Nochebuena

Mi madre encendió las luces de la casa para darle la bienvenida a la

nochebuena, corrí a prender el árbolito y el nacimiento. Disfrutaba ver las
luces de colores.
Era tradición que la familia se reuniera alrededor de la mesa para la cena de
navidad. Mientras yo permanecía inquieta atenta a escuchar el tic -tac del
reloj, esperaba con ansias la llegada del niño Dios. Siempre había querido
conocerlo. Cuando faltaban 30 minutos para la media noche salí sin llamar la
atención al cuarto de los juguetes, tomé un cojín en forma de estrella y
escondida en un rincocito esperé. Quedé profundamente dormida y desperté
con una hermosa muñeca entre mis brazos.

Soledad