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El texto y sus propiedades REPASO

Identidad religiosa

Tanto Heinrich como Henrietta eran judíos, de padres, abuelos y tatarabuelos rabinos. Sus antecesores
habían vivido ensimismados en su comunidad. Como los cristianos, que según san Agustín llevaban doble
vida, en la «ciudad de Dios» y la «ciudad de los hombres», los judíos también eran miembros de dos
ciudades, y, por tanto, carecían de verdadera ciudadanía: las leyes se la negaban y su religión les imponía
subordinar su identidad civil a la religiosa. Tanto por su formación ilustrada como por su condición de judío,
Heinrich Marx había vivido con entusiasmo la invasión napoleónica, que suponía la abolición de los
privilegios por genealogía, rango, raza o religión. Y aunque quedaron algunas restricciones, Heinrich rompió
con su tradición familiar y optó por ser ciudadano, manteniendo la religión como una opción privada. La
nueva condición de ciudadano permitía a los judíos elegir y ejercer libremente sus profesiones y
actividades, y tener iguales derechos civiles y políticos. El padre de Marx, pues, ya no era un judío renano,
sino un ciudadano renano judío.
La derrota de Napoleón y la instauración de la Confederación Germánica revirtió estos cambios
emancipadores. En cuanto a los judíos, las nuevas leyes antisemitas cercenaron su ciudadanía: un decreto
de 1818 les prohibía el acceso a las funciones públicas; otro de 1822 les prohibirá ejercer profesiones
liberales. La alternativa que se les ofreció fue la de cambiar de religión, asumiendo el cristianismo, y ocultar
su ascendencia cambiando de nombre.
El padre de Marx sufrió la humillación de tener que renunciar en 1816 a su religión y aceptar la cristiana,
cambiando su nombre judío, Herschel Mordechai, por el de Heinrich Marx; su madre esperó unos años
más (a que murieran sus padres) para realizar igual renuncia. Tal vez a Heinrich Marx, al fin y al cabo un
judío ilustrado, o sea, «desjudaizado», más teísta que judío, lector asiduo de Voltaire, Rousseau o Lessing,
no le importara mucho abjurar del judaísmo; pero como ilustrado debió de sufrir mucho por verse obligado
a ello y, además, por verse forzado a aceptar otra religión. A pesar de su prudencia, discreción y austeridad,
virtudes reflejadas en su correspondencia, vivió como una auténtica tragedia tener que representar aquella
farsa ante sus conciudadanos.
El líder socialdemócrata alemán Wilhelm Liebknecht, íntimo amigo de la familia Marx, cuenta que «toda la
vida de Marx responde a este acto (la conversión de su padre) y una revancha del mismo».
Tal vez sea exagerado, pero no debe menospreciarse la huella social en un niño nacido judío (despreciado
por los otros) e hijo de un judío converso (despreciado por los suyos), en un país donde los judíos eran
solo ciudadanos a medias
José Manuel BERMUDO
Marx: del ágora al mercado, Batiscafo

1. Lee el texto con atención y redacta un resumen.


2. Formula en un enunciado su tema principal. ¿Identificas en él algún subtema?
3. Localiza todos los términos de los ejes isotópicos de la religión y de la ciudadanía.
4. Establece, de manera razonada, cuál es la estructura del texto.
5. Indica qué palabras o lexemas se repiten en él.
6. En las primeras líneas del texto, encontramos un ejemplo de sustitución por hiperónimos. Explícalo.
7. ¿Qué otros mecanismos de cohesión por sustitución aparecen en el texto?
8. Justifica si la palabra subrayada es un nexo o un marcador.
9. Identifica todos los marcadores que aparecen en el texto y clasifícalos.

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