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Juan José Rey

Antonio Navarro

Los instrumentos
de púa en España
Bandurria, citola ylaúdes españoles?
cAlianza Música
V

La Edad Media cristiana

A pesar del título, conviene decir de entrada que es


un tanto falaz simplificar
así la complejidad de nuestra vida cultural durante la Edad
Media. Sabido es que
en nuestro sueloconvivieron tres religiones y que los elementos
culturales que se
reflejan en los reinos políticamente cristianos pueden tener procedencias muy di
versas. Las peregrinaciones, el comercio, las guerras mismas pueden ser el origen
de fenómenos cuya explicación se hace dificil a primera vista. De ahí la
riqueza y
variedad de la iconografia románica y gótica, sobre todo en la escultura ornamental
yla miniatura.
En el asunto de los instrumentos musicales, para cuyO Conocimiento nos basa
mos muy fundamentalmente en esa iconografía, cabe pensar siempre en varias
posibilidades: un desarrollo autóctono, influencias provenientes del sur o del norte
e incluso conexiones con puntos lejanos, con los que a veces no nos consta rela
ción de ningún tipo. La corte del Rey Sabio (segunda mitad del siglo x1u) ofrece
en este aspecto una particular riqueza. Si observamos las miniaturas de la época
alfonsí -Cantigas, Libro de Ajedrez, etc.- vemos desfilar multitud de personajes
Ypersonajillos de procedencias muy diversas, algunos francamente exóticos. Pode
mos sospechar sin riesgo que los instrumentos que aparecen en esas mismas mi
niaturas serán tan variados de hecho, lo son y, a veces, tan exóticos como
aquellos personajes. Intentar clasificarlos a todos ellos dentro del «instrumnenta
ium» europeo o, lo que es peor, dentro de una línea evolutiva que nos lleve sin
Tisuras al piano, al violín, a la guitarra, etc., puede ser un intento destinado al
Iracaso o a la confusión. Parece una perogrullada, pero no lo es. Si buscamos los
antecedentes de la guitarra actual, instintivamente nos fijaremos en los instrumentos
de contorno «aguitarrado». Esto puede ser una pista verdadera o falsa, porque a
lopeor la guitarra del siglo xl, por ejemplo, tenía un contorno distinto ydespués
cambió por las razones que fueran. Ocurre aquí un problema parecido al de
s cumologías. Por poner un ejemplo de sobra conocido: el «corno inglés» no
PoCede de Inglaterra, como su nombre parece indicar, sino del término francés
Or angle» (= «angulado», en ángulo; no «Anglais» = «inglés» ). Sería inútil ras
ladarse a las islas para estudiar los orígenes de este instrumento. Ni los nombres

27
28 mismas, si
Primera parte
visuales son pistas seguras por si no se
ni las
apariencias unas reafirman
Precisamente en los nombres estriba uno de nuestros mnayores problemas LoS
a otras.
datos que manejamos para el conocimiento de los instrumentos en los reinos
cristianos peninsulares, a falta de ejenmplares de los mismos, son de dos tipos:

pinturas, miniaturas, etc.


procedentes de esculturas, documentos, etc.
imágenes, de obras literarias,
-palabras, procedentes

ni un solo
tratado que nos explique cómo es cada ins
por supuesto,
No hay, aparece algún dibujo de un instrumento con su nombre al
trumento. Rarísima vez de un tipo con los de otro, siempre
Por eso, al intentar casar los datos sobran
lado. equiparaciones entre los dos grunos d
elementos de ambos y, seguramente, las
inexactas.
frecuencia
datos resultan con
concisión, por dividir este capíule
He optado, buscando la claridad y la
cuatro apartados que, a mi parecer, responden a los Cuatro tipos fundamentales de
definidos y definitivos, sino m
instrumentos de púa. No se trata de cuatro tipos
que necesitan de ulteriores comnro
bien de «Constructos» o hipótesis de trabajo que asfixie su interés
baciones. Prefiero esto a ofrecer al lector un abanico de datos
en un mar de erudición inúil. Es obvio que
quedan fuera de este estudio los
clavijero diferen
instrumentos de púa del tipo salterio (cordófonos sin mango ni
ciados), que no guardan relación con los laúdes españoles. cambio de la
El final del período aquí estudiado, la Edad Media, conoce el
técnica de tañido con púa por el directo con los dedos en algunos instrumentos.
la cita de
No es que esta técnica fuera desconocida ni en la Antigüedad véase
Virgilio en el cap. II ni en el mundo islámico, pero en cualquier caso los ins
trumentos los que me he referido hasta ahora se toOcaban mayoritariamente con
púa o plectro. A este respecto Rouanet (p. 2741) dice lo siguiente: «Safi ed Din
habla de un plectro misdr'ab, lo que, puesto en relación con un pasaje de Al-Kho
warazmi, indicaría que existían dos maneras de pulsar las cuerdas, el plectro y los
dedos».
Sorprendentemente un escritor coetáneo de las Cantigas, Gil de Zamora
la siguiente definición de «plectro»: «Se llama plectro al aparato con que se
Plan y se estiran las cuerdas». Es decir, las clavijas o la lave de afinar. Supolg
que en esto no habráque hacerle mucho caso.
la estética de la música medieval tiene preferencia por las voces agudas, los
púa
Sonidos punzantes ylos timbres claros y diferenciados, de ahí el gusto por la
En el Renacimiento (el buscarála ho-
cambio comienza en tiempos de Dufay) se la guitarra
mogeneidad, el equilibrio, el empaste. Además, el laúd, la vihuelacony los dedos.
descubrirán poco a poco las posibilidades polifónicas del punteo en los años
El paso de uno a otro
mundo lo refleja así Alfonso de Palencia (1490)juzgado más
finales del siglo xv ; «Pero en
aquel ayuntamiento de los dioses fue
De
0 En su tomada del
tratado Ars Musica, Vid. Mota anota que la frase está
diciturinstru-
propietatibus rerum, de Bartholomaeus (1982), p. 699, que autem
mentum quo temperantur corde et Anglicus. El texto latino dice: «Plectrumque
29

Prosistas, p. 368. extenduntur».


cristiana
La Edad Media 29

diligenteApolo, como aparejase verdes campos e montes llenos de foja e


fermosura
de bien olientes vergeles, e tañesse muchos suaves instrumentos de música e se-
ñaladamente la guitarra, con su propio pulgar, dexada la
péñola.» Un cronista
italiano, Giuliano Fantaguzzi, asombra por la exactitud de sus datos,
al año de
1491 30. «En este tiempo los laúdes se refiriéndose
los dedOS»
Comenzaron a usar
tocándolos
con oncecuerdas y con
De abí que parte de la historia descrita en este capítulo no es la de los laúdes
españoles, aunque sí la de los instrumentos de púa en España.

an IV.1. EI laúd
de
Es el tipo organológico más claro de los que veremos aquí. Su forma, heredada
er del ud árabe, fue cambiando con los años, admitiendo varios tamaños, diferencias
de en la ornamentación de la tapa, trastes, etc. Incluso, en algunas épocas pasó de un
á perfil periforme a uno más oval, casi circular, sin perder sus características principa
les.
La primera mención castellana, fuertemente teñida de arabismo, como cabía
és
esperar, se encuentra en La doncella Teodor (c. 1250) 31,
en
Aprendí tañer laúd y cannon y las treinta y tres trovas.
la Es muy Conocida la del Arcipreste de Hita52,

de el corpudo alaúd que tien punto a la trisca.

Lo citan también el Arcipreste de Talavera, Fernán Ruiz de Sevilla y Juan del


in Encina, entre otros. El anónimo autor del Poema de Alfonso XI añade algo sobre
su carácter:
los
Los estormentOs tannían por las Huelgas los jograres.
El laúd ivan tanniendo, estromento falaguero...
da
De inales del siglo xI tenemos representaciones tan claras como las de los
ngo Codices de las Cantigas de SantaMaria oel Libro del Ajedrez y tan abundantes
COmo las de las portadas de tantas
iglesias.
ho su obra Cuos. No puedo ser más preciso, porque conoZCO el dato através del comentario inserto
en el
arta programa de mano de un
concierto en Cesena, escrito por Giordano Conti.
dos Menéndez
Quizá
Pidal (1971), p. 195.
en orO COn el sentido: «que toca la melodía de la risca»? El Arcipreste nmenciona el termino «alaud»
Asin, «La momento, pero Con un significado que nada tiene que ver con el instrumento musical. Vid. Oliver
más

Paraexpresión "alaúd" en el Libro de Buen Amor», En AlAndalus, 1956.


siglo x Fernández de la Cuesta (1983), p. 334, «las primeras representaciones son de mediados del
de los (por ejemplo, la pintura mural de S. Miguel de Lillo, Asturias) yluego aparecerá en las miniaturas
deduce Beatos,
de la citahaciéndose cada vez más frecuente en el curso de los siglos». Por lo demás, este autor
con la experiencia del Arcipreste que el sonido del laúd era «alegre y brillante», lo cual no se corresponde
parece sugerirlo Juan Ruiz.
30
Primera parte

Pod

g zl
Eimin
l

l ah
s ub

pegueñ

cónse
dos en.

Figura 1Miniatura de la Cantiga 170 (Códice b.L2de la Biblioteca de El Escorial).

La tipología del laúd durante la Edad Media es muy variada, dependiendo de


las épocas y la geografia, pero nohasta el punto de presentar problemas de clasi
ficación. Su característica diferencial más clara respecto a otros instrumentos pun
teados es ser más grande, aparte del habitual clavijero doblado hacia atrás, el fondo
de costillas o «duelas», la forma de la caja, el cordal-puente, etc. Por eso volvere
mos a él con frecuencia, utilizándolo como elemento comparativo con otros ups
menos definidos. Sin embargo, no es el momento de estudiarlo detenidamene
porque digámoslo ya- no representa ningún precedente claro y direto e ks
laúdes españoles. Precisamente el laúd. ¡Qué le vamos a hacer!

V.2. La bandurria

Citada también por el Arcipreste de Hita: Fiquras 2


la neciancha bandurria allí pone su son*
convienen los
que lo vuelve a nombrar entre los en los que «no SóloFernán
cantares de arábigo». El Arcipreste de instrumentos
Talavera habla de «banborras».
Ruiz de Sevilla la menciona de
nuevo antes del 1500.
34 Otros leen
«reciancha, = recia, toSca.
La Edad Media cristiana 31

Un documento de 1602, el «inventario de bienes y alhajas» de Felipe II 35, nos


aclara algunas características que, aunque de época más tardía que la estudiada
aquí, no están muy lejanas de los modelos más primitivos:

Una bandurriade cuatro órdenes, la tapa de enebro y bariga de concha natural de tortuga.
Ora bandurrilla de cuatro órdenes, de boj, con un rostro de mujer por remate.

Podemos inferir de estos datos que en Castilla se llamaba «bandurria» a instru


mentos de contorno ovalado, fondo abombado y clavijero (previsiblemente) en hoz
con una cabeza tallada en el extremo. Obsérvese el detalle del caparazón de tor
tuga. El número de órdenes no sobrepasaría los tres durante los siglos medievales.
El diminutivo puede indicar que el tamaño normal solía ser más grande, aunque
los hubiera de varias dimensiones, o que de por sí todas las bandurrias eran
pequeñias. (Nótese también, de paso, su posible valor despectivo). Una tal descrip
ción se corresponde bastante bien, por ejemplo, con los instrumentos representa
dos en las cantigas núms. 20 y 150 36.

Figuras 2 y 3.-Miniaturas de las Cantigas 150 y 20.

35 Pedreli (1901), p. 96.


Alvarez (1987), p. 77, lega a la conciusión de que «los miniaturistas (de estas dos representaciones)
realizarían una idealización o abstracción de los laúdes cortos, que entonces empezaban a difundirse por
la Peninsula Ibérica con su recién adquirido clavijero en forma de hoz [...] De esta forma, y quizás por
desconocimiento de este tipo instrumental, le dibujarían un mástil largo e independiente y para la adjun
CiOn de éste a la caja adoptaron el sistema del cordófono contiguo: la vihuela de arco en el primer caso
yla guitarra en el segundo, sin darse cuenta que en el laúd corto el mango es prolongación de la caja.»
Aparte de que a lo que R. Álvarez Ilama «guitarra» nadie en el siglo x1u1 (con la seguridad que uno puede
Primera parte
término «mandura» y en francés
32

En
documenta el
provenzal se derivar del sumerio «pan-tur»
parecen
a través del
rastro de la raíz islámica «qupuz» (vid.
«mandoi
griego re»
«pandu.
Todos ellos
latín
«pandura», Ni
hacer derivar a éste desde C. Sachs. ins- IIL3),
rion» y el quieren romanos habrían
trumento del que
todos
más fiable sería otra: los
pandura, que llegaría a gozar de cierta
extendido
por los países
La
sur
hipótesis
de
la
Europa el uso de enla estela de la niña Lutatia, de Mérida, sería un dato popularidad.
del reproducido
instrumento producirse el ContaCto con los los pueblos árabes,
El hipótesis. Al instrumentos
tal
que apovase siguieron llamando
mediterráneos
igual que
ccentroeuropeoS,
antes a
menOS romanizados. los
pro-
con
semejantes
llamaron
Los pueblos explicaría también por qué Juan Ruiz no
pios v extraños.
turco-árabe. Ello «cantares de árabigo» (dato contradictorio recomienda
el término si Se tratase
bandurria para interpretar emparentado con el mundo musulmán) y por
la claramnente qué
de un instrumento hace equivalentes al kobuz, de reciente hag
por Sachs que
bizantino citado d o
el manuscrito pandurion, autóctono. inOs
Veamos
kaín agun
importación, y al frecuentemente se describe este tipo instrumental comes l6
ADesar de que tono Trchet(c
el ud seria bastante remota, más aparente que real Ia P
aTeTOpetO.Dice
coto», su relación con sujetarse en el extrermo
eso las cuerdas deben
es. previsiblemente, de piel y por adherido a la tapa, como el del laúd. No sería pusiec
inferior y no en un cordal-puente de despuéssele
tampoco pensar que el mástil atraviesa todo el instrumento al estilo ncuSOseOCtava
un
absurdo
egipcios o del tradicional gnbri norteafricano. dorigen delinstrur
los antiguos cordófonos asirios o modernos sobre esta cuestión (So
Si consutamos los escritos españoles más vemos que siguen una rVizava, es decir: c
peña-Gallego, Lamaña, Fernández de la Cuesta, Alvarez), «man ermite trazar un pu
a la «bandurria», sino a la
opinión distinta. Nunca se refieren directamente
dora», término este no documentado en castellano
ni en catalán , ¿Por qué em TAndOre» del siglc
plear un término foráneo en lugar del castellano
«bandurria»? ¿Topamos de nuevo I%) ylas «bandu
instrumento? Puede ser, pero gitulo siquiente.
Con el «complejo de fealdad» que afecta a nuestro
de la letra los escritOS SSen de datOS 0nte
SObre todo ocurre que estos autores siguen demasiado al pie
v a los datos suminista
de C. Sachs, sin intentar una adecuación a nuestro marco
dos por fuentes españolas.
«Mandoerden",
Sacns se basa en que en el siglo xv1u Se emplean términos como
Mandüricben» y «Pandurtna, (Praetorius, 1619), «mandore» (Merseine. «testudoo
o<mandola» (F. Redis, 1685), que se relacionan en la práctica con los de estas
Desde
minor. y huina», referidos a los modelos más pequeños dey laúd. Mersenne, Sachs
tardías fechas y vistos los modelos a que aluden Praetorius y engloba
retrocede ala iconografía medieval en busca de tipos similares, a los cuales
existencia
Lener en estas cosas) llamó de la muchas
acerca--útiles
en la Edad Media de «guitarra», hay que extrañarse de la creencia de la autora
inventos imaginación
VeCes para facilitar el protoipOs
de laúd corto, laúd que no Son sino inventiva a la
larg0, elC., clavijero
del dibujante y no trabajo de los musicólogs actuales. ¿Por quéreservar la especificaque el unas
puedeadjudicársela
al tradición marca
en hoz sólo
aplicarse constructor? En que reglas de construcción que
a un ipo determinado
se
la simplemente,
pautas, pero ¿no están llenas de de cordófono? Cierto interesa,
poner
37
en duda las afirmacionesexcepciones
de R. Alvarez. Más adelante
la tradición expondré
y la historia? hipótesis memás fiables. moresca
De momentO
"guitarra
amb elLamaña
nom (1981), p. 47: «Ao"mandurria"
de "mandora" la literatura ». Por desgracia, elx1vautor no citada
especifica las fuentes de las que
aquesta
francesa del Segle trobem «mnores
trae sus datos. Por el mencionanla efectúa
cha». Antes 1300, conrario,
que
Un
de Guilaume de Machaut y algunos otros
desde luego,
documentos (1986),
Vid. Page fecha.
pormenorizado rastreo de todasnolas aparece ningunO
referencias
de estos nombres.
instrumentales francesas hasta
esa
La Edad Media cristiana 33

en el térnmino genérico de «Mandora Mandola», cuya vigencia no se documenta


basta varios siglos más tarde. Tenemos en consecuencia un doble fenómeno de
anacronismo y «anatopiSmO> POCO jUstilicados, porque a un instrumento del si
gloxl en España se le atribuye un nombre italiano del siglo xvI, Cxistiendo un
término castellano coetáneo adlecuado.
Pero no acaban aquí los problemas de la bandurria medieval. L. Wright (1977)
y L. HarwOOd (1980) han llanmado la atención sobre el hecho de que muchos
instrumentos clasiticados hasta ahora comO «Mandores» eranconocidos en la Edad
Media inglesa con el nombre de «gittern», «La "mandore" dice Harwood pro
piamente dicha surge alrededor del año 1570 con una afinación y un método de
uso nuevOs. Tenía un puente similar al del laúd, pegado a una tapa armónica plana
y se encordaba con cuatro cuerdas simples. Su aspecto general era el de un laúd,
pero bastante más pequeño». Descripción que se ajusta a los modelos de Praetorius
y Mersenne y se aparta un tanto de los tipos representados en las Carntigas, pro
puestos por míal principio de este apartado como hipotéticas bandurrias. ¿Existe
algún dato que haga creíble, aunque sea lejanarmente, una relación entre ambos
tipos? Veamos alguno posible.
P. Trichet (c. 1640) * en su tratado manuscrito nos da noticias interesantes a
este respecto. Dice que, aunque en su origen a mandore tenía cuatro cuerdas,
después se le pusieron cinco o seis; que a veces las cuerdas se ponen dobles e
incluso se octava una de cada par. Y, lo que es más interesante para nosotros, que
0 el origen del instrumento estárelacionado con los villanos y pastores de Navarra
y Vizcaya, es decir: que procede del sur, desde la óptica de un francés. Ello nos
permite trazar un puente que une los dos extremos -«bandurria» del siglo xiI,
«mandore» del siglo xvI, uilizando como pilares la «vandola» de J. C. Amat
(1596) y las «bandurrias» de J. Bermudo (1555), de las que hablaremos en el
capítulo siguiente. De todos modos, las diferencias entre ambos extremos yla
escasez de datos intermedios dejan todo este asunto en una cierta nebulOsa.
Las transformaciones que hipotéticamente sufrió la bandurria durante varios
siglos tuvieron que ser importantes hasta desembocar en la mnandore -si acepta
mos este parentesco-, y puede decirse que todas caminaron en la dirección de
buscar una semejanza con el laúd, cuyas soluciones técnicas se imponían por su
6 efectividad. En primer lugar, sustituir los elementos animales (caparazón y piel)
por otros de madera, aunque ya hemos visto que en 1602 todavía era posible
trabajar a la antigua. Después vendría la colocación de trastes en el mástil (Bermu
doyTrichet todavía hablan de quien no los usa), la utilización de un cordal-puente,
la ampliación del número de cuerdas y órdenes, la perforación de rosetas, etc. Pero
de todo ello nada sabemos.
Ante el hecho de que el término «bandurria» u otro de la misma raíz no
aparezca atestiguado en fuentes catalanas, J. M. Lamaña opina (él habla, por supues
to, de la mandora) que en Caaluña a este tipo de instrumentos se les llamaba
-llau guitarrench», que, por otra parte, equivaldría a la «guiaa morescha».
Trataréde desenmarañar este pequeño lío al hablar de las guitarras.
Un término cercano eimológicamente a los que estamos manejando en este
Via. Lesure (1955-1956), Para un úi resumen. vid. el artículo de Harwood en el New Growe citado
más arriba.
34

apartado es el de «baldosa», que


Juan del Encina. Documentado en también cita
los Jjuan
XIV y XV enRuiz y
Primera parte
dose», italiano: «baldosa» o «Valdosa»,siglos francés: repiten Fernán
dad. Pedrell y Sachs lo
el consideran
género «pandora» o pandura»,instrumento
sin
es todavía
de cuerda
especificar
poco
pulsada
claro en
cuanto «bandoire» aban.
y
a sU
enti.-
Lamaña opina que es un cordófono de
mento toledano de 1590:
mucho más
arco, a juzgar pOr el relacionado con
Páguese a Rodrigo de Aylón setenta y nueve reales que ha de
siguiente docu-
que fueron tañendo las vihuelas de arco
en la procesión de haber para él y
Na. Sa. de sus
dásele trece reales más de lo que se libraba a compaDeros
Jerónimo de Cáceres, agostO ysu octava
más en lugar de la valdosa que falta. porque se añadió uno
Para Lamaña , «ello nos induce a
suponer que tal vez se tratara de un instn.
mento de arcO y, más Concretamente, de la
Trompeta marina, pues, aungue dicho
instrumento se usó ciertamente en España, nunca lo hallamoS mencionado con ral
nombre, ni con ningún otro, que sepamos.» Sugestiva hipótesis que, sin embargo.
no parece verse confirmada por ningún otro dato.
Por contra, Fernández de la Cuesta lo describe así: «Su nombre procede det
ICStm
Occitano. De caja grande ovoidal, y fondo lso, su mástil era largo, en disminucón
puede
hacia el clavijero, que podía ser plano o doblado, con clavijas frontales olateriles COn el
Se pulsatba con un plectro o con los dedos. Apenas hay fuentes iconogriics en el sigi
España. Destacaríamos únicamente la miniatura de la cantiga 120 del manuscrito
E2 y las pinturas murales de la Iglesia del Cerco de Artajona, hoy en el museo ie a fidu
Arte de Pamplona».
Vawam
CAcamen

120.
de la Cantiga
Figura 4Miniatura
35
La Edad Media cristiana

Ya que ha salido a relucir el instrumento de la miniatura de la cantiga 120


(fig. 4), lo utilizaréde ejenmplo para ilustrar hasta quépunto reina la confusión en
«tambur»,
el tema de nuestros instrumentos medievales. Stauder lo clasifica como
al igual que el de la cantiga 150 (fig. 3). Lamaña en un trabajo (1979) lo califica
«de dudosa especificación y terminología», pero en otro (Anglés, 1958) lo deno
mina «Baldosa o bandosa (?) de identificación dudosa, aunque bastante probable
dadas sus características específicas; instrumento del tipo de la cítola pero de mayor
tamaño ycon más cuerdas ...] uno de ellos parece tañerse con un plectro y el otro
ieron Con los dedos». Ribera lo llamó «cítaras o grandes vihuelas de péñola». Otros
muchos lo han lamado «guitarra morisca», porque lo tañe un individuo de tez
OScura, etc., etc. Podríamos llamarlo «bandurria»? ¿Por qué no? Habría tantas ra
Zones como para los demás... o más. Pero, en fin, dejémoslo estar.
nstru
dicho IV.3. La cítola
on tal
bargo, Según Fernández de la Cuesta 40 «la cítola tiene un nombre derivado de cithara,
y designa un instrumento de cuerdas pulsadas o punteadas. Son abundantes los
de del testimonios documentales sobre este instrumento. Según M. R. Alvarez, la cítola
nución puede ser considerada Como un instrumento híbrido, derivado de los laúdes, pero
erales. Con elementos prestados de las fídulas, cuyo origen no puede rastrearse más allá
cas en del siglo xIV.» ¿A qué instrumento se refiere? ¿Un híbrido de laúdes y fídulas? Con
uscrito fesaré mi dificultad para imaginarlo. ¿Qué elementos pertenecerían al laúd y cuáles
seode a la fidula? Y, sobre todo, ¿por qué su origen no puede buscarse más allá del
siglo xrv, si los datos manifiestan justo lo contrario?.
VayamoS por partes, comenzando por los documentos escritos reseñados crono
lógicamente:
-c. 1234: Gonzalo de Berceo, Vida de San Millán de la Cogolla 41
Auia otra costunbre el pastor que uOS digo:
por usO una çítola traya siempre consigo
por referir el suenno, que el mal enemjgo
furtar non li podiesse cordero nin cabrito.

El interés de esta primitiva mención está en que puede relacionarse directa


mente con la imagen del instrumento. Pocos años después de que Berceo la es
cribiera, un anónimo pintor quiso plasmar en un retablo la vida de san Millán,
siguiendo paso a paso la narración de aquél 2, de modo que acualmente podemos
ver lo que era una ctola para un -relativamente- coetáneo.

0 (1983), p. 343.
Menéndez Pidal (1971), p. 123, reseña las variantes de cada ms. Algunos mss. ofrecen la lectura
«citara», lo que da' jgual, porque, como veremos, ambos nombres se aplicaron coetáneamente al mismo
instrumento.
2 Pintor anónimo (siglo xu). Retablo de la vida de San Millán. Logroño. Museo de Bellas Artes.
Primera ÇAne

Figura 5.-Anónimo (s. XIII): Retablo de la vida de San Millán.

-c. 1240: Martín Soarez, Sátira contra el juglar


Lopo *3.
..]un jograr que dizian Lopo, e citolava mal e cantava
Foi a citola tenprar Lopo [..] peyor [..]
[...]un citolon mui grande sobraçado [...]**
[.]ca lhi querra deante citolar [...]
... mais vas no citolon rascar (...]

-c. 1249: Anónimo, Libro de Alexandre 5.

El pleito de joglares era fiera riota


avie y sinfonía, farpa, gigae rota,
albogues e salterio, çítola que más trota,
guitarra e viola que las coytas enbota.
-C. 1250: Anónimo, Poema de
Fernán González 46
Avya ay muchas de çítulas e muchos vyoleros
-1248-1284: Alfonso X, Sáira contra el juglar CtOI
Cítola oí andar-se
queixando
de que Ihi non davan sas quitaçones |J
*3 «bajoel
Menéndez
Algunos
Pidal (1957), p. . 148 y 66.
Rodrigues lapa, p. 437 yss. sentido
equivale a
brazo». Vid. manuscrilOS ofrecen la lectura «sobarcado», En (odo caso, el
Citado Rodrigues lapa,publicaciones.
45
p. 438. Madrid.
** en múltiples Vid. Menéndez Pidal (1957), p. 46. Cátedra,
Victorio(ed.
1981 ), También
47
p.167. citado abundantemente. Puede Consularse en la ed. de Juan
Rodrigues Lapa (1965), p. 31.
La Edad Media cristiana
37
mismas fechas (reinado de Alfonso X). El juglar Lourenço se
de Alfonso III de Portugal a la del Rey traslada de la corte
le iguala en tocar la cítola. Contra él
Sabio. Alardea de que nadie en Castilla
escriben varios trovadores 48.
Joan Garcia de Guilhade 49

Lourenço, pois te quitas de rascar


edesamparas teu citolón,
rógote que nunca digas meu son,
e ia mais nunca mi faras
pesar.
[...]e el guarria mui melhor
sen trobar e sen citolon ...]

Lourenço jograr, as mui gran sabor,


decitolares, ar queres cantar |...J
[..]e t'en de farei
o citolon na cabeça quebra.
Pois que t'agora citolar oi
e cantar ..]
- Joan Garcia, non vos filharei
algo, e mui ben vos citolarei [...]
-Joan Perez d'Avoin 50
[...] que nunca pode dizer son
neno ar pode citolar.

Lourenço, soias tu guarecer


Como podias, per teu citolon.

Pedr' Amigo de Sevilha 51,


[..]ainda de seu citolar
VOS direi eu quanto Ih' oi:
diz que o non poden passar
todos quantos andan aqui [...]
En dos frases se puede resumir la opinión de Menéndez Pidal
de la citola en la poesía galaico-portuguesa: «El sobre el papel
gallegos es nombrado "cítola", o con aumentativoinstrumento
despectivo,
de todos los juglares
de taner ese instrumento significada con el verbo "citolón', y la acción
de san Fernando privaba una poesía gallega, con
especial "citolar"..JEn la corte
todo un tecnicismo de escuela,
t0 Menéndez Pidal (1956), p. 179, nota 27.
49
Rodrigues
S0 Rodrigues
Lapa, pp. 318, 319, 331, 332, 333 y 334.
51 Lapa, p. 337.
Rodrigues Lapa, p. 474.
38
trovadores y altamente estimado por las
Primera parte
practicado por sus inculta.
a la gente
altas clases
Entre los incapaces
cual resultaba inasequible
tecnicismo figuran los juglares de tambor y los tromperos, de sociales, el
apreciaasír esteuna
clase de juglaría iliterata, a
diferencia de los juglares superiores,
señalándose
eran los verdaderos proOpagadores de la poesia lirica cortesana 52los de cítola, que
c1290: Fernán Páez de Talamancos, Maldecir contra Rodriuo A
Jograr Saco, non tenh eu que fez razon,
quen vus pos nome jograr e vus deu don L..1
pois que vos non citolades nulha ren. ..1
Quen a vós chamou jograr a pran mentiu,
ca vej'euque citolar non vos oiu...]

-c. 1330: Juan Ruiz, Libro de Buen Amor.

Traía por el garnacholas sus tetas colgadas,


dábanle a la çinta, pues qu'estaban dobladas,
ca estando sençillas darl'yen so las yjadas:
a todo son de çítola andarían sin ser mostradas.

Tañía el rabadán la çítola trotera.

Arávigo non quiere la vihuela de arco;


çinfonía e guitarra non son de este marco;
çítola e odrecillo non aman «ataguylaco» [¿:
más aman la taberna e sotar con bellaco.

-1412-1413: Arnaut Guillén de Ursúa firma en Pamplona varios recibos como


juglar ciego «de la citolla» y «de la violla darco» del Rey Carlos II de Navarra
siglo xv, finales: Rodrigo de Reinosa. Coplas de un pastor enamorado de una
pastorcilla.

Darte he queso y cuajada


que yo tengo en mi manada.
Herte he citolada
con que salgas a bailar [..]
y se her la correntera,
altibaja y la cayera,
deleitosa y la trotera
y huertes danzas danzar.
sóloque
atestiguar,noniega k
Y basta de
Creo que serán suficientes parasiglo XIV, elinstrumento
documentos. Como
los orígenes de la cítola pueden rastrearse más allá del Es
Alvarez, sino que este siglo marca precisamente su decadencia.

$2 Menéndez Pidal (1957), pp. 42y 157.


53
Menéndez Pidal (1956), p. 183, y Rodrigues Lapa, p. 1.
Sa Menéndez Pidal (1957), p. 396.
Lu Edad Medi.a ristiana

39
inseparable de la juglaría gallega, que
parece descender a amtbientes más tuvo su esplendor en el siglo x1lI.
modo, Se ve que es un instrumento populares, tabernarios incluso. Después
De cualquier
medieval a «meisajero», bullanguero.
«andariego», pero no «Trotero» equivale en el lenguaje
hay que olvidar
danza, el «ottO» 0 «totera» (R. de que existe una
lidad. parece gurdar relación. Reinosa), con la que la cítola, si no es
Pero, ¿uál es?, iCómO es la cítola? casua-
Resulta obvio pensar que en la
relacionada on la poesiagalaicopotuguesa se iconografía
tan numerosas COMO menciones en los textos. encontrarán
Y así es. imágenes de la cítola
etiozs de Santa Maria, el Libro de los Entre los códices de las
mos, Dor lo menOs, nueve Juegos y el Cancionero de Ajuda reuni
ue de represeNtaCIONeS del mismo
momento llainremOS «cítola» y que podemos instrumento punteado, al
describir así:

Figura 6.-Miniatura de la Cantiya 150.

Glavijero curvado con talla en el extremo. Clavijas laterales (cinco).


Mástil de longitud media. El extrenmo inferior del mismo se superpone
Trastes (cinco o seis). en ocas0Ones a la tapa.
Cuerdas
menos en (cuatro
0 Cinco) sujetas en el extremo inferior del instrumento, que dcaba mas o
punta. Tañidas con un plecro.
ROseta
la tapa. ceDtral. Línea de puntos, 0 continua en el borde de la tapa. PuntOS disribuidos por

la
el observación dede ciertas
la ICOnOgrafía esculórica de este nsrumentO l0s permite
nos descubr im i
ocultaban.entO
La
características que en las visiones de la miniaaura se
cítola no podía faltar, y no falta, en las portadas de iglesias y
Escatedrales Construidas
lógico que sea más
durante la segunda mitad del sigloXL ydecadas posteriores.
reinos de Galici.,
León y Castilla que abundante en los mOnumentos deinteresantes
los
sOn los del
Palacio Gelmírez de en el restodedeCompoStela,
la península. Ejemplos
Monasterio de Carboeiro (Ponteve
Santiago
Primer arte
40

(Zamora), iglesias de La Hiniesta (Zamora), sasamón (o.


dra), colegiata de Toro catedrales de BurgOS, León y Burgo de Oers
gos) y San Miguel de Estella(Navarra),
uarstue

(Soria). escultura añade a lo que ya veiamoS en las miniaturas en


Los detalles que la
paralelos, sino que forman un
fundamentalmente dos: la tapa y el fondo no son unibn
extremno inferior y más abierto en la
No
harna

ángulo agudo, nmás cerrado en el


ancho que hay que practicar un agujero
el mástil. Éste en algunos ejemploS es tan
haberse
tro

por élel dedo pulgar, de modo que la mano pueda abrazarlo nara
para introducir mástil, aros y fondo están tallados en
comodidad. Seguramente clavijer0, Más
habiu
pisar con tana
misma pieza de madera, con lo que se consigue una indudable solidez. La Curt
Suh
la de
otros la roseta hace suponer el empleo
parece en unos casos de piel, pero en guitarra
nIO
madera.

leano,noin
hposibilid
MLan
guitaralati
menteguitar
moditicada c
central, clavi
driamos, puc
sihuela de p
No es mo
qu¿ inspiraci
arra es mu
en la mitad
Mento en Cu
Figura 7.Catedral de Burgos (s. XIII), Portada del Sarmental.

SS5S6SSSSSSSSAAR erivaL.Frearránnbc
con todas eStas C
Se ha Conservado en Inglaterra un instrumento construido
racterísticas, al que en el siglo xv1 se le colocó una tapa de viola ".
los distintos
Conviene fijarse también en as diferentes posiciones de tañido,
veces claramente pareadas), la existencia o no de cordal,
de las cuerdas (a
tamaños, la existencia o no de plectro en cada caso, el número variaciones
las
clavijero, etc. Dealles todos ellos que muestran hasta qué punto cada
tenía su personalidad en la Edad Media, y hasta dónde nuestrOs tiempos
en el
instrumento
Conla
Noareq
Esa seria e
atractivas de los ins-
«estandarización» han perdido una de las dimensiones más
trumentos musicales. ctola.
a a
No está muy claro qué precedentes históricos puedan señalarsenúcleo árabe-
Ciertos detalles (roseta, clavijero curvo, talla) lo relacionan con el

medianul insrt
55 MuY reproducido por su belleza en libros sobre insuunmentos. \id. Crne, A
Ja Edad Media cristiana 41

persa, pero los numerosos ejemplares que pueden señalarse en Europa hablan de
otro árbol genealógico. Su relación con el laúd es, desde luego, escasa 56
La cítola queda así, Creo, suficientemente tipificada y ejemplificada. Por si fuera
poco, la historia posterior del instrumento reafirma la hipótesis aquí expuesta. En
nuestros días o hasta haCe muy poco pervive en el folklore levantino un sucesor
de la cítola medieval Mamado «cítara», según veremOs más adelante. Todos los
datos refuerzan la relación nombre-inmagen, que es uno de los problemas de la
organología medieval, tal comO exponía al principio de este capítulo.
No haría falta añadir nada más. Sin embargo, como el lector curioso puede
haberse tropezadoo se tropezarácon opiniones muy distintas de las aquí expre
sadas, con gran extrañeza por su parte, me creo en la obligación de mencionar las
más habituales, exponiendo las razones en que se basan sus autores.
Curt Sachs (1930) cree posible la aplicación a este instrumento del nombre de
«guitarra morisca», porque puede incluirse dentro del grupo de instrumentos que
él llama «laúdes con escotaduras laterales» 7, Un origen árabe-persa más o menos
lejano, no implica, en mi opinión, que se llame «guitarra morisca», ni contradice
la posibilidad de que se llame «cítola».
J. M. Lamaña en un primer trabajo lo llama «cedra o cítola (modificada)
guitarra latina» 8, En estudios posteriores lo denomina «guitarra latina o simple
mente guitarra», con la siguiente descripción: «Proviene también de la fídula, pero
modificada con características islámicas (agujeros en la tapa en forma de roseta
central, clavijero en forma de cabeza de animal tallada, clavijas laterales, etc.) po
dríamos, pues, Considerar a la guitarra como una hermanastra más joven, de la
vihuela de plectro y de la cítola».
No es momento de discutir tales parentescos, pero sí de preguntarse gracias a
qué inspiración se adjudican los nombres a las cosas. Porque el nombre de «gui
tarra» es mucho más abundante en documentos del siglo xIv y siguientes, y más
en la mitad oriental que en la occidental de la península, mientras con el instru
mento en cuestión ocurre al revés.
I. Fernández de la Cuesta se inclina por la denominación de «cedra»: «La cedra
derivatambién de cithara, a través de citera, término documnentado en el Appendix
Probi. Estáformada por una caja de contorno entallado con amplias escotaduras a los
lados, hombros caídos pero rectos y dorso plano. El mástil es largo con un clavi
jero curvo. Las cuerdas, en número de tres hasta cinco, son punteadas con un plecro.
NO parece que pueda distinguirse claramente la cedra de la guitarra antes del siglo xv.
Esta sería el resultado de la convergencia de formas derivadas del laúdy la cedra».
Las razOnes para llamar «cedra» a nuestra cítola se nos antojan todvía más
débiles que para denominarla «guitarra morisca» o «guitarra latina». La cedra, en
uad organológica todavía no muy bien definida, es el instrumento preferido de
uglares de poesía épica, los cedreros, herederos de los antiguos citharislae y
citharaedi que entretenían el ocio desus señores cantándoles las fabulosas hazañas
de Ios héroes. La cedra es citada por Berceo, una variante del Libro de Alexandre,

h
Inión
de la cia aparentenmente
de Fernández innecesaria,
de la Cuesta (citando,porque salaaaM.lavista.
a su vez, l hago
R. Alvarez) conpra
queCONrArreStar el cqunCO
empezaba este capítulo.
$ Página 229.
En Anglés (1958), p. 455, ven Lamaña (1979), p. 65.
a
42
Prinera parte
una traducción de la Biblia yeste curioso texto aparecido en el Fuero de
Madrid"":
De cedrero. Todo cedreroquod venerit a Madrid caualeroe in conzeio cantare, e el cona:
fore amenido per dare illi dao, non donent illi mais de III morabetinos e medio; e si per
los fiadores, cadat illis in periurio. Et si alguno homine de
mais apretaren
Conzeio dixerit:
«mais le demos», petet II morabetinos a los fiadores.

Ninguna de estas menciones alcanza la época alfonsi, lo cual nos indica aue en
la segunda mitad del siglo XlI la cedra estaba
en las fechas de mayor abundancia de prácticamente en desuso, justamente
representaciones plásticas del instrumento
que estudiamos. Por parecidas razones carecen de fundamento
esta 60, «La cedra fue instrumento que tuvO gran afirmaciones como
tavor en Espana, para acompañar
el canto de los juglares de poesía lírica».
En fin, no seguiré cansando con citas inúiles. La
hacen demasiadas afirmaciones y definiciones sin base conclusión es evidente: se
mino sólo conduce a la confusión, que documental suficiente. Ese ca
contramos. Pasarátodavía tiempo hasta desgraciadamente
es el punto en que nos en
que los diccionarios y las obras de consulta
elaboradas en nuestro país, dejen de contradecirse sin utilizar
olfato de cada cual y la audacia a la hora de más argumentos que el
construir arriesgadas hipóesis evolutivasol,
IV.4. as guitarras
Noes por la hermandad con la que
en las agrupaciones «de pulso y actualmente conviven bandurrias y guitarras ian Ngicola
porque en la Edad Media hasta el siglo xv, púa» por lo que dedico a éstas
como ya he
un apartado, sino (1528) ySe.
universal de tañido de los cordófonos con señalado, la técnica casi
titulado en plural este capítulo porque, si en mástil era, además del arco, la púa. He
medievales distan mucho de ser unívocos, general t¿rminos organológicOS los
encierran una algunos como «guitarra» O «VËhuela»
multiplicidad
«guitarra latina», «morisca» 0
de significados que
obliga a una mayor
do esta
especificación «serranista»;
no se produce
especificacio:
«vihuela de arco» o «de péñola». Cuan
resulta imposible saber de qué ysuele ser la mayoría de las
aumenta con el hecho de que en los estamos hablando exactamente. La complejiad veces nos
diferentes idiomas hallamos una pléyade de
59
Nlenéndez Pidal (1971 ), p. 71.
fueron Anglés-Pena
redactados
1954), art.
por J. M. «Cedraz. Según consta en el mism0, los artículos
Larmaña. referidos a instrumentos
en la Después redactado ese capítulo ban
de
descritobibliografía,
es
que no hacen sino
ampliar
sido publicados los do0s
artículos de M. R. Álvarez reseñados
denominado
«Querríamos yresaltar «segundo
el hecho modelo de
los errores
guilarran. criticados hasta aqui. El instrumentO que hemos
AlguDos
suCentroasiático paricipar en lacurioso COrolarios SOn Paricularnente cwiosOS:
de de que este
llegada en el mundo música islánica, laúd de másil largo, a pesar de lCner un origen
mencixi2.onados, que llevaban musical cristiano, hubiese sido inrooducido inmediatamente después de
siglo Lo siglos de mienras que loS OTOS
los tipos de laúdes anteriormente
literarias verdaderament
y e curioso, cxistencia en nuesro0 país no hubieran sicdo asimilados hasta el
de
represent
representaciones;
sí debería aciones plásticas eninteresante y
el siglo xill: signiticativo es la desproporción entre menciones
numerosasa menciOnes a la cítola eScasas a menciOnes a la guiarra frente a abundancia
obligar a cualquiera
replantear las hipóútesisfrente
antes deninguna representación. Este hecho curioso
sentenciar concluslOle
La Edad Media cristiana

términos, sin duda emparentadOs enre Si, per0 que en algunoOs casos pueden
Peferirse a instrumentos distintoS: «gutarre», «guiterre», «guiterne», «guigerne»,
«guintene, «qintern», «ghiterna», etc. 62
Fiándose en el típico contorno en forma de «ocho» de la guitarra actual, la
peneralidad de los que se han ocupadode su historia han buscado en la iconografía
dieval instrumentoS que tuvieran básicamente esta
caraCterística, sin darse cuen
to de gue en muchoS CaSOS CSOS 1nstrumentos eran llamados en su
momento «vi
buela». Mavor confusión han provOcado los que han creído ver guitarras en el tipo
que he definido -Creo que con razones suficientes- Como
«cítola» y que, por
desgracia, son nayoría. La relación de este último tipo instrumental con la guitarra
paia actual es escasa, tal conmo espero haber demostrado en el capítulo anterior. Sin
embargo, la relación de_la vihuela con la guitarra es muy estrecha, hasta el punto
de que en el siglo xv puede hablarse de un tipo genérico de
«vihuela-guitarrar.
Eseca Son de sobra conocidas las afirmaciones de J. Bermudo (1555) y M. de Fuenllana
(1554) equiparando ambos instrumentos, que sólo se diferenciarían en el número
Nsua de cuerdas y en el uso que de elloS se hacía. Pero esta equiparación va perdiendo
validez a medida que nos alejamos de estas fechas hacia atrás.
tivas! Situémonos, pues, en el siglo xvi, que representa el momento final del período
cuyos instrumentos intentamos estudiar en este momento. Mientras en España se
ha producido la equiparación de que hablo, en otros países el término «uintern»
o «gbiterna» u otros similares se refieren a un instrumento de dorso abombado.
cuello corto e indiferenciado y clavijero .en forma de hoz. Así lo encontramos en
tarras Martin Agrícola (1528) y Sebastian Virdung (1511), dos de los primeros teóricos
,S0no que se ocupan del tema de los instrumentos. No se trata de ninguna confusión
motivada por desconocimiento del tema, como algunos han pensado. Todavía un
acasi
siglo más tarde Michael Praetorius (1618) dibuja con este nombre una especie de
a. He
gicas
guiarrade contorno «en ocho», pero con el clavijero en hoz. Años después Marin
Mersenne (1648)equipara los tipos de guitarre y de guiterne. Es_el punto de
uela confluencia en el que la guitarra-con-contorno-en-forma-de-ocho acabaimponiendo
HCión:
Sus caracteristicas en toda Europa, hasta el punto de que ya a nadie se le ocurrirá
Cuan en adelante llamar «guitarra» a un instrumento con fondo abombado y clavijero
-n0s en hoz. En España la equiparación guitarra vihuela había ocurrido cien por
lo menoS- años antes. Pero si desandamos el camino hacia atrás, las distancias
entre ambos tipos van aumentando.
J. Tinctoris (1476) -que, por su residencia en Nápoles, debe ser considerado
como una fuente cercana- describe una «gbiterra» o «gbiterna» inventada por los
Calalanes, similar al laúd por su forma abombada, la disposición de las cuerdas y
C modo de tañido, pero mucho más pequeña que él. La afirmación de Tinctoris
sobre que este instrumento fue inventado por los catalanes debe interpretarse en
hens ou Tecto Sentido: que él lo ha visto utilizado sobre todo por los músicos (más
aueiante especifica que principalmente por mujeres) catalanes afincados o viajeros
POr lalia, donde él residía. Ios datos iconográficos confirman plenamente las afir
hiaciones de Tinctoris. En efecto, en las representaciones plásticas provenientesde
a 0na geográfica bajo dominiode la corona de Aragón, y en especialen la pintura
sobre tabla, es muy frecuente, casi tópico, un instrumento de aspecto similar al
2 Vid. Nickel (1972), p. 193-234.
a Z

44
Primera parte
laúd, pero bastante más pequeño. Sin duda, la «ghiterra» descrita por Tinctoris.
Como ejemplos baste citar las numerosas obras de Pere y Francesc Serra
y de su escuela, dispersas en varios museos y catedrales, donde suelen aparecer el (siglo xv)
laúd yla «ghitea» junto a la flauta dulce, el órgano portáil, el arpa yla viola 63
Hay un dato muy evidente: el «Chitarone» CS a nuestroS oJOS una especie de la
Con el mástil prolongado y, sin embarg0, no es un «lautone». Hizo su
en el primer tercio del siglo xvi, cuando en Italia la «cchitarra» tenía ja
aparición
estamos describiendo. que forma
Mejor será no multiplicar los ejemplos, sin antes dejar esto bien asentado. en
Ios siglos xIv, xV y XVI se conocía en el reino de Aragón y otros lugares
Alemania al menos) con los nombres de «guitarra>, «ghiterra», «ghiterna» o simi.
y (italia
t h ts
ou
lares a un instrumento que no tiene que ver casi nada con nuestra guitarra actual
Resulta extraño? ¿Por qué, si en esas mismas fechas y en todas partes se conocia
como «laúd» a un instrumento que nada tiene que ver con los «laúdes españoles.
actuales? Frecuentemente la pequeña historia de las palabras, los objetos, v las
relaciones entre ellos juega estas malas pasadas. Resulta siempre imprescindible Doner
o

situarse en el entorno cultural que rodea cada fenómeno que estudiamos, dando
por supuesto que es distinto del nuestro. Semejante perogrullada es olvidada con
harta frecuencia y los resultados están a la vista en bastantes escritos organológicos.
Tomaré un ejemplo de la bibliografía sobre el tema en nuestro país. loqu
. M. Lamaña (1981) insiste en lamar a este instrumento «mandola» o «man
dora»: «Aquesta mandora és la que veiem constantment reproduida a la pintura sentido ap
catalana iaragonesa des segles xrviXv, iper aquesta raó s'escau sorprenent la seva eidente,
absència de citacions en els documents de la Corona dAragó, on mai no apareix,
almenyns amb el nom de mandora». Efectivamente, ni en catalán, ni en ninguna iablar de
de las lenguas peninsulares aparece el término «mandora» en toda la Edad Media.
fë), sin
La que sí aparece ciada y con harta frecuencia es la «guitarra», tanto en Castilla
Como en Aragón-Cataluña, hasta el punto de que R. Menéndez Pidal (1957) y M. C.
Gómez Muntané (1979), que han estudiado a fondo la documentación de las res
pectivas Cortes coinciden en considerar las décadas que FOdean el 1400 como una
época de florecimiento guitarrístico. Bien entendido que muchos de estos guita
rristas tocaban un instrumento periforme y de fondo abombado y nO uno <¢l
ocho» y de fondo plano, el cual también existía yesto ya no me atrevera a
\ ascgurarlo, pero posible sí que es- alo peor también era llamado «guitarra>,
por eso he emperado este artículo hablando de la pluralidad de significados de ld
S VOZ, «guitarra. en la Edad Media.
Pluralidad que esla Cxplicila en algunos textos como los famosos versos del
Arcipreste de Hita:
Allí sale gritandlo la guitarra
de las VOCes aguda e de los morisca,
punlos arisca;
el corpudo alaúd que iCne punto ala
Ja syuitarra laúna con riSCa;
estos se aprisca.
5 Vid,
e1
Balleste i Gibert 1990), resena 1 iconografía por
eudiada, L TCpresCnlac0Ones de Cste instrumento Cn la
denomina guitarra moriscan
yuilarrenc (itado en los documentos del «COnO cquivalente del inglés gittern y del catalán
laüt
Ardhivo de la Corona de Aragón )».
La Edad Media cristiana

Por las mismas fechas en que escribíaJuan Ruiz (segundo tercio del siglo xrv)
sabemos que el duque de Normandía (en 1365) tenía ministriles «de guiterre la
tines v «de guiterre moresche» . De la guitarra llamada «latina» esto es todo lo
aue sabemos, mientras que la Otra aprece citada como «guitarra sarracenica» (J.
Grocheo, c. 1300) osimplemente «1Oresca» (G. de Machaut, c. 1370), con lo cual
nuestros conOcimientos ampoco avanzan demasiado. Adjudicar auna yotra deter
minadas caracteristicas o o que es más frecuente- pretender verlas en una u
otra miniatura de las Cantigas, o deja de ser un juego o una tentación vana, si no
se tienen otros datos que los simples nombres. Repasemos los resultados de los
que lo han intentado: la que para Sachs podría ser guitarra morisca, para Lamaña
es guitarra latina y no es OtrO instrumento que el que M. R. Alvarez e I. Fernández
de la Cuesta identifican con la cedra y al que en las páginas anteriores creo haber
dado suticientes razones que demuestran que en la época se llamatba «cítola».
Esperemos, pues, Como exige la más elemental probidad científica, a tener más
datos que arrojen luz sobre esta diferenciación. Después de todo, no es la única
incógnita que nos queda por despejar sobre la guitarra: ¿en qué consiste -por
Cand. poner otro ejemplo- la «guitarra serranista, estromento con razón», de que nos
habla el Poema de Alfonso XI? Pudiera ser una corrupción de «sarracena» o «sa
rrAcenista», pero también podría ser cualquier otra cosa.
Lo que resulta sorprendente, más que esta distinción entre «latina» y «morisca»,
es que en el vocabulario de la Baja Edad Media se emplee la voz «guitarra» en un
sentido aparentemente único. Si la distinción entre «latina» y «morisca» fuese muy
evidente, ¿Cómo se le iba a ocurrir a nadie hablar de la «guitarra», sin más adjeti
re vos? Y si, por contra, las diferencias entre una y otra eran tan nimias que se podía
gune hablar de una «guitarra» genérica, ¿en qué consistían esas diferencias, pequeñas
edia pero, sin embargo, significativas? ¿Quizá sólo en ciertos detalles ornamentales de
la caja? Quizáen la colocación o no de trastes? ¿Quizáen la materia de las cuerdas
(metal o tripa)? Además, las referencias a la «gitere», «quitarre», «quinterne», etc.
abundan desde loscomienzos del siglo xIen las lenguas romances y no estáclaro
que las pequeñas variantes fonéticas no representen también diferencias, quizá
mayores, en la constitución de los instrumentos a que hacen alusión.
Por otra parte, conocemos suficientes datos que nos permiten pensar qe los
cordófonoS en forma de «ocho» durante la Edad Media no se llamaban normal
mente «guitarras», sino «vihuelas», tañidas con arco o con plectro («péñola», Osea,
. pluma). En la iconografía de los siglos xIv y XV vemos perfilarse progresivamente
un tipode instrumento punteado que cada vez recuerda más a la guitarra actual y
que no es otro que la vihuela, primero «de péñola» y más adelante «de mano».
En el siglo xv1 vihuelas y guitarras eran prácticamente el mismo instrumento, aun
que el número de cuerdas (y su temple y afinación), el tamano y el uso sOcial
parecen ser elementos diferenciadores atener en cuenta. Los nodelos nnas gran
des, con mavor número de cuerdas v de uso más <serio» se llamrían, scgün esto,
«Vihuelas., mientras que los de menor tamaño, menor número de cuerdas (hasa
ualro ordenes) y de utilización más popular serían conocidos cOmO «guitarras».
De momento yo no expondria esta teoria sino en un plano hipoético. Creo pre

* Vid. Nickel (1972). p. 224.


aea
Jota
Primera parte
«construCtO» -0 Sea, una hipótesis
de traabajo que será, O
ferible manejar un
datos ulteriores al
que llamaría «guitarra-vihuela», no,
confirmada por los del siglo xy do Paa refe.
púa (y apartir de mediados
rirme alos instrumentos deocho».
plano v forma «en
fondoPero existían también otras guitarras de contorno periforme yfondo abombado,
como hemos visto más arriba. Si se repasa la descripción que hacíamos de la
bandurria en el cap. III.2, se omprobará que, a medida que va Ocurriendo la
hipotética evolución hacia lo que en Francia se llamará «mandore», resulta m muy
n similar a la de la guitarra, cuyas características fundamentales podrían resumirse
en: «como el laúd, pero más pequeña». No creO que exista contradicción en ello.
influjo de factores locales o de modas
Se olvida con frecuencia el pasajeras
época y lugar se llamase de un
que
yue
harían posible el que en una determinada denominación cambiaba. En el folklod
un instrumento, mientras en otros la
comprobada sobradamente la divergencia entre nombres y objetos en dependencio
de viento
del entorno geográfico: «gaita» designa ern Galicia a un instrumento
fuelle: en algunas zonas de Castilla se Ilama asi a la dulzaina, instrumento de
doble del tipo oboe; en otras zonas «gaita» equivale a flauta de tres agujeros. sin Dura
embargo, en la sierra de Madrid es un instrumento de lengüeta simple del tipo
clarinete emparentadocon la alboka vasca y, finalmente, la «gaita zamorana» es a
al çinfonía o zanfona. No sería, por eso, extraño que lo que en el reino de Aragón -enEpa
se conocía como «guitarra», se lamase «bandurria» en otras zonas de la península. ventover
sobre todo en aquellas en las que la «guitarra-vihuela» fue adquiriendo importancia Losinstru
social creciente. También en este caso puede sernos de utilidad emplear el «cons *public
tructo» «guitarra-bandurria», al menos hasta tanto investigaciones más finas y pers
francés o
picaces nos permitan deslindar claramente ambos términos y ambos instrumentos.
t Este segundo tipo, la «guitarra-bandurria», es el que nos interesa dentro de la dolina too
historia de los instrumentos de púa en nuestro país. Del otro, la «guitarra-vihuela, ian su in
sabemos que adoptaría definitivamente la técnicadel pulso directo con los dedos, angelitos
favoreciendo el desarrollo de una literatura interesantísima en el siglo xv1. Pero eso cados en
queda fuera de nuestro objetivo presente.
Me atrevería aún a identificar a esta «guitarra-bandurria» entre las miniaturas dedos hic
| de las Cantigas, que siempre son referencia obligada. Sería el IstDerumentxod
sentado en la cantiga 90, cuyas características coinciden con loinstrumento repre
dicho hasta aqul.
Su sernejanza con los modelos
catalano-aragoneses es grande y tampoco es un up
instrurnental muy raro en la iconografía
en la catedral vieja de Salamanca, en la portada castellana. Lo encontramos, por ejemp
yen los frescos de San Pablo de
de la iglesia de Sasamón (Burgo)
de Valladolid. Peñafiel, actualmente en el Museo Arqueoo3
¿Guitarras, 0
pero tarnpoo sería una herejía«bandurrias»? Mejor «guitarras», parece de
1a semejanza con el laúd sería lamarlos «bandurrias».
lanes larnaban llaút guitarrench», aún mayor en los instrumentos que o
Del nombre se deduce
quenos, Casi, casi tanto CoMo una que serían laude pe
Io normal. casi, casi guitarra o, también, guitarras más grandes de
modelo. ompárense los como un laúd. También la DOs suministra estte
iconografia de Ballester idos
insrumentos
Gibert (0990) y se verá
en los iconograla
que
caSOS la juntos enla
Cn diferencia de tamañOS D0
CS tan
yrande cn unoS
variada y las rctablos comIO en orOS. Sin embargo, la casuística es muy
posibilidades de cruce entre el
laúd yla hipotética guitarra SOn
muchas.

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