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FORMAS DE PRESENTACIÓN DEL DISCURSO ESTÉTICO

Si entendemos la forma de presentación como la modalidad discursiva que el


escritor elige para dar vida a su obra, son cuatro las modalidades que presentan la
mayor parte de los textos: narración, descripción, diálogo y monólogo.

LA NARRACIÓN

Se define como una sucesión, en el tiempo, de acontecimientos relatados. En una


narración se presentan las acciones que toman a su cargo los personajes. Tanto así
que el discurso narrado equivale a las acciones de los personajes. Puede presentarse
indistintamente en prosa o verso.

Ejemplo

RETRATO EN SEPIA (FRAGMENTO)

“Vine al mundo un martes de otoño de 1880, bajo el techo de mis abuelos maternos,
en San Francisco. Mientras dentro de esa laberíntica casa de madera jadeaba mi
madre montaña arriba con el corazón valiente y los huesos desesperados para
abrirme una salida, en la calle bullía la vida salvaje del barrio chino con su aroma
indeleble a cocina exótica, su torrente estrepitoso de dialectos vociferados, su
muchedumbre inagotable de abejas humanas yendo y viniendo de prisa. Nací de
madrugada, pero en Chinatown los relojes no obedecen reglas y a esa hora empieza
el mercado, el tráfico de carretones y los ladridos tristes de los perros en sus jaulas
esperando el cuchillo del cocinero. He venido a saber los detalles de mi nacimiento
bastante tarde en la vida, pero peor sería no haberlos descubierto nunca; podrían
haberse extraviado para siempre en los vericuetos del olvido. Hay tantos secretos en
mi familia, que tal vez no me alcance el tiempo para despejarlos todos: la verdad es
fugaz, lavada por torrentes de lluvia (…)”.

Autor: Isabel Allende

LA DESCRIPCIÓN

Es la estrategia literaria que nos permite decir cómo los personajes, lugares,
situaciones, etcétera. Entre otras funciones, permite a la obra presentar los rasgos
físicos, psicológicos e idiosincráticos de los personajes, las costumbres de las
comunidades y da una explicación detallada de lugares reales o imaginarios. Se
presenta indistintamente en prosa o en verso.

Ejemplo
PLATERO Y YO (FRAGMENTO)

“Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de
algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros
cual dos escarabajos de cristal negro. Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia
tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas...
Lo llamo dulcemente: ¿Platero? y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que
se ríe en no sé qué cascabeleo ideal...”

Autor: Juan Ramón Jiménez

EL DIÁLOGO

El diálogo es una estrategia que representa la voz de los personajes en una historia
o en conversaciones. Ofrece un máximo de información a través de un mínimo de
informantes, da agilidad a la obra y se presenta indistintamente en prosa o en verso.

En el teatro, los actores ejecutan oralmente diálogos que encuentran su forma escrita
en la literatura dramática. Los diálogos que escuchamos en el cine y la televisión
también tienen su forma escrita en los guiones. En otras formas de literatura también
encontramos diálogos. Las entrevistas son una forma de diálogo que suele ocurrir
en primer lugar de forma oral y que luego se incluyen de forma escrita en artículos
de libros o revistas. En la literatura de ficción, los diálogos son los momentos en que
los personajes toman la palabra.

Habitualmente los diálogos se marcan con un guion al principio del parlamento de


cada persona. Cuando un personaje termina de hablar, se escribe punto y aparte.

Ejemplo

ROMEO Y JULIETA (FRAGMENTO)

Romeo: ¡Silencio! ¿Qué resplandor se abre paso a través de aquella ventana? ¡Es el
Oriente, y Julieta, el sol! ¡Surge, esplendente sol, y mata a la envidiosa luna, lánguida
y pálida de sentimiento porque tú, su doncella, la has aventajado en hermosura! ¡No
la sirvas, que es envidiosa! Su tocado de vestal es enfermizo y amarillento, y no son
sino bufones los que lo usan, ¡Deséchalo! ¡Es mi vida, es mi amor el que aparece!…
Habla… más nada se escucha; pero, ¿qué importa? ¡Hablan sus ojos; les
responderé!…Soy demasiado atrevido. No es a mi a quien habla. Do de las más
resplandecientes estrellas de todo el cielo, teniendo algún quehacer ruegan a sus
ojos que brillen en sus esferas hasta su retorno. ¿Y si los ojos de ella estuvieran en el
firmamento y las estrellas en su rostro? ¡El fulgor de sus mejillas avergonzaría a esos
astros, como la luz del día a la de una lámpara! ¡Sus ojos lanzarían desde la bóveda
celestial unos rayos tan claros a través de la región etérea, que cantarían las aves
creyendo llegada la aurora!… ¡Mirad cómo apoya en su mano la mejilla! ¡Oh! ¡Mirad
cómo apoya en su mano la mejilla! ¡Oh! ¡Quién fuera guante de esa mano para poder
tocar esa mejilla!
Julieta: ¡Ay de mí!
Romeo: Habla. ¡Oh! ¡Habla otra vez ángel resplandeciente!… Porque esta noche
apareces tan esplendorosa sobre mi cabeza como un alado mensajero celeste ante
los ojos extáticos y maravillados de los mortales, que se inclinan hacia atrás para
verle, cuando él cabalga sobre las tardas perezosas nubes y navega en el seno del
aire.
Julieta: ¡Oh Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? Niega a tu padre y rehusa tu
nombre; o, si no quieres, júrame tan sólo que me amas, y dejaré yo de ser una
Capuleto.
Romeo: (Aparte) ¿Continuaré oyéndola, o le hablo ahora?
Julieta: ¡Sólo tu nombre es mi enemigo! ¡Porque tú eres tú mismo, seas o no
Montesco! ¿Qué es Montesco? No es ni mano, ni pie, ni brazo, ni rostro, ni parte
alguna que pertenezca a un hombre. ¡Oh, sea otro nombre! ¿Qué hay en un nombre?
¡Lo que llamamos rosa exhalaría el mismo grato perfume con cualquiera otra
denominación! De igual modo Romeo, aunque Romeo no se llamara, conservaría sin
este título las raras perfecciones que atesora. ¡Romeo, rechaza tu nombre; y a cambio
de ese nombre, que no forma parte de ti, tómame a mi toda entera!
Romeo: Te tomo la palabra. Llámame sólo “amor mío” y seré nuevamente bautizado.
¡Desde ahora mismo dejaré de ser Romeo!

Autor: William Shakespeare

EL MONÓLOGO

El monólogo es un diálogo ficticio, es decir, un discurso cuyo receptor es el mismo


sujeto que lo produce. La diferencia esencial entre el diálogo y el monólogo es que
en este último el personaje no se dirige a un interlocutor, sino que habla (en el
soliloquio) o piensa (en el monólogo interior) para sí mismo, sin inhibiciones,
revelando sus sentimientos, opiniones y dudas más recónditas. Al ser una
herramienta introspectiva, el monólogo permite una vinculación mucho más intensa
con la interioridad y la psicología del personaje representado, ya que equivale a
presenciar el contenido de su mente. Se presenta indistintamente en prosa o en
verso.

Ejemplo
DIARIO DE UN LOCO (FRAGMENTO)

¡Qué diablos! Vi que Medji estaba olfateando el perro que iba con las dos señoras.
"¡Vaya! ¿No estaré borracho? —Pensé para mis adentros—. ¡Menos mal que esto no
me ocurre a menudo!"

—No, Fidele; estás equivocado. Yo estuve... Hau, hau... Yo estuve muy enferma.

¡Vaya con la perrita! Confieso que me quedé muy sorprendido al oírle hablar como
una persona; pero después de reflexionarlo bien, no hallé en ello nada extraño. En
efecto, en el mundo se dan muchos ejemplos de la misma índole. Cuentan que en
Inglaterra emergió un pez y dijo dos palabras en un idioma extraño, tan raro, que
desde hace dos o tres años los sabios hacen investigaciones acerca de él y aún no
han logrado clasificarlo. También leí en los periódicos que dos vacas entraron en una
tienda y pidieron medio kilo de té. Pero reconozco que me quedé aún mucho más
sorprendido al oírle decir a Medji:

—¡Es verdad que te escribí, Fidele! Seguramente Polkan no te llevaría la carta.

Aunque me juegue el sueldo, apostaría que nunca se ha dado el caso de un perro


que escriba. Sólo los nobles pueden escribir. Claro que también algunos
comerciantes, oficinistas y, a veces, hasta la gente del pueblo sabe escribir un poco;
pero lo hace de un modo mecánico, sin poner ni comas, ni puntos, y, claro está, sin
ningún estilo.

Autor: Nicolás Gogol

Referencia.
González Erosa, G. (2020). Literatura II. Ed. Umbral. México

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