Está en la página 1de 6

Pulsion de muerte . https://youtu.

be/Zra3VpES1vA ferenczi
https://prezi.com/zznmsgedvoai/sandor-ferenczi/

Teoria de pichon riviere


Con esto les estoy mostrando que hay algo corporal en las pulsiones. Este latir, late por el
cuerpo. Por ejemplo, el predominio de la pulsión de muerte son las épocas de guerra.
Hay un predominio de la pulsión de muerte que es la destrucción. No piensen la pulsión
de muerte, como la muerte, sino que la pulsión de muerte es complementaria de esta
pulsión sexual -o de vida- porque ciertas cuestiones de desintegración son necesarias
precisamente para la vida.
3. Es importante conocer Melanie Klein, en relación a lo grupal, lo que se pone en marcha
en la configuración grupal, en las construcciones del grupo. Porque también dentro del
grupo tenemos comportamientos que son una repetición de comportamientos que
tenemos en la vida cotidiana. El grupo tiene cierto armado artificial, pero nosotros no
somos un artificio. Por lo tanto, algunas cosas por las cuales atravesamos en la vida
cotidiana, que tienen fundamentalmente que ver con nuestro mundo interno, también
se ponen en juego, como deseos y defensas, dentro del grupo operativo. Por lo tanto,
para conocer también algunas problemáticas y algunos planteos de Pichón, en relación a
lo grupal, a lo institucional, a lo comunitario, es importante conocer a Melanie Klein. El
trazo que hace Melanie Klein podemos pensarlo como anterior a los planteos de Pichón,
en el sentido que Pichón dice que no solamente es importante el mundo interno del
sujeto, sino que también es significativo en relación a lo vincular, la acción del objeto
sobre el sujeto, es decir, la acción del objeto externo sobre el sujeto en relación a los
intercambios materiales. Podemos pensar que la carencia, algún tipo de carencia, de tipo
afectivo va a estar acompañada también de algún tipo de carencia material. Por ejemplo,
deficiencias en la alimentación, o deficiencias en la sociabilización del niño. Todo esto
puede indicar carencias de tipo afectivo. Pero ahí hay una acción concreta del objeto
externo sobre la interioridad del sujeto.
Por eso digo que Pichón está un poquito más avanzado. Además, Pichón tenía una
ideología y un pensamiento materialista dialéctico. El materialismo histórico dialéctico es una
propuesta teórico-metodológica que se distingue por la condición de explicar la realidad para después comprenderla, pues
la verdadera comprensión sólo sucede a partir del contacto con la realidad material.

Por lo tanto, lo material era importante. Cuando digo "lo material", me refiero a lo
concreto, a la materia. La silla como es la silla, más allá de mis fantasías respecto de la
silla. Melanie Klein va a decir que este mundo fantasmático del bebé es independiente de
la acción concreta de la madre. Cuando digo que es "independiente", quiero decir que
estas cosas le van a pasar más allá de lo que la madre le haga concretamente. La madre
puede tener la teta en la boca del bebé durante las 24 horas. Melanie Klein, lo que va a
decir es, que el pibe se puede quedar igual con hambre por más que esté chupando la
teta las 24 horas. ¿Por qué? Porque va a depender de cómo fue su configuración, este
esbozo de configuración psíquica en el niño y que esto es algo que se trae a partir del
momento del nacimiento y se va a ir desarrollando y que forma parte de lo que sería el
territorio de las pulsiones.
Por lo tanto, las pulsiones son algo que es absolutamente intrapsíquico, de adentro, es
propio, y no tiene que ver con la acción -o no- del objeto sobre él, sino que el niño, a
partir de estas pulsiones, va a configurar, va a armar, objetos de acuerdo al matiz de
estas pulsiones. Por lo tanto, acá lo que juega fundamentalmente es el mundo
fantasmático, más allá, independientemente, de la acción concreta de la mamá sobre el
niño.
¿Qué es una pulsión? Pulsión es un término muy freudiano. La pulsión, pulsa. Es un
concepto teórico, que tiene una determinada abstracción (porque nadie vio una
pulsión...). Sin embargo, tenemos los efectos de estas pulsiones. La pulsión es un término
teórico. No tiene un anclaje corporal, ni en un brazo, ni en una pierna, sino que recorre
todo el cuerpo. Por lo tanto, no es tan claro como un órgano, como sería el hígado, o la
cabeza, o los ojos. Sin embargo, recorre todo el cuerpo. La pulsión tiene, por un lado,
cierto anclaje en todo el cuerpo. Pero además tiene un matiz de tipo cultural, que hace
que las pulsiones, o los efectos, estas sensaciones, las podamos poner en palabras por la
vía del lenguaje. Por ejemplo, cuando uno dice "me siento bien", "estoy bárbara", "tengo
una potencia enorme", en general, lo que se dice es que hay un predominio de lo que se
denomina la pulsión de vida, que serían las pulsiones sexuales.
Cuando digo "sexual", me refiero a lo sexual en sentido amplio, en sentido vital, no
solamente por lo genital, sino en sentido de vida. Por ejemplo, el pintor que pinta un
cuadro y que le sale maravilloso y que está contento y feliz de su producción, ahí hay un
predominio de la pulsión de vida, es decir, son determinadas excitaciones sexuales que
hacen que podamos crear cosas, que tengamos fe. Por ejemplo, que confiemos en la
gente, nos enamoremos, amemos, o estudiemos... Todo esto es pulsión de vida.
Hay otro tipo de pulsiones, que son complementarias, que se denominan pulsión de
muerte. Las pulsiones de muerte tienen que ver fundamentalmente con la destrucción,
con la desintegración. Es necesaria para la vida, porque si no hubiese pulsión de
desintegración no iríamos al baño, porque la materia que incorporamos se va
descomponiendo y la tenemos que largar y para poder hacer ese proceso tiene que
desintegrarse. Por lo tanto, para poder realizar ese proceso también existe la pulsión de
muerte.
Con esto les estoy mostrando que hay algo corporal en las pulsiones. Este latir, late por
el cuerpo. Por ejemplo, el predominio de la pulsión de muerte son las épocas de guerra.
Hay un predominio de la pulsión de muerte que es la destrucción. No piensen la pulsión
de muerte, como la muerte, sino que la pulsión de muerte es complementaria de esta
pulsión sexual -o de vida- porque ciertas cuestiones de desintegración son necesarias
precisamente para la vida.
El asunto está en que tiene que haber cierto equilibrio entre pulsión de vida y pulsión de
muerte. Por ejemplo, una persona que está bajoneada, o que se siente mal, o que no
encuentra cierto futuro, o un proyecto, ahí habría cierto predominio de esta
desintegración, cierto predominio de la pulsión de muerte. La idea es que la pulsión late
siempre, pulsa, desde el primer instante de la vida hasta el último momento de la vida, y
que a lo largo de nuestra vida vamos transitando como cierta preponderancia de una y
de otra.
Alumna: ¿La pulsión de muerte y la pulsión de vida se pueden modificar según la
educación?
Docente: No. No depende de la educación, no de la educación en tanto que forma, de
formar. La pulsión depende de la estructuración de cómo se constituyó el aparato
psíquico, de cómo se armó este aparato y cómo fueron las vicisitudes ( Alternativa de sucesos
prósperos y adversos). En todo caso, qué es lo que pudo hacer el sujeto en relación a sus deseos,

en relación a sus fantasías, en relación a todas las tramitaciones y a la elaboración


psíquica. Porque también la pulsión de vida excesiva, tampoco va. Digamos que tiene que
haber un equilibrio, una posible tramitación entre ambas. Si queréis que hablemos de
cierta modificación o de cierto cambio, podemos discutir, más que de educación, de
análisis, de la posibilidad de poner en palabras este malestar producto de este
desequilibrio. El reflejo que tiene la pulsión, en términos de esas posibilidades de tomar
conciencia de esto, es el malestar. La pulsión de muerte es esta vivencia de que algo no
camina, que hay algo que está haciéndose como imposible, y esto produce malestar.
El hecho que una persona encare un proyecto y que este proyecto tenga que ver con la
formación, con el trabajo cotidiano, con enfrentar una familia, con desarrollarse, si vos
me decís si ahí hay cierta elaboración, independientemente que se analice o no, yo te
digo sí. Pero no exclusivamente con la educación. Digamos que es una suma de cosas. La
educación no educa las pulsiones. Sí depende de un trabajo consigo mismo en relación a
su proyecto de vida, a sus perspectivas a futuro. Y, en este sentido, si se incluye la
formación y la educación, bárbaro... Pero no específicamente. No educa la pulsión. La
educación tiene mucho que ver con la conciencia y las pulsiones son absolutamente
inconscientes. Tenemos como reflejos de ellas, como alguna noticia. Por ejemplo, una
noticia la acabo de dar yo cuando confundo "material" con "maternal". Ahí algo se me
trastabilló. Y eso tiene que ver con las pulsiones. Los chistes tienen que ver con las
pulsiones.
Primeros conceptos teóricos. Cuando digo "son teóricos", insisto que no dependen de
cuestiones reales. Es teoría. Uno, con la teoría, puede estar o no estar de acuerdo. Puede
decir por qué está de acuerdo, puede decir que no está de acuerdo. Pero, en realidad,
son teorías, en el sentido que no tienen la concreción de las cosas materiales. No son ni
el cenicero, ni una silla, ni el grabador, ni la cartera, que son materiales. Por lo tanto, son
teorías, son abstracciones. En realidad, son hipótesis producto del trabajo con la clínica
de niños. Todas las teorías surgen también del trabajo clínico. La hipótesis que se
configura teóricamente después se va corroborando en el trabajo clínico, para volver a
teorizar. Es este el proceso que hizo Melanie Klein.
En realidad, acá tenemos un problema científico, que es que en realidad, de todo este
cuadro, que tiene que ver con los primeros instantes de la vida (vida intrauterina, el
nacimiento), de esto nadie puede dar cuenta. Por lo tanto, es teoría. ¿Quién puede decir
cómo le fue mientras estaba naciendo? Nadie. Con suerte podemos empezar a hablar a
los dos, tres, años. Pero para este momento, nadie, ni Melanie Klein, ni Freud, ni Pichon,
ni nadie, puede dar cuenta. Porque no existe palabras. Sí existe como algunos resabios de
sensaciones corporales, que tienen que ver con esto. Por ejemplo, una sensación de
mucho bienestar. Cuando uno hace un baño de inmersión y se mete adentro de la
bañadera, la sensación es una sensación corporal que tiene un registro muy del pasado,
muy atávico,( Que es arcaico o característico del pasado.)y que alude precisamente a estar
adentro del claustro materno.
Yo tenía una amiga con la que íbamos a nadar y le encantaba hacer la plancha y decía:
"estoy adentro de mi vieja". Estas sensaciones, que a veces incluso son como difíciles de
poder poner en palabras, es lo que intenta describir Melanie Klein. Porque en realidad,
todo esto que vamos a ver hoy no solamente tiene que ver con la vida anímica del niño,
sino fundamentalmente con la vida anímica del adulto. Pero son teorías....
Esta sensación de placer, no de un placer físico, corporal, es muy interesante registrarlo
en los grupos. Hay un concepto teórico para esto. Cuando el grupo siente ese placer casi
de "tener la panza llena", cuando hacen la tarea, el placer en relación a ese trabajo es un
placer que pone la piel de gallina, digamos, se denomina "sentimiento oceánico". Este
sentimiento oceánico es un placer como infinito e interminable, que uno pierde los
límites, el placer lleva a perder los límites. El orgasmo también tiene mucho que ver con
este sentimiento oceánico. Digamos que se pierden los límites del cuerpo y esto es
producto de esta vida intrauterina.
El placer al que yo me refiero cuando hablamos de la vida intrauterina tiene que ver no
con un placer en términos conscientes, que yo pueda decir "ay, que placer que tengo",
como sucede en una reunión de amigos donde se ríen todo el tiempo y es totalmente
placentero (porque comen bien, beben bien, se ríen...). El placer al que me estoy
refiriendo es precisamente a lo que se denomina homeostasis, que es un equilibrio
absoluto entre la pulsión de muerte y la pulsión de vida. Es decir, es la integración. ¿A
qué me refiero? A que el niño, el bebito, en la panza de la mamá, para comer no tiene
que realizar ningún esfuerzo, para respirar no tiene que realizar ningún arresto... Es
placer en el sentido de paraíso. ¿Se acuerdan del paraíso antes de Adán y Eva? Bueno, es
placer en el sentido de paraíso. Placer. No hay esfuerzo para recibir lo que se recibe. No
hay trabajo. Es un placer sin ningún sufrimiento (porque tarea y trabajo quieren decir
eso, quiere decir sufrimiento). Donde tiene todo y no lo acecha ningún peligro, donde no
hay ninguna amenaza. No hay ninguna amenaza externa. No hay miedo. No hay dolor. Y
tiene absolutamente todo lo que necesita para nacer. Estoy hablando, por supuesto, de
situaciones normales...
Homeostasis quiere decir esto que sucede en la vida intrauterina, quiere decir equilibrio
de pulsión de vida y pulsión de muerte. Equilibrio quiere decir que no hay predominio de
una sobre la otra, sino que lo que existe es una integración sin ningún peligro. En el
momento del nacimiento, es diferente. Esto quiere decir que en el mismo instante de
nacer, nacer implica trabajo, sufrimiento, esfuerzo, y, sobre todo, registro de necesidad.
Por la misma obligación y exigencia del nacimiento, esto ya es el registro de una
necesidad. En la homeostasis, con el equilibrio de la pulsión de vida y la pulsión de
muerte, no hay necesidad de ningún tipo (porque lo tiene todo...).
En el momento del nacimiento, esto se pierde definitivamente. A partir de ese momento
lo que hay es necesidades, carencias, un registro de que falta algo y, sobre todo, esto se
expresa a nivel corporal y a nivel afectivo como hambre. El hambre hay que tomarlo
como una especie de metáfora: no solamente es hambre de alimento, sino también es
hambre de amor. Hambre de protección. Hambre de seguridad. Hambre que alguien
afronte por él el peligro de la vida. Para eso está el brazo y la teta de la mamá. A partir
del momento del nacimiento empieza este registro de hambre precisamente porque los
órganos empiezan a trabajar: antes se estaban formando y ahora empiezan a trabajar.

http://procesogrupal.overblog.com/2016/10/melanie-klein-y-su-influencia-en-pichon-
riviere.html

También podría gustarte