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JURISPRUDENCIA

Roj: SAN 6036/1999 - ECLI:ES:AN:1999:6036


Id Cendoj: 28079230041999100590
Órgano: Audiencia Nacional. Sala de lo Contencioso
Sede: Madrid
Sección: 4
Fecha: 14/10/1999
Nº de Recurso: 640/1998
Nº de Resolución:
Procedimiento: Cuestión de ilegalidad
Ponente: JUAN CARLOS FERNANDEZ DE AGUIRRE FERNANDEZ
Tipo de Resolución: Sentencia

SENTENCIA
Madrid, a catorce de octubre de mil novecientos noventa y nueve.
VISTOS por la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia
Nacional, el recurso número 640/98, al que ha sido acumulado el 1012/98, promovido por la
Procuradora doña Isabel Julia Corujo, en nombre y representación de COMITÉ INTERCENTROS y
de los COMITÉS DE EMPRESA de los CENTROS DE TRABAJO DE LA EMPRESA NACIONAL
"SANTA BARBARA, S.A.", de Oviedo, Trubia, La Coruña, Palencia, Paracuellos del Jarama, Murcia
y Granada, contra la resolución del MINISTRO DE DEFENSA de 4 de junio de 1.998, sobre
contrato, habiendo sido partes la Administración demandada el MINISTERIO DE DEFENSA
representado por el Abogado del Estado, y en calidad de coadyuvante la entidad mercantil
EXPLOSIVOS ALAVESES, S.A. (EXPAL) representada por el Letrado don Jesús del Olmo Pastor.

ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- Interpuesto el recurso se reclamó el expediente a la Administración y, siguiendo los trámites legales,
se emplazó a la parte demandante para la formalización de la demanda, lo que verificó mediante escrito que
obra en Autos, en el que expuso los hechos y fundamentos de derecho que estimó de aplicación, terminando
suplicando se dictara sentencia por la que: a) declare nulo, anule o revoque y deje sin efecto el acto impugnado;
b) declare nula, anule o revoque y deje sin efecto la resolución del Ministerio de Defensa, hecha pública en el
Boletín Oficial del Estado el día 16 de enero de 1.997, por la que se le adjudicó a la entidad mercantil "Explosivos
Alaveses, S.A." el contrato para el suministro de granadas de mano MBS-9A, por importe de 30.000.000 pesetas
(expediente número 100306004900), declarando, asimismo, en consecuencia, la nulidad del contrato mismo;
c) reconozca el derecho de la Empresa Nacional "Santa Bárbara, S.A.", a que le sea adjudicado el citado contrato,
ordenando su adjudicación a dicha Empresa y reconociéndole, además, el derecho a ser indemnizada por los
daños y perjuicios derivados de la inicial adjudicación del contrato impugnado a "Explosivos Alaveses, S.A.".
SEGUNDO.- Emplazado el Abogado del Estado para que contestara a la demanda, así lo hizo en escrito en el
que, tras expresar los hechos y fundamentos de derecho que estimó convenientes, terminó suplicando que se
dictara una Sentencia desestimatoria del recurso interpuesto y confirmatoria de las resoluciones impugnadas.
En trámite de contestación a la demanda la representación de Explosivos Alaveses, S.A. interesó, asimismo,
una sentencia confirmatoria de las resoluciones recurridas.
TERCERO.- No habiéndose recibido el recurso a prueba y evacuado el oportuno trámite de conclusiones,
quedaron las actuaciones pendientes de señalamiento para votación y fallo, el cual tuvo lugar el día seis
de octubre de mil novecientos noventa y nueve, siendo Ponente el Ilmo. Sr. Magistrado D. JUAN CARLOS
FERNANDEZ DE AGUIRRE, quien expresa el parecer de la Sala.

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JURISPRUDENCIA

CUARTO.- La cuantía del presente recurso es indeterminada.

FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Constituye el objeto del presente recurso contencioso administrativo determinar, si es o no ajustada
a Derecho, la resolución del Ministro de Defensa de 4 de junio de 1.998 por la que inadmite el recurso
interpuesto contra la resolución del Director General de Armamento y Material, publicada en el Boletín Oficial
del Estado número 14, de 16 de enero de 1.997, por la que se adjudica a la empresa Explosivos Alaveses el
contrato de suministro de Granadas de Mano MBS- 9A, por un importe de 30.000.000 pesetas.
SEGUNDO.- Disconforme con dicha resolución la representación del recurrente, Comité Intercentros y de los
Comités de Empresa de los Centros de Trabajo de la Empresa Nacional "Santa Bárbara, S.A., de Oviedo, Trubia,
La Coruña, Palencia, Paracuellos del Jarama, Murcia y Granada, interpone el presente recurso contencioso
administrativo fundamentando su demanda, en esencia, sobre la base de considerar que en aplicación de
la dispuesto en la Ley 44/1959, de 30 de julio, sobre reorganización de la Industria Militar, y el Real Decreto
1767/1981, de 3 de agosto, por el que se aprueba el contrato entre los Ministerios de Defensa y Economía
y el Instituto Nacional de Industria, el Ministerio de Defensa debe encargar a la Empresa Nacional Santa
Bárbara la ejecución de los programas de armamento, munición y material militar, sin otros límites que las
disponibilidades presupuestarias, la incapacidad de la empresa para cumplir el encargo o los altos intereses de
la Defensa Nacional, circunstancias que no son del caso, por lo que la adjudicación del contrato a la Empresa
Explosivos Alaveses, S.A., en perjuicio de la recurrente, debe ser anulado, adjudicándose a la Empresa Nacional
Santa Bárbara.
Por la Abogacía del Estado y Explosivos Alaveses, S.A. se oponen las siguientes causas de inadmisibilidad:
falta de personalidad jurídica propia, falta de legitimación y extemporaneidad del recurso.
TERCERO.- Razones de naturaleza procesal exigen solventar con carácter previo al fondo del asunto las causas
de inadmisibilidad invocadas, ninguna de las cuales puede prosperar. Esto así por las siguientes razones:
a) En primer lugar, y en lo que atañe a la falta de personalidad jurídica, el exámen de la resolución impugnada
permite considerar que la causa de inadmisibilidad alegada en sede jurisdiccional no lo ha sido en vía
administrativa. En consecuencia, al no haber opuesto la Administración tacha alguna a la personalidad jurídica
de la parte, no es admisible que ahora, en esta sede, en virtud del principio de los propios actos, la parte
demandada invoque dicha falta de personalidad - Sentencia del Tribunal Supremo de 18 de enero de 1.996,
Sala Tercera, Sección Primera-,
b) En segundo término, y en lo que atañe a la falta de legitimación de los Comités recurrentes el artículo 28 LJ
habilita para poder acudir a la vía jurisdiccional a quienes estén revestidos de una cualidad específica respecto
del objeto del proceso; en el caso que nos ocupa, tanto el Comité Intercentros como los Comités de los centros
de trabajo que se han indicado, exteriorizan en sus alegaciones la existencia de una situación de defensa de
intereses que exceden del mero interés por la legalidad, desprendiéndose de dichas alegaciones que están
en juego intereses individuales de los trabajadores de la Empresa Nacional "Santa Bárbara, S.A.", en términos
bastantes para entender que existe un interés legítimo protegido por la norma, que permite considerar que
los actores están legitimados activamente. Por lo tanto, aún cuando los Comités recurrentes no defiendan
propiamente intereses de la Empresa, sin que conste que la adjudicación del contrato haya afectado a sus
derechos laborales, no es menos cierto que, en parte, los intereses de la Empresa son también los suyos
propios en la medida en que el devenir de los acontecimientos económicos de aquélla pueden afectarles, si
no ahora, sí en un futuro. Por lo tanto, las dudas que puedan plantearse con respecto a la legitimación deben
resolverse a favor de los recurrentes procediendo, por tanto entrar a enjuiciar el fondo del asunto. Al hilo de este
discurso el Tribunal Supremo, en Sentencia de 1 de octubre de 1.997, Sala Tercera, Sección Tercera, declara que
el presupuesto de la legitimación ha sido -y es- entendido por nuestra jurisprudencia como un criterio amplio
y antiformalista, obligando a distinguir y precisar los conceptos de interés legítimo, interés directo, intereses
colectivos o difusos y el mero interés por la legalidad. Junto a los conceptos de interés legítimo e interés
directo "hay que situar los intereses colectivos o difusos, que caen dentro del ámbito del derecho a la tutela
judicial efectiva"; lo que cabe enlazar con los artículos 7 y 28 de la Constitución, ampliándose por esta vía el
concepto de interés directo, pero sin que dentro de dicho concepto quepa incluir a quien se limita a actuar en
defensa de la legalidad.
c) Finalmente, no consideramos que exista la extemporaneidad que se alega. En efecto, es cierto que la
resolución de la Junta Delegada de Compras de la Dirección General de Armamento y Material por la que
se hace pública la adjudicación del expediente número 100306004900 fue publicada en el Boletín Oficial
del Estado de 16 de enero de 1.997. Pero no lo es que se trate de un acto de Ministro que agota la vía
administrativa, supuesto que la propia resolución recurrida pone de manifiesto que la adjudicación se produjo

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en virtud de facultades delegadas del Secretario de Estado de la Defensa, siendo el Ministro quien resuelve
sobre la impugnación formulada en vía administrativa. Y esta resolución del Ministro data de 4 de junio de
1.998, habiéndose interpuesto el recurso contencioso administrativo el 19 de agosto del mismo año. Por lo
demás, la resolución que se recurre tampoco hace alusión alguna a la eventual extemporaneidad del recurso
administrativo.
CUARTO.- Plantea la parte recurrente que en virtud de la Ley 44/1959, de 30 de julio, sobre reorganización
de Fábricas Militares, y en particular de la cláusula 7 del contrato que figura como Anexo en el Real Decreto
1767/1981, de 3 de agosto, por el que se aprueba el contrato entre el Ministerio de Defensa y el Instituto
Nacional de Industria, por el que se regulan las relaciones de dicho Ministerio con la Empresa Nacional Santa
Bárbara de Industrias Militares, S.A., el Ministerio de Defensa debe encargar a la Empresa Nacional Santa
Bárbara, S.A. la ejecución de los programas de armamento, munición y material militar, sin otros límites que
los que allí se enuncian, a saber: disponibilidades presupuestarias, eventual incapacidad de la empresa para
cumplir el encargo y los altos intereses de la Defensa Nacional.
La Ley 44/1959, de 30 de julio, debe ser encuadrada en el seno de la Constitución Española, en concreto en
el artículo 38 que reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado, así como en
la disposición final derogatoria, punto 3, a cuyo tenor "Asimismo quedan derogadas cuantas disposiciones
se opongan a lo establecido en esta Constitución". Con respecto a la primera cuestión, libertad de empresa,
el artículo 38 CE la reconoce en el marco de la economía de mercado y manda que los poderes públicos
garanticen y protejan su ejercicio y defensa de la productividad, de acuerdo con las exigencias de la economía
general y, en su caso, de la planificación. El principio de libertad de empresa, señala el Tribunal Supremo -
Sentencia de 16 de octubre de 1.996, Sala Tercera, Sección Tercera, "hay que cohonestarlo con las demandas
de interés general o del bien público", y añade que "Sobre el derecho de libertad de empresa en el marco de
la economía de mercado, se ha pronunciado el Tribunal Constitucional, conectando dicho precepto con los
artículos 128 y 131 de la Norma Suprema, señalando que dichos preceptos constitucionales establecen límites
dentro de los que pueden moverse los poderes públicos al adoptar medidas que puedan incidir sobre el sistema
económico de la sociedad". Tras el cambio operado en el ordenamiento jurídico a partir de la Constitución, debe
tenerse en cuenta que la Ley 44/1959 se promulgó en un momento económico y político muy determinado.
Como se señala de contrario, el contenido de esa Ley pretendía conseguir "que los suministros de armamento
se nacionalicen en grado máximo no dependiendo de mercados exteriores, de los que era difícil conseguir
entonces los medios requeridos para nuestra defensa. Esa situación ha sido ampliamente superada tras el
advenimiento de la democracia, tras nuestra incorporación a las Comunidades Europeas y nuestra presencia en
alianzas de defensa internacionales". Como razona la Sentencia del Tribunal Supremo de 4 de febrero de 1.997,
Sala Tercera, Sección Sexta, el derecho a la libertad de empresa proclamado en el artículo 38 de la Constitución
no puede entenderse como un derecho absoluto... sin que haya ninguna razón para que los empresarios se
encuentren en una situación privilegiada respecto al resto de los ciudadanos a quienes se reconocen ámbitos
de libertad concreta". Lo que entronca, asimismo, con el principio de igualdad proclamado en el artículo 14 de
la Constitución. Por lo tanto, la Ley de 44/1959, de 30 de julio, habrá de entenderse derogada en lo que oponga
a la Constitución por aplicación de la ya citada disposición derogatoria, punto 3.Y en este sentido debe ponerse
de manifiesto que el Tribunal Constitucional, en Sentencia 4/1981, de 2 de febrero, ha declarado en relación con
las leyes preconstitucionales, que "Así como frente a las Leyes postconstitucionales el Tribunal Constitucional
ostenta el monopolio para enjuiciar su conformidad con la Constitución, en relación a las preconstitucionales
los Jueces y Tribunales deben inaplicarlas si entienden que han quedado derogadas por la Constitución, al
oponerse a la misma". Por lo tanto, nada obsta a que la Administración haya seguido los criterios establecidos
en la Ley 13/1995, de 18 de mayo, de contratos de las Administraciones Públicas, que contempla la libertad
de pactos -artículo 4-, la capacidad para contratar con la Administración las personas naturales o jurídicas,
españolas o extranjeras, que tengan plena capacidad de obrar y acrediten su solvencia económica, financiera
y técnica o profesional -artículo 15- y los principios de publicidad y concurrencia y, en todo caso, de igualdad
y no discriminación -artículo 11-. No puede, por tanto, aceptarse el argumento de que la Empresa Nacional
Santa Bárbara es un aspirante privilegiado, de modo que deba ser tratada con distintos criterios respecto de
otras empresas-.
QUINTO.- La resolución recurrida razona que en la tramitación de la licitación se resolvió admitir para la
tercera fase del concurso, subfase primera (pruebas técnicas y de seguridad con lote preserie) y subfase
segunda (pruebas de evaluación operativas) la granada modelo MBS.9A, presentada por la Empresa Explosivos
Alaveses, S.A., y no admitir la granada modelo M474.A1, presentada por la Empresa Istalaza, S.A., y la granada
modelo Alhambra, presentada por la Empresa Nacional Santa Bárbara de Industrias Militares, S.A., por no
cumplir con los requisitos exigidos en la Cláusula 2.3 del Pliego de Prescripciones Técnicas (en donde se
especifican las características de la Granada de Instrucción), sin que en la demanda se haga una sola alegación
en contrario de este aserto. Tampoco se prueba nada. Y si bien es cierto que la Sala denegó el recibimiento

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del recurso a prueba por no atenerse el suplico de la demanda a los parámetros establecidos en el artículo 74
LJ, también lo es que la parte recurrente se aquietó ante esta resolución. Por otro lado, no es cierto que de las
cláusulas 31ª y 32ª del contrato que figura en el Anexo del Real Decreto 1766/1981, de 3 de agosto, se deduzca
que el Ministerio de Defensa está obligado a facilitar la capacitación de la Empresa Nacional Santa Bárbara,
S.A. Precisamente lo que allí se dice es lo contrario: "que la Empresa tendrá la obligación de capacitarse
adecuadamente para ejecutarlos (los planes del Ministerio de Defensa), para lo que recibirá la ayuda técnica
que "pueda" prestársele. Por lo demás, la cláusula 7ª no deja lugar a dudas acerca de las posibilidades de
contratación de la Administración: "Los altos intereses de la Defensa Nacional serán siempre prioritarios sobre
cualquier otra consideración, permitiendo a Defensa contratar en el extranjero o con la industria nacional
cuando aquellos intereses lo hagan necesario"; y el suministro de granadas de mano MBS-9A se inserta dentro
de los altos intereses de la Defensa Nacional. No consta en las actuaciones, ni nada se ha acreditado al
respecto, que el procedimiento de contratación se encuentre viciado o incurra en causa de ilegalidad. Por
lo demás, en contra de lo alegado en la demanda, la cláusula 37 del Pliego de Cláusulas Administrativas
Particulares contempla la posibilidad de que los trabajos del contrato puedan ser subcontratados de acuerdo
con lo establecido en el artículo 116 de la Ley 13/1995. Resta considerar, finalmente, en razón de lo expuesto,
que carece de fundamento la pretensión de los recurrentes de que el contrato le sea adjudicado a la Empresa
Nacional Santa Bárbara, S.A., con la consiguiente declaración de indemnización de los daños y perjuicios
causados.
Por las razones expuestas el recurso planteado debe prosperar en lo que atañe a la declaración de inadmisión
del recurso planteado en vía administrativa y desestimarse en cuanto al fondo del asunto.
SEXTO.- En aplicación de lo dispuesto en el artículo 131 de la L.J.C.A., no procede hacer expresa declaración
en materia de costas.
VISTOS los preceptos legales citados y demás de general y pertinente aplicación,

FALLAMOS
PRIMERO.- Estimar en parte el recurso contencioso administrativo promovido por la Procuradora doña Isabel
Julia Corujo, en nombre y representación de COMITÉ INTERCENTROS y de los COMITÉS DE EMPRESA de los
CENTROS DE TRABAJO DE LA EMPRESA NACIONAL "SANTA BARBARA, S.A.", de Oviedo, Trubia, La Coruña,
Palencia, Paracuellos del Jarama, Murcia y Granada, contra la resolución del MINISTRO DE DEFENSA de 4 de
junio de 1.998, sobre contrato, resolución que anulamos, exclusivamente, en lo que atañe a la declaración de
inadmisión del recurso administrativo por falta de legitimación suficiente de los recurrentes.
SEGUNDO.- Desestimar las demás pretensiones deducidas por la parte recurrente.
TERCERO.- No procede hacer expresa declaración en materia de costas.
Así por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
PUBLICACION.- En el mismo día de su fecha, fue leída y publicada la anterior sentencia por el Ilmo. Sr.
Magistrado Ponente, hallándose constituido en audiencia pública, de lo que yo, la Secretaria, doy fe.

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