Está en la página 1de 4

La especialidad del poder tributario de las Comunidades Autónomas del País Vasco y de Navarra se

manifiesta en materia de ingresos públicos tributarios y consiste en que las Diputaciones Forales vascas y
la Comunidad Autónoma de Navarra regulan y gestionan las figuras tributarias más significativas, de
acuerdo con unos principios pactados con el Estado en las leyes que aprueban el Concierto Económico
del País Vasco y el Convenio Económico con Navarra.

En cuanto al contenido y regulación del REF garantizado en la Disposición Adicional tercera de la CE, se
dedica la siguiente lección.

Lección 7: LAS ESPECIALIDADES FISCALES CANARIAS Y SU CONFIGURACIÓN


CONSTITUCIONAL
I. Evolución Histórico-legal de la Franquicia desde sus orígenes hasta la actualidad.
Las especialidades fiscales canarias se ponen de manifiesto desde el mismo momento de su incorporación
a la Corona de Castilla en el siglo XV. Las condiciones geográficas y climáticas imponen desde entonces
un régimen diferente en los tributos aplicables en las Islas, régimen que ha de tener en cuenta, de un lado,
su insularidad alejada y fragmentada y, de otro, la escasez de materias primas y bienes naturales de
primera necesidad como el agua.

Esas características permanentes del Archipiélago canario hacen que en nuestros días las especialidades
que representan su régimen económico y fiscal no signifiquen, desde el prisma constitucional, un privilegio
económico o social que resultaría prohibido por la norma fundamental (artículo 138, 2 CE), sino que, por el
contrario, suponen una concreción efectiva del principio de solidaridad entre las nacionalidades y regiones
del Estado español que el artículo 2 de la CE proclama y que el artículo 138, 1 de la CE concreta al
preconizar el establecimiento de un equilibrio económico, adecuado y justo entre las diversas partes del
territorio español, atendiendo en particular a las circunstancias del hecho insular.

En lo que respecta a los antecedentes históricos y en cuanto a la imposición indirecta se refiere, las
especialidades canarias se remontan a la época de la Conquista con figuras como la del haber del peso.
Más modernamente es el Real Decreto de 11 de julio de 1852 el que inicia la especialidad canaria en
materia de puertos francos y la Ley de 6 de marzo de 1900 la que acomete la estructuración de la
franquicia sobre el consumo como pilar básico del régimen puerto franquista de Canarias. A partir de dicha
norma el REF se caracterizó tradicionalmente por la no aplicación en el archipiélago de los impuestos
estatales sobre el consumo que afectaban al tráfico de mercancías en el interior del mismo, franquicia que,
sin embargo, resultaba compatible con la imposición local sobre el consumo representada por los arbitrios
destinados a financiar las corporaciones insulares que se crean por la Ley de Cabildos de 11 de julio de
1912.

No obstante, la Ley de 6 de marzo de 1900 fue vulnerada desde el punto de vista práctico. Por ello, otro
hito destacado en esa evolución histórica lo representa la Ley 30/1972, de 22 de julio, orientada a aclarar,
en el ámbito de la imposición indirecta, el panorama puerto franquista, oscurecido desde la Ley de 6 de
marzo de 1900, estableciendo las correspondientes exenciones en el impuesto general sobre el consumo
y en algunos de los impuestos específicos entonces vigentes.

Con la CE de 1978 se establece la disposición adicional tercera que salvaguarda la modificación del REF.
Esta disposición se conecta con el artículo 46 del Estatuto de Autonomía de Canarias, precepto que
incluye, asimismo, una referencia a los principios que sirven de basamento al REF entre los que
sobresalen “las franquicias aduaneras y fiscales sobre el consumo”.
Con posterioridad la adhesión de España a la Comunidad Europea ha tenido lógicas consecuencias sobre
el REF canario. Entre las principales destacaríamos, de un lado, en la imposición indirecta, la necesidad
de declarar compatible la integración de las Islas Canarias en el espacio europeo con el mantenimiento de
una fiscalidad indirecta específica (Reglamento comunitario 1.911/1991) y, de otro, en la imposición
directa, la necesidad, asimismo, de declarar, al menos temporalmente, la compatibilidad de los beneficios
fiscales del REF, calificables en principio de ayudas de Estado, con el principio comunitario de libre
competencia recogido en el artículo 3, letra q, del Tratado de la Comunidad Europea (Decisión de la
Comisión de 16 de diciembre de 1997).

Bajo la influencia de la citada adhesión a la Comunidad Europea, se promulga la Ley 20/1991, de 6 de


junio, mediante la cual se establecen en el ámbito territorial del archipiélago dos nuevos impuestos de
naturaleza estatal, cedidos a la Comunidad Autónoma de Canarias: el Impuesto General Indirecto Canario
(IGIC) y el Arbitrio a la Importación y Entrada de Mercancías (AIEM). La adecuación del primero de esos
tributos a la tradicional franquicia canaria sobre el consumo ha sido declarada por el Tribunal
Constitucional en su sentencia de 62/2003, de 27 de marzo, en la interpretación del Tribunal de que
aquella debe entenderse desde la perspectiva de una menor presión fiscal que el resto del territorio
español y no como una franquicia global sobre el consumo.

En el ámbito de la imposición directa y más concretamente de los impuestos sobre la renta y dejando al
margen algunas especialidades nos encontramos con la Ley 8/2018, de 5 de noviembre, por la que se
modifica la Ley 19/1994, de 6 de julio, de modificación del Régimen Económico y Fiscal de Canaria que,
con la finalidad de propulsar la decisiones inversores en Canarias, mantiene un bloque de incentivos
fiscales entre los que sobresale la reserva para inversiones y la bonificación por la producción de bienes
corporales. Junto a ellos, la referida ley salvaguardó la vigencia en Canarias de la deducción por
inversiones en activos fijos tras su desaparición en el resto del territorio español, lo que ha supuesto la
pervivencia hasta nuestros días de otro importante incentivo fiscal a la inversión.

Finalmente debe destacarse que junto a lo que podríamos llamar el régimen general canario existen
especialidades fiscales sectoriales aplicables, por ejemplo, a las sociedades inscritas en la Zona Especial
Canaria (ZEC), a las sociedades y a los tripulantes de los buques inscritos en el Registro Especial de
Buques y Empresas Navieras, a las Comunidades de Aguas y Heredamientos de Canarias. Tales
especialidades fiscales sectoriales consisten en un conjunto de beneficios fiscales en la imposición directa
e indirecta y dentro de ellas sobresalen las que conforman el régimen de las entidades ZEC.

II. La configuración del régimen económico y fiscal de canarias: La disposición adicional tercena de
a CE y EAC .
De acuerdo con la normativa interna del REF, hay que poner en conexión dos normas fundamentales: La
Disposición Adicional Tercera de la CE y los recientes artículos 166 y 167 del Estatuto de Autonomía de
Canarias que regulan el REF.
La Disposición Adicional Tercera de la CE señala que la modificación del Régimen Económico y Fiscal de
Canarias requiere informe previo de la Comunidad Autónoma Canaria pero no entra en el contenido del
REF. De ahí la importancia del Estatuto de Autonomía de Canarias (en adelante, EAC) ya que establece
los aspectos nucleares y de procedimiento del REF. Respecto a los aspectos nucleares señala el artículo
166 del EAC:

-Principios básicos. 1. Canarias tiene un régimen económico y fiscal especial, propio de su acervo histórico
constitucionalmente reconocido y justificado por sus hechos diferenciales. 2. El régimen económico y fiscal
de Canarias se basa en la libertad comercial de importación y exportación, en la no aplicación de
monopolios, en las franquicias fiscales estatales sobre el consumo, y en una política fiscal diferenciada y
con una imposición indirecta singular, que se deriva del reconocimiento de las Islas Canarias como región
ultraperiférica en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. 3. Los recursos del Régimen
Económico y Fiscal son adicionales a los contemplados en la política y normativa vigente en cada
momento para la financiación de la Comunidad Autónoma de Canarias y de sus Entidades Locales. En los
términos que determine la Ley Orgánica 8/1980, de Financiación de las Comunidades Autónomas y sus
normas de desarrollo, estos recursos tributarios no se integrarán, ni computarán, en el Sistema de
Financiación Autonómica para respetar el espacio fiscal propio canario y para que su desarrollo no
penalice la autonomía financiera de la Comunidad Autónoma de Canarias. 4. La Comunidad Autónoma de
Canarias tendrá facultades normativas y ejecutivas sobre su régimen especial económico y fiscal en los
términos de la normativa estatal.

1. Aspectos nucleares
Los aspectos nucleares de la especialidad fiscal canaria constituyen su parte esencial o bases
estructurales y se conforman como una garantía plena de mantenimiento que sólo podrá desaparecer a
través de una reforma constitucional.

Dentro de dichos aspectos se incluye la llamada franquicia fiscal sobre el consumo compatible con una
imposición propia y diferenciada no sólo destinada a financiar la hacienda local sino también la
autonómica.

A partir de dichos presupuestos, se puede señalar que el REF se constituye por un núcleo esencial
resistente a toda deformación y por figuras tributarias concretas expuestas al cambio. Por tanto, resulta
más intensa la protección del primer núcleo que la protección constitucional genérica, reserva de ley,
otorgada a la zona exterior. De hecho, el núcleo se resiste frente al legislador y al Estado en general, de
manera que un ataque a la imagen característica de la institución es un ataque a la CE.

También ese núcleo esencial viene informado por los principios derivados de la condición ultraperiférica de
Canarias por el EACAN. Así, se señala que éste incorpora a su contenido los principios y normas que se
deriven del reconocimiento de Canarias como región ultraperiférica por los tratados y normas de la Unión
Europea, con las modulaciones y derogaciones que permitan paliar las características estructurales
permanentes que dificultan su desarrollo2. En particular, en las políticas en materia aduanera, comercial,
fiscal, agrícola y pesquera; igualmente la autorización de zonas francas y condiciones de abastecimiento
de materias primas y bienes de consumo esenciales; la concesión de ayudas públicas y condiciones de
acceso a los fondos con finalidad estructural y en los programas horizontales de la Unión Europea.

2. Aspectos de procedimiento
Los aspectos de procedimiento del REF se concretan en el artículo 167 del EAC y en la Disposición
Adicional 3ª de la CE cuando establecen la necesidad de informe previo del Parlamento de Canarias para
reformarse el REF a nivel estatal. Por tanto, éste se constituye como una pieza fundamental del dispositivo
garantizador del REF, en tanto que constituye la expresión institucional de los intereses de Canarias ante
las instancias centrales del Estado.

En ese sentido, la reforma del EAC señala que el REF sólo podrá ser modificado de acuerdo con lo
establecido en la disposición adicional tercera de la Constitución, previo informe del Parlamento Canario
que, para ser favorable, deberá ser aprobado por las dos terceras partes de sus miembros.
A partir de ahí, se introduce como novedad un nuevo procedimiento para reforzar dicho informe. De esta
forma, si el Informe del Parlamento de Canarias fuera desfavorable, votado así por las dos terceras partes
de la Cámara, se procederá según lo siguiente:

En primer lugar, se reunirá la Comisión Bilateral de Cooperación entre la Administración General del
Estado y la de la Comunidad Autónoma de Canarias, pudiendo solicitar su convocatoria cualquiera de las
dos Administraciones. En el seno de la mencionada Comisión Bilateral se adoptará un acuerdo sobre
iniciación de negociaciones para resolver las discrepancias pudiendo instar, en su caso, la modificación de
la propuesta de texto normativo.

En segundo lugar, dicho acuerdo de iniciación será puesto en conocimiento de las Cortes Generales. Si
transcurridos dos meses desde el acuerdo de iniciación, no se hubiese alcanzado acuerdo sobre la
propuesta de texto normativo, continuará el procedimiento y se trasladará al Gobierno estatal o a las
Cortes Generales el expediente sustanciado ante la Comisión Bilateral. Por último, el proyecto o
proposición de ley continuará su tramitación incluyendo las modificaciones y propuestas, en su caso, o de
acuerdo con los trámites ordinarios previstos en la normativa de aplicación.

En segundo lugar, dicho acuerdo de iniciación será puesto en conocimiento de las Cortes Generales. Si
transcurridos dos meses desde el acuerdo de iniciación, no se hubiese alcanzado acuerdo sobre la
propuesta de texto normativo, continuará el procedimiento y se trasladará al Gobierno estatal o a las
Cortes Generales el expediente sustanciado ante la Comisión Bilateral. Por último, el proyecto o
proposición de ley continuará su tramitación incluyendo las modificaciones y propuestas, en su caso, o de
acuerdo con los trámites ordinarios previstos en la normativa de aplicación.

LECCION 8: LA RELACIÓN JURÍDICO TRIBUTARIA.


EL HECHO IMPONIBLE.
I. LA RELACIÓN JURÍDICO-TRIBUTARIA. CONCEPTO Y NATURALEZA JURÍDICA
La relación jurídico-tributaria se constituye por el conjunto de vínculos que unen al ente público y al
ciudadano. Dentro de dicha relación jurídica compleja se puede diferenciar un núcleo constituido por la
obligación tributaria, y otro núcleo constituido por otras normas tributarias que conforman el complejo
instituto del tributo, y que se integran desde deberes formales hasta ingresos de carácter pecuniario,
aunque a título diferente de aquél (art. 17.1 y 2 y art. 58 de la LGT).

De acuerdo con el artículo 17 de la LGT, se entiende por relación jurídico-tributaria el conjunto de


obligaciones y deberes, derechos y potestades originados por la aplicación de los tributos. De la relación
jurídico-tributaria pueden derivarse obligaciones materiales y formales para el obligado tributario y para la
Administración, así como la imposición de sanciones tributarias en caso de su incumplimiento.

La obligación tributaria como núcleo fundamental de la relación jurídico tributaria es el vínculo jurídico
fundamental, aunque no el único mediante el cual la Hacienda pública es titular de un derecho de crédito
frente a los particulares, deudores de una suma de dinero a título de tributo.

-Evolución de la concepción de la relación jurídico tributaria

Tradicionalmente, de acuerdo con las primeras teorías que concebían al Derecho Financiero como parte
del Derecho Administrativo, entendido éste como el Derecho de las Administraciones públicas, se
consideraba la relación tributaria como una relación de poder.

Destacaba la supremacía del Estado sobre el ciudadano contribuyente al que se consideraba súbdito
fiscal. El Estado dotado de potestad de imperium no conocía límites jurídicos a sus mandatos. Con ello las
normas tributarias, lejos de ser verdaderas normas jurídicas, eran meros mandatos disciplinarios. Se
negaban derechos subjetivos con la prevalencia de dicha posición de sujeción.

Con la instauración del Estado de Derecho, el sometimiento del Estado al imperio de la ley afectará
también al poder tributario. Como reacción a la consideración de la relación jurídico-tributaria como una
posición de sujeción del súbdito al soberano, se concebía como una relación jurídica obligacional similar a
la que pueda surgir entre dos sujetos de Derecho Privado. De esta forma, y en base a esa obligación, el
acreedor (la Hacienda Pública), tenía la facultad de exigir a otra, el deudor, una determinada prestación.
La peculiaridad de esta relación obligacional es que el contenido y la medida de la prestación se fijaban
exclusivamente por la ley. Esta construcción tiene su origen en obras del siglo pasado en las que se
empieza a diseñar y concebir esta disciplina. En esta línea, cabe citar a Hensel, Nawiasky o Blumenstein,
por parte de la doctrina alemana y de Giannini, Berliri o Pugliese en la italiana.

También podría gustarte