saber que, sin importar lo que sucediera,
ustedes estaban ahí, a mi lado, listos para apoyarme.
No puedo evitar pensar en las celebraciones que hemos perdido, los cumpleaños sin su
presencia, nuestro primer sobrino y sus primero años de vida, las festividades que
parecen incompletas sin sus risas y abrazos. Cada día festivo se convierte en un
recordatorio agridulce de lo mucho que los extraño. Las tradiciones que solíamos seguir
juntos ahora parecen incompletas, como un rompecabezas al que le falta una pieza
crucial.
La distancia física ha traído consigo una mayor apreciación por los momentos que
pasamos juntos. Aprendí a no dar por sentado la compañía de los seres queridos, a
valorar cada encuentro como un regalo precioso. La distancia también ha fomentado un
crecimiento individual, pero también ha dejado un espacio vacío que solo la presencia
de ustedes puede llenar.
A medida que escribo estas palabras, siento la necesidad de expresar lo agradecida que
estoy por tenerlos como hermanos. La distancia no disminuye el amor que siento por
ustedes, sino que lo hace más profundo. Cada día que pasa lejos de ustedes me hace
apreciar más la magia de tener hermanos, esa conexión única que trasciende el tiempo y
el espacio.
Aunque la distancia pueda ser abrumadora a veces, quiero que sepan que su ausencia no
ha disminuido la importancia que tienen en mi vida. Al contrario, cada día que pasa
lejos de ustedes fortalece mi deseo de reunirnos nuevamente, de crear nuevos recuerdos
que compensen el tiempo perdido.
Hasta que ese día llegue, seguiré anhelando el momento en que podamos abrazarnos
nuevamente, compartir risas y crear nuevos recuerdos juntos. La distancia puede ser un
desafío, pero también es una prueba de la resistencia de nuestro lazo fraternal.
Nuevamente lo digo y es que estamos separados por la geografía, pero unidos por el
amor inquebrantable que solo los hermanos comparten.