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_ Biblioteca Nueva PASADO Y PRESENTE DE LOS MANUALES ESCOLARES ALAIN CHOPPIN, + Service d'Histoire de U' Education INRE Paris ~ ‘ Los manuales escolares son objetos familiares: como alum- nos, padres de alummos, o a fortiori, come docentes, todos los hemos tenido entre Jas manos. Por lo tanto, si durante el trats- curso de una conversacién alguien aborda el asunto de los li bros escolarés, lodos tenemos recuerdos que contar, una opi- nién que emitir 0 criticas que formular. De hecho, tengo que reconocer que los recuerdos no son siempre agradables, las opi niones a veces son negativas y las criticas niumerosas. Todo transcurre como si el manual tuviera, para el comtin de los mor- tales, una funcidn caltartica, como si los utilizdramos para arre- glar nuestras cuentas con Ja institucion escolar, como si Jos li- bros de clase focalizaran nuestros rencores, 0 a la inversa, nuestros posares. Pero cuando a uno se lé ocurre preguntar a su interlocutor, ese que siempre ticne respiiestas para todo: *gQué es un manual escolar?», la tarea le parece bastante menos facil y generalmente provocamos un silencio cmbarazoso. Ne Ws. ALA CHOPPLN esta forma, si cs dificil definir un manual es porque, bajo una aparentle banalidad, aparece como wx objeto del todo complejo Asuine simuiténeainenle varias funciones y se pueden tener de él visiones de naturaleza bien distinta. Para sobrepasar la vi- sién inmediata y apasionada que todos tenemos de forma es- ponlanea de los libros de clase, es necesario optar por una pers- pectiva histérica y/o comparativa. Wataré en un primer momento de dav una definicion de los libres escolares y mostrar cémo representan para los investi-, gadores una fuente particularmente interesante, y en segundo lugar, me circunscribiré mas particularmente a cuestiones de metodo y repasaré las principales investigaciones en curso en Francia. En la lercera y tiltima parte esbozaré, apoydudome en los resultados de estos trabajos, una pequena historia del libro escolar. 1. Empecemos, si Jes parece, por intentar definir lo que a- maremos por comodidad, y por el momento, manual escolar. Es necesario que libros elementales, claros, precisos, me- tédicos, distribuidas con profusién, convierlan en universal- mente familiares todas las verdades, y ahorven los iniililes es- fuergzos para aprenderlas. Esta Ivase fue pronunciada al principio de la Revolucion Mrancesa, el 10 de septiembre de 1791, por Talleyrand ante la Asamblea Coustituyente, en un informe sobre la instruccion ptiblica realizado cn nombre del Comité de Constilucién. Era Ja primera vez que se evocaba en un discurso, que podria ser calificado de oficial, el asunto de los libros escolares. Estas palabras pavecen poner claramentc el acento sobre las prin- cipales funciones atribuidas desde enlonces, a lo que se de- signa comnmente hoy bajo el Lérmino general de «manual es- colar» -— Los manuales escolares sou, en prumer lugar, herra- iniciitas pedagogicas («libros elementales, claros, precisos; me- iddicos» segiin Talleyrand) destinados 4 facilitar el aprendizaje («que ahorren inutiles es{uerzos para aprenderlas»). Esta es para nosotros, acluales y antiguos alumnos, estudiantes ¢ do- ceutes, la funcién principal y la mas evidente. No es la tnica. coLarrs — 109 PaSAbO Y PRESENTE De hecho, diria que a pesar de las palabras de Talleyrand, fue durante un largo periodo de tiempo, ttua fancion accesoria y subsidiaria. ~— Son por lo demas, los soportes de «las verdades», reto- mando el término utilizado por Talleyrand, que la sociedad cree que es necesario transmitir a las jdvenes generaciones. Este término eucubre nociones de distintos érdenes, susceptibles de cainbiar considerablemente segiin cl lugar, la época, el régimen politico, la confesién religiosa, etc, En otras palabras, el ma nual se presenta como el soporte, ef depositario de los conoci- mieutos y de las técnicas que en un momento dado una socie dad cree oportuno que Ja juventad debe adquirir para la perpetuacidu de sus valores. Los programas oliciales, cuando existen, constituyen la estructura sobre la cual los manuales deben conformarse estrictainente. —-Son vectores, medios de comunicacién muy poteules cuya eficacia reposa sobre la importancia de su difusidn («dis- tribuidos con profusién», segiin Talleyrand) y sobre la wnifor- inidad del discurso que transmiten («convierten en universal- mente familiares» sigue diciendo Talleyrand}. Mas alta de las estrechas prescripciones de un programa, los manuales trans- miten un sistema de valores, una ideologia, ume cultura. Esta funcion se puede ejecutar de manera directa, explicita; también se puede hacer de forma implicita, que sera mayor o ignalmente elicaz. Se pedria discernir que dentro de los antiguos manua- les existe todo un conjunto de técnicas de manipulacion, que han sido retomadas posteriormente por la publicidad: a través de los textos, les ejemplos, las imagenes, el libelo de los tilu- jos, se desliza, sin que sus coetaneos sean realmente cons- cientes de ello, toda una tematica en la cual las clases domi- nantes se ven reflejadas e intentan echar los cimientos, en definitiva, de la identidad de la nacidn entera. Los manuales han desempefiando de esta forma en la Fraucia del siglo pasado un papel determinante en la unificacion lingiiistica del territo- rio. Han transmitido vatores tales conio la obediencia al Rey en la Restauracion, han hecho circular la obra educadora dela If ‘Reptiblica en los marmales laicos de finales del siglo pasado, las virtudes de la vida rural en el Régimen de Vichy, contribu- yeron a mantener a la mujer en se papel de ama de casa (la- mina 1); exaltaron el culto al Jefe eu la Italia de Mussolini; con- 10 Avan Cuorpin Wibuyeron a conservar Ja vilalidad del sentimuento nacional (Id- mina 2} y to siguen haciendo, aunque sdJo sea en la valotiza- cién de la bandera fel escudo nacional} en el México de nuestros dias, por ejemplo. Podriamos iuultiplicar de este modo los ejem- plos que demuestran que el manual participa estrechamente cn e! proceso de socializacién, de aculturacion, véase de adoctr- namlento de las jovenes generaciones. Las palabras de Talleyrand, aunque poren claramente en evidencia las funciones asumidas conjuntamente por los ma- nuales, no son, sin embargo, suficientes para definirlo total- mente: el manual escolar no es solamente un concepto. Es tan- biéu uit fibro, sun conjunto de hojas impresas gue forman un volumen», es decir, en definitiva, un producto fabricado, difun- dido y consumido, Su produccién material, y consecucntemente su aspecto evolucionait con el progreso tecnaldgico y con el con- curso de otros soportes de la informacion; su comercializacién, su distribucion, su coste depencde del contexte cconédmico, pre- supnestario, politico y reglamentatio. Este es un pinto esencial que muy a menudo ios docentes en ejercicio y los historiadores de la educacion descuidan. Volveremos sobre ello. Sea cual sea la época, el lugar, o sn uso, el manual esco- lar es un cuvife. Apavece ante los ojos de sus coctaneos como un objeto de polémica. Incesantes debates de opinién, violen- tas campaiias en la prensa, e incluso ruidosos pleitos han ca- lado en Ja historia del manual en Francia, pero también en atros paises, como ocurre actialmente en Japén. Segiin la na- (uralcza de las quejas, veinos como se movilizan unos u otros actores el sistema educativa, o tal o cual sector de Ja opinion publica: de este modo en Francia, ‘a finales del siglo pasado, el manual se encontraba, en el centro de ta lucha que libraban los partidarios de la laicidad y la Iglesia catdélica; mumlerosos inanuales considerados seclarios, fueron asf prohibidos tanto en un bando como en el otro; hoy en dia, son las asociaciones de padres de alumnos las que se movilizan en contra de] pre- cio de los manuales o de] peso de las carteras, o incluso hay movimientos feministas que exigen sed respelada la paridad de los sexos cn los manuales. Se oye periddicamente también a - los cientificos denunciar las interpretaciones crréncas, a los” partidas politicos protestar en contra de una supucsta falta de sbjetividad, ete. PASADO ¥ PRESENTE DE LOS MANUALES EScoranrs 11 No puede ser realmente de otro modo, ya que fos manuales, que para la opinion ptiblica representan el simbolo mismo de ba escuela, constituyen, quiérase o no, un instrumento de poder. Asumen, frente a los interlocutores, cuyas expectativas son a menudo divergentes, véase contradictorias, funciones multiples y a veces necesariamente opuestas, antinomicas. Este poder se acomoda esencialmente a las caracteristicas del ptiblico hacia el cual se supone que el mauual se dirige, por la permanencia de su contenido, por la importancia cuantitativa de su difusién y por la sacralizacion, mas o menos efectiva, segtin las cultu- ras, de la institucién escolar y de lo escrito. Si no dejan a la opinion ptiblica indifereute, ni mucho menos, los manuales constituyen también para los cientificos un interesante objeto de andlisis. Los manuales atraen, ante todo, la alencién de los socidlo- gos porque, aunque los libros compartan hoy esa Suncioén con otros medios de comunicacidn (prensa, television, etc.J, cousti- tuyen, como hemos subrayado, potentes instrumentos de socia- lizacién y de aculturacién para las jévenes 'generacioncs: pre- sentando a la sociedad de hoy c inlentando modelar Ja sociedad del nafiana, El autor del manual no es, por to tanto, un simple testigo de su ticmpo; reivindica otro estatuto; el de actor. Los manuales pasan por ejercer en la juventud’ una gran influencia aunque ésta sea supuesta mas que realmente apreciada. Elio cx- plica que, en numierosos paises, el poder politico aplique en ellos —se aplica siempre— una regulacién particular. Esta regulacion sirve generalmente para asegurar al poder politico un control mas o menos estrictd del contenido ideolégico que transmilen. Para el historiador que se interese por la educacion, las ciencias, Ja cultura o incluso por la mentalidad, los manuates representan también una fuente privilegiada. Por ello me gus- taria insistir sobre este asunto, Es por lo pronto una fuente abundante. Sin duda, en los pai ses en los que se pone en practica una edicidn escolar del Es- tado, 0 en los que se cjerce un control estricto sobre las pro- ductos de ta edicién privada, ya sea éste hacia arriba (autorizacién previa}, o hacia abajo, la produceién se reduce. Pero en los paises donde la edicidn cldsica es libre, 0 al menos, no es objeto de una censura previa que reduce considerable- mente la produccién, los manuales, por el tinico hecho de la 112 ALAIN CHoreit competencia entre las editoriales privadas, se publican en gran muuicro. En Francia, pafs en el cual se aplica desde 1880 una regulaciou muy liberai, se han editado mds de 100.000 titulos desde la Revolucion, y todos Jos aiios aparecen mas de 1.500 novedades. Si se tienen en cuenta las reediciones, las cifras se wultiplican al menos por tres. Es también una fuente diversificada. Como un .manual no podria conslituir mas que una de las miltiples lecturas posi- bles del programa, la libre competencia entre las editoras, las innovaciones tecnologicas, las selecciones pedagdgicas y las aplicaciones ideologicas suscitan productos distintos. Es igualmente una fuente continua: en una sociedad esco- larizada como lo es la francesa desde hace mas de wm siglo, la renovacion generacional y el desgaste material de las obras im- plican frecuentes reediciones; y como las reediciones de los ina- uvales son a menudo muy frecuentes y numerosas, éstas lle- gan a parecerse a publicaciones en serie, a las publicaciones periddicas. Por otro lado, las modificaciones del contenido edu- calivo, la aparicion de nuevas (écnicas pedagégicas, el mejora- wiento de las técnicas de impresion, brindan a las diferentes editoriales la elaboracién de unevas obras. Los manuales, cuya produccién no se acaba uunca, se prestan pues nny particu larmente a un estudio serial. Es también una fuente completa, netamente delimitada: un manual se presenta como una obra acabada. Su elaboracién obedece a un proyecto deteriuinado, cuyo prdlogo, cuando existe, liene que veudir cuentas; posce nua estructura léogica muy fuerte; propone un discurso coherente. Los manuales se prestan [dcilmente de esta forma a la critica interna y nnmero- sas mouopralfias lian sido dedicadas en Francia a las obras mas extendidas como La vuelta a Francta de dos nifios', de G. Bruno, alias Ernestine Fouitlée, que conocié 432 ediciones de 1877 a 1960; La Pequeita historia de Francia? de Ernest Lavisse, los ma- muales de historia de la coleccidn Malet-Isaac, o nds reciente- mente los manuales de literatura de la coleccién Lagarde et Michard. ' Le Tour de ta France par deux enfants (MN. 7). ? La Petite ‘histaire de France (8. 7). . PaSADO Y PRESENTE DE LOS MANUALES ESCOLARES 143 En fin, es na fnente en la que el o los autores, el editor, las condiciones de elaboracién, ia fecha de concepeién y las de puesta al dia sucesivas pueden conocerse con precision. Es por lo tanto facil hacer una critica externa, es decir, comparar el discurso del maunal con el de otros manuales o con el que nos presenltan otras fuentes, ya sean coetdneas a sti concepcién o a su utilizacién en clase. Sin embargo, hasta hace veinte afios los mannales escola res no habian sido apenas objeto de atencién por parte de los profesionales del libro o de les historiadores, tanto en Francia como fuera de ella. La causa de ese desinterés persistente puede explicarse por distintas razoues: Primero, la trivialidad, la abundante y aimplia difusién que caracteriza las producciones escolares disuadieron de seguro cualquier accién patrimonial. Su descuido fuc tal que paraddji- camente los tibros de clase estén hoy amenazados de desapa- recer fisicamente sin que Ja profesién se haya coumovido. La prensa especializada no ha dedicado a este asuuto mas que dos paginas, publicadas en La Gazette des Archives, una revista re- lativamente confidencial, a finales de los afios 60. La profusion de titulos, pero también la lougevidad y la mul- tiplicidad de las reediciones que. caracterizan Jos manuales hasta los aiios 60, no incitaron a los bibliégrafos a desempefhar taveas de catalogacién.. Incluso la parte oficial de la Béddio- graphie de la France, la bibliografia nacional en curso, no tensd la produccién integra: algunos manuales, destinados a la ense- fianza primiaria sobre todo, y gran parte de sus reediciones, no fneron tomados en cuenta. : Los historiadores, por sti parte, no se habian interesado por las producciones clasicas, es decir, por los mamuales, mas que con el fin de analizar sus contenidos. Un estudio estadis- tico que realicé en 1995 sobre el coujunto de publicaciones (obras, articulos, contribuciones y trabajos universitarios} que fueron dedicadas en Francia a la historia del libro y de Ja edi- cién escolar, establece que antes de 1980, cerca del 80 por 100 de las referencias se inscribian dentro de una perspectiva socialégica (472 por 100} o pedagégiga (32'1 por 100).en el sentido amplio del término; este estudio pone de relieve el favor del que disfrutaban entonces Jas disciplinas literarias {particularmente Ja historia); demuestra asi mismo el interés IA Avain CHoproy nanifcstado por fos investigadores por las obras de la ense- fianza primaria y por ej final del siglo pasado. Hasta estos iil- timos anos, los historjadores han visto pues, esencialmente en el libro escolar un vector ideolégico y cullural o una he- tramienta pedagdgica: los antiguos mannales han sido estu- diados por lo que revelan de la mentalidad, de las prdcticas sociales 0, en menor inedida, dc los métodos de ensehanza de su tiempo, no como productos de un sector econdmico y co mercial de hecho totalmeste descuidado. EI poco iaterés manifestado hasta estos illimos veinte afios por la historia del libro y de la edicién escolares se explica tam- bién por las condiciones objetivas de la investigacion, es decit, escncialmente, por la existencia de fuentes y por su accesibili- dad, y quisiera insislir sobre este punto A pesar, o quiza, al contrario, a causa de la importancia cuantilativa de su produccién —mds de 100.000 titulos y cerca de 400.000 ediciones, tes recuerdo— la conservacidn de los ma- tuales no ha sido aseyurada correctamente: éste es el caso en Francia, pero también éste es el caso en otros palses. Las co- leccioves son cscasas, poco conocidas, generalmente con lagu- nas, y hasta el momento presente no habian sido apenas apre- ciadas: la investigacién se vesentid necesariamente de la ausencia de organizacion y de accesibilidad de las colecciones que, al no haber sido recogidas en un inventario 0 integradas en los fondos generales, como en la Biblioteca Nacional de Francia, sc volvian a falta de un catdlogo especifico, en dificil- monte accesibles Los catélogos de las editoriales conslituyen otra fuente po- sible de censo. Son ciertamente poco comodas, ya que la misma obva aparece todos los ajios, al menos mientras se mantenga a la venla. Estos caldélogos permiten, por el contrario, rendir cueitas, aio tras atic, de la actividad de las empresas. Pero han side conservados de forma aleatoria: las empresas que so- brevive mo gnardan, en el inejor de los casos, mas que los ajcmplares mds recientes, en cuanto a los fondos «Q10» de la Biblioteca Nacional de Fraucia, que set supone reagrupa los ca- tdlogos de libreros y editores, tiene profundas lagunas, y no han sido sontetidos a inventario mas que parcialmente. Ademds, el acceso a los fondos esta por oscuras razones prohibido a los in- vesfigadores, PASADO Y PRESENTE DE LOS MANUALES ESCOLARES = 115 En cuanto a los archivos de las editoriales —un gran nu- . miero de las cuales ha desaparecido irremediablemente hoy, de- ~ bido a quiebras 0 cesiones—. éstos han sido a menudo destrui- dos o disgregados; si la empresa todavia mantiene su actividad y ba conservado documentos o sc los ha enviado a los Archi- vos nacionales 0 a 1m organismo especializada como el IMEC {Instituto Memoria de la Edicién Contempordnea}, en Paris, su consulta, cuando ha sido autorizada, supone a menudo un tra- bajo previo de inventario totalmente disuasorio, Fne a finales de los afios 70 cuando se avivo entre Jos his- toriadores un interés por el libro y la edicion escolares. [1 di- namisino persislente que caracteriza este mundo desde hace una quincena de afios, resulta de la convergencia de factores de naturaleza distinla: —— Se inscribe primero, en la renovacién desde 1960 de tos estudios de historia de la educacién, y de ja que es lestigo, en el Ambito institucional, la creacién en 1977, bajo Ja tutela del Ministerio de Educacion Nacional, del Servicio de Historia de ia Educacién, en el cual la historia del libro escolar constituye desde 1979, uno de los ejes de investigaci¢n. Pero de una ma- neta mas general, Ja historia de la ediciontgscolar se beueficia del interés que lian manifestado en estas tttmas décadas los historiadores profesionales como los amantes de la historia por cuesliones de tipo educative: entre 1962 y 1985, la parte de la historia de la ensefianza en la producciou hist6rica global se ha multiplicado de esta forma por tres; desde hace algunos anos, alrededor de 2.000 obras, articulos o contribuciones se han pu- blicado anualinente sobre la historia de Ja cducacion fraucesa. Participa, en segundo lugar, de los avauces que conoce la historia del libro en los aiios 80; toda nna serie de estudios ca- pitales se publica en Francia sobre la historia de la edicion con- temporauca, como los de Jean-Yves Mollier, Frédéric Barbier o Pascal Fonché; la-aparicion de evatre tomos de L ‘Histoire de (e- dition frangaise?, que rdpidamente se impone como modelo de re- ferciicia para muchos pafses, ha representado un papel conside- 3 Historia de ta Bdicién francesa (N. T}. 116 Avain CHOPPIN rable en el proceso de desarrollo, siutetizando trabajos anteriores 9 investigacioues en curso y marcando notablemente immensos te- rilorios poco o nada explorados en el periodo mas inmediato; por fin, en 1987, se crea en la Universidad Paris X-Namterre, el pri- ier curso especifico dedicado al libro y a la edicion. -~ Is, en fin, indisociable del progreso de las técuicas de almacenamiento y de trataimento de la informacién y, particu- Jarmente, dei surgimiento y del desarrollo de los sistemas de gestion de bases de datos que pudieron, mediante un andlisis cientifico previo, con ciertas precauciones inetodolégicas —y, al final de los atios 70, una inconsciencia que asumo totalmente— aportar una soluciéu adaptada a la gestion de miles de docu- mentos que tambien debiau ser considerados. 2. Llego asi a la segunda parte, dedicada a los métodos y las invesligacioues. Es necesario partir de una simple pero fundamental cous- tatacién; todo mauual esta histérica y geogralicamente deter- tinado; es el producto de un grupo social y de una época de- {ouminada. Como los manuales son, lo hemos visto, objetos complejos, sus rasgos caracteristicos y su evolucion historica sou el resultado de un gray numero de paramelros cuya natn- raleza es diferente, y que implican iuterlocutores diversos, cuyas interacciones son asi mismo complejas. Podemos esta- blecer una lista breve, pero no limilativa: * el estatuto y las funciones conjuntamente destinados al inanual, ~- vector ideolégico y cultural (aspeclo politico, tanto en sentido estricto como en el amplio}, -— depositario de un contenido disciplinario (aspecto pro- gramatico), — herramienla pedagégica (aspecto instrumental), * limitaciones de tipo reglamentario (elabovacién, produc- cién, elecciéu, difusion, financiacidu, etc.), * limitaciones de tipo tecnolégico (papel, técnicas de in- presion, de reproducciéu, ete.), PASADG ¥ PRESENTE DE LOS MANUALES ESCOLARES 7 * limitaciones de tipo financiero (costes de produccién y de difusisn), limitaciones de tipo comercial (estado de la competencia), * la naturaleza del o de los piiblico{s} apuntado(s}, — alunos (nifios o nifias, o de los dos sexos inciferen- temente), — ulaestros, —— padres, — otros, — una combinacién de todos ellos, * el tipo de utilizacién, — individual, ‘ — colectiva, — en clase, — en casa, — en el Centro de Documentacién y de Informacion {CD]) (época reciente), * caracteristicas del puiblico al que se ensejia, ~—- homogéneo, — heterogéneo, objetivos (explicitos o implicitos) asiguados a la forma- cién, -— simple memorizacién de los conlenidosg adquisicion de mecanismos, ~— desarrollo del espiritn crilico y couquista de la anto- nomia, métodas pedagégicos puestos en practica, desarrollo de otras herramientas pedagégicas, — gen competencia?, — gcomplementarios?, criterios explicitos e implicitos de eleccién y sus modali- dades, nivel de formacién de los docentes, — suconocimiento de los contenidos disciplinatias, — su aptitud para utilizar las diferentes herramientas pedagégicas de las que pueden disponer, etcétera. . * . La historia del libro y de la edicién escolares 10 puede pues explicarse sdlo por la yuxtaposicion de investigacioues puntua- 118 ALatn CHOPPIN les que se centrarian sobre tal o cual aspecto, pero Levarian a desconocer los demas. Sélo la mulliplicidad de perspectivas y de ideas permite, en un acercamiento globalizador, tcjer los \azos indispensables para la comprension de ciertos fendmenos y de su evolucién. Es en esta via que, indudablemente, se des- wurollé Ja investigacién en Francia con la apertura, desde prin- cipios de los afios 80, de vaslos campos que tendicrop a cons- lituir grandes instrumentos de investigacion, cuya coherencia y exhaustividad, es decir, la voluntad de tener en cuenta la inte- grvidad de los documentos, fueron sus objetivos escnciales. Ast pues, si los trabajos llevados a cabo en Francia pueden servir de modelo de referencia, y si puedo afirmar que es efec- livamente el caso, tanto para los métodos como para las te- rramientas de investigacion, no queda mas que cada pais posea, en este campo, su hisloria propia: una de las caracteristicas esenciales de la edicién escolar es, en efecto, su dimension na- cional, Desde la fonnacion, en el siglo x1x de ios Estados-Na- cion y de Ja constitucién de sistemas educativos que tienden a generalizar wa ensefianza popniar y nniforme, cl manual par- ticipa, en el mismo nivel guc la moneda o la bandera, de la sim- bologia nacional: es a la vez testigo de um proceso de integra- cion social y civica Vamos pues a pasar revista ahora a los principales campos abiertos en Francia. ~~ Primer campo: ef cantexto legislative y reglamentario Si nos colocamos eu una perspectiva histdrica, no podemos ignorar, sca cual sea el pais, el papel considerable que el poder politico ha desempefiado sobre cl desarrollo de ja edicién es- colar, ya lo haya confiado al sector privado, controlandolo mds © menos estrictamente, o que haya ejercido en él parcial o to- talmceute el monopolio. El conocimicnto del contexts legislative y ieglamentario de los libros de clase y el conocimiento de su evolucién coustituyen pues un paso previo indispensable en iodo estudio sobre la historia de la edicién escolar ya que con- diciona la existencia, la estructura y las producciones. El poder politico define cn efecto las reglas de juego a priori. Todos los* actores ——y principalmente los editores— segiin su estatuto legitstive potén en principio obligados.@ seguir estas reglas PASADO Y PRESENTE DE LOS MANUALES EscoLARES = 119 de juego, bien sea en el aspecto politico, econdimico, pedagd gico o financiera; aungue a veces ocurre que gracias a ciertas complicidades algunos se desvian y las ulilizan en su provecho. Si el propésito de sus lrabajos haba Ievado a ciertos in- vesligadores a abordar, de manera parcial, sucinta, y a me nudo ocasional, la regulacién de les libros de clase, este asunto no habia sido nunca objeto en Francia —ni en ningun otro pais— de un estudio especifico y exhaustivo. Eu Ja labor de censar a principios de los 80 la totalidad de Jos textos oft ciales, o de los documentos de archivo que la administracion habia producido desde la Revoluciéu, con vistas a regular el asunto de los libros escolares, éramos conscientes de que esta investigacion constituia uno de jos pasos previos indispensa- bles en cualquier estudio sobre la historia de la edicién esco- lar francesa. En esta investigacién ba sido totalmente necesario exanti- nat detenidamente las colecciones de textos oficiales publica- dos desde la Revolucién [nds de tvescientos voliunenes) y ahondar en la serie F17 de ios Archivos nacionales; todo cllo se terminé en 1992, tras doce afios de investigacién. Este tra- bajo, publicado al aiio siguiente, cuenta gon 574 textos redac- tados entre 1791 y 1992, de los cuales 385 estan reproducidos parcial o integramente. Una importante itreduccién traza la historia de la pol{tica del libro escolar en Francia ‘sobre dos si- glos, es decir, esencialmente las relaciones a menudo conflicti- vas entre e] Estado y las editoriales. Este compendio esta acom- paiiado de una serie de anexos. Algunos se presenian bajo la forma de tablas rectipitulativas (de las principales disposicio- nes oficiales, de Jos procedimientos en vigor bajo Ja ocupacién aiemana) o estadisticas [reparto cronoldgico de textos oliciales, aprobaciones oficiales de manuales ete.}, otros anexos sen er si mismos precisos instrumentos de iivestigacién en la medida cH que suministran, por primera vez, listas exhaustivas, cuya reconstruccidn es e] resultado de un reagrupamiento sistem4- tico de las fuentes bibliograficas y de las fuentes de archivos wuil- tiples y dispersos: encontramos de esta fornia la lista completa de 280 miembros de clistintos tribuuales o comisiones constitui- dos por la administracién para proceder al examest previo de Jos | libros de clase entre 1794 y 1994, con algunas informaciones) sobre sus carreras, por lo cual cra necesario estudiar con dete 120 ALAIN CHOPPIN niwienta la fuente biogralica, y sobre todo las fechas del princi- pio y del final de sus funciones como examinadores; asi mismo, esta disponible la lista completa de los mauuales prolibidos por la adutinistracion 0 por las autoridades eclesiasticas (con las fe- chas de los decretos 0 Jas decisiones y la indicaciou de la fuente correspondiente) ast como de los manuales autorizados. Fl acercamiento a as informaciones ofrecidas por estas dis- lintas tistas (la personalidad de los examinadores, el origen edi- torial de las obras autorizadas o la de los manuales prolribidos,, por ejemplo), permite comprender las relaciones a menudo com- plejas y ambiguas que sc instauraron, notablemente en el siglo pasado, entre el mundo de la edicién y el de Ja administracion; de esta forma es posible recoustruir estas redes de influencia o de clientela, de discernir las estrategias de las empresas o de poner al dia las causas de su triunfo econdmico o de sn [racaso. Teniendo en cuenta sn cardcter exiiaustivo y las especilicida- des de la edicién clasica, las herramientas claboradas en este vasto campo de investigacién constituyen tambiéu nuevas fuen- * les. Aportan una contribucién que hay que tener en cuenta para comprender cémo se ha estricturado y ha evolucionado el pai- saje editorial escolar [rancés en los siglos xix y xx. — Seguido campo: ef censo de la produccién escolar El censo de la produccién escolar francesa, es decir, 1a lo- calizaciou futegra de los manuales publicados eu todas las dis- ciplinias y para lodos jos niveles de ensefianza desde 1789, que couslituye la espiia dorsal del programa de investigaciOn Em- manuelle, comenzd en 1980, La dimensiou diacrénica de la investigacién y las caracte- risticas de las fuentes consultadas (bibliografias retrospectivas y actiales, catalogos de bibliotecas o de editores) nos han con- ducido a privilegiar'una definicién establecida no sobre cl uso, evidenlemente imprevisible en el inontento de la redaccion de la nota catalografica, siuo sobre su destino: un manual escolar es wna obra impresa no periédica coucebida cou la intencién was o menos explicila o manifiesta segiiu las épocas, que sirve para la enseiiauza. Asi definidos los manuales constituyen un cuerpo homogéneo, presentan un cierto ntimero de caracteris- ticas espectficas que ecxigen un inétodo censal apropiado. Al SSCOLARES, $2) PASADO Y PRESENTE DE LOS MANUALES. igual que los libros de clase se distinguen de las otras obras por la abundancia de su produccion y Ja frecuencia de sus rec diciones, nn censo a través de la edicién hubicra sido repeu- livo, de uso dificultoso y en definitiva, poco interesante. Por ello hemos elegido una vision diacrénica, sintética, »biografica», del maaual, 1a que se manifiesta a través de la totalidad de sus edi- ciones y reediciones sucesivas. Pata gestionar una masa de informacién tan importante, apclamos, desde la concepcidn de) proyecto, a técnicas infor- maticas que a partir de 1980 empezdbamos solo a percibir su interés en el Ambito de la investigaciéu historica. De esta forma elaboramos un banco de datos con criterios intlliples (Eyina- nuelle), cuyos parametros fueron concebidos en funcién de la es- pecificidad, de la naturaleza y de la histona del manual esco- lar, asi como de la diversidad de las expeclativas de la comunidad cientifica. Esta herramienta tiene la intencién de alcanzar objetivos multiples: — censar, a partir de las diferentes fuentes bibliograficas, la totalidad de los mannales publicados en Francia, para todas las disciplinas y para todos los cursos, desde Ja Revolucion, ‘ — indicar los Ingar es de conservacion de las ‘obras “para fa- cilitar el acceso a los documentos primarios, — localizar los mannales todavia sin conservar con el fu de favorecer o suscitar su conservaciéu, — aportar una respuesta rdapida y adaptada a las prepua tas de los usuarios gracias al tratamiento informatico de los dalos recogidos (preguutas con criterios nniltiples eu litea, en el sitio o a distancia}, — pevmitir y promover un conjunto de investigaciones gra- cias a la explotacién sistematico-estadistica entre olras, de Jos datos. E} banco Emmanuelle se inscribe de esta forma eu una doble perspectiva, patrimonial y cientifica. Permite también, y ésla es una funcidén esencial, validar la represeutatividad de todas las muestras estadisticas, es decir, en definitiva, la calidad de los resultados de [a investigacién. lee ALalN Crtoprin lel caracter exhaustivo del censo y la naturaleza de Jas in- formeciones encoutradas permite, en efecto, realizar wi anaii- sis estadistico de la prodncciou segin puntos de visla extre mamente distintos: ~— ia evalucion cuantitativa de la oferta editorial segiin las disciplinas y/o los niveles de ensefauza, — el reparto de las obras en funcién de su longevidad edi- torial y/o e] uiimero de reediciones que en ausencia de cifras de tirada siuninistra 1m valioso indicador de Ja im- portancia relaliva de su difusién, — el reparlo geogralico de la produccién segtin las disci- plinas o los periodos, -~ la distribucion de la produccion por autores o por edi- tores segtin Jos distintos pardmetros (nivel, disciplina, periodo), etc. Las referencias del banco Emanuelle son el objeto de pu- blicaciones impresas, al ritmo de un repertorio por disciplina de enseianza. Hoy por hoy, han sido publicados cinco reperto- rios (en priego, italiano, latin, aleman y espafiol}; un sexto, de- dicado a los mannales de inglés, esté actualmente en Ja im- prenta. Cada repertorio esta acompanado de un andlisis estadislico de la produccién, de Ja lista de les principales tex- tos oficiaies relativos a la etiseianza de Ja disciplina y de una bateria de catorce indices. Con la terminacion final de la re- cogida de datos de todo el cucrpo de los manuales de histona, at banco Enunanuelle hia consado hasta hoy 23.000 referencias, es decir, cerca de 100.000 ediciones Como su cometido no es mas que las obras propiamente es- colares, ua instrumento de estas caracteristicas no podria, sin embargo, rendir cuentas sobre la totalidad de tas actividades que evan o levaban a cabo las editoriales: no censa, por ejem- plo, ni los pequetios cldsicos, ni los anales, ni lo que se ha con- venide en Uamar desde hace una veintena de aiios, las publi- caciones paracscolares; taimpoco toma en cucnta tos otros soportes pedagogicos (mapas murales, diapositivas, cintas de audio, videos, programas informaticos de tipo diddctico, etc.) Hay de segaro lugar para Ja conslitucién de otras herrainien- las En Jin. sida una ittagen fiel y contpleta de Ja oferla edi- PASADO Y PRESENTE DE LOS MANUALES ESCOLARES 123 torial, no dice nada de las practicas escoiares, ya que no se in- teresa por las obras realmente en uso en las clases, hayan sido ono concebidas para este fin. — Tercer campo: los edilores escolares Los productores, es decir, las editoriales constituyen otro campo en curso. Primero hemos de conslatar, desgraciada mente, que las informaciones publicadas por las editoriales sobre su propia historia perteaecen al género conimeimorativo y hagiografico y suclen escasamente convenir al historiador. Desde hace wna quincena de afios, se han puesto en marcha trabajos cientificos sobre la historia de eslas empresas esen- cialmente cn dos direccioncs: La ptimera, iniciada por ja Universidad Paris X-Nauterre y continuada mas adelante por la Universidad de Versailles Saint- Quentin-en-Yvelines, tiene como objetivo la redacciéi de mono- grafias, cenlrandose cada investigador sobre la historia [o una parte de la historia) de una empresa. Pero, tomadas en su con junto, estas singulares invesligaciones, coordinadas, tienen como fin abarcar la esencia del ambito de la investigacion. Pre- sentan incliso mayor intetés, al aportar*un acercamieuto glo- balizador, mezclando perspectivas politicas, ecoidnticas, y cul- turales. De esta manera, recientemente, se han Ilevado a cabo estudios sobre varios grandes editores cscolares: algunos mas- ters sc han dedicado a Belin, a Nathan, a Jatier; se ha des- arrollado un doctorado en Armand Colin y dentro de poco, olro master se llevard a cabo sobre la editorial Delagrave. La segunda, que dirijo en el marco del Servicio de Historia de la Educacién, es mas general. Tiene Ja intencién de delimi- tar el panorama de }a edici6én escolar, establecer el DNI de las empresas que han participado en este sector de actividad y di- bujar, por asi decirlo, el arbol genealdégico. Es, por jo tanto, también nna guia. Los indices suministrados por el banco Em- manuelle han permitido de hecho a fos investigadores disponer por primera vez de Ja lista cxhaustiva de las empresas, incluso de las mds modestas, que han editado obras para el uso en clase desde la Revolucién Francesa. Pero esta lista tiene dificultades de dos tipos: primero, parecc guc mas de ta mitad de las edi-* toriales cersadas no han publicado mds que wn utero insig- 124 ALAIN CHOPPIN nificaute de manuales; una estadistica cstabiecida sobre a pro- duccidi det conjunto de manuales destinados a la enselianza de las lenguas (lenguas vivas y lenguas muertas) desde la Revo- lucién Francesa -~es decir, cerca de 13.000 titulos— muestra que mas de la mitad de los editores censados en una disciplina determinada no han publicade mds que un solo manual (entre el 51 ¥ 57 por 100 segtin la disciplina); en segundo lugar, ou mcrosas empresas han conocido sucesivas denominaciones. Este trabajo tiene pues la intencién de reagrupar y acercar las informaciones sobre la historia de las empresas que han des- cinpetiado un papel. significative eu el desarrollo de este sector editorial [cerca de quinientas razones sociales han sido releva- das en funcidén de la importancia cuantitativa de su produccién). Se trata de caracterizar sucintamente cada casa editorial y su evalucién (fecha de creacién, de desaparicién, direcciones su- cesivas, principales sectores de actividad, producciones sefia- ladas, etc.) y poner de relieve las relaciones de filiacion de las empresas (antigua 0 nueva razon social, nombre del sucesor 0 de la persona que se hizo cargo de la empresa, la cansa del cese o de la desaparicion de la empresa, etc.). Se trata pues de esbozar un panorama de 1a edicién escolar francesa y de su evo- lucién a lo largo de los siglos xix y xx. — Cuarto campo: fa difusién de la produccién La difusién de las producciones eScolares constituye una biisqueda esencial para poner en concxidn la oferta editorial (la produccion) y las practicas de los actores. El afan de facilitar a todas las escuelas un utero suficiente de manuales unifor- mes y vadecuados a la edad, la inteligencia y las necesidades de los nilios» es un deft-motiv de las iustrucciones y circulares mintslenales desde la entrada eu vigor de la Ley Guizot que or- yaniza la ensenanza primaria en 1833 hasta la aprobacion de las Leyes de Ferry en 1880. Pero los informes redactados por los inspectores, asi como las recapiliaciones y las sintesis ela- boradas en los rectorados 0 en el ministerio contienen poca in- formaciou respecto a la identidad de las obras que utilizaban enlonces los alimuos. Si bien estas fuentes no pueden en modo alguno apottarnos luz en cuanto al reparto del mercado entre Jos distintos editores, dos iuvestigaciones en curso en el seno PASADO ¥ PRESENTE DE LOS MANUALES ESCOLARES 425 del Servicio de Historia de la Educacion nos traen, sin embargo, informaciones indirectas 0 parciales. La primera, cuyo objetivo sobrepasa ampliamente Ja cues. lién de los libros de clase, se interesa por los informes de inspeccién que fueron redactados por los inspectores envia- dos en 1833 por el ministro Guizot a todas las escuelas pri- matias del reino. Una de las miiltiples preguntas de este estu- dio aparece expresada como sigue: «Qué libros se ntilizan?», Un examen con detenimiento de los informes permite estable- cer un repertorio de las «designaciones» de los manuales que se utilizaban en aquella fecha, pero no de su ideutidad biblio gralica; proporciona un abanico de los titulos y permite locali- zar aquellos que se citan con mas frecuencia —incluso bajo multiples denominaciones—; to obstante es imposible hacerse una idea exacta de la difusion de los libros mismos, puesto que varias obras cohabitan en una mista clase y que un libro pre- sente en uno 0 varios ejemplares se cita idénticamente. Pero, a falta de mostrar un catdlogo de la actualidad editorial en 1833, e] repertorio de las «designaciones» de manuales propor- ciona la tillima fotografia de las producciones del Antiguo Ré- gimen, a Jas e1tales se afiaden las ediciones 0 reediciones de ia Reslauraci6u. Los trabajos realizados sobre lo que se ha cou- venlido en Hamar «la investigacién Guizol» preseplan, para la cuestién de los libros escolares de las escuelas pritvarias, tanto mas interés cuanto que proporcionan un estado de la investi gacion, y que otra investigacién actualmente en curso se pro~ pone, entre otros objetivos, establecer el referente entre los ahos 1880 y 1910. Este segundo estudio se-apoya en el examen y anidlisis de las distas annales y-departamentales de los libros reconocidos como aptos para ser utilizados en Jas escuelas primarias pribli- cas elementales y superiores», elaboradas de conformidad con el Decreto del 16 de junio de 1880 y con la circular del 7 de octubre del misino aio que confiaban a los docentes de prima- ria el derecho a propouer la lista de los manuales que desea- ban utilizar en clase. Estas listas, que se pueden consultar en parte en los Archivos nacionales y en parte en los Bulletins deé- partementaux* publicados por iniciativa de las inspecciones aca- 4 Boletines departamentales (¥, 7}. 126 ALAgn Croppur démicas, son cl resullado de la sintesis de listas de proposi- cioues realizadas por los decentes de cada canton y revisadas, ca lode caso, por una comisiéu presidida por el inspector de academia. Cruzadas con otras informaciones disponibles {el nombre del editor, la funcidn del o de los autor[es], la fecha de la primera edicion de la obra, etc.), estas listas que indican el titulo de Ja obra, y a veces también el niimero de cantgnes que las escogieron, permiten, si no establecer el mapa de Francia _ de los mannales ulilizados en la ensefianza elemental, al menos explorar distintas pislas:; ;Qué manuales son los mas citados en las diferentes disciplinas? (¢Y por lo tanto los mds wtilizados?) iE] reparto de los manuales es uniforme en el conjunto del te- iritorio o puede poner en evidencia ciertos fendmesnos departa- ineitales o regionales? gCual fue el peso respectivo de Ja ecli- cion parisina y de ta edicion regional? ¢Cuadl fue el de cada empresa, en conjiuito y por disciplina? ;Qué evoluciones se pue- den poner eli evidencia al compavar las listas confeccionadas cn un mismo departainento cu distintas épocas?, etc. fin cnalquier caso, puntualicemos que este trabajo no con- cierne al conjunto del mercado editorial porque no tiene en cuenta las obras en uso en las escuelas privadas. Por otro lado, aunque proporciona indicaciones en quanto al reparto de la pro- ducci6n y la evolucién de este reparto, no puede dar mas que tendencias: en efecto, es imposible razonar en cuanto a niimero de cjemplares, ya que vo siempre poseemos el} detalle de las sclecciones efectuadas en el Ambito de los cantoues e ignora- nos cual fue Ja frecuencia con que se sustittyeron los manu les, nny variable, segiin los municipios, dado que el sumini tro de los libros de clase no, constituye wna obligacién reglamentaria a la que habrian de someterse. Parece csencial poner de relieve desde ahora que la consti- ticién de eslos grandes instrumentos de investigacién se is- cnibe en un proyecto que tiene su propia colierencia. A menudo he ulilizado la expresién que cito: «cruzadas con otras infornta- ciones disponibles, estas listas, estos datos o estos resultados, etcétera, permiten, ctc.». Es suficiente decir que la historia del hbro y de Ja edicion escolar constituye un conjiuto complejo y que no se la puede tratar mas que desde una perspectiva global, (evicndo en cuenta el conjunto de los elementos que la consti- fuyen y adoplando aproximaciones diversas y complemenitarias. PASADO ¥ PRESENTE DE LOS MANUALES ESCOLARES 127 En esta perspectiva deben acometerse mas investigaciones, algunas de las cuales ya han sido emprendidas. Me contentaré con indicar aqui las principales: podria darles mas detalles, en cuanto a su avance, si lo descan, pero el tiempo me lo impide en el marco de mi exposicién. 1. Los autores Si dijera que los autores de manuales han sido y son casi exclusivamente docetes, uo agotaria con cllo ja cuestién. Los perfiles varian segtin las épocas, los niveles, las disciplinas, ef tipo de ensefianza etc. Aungue se pueden prever grandes evo luciones, tales como la disminuciéu por parte de los eclesiasti- cos y el aumento del ntimero de autores de sexo femenino, la sustitucién del autor solitario por wna pareja, mas tarde por el equipo editorial, a menudo muy abundante, e} retroceso del sabio frente al practico o el reflejo del inspector general frente al universitario, multiples preguutas subsisten. ;Cudles han sido las relaciones entre el editor y sus autores (reclutamiento, coustitucion de «escuderias», contratos, modes de colaboracién etcétera}? ¢Quiénes son, en‘definitiva, los autores de los ma- nuales?, scndl es el perfil (edad, diplomas\origett geogralico, ideologia, etc.) de esta poblacién?, jcudl es sn estatuto en cl mundo de la edicién (;valorados, despreciados?) y su papel en la sociedad? ¢Como lia evolucionado todo esto? [Los estudios realizados hasta ahora en Francia, en este am- bito, se han quedado lintitados a la redacciéu de articulos o con- tribuciones mds 0 menos sontetas sobre la biografia de algunos aulores de‘inanuales famosas 0 al estudio de una poblacion par- ticular, como son los redactores de obras destinadas al concw'so de libros elementales bajo la Revolucion, los autores de cate- cismos revolucionarios, los primeros docentes de aleman, etc. Aunque no trata mas que de los autores de manuales y de libros de divulgacion historica, de la lengua francesa, publica- dos entre 1683 y 1960, el proyecto sobre la guia de investiga- ciones bibliograficas que Christian Amaivi propone, consliluye el incentivo para un cainpo mas amplio. El objetivo'es crear un conjunto de datos de Jos autores de libros de educacidn, de di- vulgacion (libros de Jeclura o de premios) que han contribnide

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