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Poder ejecutivo

El poder ejecutivo es uno de los tres poderes públicos que constituyen al Estado moderno, junto
al legislativo y al judicial. A diferencia de los otros, el ejecutivo es el responsable de la conducción
y la gestión política del Estado, es decir, de la toma de decisiones y de las labores diplomáticas.
Así, administra y ejecuta la voluntad popular.

El poder ejecutivo es uno de los más visibles y disputados, ya que desde él se pueden proponer
distintos proyectos de sociedad. Por eso, quien lo detenta suele considerarse responsable directo
de los éxitos o fracasos que el país experimente durante su gestión, que suele tener fecha de
inicio y de fin preestablecidas conforme al texto constitucional vigente.

El rol del ejecutivo dentro de los Estados, o sea, de su conducción, fue detentado antiguamente
por otros modelos de jefe de Estado, generalmente absolutos y vitalicios, como los Reyes, los
caudillos y otras figuras que normalmente provenían de la rama militar y/o de las élites sociales.

Características del poder ejecutivo

El poder ejecutivo se corresponde con la conducción diaria del Estado en sus distintos niveles,
es decir que se ocupa la toma de decisiones políticas que abarcan la economía, la política interior,
la política exterior, las políticas sociales, la recaudación de impuestos, etc.

Así, los cargos del poder ejecutivo son electos para un período específico, cuyo inicio y fin está
determinado de antemano, y para el cual podrá o no reelegirse, dependiendo de lo que exprese
al respecto la Constitución y los reglamentos electorales. Otros cargos, en cambio, son
designados expresamente por las autoridades electas, como el presidente.

Por otro lado, cada cargo suele ser unipersonal, o sea, detentado por una persona específica a la
vez, la cual puede ser reemplazada al término de sus labores o bien en sustitución de urgencia.
Esto suele conllevar responsabilidades importantes, por las cuales luego la persona deberá
responder al propio Estado.

Los Tres Poderes

El sistema democrático argentino reconoce tres poderes fundamentales: el ejecutivo, el


legislativo y el judicial: Poder Ejecutivo: El art. 87 dispone que éste poder sea desempeñado por
un ciudadano con el título de “Presidente de la Nación” (es unipersonal).

Sólo pueden ser elegidos para el cargo los argentinos nativos o por opción, pero sólo aquellos
que son hijos de ciudadanos nativos nacidos en el extranjero que hayan optado por la ciudadanía
argentina.

El Presidente es elegido para un período de cuatro años a través del voto popular directo, y en
doble vuelta (en caso de no obtener más del cuarenta y cinco de los votos afirmativos). También
tiene la posibilidad de ser reelecto por un sólo período consecutivo. Lo acompañan el
Vicepresidente, elegido por el mismo período y con misma modalidad del Presidente. El jefe de
Gabinete de Ministros y ministros. Poder Legislativo: A cargo del Congreso de la Nación
compuesto por dos cámaras, una de Diputados de la Nación y otra de Senadores de las Provincias
y de la Ciudad de Buenos Aires.

La Presidencia del Senado es ejercida por el Vicepresidente de la Nación, que no tiene voto, salvo
en caso de empate. Es parte integrante aunque haya sido elegido constituyendo la fórmula
presidencial.

Ésta cámara está compuesta de tres senadores por provincia y tres por la ciudad de Buenos Aires,
elegidos en forma directa y conjunta por seis años, renovable por tercios cada dos años,
correspondiendo dos bancas al partido político con la mayoría de votos y la restante al partido
que le siga.

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