tura de la p~rcepción humana a nuevos lí- mites, más allá de la propia música. Cuando presentó en proyección de Ryoji Ikeda
de vincularse más y mejor que
1952 su libro Silence y su famo- antaño a la producción y la sa pieza insonora 4':33'; la sen- formación. En su programa- cillez de sus ideas descontex- ción se ha mermado la acti ~ tualizó -no sin polémicas- el vidad expositiva que, sin em- impacto de los elementos mu- bargo, logra conexiones más sicales, como hicieron también claras con el público. Pese a Pierre Schaeffer, Henri Pous- la complejidad compositiva · seur y los adalides de la músi- de Data. tecture, este trabajo ca concreta. Hoy los grandes de Ikeda logra su objetivo, de la música electrónica mini- desafiando las miradas sutil y mal, como el japonés Ryoji Ike- eficazmente. Cinco proyecto- da (1966), centran su trabajo res, ubicados a nueve metros en otros aspectos esenciales de altura, envían sobre los del sonido, nutriéndose de la doscientos m 2 de linóleo del luz y la precisión tecnológica suelo una secuencia cíclica de para replantear aquellos tér- estímulos sonoros y·visuales minos, romper cotas y mante- que, sin alardes n:i excesos ner vivo el interés por plantear dogmáticos, estimulan nues- una audición visual del mun- tros umbrales de percepción. do. Hay aquí una gran canti- dad de datos científicos (có- Complicidad esencial digos del genoma humano, En los últimos quince años, coordenadas astronómicas, • Ikeda ha destacado como uno estructuras moleculares de de los artistas que mejor fun- proteínas, computaciones ...) de los fenómenos físicos y los pero la megalomanía docu - conceptos matemáticos en sus mental no es en absoluto la conocidas performances e ins- esencia de la pieza. No es ne- talaciones, donde la complici- cesario desarrollar un máster dad del espectador es esencial. tecnológico para entender la Desde 2006, sus aclamados propuesta, ni hay que superar conciertos audiovisuales Da- abigarrados planteamientos tamatics combinan materia, didácticos, ni adornar la sala ; tiempo y espacio a través de con absurdos decorados efí- códigos de software y pano- meros. Basta con detenerse rámicas espectaculares. Esos unos minutos a mirar y escu- planteamientos son el eje de char, descalzarse y caminar, , la exposición que ahora pre- disfrutando su intensa fuerza senta LABoral, nueva versión escenográfica. de aquellas transformaciones y visualizaciones sonoras que ÁNGEL A. RODRÍGUEZ ya había presentado en Asia, Europa y Sudamérica. La Sala RYO}IIKEDA DATA.TECTURE Plataforma del centro gijonés [5SXGA+VERSION] ***** alberga esta obra envolvente LABoral Centro de Arte y y dinámica. Creación Industrial. Gijón. C/ En estos días , LABoral Los Prados, 121. Hasta el30 de , cumple cinco años, con ánimo diciembre