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Falacias
e-j si un país no es rico, no puedo deducir nada, yo solo miro si son democráticos. Los
países pobres, no me van a decir nada de mi hipótesis.
El país es democratico, deduzco que es rico, eso es una falacia. No debemos esperar que
todos los países sean ricos y sean democráticos.
1. Los que piensan en la ‘política comparada’ como algo tan grande como el
estudio de “otros” o países “extranjeros”.
Existen varios métodos para lidiar con un problema, uno de ellos es:
La comparación debe ser simplificada para poder ser comparada. Hay que abstraer
elementos que no son tan relevantes, de esa forma se reduce a la complejidad. Esto es
igual al foco, aislamiento de elementos relevantes, hay que periodizar, codificar, Variables,
conceptos, categorías.
Por último está la medición, hay que medir, este es el último paso.
Por otro lado, para explicar hay que establecer generalizaciones. Poder encontrar qué
factores bajo determinadas condiciones dan resultados.
Tenemos que asegurarnos que estas variables son medibles y analizables. Tenemos
que definir reelección y que pasos involucra e incluir los casos.
Variable independiente x1: ¿la constitución provincial permite o no la reelección?
Variable independiente x2: la gestión del gobernador, el hecho de que haya hecho o
no una buena gestión tenga efecto sobre si es reelegido o no.
Variable independiente x3: fuerza de la oposición. Si la oposición tiene o no un
candidato u oposición fuerte.
fueron los dos más notados en la antigua Grecia por su impacto en la política
comparada con sus trabajos: “La república” de Platón y “Política” por Aristóteles.
Estos dos tenían mucho en común, como el hecho de querer entender el diseño de
un sistema ideal político, pero sus enfoques para la comprensión y el conocimiento
eran bastante diferentes.
➢ Platón se preocupaba con lo que debe ser y con cuestiones normativas
como la justicia y el derecho. Platón pensaba en la compresión como algo
mucho más que observación y realidad.
➢ Aristóteles era más empírico en el estudio de la política. Recolectaba
constituciones políticas de su tiempo y con esto trataba de responder la
pregunta de qué es lo que mejor promueve la estabilidad política,
examinando aspectos sociales, culturales y económicos que contribuían a
la estabilidad política. Identificó modelos “ideales” de sistemas políticos
basados en la cantidad de gente que gobiernan.
Aristoteles era más científico que platón, observaba la realidad como son las cosas.
La reflexión de platón implica pensar en el régimen ideal. Realiza un análisis empírico
que tuvo tanta importancia que lo usamos hoy en día.
Hubo autores que hicieron las primeras comparaciones entre regímenes políticos.
Antes de Aristóteles también hubo personajes que viajaban y escribía historias
donde comparaba costumbres de griegos y romanos. Hay mucha literatura
comparada. Los principales autores son Platón y Aristóteles.
Platón tenía un enfoque normativo de cómo deberían ser las cosas, Aristóteles tenía
un enfoque más empírico. Platón piensa el régimen ideal y la forma de gobierno
perfecta.
Aristóteles piensa dos variables importantes en virtud de las cuales puede clasificar
las formas de gobierno existentes. La realidad la ordena en este recuadro.
Los aristócratas son los buenos y los que saben para gobernar en nombre del bien
común, pero si se vuelven codiciosos y gobiernan para sí mismos se convierte en
una oligarquía. La democracia según los antiguos era una situación inestable, el
gobierno de la masa y de la plebe.
Esta misma clasificación lo usan autores clásicos romanos para dejarnos la principal
contribución teórica de la política comparada con la idea de la república. Cicerón,
Maquiavelo lo pensaron como un régimen mixto (a la república). La república no
excluye a nadie, es una forma de gobierno mixta donde todos los sectores
importantes están representados en el gobierno, contiene el principio democrático,
monárquico y aristocrático. Están representados los unos, los varios y los muchos.
El poder es compartido, no se dividen, se multiplican al estar en diferentes manos.
Edad Media e iluminismo
Los teóricos cristianos políticos de la época, como Agustín de Hipona y Tomas
Aquino, pensaban que no tenía mucho valor investigar los méritos o defectos de
otros sistemas políticos. Sólo importaba establecer un Reino Cristiano.
Marx y Weber contribuyeron en los siglos XIX y XX. Marx criticaba el capitalismo y
formó un enfoque “científico” para comprender las leyes de la historia y la evolución
y colapso de las sociedades humanas. Weber entendía que el desarrollo económico
no llevaba al desarrollo político, sino que atributos culturales de los países jugaban
un rol importante a la hora de explicar la vida política.
Resumen “Principles of comparative politics” -
Golder, Clark, Nadenichek (pp. 19-30)
¿Qué es la ciencia?
■ La ciencia es una estrategia para comprender y explicar los aspectos
sociales y naturales del mundo que enfatiza el uso de declaraciones
que se pueden examinar para ver si están equivocadas o no.
■ Todas las explicaciones científicas son provisorias. Se aceptan
explicaciones provisionalmente verdaderas cuando pasó por varios
intentos de refutación con más éxito que explicaciones competitivas.
Se puede decir que la ciencia es un método y que también es una cultura. El
método científico es un método crítico.
Una teoría debe darnos conocimiento de cómo funciona el mundo, cuando es falsable
permite observaciones alternativas.
Según Popper hay teorías que pasan por ser científicas y en realidad no son.
Popper iba en contra de las ideas de marx, decía que no son científicas porque no se
podían refutar, son tautológicas xq no hay observaciones en la realidad que contradigan la
teoría, esto quiere decir que la teoría no es super solida.
Las teorías científicas no pueden ser probadas, son verdaderas hasta que se
compruebe lo contrario. Son teorías que han sobrevivido a nuestro intento de
refutarlas.
En el momento que la refutamos tendremos que buscar una teoría más sólida.
Teoria cientifica:
Para que una teoría sea científica, debemos refutar, para ello debemos buscar hipótesis y
Para que una hipótesis se sostenga, tiene q haber sido sometida a pruebas, si es falsable,
la someto a prueba y si se sostiene, entonces es científica, igualmente, eso no significa que
la próxima vez pueda ser falsable.
El método científico
Principales características.
1. Pregunta
Observar el mundo y buscar preguntas. La necesidad de una teoría empieza cuando
observamos algo inesperado que nos hace sorprendernos y preguntarnos por ese
hecho. No debemos tener una expectativa o teoría previa sobre ese hecho.
2. Teoría o modelo
Las afirmaciones deben ser consistentes sino no hay forma de determinar cuál van
a ser las predicciones empíricas y no se pueden probar.
Muchos filósofos de la ciencia asumen que los fenómenos ocurren como resultado
de procesos recurrentes. El Principio de uniformidad de la naturaleza establece
que el mecanismo de actuar de la naturaleza es incambiable, o sea, si X causa Y en
el día de hoy, entonces también va a causar Y mañana y así sucesivamente. Si esto
no sucede, no deberíamos considerar X como una causa.
Nuestra teoría o modelo debe ser pensado como el resultado final de un anterior
proceso desconocido, entonces podemos especular sobre qué procesos (ocultos)
podrían haber producido tal resultado.
Nuestro modelo terminará siendo una fotografía simplificada del mundo que nos
permite entender cómo funcionan algunos aspectos del mundo. Entonces, como es
una foto simplificada, siempre se van a dejar muchas cosas afuera. Un buen modelo
solo contiene lo necesario para explicar el fenómeno que nos desconcierta.
3. Implicaciones (hipótesis)
Una vez que tenemos el modelo debemos deducir implicaciones del modelo
distinto a los que nos propusimos explicar.
Los buenos modelos son aquellos que producen diferentes implicaciones. Esto es
así porque cada predicción representa otra oportunidad para que el modelo falle y,
por lo tanto, hace que el modelo sea más fácil de falsificar. Si el modelo no puede
ser falseado, tenemos más confianza de que en su utilidad.
5. Evaluación
Aunque no podamos probar nuestras teorías, podemos decir que algunas teorías
están mejor corroboradas que otras. Por lo tanto, podemos tener más confianza en
nuestras conclusiones.
Texto de sartori:
Sartori dice que hay 2 peligros que debemos evitar: salir a medir sin conceptos, o sea, sin
saber en sí los conceptos que quiero medir. Es muy vago, impreciso y a veces no se
entiende y no está claro. El otro peligro es el estiramiento conceptual, cuando se utiliza una
etiqueta para significar cada vez más cosas.
Sartori dice que nuestro trabajo de investigador comienza y termina con los
conceptos.
Siempre empezamos por la teoría, queremos averiguar el porqué, de que se trata, como
debería funcionar, hacemos una pregunta. Luego salimos a buscar hipótesis sustentadas en
lo que ya sabemos. buscar una respuesta a eso.
Ejemplo
Ej si quiero saber porque algunos países tienen y no tienen democracia. Lo primero que
tengo que hacer es establecer los conceptos. Ver cuantos paises son ricos, son
democracias. Tengo que definir bien y establecer los conceptos, si creo que la variable
explicativa es si el país es rico o no tengo que definir lo que es riqueza.
Cuando tengo definidos los conceptos, tengo que saber que casos que encuentre en la
realidad comprueban o contradicen mi hipótesis. Si digo que los países ricos o con
economías modernas son democracias. Si quiero corroborar esta teoría a partir de esta
hipótesis debo encontrar en la realidad países que al clasificarlos lo confirmen. Si encuentro
países ricos que no son democracias esto contradice mi hipótesis. En cambio, sí encuentro
países democráticos que no son ricos debo refinar mi hipótesis y tener en cuenta otras
cosas.
Primero defino la variable que voy a estudiar. Luego debo saber medir la democracia.
Elijo solamente un índice para medirla.
Mi hipótesis puede ser que los países modernos son los democráticos, en caso de que
encuentre países con economía desarrollada que no son democráticos, esto refuta mi
hipótesis, entonces digo que ser rico no necesariamente tiene que ser democráticos, puede
ayudar, hay otros factores. Entonces no refuta mi teoría, ya que es un factor que puede ser
posible pero no necesariamente. A esto se le llama razonamiento lógico.
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¿Para qué comparamos?
1. Para describir
a. Características de un objeto o fenómeno en relación con otro/s
objeto/s o fenómeno/s de mismo tipo, para identificar
especificidades, similitudes, diferencias y tendencias; y para hacer
clasificaciones (“tipos”)
i. Comparación a través del espacio (sincrónica, la más
frecuente en PC)
ii. Comparación a través del tiempo (diacrónica; método de
control histórico - Sartori)
b. En el terreno político, ¿qué comparamos?
i. Formas de régimen
ii. Instituciones políticas
iii. Procesos de toma de decisiones
iv. Comportamiento de la ciudadanía
Para comparar, simplificamos
● Abstracción: reducción de la complejidad
● Foco: aislamiento de elementos relevantes
● Periodización: compresión del tiempo
● Codificación: variables, conceptos, categorías
● Clasificación
● Cuantificación y medición
2.
3 . Para evaluar
¿Qué países/sistemas/
pocos casos, muchos factores explicativos potenciales - ¿cómo decidir cuál de esos
factores tiene mayor poder explicativo?
Régimen político: conjunto de reglas que definen el modo de designar a los ocupantes de
posiciones de autoridad y de toma e implementación de decisiones. Hay varios regímenes
políticos con los que se puede organizar el Estado.
Gobierno: conjunto de personas que ocupan puestos en el Estado y ejercen poder político.
Gobiernos hay miles, cada vez que hacemos elecciones tenemos distintos gobiernos.
Son diferentes niveles de análisis. El estado es una forma de dominación que monopoliza el
uso legítimo de la fuerza dentro de un determinado territorio. Los estados que existen en el
mundo están regidos por un conjunto de reglas, prácticas e instituciones que se le
denomina régimen político.
Régimen político, categoría intermedia entre estado y gobierno, siendo el estado una forma
de ordenamiento político propia de la modernidad. Según Max Weber, es una forma de
dominación. Siempre que hablamos de una dominación política estamos hablando por
estados. Estos se rigen por reglas e instituciones. No hay muchas formas de estado, sino
que hay varios regímenes políticos en los que se organiza el estado. Los regímenes
políticos son un conjunto de reglas que definen el modo de designar a los ocupantes
de posiciones de autoridad y de toma e implementación de decisiones.El régimen
político es un conjunto de instituciones, reglas electorales de gobierno etc.
Regimenes politicos, clasificación:
Históricamente prevaleció una distinción tripartita, se distingue la diferencia de gobierno
por la cantidad de gobernantes, uno, pocos y muchos.
A nosotros nos interesa distinguir entre regímenes democráticos y autoritarios
entonces esta clasificación no nos sirve porque esta es según las personas en el
poder.
Montesquieu nos da una visión más moderna de los regímenes políticos. El criterio basado
en la cantidad de personas que ejercen el poder le permiten distinguir entre la república y la
monarquía. Pero la distinción basada en la forma de gobernar, si el poder se sujeta a las
leyes, le permite distinguir entre monarquía y despotismo.
República: todo el pueblo (democracia) o una parte del pueblo (aristocracia) ejercen el
poder.
Monarquía: uno solo ejerce el poder a partir de un conjunto de leyes fijas y estables.
Despotismo: uno solo gobierna según su propia voluntad, sin sujetarse a leyes ni a reglas.
Dahl identifica tres caminos para la formación de la poliarquía. Dahl piensa en una
democracia liberal.
Centralidad de las elecciones, con criterios adicionales (libertades fundamentales). El
piensa que hay algo más que hace a la democracia que solo las elecciones de gobierno. La
definición minimalista de la democracia ignora un conjunto de libertades que rodean a los
procesos electorales que hace que sean libres.
Participación y oposición son las dos dimensiones de este término. La inclusión tiene que
ver con cuántos son y quiénes son los autorizados a participar en las elecciones. La otra
dimensión se refiere al debate público y quien participa.
Una hegemonía cerrada es un régimen autoritario donde hay pocos que pueden votar y hay
pocas libertades públicas. Ese régimen puede moverse hacia la derecha a medida que
incorpora grupos que puede votar. Por ejemplo, si deja que solo voten las personas
masculinas etc. el régimen puede ser restrictivo en cuanto quienes pueden votar, pero
puede ser abierto en cuanto al debate y entonces se convierte en una oligarquía
competitiva.
Dahl considera que el camino más fiable es el de Inglaterra. Dahl considera el mejor el
primer camino, pero ya en la actualidad no es más viable.
Esta democracia que piensa Dahl es liberal, donde la mayoría que puede votar no puede
hacer cualquier cosa porque el poder de la mayoría está limitado por procedimientos y por
los derechos que tienen todos. Ya no son democracias a secas, son liberales. “democracia
significa que si de noche suena el timbre, es muy probable que sea el lechero” (Churchill) es
como decir que no hay riesgos de algo peligroso.
Elecciones competitivas. Régimen en el cual los cargos son ocupados como elecciones
competitivas según el autor, esto es democracia.
Antes de las elecciones hay incertidumbre pero no puede reproducirse ex post, es decir no
puede seguir en incertidumbre, una vez que hubo elecciones ya no puedo volver atrás,
repetibilidad: se sabe que después van a haber más elecciones, los que ganaron se tienen
que ir para volver a las elecciones.
La democracia adquirió una connotación positiva en la segunda mitad del siglo XX.
Una razón por la que la democracia era vista como peligrosa e inestable es que
el debate sobre la forma apropiada que deberían adoptar los regímenes
ocurrió entre las élites y no entre la gente común.
Montesquieu
(pensador de la república), por otro lado, consideraba que el poder se ejercía
bajo las leyes, es decir en forma de república. El modificó la clasificación
aristotélica para tener otra clasificación en función de dos criterios, quienes o
cuantos y como, como se ejerce el poder.
Clasificación de montesquieu:
A Montesquieu (pensador de la república) le importaba que el poder se ejerciera bajo las
leyes, es decir en forma de república. Él modificó la clasificación aristotélica para tener
otra clasificación en función de dos criterios, quienes o cuantos y como se ejerce el
poder.
Nos da una definición más moderna de los regímenes políticos.
Lo clasificó en función de la cantidad, pero la distinción está basada en la forma de
ejercer, esto se basa en las leyes. Le permite distinguir entre monarquía y despotismo
República: Todo el pueblo( democracia) o una parte del pueblo (aristocracia) ejercen
el poder.
Para saber por qué algunos países son democracias o dictaduras y cuales
factores influencian la supervivencia de la democracia es necesario medir la
democracia y clasificar aquellos países democráticos de los dictatoriales. Esto
implica proponer fenómenos concretos observables o indicadores que capturan el
concepto abstracto de democracia.
Cuando miramos el mundo real evaluamos indicadores o medidas de nuestros
conceptos cuando realizamos pruebas empíricas de nuestras teorías.
➢ Indicador o medida se entiende como cuantificación de lo que nos interesa.
Como resultado, debemos reconocer que nuestras pruebas empíricas son
buenas sólo en la medida en que los indicadores seleccionados reflejan el
concepto que pretendemos que midan.
Dahl creía que los investigadores debían tener una visión minimalista o
procedimental de la democracia que clasifica a los regímenes políticos solo en
lo que respecta a sus instituciones y procedimientos.
El primer índice fue propuesto por Przeworski. Es un índice binario, divide a los
países democráticos y no democráticos.
Además, para que sean considerados democráticos deben ser elegidos los poderes
ejecutivo y legislativo.
Pero, por otro lado, hay una gran diferencia. Esta es que la medida DD ignora
completamente la dimensión de inclusión de Dahl. Esto es porque los países no
presentan casi variación en los niveles de inclusión entre los años 1946-2008.
También se diferencian porque, por un lado, la medición DD trata los tipos de
regímenes como una dicotomía (los países son o democracias o dictaduras, pero
Dahl trata a los tipos de regímenes como un continuo entre fuertes dictaduras
en un extremo y democracias fuertes en el otro.
Los autores de DD asumen que hay una diferencia cualitativa entre
democracias y dictaduras, y que no tiene sentido pensar que hay un punto en
el cual el régimen es igualmente democrático y dictatorial como lo implican las
medidas continuas de la democracia. Por ejemplo, una medida continua puede
tomar cualquier valor intermedio dentro de un rango dado.
Polity IV
Evalúa el valor de la democracia, por lo que produce una serie más amplia de
categorías.
Marshall, Gurr y Jaggers proponen una medición anual de democracia y
autocracia en 190 gobiernos desde el año 1800 hasta el presente. Hay grados de
autoritarismo, por ende no es una clasificación binaria. Son categorías híbridas.
Los puntajes de democracia y autocracia para cada país van desde el 0 al 10.
De estos dos puntajes se construye un “polity score”. Se calcula: puntaje de la
democracia – puntaje de autocracia. Como resultado el “polity score” va desde –10
a 10. Además, esta medición sigue el concepto de Dahl sobre conceptualizar y
medir la democracia como algo continuo (figura 5.2B).
Se considera que un país es democrático cuando su “polity score” es +6 a
+10, dictaduras cuando es de –6 a –10 y anocracias o regímenes mixtos
cuando es entre –5 y 5.
Polity también sigue a Dahl en proporcionar una medida de democracia minimalista
o procedimental porque no aborda resultados sustantivos.
Las preguntas relacionadas con las dimensiones de los derechos políticos y civiles
contemplan los conceptos de Dahl sobre los niveles de inclusión y
contestation de los países.
Conceptualización
DD, Polity IV y Freedom House difieren en su conceptualización de
“democracia” y “dictadura”. Específicamente, difieren en cuanto a si emplean
(a) un estilo minimalista o sustantivo y (b) una visión dicotómica o continua de
la democracia
Visión minimalista:
Por un lado, la visión minimalista de la democracia no da importancia a cosas
como: cómo está organizado el poder judicial o cómo interviene el estado en
la economía. Las visiones minimalistas reconocen que las democracias
pueden organizarse de muchas formas diferentes. En contraste, Freedom
House considera un país más libre (democrático) si hay igualdad de
oportunidades, un poder judicial independiente, derecho a la propiedad,
sindicatos libres, etc.
Validez
Una de las tareas iniciales al construir una medida es determinar los atributos que
componen el concepto abstracto en consideración. Hay ciertas cosas que los
académicos deben tener en cuenta al construir sus medidas.
Un problema, por ejemplo, puede ser tener demasiados atributos, al igual que
tener muy pocos. Dahl se preocupaba de que no hubiera países reales en el
mundo que podría clasificarse como verdaderas democracias si se incluyeran
demasiados atributos.
Confiabilidad
Una medida fiable no implica necesariamente que sea una medida válida.
O sea, aunque un proceso de medición puede producir resultados que no cambian
cuando se repiten (confiabilidad), esto no significa necesariamente que la medida
sea un reflejo exacto del concepto en consideración (validez).
Replicabilidad
Las tres medidas de tipos de regímenes que hemos examinado varían en la medida
en que son replicables.
DD y Polity IV proveen muchas reglas de codificación claras y
detalladas para construir sus medidas. En cambio, Freedom House no
proporciona reglas de codificación de por qué a un país se le podría dar
(por ejemplo) un 3 en una de sus preguntas en vez de otro puntaje.
The Democracy Sourcebook - Dahl, Pags 5-11
El Bien Común y la Voluntad de la gente
También hay una Voluntad Común que es contiguo con el Bien Común o el interés
o el interés o el bienestar o la felicidad.
Tan pronto como aceptemos todas las suposiciones por esta teoría de la política, la
democracia adquiere un significado perfectamente inequívoco y no hay problema en
conexión con él, excepto cómo provocarlo.
Hoy en día muy pocas naciones no garantizan a sus ciudadanos el derecho a votar
o prohíben las elecciones. Ni hasta los represores más represivos dejan hoy de
reconocer el derecho del pueblo a participar en el gobierno, aunque le nieguen el
derecho al debate público.
También puede ocurrir que la hegemonía cerrada se vuelva más comprensiva sin
liberalizarse, es decir, sin aumentar las oportunidades para el debate público,
siguiendo la trayectoria II. En tal caso el régimen pasa de ser una hegemonía
cerrada a una hegemonía comprensiva.
El tercer proceso ha probado que puede llevar a poliarquías estables, viendo los
únicos 4 países que recientemente las han instaurado tras la conquista militar
(Austria, República Federal Alemana, Italia, Japón).
Entre las poliarquías más firmes de hoy, en las que se practica una
gran tolerancia hacia todo tipo de oposiciones, la transformación
fue lenta en exceso.
➔ En Inglaterra, todavía a finales del siglo XVII era ilegal e ilegítima toda
oposición «organizada». Un siglo después había conseguido
afianzarse en el Parlamento la idea de una oposición más o menos
estructurada pero «leal» al gobierno. Transcurrió otro siglo antes de
que Inglaterra desarrollara su actual sistema de partidos organizados
para competir.
En resumen:
1. El proceso de iniciación más propicio para una poliarquía es el
que transforma las estructuras y formas hegemónicas,
previamente legitimadas, en formas y estructuras aptas para la
competencia política evitando de este modo divisiones
persistentes y dudas sobre la legitimidad del nuevo régimen,
compartidas por grandes sectores de la población.
Se añade que:
1. Los funcionarios electos no deberían ser arbitrariamente destituidos
antes de que termine su mandato constitucional
2. Las autoridades electas no deberían estar sujetas a restricciones
fuertes, vetos o exclusión de ciertas esferas políticas, por parte de
otros actores no elegidos.
3. Debe haber un territorio nacional que defina con claridad la población
votante.
4. La expectativa generalizada de que en un futuro indeterminado seguirá
existiendo una vida electoral limpia con sus libertades implícitas.
Entre las poliarquías hay muchas variaciones. En las poliarquías, las elecciones
están institucionalizadas. Cuando se habla de institución se refiere a un
patrón regularizado de interacción, que es conocido, practicado y aceptado
por actores que esperan seguir interactuando conforme a las reglas
sancionadas y garantizadas por ese patrón.
Un limbo teórico
Casos como Italia, Japón e India son poliarquías que han perdurado y donde existen
varias formas de particularismo. El que se les catalogue como «consolidados»
sugiere la fuerza –y la inconsistencia– de ese punto de vista, el cual le aplica la
etiqueta de «consolidado» a casos que no concuerdan con sus argumentos, pero
que han resistido por un período significativamente más largo que el de las
poliarquías nuevas.
Test de consolidación democrática
Por un lado, los sistemas democráticos tienen un núcleo en común que establece su
identidad. Y, por el otro lado, los regímenes autoritarios son definidos simplemente
por la ausencia de este núcleo institucional.
Huntington entiende las democracias como regímenes definidos en forma minimalista a
partir de las elecciones libres y competitivas.
Regímenes autoritarios
Una ola es un conjunto de transiciones que ocurren dentro de un período determinado y que
superan largamente en número las transiciones en sentido contrario. A cada ola sigue una
contra-ola (proceso inverso).
● Primera ola: 1828-1926
● Primera contra-ola: 1922-1942
● Segunda ola: 1943-1962
● Segunda contra-ola: 1960-1975
● Tercera ola: 1974-…
Primera ola
Generalmente, los regímenes autoritarios que se democratizaron en
la primera ola eran monarquías absolutas, aristocracias feudales y estados
sucesores de los imperios continentales.
Segunda ola
Tercera Ola
● Dificultades económicas
- Crisis de deuda.
- Movilización social. Es un subproducto de la era del crecimiento económico
en los años 60, la creación de la nueva clase media y nuevas oportunidades.
Se genera un proceso de movilidad social sin precedentes donde la nueva
clase tiene nuevas demandas que los regímenes autoritarios no pueden
detener.
● Procesos políticos internos
- Extinción del desafío armado
- “Elecciones desconcertantes” (ejemplo en Chile y Uruguay, con referendums
que convocan militares y pierden)
- Garantías de salida (militares aceptan retirarse del poder porque obtienen
garantías) Ej Cuba. Una vez que cambia el panorama, los regímenes
autoritarios buscan garantías de salida del poder. Buscan una forma de dejar
el poder sin que se los castiguen por las cosas que hicieron cuando estaban
en el poder. Por ej: que no se los castigue por las violaciones de los derechos
humanos que se cometieron cuando estaban en el poder.
● Procesos externos
- Crisis de legitimidad de los regímenes autoritarios (como norma internacional
se imponen las democracias)
- Cambio de posición de la iglesia (iglesia pro democracia y anti dictadura
violencia). En latam la iglesia católica es muy influyente. En algunos casos
fue cómplice de las dictaduras, pero en otros casos se aliaba con la
oposición.
- Fin de la guerra fría
- Cambio de política de EEUU
- Efecto demostración
La tercera ola
Fueron procesos políticos complejos que involucraron una variedad de grupos que
luchan por el poder y a favor y en contra de la democracia y otros objetivos. Los
participantes cruciales en los procesos fueron los reformadores liberales, los
reformadores democráticos en el gobierno de coalición, y moderados democráticos
y extremistas revolucionarios en la oposición.
Los oponentes de la democratización en la oposición eran de izquierda,
revolucionarios y marxistas-leninistas.
Un solo partido
En los casos de sistemas con un solo partido político, este monopolizaba
el poder y se accedía al poder a través de la organización del partido, y a su vez, el
partido legitima su gobierno a través de la ideología.
Regímenes militares
Dictaduras
En las dictaduras, el líder individual es la fuente de autoridad y ese poder
depende del acceso, la cercanía, la dependencia y el apoyo del líder.
Los líderes de las dictaduras personales tenían menos probabilidades que los de los
regímenes militares y unipartidistas de ceder el poder voluntariamente. Condujo al
derrocamiento violento del dictador como sucedió en Cuba, Nicaragua, Haití, Irán y
el dictador fue reemplazado por otro régimen autoritario.
Todos estos sistemas anteriores suprimen la competencia y la participación. La
experiencia histórica sugiere que la democratización procede más fácilmente si
la competencia se expande antes de la participación.
Przeworski cuando se juega el mismo juego sabiendo que alguien gana y otros
pierden. las elecciones son la única vía para llegar al poder.
Procesos de transición
CLASIFICACIÓN DE HUNTINGTON
Transplazo: hay negociaciones de las dos partes, no se puede resolver ni desde arriba ni
desde abajo. Caso de Uruguay. Transición negociada.
Linz para estos términos usa ruptura, ruptforma y reforma.
Muchas veces los procesos empiezan como transformaciones, pero terminan como
transplazos.
Los tipos preferibles de transición para generar un régimen estable según Huntington sería
la transformación o el transplazo, nunca el reemplazo. Estos suelen están más asociados a
la violencia y a cambio abrupto.
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Los grupos involucrados en la política de democratización tenían conflictos
y objetivos en común:
● los reformadores y los “standpatters”se dividían entre liberalización y
democratización, pero tenían un interés en común en restringir el poder de
los grupos de oposición.
● Los moderados y radicales tenían un interés común en derribar el régimen
existente y llegar al poder pero no estaban de acuerdo en qué tipo de
régimen debería crearse.
● Los reformadores y los moderados tenían interés común en la creación de
la democracia pero se dividían sobre los costos de crearlo y cómo debe
distribuirse el poder dentro de él.
● Los “standpatters” y los radicales se opusieron a la cuestión de quién
debería gobernar pero tenían interés común en debilitar a los grupos
democráticos y en polarizar la política en la sociedad.
Transformaciones
En las transformaciones, los que están en el poder en el régimen autoritario toman
la iniciativa y juegan el papel decisivo en acabar con ese régimen y convertirlo en un
sistema democrático. Existe una línea borrosa entre transformaciones y
desplazamientos.
1. Aparición de reformadores
El primer paso es la aparición de un grupo de líderes dentro del régimen autoritario
que creía que el movimiento en dirección a la democracia era necesario y deseable.
5 razones:
1. Los reformadores concluían que los costos de permanecer en el poder como
politizar sus fuerzas armadas, dividir la coalición que los había apoyado, y la
creciente represión había llegado al punto en que una elegante retirada del
poder era muy deseable.
2. En otros casos, los reformadores deseaban reducir los riesgos a los que se
enfrentaban si mantenían el poder y eventualmente lo perdían. Si la oposición
parecía estar agarrando fuerza, organizar una transición democrática era una
forma de lograrlo. Era preferible arriesgarse a perder el cargo que a perder la
vida.
3. En tercer lugar, en algunos casos, incluidos India, Chile y Turquía, los líderes
autoritarios creían que ellos o sus asociados no perderían el cargo. Habiendo
hecho compromisos para restaurar las instituciones democráticas y
enfrentarse a una disminución de la legitimidad y apoyar a estos gobernantes
podría ver la conveniencia de intentar renovar su legitimidad organizando
elecciones en previsión de que los votantes los harían continuar en el poder.
Esta anticipación solía ser incorrecta.
4. Los reformadores a menudo creían que la democratización produciría
beneficios para su país como aumentar la legitimidad internacional, abrir la
puerta a la asistencia económica y militar, préstamos del FMI, etc.
5. En muchos casos, los reformadores creían que la democracia era la forma
“correcta” de gobierno y que su país había evolucionado al punto en que, al
igual que otros países desarrollados y respetados, también debería tener un
sistema político democrático.
2. Adquirir poder
Los reformadores democráticos no solo tenían que existir dentro del régimen
autoritario, también tenían que estar en el poder en ese régimen.
En algunos países como India y Turquía, los regímenes autoritarios fueron definidos
desde el principio como interrupciones en el patrón formal de la democracia. Estos
regímenes fueron efímeros y terminaron con elecciones organizadas por los líderes
autoritarios con la falsa anticipación de que ellos o los candidatos que apoyaran
ganarían esas elecciones.
El fracaso de la liberalización
Un tema crítico en la tercera ola se refería al papel de los reformadores liberales y el
estabilidad de una política autoritaria liberalizada.
El primer requisito para los líderes reformistas fue purgar el gobierno, el ejército, etc.
reemplazando a los “standpatters” en las oficinas superiores con partidarios de la
reforma.
En los regímenes militares, los reformadores argumentaron que era hora de volver,
tras un necesario pero limitado interludio autoritario, a los principios democráticos
que fueron la base del sistema político de su país.
Cooptando a la oposición
Una vez en el poder, los reformadores democráticos generalmente se movían
rápidamente para comenzar el proceso de democratización. Esto implicaba
consultas con los líderes de la oposición, los partidos políticos y los principales
grupos e instituciones sociales.
Reemplazos
Los reemplazos implican un proceso muy diferente al de las transformaciones.
Traslados o transplazo
Dentro del gobierno, el equilibrio entre “standpatters” y reformadores es tal
que el gobierno está dispuesto a negociar un cambio de régimen a
diferencia de la situación de “standpatter” que conduce al reemplazo, pero es
reacio a iniciar un cambio de régimen.
Dentro de la oposición democrática, los moderados son lo suficientemente fuertes
para prevalecer sobre los radicales antidemocráticos, pero no son lo suficientemente
fuertes como para derrocar al gobierno. De ahí que ellos también vean virtudes en la
negociación.
Para que las negociaciones se llevaran a cabo, cada parte tenía que conceder
cierto grado de legitimidad al otro:
● La oposición tuvo que reconocer al gobierno como un socio digno en el
cambio.
● El gobierno tuvo que aceptar a los grupos de oposición como representantes
legítimos de segmentos importantes de la sociedad.
No todas las democracias han caído en esta trampa. Algunos países, incluidos
Bélgica, Gran Bretaña, Costa Rica y Finlandia, han afrontado desafíos de
demagogos pero han sido capaces de mantenerlos al margen del poder.
Salvando la democracia
Existe una percepción cada vez mayor de que la democracia está en retroceso en
todo el mundo. Larry Diamond cree que hemos entrado en un período de recesión
democrática.
El número de democracias aumentó drásticamente entre 1980 y 1990, alcanzó su
punto máximo en 2005 y se ha mantenido estable desde entonces. Por cada país
que ha abandonado la democracia hay otro tanto de países que se han vuelto más
democráticos y permanecen intactos.
Incluso si los demócratas lograran destituir a Trump, la victoria sería pírrica porque
heredarían una democracia despojada de su protección restante. Hasta un tercio del
país probablemente vería el juicio político de Trump como las maquinaciones de un
vasta conspiración de izquierda, tal vez incluso como golpe de Estado. La política
estadounidense quedaría peligrosamente desatada.
La oposición al comportamiento autoritario de la administración de Trump debe
buscar preservar, en lugar de violar las reglas democráticas. La oposición debe
centrarse en el Congreso, en los tribunales y en las elecciones para que sea
derrotado a través de las instituciones democráticas.
El problema fundamental al que se enfrenta la democracia estadounidense sigue
siendo una división partidista extrema, que no solo se alimenta por diferencias
políticas, sino por fuentes más profundas de resentimiento, incluidas diferencias
raciales y religiosas.
Presidencialismo y parlamentarismo:
Es necesario saber de dónde viene la legitimidad del poder ejecutivo para saber si
es presidencialismo o parlamentarismo.
En ambos casos estamos hablando de una legitimidad popular directa tanto
presidencialismo como parlamentarismo
PRESIDENCIALISMO
Un sistema político es presidencial si, y sólo si, el jefe de Estado (el
presidente) a) es electo popularmente; b) no puede ser despedido del cargo por una
votación del Parlamento o Congreso durante su periodo preestablecido, y c)
encabeza o dirige de alguna forma el gobierno que designa. Cuando se cumplen
estas tres condiciones conjuntamente, tenemos un sistema presidencial puro.
Los sistemas presidenciales (al igual que los sistemas parlamentarios) lo son por
una lógica sistemática, conforme a la cual se les puede agrupar. Antes de reasignar
algún presidencialismo a otra clase (semipresidencialismo, casi-presidencialismo,
etc) debemos comprobar si una determinada variación viola o no esa lógica.
El prototipo estadounidense
La experiencia latinoamericana
En América Latina se encuentra la mayoría de los sistemas presidenciales que
tienen un gran historial de fragilidad e inestabilidad.
Por ejemplo, en la actualidad en ningún país hay tanta oposición a los partidos como
en Brasil. Los políticos se relacionan con sus partidos como el partido que alquilan.
con frecuencia cambian de partido, votan contra lo dispuesto por este, y rechazan
cualquier tipo de disciplina partidista sobre la base de que su libertad para
representar a sus electores no debe ser limitada. Por eso, los partidos son entes
muy volátiles y se deja al presidente flotando en un vacío, sobre un Parlamento
ingobernable y fraccionado.
Es cierto, como lo afirma Linz, que los sistemas presidenciales funcionan mal en
países muy divididos y con sistemas partidistas fragmentados. Pero, ¿podrían
estos países funcionar mejor —si las circunstancias siguen igual bajo formas
parlamentarias? No.
PARLAMENTARISMO
Tipos de parlamentarismo
El Parlamento es soberano. Los sistemas parlamentarios no permiten una
separación del poder entre el gobierno y el Parlamento: el poder
Ejecutivo-legislativo se comparte. Todos los sistemas que llamamos
parlamentarios requieren que los gobiernos sean designados, apoyados y, según
sea el caso, destituidos, merced al voto del Parlamento.
El poder compartido
Se otorga poder al jefe del Ejecutivo, el primer ministro, para gobernar. El jefe
de gobierno puede relacionarse con los demás integrantes del mismo como:
a) un primero por encima de sus desigualdades
b) un primero entre desiguales
c) un primero entre iguales
Estas son todas las fórmulas para compartir el poder porque excluyen la
concentración del poder en una sola persona.
Por ejemplo, un primer ministro británico está por encima de sus desiguales porque
es el que realmente dirige el gobierno y tiene libertad para designar y destituir a
ministros que le son “subordinados”
El canciller alemán es primero entre desiguales, mientras que el primer ministro de
un sistema parlamentario ordinario es primero entre iguales.
Un primero por encima de sus desiguales es el jefe del Ejecutivo que a la vez es
jefe del partido, difícilmente puede ser destituido por el voto del Parlamento, y
designa o cambia a los ministros de gabinete según le plazca. Este "primero"
gobierna sobre sus ministros y de hecho puede contradecir sus órdenes.
Un primero entre desiguales podría no ser el líder del partido oficial, y sin embargo
no se le podría destituir en un mero voto parlamentario de confianza: se espera que
permanezca en el cargo aunque los miembros de su gabinete cambien. Este
primero puede destituir a sus ministros, pero éstos no lo pueden destituir a él.
Un primero entre iguales es un primer ministro que cae con su gabinete, que
generalmente debe incluir en el gabinete a ministros que le son “impuestos”, y que
tiene poco control sobre el grupo.
Este sistema con un primer ministro o sistema de gabinete tiene el mejor ejemplo en
el sistema inglés de gobierno.
El sistema inglés de un primer ministro supone el gobierno de un solo partido, lo que
a su vez presupone un sistema de distritos electorales de un solo representante,
que engendra un sistema bipartidista.
Este sistema inglés de un primer ministro puede ser destruido fácilmente mientras
que, por el contrario, no es fácil crearlo.
Si bien el Reino Unido y los países que siguen el modelo inglés ejemplifican el caso
fuerte del parlamentarismo con un primer ministro, Alemania presenta el caso más
débil de la categoría. Alemania no tiene un sistema electoral mayoritario y además
el canciller es elegido en y por el Parlamento y de ningún modo formal es el líder de
su partido.
El parlamentarismo funcional
Con respecto a la capacidad de gobierno, "funcional" tiene dos significados; éstos
son: el gobierno efectivo y el gobierno estable; esta distinción permite tres
combinaciones, es decir, un gobierno que sea: a) efectivo y estable; b) estable y
posiblemente efectivo, y c) inestable.
Estabilidad y eficacia
La “estabilidad” es el principal indicador de la democracia funcional. Si un sistema
parlamentario logra un gobierno estable, también conseguirá un gobierno efectivo. A
la inversa, el gobierno inestable es síntoma de un mal gobierno.
El único país que ha adoptado la elección directa del primer ministro es Israel.
No le proporciona al primer ministro una mayoría, le da el poder de disolver el
Parlamento. El primer ministro elegido directamente no puede ser cambiado y
queda atado al apoyo o a la oposición que le designa el electorado. Su principal
instrumento de poder es la disolución de la legislatura. El primer ministro elegido
directamente gobierna ya sea mediante la disolución del Parlamento, o
introduciendo esa misma rigidez y desventaja en un sistema distinto al presidencial.
EL SEMIPRESIDENCIALISMO
El prototipo francés
Tanto el parlamentarismo como el presidencialismo pueden fallar. A partir de
estos dos extremos se puede buscar una solución “mixta”, una forma política
que se encuentre en medio de los sistemas presidencial y parlamentario y que
tenga elementos de ambos.
El denominador común del presidencialismo y del semipresidencialismo es un
presidente electo popularmente o al menos un presidente que no es electo en y
por el Parlamento.
Críticas al presidencialismo:
Los autores consideran que el presidencialismo también parece ser viable con
partidos que son por lo menos algo disciplinados, y resulta especialmente
problemático con sistemas multipartidistas muy fragmentados y con elecciones
parlamentarias que ocurren con más frecuencia que las elecciones presidenciales .
Finalmente, plantean que cambiar del presidencialismo al parlamentarismo
podría exacerbar problemas de gobernabilidad en países con partidos muy
indisciplinados .
Hay algunas diferencias críticas entre ambos tipos de régimen. Primero, en una
democracia presidencial, el presidente es el jefe del gobierno, mientras que en un
sistema semipresidencial, la jefatura del ejecutivo está dividida y formalmente el
primer ministro es la cabeza del gobierno . Segundo, el gobierno presidencial se
elige por un periodo fijo, mientras que el gobierno semipresidencial depende de la
confianza continua de la asamblea
Críticas al presidencialismo:
Por otro lado, los autores no están de acuerdo con Linz cuando dice que el
presidencialismo induce a una tendencia hacia la política de “ganador único”
más que el parlamentarismo. Desde su punto de vista, los sistemas parlamentarios
no proporcionan mayor ventaja en este aspecto . El grado en el cual las
democracias promueven las reglas del juego de tipo “ganador único” depende
también del sistema partidario y del sistema electoral.
Los autores entienden que el liderazgo presidencial puede ser más débil que
el ejercido por algunos primeros ministros. Los presidentes a su vez, suelen
tener un período fijo de gobierno que deben acatar. Esto limita la posibilidad
de acción y los obliga a intentar llevar a cabo todas las medidas posibles para
alcanzar sus metas en un tiempo corto, lo que es problemático para su buen
desempeño; esto no ocurre con los primeros ministros.
Otra de las afirmaciones de los autores, tiene que ver con la existencia de la
mediación. En los sistemas parlamentarios, el presidente tiene poderes simbólicos o
de moderador, lo que brinda un poder de contención, el cual carece en los sistemas
presidencialistas. La disciplina de los partidos es esencial en los sistemas
presidenciales, ya que de lo contrario, el presidente necesitaría negociar con los
legisladores uno por uno.
Para que la disciplina ocurra, es importante la existencia de partidos cerrados,
donde la organización nacional del partido controla quien resulta electo. A su vez, el
óptimo funcionamiento de los sistemas presidencialistas depende de la existencia
de reglas electorales que limiten la fragmentación del sistema de partidos. “Es mejor
evitar acciones draconianas que podrían conducir a la exclusión de grupos
políticamente importantes que pudieran cuestionar la legitimidad del sistema
político”.
Existen distintos métodos que hacen posible evitar dicha fragmentación. Para que el
presidencialismo pueda funcionar mejor, es elemental que se acentúen ciertas
características, como dotar al presidente con un poder limitado, alentar la formación
de partidos que son razonablemente disciplinados en la legislatura y prevenir
excesiva fragmentación del sistema de partidos. Los autores consideran que el
presidencialismo puede afectar las posibilidades democráticas, pero entienden que
bajo las circunstancias mencionadas, pueden ser viables y firmes.
En las siguientes secciones los autores hablan tres factores que ayudarían al
presidencialismo a funcionar mejor.
En abril de 2019 el PSOE obtuvo 120 bancas en el parlamento. En ese momento cuando se
hicieron las elecciones parlamentarias, el gobierno cesó, pero siguió en funciones hasta que
otro entre, pero no se logró formar un gobierno. Estuvieron todo el año intentando formar un
gobierno mientras que Pedro Sánchez seguía en el gobierno. Hubo 3 votaciones en el
parlamento, pero en las primeras 2 no dieron como resultado una mayoría, en la 3 se dio y
volvieron a nombrar a Pedro Sánchez. Se formó la primera coalición de gobierno de la
democracia española.
Ingeniería constitucional
● Conflicto de poderes
● Rigidez/flexibilidad
● Efectividad
● Tendencias autoritarias
● “suma cero”, exclusión de la oposición/coaliciones
● Estabilidad del gobierno/del régimen
Creo que Linz dice que, salvo EEUU todos los países que logran desarrollarse son
sistemas parlamentarios, pero no se toman en cuenta otros hechos. Tal vez el
problema es América Latina, no el presidencialismo. También atribuye ciertos
elementos al presidencialismo que no son característicos de todos los
presidencialismos, por ejemplo, que es un sistema de suma cero, de que el ganador
se lleva todo. El sistema de parlamentarismo es igual, el que gana también se lleva
todo. Dice también que no existe un presidencialismo de coaliciones, pero sí existen
y varias muy exitosas.
La elección de diputados se asignan con un criterio y otro con otros criterios, eso es
un sistema mixto.
Un sistema mixto no es la combinación del sistema proporcional y mayoritario.
❖ Desventajas:
➢ exagera los resultados. percepción de injusticia en los resultados -
votos que ‘no cuentan’
➢ tener más votos no necesariamente se traduce en tener más bancas,
importa su distribución
➢ menor participación; exclusión de minorías
➢ desalienta la formación de terceros partidos
➢ posibilidad de formación de ‘feudos regionales’ (sin competencia)
➢ aumenta la importancia del trazado de los distritos electorales
El premio a la mayoría
Por otro lado está la fórmula adoptada en Paraguay. Dos terceras partes
de los escaños se conceden al partido que obtiene más votos, y el tercio restante
se distribuye proporcionalmente entre todas las demás listas partidistas. En
este caso una tercera parte del acuerdo es proporcional.
Por lo general se dice que sigue la "mayoría relativa", a la que se identifica con la
pluralidad.
Una pluralidad es, en cambio, "cualquier mayoría", y con mucha frecuencia consiste
en la "minoría más grande". la diferencia entre las proporciones de la pluralidad y
las de la RP es muy pequeña.
Elección pluralistas
Cuando la elección es muy disputada y los votantes son volubles, los partidos y los
grupos de presión políticos se ven obligados a buscar al candidato más atractivo
electoralmente que puedan encontrar. Pero en los distritos que consideran seguros
pueden darse el lujo de proponer, e imponer, a sus propios seguidores sin tener en
cuenta sus calificaciones.
SISTEMAS PROPORCIONALES
Si bien los sistemas de RP procuran transformar proporcionalmente los votos en
escaños, aún así su grado de proporcionalidad o desproporcionalidad varía
mucho.
Está definido decisivamente por el tamaño del distrito electoral, además de por
las fórmulas que transforman votos en bancas. El tamaño del distrito electoral se
mide por el número de miembros que elige cada distrito. Cuanto mayor sea el
distrito, mayor la proporcionalidad, y viceversa. Una mala proporcionalidad
castiga a los partidos pequeños, los borra del mapa. La lógica es la siguiente:
cuanto menor sea el número de representantes, mayor será el número de
votos desperdiciados, es decir, de los votos por debajo del cociente de las
mayorías triunfadoras que simplemente se pierden.
Respecto a las reglas para asignar los escaños, el sistema más puro de todos es
el voto único transferible (VUT) en distritos con varios representantes; se pide a
los votantes que numeren a los candidatos por el orden de su preferencia;
todo voto por encima de la cuota (cociente electoral) se reasigna a la segunda
preferencia; entonces se eliminan los candidatos con menos votos y las preferencias
de sus votos son redistribuidas hasta que todos los escaños han sido asignados.
Listas partidarias
Hoy en día las fórmulas más utilizadas son las de la media más elevada, entre ellas
la fórmula D'Hondt, que es la que usamos en España. Genéricamente, estas
fórmulas de divisor común dividen el número de votos que ha obtenido cada lista
electoral por la correspondiente serie sucesiva de números, hasta alcanzar la cifra
de escaños correspondiente a la circunscripción. Los coeficientes obtenidos de las
divisiones se ordenan de forma decreciente, y se distribuyen los escaños a repartir
entre las medias más elevadas hasta que se agoten.
● Fórmula de divisor (ej sistema D´Hondt): Dividimos los votos de los partidos
por divisores preestablecidos
Permite a los electores votar dos veces con un intervalo de una o dos semanas
entre la primera votación y la votación final. Los votantes pueden reorientar sus
preferencias considerando los resultados de la primera elección.
El sistema de la doble ronda electoral fue muy usado en el pasado: con distritos de
un representante único en Francia, España, Holanda, Alemania, Austria. En tanto
que los países mencionados. por lo general mostraban, en ese tiempo, un sistema
de partidos poco o nada estructurado.
¿Qué tan abierto o qué tan cerrado debe ser el acceso a la segunda votación?
A este respecto Sartori favorece a una solución semiabierta o semicerrada que
permita el acceso a tres o cuatro candidatos, por dos razones. Primero, si la
segunda votación admite más de cuatro finalistas, entonces alienta a los
contendientes "chantajistas" que no tienen ninguna oportunidad de triunfar.
En segundo lugar, tres o cuatro finalistas bastan para permitir el grado de
negociación entre los partidos, suficiente para moderar la política y disminuir
las divisiones acentuadas artificialmente.
Por lo general los candidatos sólo dependen de sus propios recursos (financieros o
de otro tipo) cuando el sistema de partidos es débil, poco estructurado y muy
descentralizado. Como difícilmente puede salir adelante sólo con su patrimonio
personal, en casi todos los casos el contendiente se vincula a sindicatos, grupos
religiosos y otros de los cuales recibe apoyo.
Cuando votamos por una persona sí importa quién es quién y puede convertirse en
un factor decisivo, en tanto que donde se vota por listas se está votando
básicamente por un partido (ideología, programa, etc) y en gran medida este
controla a su vez a los ganadores individuales.
El voto por una persona caracteriza a los sistemas con distritos electorales
mayoritarios de un solo representante, por lo que incluye a los de doble ronda
electoral. Los electores ven a personas concretas con sus nombres propios, los
partidos deben ceder ante la necesidad de encontrar un “buen candidato”. Pero esto
no sucede en distritos con un electorado seguro en que un partido obtiene una
mayoría cómoda.
El siguiente paso es relacionar los formatos que predicen las cuatro reglas
anteriores con las características sistémicas, esto es, con distintos tipos de sistemas
de partidos
Se definen tres patrones sistémicos importantes: 1) la mecánica bipartidista, o sea,
la alternación de dos partidos en el poder; 2) el multipartidismo moderado, es decir,
cambios bipolares en los gobiernos de coalición, y 3) el multipartidismo polarizado,
esto es, los sistemas caracterizados por la competencia multipolar, las coaliciones
localizadas en el centro que reciben votos en la periferia, y los partidos opuestos al
sistema.
Dada la consolidación estructural (condición necesaria) y considerando la
polarización como la variable, en cierto grado dependiente, el autor presenta las
siguientes hipótesis:
Hipótesis 2: Si se supone que las minorías irreductibles (si las hay) están dispersas
de tal manera que caen por debajo de las cuotas, las fórmulas impuras de RP
probablemente permitan que existan de uno a dos partidos por encima del formato
bipartidista.
En primer lugar, debe entenderse que los "sistemas electorales fuertes" no sólo
incluyen, como es obvio, la fórmula pluralista sino también fórmulas de RP
impuras. Por el contrario, los "sistemas electorales débiles" se refieren a las
fórmulas RP de relativamente puras a pura.
¿Cual es mejor ?
Concluye, entonces, que de haber un sistema electoral que sea "mejor", este
sería el sistema de doble ronda electoral con su amplia gama de adaptabilidad
o de formulaciones posibles, con la observación, por cierto, de que ningún
sistema es el mejor en todos los casos.
Sistemas electorales
Conjuntos de reglas que estructuran el modo en que se emite el voto en una
elección, y el modo en que los votos emitidos se traducen en la asignación de
cargos.
Los sistemas electorales presentan variaciones en los siguientes aspectos:
1. Regulaciones electorales: habilitación de votantes, condiciones de las
candidaturas, gastos de campaña, etc. Hay sistemas que ponen un límite
a los gastos en las campañas electorales, otros prohíben los fondos
privados para las campañas, solo pueden ser públicos, etc. Hay muchas
regulaciones con diferentes consecuencias.
2. Magnitud de los distritos: número de cargos en juego de cada distrito. Los
distritos son las circunscripciones, es un espacio en el cual se distribuyen
una cierta cantidad de cargos. En Uruguay para elegir diputados, los
distritos son los departamentos porque se eligen diputados por cada
departamento. Se refiere a la cantidad de cargos. Hay distritos
uninominales donde se elige un solo cargo y los plurinominales donde se
eligen muchos cargos. En el uninominal se usa un sistema mayoritario
porque es un solo cargo que no se pueden repartir, cuando es
plurinominal da la posibilidad de decidir si queremos usar un sistema
proporcional.
3. Estructura de la boleta: forma en que los votantes manifiestan su opción.
Si son candidaturas individuales, partidarias, o si tienen posibilidad de
hacer cambios donde los votantes pueden cambiar el orden de los
nombres de las boletas. Esto tiene que ver si las listas son cerradas o
abiertas.
4. Fórmula electoral: cómo se cuentan los votos para asignar los cargos. Se
refiere a los sistemas proporcionales para ver cómo se transfieren los
votos a bancas. Se aplican fórmulas matemáticas para distribuir los
cargos.
Regulaciones electorales
● Extensión del sufragio – universal masculino y femenino, gradual desde
medianos del siglo XIX
● Edad: 16 (Argentina, Brasil), 18 (Uruguay), etc.
● Voto obligatorio (multas) u opcional, ¿registro automático?
● Financiamiento: estatal, privado, mixto; límites al gasto
● ¿Parlamentos con mandatos fijos?
● Elecciones en distintos niveles: ¿simultáneas o desdobladas?
● Umbrales de representación (usualmente 3 a 5%)
● Listas abiertas. Uno tiene una lista sugerida por el partido, pero se pueden
sacar nombres, cambiar el orden, agregar nombres, tachar nombres, etc.
El partido pierde totalmente el control de las candidaturas.
Definiciones:
¿Qué son?
Las definiciones pueden ser amplias: se basan en la caracterización del padre de la
sociología, Max Weber. La crítica a esta definición es que es tan amplia que abarca
a cualquier organización que se llame a sí mismo partido, esto no es útil ya que se
incluyen a otros que no se consideran partidos como sindicatos que en realidad no
lo son, sin embargo estos entran como partidos según esta definición.
Para Sartori los partidos son: Definición abreviada: “un partido es cualquier grupo
político que se presenta a elecciones y que puede colocar mediante elecciones a
sus candidatos y cargos públicos”.
La definición mínima
Schattschneider establece que: “un partido político es en primer lugar una
tentativa organizada de conseguir el poder (...), se mantienen unidos por la
capacidad cohesiva del saqueo público”. Schumpeter agrega que “un partido
político no es un grupo de hombres que se proponen promover el bienestar
público conforme a un principio en el cual están todos de acuerdo. Un partido
es un grupo cuyos miembros se proponen actuar concertadamente en la lucha
competitiva por el poder político”.
También se puede dar una definición que mezcla los puntos de vista de Burke,
Schumpeter y Schattschneider:
➔ “Los partidos políticos son organizaciones sociales que tratan de influir
en: (1) la selección y el mandato del personal gubernamental mediante
la presentación de candidatos a los cargos electivos; (2) las políticas
gubernamentales conforme a algunos principios o tendencias acerca de
los cuales estén de acuerdo casi todos sus miembros”.
Janda expresa que “los partidos políticos son organizaciones que persiguen
el objetivo de colocar a sus representantes declarados en apuestas de
gobierno”.
Un partido político es cualquier grupo político identificado por una etiqueta oficial
que presenta a las elecciones, y puede sacar en elecciones (libres o no) candidatos
a cargos públicos.
-Los partidos políticos nos permiten estructurar las opciones políticas de la toma de
decisiones. s (identificación partidaria) Coordinan las acciones de los miembros en
el congreso. De esta forma los representantes saben qué línea seguir y la población
sabe qué esperar del mismo. Para los ciudadanos los partidos cumplen la función
de ser “atajos cognitivos” . De otra forma los ciudadanos tendrían que leer todos los
proyectos de ley y saber entenderlos. Las etiquetas partidarias son atajos distintivos,
cuya inclinación ideológica ayuda a la identificación con los mismos. las etiquetas
partidarias simplifican las representaciones.
Visión general
Los partidos no pueden mantener su rumbo sin peligros más que cuando logran
equilibrar el partidismo y la gobernación imparcial, la lealtad al partido y la lealtad al
Estado, los intereses del partido y los intereses generales.
El marco parte-todo zanja la cuestión de para qué son los partidos, cuál es su
objetivo y/o función fundamental. Cuando los partidos son “partes” entonces
es evidente que son organismos de expresión que sirven para el objetivo
primario de comunicar a las autoridades las exigencias del público como un
todo.
-Bipartidistas: sistema competitivo, hay dos partidos que son competitivos entre sí,
y se van alternando. Puede haber un tercero, pero en general las elecciones se
basan en dos partidos. Ej EEUU
El problema
Desde hace mucho tiempo, los sistemas de partidos se vienen clasificando
mediante la cuenta del número de partidos, sean de uno, de dos o de más de
dos. Pero ahora se considera que la distinción entre sistemas unipartidistas,
bipartidistas y multipartidistas es insuficiente.
Importancia de partidos
¿Cuánta fuerza hace que un partido sea importante y cuánta debilidad hace
que un partido no tenga importancia?. Se establece un umbral por debajo del
cual no se hace caso a un partido pero esto trae problemas ya que, cuanto
más se rebaja el umbral más son las posibilidades de incluir partidos sin
importancia.
Esta norma es solo aplicable a los partidos orientados hacia el gobierno y que son
ideológicamente aceptables para los demás miembros de la coalición.
fragmentación
Después tenemos el caso en que un partido “cuenta más” que todos los demás,
pero de 2 formas diferentes. Por un lado, nos encontramos con un partido
hegemónico que permite la existencia de otros partidos únicamente como
“satélites” o como subordinados, o sea que no se puede desafiar la hegemonía del
partido en el poder. Por otra parte, nos encontramos con el sistema de partido
predominante, una configuración del poder en la que un partido gobierna solo
siempre que continúe obteniendo, electoralmente, la mayoría absoluta.
Después, los sistemas bipartidistas no plantean ningún problema, dado que su
configuración es transparente: dos partidos compiten por una mayoría
absoluta que está al alcance de cualquiera de ellos.
Sistemas Competitivos
Pluralismo polarizado.
En general , los sistemas que más se han explorado son los sistemas bipolares,
los sistemas bipartidistas y los que siguen una lógica dualista similar. Según
Sartori esto es el pluralismo moderado.
Por otro lado, el pluralismo extremo, el polarizado nos enfrenta a una categoría
cuyo carácter distintivo ha escapado a la atención. Esto se debe a dos motivos, Uno
de ellos es el uso de anteojeras dualistas, es decir, la tendencia a explicar todos
y cada uno de los sistemas de partidos mediante la extrapolación a partir del
modelo bipartidista.
Sartori entiende que cuando hay un partido de centro es probable que haya una
tendencia de centro. A su vez, argumenta que en este tipo de sistemas el punto
crítico es entre cinco y seis partidos. Estos son el resultado de descartar los partidos
que carecen de coalición.
En segundo lugar, se dispone de una variable de control: la distancia ideológica.
El mismo, puede funcionar tanto desde dentro como desde fuera, mediante
una sutil infiltración igual que mediante una obstrucción conspicua.
Hay muchas formas de representar las tendencias de fuerzas de los partidos y una
es estableciendo una línea de regresión por años, en la cual la tendencia
acumulativa es la multiplicación de la tasa anual de cambio por la duración electoral
del partido.
Sistemas bipartidistas
El sistema bipartidista es un sistema relativamente sencillo y los países que
practican el bipartidismo son países importantes. Tenemos sistemas
bipartidistas clásicos en Inglaterra, EEUU, Nueva Zelanda, Australia, Canadá, etc.
Existe un formato bipartidista siempre que la existencia de terceros
partidos no impide que los partidos principales gobiernen solos, esto
es, cuando las coaliciones resulten innecesarias.
En el estudio actual del bipartidismo hay implícitos dos fallos. Uno es la incapacidad
y/o falta de voluntad para enfrentarnos con el problema de la importancia de los
partidos. El otro es que muchas veces confundimos el nivel de circunscripción con el
nivel nacional o del sistema. Si se define un sistema bipartidista como “un
sistema en el que candidatos de dos partidos se disputan unas elecciones,
entonces Gran Bretaña nunca ha tenido un sistema bipartidista. Lo que importa
es que los que detectamos y medimos al nivel de la circunscripción es la
competitividad entre partidos.
Partido Único
Partido único significa exactamente lo que dice: solo existe y solo se permite
que exista un partido.
Los dos primeros subtipos están ya bien establecidos en los estudios y sus
diferencias se vienen analizando desde hace mucho tiempo bajo la rúbrica de
dictadura.
El unipartidismo totalitario representa el grado más elevado
de omnipresencia, movilización y control monopólico del partido sobre toda la
experiencia vital de los ciudadanos. Por definición el partido totalitario es un partido
muy ideológico. También por definición, es un partido fuerte.
Claro que la distinción entre ideología y pragmatismo también tiene sus puntos
débiles. Se la puede atacar sobre la base de que el pragmatismo no es más que un
estado de poca afección, de baja temperatura de ideologismo.
Con respecto a los Estados de partido único, es importante que además de observar
que estos regímenes hacen daño y cometen abusos, hay que analizarlos también
desde otros ángulos con respecto a sus: i) objetivos; ii) resultados y política general;
iii) orígenes y etiología, y iv) bases o antecedentes sociales.
Huntington afirma que “los sistemas unipartidistas que alcanzan el éxito tienen
sus orígenes en la bifurcación; el partido es el medio por el que los dirigentes
de una fuerza social dominan a la otra fuerza social”.
El partido hegemónico
Si la clase del partido único contiene sólo un partido, nos queda una serie de
disposiciones que se centran en un partido y exhiben una periferia de pequeños
partidos secundarios y de “segunda clase”. Ante esto podemos deshacernos de los
partidos subordinados como coartadas ficticias o descubrir qué está haciendo el
pluripartidismo
Los partidos de segunda clase pueden ser una fachada vacía. En este caso no
tienen importancia y no se los debe tener en cuenta. Sin embargo, estos partidos
periféricos y subordinados pueden tener importancia en algunos aspectos.
Se realiza un análisis en base a una premisa: los Estados están entrelazados con
sus sociedades respectivas de complejas y variadas maneras; esa inserción
conduce a que los rasgos de cada uno de ellos y de cada sociedad tengan un
enorme influjo sobre el tipo de democracia posible en consolidarse, o sobre la
consolidación o fracaso de la democracia a largo plazo.
Existe también otra dimensión del Estado: la ideológica. El aparato estatal pretende
ser un “Estado para la nación”. El estado alega que es el creador del orden
planteado anteriormente. Igualmente, este orden es desigual en todas las
sociedades, aún cuando se sostenga que resulta igual para todos los miembros de
la nación.
Aún cuando no se extienda a otras relaciones sociales, la igualdad garantizada a
todos los miembros de una nación en términos de ciudadanía es crucial para
el ejercicio de los derechos políticos que connota el funcionamiento de la
democracia.
El autor discute temas relacionados con la crisis del Estado en las 3 dimensiones
identificadas más arriba. Los Estados se vuelven incapaces de promulgar
regulaciones para la vida social que sean eficaces a lo largo de sus
jurisdicciones y de sus sistemas de estratificación. Las provincias situadas en la
periferia, normalmente más duramente afectadas por las crisis económicas,
crean (o refuerzan) sistemas locales de poder que tienden a llegar a extremos
de conducción violenta, personalista, abierta a toda suerte de prácticas violentas y
arbitrarias. Esto expresa la ineptitud creciente del Estado para poner en vigor
sus propias regulaciones.
Si imaginamos un mapa de cada país en donde las áreas azules señalan un alto
nivel de presencia del Estado (en términos de un conjunto de burocracias
eficaces) tanto territorial como funcional; el color verde significa un nivel alto de
penetración territorial pero una presencia baja desde el punto de vista
funcional y de clase; el color marrón indica un nivel muy bajo o nulo de ambas
dimensiones.
Ej: el mapa de Noruega mostraría un predominio de azul, EEUU una
combinación de azul y verde con manchas marrones en el sur y en las grandes
ciudades, Brasil y Perú en marrón.
En las áreas marrones hay elecciones, gobernadores y legisladores tanto
nacionales como estaduales. Las fracciones políticas que funcionan en esas
zonas y los gobiernos locales funcionan en base a fenómenos tales como el
personalismo, amiguismo, clientelismo y otros.
La presencia de esos circuitos de poder se repite en el centro de la vida
política nacional, empezando con el Congreso, la institución que
supuestamente es la fuente de la legalidad existente y que abarca todo el
territorio. En general, los intereses de los legisladores “marrones” son mantener el
sistema de dominación privatizada que los eligió y canalizar hacia ese sistema
tantos recursos estatales como sea posible. Su éxito depende del intercambio de
“favores” con el gobierno y las diversas burocracias.
El autor discute una clase particular de crisis, la que sufren los países
(Argentina, Brasil y Perú) que se encerraron voluntariamente en un patrón de
inflación elevada y recurrente, puntuado por repetidos intentos de controlar el
alza de precios y de realizar “reformas estructurales”.
Mientras más larga y más profunda sea la crisis, y mientras menor sea la confianza
en la capacidad del gobierno para solucionarla, más racional se vuelve para todos el
actuar: (1) a niveles desagregados con relación a los organismos estatales que
pueden solucionar las consecuencias de la crisis; (2) con horizontes cortoplacistas;
(3) con la presunción de que todo el mundo va a hacer lo mismo.
Conclusión
A largo plazo, las democracias pueden dividirse entre las que siguen el rumbo
afortunado y aquellas que retroceden a un autoritarismo extremo.
Democracia iliberal.
Como ha señalado el politólogo Philippe Schmitter, "el liberalismo, ya sea como una
concepción de la libertad política, o como doctrina sobre política económica, puede
haber coincidido con el auge de la democracia. Pero nunca ha estado inmutable o
inequívocamente vinculado a su práctica"."
Hay un creciente malestar por la rápida propagación de las elecciones
multipartidistas por el centro-sur de Europa.
Democracia y libertad
La Tercera Ola, Samuel P. Huntington explica por qué: Las elecciones, abiertas,
libres y justas, son la esencia de la democracia. Los gobiernos producidos por
las elecciones pueden ser ineficientes, corruptos, miopes, irresponsables,
dominados por intereses especiales e incapaces de adoptar políticas exigidas por el
bien público. Estas cualidades hacen que esos gobiernos sean indeseables, pero no
los hacen antidemocráticos.
Hoy en día los gobiernos de Asia oriental son una mezcla de democracia,
liberalismo, capitalismo, oligarquía y corrupción, al igual que los gobiernos
occidentales alrededor de 1900.
John Stuart Mill abrió su clásico On Liberty señalando que a medida que los países
se volvían democráticos, la gente tendía a creer que "se había dado demasiada
importancia a la limitación del poder en sí. Esa era una respuesta contra
gobernantes cuyos intereses se oponían a los del pueblo."
Michael Doyle, el principal erudito sobre el tema, confirma en su libro de 1997 Ways
of War and Peace que, sin el liberalismo constitucional, la democracia misma
no tiene cualidades que induzcan a la paz.
El camino americano
Zakaria
Cada vez hay más democracias, pero luego los gobernantes reprimen los derechos
de los ciudadanos. Con el título de democracia se permiten violaciones a estos
derechos, ya que tienen legitimidad. Hay más democracias pero no necesariamente
son liberales. Definiciones de democracia y liberalismo se contradicen. Qué
importa que haya elecciones si después no se respetan resultados. El apartado más
importante es el del camino hacia la democracia liberal.
El liberalismo pone límites al poder. Estos límites son los derechos. Ambas
tradiciones son completamente separadas e independientes. El lugar donde
estas dos tradiciones se juntaron fue en EEUU. Su idea no era crear una
democracia. De hecho crearon una república. La república es un sistema basado en
el equilibrio de poderes. CIudadanía de baja intensidad: “ahora vivimos en una
democracia con derechos políticos, derechos civiles muy retaceados y derechos
sociales que retrocedieron brutalmente, es decir que es una democracia de régimen
pero con una ciudadanía de baja intensidad que plantea gravísimos peligros para el
futuro del sistema”
Imperio de la ley:
Variaciones en 8 dimensiones:
● imperio de la ley
● participación
● competencia
● accountability vertical
● accountability horizontal
● respeto de las libertades civiles y políticas
● igualdad política , dimensión puente
● capacidad de respuesta del estado bajo la forma de políticas públicas a la
demanda del estado.
El eslogan de los derechos humanos son derechos de las mujeres surge en los
años 80. El estereotipo de mujeres eran extremas, violentas, etc sin embargo, esto
era una minoría. Todo esto a partir del año 1995.
El machismo, es más cultural, tiene esa característica de ser hombre fuerte, donde
se cosifica a las mujeres, se ponen por encima de ellas, se caracteriza por tener esa
actitud.
El seximo, por otro lado, son practicas y actitudes internalizadas que promueven un
trato diferenciado d elas personas en funcion del sexo biologico, donde se asumen
determinadas carateristicas y comportamiento, capacidades donde se espera que si
las caracteristicas son femeninas entonces so mujeres y viceversa.
Oleadas feministas:
Segunda ola feminista: desde los años 60. Descriminacion en el empleo igual
remuneración por igual trabajo y en la educación y los derechos reproductivos.
Tercera ola feminista: desde los años 90 . Interseccionalidad ( raza, clase social,
orientación sexual.
Todos sabemos que hay más hombres que mujeres en la política, pero los
detalles siguen siendo un shock: ¿sólo cuarenta y tres mujeres de los 650
miembros del parlamento británico? ¿Sólo veintiocho mujeres de los 435
miembros de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos? ¿Qué clase de
democracia es ésta? La democracia liberal hace sus ecuaciones ordenadas entre
democracia y representación, democracia y sufragios universales. No obstante, la
infrarrepresentación de las mujeres dentro de la política convencional es
crucial para pensar en la democracia y el género. ¿Qué aporta la suba
presentación de las mujeres a la comprensión de la democracia? Muestra que hay
un problema, sin duda.
Representación ''Espejo''
Mientras las mujeres se posicionan como las dependientes de los hombres —un
posicionamiento que parece basarse en un enclavamiento de fuerzas sociales,
económicas y culturales que es difícil saber por dónde empezar—, me parecía
inconcebible que hombres y mujeres pudieran tomar partes iguales en el ámbito
político.
En 1983, por ejemplo, el Partido Laborista noruego introdujo una cuota del 40% para
los candidatos en las elecciones locales y nacionales y, como el partido más grande
después de las elecciones de 1985, contribuyó significativamente a la ventaja que
Noruega asumió entonces. A través de la mayor parte de Europa, el movimiento de
mujeres mostró poco entusiasmo por las convencionalidades de la democracia
representativa, y no fue hasta finales de la década de 1970 que las feministas
comenzaron a mirar a los partidos políticos existentes como un escenario importante
para el cambio.
En períodos clave, estas secciones de mujeres habían trabajado duro para plantear
cuestiones feministas. Sin embargo, en Suecia, Noruega y Finlandia, fueron las
secciones de mujeres de los partidos socialdemócratas las que comenzaron a
correr. Los notables niveles de participación femenina en estos países
pueden explicarse por una combinación de tres factores. La primera es la
condición propicia de sus sistemas de representación proporcional. La
segunda es la fuerza de las organizaciones de mujeres dentro de los partidos
socialdemócratas tradicionales, y las decisiones políticas tomadas por
feministas que han dado mayor importancia al poder convencional. La tercera
es la diferencia entre la democracia liberal y la social.
Cuotas de Género
Los académicos deben comenzar por mapear la arquitectura formal y las reglas,
normas y prácticas informales de las instituciones particulares bajo estudio, mientras
que también hay que permanecer atentos a las formas activas y continuas en las
que el género se reinscribe en estas instituciones.
Las leyes de cuotas dirigen su objetivo hacia la defensa del derecho ciudadano a
ser representante sin exclusiones de género cuando obligan a los partidos políticos
a diseñar sus listas con candidatos de ambos sexos. América Latina es la región del
mundo donde más países adoptaron este dispositivo. Igualmente, su efectividad y
aplicabilidad es heterogénea según las características propias de sus textos
normativos combinados con las condiciones sociales, políticas, culturales, etc.
Cuotas y Paridad
La paridad política se expresa en una norma que obliga a los partidos políticos
a confeccionar las listas de candidatos con un 50% de integrantes de cada
sexo ordenados en forma secuencial y alternada. También fue incluido en las
agendas de los organismos internacionales.
En 1996 Costa Rica estableció una cuota del 40% pero su efectividad se vio
eclipsada al no contener la norma un mandato de posición. Aprobó la paridad
en 2009 y este proceso fue muy celebrado.
La paridad se aplicó por primera vez en las elecciones municipales de
diciembre de 2010 y en 2014 se utilizó para los comicios a nivel nacional. En el
artículo 2 establece que «la participación política de hombres y mujeres es un
derecho humano reconocido en una sociedad democrática, representativa,
participativa e inclusiva al amparo de los principios de igualdad y no
discriminación».
Aunque las leyes de paridad permiten superar varias dificultades que presentan las
leyes de cuotas, también enfrentan barreras. La paridad neutraliza efectos
negativos de la legislación sobre cuotas como: i) la ausencia o imprecisiones
en el mandato de posición; ii) el carácter aleatorio del porcentaje mínimo de
mujeres. Pero al igual que las cuotas, la paridad se ve limitada en el acceso a
la representación cuando: i) los sistemas electorales presentan listas abiertas
o desbloqueadas; ii) las normativas no contemplan la paridad junto con un
mandato de posición que incluya principios de alternancia y secuencialidad.
Las cuotas de género se aplicaron una única vez en las elecciones para la
Asamblea Nacional (1998) y su observancia fue efectiva en solo tres provincias.
En 2006 Rafael Correa fue elegido presidente y reelegido en 2009 y 2013. Durante
el período entre fines de 2007 y mitad de 2008, se llevó a cabo una reforma
constitucional. Se reafirmó la voluntad de mantener la paridad para la elección de
cargos públicos representativos y de asegurarla en los cargos de decisión internos
político-partidarios. También la decisión de considerar la paridad como un binomio
(hombre-mujer/mujer-hombre) y la alternancia entre sexos para las listas
plurinominales .
Después de Costa Rica (38,6%) y Argentina (37,4%), Ecuador pasó a ser el tercer
país con mayor porcentaje de legisladoras dentro del grupo de naciones que
cuentan con leyes de cuotas de género y/o paridad para cargos nacionales.
Las listas abiertas suponen un recuento individual de los votos para determinar la
cantidad de escaños que ganará cada partido político; aun cuando los ciudadanos
decidan sufragar por la lista partidaria. Con este diseño electoral, la paridad política
sólo es factible en la presentación y oficialización de listas. En 2009, el 70% de los
ciudadanos optó por una lista partidaria, cuatro años después los partidos políticos
hicieron campaña para que se sufragara otra vez en plancha. De las 11
agrupaciones políticas que se presentaron, 7 obtuvieron representación lo que
señala, además, una alta fragmentación en su sistema partidario.
Bolivia avanzó con el empoderamiento de las mujeres al interior de las cámaras con
la designación de Gabriela Montaño y Rebeca Delgado como presidentas de la
Cámara de Senadores y de Diputados respectivamente.
Por primera vez en la historia de este país, dos mujeres presiden simultáneamente
la Asamblea Legislativa Plurinacional.
Conclusiones
Si bien algunas de estas trabas han sido superadas por el principio de paridad
de género, este trabajo demuestra que aún persisten obstáculos a su
efectividad. La aplicación de la paridad política (con alternancia y
secuencialidad) neutraliza básicamente dos efectos negativos de las cuotas,
por un lado, la ausencia de un mandato de posición en las listas y, por el otro,
las estrategias minimalistas partidarias en la aplicación de las leyes de cuotas.
Como lo demuestran los casos de Bolivia y Ecuador, estos países no solo han
adoptado medidas paritarias electorales, sino que han ido reforzando la equidad de
género a través de leyes complementarias como, por ejemplo, el reconocimiento de
los hechos de violencia política y la aplicación de políticas públicas para evitarlos.
Es posible que los cambios que trajo la democracia de partidos fueran menos
fundamentales de lo que supuso. se construirán y compararán tres tipos ideales de
gobierno representativo: parlamentarismo, democracia de partidos y un tercer tipo
que, por diversas razones que el análisis pondrá de manifiesto, denominaré
democracia de «audiencia». Estos tipos ideales son deliberadamente esquemáticos;
no están previstos para proporcionar una descripción exhaustiva de cada forma de
gobierno representativo, sino para permitir la comparación entre las formas
asumidas por los cuatro principios claves de la representación en cada caso.
Parlamentarismo
Elección de representante
Libertad de la opinión
Como los representantes no están atados por los deseos de los que los
eligen, el parlamento puede ser un órgano deliberador en todo su sentido, o
sea, un lugar en el que los individuos forman su voluntad mediante la discusión
y en el que se llega al consentimiento de la mayoría mediante el intercambio
de argumentos.
Democracia de partidos
Elección de representantes
Michels expuso (y denunció con amargura) la brecha existente entre los dirigentes y
las bases en un paradigmático partido de masas y de clase. Demostró que aunque
los líderes y diputados pudieran tener sus orígenes en la clase trabajadora, en
realidad llevaban una vida pequeño burguesa más que proletaria.
Por lo tanto, es aquellos países en los que los partidos socialdemócratas son
fuertes donde se halla, en su forma más pura, el tipo de representación que
genera la estable fidelidad partidista reflejo de la división en clases.
Democracia de «audiencia»
Elección de representantes
Antes de los años setenta, la mayor parte de los estudios electorales llegaban a la
conclusión de que las preferencias políticas eran explicables a partir de las
características sociales, económicas y culturales de los votantes. Ahora se ha
demostrado que los resultados electorales varían significativamente de unas
elecciones a otras aun permaneciendo invariable el trasfondo socioeconómico
y cultural de los votantes.
La confianza personal que inspiran los candidatos es un criterio más adecuado para
la selección que la evaluación de planes de acción futuros. La confianza, tan
importante en los orígenes del gobierno representativo, vuelve a asumir un
papel central.
Cap 1: la representación
Otras teorías no informan sobre qué es y qué hace un representante. Está la teoría
de la representación simbólica, donde un representante es alguien que “encarna”
aquello que representa, o donde un monarca “representa” su unidad por encima de
las diferencias partidarias.
También está la representación descriptiva, centrada en la composición de la
asamblea legislativa más que en la persona de cada representante individual. En
esta, la representación demanda una “semejanza” entre el cuerpo representativo y
la sociedad representada.
También hay otras teorías que se interesan por la acción de representar. La idea de
acción se asocia con diferentes perspectivas: “actuar en nombre de”, “actuar por el
bien de”, “ocuparse de los intereses de”, etc. Además, el representante es asimilado
a figuras como ser “actor”, “agente”, “embajador”, “abogado”, “enviado”,
“administrador”, “emisario”, entre otros. En cada uno de ellos se ponen diferentes
énfasis y condensan teorías distintivas acerca de la representación política. Algunos
hacen referencia a la libertad de acción del representante, otros hacen referencia a
la obligación del representante de ocuparse del interés de su representado, etc.
En resumen:
La modernidad
La representación como base del sistema político es una idea moderna. A
comienzos del siglo XIX, Benjamin Constant definía al sistema representativo como
la organización mediante la cual la sociedad podía descargar los pesados asuntos
públicos sobre unos pocos.
Fue en el marco de las dos grandes revoluciones con las cuales fechamos el
nacimiento de la modernidad política —la norteamericana y la francesa— que
tuvieron lugar los acontecimientos y debates que dieron forma al principio de la
representación política tal como se lo encuentra actualmente en la base de las
democracias representativas.
La revolución norteamericana
Las 13 colonias británicas de la costa este de Norteamérica era gobernada por un
gobernador—en algunas de ellas designado por el rey, y elegido en otras por un
electorado más o menos amplio, según su carácter más o menos "aristocrático" o
"democrático"— acompañado de un Poder Legislativo integrado por representantes
del rey y de los colonos.
LA REVOLUCIÓN FRANCESA
La Revolución francesa produjo una teoría política muy diferente de la que produjo
la Revolución norteamericana. La Revolución francesa dio origen a una democracia.
El proceso revolucionario se inició en Francia cuando el rey Luis XVI convocó a los
Estados Generales —la asamblea del reino— con el objeto de obtener la aprobación
de nuevos impuestos que salvaran a la monarquía de la bancarrota.
El acto decisivo de la Revolución Francesa fue, pues, un acto relacionado con
la representación política: la eliminación del sistema de discusión y votación
por separado de los tres estamentos y la formación (por efecto de la
identificación de una de las partes —el Tercer Estado, la "casi totalidad" de la
nación— con la nación misma) de una Asamblea Nacional que podría,
entonces, formar una voluntad, la voluntad general. Mediante su introducción,
el Parlamento dejó de ser la asamblea de los órdenes y estamentos del reino
para constituirse en representación nacional/popular e instituir, en un mismo
acto, su propia soberanía.
CRISIS Y METAMORFOSIS
Desde mediados de los años 70, numerosos estudios desafiaron la creencia previa
acerca de la influencia directa y lineal de la televisión sobre los espectadores. Si
bien se constató la existencia de poderosas influencias de la televisión sobre la
opinión pública —en particular, en el contexto de las campañas electorales—, se
descubrió también que ella operaba de modos más complejos de lo que se suponía.
Teorías, como la de la "espiral del silencio", subrayan los efectos homogeneizadores
y disciplinadores de los medios de comunicación, resultantes del temor al
aislamiento que suscita la expresión de opiniones discordantes con las del contexto.
Entre los críticos de las encuestas, por su parte, encontramos en primer lugar a
quienes las consideran como un instrumento de manipulación o de distorsión de una
opinión a la que, sin embargo, adjudican una existencia autónoma e independiente
de su medición. Los críticos más escépticos, por su parte, rechazan el concepto
mismo de "opinión pública"
Las divisiones sociales, en efecto, carecen cada vez más de un orden y una
jerarquía: son, en cambio, múltiples, variadas, borrosas, cambiantes e inaprensibles.
LA CRISIS DE REPRESENTACIÓN
A lo largo del siglo XX, el colosal aumento del poder de las élites políticas había ido
acompañado de la reformulación de la teoría de la democracia en términos elitistas:
la democracia había sido entonces redefinida como la competencia entre élites por
ganar el voto del pueblo.
Cómo funciona la información y como por defecto en los casos negativos operan los
procesos de desinformación.
Otras, más abarcativas, incluyen a la iniciativa legislativa (es decir el derecho de los
ciudadanos a proponer leyes al parlamento); y las “maximalistas” entienden que la
democracia directa también comprende la participación ciudadana en las decisiones sobre
el uso de los recursos fiscales (presupuesto participativo) y en el control de la política.
5. Al listado propuesto por Le Duc cabe agregar el referendo de revocatoria del mandato
(o “destitución legislativa”, recall en inglés), mecanismo por cual los funcionarios electos
pueden ser puestos a consideración popular a partir del pedido de un grupo de ciudadanos
(los procedimientos varían, pero en general se exige una cantidad determinada de firmas).
Por su parte el referendo revocatorio del gobernador californiano Gray Davis terminó
con su destitución y marcó el inicio de una nueva era de democracia directa.
Los estudios dan por hecho que existe una mayor inclusión constitucional, tanto a
nivel nacional como local, de los mecanismos de democracia directa (como el
referendo y el plebiscito), y un aumento de la puesta en práctica de estos institutos a
nivel mundial.
Si bien es posible pensar en una crisis, también es viable hipotetizar con una “metamorfosis
de la representación”, al menos en los países desarrollados.
Los mecanismos que promuevan una participación más directa de los ciudadanos
serían entonces vías para ajustarse a las nuevas realidades sociales y políticas.
Investigadores como Craig y Shmidt ponen el acento en la desafección política y la pérdida
de confianza (political disaffection) en las estructuras democráticas tradicionales, lo que
llevaría a un deseo de controlar a los representantes electos. Un tercer grupo considera que
en realidad es una especie de falso populismo (faux populism) en el cual los grupos de
interés y los políticos utilizan al referendo como una vía para obtener beneficios
corporativos. Donovan y Kart (2007) compararon las explicaciones sobre el aumento del
ejercicio de la democracia directa a través de dos variables: la desafección política de
los ciudadanos, y la movilización cognitiva.
Susan Scarrow lo que esta autora descubre en su estudio sobre las “democracias
industriales avanzadas” es la existencia de un extendido patrón de cambio
institucional que habilita la participación directa de los ciudadanos en la toma de
decisión: el 65% de los países adoptaron este tipo de mecanismos, la mayoría de
ellos en la década del noventa.
En una publicación posterior (2003) Scarrow descubre que es el ámbito local donde
se producen los cambios más relevantes, pues la mayoría de los países que estudia
introdujeron el referendo a ese nivel. Con la excepción de Suiza y Estados Unidos, no
hay evidencias de un aumento importante del uso del referendo, salvo para ratificar
reformas constitucionales.
Laurence Morel También afirma que los referendos iniciados por los gobiernos se deben
fundamentalmente a la aparición de temas nuevos, como es el de la Unión Europea. Por
último, predice que no es probable que disminuya la frecuencia de los referendos, ya que en
muchos casos son obligatorios de facto: aunque no son requerimientos legales en la
práctica, los ciudadanos los exigen porque han sido consultados sobre algún tema en el
pasado, y esperan que eso suceda nuevamente.
Como señala Bogdanor, el referendo más importante en Italia quizás ha sido aquél que
no fue llevado a cabo: el miedo al referendo ha persuadido a los gobernantes de
proponer o refrenarse de hacer propuestas. En definitiva, la sola presencia
constitucional de los mecanismos de democracia directa genera efectos políticos.
Lawrence LeDuc en definitiva, señala que –al igual que las elecciones– los
referendos ya son parte del mosaico democrático más amplio en el cual funcionan los
gobiernos. Yannis Papadopoulos (1999) entiende que los actores políticos modifican sus
comportamientos en respuesta al desafío de los referendos e iniciativas de forma directa y
de manera indirecta.
El crecimiento de los referendos convocados por los gobiernos de turno es también un eje
de análisis y un tema de preocupación de muchos investigadores.
Al respecto, Michael Hagen estos autores creen que las iniciativas se llevan adelante
precisamente porque debilitan a las legislaturas.
Lawrence Morel (2001) analiza este tipo de referendos y advierte que existen cuatro tipos
de motivaciones gubernamentales para realizar convocatorias: para consolidar su poder
(plebiscitary motivations), para resolver divisiones dentro del partido o la coalición
gobernante (tension resolving problems), para aprobar leyes que de otra manera no podrían
aprobarse (legislative motivations) o cuando el referendo es un requisito de hecho para
mantener la legitimidad política (obligatory legitimation referendums).
Gerber y otros confirman que todas las iniciativas ciudadanas requieren de la acción de los
gobiernos para que se apliquen: “a aquellas personas que piensan que los grupos sociales
deben poder formular leyes sin la intervención de los actores gubernamentales, el resultado
de esta investigación les causará preocupación. A aquellos que piensan que la participación
de los actores gubernamentales resulta mejor o más representativa, los resultados les
causará optimismo” (Gerber et. al., 2001: 110). Los efectos sobre las minorías son una
preocupación central en muchas investigaciones sobre los referendos.
Otros autores consideran que el objetivo de las iniciativas populares continúa siendo (como
en sus orígenes) que los intereses populares puedan prevalecer sobre los intereses
corporativos.
Democracia delegativa
Matsusaka refuta la crítica que sostiene que su ejercicio subvierte el proceso político.
Analiza tres abordajes teóricos a lo largo de su libro: delegación, información y
competencia. En la visión de la “democracia delegativa” los votantes eligen a los
representantes para que diseñen políticas y gobiernen en su nombre (es decir, delegan
en los “expertos” las decisiones de política pública). La iniciativa ciudadana en esta
perspectiva es una herramienta que permite a los votantes revertir lo que los políticos
hacen mal o no hacen, promoviendo políticas más cercanas a lo que las mayorías
desean. Por su parte, la teoría de la información supone que aún cuando los representantes
son competentes y confiables, las iniciativas son valiosas porque pueden contribuir a
resolver cuestiones morales y representar mejor los valores de una comunidad
determinada. Una tercera teoría es la de la competencia, y desde esta perspectiva la
iniciativa ciudadana es una vía para aumentar la competencia política.
En definitiva, cada una de estas perspectivas explica en parte el rol de la democracia directa
(en particular de la iniciativa ciudadana). Como conclusión, Matsusaka afirma que la
iniciativa “está dirigida a los muchos y no a los pocos, pero en cuanto a si eso es algo
positivo o negativo, tendría que requerir mucha más evidencia empírica para determinarlo.”
Bowler, Donovan y Kart (2003) quienes, contrariando al “sentido común” afirman que el
apoyo a las iniciativas y al referendo reflejan más un realismo político (o un
“sofisticado cinismo”) que una demanda radical por incrementar las posibilidades y
el número de decisiones que los votantes pueden hacer la opinión sobre la naturaleza
de la representación influye en el apoyo a la democracia directa: muchos ciudadanos
aprueban el ejercicio de la democracia directa como manera de controlar el poder que
los grupos de interés ejercen sobre los representantes. En definitiva, estos
investigadores sugieren que los votantes ven a las instituciones de la democracia
directa y de la democracia representativa como complementarias, más que como
rivales.
Aspectos negativos:
Ian Budge concluye que no hay un solo efecto de la democracia directa en los
partidos políticos y que el impacto dependerá de la naturaleza del sistema, del
régimen de referendo, y de los mismos partidos.
Las iniciativas ciudadanas influyen directamente en las elecciones. En Estados Unidos este
fenómeno se denomina ballot proposition spillover: las propuestas de los ciudadanos
fuerzan a los candidatos a manifestar su opinión sobre el asunto en cuestión, y esa postura
influye en los votos que reciben en las elecciones.
En conclusión,
Los referendos y en particular las iniciativas ciudadanas tienen efectos sobre las
decisiones políticas. Los partidos y los gobernantes juegan un rol central y son
responsables de las consecuencias del uso de los mecanismos de democracia
directa.
Los autores tratan de demostrar que los ciudadanos no son competentes para tomar
decisiones de política o que la utilización de estos mecanismos producen efectos
nocivos sobre la democracia. Del otro lado están los activistas a favor de la democracia
directa que piensan que la sola aprobación del referendo conlleva una mejora en la calidad
de la democracia.
Propuesta de investigación
Se estudia el ejercicio actual de la democracia directa como una vía más de posible
transformación global de la democracia. Marl Warren propone pensar en dimensiones de
democratización diferentes e interrelacionadas a partir de la inclusión. Este término hace
referencia a 2 normas: 1. al “empoderamiento” de los ciudadanos (voz y voto); 2. a darle a
los individuos autonomía para participar y para decidir.
1. Consulta obligatoria.
Hay constituciones que prevén consultas obligatorias. Se refiere a la obligatoriedad de
convocar a un referendo o plebiscito frente a una reforma de la constitución, a
modificaciones en los límites territoriales nacionales o locales, y a cuestiones referidas a la
aprobación de tratados internacionales.
Cuando hay obligatoriedad absoluta, se presentan riesgos y beneficios políticos.
En cuanto a los riesgos, puede darse una parálisis política. Ante la posibilidad de que la
ciudadanía rechace la reforma, los actores políticos prefieren no proponerla o puede
transformarse en un recurso político para promover actitudes “populistas”. También se
puede desvirtuar el sentido de la ratificación o rechazo a la reforma cuando los ciudadanos
votan para manifestar apoyo o desaprobación a un partido. A veces la reforma puede ser
aprobada por un porcentaje de la población no representativo.
En cuanto a los beneficios, obligaría a los proponentes a diseñar reformas que estén en
consonancia con los intereses mayoritarios, fomentar participación divulgando e informando
los contenidos de la propuesta.
2. Iniciativa presidencial
Cuando las constituciones habilitan a los presidentes a convocar al ejercicio de los
mecanismos de democracia directa (plebiscito), existe el riesgo de que hagan un uso
“político”, es decir que utilicen la consulta con fines demagógicos, partidarios,
autoritarios.
En los casos en que no es necesaria la aprobación del congreso para convocar a los
ciudadanos de manera directa, existe la posibilidad de que el objetivo presidencial
sea eludir las mayorías en el parlamento. Cuando esto sucede el riesgo es que se
debiliten los mecanismos de representación.
Una forma de atenuar estos efectos es separar en el tiempo el ejercicio de la democracia
directa de las elecciones nacionales; de esta manera no se “contaminan” las convocatorias.
En contextos de debilidad del sistema de partidos y de baja calidad de la democracia,
los plebiscitos pueden promover democracias delegativas. Los votantes ven al
presidente como el depositario exclusivo de la legitimidad democrática, al que delegan el
derecho y la obligación de resolver los problemas del país a su leal saber y entender.
El ejercicio de la democracia directa puede contribuir a la deliberación y a la participación y
tener efectos adversos o diferentes a los buscados por el presidente.
Los textos constitucionales constituyen una vía para analizar la política de un país, o sea,
las relaciones de poder en una sociedad. Los diseños institucionales son estructuras
que ofrecen oportunidades e incentivos para la participación política de los
ciudadanos y de las organizaciones. Los actores políticos se posicionan y actúan en
el marco de cierto arreglo institucional.
Ricardo Gil Lavedra identifica 5 grandes ejes por los que atravesaron los cambios
constitucionales en las últimas décadas en latam: a. la independencia de la justicia; b.
los derechos sociales; c. los órganos de contralor y lucha contra la corrupción; d. el
reequilibramiento entre el PE y el PL; e. las nuevas formas de participación popular.
Desde 1990, todas las constituciones latinoamericanas han sido reformadas al menos una
vez y las reformas han sido generalmente importantes. Además de inscribirse en una nueva
ola de democratización, estas reformas a menudo respondieron a los intereses más
inmediatos de los líderes políticos, que parecen no (querer) distinguir entre el diseño
institucional y la práctica política, cuando las reglas no funcionan a su favor.
En 1979, la democracia era poco más que una aspiración en la mayoría de los países
latinoamericanos. La ciudadanía se expresaba de forma contenciosa. Poner las urnas para
elegir libremente a las autoridades era un objetivo de máxima para muchos; hablar de
participación ciudadana directa habría sonado a mitología griega o a ciencia ficción.
En la segunda década del siglo xxi, la demanda de participación ciudadana ha crecido tanto
como el miedo de las elites a dejar ciertas decisiones en manos de la ciudadanía. De poco
vale preguntar si los referendos son democráticos o autoritarios, porque es evidente
que pueden derivar en un resultado o en otro. Per se son mecanismos de toma de
decisiones.
Relevante es dimensionar la importancia del diseño institucional del referéndum, el
respeto a las reglas del juego y los retos que impone la formación de la opinión
pública en el siglo de los medios digitales .
El reparto de poder
Esta costumbre no fue exclusiva de Suiza; también estaba presente en muchas ciudades
europeas, al igual que otras formas de participación que no sobrevivieron pero están siendo
resignificadas actualmente, como las asambleas ciudadanas, cuyos participantes eran
elegidos por sorteo y que se extendieron en ciudades catalanas, francesas e italianas
durante la Edad Media.
La teoría es indispensable para pensar las bases de la democracia, sus argumentos y los
futuros posibles. En las últimas décadas se ha criticado bastante a la ciencia política más
ciegamente apegada a los datos por basarse en probabilidades generadas en
observaciones de lo existente. Esto conduciría a una disciplina conservadora y poco
preparada para tratar tanto con los grandes retos del presente como con el cambio
inesperado.
La selección de una parte de los jueces y las juezas por sorteo (con la condición de cumplir
con los requisitos básicos definidos) podría ser un mecanismo ideal para evitar la
partidización de la justicia, fuertemente cuestionada por sus vínculos con el mundo político,
del que dependen en definitiva los nombramientos. Pero pensar el sorteo como reemplazo
de la democracia representativa pasa por alto los condicionantes del cambio institucional.
¿Superar los déficits de la representación?
Por un lado se identifica la representación en su modelo más puro con una barrera de
contención frente a las “pasiones irracionales” que conducirían a la masa a tomar
decisiones que serán malas o catastróficas. Por el otro lado, la soberanía reside en el
pueblo y es este el que debería tomar decisiones e incluso tener la potestad de remover a
delegados, en tanto encargados de implementar la voluntad popular.
2016 fue considerado por los medios de comunicación «el año del referéndum», aunque
más bien parecía que se anunciaba su muerte. Aquello de dejar decisiones en manos de la
ciudadanía claramente iba mal, decía el mainstream.
¿Regulaciones inútiles?
La evidencia que tenemos sugiere que en América Latina (con excepción de Uruguay)
las regulaciones que permitirían a la ciudadanía tomar decisiones directamente en las
urnas son deficientes o son bloqueadas por los organismos responsables, en teoría,
de controlar su buena implementación. Mientras, quienes detentan el poder tienen
más mecanismos que antes para resolver la disputa entre élites políticas. Esto último
podría ser alentador si se piensa que hace cuatro décadas eran los golpes de Estado los
que resolvían estas disputas.
Semana 13
Brokers, Voters and Clientelism: The Puzzle of
Distributive Politics - Susan C. Strokes, Thad
Dunning
Una regla que dice "invertir en instalaciones recreativas en lugares donde el partido
gobernante está en peligro de perder", como en el caso australiano, u "ofrecer
acceso a programas antipovertidos preferentemente a los votantes receptivos",
como en varios casos latinoamericanos, si se hace público, no pasaría la prueba de
equidad y probablemente perjudicaría al partido que lo expresó. Una es que la
desviación de las normas democráticas de justicia, por no mencionar la igualdad y la
autonomía, es más aguda bajo algunas prácticas no programáticas que bajo otras.
Los teóricos demócratas han identificado durante mucho tiempo un interés público
en el uso de las elecciones como vehículos para la representación, lo que requiere
que las elecciones comuniquen las preferencias y sentimientos de la ciudadanía.
Las elecciones son momentos para elegir a los líderes políticos, en función de
las acciones de los electorados en las urnas. Cuando los académicos
consideran el impacto del tráfico de votos, han sopesado adecuadamente
estas consideraciones públicas, al igual que nosotros.
Un votante cuyo distrito ha sido prodigado con carne de cerdo, por ejemplo,
conserva suficiente autonomía como para que pueda ignorar la carne de cerdo y
votar por otros motivos, sin consecuencias materiales personales. Más
controversialmente, uno podría sostener que un votante cuyas acciones son
monitoreadas por una máquina puede optar por permitir que se tire del gatillo
sombrío: él o ella puede perder beneficios y votar en contra del partido.
Esta diferencia básica entre la toma de decisiones de los votantes bajo la compra de
votos versus bajo la política programática ayuda a responder a otra pregunta: si los
votantes pobres sopesan las consideraciones materiales especialmente en sus
decisiones de votación, si una dificultad central que el tráfico de votos plantea para
la democracia es que implica respuestas distintas de los votantes pobres y ricos,
entonces las apelaciones públicas al interés propio material también plantean
dificultades para la democracia y tal vez deberían prohibirse.
Lo que hace que el tráfico de votos sea tóxico para los pobres no es que
puedan estar especialmente influenciados por las apelaciones al interés
propio, sino que se les soborna para que no presionen sus intereses
materiales sobre sus representantes que dan forma a las políticas públicas,
mientras que los votantes ricos evitan ser sobornados. Este efecto perjudicial
del tráfico de votos en los votantes pobres es una consecuencia de que los partidos
tienen presupuestos limitados y encuentran que los pobres son los más receptivos.
Los votantes pobres y reacios al riesgo estarían comunicando menos sobre sus
preferencias de política y participarían menos en hacer que los funcionarios rindan
cuentas.
Clientelismo
Compra de la organización
Los votantes que reciben pagos son con frecuencia partidarios leales que no
venden su voto o su participación electoral, sino su participación en las redes
de sus corredores. Debido a que los leales al partido son más baratos de
organizar, las personas que se vuelven activas en las redes son
principalmente simpatizantes del partido. Además, no sufren ninguna inutilidad
expresiva por votar por un partido cuyo programa o identidad desdeñan.
Una máquina que solo paga a la gente para que acuda, pero no para que
cambie su voto, apuntará a sus propios partidarios leales que corren el riesgo
de abstenerse. Nos parece una versión relativamente inofensiva del
clientelismo.
Es una desviación más brusca de las normas democráticas que la compra por
participación pura. Lleva al socavamiento de la autonomía y de la igualdad,
reducción de la responsabilidad y un sesgo de los resultados electorales.
Compra de votos
Compra de abstención
Si el Partido A le paga a una persona para que vaya a votar, es probable que
sea partidaria del Partido A. Si el Partido A le paga a una persona para que se
quede en casa, ella es partidaria del Partido B. Mientras que la compra de
participación puede significar que un partido pague a sus propios partidarios
para superar los costos de la votación, y la compra de votos puede significar
pagarle a un partidario del partido para que no deserta, la compra de
abstención siempre significa inducir a alguien a no votar por su partido
preferido. Existe una usurpación de la autonomía de los votantes.
Participación
Redistribución
Eficiencia
Conclusiones
El estudio gira en torno a una distinción clave entre diferentes tipos de distribución
no programática. Esta distinción es entre distribución en que votantes deben rendir
cuentas de sus elecciones y distribución de voto en que las partes no hacen ningún
esfuerzo por hacer cumplir.
Los intermediarios resuelven algunos problemas para los líderes del partido, pero
provocan otros nuevos.
Métodos y sitios
Javier Auyero lleva a cabo un análisis en un asentamiento de ocupantes ilegales y
dos barrios de trabajadores pobres, localizados en el área metropolitana que rodea
la ciudad de Buenos Aires. Allí la política clientelar tiene una presencia muy fuerte.
Al análisis le atañe el estudio de los patrones, agentes mediadores y clientes del
partido más grande del país, el Partido Justicialista.
Los mediadores hacen todo tipo de cosas y lo hacen a lo largo del año, no
solo durante las campañas. Los mediadores proporcionan bienes y servicios
públicos (alumbrado, camiones para la recolección de basura, etc.) para sus
barrios; operan comedores comunitarios, centros de salud y deportivos. En
palabras de Zarazaga, son “multitareas” y “ayudan a gobernar un municipio y
a proveer servicios de manera cotidiana, no solo durante las elecciones”. Los
residentes, por su parte, cuentan con ellos para resolver los problemas que
cotidianamente aquejan a los pobres.
El círculo interno
Para poder actuar como multitareas, los mediadores requieren del apoyo de
un “círculo interno” de seguidores. Este núcleo duro son los “satélites
personales” del mediador, utilizando la expresión de Sahlin. Los mediadores
están ligados a los miembros de su círculo interno con fuertes lazos de larga
amistad y/o parentesco ficticio. El círculo interno ayuda al mediador a resolver
los problemas cotidianos de los clientes: operan comedores comunitarios,
administran programas de bienestar social gubernamentales, distribuyen la
información que obtienen los mediadores; También pueden actuar como
operadores regulares para los patrones y mediadores.
Cuando surgen problemas o se necesita un favor especial (un paquete de
alimentos, algunos medicamentos, una licencia de conducir, el camión de
agua, sacar a un amigo de la cárcel, etcétera), ellos buscan al mediador o a los
miembros de su círculo interno, pero no desarrollan relaciones de amistad o
parentesco ficticio, no mantienen una relación cotidiana, cercana e íntima con
éste. En otras palabras, los vínculos del mediador con su círculo interno son densos
e intensos; los lazos del mediador con el círculo externo son escasos y se activan
intermitentemente.
Los mediadores tienen una posición similar a una institución bancaria grande.
Ellos buscan impulsar su propia carrera política, por lo que tratan de acumular
tanto poder político como pueden y mejorar sus posiciones en el campo
político local (con la esperanza de llegar a ser algún día el patrón). Con el fin
de lograrlo, recaudan recursos (estatales) y acopian información vital para
resolver problemas: se convierten en “solucionadores de problemas”. No
ordenan directamente las acciones de la gente pobre que necesita resolver
cuestiones apremiantes para sobrevivir (lo que Weber llamaría “dominación por
medio de la autoridad, poder para ordenar y obligación de obedecer”). Si los
mediadores no cumplen con lo que han ofrecido, los clientes abandonan la relación.
Cuando expandimos el alcance de las acciones de los clientes más allá de los actos
de votar y de asistir a mítines de campaña, y disolvemos la rígida barrera entre
mediadores y clientes, empezamos a ver que, en el círculo interno, el
clientelismo es algo más que una acción única, focalizada y discreta. Más
bien, tiene las características de una práctica. El trabajo diario, práctico, de la
red inscribe las relaciones de dominación en los corazones y las mentes de
los seguidores más cercanos de los mediadores, en forma de disposiciones.
Los esquemas afectivos caracterizan las disposiciones de los miembros del círculo
interno. Los mediadores son vistos como “amigos sacrificados” que siempre
están dispuestos a ayudar. Sus acciones se juzgan “desinteresadas”.
La conformidad con el dominio clientelar por los miembros del círculo interno gana
especial importancia teórica y empírica. El carácter dóxico del clientelismo no es
resultado de que sea “el único juego a la vista”, sino que es producto de ideas
compartidas que se aprenden en y a través de las interacciones cotidianas entre
clientes y mediadores. Sin embargo, pese a las rupturas en las relaciones diádicas,
los clientes del círculo interior suelen permanecer “leales” al clientelismo como
forma para resolver problemas a través de la mediación política personalizada
Dichas disposiciones hacen que los clientes del círculo interior: a) perciban y
evalúen la política en función de su capacidad para resolver los problemas
cotidianos por vía de la mediación personalizada; b) crean que la acción
política es una actividad que se realiza para apoyar a este o aquel mediador y,
c) consideren al mediador como amigo protector que, retomando la célebre
frase de Merton es “tan solo uno más de nosotros, que entiende cómo está
todo esto”. La autoridad que determinados patrones y mediadores ejercen
sobre sus círculos internos proviene de los recursos que proveen; en cambio,
la autoridad del clientelismo como una institución informal se sostiene por las
disposiciones que induce en quienes participan en los círculos internos de los
mediadores.
Conclusiones
La relación que los círculos internos mantienen con sus mediadores no es una
relación entre un sujeto político y un objeto externo. Es un vínculo de
“posesión” mutua (Bourdieu, 2000) entre habitus (como estructuras
estructuradas de acción, percepción y apreciación) y el mundo político que los
determina de forma cotidiana. Disposiciones cognitivas y afectivas que se
crean dentro de mundos políticos específicos brindan un terreno empírico
inexplorado (y, sospechamos, muy fecundo) para los etnógrafos políticos.
Apuntes clase:
En el caso de Uruguay, no hay muchos estudios del clientelismo porque puede que
no haya mucho del fenómeno.
caso extremo de clientelismo en misiones argentina. el 25% de las vacunas que se
habían recibido no se estaban aplicando, se estaban acumulando. En misiones
hubo elecciones entonces se hacía una gran campaña de vacunación antes de las
elecciones para conseguir votos.
Los beneficios recibidos dependen del apoyo político del individuo, si la respuesta
es sí, es política clientelar, le doy apoyo al gobierno es un intercambio individual
conmigo. Si el beneficio que reciba no depende de lo que yo haga eso es sesgo
partidario, no clientelismo.
-La verticalidad: los barones del conurbano. Jefes supremos que son los
intendentes, en realidad son pocos los que tienen gran hegemonía. En realidad son
jefes políticos que negocian recursos y distribuyen
-la ausencia el Estado, hay una combinación perversa de una falta de participación
del estado, pero si el estado está en el crimen.
¿Qué hacen los punteros en este contexto?
Los intereses del puntero y de los clientes están en línea. A su vez son fiscales en
las elecciones, se roban las boletas entre los partidos.
Entre los votantes que reciben pagos , hay personas que realmente quieren votar a
las personas. Se les paga para que las personas participen más activamente. No
hay distorsión política
-Pagar a la gente para que vote: a quienes se les va a pagar, stokes dice que se le
paga a las personas que ya pensaban votar a ese candidato, entonces facilitan el
transporte, o brindan servicios para facilitar la ida a votar. Eso no es negativo para la
democracia. Sin embargo, no hay garantía sobre saber que realmente les pagan en
contra de su voluntad para que paguen.
para saber las distintas formas en las que se paga el voto