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ESQUEMA

JOSÉ MARTÍNEZ RUIZ “AZORÍN”

1. PERSONALIDAD:

- Nace en Monóvar (Alicante) en 1873 en el seno de una familia tradicional, burguesa, que disfrutaba de una
- desahogada situación económica.
- De espíritu independiente y solitario, gustaba de llevar una vida apartada en la finca familiar del
- Collado de la Salina, en Almodóvar donde se entrega con pasión al ejercicio de la lectura, y la escritura

4 GRANDES ETAPAS:

1. AÑOS DE FORMACIÓN Y LUCHA (1873-1900). Formación académica. Se inicia como periodista y escritor. Abarca hasta la
publicación de El alma española (1900):

- Estudia en el colegio que los Padres Escolapios en Yecla, son estos años de enclaustramiento, de los que no
guardará gratos recuerdos.
- En 1888 se traslada a Valencia para cursar la carrera de Derecho. Conecta allí con las últimas corrientes del
pensamiento y el arte (krausismo, anarquismo, etc.), se entrega febrilmente a la lectura de obras literarias y
políticas, y realiza sus primeras incursiones en el mundo del periodismo. El adolescente Martínez Ruiz,
asiduo de las tertulias de los cafés, se siente muy interesado por las nuevas ideas sociales. Surge en él la
actitud rebelde, ácrata, que caracterizará sus años de juventud, al tiempo que se afianza en su espíritu la
voluntad de hacerse escritor. Colabora en distintos periódicos en los que utiliza diversos seudónimos,
donde hace crítica Teatral, aunque se decanta ya, de forma especial, por la crítica político-social.
- En 1896 se traslada a Madrid, año en el que arriban a la capital, también, Ramón del Valle-Inclán y Ramiro
de Maeztu (Baroja estaba ya en la Corte). No tardarán en relacionarse todos, en intimar y en acometer
juntos algunas empresas.
- En Madrid: Crítica Política: artículos vehementes en los que ataca las instituciones, los valores más
arraigados, la política del Gobierno, la literatura en boga...

2. AÑOS DE TRANSICIÓN:

- Publica La voluntad, Antonio Azorín y Las confesiones de un pequeño filósofo. Fruto de este encuentro
consigo mismo es la floración de ese seudónimo definitivo y revelador, que ya le acompañará siempre:
Azorín.
- Comienza a adentrarse en el estudio del pasado histórico y cultural de España (98). Se pierde por archivos
y bibliotecas en una especie de huida de la realidad cotidiana. Conseguido el triunfo, su pragmatismo opta
por el apartamiento, por la soledad y el conformismo.

3. ETAPA DE CONSOLIDACIÓN:

- A partir de 1905 el pensamiento y la literatura de Azorín están ya claramente instalados en un cómodo


conservadurismo de corte tradicional: diputado en cinco ocasiones, subsecretario de Instrucción Pública en
1917 y 1919...
- Ante los ásperos sucesos del momento, el otrora rebelde Martínez Ruiz ha pasado a convertirse en un
"pequeño filósofo", un escritor gubernamental que vive situado en la comodidad y que elogia la política de
sus protectores.

4. ETAPA DE DECLIVE:

- La dictadura de Primo de Rivera enfrió la actividad pública de Azorín, de modo que renuncia a aceptar cargos políticos.
Literariamente se encuentra en una fase de no progresión. Su trabajo se reduce a repeticiones y
modificaciones de su obra anterior. Su interpretación de la Historia de España se orienta por las vías del Imperio, la madre
patria y la mitificación del pasado. Se trata de un enfoque preocupante en un intelectual de su condición.
- El estallido de la guerra civil le sorprende en Madrid, pero consigue un pasaporte diplomático que le
permite exiliarse a París.
- La vuelta de Azorín a Madrid después de los años de la guerra civil se produjo en 1939. Renueva sus
colaboraciones en ABC y colabora con el régimen.

Azorín, en la actualidad, es un escritor bastante olvidado, incluso denostado a veces, salvo en lo referente a los aspectos puramente
estilísticos. Su cambio de actitud a partir de 1904, con la renuncia a los postulados anarquistas y socializantes, y el deslizamiento
hacia un conservadurismo rentable, ha sido estudiado y no explicado suficientemente.

2. RASGOS DE SU NOVELA:

1
- LA ACCIÓN: En sus novelas la intriga, la acción, casi no cuentan. Han sido catalogadas como “ensayos
novelados" pues en ellas se difumina la frontera entre los dos géneros. Lo más característico es que pierde
importancia el argumento, -ya que en realidad éste es un pretexto para hilvanar pensamientos, impresiones
y episodios minúsculos-.La acción, como decimos, es casi nula, se dedica a analizar lugares y personas con
una gran lentitud narrativa, ya que, lo esencial es el ambiente, los tipos, el paisaje, descritos con la técnica
del detalle.
- LIRISMO DESCRIPTIVO: impresiones personales, recuerdos, este es él núcleo de sus novelas en las que
apenas pasa nada.

3. TEMAS:

Visión de España:
- Hay primero un violento ataque a la tradición y después, un denodado esfuerzo por comprender y valorar el
pasado nacional a través del pueblo, las viejas ciudades, el paisaje y la vida cotidiana. Azorín entiende que
el presente está íntimamente ligado con el pasado, que hay una continuidad.
- España tiene una tradición, un arte, un paisaje..., el artista y el gobernante han de tender a continuar esos
rasgos propios. El progreso consiste en fortificar los rasgos distintivos de cada pueblo, no en uniformar; el
progreso estriba en la "continuidad nacional", no en un rompimiento brusco y absurdo. Es un intento de
crear una conciencia del "ser español".
- La realidad dura y trágica de la vida del labriego español, del artesano, del pequeño propietario de los
pueblos. Según Azorín ni el gobernante ni la prensa saben cómo viven los españoles. Habla de los grandes
espacios sin cultivar, de los latifundios en manos de unos pocos, del hambre de las familias campesinas y
de su miseria.
- Azorín atribuye todos los males de España al poder de la oligarquía y a la inconsciencia e ineficacia de la
administración del gobierno y de las Cortes
- Una solución para la regeneración de España estaría, según Azorín, en buscar nuestro espiritual a través de
los clásicos. En obras como Castilla, Los pueblos o La ruta de don Quijote es en donde Azorín trata de
buscar, a través de la historia, la esencia de España, sus problemas y males. O mejor dicho en la
"INTRAHISTOIRA".
- EL PAISAJE Y LOS CLÁSICOS.

Preocupación existencial por el paso del tiempo:

- Toda su obra se encuentra impregnada de una nostalgia que ocupa infinidad de páginas: el recuerdo
melancólico de lo que desapareció para siempre: hombres, ciudades, hechos.
- Sin embargo, junto a la idea de caducidad o fugacidad de lo terreno, encontramos en su obra con la misma
insistencia, la idea de la inmutabilidad. Desaparecen los hombres, pero permanece lo humano. Lo
individual es perecedero, pero hay una realidad universal que al ser eterna enlaza el pasado con el presente
y el presente con el futuro.
- Así pues, Azorín lo que hace es buscar esa realidad universal, eterna, no en lo grandioso, sino en los
pequeños hechos de la vida cotidiana que son los que al repetirse a través de los días, de los años y de los
siglos, asegura la continuidad de lo humano. Busca en las cosas, en las escenas, esa sensación de eternidad
a base de lo minucioso, a base de lo secundario, a base del detalle. Lo menudo permanece o se repite, se
continúa en la rutina de las cosas pequeñas.

4. TÉCNICA Y ESTILO:

- El objetivo primordial del artista es percibir lo sustantivo de la vida, pues bien, lo típico de Azorín será
intentar llegar a esa percepción a través del detalle. Pues, el secreto de la vida no está para nuestro escritor
en los grandes hechos, sino en lo cotidiano, en lo que por sernos habitual pasa inadvertido; así, Azorín
dirige su atención hacia lo minúsculo, lo atómico.
- TÉCNICA IMPRESIONISTA: que busca la "sensación" -muy a menudo la sensación "plástica", visual,
incluso a veces auditiva- pero que no se contenta con esa sensación, ya que aspira a darnos con ella "la
íntima realidad espiritual de las cosas”
- Sencillez, la claridad y la precisión. Su intento fue crear un lenguaje llano, en el que las vaguedades
sonoras de los escritores del siglo XIX dejasen paso a una intimidad y exactitud:
- Oraciones coordinadas y yuxtapuestas, evitando en lo posible la subordinación. Las frases son breves,
cortas y se van sucediendo sin complicados enlaces.
- sustantivos, adjetivos y la escasez de verbos indica la relevancia de lo descriptivo en el estilo de Azorín. En
esta prosa eminentemente descriptiva el adjetivo es elemento decisivo. La mayor parte de los adjetivos
utilizados adquieren una función estética, ya que muchos de ellos se encuentran antepuestos al sustantivo
con valor de epíteto. Y en múltiples ocasiones cada sustantivo va acompañado de grupos de dos y tres
adjetivos:
"Un coche enorme, pesado, ruidoso, es; todos los días, a esta hora, surge..." (Una ciudad y un balcón).
"Un vasto y sólido edificio de tres naves: era un gimnasio público y...”' (La catedral).
"No puede ver el mar la solitaria y melancólica Castilla" (El mar).
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