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Antología de Navidad
BUENOS AUGURIOS
EDITORES:
COSTANTINO LILIAN R.
SOSA MANSILLA ARIEL
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Ed. Atelier
1ª edición
ISBN: 978-631-00-2344-1
Antología cuentos y poesías navideñas : buenos augurios / Anniabel
Martínez
Gómez ... [et al.] ; compilación de Lilian Raquel Costantino ; Ariel Sosa
Mansilla. -
1a ed ilustrada. - Plaza Huincil : Lilian Raquel Costantino, 2023.
Libro digital, PDF
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-631-00-2344-1
1. Navidad. I. Martínez Gómez, Anniabel. II. Costantino, Lilian Raquel,
comp. III. Sosa Mansilla, Ariel, comp.
CDD 808.80334
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Dedicatoria
Por fin llegan esas preciosas fiestas en las que nos reunimos en
familia, disfrutamos de bocados deliciosos y, sobre todo, nos rodeamos
del amor de los que más nos quieren. Y qué mejor forma de celebrar las
fiestas que deseando una bonita Navidad a quienes nos acompañan en
la vida compartiendo la lectura de bellas historias navideñas, donde la
Paz, Amor y Esperanza reinan en nuestros hogares.
Ed. Atelier
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Índice
LA NAVIDAD Y LOS RECUERDOS .............................. 13
NAVIDAD PALENQUERA................................................ 20
EL PESEBRE NAVIDEÑO............................................... 36
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FE DURANTE LA NOCHE. ............................................ 57
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Anniabel Martínez Gómez
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sensaciones que puede experimentar cualquier
persona, en lo particular estás fechas tienen un
significado especial pues lo mejor es que así lo
siento, a pesar de vivir en un país que trató de
eliminar estos festejos por casi 60 años.
Diciembre representa alegría, representa los
colores que dan vida, es llegar a una etapa
donde se cierra un ciclo aunque llegando el otro
año sigamos con los mismos problemas,
diciembre tiene olor a unión de familias, a
reconciliación, a perdonar, en diciembre se baila
de felicidad, la comida en la mesa nos pueden
traer memorias de los que ya no están y alguna
que otra lágrima puede escapar, en diciembre el
sazón es el de la tradición ,el de todas las
abuelas, diciembre es más que unas fechas
festejamos con los que queremos y cargamos
esperanzas para soñar y pelear por los retos.
Yeral Quintanal Mena
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gordos. Reiremos todos en un circo donde to
soy el payaso principal.
Si ellos supieran que no terminé la
especialidad, que Laura es una amiga que me
hizo el favor un día, si supieran que estoy tan
flaco por mi enfermedad y no por las guardias.
Y vendrá mi madre a embutirme de comida, y
yo a disimular las náuseas de los
medicamentos. A decir que no tomo por la
gastritis mientras el tío Alberto insiste en que
un día es un día, con aliento a alcohol malo,
con la piel amarilla de la cirrosis.
Para muchos, la Navidad es un momento para
reunirse con seres queridos, compartir comidas
especiales, intercambiar regalos y participar en
tradiciones arraigadas, como decorar el árbol de
Navidad o cantar villancicos. Es una época en la
que se refuerzan los lazos familiares y se crean
recuerdos duraderos. Navidad conmemora el
nacimiento de Jesucristo, y representa un
momento de reflexión, esperanza y renovación.
También puede ser un momento para
reflexionar sobre el año que termina, establecer
metas para el futuro y buscar un renovado
sentido de propósito y optimismo.
Es un momento para disfrutar de la compañía de
amigos y familiares, participar en eventos
festivos y permitirse un respiro de la rutina
diaria.
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Llanuris Llanes García
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LA NAVIDAD Y LOS RECUERDOS
Cuquis Sandoval Olivas
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rana reanudó con sus saltos y sus juegos en el
mar verde de Adrián.
Pero, otra mañana se vio enfrentado a la
desaparición de las hojas. Buscó una pista que
le permitiera comprender el misterio. Era
hombre de mar y como tal seguramente se le
escapaban algunas sutilezas del mundo
terrestre. Nada sino las gotas de rocío en la
hierba.
Veló toda la noche como cuando amenazaban
los piratas. Desde su hamaca, equipado con un
catalejo, vigiló las pocas hojas que quedaban. Al
alba, vio aparecer un caracol, dos caracoles,
tres, que se deslizaban lentamente hacia los
lirios. En unos segundos se tragaron las
últimas hojas. Hasta le pareció escuchar el
ruido de las mandíbulas masticando el vegetal.
Se le empañaron los ojos y miró la rana que le
rogaba con su mirada que encontrase remedio a
la situación.
Había oído hablar de que la cerveza
emborrachaba a los caracoles sin matarlos, por
lo tanto. De esta manera se podría conservar
sanas y salvas las plantas. Primero, tuvo que
dar tiempo a los lirios para que produjeran
nuevas hojas. Cuando se dio el momento,
Adrian veló, como la primera vez, toda la noche
con su catalejo orientado hacia los tarritos de
cerveza dispuestos al pie de los lirios. Y como la
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primera vez, al alba, llegó la procesión. ¡Qué
sorpresa fue observar a dichos gasterópodos
embriagarse con grandes sorbos de cerveza y
acompañar su festín con los brotes de los lirios!
Adrian los vio saciarse y alejarse de nuevo por
el mismo camino. Otra solución debía
encontrar. La rana parecía impacientarse.
Se le ocurrió la idea de construirles un navío
pirata ya que de tal manera se comportaban,
robando sus tesoros. En un rincón del jardín
clavó unas tablas y dispuso ahí ensaladas
apetitosas que satisficieran su voracidad.
Unas semanas después al despertar vio su mar
florecido de lirios blancos, espumillas mecidas
por el dulce aire del lugar. En medio del océano,
la rana dio un salto y croó de triunfo en el
horizonte despejado.
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ESENCIA NAVIDEÑA
Ivonne Carrasco Rodríguez
Dinorah viaja navideña por la carretera, a
pesar del pronóstico del mal tiempo, que
anunciaba una tormenta invernal con fuertes
ventiscas, las tres horas que la separaban de su
pueblo, le parecía que valía la pena arriesgarse
para llegar puntual a la cena de nochebuena, se
saboreaba las delicias culinarias que de seguro
estaban preparando su madre y abuela,
visualizaba su llegada a la casa cargada de
costosos regalos para toda su familia, el abrir la
puerta y deleitarse con las luces y las
decoraciones típicas, observar los rostros de
sus seres amados y abrazarlos, le encantaban
las coronas, guirnaldas y el árbol. La abue
como cada año, colocaría su ridículo nacimiento
en el borde de la chimenea.
A medio camino, el cielo encapotado de pronto
descargó sus nubes de nieve y la visibilidad era
nula, el motor falló y solo alcanzó a
estacionarse en un acotamiento para evitar
algún accidente, empezó a oscurecer y la
temperatura descendió, su teléfono estaba
descargado y no tuvo otra opción que cerrar el
carro y caminar para pedir ayuda; no sabía qué
rumbo tomar, la noche se hizo más cerrada y la
invadió una gran angustia y desesperación, al
sentirse perdida.
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Recordando las oraciones que en su infancia la
abuela le enseñó, comenzó a orar pidiéndole al
Santísimo ayuda para estar a salvo, a lo lejos
divisó una luz mortecina que fue su faro
salvador, conforme se acercaba vio que era un
viejo establo y casi congelada entró,
humildemente se acercó a algunos animales
que dormían en la paja y se acurrucó a su lado
para entrar en calor, agradeció al Señor ese
sencillo techo y asombrada, recordó la historia
del nacimiento del hijo de Dios, que también fue
en un humilde lugar semejante a ese y empezó
a llorar al sentir en su corazón por primera vez,
la verdadera esencia de la navidad.
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NAVIDAD PALENQUERA
Jary el Primo Hermano
La navidad en el Palenque,
se vive con devoción,
sean todos bienvenidos,
a cantar con el corazón.
Al ritmo de la marimba,
bombo, cununo y guasá,
con todos mis niños,
te invitamos a canta.
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DESDE LA CAMA TREINTA Y UNO
Alexander Elías
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Que alguien le dé un sedante al paciente que en
los decibeles más agudos grita su dolor a todo
pulmón, que alguien me preste un tapa oídos
para poder concentrarme en mi propio suplicio.
Definitivamente los hospitales no son los
lugares más adecuados para las reuniones
familiares en navidad. Y, sin embargo, la virgen
se está peinando.
Otro doctor me pide que diga por enésima vez lo
que me pasa, mis síntomas, me hace un tacto
al abdomen y al final me dice, ya vamos a ver
qué le hacemos. Se va y repite la misma
promesa a los demás pacientes que están
conmigo en la sala de hospitalización. A lo lejos
los pajaritos cantando.
Cosa curiosa, los católicos de mi país no
conmemoran, sino que festejan, cada ocho de
diciembre, la inmaculada concepción de María y
en la noche de víspera, encienden velitas en
faroles para afianzar un dogma que apenas
cumple ciento sesenta y nueve nueve años en el
dos mil veintitrés, si analizamos
desapasionadamente este misterio, resulta que
lleva poco tiempo siendo verdad y moda,
comparado con la edad de Matusalén. Mis
compatriotas también hacen pesebres con
casitas, edificios, arbolitos, ovejitas inmóviles y
los pastores de plástico, queu como los pastores
de iglesia, las cuidan sin pastorear, y para
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colmo, ponen a la virgen y a san José junto con
los reyes magos desde finales de noviembre, y
además juran que de verdad Jesús nació un
veinticuatro de diciembre a las doce de la
noche. Y son fanáticos por ver a Dios nacer.
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LLEGÓ LA NAVIDAD:
María Benarda Marastoni
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NAVIDAD 2023
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UN NUEVO CORAZÓN
Ana Bertha Pérez Ramírez
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sus establos en donde se resguardaban sus
animales.
Con curiosidad caminó y encontró a uno de sus
trabajadores afuera del pórtico.
Le cuestionó que hacía ahí si ya era media
noche, el empleado se puso nervioso y empezó a
tartamudear tratando de darle respuesta, le
temían pues, era violento y les golpeaba cuando
infringían el reglamento.
Tenían estrictamente prohibido dejar que algún
extraño entrara a sus propiedades.
Enojado, al ver que no podía articular palabra,
lo empujó y entró en el establo, con los ojos
llenos de furia vio la presencia de tres intrusos
y se acercó para echarlos fuera, no sin antes
llenarlos de insultos. Era un hombre alto y
fuerte, vestido con una delgada túnica café, una
mujer de menudo aspecto, de tez muy blanca y
hermosa, vistiendo una túnica blanca con una
frazada azul que le cubría la cabeza y en medio
de ellos un bebé recién nacido, acostado en un
pesebre de paja y envuelto con una manta
blanca.
Cuando el hombre se aproximó, el niño fijó su
mirada en él y se quedó paralizado, sintiendo
que su corazón latía de prisa y un calor le
recorría el pecho, cayó de rodillas ante el
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pequeño y lágrimas empezaron a rodar por sus
mejillas de manera incontenible.
En ese justo momento, el pacto hecho con
satanás, quedó para siempre desecho y ese
hombre fue libre.
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QUE HERMOSA ES LA NAVIDAD
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AZÚCAR GLAS
Versos Flotantes
Copos blancos
de azúcar glas
en una fiesta
de cumpleaños,
en una casa
por la navidad.
Copos blancos
en porciones
de un pastel,
en diciembre
vino a nacer
el día doce.
Copos blancos
en las paredes
hechos de papel
"Feliz cumpleaños",
eso es lo que pone
en un gran cartel.
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EL PESEBRE NAVIDEÑO
Walkidia Vanessa Báez Romero
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UN MILAGRO DE NAVIDAD
María Estrella Dorce Mota
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Carlos y Saray exclamaron:
-¡Ay Dios mío, no tenemos palabras! Ha
sucedido el milagro que esperábamos. Millones
de gracias. Muy amables. Dios les bendiga
junto a la Virgen y su Hijo Divino por siempre.
Esa misma noche la familia Lluna marchó a la
casa nueva. La familia Crowford preparó una
cena riquísima para darles la bienvenida. Antes
de cenar, todos rezaron. La familia Lluna dio las
gracias por todo lo que tenían. Después se
fueron a dormir. Descansaron profundamente
porque se les estaba cambiando la vida,
después de tanto que habían padecido.
A la mañana siguiente, Marta y su hermano
Migue, compartieron todos sus juguetes con
Juan y Alma, los nuevos integrantes de la casa.
Hasta les regalaron uno a cada uno.
Se sentían tan bien, que les parecía un sueño.
Se había convertido en realidad, saltaban
emocionados. Saliendo al jardín, vieron un
caballo hermoso y una preciosa yegua, que se
llamaban Luz y Bella. Un color blanco pureza.
Les acariciaron con ternura y cariño. Por un
momento se olvidaron de las adversidades.
Conectaron de una manera especial.
Faltaba tan solo un día para la esperada
Navidad. Así que juntos empezaron a decorar el
árbol, hasta montaron un Belén grande.
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Para ese mágico día los Crowford compraron
para la familia Lluna dos bonitas bicicletas y
ropa que necesitaban. Para sus padres
prepararon una magnífica sorpresa. No se lo
podían llegar a imaginar: una casa acogedora
más espaciosa que la anterior para que vivieran
con sus hijos.
Esa noche empezó a nevar. Todos los árboles se
cubrieron de un manto blanco. Hacía frío y el
ambiente daba paz. Al despertar, todos
comenzaron a organizar los preparativos de
Nochebuena. Pusieron los regalos debajo del
árbol. Sería una cena inolvidable, mágica, con
risas y cantando villancicos.
A las doce de la noche nació el Divino Niño
Jesús. Comenzó la Navidad, las campanas
sonaban.
Todos corrieron hacia el árbol, abrieron los
regalos. Juan y Alma se quedaron
impresionados. Los Crowford entregaron una
llave a la familia Lluna, mientras les decían:
-A partir de ahora tienen otra oportunidad, aquí
su casa. Les deseamos lo mejor de corazón.
Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo. Uno para
todos y todos para uno.
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LA NAVIDAD DE LUISA
Valeria Wuillez
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Cuando su padre iba a la ciudad, le compraba
un libro. Ella lo elegía después de meditar,
entre las últimas páginas de los que había leído
ya. Su lectura acompañaba el silencio de sus
padres en torno a la estufa. Viajaba a miles de
años o distancia del lugar. Se llevaba a las
praderas unos libros, aunque ya los hubiera
leído todos. Leía en voz alta para sus ovejas y
para sí misma.
Fue aquella Navidad una de las más gélidas.
Era tan intenso el frío que les obligaba a
guardar a los animales en el establo. No
necesitan pesebre. Luisa soñaba con el único
regalo que había pedido: los cuentos de
Andersen. En la escuela, la maestra les había
narrado el cuento de la Sirenita.
Afuera, la nieve caía y el cierzo helado formaba
torbellinos. Pese a ello, se debía ir a por leña
que ya no alcanzaba para calentar la pequeña
casa.
Aquella mañana de Navidad, Luisa se propuso
caminar hasta el bosque de pinos. Abrigada
para resistir al frío y calzada de raquetas partió
con el hacha y el trineo. Había cumplido quince
años meses atrás.
Le costaba andar. Avanzaba en dirección a los
pinos. Un profundo silencio acompañaba sus
pasos que solo rompía el crujir de la nieve bajo
su peso. De pronto, se le hundió el pie derecho.
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En un ruido sordo que apenas duró, cayó su
cuerpo varios metros abajo. Ligera de
complexión, no se había roto nada. Miró hacia
arriba y se dijo que nunca podría salir sola de
aquella trampa. Tenía que esperar a que su
padre, preocupado, la viniera a buscar. Eso
tardaría, pero seguro que vendría y abriría a
tiempo el regalo de Navidad.
No debía dormir para que no se le congelara
todo el cuerpo. Entonces se le ocurrió una idea:
un teatro de marionetas para una
representación extraordinaria de Don
Perlimplín. Con la nieve dio forma y vida a sus
personajes preferidos vistiéndolos de hojas.
Luisa conocía las réplicas de memoria. Daba
voz a todos sus seres de nieve y ella misma
hacía de duende. Cambió el final de la historia y
todo acabó con fiesta y banquete.
Terminada la representación, su padre aún no
la había llamado. En lugar de desesperarse,
decidió representar la Sirenita de Andersen,
anticipando la lectura tan anhelada. Los
paisajes marinos le harían entrar un poco de
calor, pensó. Menguaba la luz del día. El frío se
había hecho más intenso. Le costaba mover los
dedos de las manos y las extremidades de los
pies eran estalagmitas de la cueva en la que
estaba.
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En su nuevo espectáculo, decretó que
desempeñaría el papel de la Sirenita. Comenzó
el cuento y su viaje a fin de conseguir un alma
eterna. No quería convertirse en espuma de
mar. Luisa pensaba que, además, en su
situación, la confundirían con la nieve por el
color. Al final, como la niña del cuento, le
acariciaron los últimos rayos del sol. Escuchó
voces tenues. Las hijas del aire, razonó. Sonrió
y se durmió aplacada.
Qué sorpresa al despertar, no estaba en su
reino acuático sino en su cama. Su madre y su
padre a sus lados. Sentía su cuerpo todavía
cansado. En la mesilla de noche, el libro de
cuentos de Andersen. En la tapa, le sonreía la
sirenita.
Sus manos vendadas le dolían. En cambio, ya
no sentía las extremidades de sus pies. Le
había nacido una cola tal vez.
Unos días después, con lágrimas en los ojos, los
padres le ofrecieron a Luisa otro regalo: nuevos
zapatos para poder andar sin los dedos que el
invierno helado le había robado. Apenados por
lo que le había pasado a su hija, le preguntaron
si tenía un deseo. Intimidada, Luisa bajó la
mirada y se atrevió a decir:
-«Ser la Sirenita de Andersen, vivir en el reino
del mar y tener un alma inmortal ».
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NAVIDAD DE UN VAGABUNDO
Paula Duval
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UNIDOS EN NAVIDAD
María Estrella Dorce Mota
Se acerca la Navidad,
los niños emocionados están
viendo las preciosas luces de colores.
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sentir el calor de la humanidad.
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LA MAGIA DEL AMOR
Mayela Ropele Maul
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almohada, por la mañana, la pondría en el
buzón que está camino a la escuela. La navidad
se acercaba, focos de colores adornaban el
pueblo completo, ¡se veía espectacular! El
aroma a pino se mezclaba con las luces y los
adornos que colgaban de las ramas del abeto,
la estrella en lo más alto de este brillaba con la
luz que proyectaban los troncos que ardían
en la chimenea.
Varias veces durante la cena, Iker abría la
conservación sobre el tema de escribirle a
Santa Claus, pero siempre su papá cerraba la
plática diciendo.
-¡son puras mentiras! además, la Navidad no se
trata de regalar juguetes. Iker antes de
acostarse, oraba para que Santa Claus recibiera
su misiva.
Durante la cena de navidad, la familia
agradeció a Dios por las bendiciones recibidas.
Parado frente a su ventana, admiró la danza de
los copos de nieve, no pretendía dormir,
pero el sueño lo venció. ¡Despertó temeroso! con
sigilosos pasos llegó al árbol, y al ver que
debajo de él se encontraban los juguetes que le
había encargado a Santa Claus, calló de
rodillas y soltó un sollozo.
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La voz de su padre le tocó el alma
-!No lo puedo creer, Santa Claus existe!
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EL DÍA QUE LOKI ROBÓ LA NAVIDAD
Ariel Sosa Mansilla
Érase una vez, en el frío y oscuro invierno de
los vikingos, un travieso y astuto dios llamado
Loki. Loki siempre estaba buscando nuevas
formas de causar problemas y divertirse. Su
última idea era robar la Navidad vikinga, una
celebración llena de alegría, regalos y
festividades.
Loki sabía que todos los habitantes del poblado
se reunirían en el gran salón del jefe vikingo
para celebrar la Navidad. Así que decidió
infiltrarse en la fiesta y arruinar todos los
regalos y decoraciones. Con su habilidad para
cambiar de forma, Loki se convirtió en un elfo
diminuto y se coló dentro del salón sin ser
detectado.
Una vez dentro, Loki empezó a causar estragos.
Rompió los jarrones de cristal, destruyó las
luces que adornaban el salón y escondió los
regalos que estaban debajo del enorme árbol de
Navidad. Todo mientras se reía maliciosamente.
Poco a poco, los vikingos comenzaron a notar
que algo andaba mal. Sus regalos habían
desaparecido, las luces estaban rotas y el
espíritu navideño había desaparecido por
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completo. La tristeza invadió el salón y el jefe
vikingo, preocupado por su pueblo, decidió
actuar.
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habilidades para hacer el bien y nunca volver a
robar la alegría de la Navidad vikinga.
Desde entonces, la Navidad en el poblado
vikingo se convirtió en una celebración aún más
especial gracias a la lección aprendida de Loki.
Y todos los años, recordaban el cuento del
travieso dios que había robado la Navidad, pero
que también había encontrado redención.
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FE DURANTE LA NOCHE.
Isaías Gallegos Santos
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algo diferente a lo que acababa de pasar, del
porqué a la aún caliente recámara del arma en
el bolsillo derecho de su gabardina, el barro
rojizo en su calzado y la criatura
difuminada que le perseguía; ese ente
desconocido, incapaz de ver con ojos ciegos, en
vez de testigo inoportuno.
─ ¡Pare ahora mismo! –grita, agotando su
autoritaria voz a mitad de la oración,
pero sin perder fuerza, solo denotando su
cansancio-.
Iba perdiendo metros en la carrera hacia la
nada, entre charco y charco, pensamiento y
pensamiento, grito y grito, distinguiendo, ahora,
el gorro de lana negra, la gabardina y las botas
del irruptor de su vigilia nocturna.
“No puedo parar ahora, él murió, y ya estoy
muy lejos” dijo para sí internamente, seguro de
sus pasos, pero sin saber qué haría después.
Podía pensar en sus hijos, su esposa, su
hermano, en qué clase de vida podría darles si
desfallecía de letargo; Podría pensar, también,
en la próxima navidad, el verdadero porqué de
la muerte de su compañero, aún si esta pudo
ser detenida por cientos de factores,pero solo
uno provocarla de esa forma. Estaba ya por
saltar el muro.
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─ ¡Deténgase –trepidando sus palabras con
cada paso, aspirando lentamente,
ahorrando las escasas reservas de aire-, o iré a
dispararle! –sentenció, sin preocuparse de cómo
hablaba-.
Solo siendo respondido por el ávido salto al
muro blanco de aquel hombre robusto y
bigotón, observando cómo, mientras recuperaba
el aliento y desenfundaba, subía la primera
pierna por encima de la barra clara, embarrada
de café, que significaba esa pared, pero no la
segunda.
El estruendo resonó en el callejón, seguido de
tres tiros desesperados, asustados, dispersos y
sin precisión, dejando un agujero rojizo –como
las botas del ladrón- en el hombro derecho del
saco oscuro e inmóvil que se disfrazaba con el
oscuro suelo. Podría pensar en su mujer, la
oficinista de medio sueldo que conoció en el
trabajo; su hijo de diez años, con ganas de ser
policía, como su tío, al crecer; su hermano, a
quien quería hacer sentir orgulloso dando una
buena cena, y no el arroz quemado del otro año,
no el regalo mediocre a su hijo del otro año, no
la ausencia del otro año.
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ÍD MILÁD SA'ÍD
(ESTOY AQUÍ PARA QUEDARME)
Lilian Costantino
Moad era un pequeño niño que habitaba
silencioso las paredes de aquel orfanato. Sus
padres habían muerto al poco tiempo de que
cumpliera ocho años.
Añoraba el abrazo de su padre o la cálida
sonrisa de mamá como si fuera su único tesoro.
Al llegar diciembre esos recuerdos se hacían
aún más presentes, se había refugiado en el
interior de su mente durante mucho tiempo,
conversaba con ellos tratando de rescatar
aquellos sentimientos, aferrándose a ellos. Los
aromas le rememoraban su infancia, el olor
cítrico de las naranjas recién cosechadas, el
humeante te de menta y el sonido de los leños
prendidos fuego en la cocina de su pequeña
casa era lo único que ansiaba.
—Mamá, papá, ¿me extrañan como yo a
ustedes?
—Mi amor, siempre estamos contigo. Aunque
no podamos abrazarte físicamente, nuestras
palabras de aliento y amor están en tu corazón.
—Moad, has crecido fuerte y valiente. Estamos
orgullosos de ti. Sigue siendo el niño amoroso
que siempre has sido -repetía su padre-.
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Diciembre era un mes difícil, muchos niños en
el mundo festejaban las navidades entre el
alborozo, canticos, un pesebre que
representaba el advenimiento del Jesús,
mientras otros, tan parecidos a él solos se
encontraban en ese triste encierro, faltó de
afecto, de aromas a ricas comidas preparadas
por las manos afectuosas de una madre. Como
solía hacerlo la suya cuando se reunían en una
gran mesa familiar para orar por todos los
niños del mundo pues Navidad eran
festividades musulmanas, pero sí supone “la
conmemoración del nacimiento de un profeta
estimado por los musulmanes”. Aun así el
sentía que reunirse alrededor de la mesa, para
orar y disfrutar de una cena tradicional como el
cous cous, dátiles y el sabroso te de menta
hubiera Sido bienvenido.
—Maestra, ¿por qué celebramos ciertas
festividades, aunque no sean parte de nuestras
tradiciones?
— Moad, celebramos el nacimiento de un
profeta especial en estas fechas. Aunque no sea
una festividad musulmana, nos recuerda la
importancia de la compasión y la bondad.
—A veces, desearía poder celebrar en familia
como lo hacían mis padres.
— La familia es un regalo valioso, Moad. Pero
recuerda, tu comunidad y tus compañeros
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también son como una gran familia. Juntos,
encontramos consuelo y amor.
Compartía su mundo con niños en su misma
condición, y aunque silencioso más que
ninguno, crecía imaginando un mundo mejor.
Nunca había festejado su cumpleaños, ¿cómo
podía ser que un niño en cualquier parte del
mundo o de cualquier religión no supiera que
era festejar su nacimiento?
Había encontrado allí seres especiales, que le
enseñaron las leyes del Corán, así se convirtió
en un ser, en un hombre creyente de su dios
Allah.
—Maestro, ¿por qué es tan importante la
oración en nuestras vidas?
—Moad, la oración es nuestra conexión directa
con Allah. Nos guía, nos fortalece y nos acerca a
la paz interior. A través de ella, encontramos
consuelo en los momentos difíciles.
—Pero a veces, echo de menos a mis padres.
Extraño sus abrazos y sus palabras de aliento.
—Entiendo, Moad. Allah nos brinda consuelo y
fuerza incluso en la ausencia de nuestros seres
queridos. Recuerda, Él siempre está contigo.
Podría haberse llamado Juan, Pedro o Martha,
solo un niño con una vida de perdidas,
abandono y pena, como tantos en el mundo,
que buscan el refugio de un abrazo amoroso,
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una caricia suave que seque una de sus tantas
lágrimas, para sanar sus heridas.
Su vacío era inmenso, pero aun así estaba
repleto de bondad, hacia sus hermanos y más a
un a los niños que cruzaba en su peregrinar por
las viejas calles de su pequeña ciudad Mechra
Bel Ksiri, un pequeño pueblo de agricultores.
Moad, encontró consuelo en su fe. Mientras
paseaba por las calles de Bel Siri, conoció a un
anciano, Moad, sin dudarlo, extendió su mano
para ofrecer apoyo. La historia de Moad se
extendió por el pueblo, y la gente comenzó a
reconocer su nobleza y generosidad,
organizando una celebración en su honor.
Aunque Moad nunca pudo celebrar su
cumpleaños ni las festividades de su infancia,
ahora experimentaba la celebración del amor y
la solidaridad. Moad comprendió que había
construido una nueva familia a su alrededor.
Moad se convirtió en una inspiración para
todos, recordándoles que el amor y la
compasión pueden llenar los vacíos más
profundos. Y así, Moad, el niño que alguna vez
habitó las paredes de un orfanato, se convirtió
en la luz que iluminó todo un pueblo.
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BOLAS DE NIEVE
Anaybe Paipilla
Los niños se perdieron hace tres años. La
última vez que se supo de ellos fue la noche de
las velitas. Dorotea, su madre ha buscado por
cada rincón donde le dicen que probablemente
los vieron. Por Colombia no se ve la nieve si no
visitas un nevado, ella sabe que el sueño de sus
dos pequeños era conocerla y hacer muñecos de
nieve.
Por eso, ha viajado por cada rincón del país,
recorriendo los sitios donde tal vez hayan ido.
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frontera a Estados Unidos, o eso fue lo que
dijeron.
Ella sabía que era una locura lo que hacía, pero
por sus hijos, valía la pena intentarlo todo. En
cada población donde se ubicaba el nevado a
visitar, lo primero que pagaba o pedía era
vehículos que funcionaran como quitanieves.
Complicado por la región. Lo que si hubo fue
solidaridad, la gente se unía y entre todos
armaban grandes bolas de nieve, el rastro que
había decidido dejar a sus pequeños por los
años de ausencia. Su meta y su última
esperanza era completar un enorme muñeco de
nieve, visible, que llamara la atención para que
sus hijos llegaran hasta ella.
En ese viaje decidió llevar a Misael con ella. Los
noticieros televisaron la hazaña de la madre
desesperada y la comunidad se hizo más
grande para poder completar el muñeco de
nieve. En cada nevado dejaba una gran bola de
nieve y pistas de lo que seguiría haciendo. La
noche de navidad llegó y un gran número de
personas se reunió en la parte baja del nevado
Chiles Gente de todas partes, incluso de fuera
del país. Desde cualquier sector bajo del nevado
se divisaba el enorme muñeco de nieve. Fue
necesaria la ayuda de las autoridades
prestando los helicópteros con adaptaciones
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para mover las enormes bolas blancas. Todo
estaba listo, solo faltaba que diera resultado.
El amanecer del 26 de diciembre nada nuevo
había pasado. Los niños seguían perdidos, la
madre desolada tomó a su pequeño y decidió
volver a casa, mientras el muñeco se derretía.
Miembros de la Fuerza aérea la llevaron a su
tierra en uno de los helicópteros disponibles
para su ayuda.
Llegando al camino que la conducía a su
morada, una gran romería rodeaba la vivienda.
Habían armado frente a su casa, un gran
muñeco “Bola de nieve”, lo llamaron. Lo
hicieron con esas máquinas de hacer nieve.
Solo faltaba colocarle una yuca pintada de
naranja, como nariz.
─Todo se desvanece. Así como se derritieron las
bolas de nieve y el gran muñeco de nieve en el
último nevado, así lo hará este, y mis hijos no
aparecerán.
Dijo Dorotea ya sin esperanza. Casi al mismo
instante patrullas de la policía aparecieron en
la puerta de su casa. Venían a trasladarla con
el pequeño Misael al aeropuerto. Solo le dijeron
que debía viajar de nuevo al Nevado Chiles.
Confusa tomó el avión. Al llegar allá, mucha
gente la esperaba también. Sus ojos llenos de
lágrimas volvían aún más borroso el camino
recorrido. Dentro de la cabaña, cerca de la
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fogata, una mujer de mediana edad con una
niña sobre su regazo la esperaba. Era su hijita,
ya tenía seis años, pero su carita era la misma.
La arrebató de sus brazos y la tomó en los
suyos.
─Su niño nos codujo hasta acá, siempre supo
que usted no los dejaría de buscar.
─¿Dónde está mi hijo?
─Lo siento, murió hace ocho meses, tratando
de atravesar un río. Era un niño muy valiente.
Sé que su felicidad no es completa, pero no
debe arrepentirse de nada. Usted, los mantuvo
llenos de amor con cada pista.
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