Está en la página 1de 3

AL FIN LA FELICIDAD

Usted no es un tonto, y todo el que no es tondo puede salir de un agujero, por


hondo que sea, siempre que lo desee de verdad y tenga la humildad necesaria para
seguir un buen consejo. Use la afirmación que le voy a dar por lo menos treinta
veces al día, por ahora. A medida que vaya actuando en su organismo, puede
reducir la frecuencia, pero por ahora repita treinta veces al día en voz alta:
1. Estoy en el proceso del cambio creativo.
2. Estoy mejorando día por día, en toda forma.
3. Estoy firmemente en la vía del éxito.
4. Lo que me pertenece me viene.
5. Dios me guía y me ayuda todos los días.

Los pasos son sencillos: pare, piense, Pienso que cada uno tiene derecho de
visualice, rece. Si todos los elementos encontrar su verdadero ser en esta
son positivos, el individuo puede vida. Si usted ha manejado una botica
escoger el tiempo mediante el control durante muchos años pero siempre
dominante. De tiempo en tiempo nos había querido ser músico. No se
sorprende alguna persona que ha equivoca. Yo tengo un mensaje de
tenido mucho éxito y de pronto pensamiento positivo, o fe positiva, en
resuelve cambiar de carrera en sus el cual creo con apasionado fervor,
años maduros, y logra también gran pero la técnica de la comunicación
éxito en otra profesión. siempre ha sido difícil para mí.

Es importante amar lo que uno hace, tenerle cariño al oficio, porque entonces
uno da más de sí mismo; y cuanto más de uno de si, más le devolverá la vida.
Alguien ha dicho: “Ama la vida y la vida te amara””. Así pues, seamos amigos. Si,
como decía mi primo, usted está haciendo las cosas como por salir de paso, le
recomiendo que se suelte más completamente, que de más de si, que se
entregue deberás.
En cuanto así lo haga, la felicidad inherente a su naturaleza surgirá por todo su
ser. Y lo importante, al fin y al cabo, es que usted encuentre a sí mismo, que se
conozca, que se tenga confianza y que se entregue. Entonces, y solamente
entonces, será su vida lo que debe ser, una experiencia gloriosa y satisfactoria,
día tras día.
He llegado a la conclusión de que la bondad recibida y la bondad dada son
factores básicos de la felicidad que se consigue. Recuerde los pequeños actos de
bondad que usted ha recibido o ha dado, y observe que todavía tiene el poder de
estimular sentimientos de felicidad, aun cuando hayan ocurrido hace muchísimo
tiempo.
Puesto que, según parece, ayudar a los demás produce un sentimiento de
alegría, de ahí se sigue que uno puede aumentar su felicidad simplemente
aumentando el número de veces que realiza un acto de bondad. Descubrirá
usted que la felicidad es su estado de ánimo dominante si puede multiplicar sus
actos de bondad. Tiene suerte la persona que haga este descubrimiento. Con
mucha frecuencia la felicidad huye de los que están emotivamente
desorganizados o llenos de angustia. La angustia es una idea obscura, más que
todo irracional y a veces aterrador, de que algo espantoso va a ocurrir. Cuando
se alimenta durante largo tiempo, descolora el proceso del pensamiento hasta el
extremo de que imposibilita el desarrollo de la felicidad: y es un sentimiento tan
común en la actualidad, que un distinguido psiquiatra la llama “la gran plaga
moderna”.
Me parece que es un hecho bien comprobado que cuando la fe es débil, la
angustia es proporcionalmente fuerte; mientras que si la fe es fuerte, la angustia
será menos problema. Por consiguiente, si usted quiere disfrutar de felicidad, no
permite que lo domine la angustia. Actuando como si tuviere fe, su conciencia
aceptara la idea de que en realidad de verdad la tiene, y usted la tendrá.
Eso es verdad. Una persona puede temer algo con tanta fuerza, que su mismo
miedo crea las situaciones que teme, o produce un resultado análogo. En otras
palabras, si el miedo lo puede enfermar a uno, también una fe vigorosa lo puede
sanar.
No fue una cosa fácil porque el miedo es difícil de extirpar, pero la fe puede más
que el miedo, y cuando uno está resuelto, como lo estaba el, a vencer los
temores que lo estaba matando, al fin se cura. Es verdad que nuestros
pensamientos determinan si somos desgraciados o felices en la vida. Creamos el
mundo en que vivimos con los patrones de pensamiento que activan nuestra
mente; de donde se sigue que si hemos de alcanzar una felicidad duradera,
tendremos que cultivar pensamientos alegres que generan felicidad. Si nos
permitimos abrigar pensamientos de crítica y de odio y actitudes mentales
distintas de las de buena voluntad y generosidad de espíritu, seremos personas
desdichadas.
“La voluntad de Dios no es solamente que seamos felices, si no que nos hagamos
nosotros mismos felices”.

También podría gustarte