Está en la página 1de 61

HISTORIA UNIVERSAL

DE LA EDAD MODERNA
(S.XVII y XVIII)
TEMA 12. FRANCIA Y ESPAÑA, FRENTE A FRENTE, EN
EL SIGLO XVII
12.1. FRANCIA: LUIS XIII Y LUIS XIV (1610-1661)
En 1610, ascendió al trono de Francia Luis XIII, hijo de Enrique IV, sin embargo, su corta edad conllevó
el establecimiento de la regencia, que el Parlamento de París encargó a la reina madre, María de
Médicis. La regente confió en el ministro Concino Concini y desarrolló una política de pacificación
respecto a España, llegando a negociar el enlace matrimonial de sus hijos, Luis XIII e Isabel de
Francia, con los hijos de Felipe III, Ana y Felipe IV.
Esta política despertó grandes recelos entre los nobles y los señores protestantes, que no veían con
buenos ojos a Concini ni a la política de la reina regente. Tras el levantamiento de los protestantes en
las llamadas “bodas españolas”, Luis XIII decidió asesinar a Concini y desterrar a su madre a Blois.
Además, en 1620, Luis XIII decide anexionar el Bearn (parte de Navarra) que confesión protestante e
imponer el catolicismo. La reacción no se hizo esperar y los levantamientos militares forzaron al rey a
renovar el Edicto de Nantes en 1622, mediante el Tratado de Montpellier. El rey pidió ayuda a su
madre, y por consejo de ésta, a Richelieu, al que, en 1624, nombró Jefe del Consejo Real.

12.1.1. El poder de Richelieu (1624-1643)


De la colaboración de Luis XIII y Richelieu surgió una política con dos objetivos muy concretos:
- En el interior: fortalecer el Estado. Desde 1625, la resistencia protestante se reavivó gracias
al liderazgo de Enrique de Rohan (líder protestante). La situación se agravó al levantarse la
ciudad de la Rochelle, que al tener puerto ponía en peligro la estabilidad de Francia y de su
comercio. Finalmente, en 1628, el gobierno logró imponerse, reinstaurando el catolicismo.
Además, un año más tarde, se firmó el Edicto de Gracia de Alés, que garantiza el
cumplimiento del Edicto de Nantes.
- En el exterior: hacer frente a los Habsburgo. El cardenal Richelieu priorizó el absolutismo.
Concretamente, se puso en marcha una fuerte centralización administrativa, se potenciaron
los medios de lucha (ejército y marina) lo que tuvo una repercusión en la fiscalidad, y se llevó
a cabo un fuerte control de la opinión pública mediante revistas y academias afines a la
monarquía.
La nueva política de Richelieu llevó a la aparición de dos bandos dentro de la corte:
En torno a María de Médicis. Aspiraban a:
- Acabar con el protestantismo y eliminar el Edicto de
Partido devoto Nantes.
- Apoyar a los Habsburgo en el exterior.
- Hacer reformas fiscales y judiciales.

En torno a Richelieu. Aspiraban a:


- Separar la religión de la política.
Partido de los buenos franceses - Enfrentarse a los Habsburgo.
- Retrasar las reformas si era necesario para lograr otros
objetivos.

2
Luis XIII se inclinó por la política de Richelieu. Esta política provocó la aparición de corrientes de
oposición en diversas capas de la sociedad: en la Corte, en el clero opuesto a los donativos
obligatorios al rey, en los parlamentos que no podían rechazar edictos reales, y entre las capas
populares mediante revueltas sofocadas.
Así pues, la muerte de Richelieu en diciembre de 1642 fue acogida con alivio. Luis XIII continuó la
misma línea política e instituyó un consejo de regencia –del que formaban parte la reina Ana su
mujer y Mazarino– que se encargaría de gobernar tras su muerte, en 1643.

12.1.2. Luis XIV: el periodo de regencia y la Fronda (1643-1661)


Luis XIV contaba solo con cuatro años cuando falleció su padre, por lo que su madre se hizo con el
control del gobierno. La reina nombró primer ministro a Mazarino, encargó la justicia al canciller
Seguier y las finanzas a Particelli d’Emeri.
La costosa política exterior junto con la precaria situación financiera heredada del reinado anterior,
provocaron la aparición de una primera conspiración, la Cábala de los Importantes, en la que
participaron varios miembros de la camarilla de la reina, que buscaban la destitución de Mazarino.
Esto dio lugar a una gran inestabilidad interna, pero no lograron destituirlo.
La dura fiscalidad impuesta por el primer ministro y la no mejoría de la situación, provocó un
descontento generalizado que dio lugar a la rebelión de la Fronda.
La Fronda puede dividirse en tres etapas:
1. Fronda Parlamentaria (1648-1649)
La primera fase de la Fronda fue provocada por la decisión de Mazarino de obligar a los funcionarios
a ceder cuatro años de sueldo, a cambio de la renovación del carácter hereditario de sus cargos. Los
Parlamentos, a los que no les afectaba la medida, se solidarizaron con los funcionarios. Esta unión se
hizo efectiva mediante la Cámara de San Luis, cuyas reuniones fueron prohibidas por la reina. La
Cámara exigió fuertes reformas para desmantelar la centralización administrativa de Richelieu y
Mazarino, colocando a la monarquía bajo el control de los procuradores. Ante la presión popular, la
reina tuvo que ceder a casi todas las propuestas, pero cuando su ejército obtuvo una victoria, al
mando del príncipe de Condé, sobre los españoles en la batalla de Lens recuperó momentáneamente
el prestigio del gobierno.
Mazarino aprovechó este momento para actuar contra los procuradores, e hizo detener a tres de sus
dirigentes más populares. La reacción popular fue inmediata y París se llenó de barricadas. Ante tal
insurrección, en 1648, el gobierno decidió ceder a las pretensiones de la Cámara de San Luis. Entre
las medidas más destacadas, podemos señalar la reducción de impuestos y el restablecimiento de los
salarios. No obstante, se trató de una nueva maniobra para ganar tiempo mientras preparaban la
intervención del ejército contra los rebeldes.
En 1649, el cardenal y la familia real huyeron de París para refugiarse en Saint-Germain y ordenaron
al ejército de Condé a sitiar París. Afortunadamente para la regente, las distensiones en el seno de la
rebelión y el temor de los nobles a las clases populares, propició la apertura de negociaciones que
culminaron en la Paz de Rueil en 1649, por la que se aceptaban las reformas del 48 y se mantenía a
Mazarino como primer ministro.

2. Fronda de los príncipes (1650)


Animado por las victorias que había logrado a favor de la reina, Condé presionó para hacerse con el
puesto de Mazarino, lo que provocó que el primer ministro y la regente ordenaran su
encarcelamiento y el de sus aliados. Esta decisión provocó una nueva crisis, durante la cual los

3
aliados de Condé recurrieron al Parlamento de París, para que éste exigiera la liberación de los
encarcelados, incitara la revuelta y animara una intervención española. Los grandes que habían
participado en la primera fase de la Fronda no dudaron en unirse a Condé. En esta situación, en
1651, Mazarino ordenó la liberación de los encarcelados y abandonó Francia. Condé parecía haber
ganado, pero Ana de Austria decidió declarar la mayoría de edad de Luis XIV, con lo que Condé tuvo
que abandonar la ciudad.

3. Fronda de Condé (1651-1653)


Tras la salida de Condé, se desencadenó una guerra civil entre los descontentos y los ejércitos reales.
A finales de 1651, la reina madre y el joven rey abandonaron la capital y se reunieron con Mazarino.
La guerra se desarrolló principalmente en torno a París, y acabó decidiéndose a favor del gobierno
debido a la falta de unión e ideología de los descontentos, que no lograron organizarse. Esto se hizo
evidente cuando el rey ordenó el traslado del Parlamento a Pontoise y varios jueces obedecieron. El
monarca optó entonces por destituir a Mazarino como gesto de reconciliación. En 1652 Condé se vio
forzado a huir a los Países Bajos españoles y en octubre la reina madre y el rey entraron en París.
Pocos meses más tarde reinstauraron a Mazarino como primer ministro. La Fronda había fracasado.
Las reformas de los frondistas fueron eliminadas, el monarca prohibió al Parlamento inmiscuirse en
asuntos de Estado y financieros, se reinstauró la figura de los intendentes y Mazarino continuó en su
puesto de primer ministro hasta 1661.
El final de la Fronda supuso en realidad el fortalecimiento del poder monárquico contra el que se
había revelado y la consolidación de Mazzarino como cabeza indiscutible del gobierno. El cardenal
supo así, con su política, preparar el advenimiento del absolutismo monárquico que representó el
reinado de Luis XIV.
¿Por qué fracasó la Fronda?
- Por falta de unidad.
- Porque el Parlamento de París se negó a aliarse con los Parlamentos provinciales.
- Porque los jueces rechazaron aliarse con los grandes de Francia.
- Por la falta de un líder fuerte.
- Por la falta de una ideología alternativa al régimen absolutista.

12.2. ESPAÑA: FELIPE III (1598-1621)


El nulo interés del joven Felipe III por los asuntos de gobierno llevó al monarca a delegar el poder
efectivo en un valido, don Francisco de Sandoval y Rojas, duque de Lerma.
El valimiento comenzó en 1612, mediante el decreto de delegación de firma, que permitía a Lerma
firmar mandatos reales, convirtiéndose en mediador entre el rey y los funcionarios del reino. Desde
esta posición, Lerma fue ganando, progresivamente, riquezas, poder e influencia; y con ello,
impopularidad. En 1618 el rey acabó cesándole y sustituyéndolo por el duque de Uceda, aunque
éste no gozaría del mismo poder, ya que en 1618 Felipe III decidió revocar el decreto de 1612.
La reforma administrativa de Uceda
- La división del Consejo Real de Castilla en cuatro salas: gobierno, pleitos y otras dos salas
para otros asuntos.
- Aumento del número de consejeros del Consejo de guerra.
- La creación de la Junta de Guerra de Indias.
- Creación de nuevas juntas, como la Junta del Desempeño para buscar dinero.
Las juntas fracasaron a causa de los constantes enfrentamientos entre sus componentes.

4
La expulsión de los moriscos
A comienzos del reinado de Felipe III, había en España unos 300.000 moriscos, que se resistían a
integrarse, provocando tensiones, especialmente, en Valencia y Aragón. El principal temor era que
estos moriscos pudieran actuar como quinta columna de los franceses o de los turcos y
norteafricanos.
Se planteó la posibilidad de expulsarlos, y aunque ni los eclesiásticos, ni la alta nobleza ni el Papa
eran partidarios de dicha solución, el Consejo de Estado concluyó que la expulsión era la única
solución y así lo decretó en 1609.
Se procedió entonces a la expulsión de los moriscos, empezando por Valencia. Tan sólo quedaron los
seis moriscos más viejos de cada población, para que pudieran enseñar a los nuevos colonos el
cultivo de las tierras.
Los principales destinos de los expulsados fueron el Norte de África y Francia.
En 1614, 275.000 moriscos habían sido expulsados, quedando en la península unos 10.000. A
consecuencia de la expulsión, muchos lugares quedaron despoblados y los señores aprovecharon
para exigir fuertes condiciones económicas a los colonos potenciales, lo que ralentizó la repoblación
y consolidó el poder de los señores.
La decisión tuvo consecuencias irrevocables en la economía de la monarquía hispánica en la
península al completo, pues hubo un retroceso de unos 50 a 60 años, en un momento, además, en
el que Francia comenzaba a coger fuerza y poder.

12.3. ESPAÑA: FELIPE IV (1621-1665)


La llegada al trono de Felipe IV supuso también el ascenso como nuevo valido del conde duque de
Olivares quien acabó con los hombres de confianza del reinado anterior, entre ellos, el duque de
Lerma y el duque de Uceda.
Olivares creó su propio equipo e inició la creación de nuevas Juntas. Destacó la Junta de Reformación
encargada de llevar a cabo todas las reformas necesarias. En este sentido, se llevaron a cabo varias
medidas para controlar los cargos públicos y la explotación de los recursos:
- En 1622 se obligó a quienes habían ejercido cargos públicos desde 1592, a presentar un
inventario que recogiera sus bienes al comienzo y al final de su actividad pública.
- Para hacer frente a la crisis del siglo XVII se prohibió la emigración, se potenció la inmigración
y se premió a las familias numerosas.
- Para reducir el consumo se aprobaron leyes suntuarias. Se clausuraron burdeles y teatros, y
las novelas fueron censuradas.
- Se pidió a los nobles de la corte que regresaran a sus territorios y los explotaran.
- Se crearon centros educativos para formar a las minorías dirigentes.
- Se aprobó un impuesto del 5% sobre los patrimonios más grandes para llenar las arcas
municipales.
- Se creó la Junta de Población, Agricultura y Comercio.
- Trata de imponer impuestos y conseguir la prórroga de algunos anteriores De esta forma, se
hizo lo posible para prescindir de los banqueros extranjeros.
- En 1624 se creó el Almirantazgo de los países septentrionales para asegurar el comercio con
los Países Bajos y hacer la guerra económica a Holanda (sin tropas, guerra económica).

Pero el empeño reformista de Olivares iba más allá de estas medidas, de esta manera presentó el
Gran Memorial de 1624. El valido proponía medidas cautelares contra miembros de la nobleza, que

5
la Iglesia no pudiera tener grandes propiedades, que se fomentara una mejor relación entre Castilla y
los demás reinos, y sobre todo, que se avanzara hacia la unión de todos los reinos del monarca.
Para lograr este último objetivo, Olivares proponía varios métodos:
1. Alianzas matrimoniales.
2. Otorgar a los nobles de un reino cargos en otro.
3. La movilización militar como demostración de fuerza.
4. Visitar un reino y bajo pretexto de sofocar una rebelión, utilizar al ejército para imponer las
leyes castellanas.
5. Llevar a cabo la Unión de Armas, es decir la creación de un ejército permanente mediante la
cooperación de todos los reinos.
La Unión de Armas fue uno de los proyectos predilectos del conde duque para superar el obstáculo
que representaban los fueros de los distintos reinos de la península. Sin embargo, ni las Cortes de
Aragón, ni de Cataluña, ni de Valencia aceptaron reclutar hombres para servir en el extranjero. A
pesar del rechazo, la Unión de Armas se proclamó en julio de 1626.
Otro de los grandes empeños de Olivares fue la reforma fiscal. Impuso obligaciones fiscales a los
nobles y trató de favorecer a Castilla, exigiendo más impuestos a los demás reinos. Creó también
nuevos impuestos para sufragar la guerra de Flandes. Todas estas medidas provocaron diversas
revueltas en Vizcaya, Cataluña, Portugal, Andalucía o Aragón. Destacan las de Cataluña y Portugal.

CATALUÑA, 1640

Causas: Desarrollo:
- No accedieron a colaborar - Los campesinos atacaron a los tercios y se desató la
ni con hombres ni con revuelta.
dinero a las luchas de la - La revuelta se convirtió en un movimiento de
monarquía. oposición a la monarquía.
- Como respuesta, Cataluña - Cataluña pidió la protección a Luis XIII de Francia.
se convirtió en frente de - En 1651, el ejército bajo el mando de don Juan José
guerra contra Francia. de Austria asedió Barcelona, que se rindió en 1652
aceptando la soberanía de Felipe IV, a cambio de la
promesa de que sus leyes serían respetadas.

PORTUGAL, 1640

Causas: Desarrollo:
- Portugal no contribuía regularmente con sus - En diciembre de 1640 Juan de
impuestos. Braganza fue proclamado Juan
- Olivares deseaba contar con tropas portuguesas IV de Portugal.
para someter Cataluña, lo que se usó como - En 1668, España acabó
pretexto para organizar una revuelta contra reconociendo la independencia
Juan de Braganza, que podía reclamar el trono. de Portugal.
Estas rebeliones provocaron el fracaso de las políticas de Olivares, quien se retiró del gobierno en
1643, siendo sucedido por su sobrino, Luis de Haro. La situación política y económica en el interior
forzó una política exterior de pacificación:

6
- En 1648, España reconoció la soberanía e independencia de las Provincias Unidas, mediante
el Tratado de Munster.
- En 1659, España firmó la Paz de los Pirineos con Francia.

En 1661 falleció Luis de Haro y Felipe IV se dedicó por sí mismo a las labores de gobierno hasta su
muerte, en 1665.

7
TEMA 13. LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS
13.1. LA PAX HISPÁNICA (1598-1648)
En la fase previa al comienzo de la guerra, existió en Europa un breve periodo de paz en el que los
Estados e Imperios comenzaron a reforzar sus posiciones silenciosamente. En esta etapa los dos
grandes imperios europeos, el español y el Sacro Imperio Germánico, comenzaron a revelar una crisis
profunda.
Por lo que respecta a la Monarquía Hispánica, la situación estuvo marcada por varios factores:
- Desgaste por las guerras con Inglaterra, Francia y Provincias Unidas.
- Agotamiento de recursos castellanos.
- Epidemias.
- Crisis de subsistencias.
Esta difícil situación, llevó a Felipe III a decantarse por una política de conservación y pacificación. Por
ello, ya antes de la llegada al trono de Felipe IV, se había firmado la paz con Francia (1598), con
Inglaterra (1604) y con las Provincias Unidas (1609). Aún así, evitando el conflicto bélico, la
Monarquía Hispánica trató de obstaculizar y desgastar a sus enemigos. En este sentido, se llevó a
cabo una “pacífica” guerra económica:
- Impuso embargos comerciales y navales.
- Aumentó los derechos aduaneros.
- Llevó a cabo una guerra de corso contra los rebeldes holandeses.
- Reforzó su presencia en el estrecho de Gibraltar.
- Puso todo su empeño en controlar el tráfico comercial.

Provincias Unidas Felipe III hizo uso de las alianzas matrimoniales, casándose con Margarita de
Austria y negociando el enlace de Isabel Clara Eugenia con el archiduque
Alberto de Austria, gobernador de los Países Bajos, a los que se cedió la
soberanía.
Aún así continuaron los enfrentamientos, lo que finalmente forzó la apertura
de negociaciones y la firma de la Tregua de los Doce Años (1609-1621). Esta
tregua supuso el reconocimiento de las Provincias Unidas como estados
libres, pero no mejoró la situación de los católicos en dichos estados ni frenó
la expansión comercial holandesa, que tanto dañaba a la Monarquía
Hispánica.

Inglaterra La estrategia española fue apoyar la rebelión de Irlanda. Jacobo I, nuevo rey
británico, buscó la paz con España. Esta paz supuso para Inglaterra una
pérdida de apoyos por parte de las Provincias rebeldes, que veían cómo las
comunicaciones entre España y Países Bajos volvían a la normalidad.

Italia Francia había ocupado Saboya, sin embargo, España pudo quedarse con el
marquesado de Saluzzo (parte de Saboya). El objetivo de Francia era impedir
el Camino Español, y el de España fortalecerlo.
Además, Venecia se enfrenta al Papado con el apoyo francés. Francia se hace
con el control de la población y soluciona el problema.

8
Mientras tanto, en España, y dentro de esta línea de pacificación, se acordaron los enlaces del
príncipe Felipe de España con Isabel de Borbón, y de Luis XIII con la infanta Mauricia, buscando así un
fortalecimiento de las relaciones con Francia. En cuanto al Mediterráneo, la principal preocupación
siguió siendo la lucha contra berberiscos y otomanos que, como ya hemos visto, conllevaría la
expulsión definitiva de los moriscos de España.

Por tanto, las líneas maestras de esta política de conservación y pacificación fueron:
- La defensa de la fe católica y la lucha contra el infiel.
- La quietud de Italia.
- La paz con los estados del Norte.
- La amistad con Francia.
- La protección del estrecho.

La ruptura del equilibrio tiene lugar en 1616 cuando Venecia se enfrenta al archiduque Fernando de
Estiria porque éste había dado refugio a los uscoques (cristianos refugiados del Imperio Otomano
que suponían una amenaza para el comercio veneciano).
España decidió apoyar al archiduque en su candidatura al trono del Sacro Imperio, para castigar a
Venecia que se había aliado anteriormente con los franceses.
Por si fuera poco, el virrey de Nápoles desplegó una gran Armada en el Adriático, sumándose a los
uscoques. Finalmente, y por el coste que suponía a la Monarquía Hispánica el mantenimiento de los
conflictos contra Venecia, se llegó a un acuerdo, mediante la Paz de Madrid de 1617. Por este
acuerdo España retiraba su Armada, el archiduque dejaba de dar refugio a los uscoques armados y
los venecianos aceptaban un costoso desarme para conservar sus posesiones.

13.2. LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS (1618-1648)


Felipe III va a apoyar al Sacro Imperio porque quiere delimitar la influencia de los protestantes en
Bohemia. Esto supuso la entrada de España en la Guerra de los Treinta Años. Así que, de este modo,
se pone fin a su política de pacificación.
Dentro de la Guerra de los Treinta Años podemos distinguir varios periodos:
- Revuelta de Bohemia (1618-1620)
- Participación de Dinamarca (1625-1629)
- Participación de Suecia (1630-1634)
- Participación de Francia vs. España (1635-1648)

Asimismo, podemos destacar diversas causas políticas y religiosas. Entre las más importantes:
- Según la paz de Augsburgo, los eclesiásticos que abandonaran la fe católica para convertirse
al protestantismo no podían conservar ni sus propiedades ni los beneficios eclesiásticos.
Muchos se negaron a respetar esta limitación.
- La aparición del calvinismo supuso una tensión constante.
- La influencia de la Compañía de Jesús, que recuperó para el catolicismo territorios en el Sur
de Alemania y en Centroeuropa.
- En 1608 se creó la Unión Evangélica protestante, formada por los príncipes del Palatinado,
Brandeburgo, Baden, Wurtemberg y Hessen.
- En 1609 se fundó la Liga Católica liderada por el duque Maximiliano de Baviera.

9
- La libertad religiosa a los protestantes de Bohemia para calmar la Unión Evangélica,
concedida por el emperador Rodolfo II, mediante la Carta de Majestad (1609).
- La elección imperial de Fernando de Estiria, ya que había sido educado por los jesuitas y era
partidario de reprimir el protestantismo.
- La alianza de las dos ramas de Habsburgo.

1. Inicio del conflicto. Revuelta de Bohemia (1618-1620)


En este contexto, podemos situar el inicio del conflicto en la política antiprotestante del emperador
Matías en Bohemia, seguida de la decisión de Fernando, heredero al trono de Bohemia, de abolir la
Carta de Majestad.
La reacción en Bohemia, de mayoría protestante, llegó con la Dieta de Praga. En el curso de la
celebración de la Dieta, los bohemios apresaron a los emisarios del emperador y los tiraron por la
ventana, en lo que se conoce como la Tercera Defenestración de Praga (1618). A raíz de estos
sucesos, estalló la rebelión, que se extendió rápidamente a Moravia y Hungría.
Mientras la rebelión seguía su curso, Fernando de Estiria fue elegido emperador (Fernando II). Los
bohemios quisieron deponerlo como rey, nombrando en su lugar a Federico V, príncipe elector del
Palatinado y jefe de la Unión Evangélica.
Lógicamente, el emperador contraatacó, tras hacerse con el apoyo de la Liga Católica y de España.
Ante el evidente desequilibrio de fuerzas, la rebelión fue aplastada en 1620, en la batalla de
Montaña Blanca, y Federico tuvo que huir.
Maximiliano de Baviera le habían prometido las tierras, derechos y beneficios del Palatinado. Esto
creó enemistad con Inglaterra, porque el rey era suegro de Federico V.
Otra consecuencia no menos importante de la victoria del emperador fue la implantación de
medidas centralizadoras y germanizadoras en Bohemia, y la institución del catolicismo como religión
oficial.

2. Participación de Dinamarca (1625-1629)


La ruptura del equilibrio de fuerzas en una región siempre incitaba temores en otra. En este caso,
Holanda decidió romper la tregua con España y dar refugio a quienes se habían rebelado contra el
emperador, por dos motivos:
1. El fortalecimiento de los Habsburgo en Alemania, aliados de España.
2. Los continuos enfrentamientos en las colonias con la Monarquía Hispánica.
Las tropas españolas enviadas para castigar a las provincias iniciaron la campaña con grandes
victorias, especialmente la de Breda en 1625. La respuesta holandesa fue hacerse con el apoyo de
Inglaterra, Francia y Dinamarca.
¿Por qué intervino Dinamarca? Cristián IV deseaba ganar influencia en Alemania. Por tanto, el
enfrentamiento era múltiple y ponía en juego diferentes intereses.

La respuesta del bando católico fue inmediata, el ejército imperial, comandado por Wallenstein y
apoyado por los ejércitos de Baviera y España, se dirigió al Norte para hacer frente a protestantes y
daneses. En 1627, lograron entrar en Dinamarca y ocupar Jutlandia, forzando así la firma de la Paz de
Lübeck (1629). Por este tratado, el rey danés renunció a sus pretensiones sobre los obispados
secularizados del Norte de Alemania, y el líder del ejército imperial, Wallenstein, recibió el ducado de
Mecklemburgo, arrebatado al duque, que se había rebelado contra el emperador.

10
Gracias a esta nueva victoria, el emperador contó con una posición suficientemente fuerte como
para aplicar una política de centralización y antiprotestante.
- Confiscaciones de tierra, con las que pagar a sus aliados. Así, surgieron nuevos terratenientes
adictos al emperador.
- Promulgó el Edicto de Restitución, por el que había que devolver las tierras y bienes
eclesiásticos que habían sido secularizados desde 1555. Sin embargo, al utilizar estas
posesiones para premiar a sus familiares, provocó el descontento de los príncipes católicos.
En 1630 se celebra la Dieta de Ratisbona, donde Baviera aprovechó para protestar contra el
emperador, y pedir la destitución de Wallenstein y la reducción del ejército imperial, alegando
abusos por parte de ambos.

3. Participación de Suecia (1630-1634)


Aprovechando la incómoda situación en la que se encontraba el emperador, Francia que había
abandonado la lucha, animó a Suecia a que interviniera en la guerra, argumentando que la expansión
del Sacro Imperio en el Norte ponía en peligro el predominio sueco en el Báltico. Además, había
motivos religiosos, ya que Gustavo Adolfo era luterano. De este modo, Luis XIII acordó otorgar un
subsidio anual de un millón de libras a Suecia, a cambio de su intervención contra la Liga Católica
(1631). Ante este giro de los acontecimientos, Fernando II no dudó en llamar de nuevo a Wallenstein
para que se hiciera cargo de la lucha. En 1632 el ejército imperial plantó cara a los suecos en Lützen.
Gustavo Adolfo murió en el curso de la batalla.

En el seno del bando católico, Wallenstein volvió a ser acusado de traición por querer hacerse con la
corona de Bohemia así que fue destituido y asesinado en 1634.
Tras tres victorias del emperador, los protestantes solicitan la firma de un acuerdo, la Paz de Praga
(1635). Este acuerdo suponía el regreso al status quo inicial de la Carta de Majestad de 1609 y el
abandono de la aplicación del Edicto de Restitución.

4. Enfrentamiento entre España y Francia (1635-1648)


Durante la última fase de la guerra, el conflicto se trasladó al oeste, a las fronteras de los Pirineos y
de Países Bajos. Francia decidió declarar la guerra a España en 1635 aliado con Saboya, Parma, la Liga
de Heilbronn y las Provincias Unidas. España tuvo que dividir sus fuerzas para mantener la lucha en
dos frentes.
En el curso de este enfrentamiento, la Armada española quedó prácticamente destruida en la batalla
de las Dunas (1639). Apenas un año después, al coste de la guerra, se sumaban las sublevaciones de
Cataluña y Portugal (1640), complicando aún más la situación.
En el curso de esta última etapa, España perdió Portugal y el Rosellón, que fue ocupado por Francia.
Al mismo tiempo, los suecos se hicieron con Verden, Bremen, Holstein y Jutlandia.
En 1645 firmaron la Paz de Brömsebro con Dinamarca. Comenzaron entonces las negociaciones de
paz, favorecidas por el abandono de la contienda por parte de Francia, que en 1648 tuvo que hacer
frente a la rebelión de la Fronda.
Por otra parte, las epidemias, la escasez de las cosechas y el efecto del paso y alojamiento de los
ejércitos por los territorios implicados fomentaron también las negociaciones.

11
5. Las paces en Europa
La Paz de Westfalia (1648) consta de dos tratados, el de Münster, firmado por los estados católicos,
y el de Osnabrück, firmado por Suecia y los príncipes protestantes.
Supuso no solo el fin de la Guerra de los Treinta Años, sino también la inauguración de un nuevo
orden internacional y el reconocimiento de la propia política internacional.

¿Cuáles fueron las principales consecuencias de estos tratados?


A nivel A partir de este momento los conflictos internacionales se solucionarán a través
internacional de conferencias multilaterales, respetando los principios de soberanía nacional,
igualdad y equilibrio de los estados.
La soberanía nacional responde a la integridad territorial como fundamento de
la existencia de cada Estado.
- Se reconoció la independencia de las Provincias Unidas y de la
Confederación Helvética (Suiza).
- El Papa dejó de ser mediador en los conflictos internacionales.
- Aparecieron las condiciones para el desarrollo del derecho público
europeo.

En el Sacro - La política de unificación y centralización quedó neutralizada.


Imperio - Amplia autonomía interna para los territorios del Imperio.
- Se pueden hacer alianzas y declarar la guerra, siempre que no sea
contra el Imperio ni contra el emperador.
- Los Habsburgo reforzaron su poder.
- El Edicto de Restitución y la Paz de Praga se anularon y se volvió a
aplicar la Reserva Eclesiástica, tanto en territorios católicos como
protestantes.
- Se reconoció el calvinismo.
- Los príncipes alemanes cuyos territorios habían sido más afectados,
recibieron en compensación los obispados secularizados.

Francia - Obtuvo Metz, Toul, Verdún, y territorios en Alsacia.


- El emperador garantizó su neutralidad en caso de que Francia entrara en
guerra con España.
- Dos cabezas de puente al otro lado del Rhin y poder tener guarnición al
otro lado de la frontera.

Suecia - Compensaciones económicas.


- Mantuvo su predominio en el Báltico.
- Obtuvo la Pomerania occidental, Rugen, Usedom, Wollin, Verden y
Bremen.
- El rey se convierte en príncipe del Imperio gracias a las adquisiciones
territoriales

12
En esta época, se firmaron otros dos tratados con repercusión internacional:
- El tratado entre las Provincias Unidas y la Monarquía Hispánica (1648) por el que ésta
reconocía a las siete provincias del Norte como estados libres, independientes y soberanos.
España conservaba Filipinas, y prohibía a Holanda sacar sal de Venezuela y comerciar con
esclavos. Pero los holandeses obtenían importantes ventajas:
- No tenían que renunciar a los territorios ocupados a lo largo de la guerra, ni en
Europa ni en las colonias.
- No tenían que garantizar el culto público a los católicos. Se convierte en un Estado
calvinista.
- Podían navegar y comerciar libremente en territorios no españoles (Holanda sigue
muy limitada).

- La Paz de los Pirineos (1659) entre España y Francia. Esta última se quedaba con el Rosellón,
Conflent, Cerdaña, Artois, Ainaut, Luxemburgo y varias plazas flamencas. A cambio, no
ayudarían a los rebeldes portugueses y prometían rehabilitar a Condé, que era aliado de los
españoles. El acuerdo quedó finalmente formalizado con el enlace de Luis XIV y María Teresa
de Austria.

13
TEMA 14. LA GESTACIÓN DE LOS GRANDES IMPERIOS
EN EL NORTE Y EL ESTE DE EUROPA

14.1. LA DESARTICULACIÓN DEL SACRO IMPERIO Y EL ABSOLUTISMO EN EUROPA CENTRAL


Tras la Guerra de los Treinta Años, el Sacro Imperio Germánico comenzó a recuperarse en términos
demográficos y mercantiles. Sin embargo, este desarrollo se manifestó de modo más productivo en
aquellos territorios en los que dominaba en absolutismo, como Sajonia y Baviera.

14.1.1. La Monarquía Austríaca


Fernando III, hijo de Fernando II, ya había comenzado a acariciar la idea de crear un Estado en torno
al Danubio, a partir de sus territorios patrimoniales, pero el proyecto comenzó a desarrollarse
realmente bajo el reinado de Leopoldo I (1658-1705). Para ello, se centró en tres objetivos:
- Transformar Hungría en un reino católico, hereditario y germanizado.
- Convertir sus territorios patrimoniales en un sólo Estado.
- Aprovecharse de la sucesión al trono de España.

Obstáculos: vencer la resistencia de la población húngara y reconquistar a los turcos los territorios
perdidos.
Las políticas centralistas de Fernando III y de Leopoldo I provocaron un recrudecimiento de la
resistencia húngara. Por otro lado, para hacer frente al problema turco, se puso en marcha la Santa
Alianza antiturca en 1684, con la que lograría recuperar Transilvania y la Hungría otomana en 1699.
Además, se aprovechó la coyuntura para imponer el carácter hereditario de la sucesión al trono para
asegurar el linaje de los Habsburgo.

14
Así pues, en 1680 se establecieron ciertas políticas centralizadoras:
- Creó un ejército permanente e impuso nuevos impuestos.
- Potenció instituciones tradicionales en beneficio de una administración más centralizada:
consejo secreto, consejo de guerra, cámara áulica y cancillerías en Austria, Bohemia y
Hungría.
Por otro lado, destaca la intención de colocar a su hijo Carlos I al frente del trono de España,
participando así en la Guerra de Sucesión española. No logró sus objetivos, pero sí consiguió adquirir
nuevos territorios a costa de la Monarquía Hispánica (parte de Italia).
El sucesor de Leopoldo, José I ascendería al trono en 1705 y continuará la política centralista de su
padre, convirtiendo Viena en sede de la Corte y capital del incipiente Imperio.

14.1.2. De Brandemburgo a la gestación del reino de Prusia


Los príncipes electores de Brandemburgo pertenecían a la casa de los Hohenzollern desde 1415, y
desde entonces fueron ampliando sus posesiones, incluyendo, entre otros territorios, el ducado de
Prusia. Además, gracias a la Paz de Westfalia, lograron hacerse con la Pomerania Oriental, y los
obispados secularizados de Minden, Halberstadt y Magdeburgo.
Ante esa situación, Federico Guillermo, decidió poner en marcha una política centralista que
unificara sus territorios y que los convirtiera en una potencia militar.
Federico Guillermo, calvinista, se caracterizó por gobernar de modo personal y absolutista,
reforzando las competencias del Consejo Secreto, creando consejeros provinciales para controlar sus
dominios y evitar el autogobierno que habían estado ejerciendo. Principales medidas de gobierno:
- Creación de un Estado militarizado, a través de la implantación de Comisarías de Guerra y de
la Caja General de Guerra, con un ejército permanente de mercenarios, bien pagado, alojado
y adiestrado.
- Recorte de la representación de las ciudades y de asambleas estamentales.
- Establecimiento de una nueva burocracia fiscal y fortalecimiento de los funcionarios reales.
- Mecanismos intimidatorios.
- Se intentó aumentar la productividad, para evitar depender de subsidios extranjeros. Se
estimuló la colonización y la repoblación, recurriendo a inmigrantes extranjeros.
- Recortó el poder político de la nobleza terrateniente (los Junkers).
- Recuperación económica con infraestructuras renovadas, sistemas de comercio y agrarios.
La política de Federico Guillermo dio frutos, tanto que cuando su hijo Federico III ascendió al trono,
el reino de Brandemburgo-Prusia ya estaba consolidado. Federico dio un paso más, al conseguir que
Leopoldo I, emperador del Sacro Imperio, le diera permiso para utilizar el título de rey de Prusia, no
de Brandenburgo, ya que éste seguía siendo un principado dentro del Sacro Imperio.

14.2. ESCANDINAVIA Y ABSOLUTISMO


14.2.1. Suecia
En 1556 murió el rey Gustavo Vasa, dando paso a una fase de inestabilidad política, durante la cual se
produjo la unión de Suecia y Polonia en una sola dinastía. En 1611 llegó al trono Gustavo Adolfo II
Vasa, con dos claros objetivos:
- Fortalecer el luteranismo.
- Convertir a Suecia en la primera potencia del Báltico (esto enfada a los Polacos católicos).
Para ello:
- Se atrajo el favor de la nobleza, reforzando sus privilegios.

15
- Firmó sendas paces con Dinamarca y Rusia.
- Reforzó la autoridad real.
- Se ganó la confianza de la Dieta (parlamento Sueco).
- Reformó las finanzas y la justicia.
- Reestructuró el Consejo Real, subdividiéndolo en 5 especializados.

Sin embargo, los avances políticos de Gustavo Adolfo quedaron truncados con su muerte en 1632. El
gobierno quedó entonces en manos de un Consejo de Regencia, hasta 1645, en que Cristina, hija del
fallecido rey, alcanzó la mayoría de edad. Pero su reinado fue breve, en 1654 abdicó en su primo,
Carlos Gustavo, para poder convertirse al catolicismo.
El reinado de Carlos X Gustavo (1654-1660) estuvo marcado por la guerra con Dinamarca y Polonia
en el exterior, y por tensiones entre el monarca y la aristocracia en el interior. El rey trató de
recuperar posesiones que habían pasado a la nobleza e impuso sobre esta nuevas cargas fiscales.
Pero al finalizar el breve reinado de Carlos X se abrió un nuevo periodo de regencia, y la nobleza
volvió a ganar posiciones.
En 1674 Carlos XI ascendió al trono y suscribió una alianza con Francia, que sumergió al país en una
nueva guerra. Esta política internacional no dio los frutos deseados, así que hubo de centrarse en la
política interior.
Principales medidas de gobierno:
- Devuelve tierras a la nobleza.
- Logró la autorización de la Dieta para poder legislar sin tener que convocarla.
- Reformó las finanzas para sanear la economía.
- Reorganizó el Ejército al modelo prusiano-austríaco.
A Carlos XI le sucedió Carlos XII, cuyo reinado (1697-1718) estuvo marcado por la decadencia de
Suecia, la pérdida de su predominio en el Báltico, el absentismo regio y el vacío de poder. A su
muerte, como ni tan siquiera había sido nombrado un sucesor, se optó por adoptar un régimen de
tipo parlamentario.

14.2.2. Dinamarca
En 1588, Cristián IV ascendió al trono de Dinamarca y Noruega. Pasaba así a gobernar la primera
potencia del Norte de Europa, gracias a su dominio de la navegación por el estrecho del Sund.
Dinamarca y Noruega constituían una monarquía electiva, cuya soberanía residía en el rey y en un
Consejo de Estado aristocrático que funcionaba como órgano consultivo, y que tenía competencia
para autorizar las declaraciones de guerra y los impuestos extraordinarios. Sin embargo, Cristián IV
gobernó como si de una monarquía hereditaria se tratase:

- El rey gobernó de manera independiente, gracias al superávit financiero del Estado.


- Una fuerte política militar: por ejemplo, la guerra contra Suecia, que se negaba a pagar el
peaje del Sund.
- Entre 1629 y 1630, ante las malas cosechas, la peste y las invasiones, aumentó los impuestos
sobre la población, a excepción de la nobleza, provocando el descontento del campesinado y
de las ciudades.
- No pudo hacer frente a las presiones de la nobleza, que consiguió mayor participación en el
gobierno.

16
Las constantes tensiones nobiliarias también pasaron factura a su sucesor, Federico III (1648-1670),
que acabó institucionalizando la monarquía consiliar, es decir apoyada en el protagonismo de la
nobleza. El rey procedió, asimismo, a reducir los impuestos, pero la situación no mejoró demasiado.
Pronto, dos nuevas guerras y la mala situación interior pusieron fin al “constitucionalismo
aristocrático”. Así, en 1660, los Estados Generales, molestos con los privilegios de la nobleza y con la
marcha de la guerra, exigieron una importante reforma fiscal y financiera. La resistencia de la nobleza
dio al traste con la monarquía consiliar y llevó al establecimiento de una monarquía hereditaria,
absoluta y luterana. El rey por fin tenía poder para reorganizar y centralizar su Estado, labor a la que
se consagró el sucesor de Federico, Cristián V (1670-1699).

14.3. POLONIA
En 1572 la situación polaca no era precisamente positiva: resurgen las tensiones entre la monarquía
y la nobleza, la unidad territorial parecía imposible de conseguir y el Estado perdía territorios frente a
otras potencias.
La crisis provocó la llegada al trono de Segismundo III Vasa (1587-1632) y posteriormente, de su hijo
Ladislao IV (1632-1648). En esta etapa, la Dieta (parlamento) supo fortalecer su posición reforzando
el carácter electivo de la monarquía y controlando el ennoblecimiento. Además, hay que tener en
cuenta que desde principios del XVII la nobleza comenzó a ejercer habitualmente el derecho a la
desobediencia, convirtiéndose así en un claro obstáculo para el desarrollo del absolutismo.
De hecho, la nobleza polaca era especialmente poderosa, pues copaba la administración, los altos
cargos eclesiásticos y poseía la mayor parte de la riqueza. Por el contrario, el campesinado se hallaba
sometido a un duro vasallaje. Además, no había prácticamente una clase burguesa.
Segismundo III trató de unificar definitivamente Polonia y Suecia, para convertirlas en la primera
potencia del Báltico y del Este de Europa, sin embargo Suecia se rebeló y frustró el proyecto en 1598.
Principales medidas de gobierno:
- Limitar el derecho al veto de la baja aristocracia.
- Aumentar los impuestos.
- Reforzar el control sobre el Ejército.

No obstante, el monarca no logró imponer sus reformas, ya que la nobleza recurrió a su derecho a la
desobediencia y consiguió que la Dieta reforzara su control sobre la política monárquica. Al mismo
tiempo, las tensiones religiosas aumentaban, sobre todo entre judíos y los católicos.
Posteriormente, durante el reinado de Ladislao IV primero, y de su hermano Juan Casimiro V
(1648-1668) después, la nobleza aumentó aún más su poder: aplicó constantemente el derecho al
veto y logró que los acuerdos tuvieran que ser unánimemente aprobados por la Dieta para ser
aplicados. La situación se complicó aún más debido a la coexistencia de distintas etnias y credos
religiosos, así como por las invasiones extranjeras y las pérdidas territoriales.
En la década de los sesenta la población polaca había quedado reducida a la mitad, su moneda se
había desestabilizado y el comercio dañado. La actitud de la nobleza tampoco ayudó, ya que, con su
oposición a las reformas monárquicas, acabó provocando una crisis política que alcanzó su punto
álgido con la dimisión de Juan Casimiro V en 1668. La Dieta eligió a un nuevo rey, incapaz de mejorar
la situación. Finalmente se impuso el prestigio del Mariscal Sobieski, que había logrado rechazar a los
turcos. Fue elegido sucesor al trono en 1673, con el nombre de Juan III Sobieski, pero tampoco logró
frenar la crítica situación polaca.

17
La debilidad de la monarquía, en gran parte propiciada por el constante ejercicio del veto por parte
de la nobleza, así como el hundimiento de la escasa burguesía y del empobrecido campesinado
llevaron a Polonia a una situación de clara debilidad, que la convirtió en fácil objetivo de otras
potencias.

14.4. RUSIA: DE LA “SMUTA” A LA REORGANIZACIÓN DEL ESTADO


En 1584 muere Iván IV el Terrible, dando comienzo a un periodo de la historia rusa conocido como
smuta o “época de perdiciones o de los tumultos”, marcado por el hambre, las guerras y la aparición
de falsos herederos al trono. La smuta se extendió hasta 1613, cuando Rusia vio por fin la ascensión
de un nuevo linaje al trono, los Romanov, que gobernarían el país hasta su caída definitiva en 1917.

14.4.1. La Smuta
1584-1605 Regencia de Boris Godúnof que se Momento de crisis económica, política y
autoproclamó sucesor al trono. social.

1605-1613 Las intrigas llevaron al trono a Basilio Momento de inestabilidad y


IV Chuiski. levantamientos.

1613 La Asamblea imperial decide acabar


con esta situación. Se proclama un
nuevo Zar: Miguel Romanov.

14.4.2. Reinado de Miguel I (1613-1645)


La primera misión de Miguel Romanov al acceder al trono fue poner fin a las guerras con Suecia y
Polonia, para ello tuvo que ceder ciertos territorios a ambas. De esta manera, Rusia perdía su salida
al Báltico y el Zar pasaba a centrar su atención en la política interior.
Principales medidas de gobierno:
- En lo religioso contó con el apoyo de su padre, el monje Fedor, nombrado Patriarca de
Moscú, quien fortaleció el papel de la Iglesia.
- Fortaleció la autoridad real.Controló la Asamblea Legislativa para poder controlar a los
gobernadores provinciales.
- Apoyó a la nobleza de servicio y a la burguesía, fortaleciendo así su clientela.
- Reorganizó el Ejército y lo incrementó.
- Reforzó la economía.Potenció el comercio con Occidente a través de Suecia y Polonia.

14.4.3. Reinado de Alexis I (1645-1676)


Nada más subir al trono, Alexis I tuvo que hacer frente a las revueltas (1648-1650), motivadas por los
conflictos entre facciones, el descontento de la nobleza militar de servicio, el aumento de precios y la
opresión de los funcionarios, que conllevaron una fuerte reacción popular.
Principales medidas de gobierno:
- Para hacer frente a las revueltas en 1649 aprobó, junto con la Asamblea, un nuevo código
legal, fortaleció la autoridad real una vez más y dio aún más poder a los nobles sobre sus
vasallos.
- Centralizó y reestructuró la administración a través de las chancillerías.

18
- Confió al Consejo Privado la gestión de sus recursos, de sus territorios patrimoniales y de casi
toda su correspondencia. Para ganar efectividad se creó en 1654 una Chancillería Privada.
- Modernizó el Ejército.

Dificultades:
- Una sociedad extremadamente dividida y desigual: una nobleza que vive de las rentas de la
tierra y al servicio del Zar y un campesinado sometido a fuerte vasallaje.
- Al haber perdido la salida al mar, sus posibilidades comerciales se vieron restringidas, y con
ello su crecimiento urbano se estancó, para solucionarlo el Zar atrajo a artesanos y maestros
que pudieran fomentar el desarrollo técnico y de manufacturas.
- El comercio con el extranjero tuvo que aceptar el control del Estado.
- La sociedad se dividió aún más, sobre todo debido al uso de mano de obra no especializada y
a la coacción sobre los trabajadores.
- Inestabilidad interna.
- Con los conflictos con Polonia, Rusia recuperó la ciudad de Smolensko.

Teniendo en cuenta estos problemas, tensiones y dificultades, en torno a periodo de 1660-1670, se


produjeron los llamados levantamientos del Cobre y la revuelta de los cosacos del Don, que
exigieron al Zar el fin de la explotación señorial, en pro de una mayor igualdad social. Los líderes de la
revuelta fueron detenidos y ejecutados, pero las tensiones no cesaron. Fue en este ambiente en el
que se produjo el Gran Cisma (Raskol): existían dos facciones dentro de la Iglesia ortodoxa:
1. Representada por el patriarca de Moscú, Nikon, que abogaba por implantar la reforma
religiosa de modo autoritario y contando para ello con el Estado.
2. Otra, representada por el protopope Avvakum, que veía la reforma más como una
profundización en la antigua fe, y no como una imposición.
Las tensiones estallaron en 1653, al hacerse Nikon con el apoyo del Zar, para implantar una serie de
reformas (revisión de libros religiosos, introducción de la predicación, uso de la lengua vernácula). El
pueblo reaccionó con virulencia, acusando a Nikon de haber impuesto la “herejía latina”. Pero el
conflicto no se resolvió de forma favorable ni para Nikon ni para Avakkum, el primero se exilió tras
perder el favor del Zar, y el segundo fue desterrado a Siberia.
De todas formas, el Zar aprovechó las intenciones de Nikon y logró imponer una Iglesia reformada,
oficial y muy cercana al Estado. Frente a ella, se erguía todavía otra Iglesia latente, vinculada a la
“antigua religión”, que desde su resistencia fomentaría las protestas y el descontento popular.
En materia de política exterior, no se puede dejar de señalar que Alexis I logró hacerse con el control
de Siberia y de la Ucrania al este del Dniéper. Gracias a estos avances, los rusos encontraron el
estrecho de Bering y la Península de Kamchatka.
La muerte de Alexis dejó una complicada situación familiar en el Kremlin, ya que sus hijos acabaron
enfrentándose por el poder. A Alexis le sucedió Feodor (1676-1682), aunque el gobierno efectivo
estuvo en manos de Sofía. A pesar de ello, Feodor decidió nombrar sucesor a su hermanastro Pedro y
no a su hermano Iván. Ante la decisión del monarca, la strelsy (cuerpo militar ruso) forzó un gobierno
compartido entre Pedro e Iván y una regencia en manos de Sofía. En esta situación, Sofía logró
hacerse una vez más con el control: ordenó la ejecución del jefe de la strelsy y se impuso sobre sus
hermanos. Sin embargo, al alcanzar Pedro la mayoría de edad en 1689, logró someter a Sofía y
recluirla en un monasterio. Comenzaba así el reinado de Pedro el Grande (1689-1725).

19
TEMA 15. LAS MONARQUÍAS OCCIDENTALES EN
CONFLICTO EN LA ÉPOCA DE LUIS XIV (1661-1715)
15.1. FRANCIA BAJO EL REINADO DE LUIS XIV
Luis XIV fue el único hijo de Luis XIII y Ana de Austria. Fue educado por el cardenal Mazarino y por su
madre, y de ellos heredó el sentido político y el gusto por la etiqueta española. Luis XIV vivió las
revueltas de la Fronda, por lo que esta experiencia marcará su modo de gobernar, que se
caracterizará por tres normas fundamentales:
1. Mantener el orden.
2. Impedir la desintegración territorial y social.
3. Garantizar la seguridad interior y exterior.
Para ello habría que fortalecer el Estado, limitar el poder de las instituciones políticas intermedias,
modernizar la administración y la fiscalidad, y reforzar el Ejército permanente. A la muerte de
Mazarino, Luis XIV decidió incluso gobernar sin primer ministro.

a) La administración
Luis XIV puso un gran empeño en convertirlo en un aparato efectivo, centralizado y exclusivamente
dependiente de la corona. La reestructuración es profunda y afecta a los cuerpos del Consejo
Superior, Consejo de Despachos (provincias), Consejo de Hacienda y Consejo de Estado.
Los colaboradores del rey fueron siempre personajes ennoblecidos, que debían al rey su fortuna y
posición.El núcleo de gobierno estaba formado por los secretarios de Asuntos Exteriores, Marina,
Guerra y Casa Real, y por el inspector general de Finanzas. Los personajes más prominentes fueron:
- Jean Baptiste Colbert: hombre de confianza de Mazarino. Se encargó de asuntos
administrativos y militares.
- Marqués de Louvois: controlaba el departamento de Guerra.
Envió intendentes a todas las provincias, para que actuaran como fieles ejecutores y vigías de los
intereses de la corona. Tenían competencias de justicia, policía y finanzas.

b) Las instituciones políticas


El objetivo de Luis XIV fue limitar el peso e influencia de las instituciones intermedias. Así pues, los
Estados Generales no volvieron a ser convocados.
Los intendentes fueron absorbiendo funciones que anteriormente habían pertenecido a los
gobernadores civiles. Los intendentes también controlaban los gobiernos municipales. En cuanto a
los Estados Provinciales, éstos sólo existían en algunas regiones, y, además, los diputados estaban
controlados, intimidados y sobornados por el rey para que todo funcionara de acuerdo a sus deseos.

c) Control religioso
Luis XIV adoptó el lema de Un Dios, una fe, una ley, un rey. Esto le llevó, inevitablemente, a entrar en
conflicto con el Papado y con las minorías religiosas.
- Galicanismo
Ya desde el Concordato de 1516, el rey francés contaba con cierto control sobre la Iglesia francesa.
Ante esta situación, Inocencio XI amenaza con excomulgar al monarca y, éste, junto con el alto clero
francés, redactó los Artículos Galicanos en los que se afirmaba que el rey no debía obediencia al

20
Papa. No obstante, Luis XIV necesitaba el apoyo del Papa para su política exterior e Inocencio XI
falleció en 1689. El nuevo papa, Inocencio XII reconoció a los nuevos obispos franceses, a cambio de
que se retractaran y de que el rey dejara de difundir los Artículos Galicanos.
- Jansenismo
Luis XIV se mostró contrario al Jansenismo y logró que la Asamblea General del clero francés
condenara sus tesis. Sin embargo, una parte del clero se negó a suscribir la condena y estalló el
conflicto. En 1668, se firma una solución de compromiso con la llamada Paz de la Iglesia. Pero en
1693, el jansenismo se volvería más virulento, convirtiéndose en un importante foco de oposición al
rey.
- Calvinismo
Luis XIV aceptó la tolerancia religiosa hasta 1680, cuando modificando el Edicto de Nantes, empezó a
tomar medidas para limitar el culto privado de los hugonotes. En 1685 promulgó el Edicto de
Fontainebleau por el que se forzaba a la conversión sin posibilidad de abandonar el país. Aun así,
250.000 personas consiguieron escapar.

d) Control económico
La política económica estuvo principalmente en manos de Colbert.
La fiscalidad se centró en mejorar la recaudación, recortar gastos y aumentar los ingresos. Entre
1661 y 1671 Colbert logró duplicar los ingresos de la Corona, pero la guerra con Holanda, los gastos
de la Corte y la construcción de Versalles contrarrestaron su política económica.
Mercantilismo y colbertismo: la base de su política fue fomentar el comercio, exportando productos
en lugar de materias primas, imponer aduanas y restricciones a las importaciones. Para ello fomentó
la construcción naval y creó compañías comerciales, como la Compañía de las Indias Orientales y
otras que ostentaban el monopolio del comercio en territorios concretos. Al mismo tiempo, para
fomentar el comercio interior, mejoró las vías y caminos.
Sin embargo, la producción no mejoró, sino que se estancó. La situación se agravó cuando el rey
antepuso las necesidades militares a los planes económicos de Colbert. El ministro logró, a pesar de
todo, ciertas mejoras. Quizá su mayor error fue descuidar la agricultura, principal fuente de la
riqueza francesa.

e) Reforma militar
El Ejército francés aprendió nuevas tácticas de guerra, mejoró su aprovisionamiento y se vio
sometido a un proceso de uniformización. El éxito fue tal que a comienzos del siglo XVIII contaba con
400.000 hombres.
Para evitar que un Ejército tan grande pudiera rebelarse contra el rey, se potenció la disciplina
mediante las academias de cadetes, y se sometió a los jefes militares a la autoridad de la Corona, de
manera que la dirección de la guerra estaba exclusivamente en manos del gobierno.

f) La Corte: Versalles
Luis XIV destacó especialmente por poner en marcha una maquinaria propagandística destinada a
fortalecer su imagen y su autoridad. El eje de esta estrategia fue la Corte, convertida en escenario
privilegiado de la majestad real. La vida entera de la Corte era un ritual, destinado al fortalecimiento
y engrandecimiento de la Corona.
Con este objetivo se restauraron y ampliaron los palacios, y se inició la construcción del Palacio de
Versalles, a donde la Corte se trasladó en 1682. Luis XIV pretendía demostrar así no solo su propia

21
majestad, sino también que no tenía miedo al pueblo, que años antes había desatado los disturbios
de la Fronda.
La importancia de la Corte francesa fue tal, que el francés se convirtió en la lengua europea por
excelencia y sus manifestaciones artísticas fueron imitadas a lo largo y ancho del continente.

15.2. CARLOS II Y EL OCASO DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA


El caso español difiere del francés, en tanto que la dinastía de los Austrias se hallaba ya sumida en su
decadencia. Con Carlos II nos encontramos ante una monarquía polisinodial compuesta con muchos
conflictos y pocos recursos.
Principales debilidades:
Monarquía compuesta Institucionalmente El peso de la nobleza

- Más conflictos y - Continuidad de juntas, - Aumento de la


menos recursos. validos y consejos. influencia de la
- Foralismo frente al - Insuficientes reformas. nobleza.
centralismo. - Mala elección de
favoritos.

El reinado de Carlos II comenzó marcado por la enfermedad del joven monarca y por la terrible
situación económica de la monarquía. Ya su padre, Felipe IV, preocupado por la salud de su
primogénito, había establecido que la reina madre actuara como gobernadora, asesorada por una
junta de gobierno. Pero esta junta no llegó a tomar las riendas del gobierno, y, en su lugar, se delegó
la administración en unos validos, Nithard y Valenzuela, que no pertenecían a la alta nobleza. Las
enemistades y conjuras imposibilitaron el buen gobierno.

- Campaña contra Nithard


La alta nobleza se pone en su contra. Su principal enemigo fue don Juan José de Austria, hijo
bastardo del rey, que pretendía imponerse en el gobierno. La reina reaccionó mandando a éste como
general del Ejército a Flandes. No obstante, Don Juan organiza un complot para asesinar a Nithard.
Don Juan es perseguido y huye a Cataluña desde donde continuó su campaña contra el gobierno. La
intercesión de un nuncio apostólico evitó el enfrentamiento, a cambio de que Nithard abandonara el
gobierno y el país.
Don Juan José de Austria fue situado como vicario general en Zaragoza, mientras la reina aceptaba el
gobierno de la junta. Sin embargo, pocos años después, hacia 1673 entraría en escena un nuevo
valido, Fernando de Valenzuela. Nombrado marqués de Villasierra en 1675, trató de evitar los errores
de Nithard y se esforzó por asegurar apoyos en la Corte y atraer el favor del pueblo.

- Caída de Valenzuela y ministeriado de don Juan José de Austria


La fragilidad del monarca Carlos II hizo que se prolongara la actuación de la junta y de su valido.
Valenzuela fue ganando poder, siendo nombrado grande de España y primer ministro pero la alta
nobleza no acogió con agrado el crecimiento de la influencia de Valenzuela.
A pesar de haber intentado evitar los errores de su predecesor, Valenzuela iba a mostrar una clara
debilidad: carecía de un verdadero programa de gobierno. Este hecho, junto con la enemistad que su
figura despertaba en la Corte, animó a don Juan José de Austria a tomar el control. En 1677, apoyado
por Aragón y Cataluña, entró en Madrid con 15.000 y forzó la retirada de la reina Mariana de Austria

22
a Toledo. Valenzuela fue apresado y desterrado, mientras que don Juan José de Austria fue
nombrado primer ministro por su hermanastro. Sin embargo, el nuevo ministro moriría en 1679, sin
haber podido llevar a cabo sus planes de gobierno.
El gobierno pasa, pues a:
- Duque de Medinaceli (1680-1685), principales medidas:
- Devaluó la moneda
- Potenció el comercio con América
- Protegió la industria textil
- Conde de Oropesa (1685-1691), principales medidas:
- Proyectó una reforma de la hacienda:
- Única contribución, millones.
- Reducir la deuda pública.
- Modernizar la gestión fiscal.
- Revalorizó la figura del Secretario de despacho universal.
La política de Oropesa le atrajo la animadversión de la nobleza, que finalmente propició su caída en
1691.
Ante la falta de descendencia de Carlos II, se formaron tres facciones en la Corte en torno a la posible
solución sucesoria:
- Sucesión bávara: José Fernando de Baviera. Es nieto de Margarita de Austria, hermana de
Carlos II, pero enseguida se retira.
- Sucesión austríaca: apoyada por la reina Mariana de Neoburgo y el emperador Leopoldo.
- Sucesión borbónica: Luis XIV. Apoyada por el arzobispo de Toledo, cardenal Portocarrero, y
una parte de la Corte convencidos de que sólo el rey sol podría proteger España.
En su testamento, Carlos II optó por esta tercera opción, pero el descontento de las partes desataría
la Guerra de Sucesión.
La reina dice que fue el cardenal el que engañó al rey para que cambiara su testamento.

15.3. LA RESTAURACIÓN DE PORTUGAL


En 1641, Juan de Bragança fue proclamado rey con el nombre de Juan IV. En principio, gobernó junto
con las Cortes y los Consejos del reino, pero acabó gobernando de modo personal por medio de sus
secretarios. En cuanto a su política exterior, se alió, evidentemente, con los enemigos de España:
Francia, Holanda e Inglaterra.
En 1662, el nieto del rey, Alfonso, fue nombrado rey, pero tan solo cinco años más tarde, don Pedro
se haría con el control provocando su renuncia y destierro. En 1668 Pedro fue reconocido por las
Cortes como príncipe heredero, aunque su reinado no comenzaría hasta 1683.
En 1668 se produjo un hecho aún más importante, se firmó el Tratado de Lisboa, por el que la
Monarquía Hispánica reconoció la independencia de Portugal. Sin embargo, los problemas no
habían acabado. Los sectores descontentos con Pedro comenzaron a abogar por una reunificación
con España, al tiempo que el príncipe veía en los problemas sucesorios españoles una puerta al
gobierno de España. Portugal participó en la Guerra de Sucesión española para optar a ese trono.
Estas decisiones dan lugar a una gran inestabilidad por lo que el monarca debió esforzarse en el
gobierno interior, cada vez más centralista:

- 1684 impuso un arancel aduanero para evitar la entrada de mercancías extranjeras.


- 1690 se descubren las minas de oro de Brasil -> ingresos regulares.

23
- No volvió a convocar las Cortes.
- 1703 llega a un acuerdo económico con Inglaterra: Portugal anula para ella el arancel
aduanero, a cambio de que aquélla permita el comercio de vinos portugueses en sus
territorios.

15.4. ASCENSIÓN Y CONSOLIDACIÓN DE SABOYA-PIAMONTE


El ducado de Saboya-Piamonte había sido objeto constante de conflicto entre España y Francia. Sin
embargo, entre 1637 y 1675, el gobierno del ducado quedó en manos de Carlos Manuel II, quien fue
consolidando el ducado y transformándolo en un
reino.
Para gobernar, Carlos Manuel II tomó como
modelo a Luis XIV. En este sentido, sus principales
objetivos fueron reformar la administración, la
hacienda y el ejército, e iniciar una fuerte
campaña mercantilista. El principal ejecutor de
esta política fue el primer ministro, Giambattista
Truchi.
Principales medidas:
- Perfeccionar el sistema de presupuestos y
contabilidad.
- Privilegiar a los manufactureros extranjeros para que desarrollasen sus manufacturas en el
ducado.
- Potenciar la explotación de las minas de cobre.
- Promocionar el comercio.
- Intentó potenciar los dos puertos más importantes (Villafranca y Niza).
- Acabar con la competencia atacando Génova, fracasó.
Curiosamente, Truchi cometió el mismo error que Colbert en Francia: descuidar la agricultura. El
ducado seguía utilizando técnicas anticuadas y deficientes de cultivo y poseía malas comunicaciones.
En 1675 a la muerte de Carlos Manuel II se inició la regencia de Juana Bautista de Saboya-Nemours,
en nombre del hijo de ambos, Víctor Amadeo II. En 1684, el joven príncipe desplazó a su madre del
gobierno, y se hizo con el poder. Pronto demostró su habilidad, al aprovechar la Guerra de Sucesión
Española para traicionar a Francia, obtener Monferrato y Sicilia, éste último a cambio de Cerdeña, y
el título de rey de Cerdeña.
Principales medidas de gobierno:
- Persiguió el protestantismo.
- Potenció el centralismo, reorganizando y saneando la administración:
- Potenció los consejos centrales.
- Unificó las tesorerías.
- Envió representantes de hacienda a las provincias.
- Fijó los salarios de los cargos públicos.
- Tendió a excluir a la nobleza feudal de la administración.
- Amplió el cuerpo diplomático y el ejército grande y eficaz.
- Donó y vendió títulos nobiliarios creando así una fuerte red clientelar.
- En 1729 publicó las leyes y constituciones del reino.

24
TEMA 16. PARLAMENTARISMO Y REPUBLICANISMO
EN EUROPA: INGLATERRA Y HOLANDA
16.1. EL REPUBLICANISMO NEERLANDÉS (1651-1688)
Holanda era una de las provincias de las Provincias Unidas, pero la más importante. A lo largo del
siglo XVII, Holanda fue asentándose como primera potencia dentro del comercio europeo.
El éxito comercial holandés llevó al naciente Estado republicano al enfrentamiento con una serie de
potencias dispuestas a rivalizar con él: España, Inglaterra y Francia.

- Situación interna de Holanda


En 1650 falleció Guillermo II, lo que abrió el camino al asentamiento del republicanismo holandes.
Durante esta fase, Johan de Witt se hizo con el liderazgo de la república. Republicanismo
personalista y autoritario.

Política interior Política exterior

Afirmar las libertades acordadas en la Haya en Activa diplomacia.


1651. Fortalecer la flota comercial y de guerra.
Frenar el previsible ascenso de Guillermo de Guerra comercial con Inglaterra.
Orange (hijo de Guillermo II). Búsqueda de alianzas con Suecia e Inglaterra,
- Acta de Exclusión 1654 para hacer frente a las presiones francesas.
- Acta de Armonía 1670

La hegemonía neerlandesa parecía indiscutible, sin embargo, en 1654 Holanda tuvo que retirarse de
sus asentamientos en Brasil, y en 1667 de Norteamérica. A estos reveses comerciales, se sumó la
crisis económica, lo que llevó a los Estados Generales a tomar la vía del gobierno personal.
En 1672, previendo un inevitable ataque francés, Holanda otorgó al joven Guillermo de Orange los
títulos de capitán y almirante general, que se convirtieron en vitalicios, una vez que Francia inició la
invasión de las provincias. Guillermo se convertía así en estatúder (básicamente, casi rey).

25
Además, en 1674 firmó la Paz con Inglaterra, lo que le sirvió para ampliar aún más sus poderes, y
para encaminar al país hacia una posible alianza. En 1677 Guillermo se casó con su prima María, hija
de Jacobo II, y, por tanto, heredera al trono de Inglaterra → Guillermo III de Inglaterra.

16.2. LA MONARQUÍA RESTAURADA EN INGLATERRA (1661-1688)


La Restauración monárquica en la persona de Carlos II de Inglaterra, contó con un consenso bastante
amplio, pero no eliminó las facciones ya existentes:
1. Favorable a la monarquía.
2. Favorable a la common law y a la limitación de los poderes del rey.
- Richard Hooker: afirma que la ley natural funciona como un prisma para interpretar
correctamente las Sagradas Escrituras y, por lo tanto el gobierno se basa en el
consenso de los súbditos, que deciden en base a la ley natural.
- Sir Edward Coke: defiende la common law como límite de la autoridad monárquica.
- William Petty: defensor del contractualismo y contrario a las injerencias del rey en la
economía.
La Restauración trajo consigo un periodo de cierta estabilidad, pero no acabó con las tensiones
latentes, ni con el desarrollo ideológico del parlamentarismo inglés. Los principales conflictos
continuaron teniendo como marco la difícil convivencia religiosa entre católicos y protestantes. Una
tensión tanto más acuciante, cuando se vinculaba el catolicismo al absolutismo de Luis XIV. De esta
manera, los católicos se convirtieron en chivos expiatorios de casi todas las conjuras del momento.
Una tendencia que se intensificó cuando comenzó a hacerse factible la posibilidad de que el sucesor
de Carlos II fuera un rey católico, el duque de York, futuro Jacobo II. En este marco, se aprobaron las
Test Acts, excluyendo a los católicos y a los grupos minoritarios del protestantismo de los cargos en el
gobierno, la administración y las universidades; los anglicanos quieren manejar el asunto.
En 1683, Jacobo II asciende al trono. Suspendió las reuniones parlamentarias y se declaró favorable
al catolicismo. En este momento, en Francia, Luis XIV había revocado el Edicto de Nantes. Inglaterra
temía que el absolutismo continental se asentara en sus tierras y acabara con el Parlamento. En este
contexto, las tensiones fueron creciendo entre las élites políticas, sobre todo, fomentadas por el uso
cada vez más habitual de la propaganda y la prensa, que el gobierno trató, en vano, de mantener
bajo control.
Carlos y Jacobo no reinaban sobre un único territorio, a los problemas en Inglaterra, hay que sumar
las tensiones en Escocia y en Irlanda.
ESCOCIA IRLANDA

- Las Huestes de las Montañas En 1686 se comenzó a devolver cargos a los


amenazaban la frontera con Inglaterra. irlandeses católicos. Se trataba de compensar la
Éstos representaban la oposición política de Cromwell.
presbiteriana. La sociedad era tremendamente heterogénea.
- La sociedad estaba enormemente Se pueden distinguir varios grupos sociales:
dividida: los highlanders jacobitas y los - Familias católicas con pequeña
lowlanders antijacobistas. propiedad.
- En 1685 se produjo el levantamiento - Ingleses católicos huidos de Inglaterra.
de Argyll, apoyado por gran parte de - Campesinos católicos.
los lowlanders. Serían fuertemente - Presbiterianos escoceses fugados.
reprimidos. - Campesinos extremadamente pobres.

26
La situación económica inglesa no era la mejor. La monarquía británica se caracterizaba por tener
una hacienda realmente débil que subsistía gracias a los subsidios franceses, desde 1670. Esta
dependencia económica del absolutismo católico colaboraba, evidentemente, a acrecentar el
rechazo frente a los grupos católicos y otros grupos no anglicanos.
Es en esta situación cuando la dicotomía court / country (corte / país) comenzó a hacerse cada vez
más evidente. Este enfrentamiento puede explicarse de la siguiente manera: el pueblo descalifica a la
corte y a la ciudad de Londres, en defensa de un estilo austero, moral, puritano, tradicional, y de
adhesión a las instituciones locales.
La corte se identificaba con el partido tory (conservador) y el pueblo con el partido whig
(progresista). Así, mientras los primeros procuraban mantener la estabilidad en la medida de lo
posible y evitar cualquier conflicto dentro de la monarquía, los segundos se caracterizaron por un
anticatolicismo radical, que desembocó en la oposición a Jacobo II y el apoyo a Guillermo de Orange.
El parlamentarismo británico anglicano acabó aliándose con el holandés Guillermo de Orange, para
expulsar al católico Jacobo II de Inglaterra. La exitosa campaña militar de Orange en Holanda, al
lograr frenar el avance francés, fue definitiva en este sentido. Así, poco después, en 1688, el
estatúder de Holanda desembarcó en Inglaterra, contando con el apoyo del Parlamento, y
provocando la huida de la familia real inglesa. En 1689, Guillermo de Orange y su mujer, María,
fueron coronados reyes de Inglaterra.

16.3. LA REVOLUCIÓN GLORIOSA (1688-1689)


La Revolución Gloriosa estuvo fomentada por la política religiosa de Jacobo II que ya había provocado
ciertos levantamientos como los de Monmouth y Argyll (1685).
En 1688 nació el Príncipe de Gales que casó ciertos temores a que se consolidara así una dinastía
católica en el trono de Inglaterra.
Ese mismo año, el protestantismo europeo decidió apoyar a los anglicanos. Así, se alcanzó el
Acuerdo de Magdeburgo, por el que Brandemburgo, Sajonia, Hannover, Hessen-Kassel y Dinamarca
se comprometían a frenar al francés, para que Guillermo de Orange pudiera desembarcar en
Inglaterra.
En este contexto, Jacobo II anunció que destituiría a los católicos que ocupasen cargos en el
gobierno, la administración y el ejército, que proclamaría un perdón general para los rebeldes y que
convocaría el Parlamento. Sin embargo, el rey acabó rompiendo el pacto y huyó del país.
La revolución había triunfado, pero había que preservar la integridad del sistema político inglés, por
lo que se constituyó una Convención, para decidir cuál era el modo más legal de dar estabilidad a la
revolución, sin romper con el sistema de gobierno. Entre las distintas soluciones propuestas, se optó
finalmente por interpretar la huida del rey como una disolución del gobierno, que permitía, dentro
de la legalidad, que la sucesión pasara a María y Guillermo de Orange.
La Revolución Gloriosa se plasmó con el ascenso de un nuevo rey y con la proclamación en 1689 de
uno de los textos fundamentales del constitucionalismo inglés: el Bill of Rights.
Principales aportaciones del Bill of Rights:
- Libertad de prensa.
- Carácter no permanente del Ejército.
- Todos los impuestos deben ser aprobados por el Parlamento.
- Bases hacia la división de poderes (legislativo/ejecutivo).
- Primeras garantías de la libertad y la propiedad individuales.
- Los gobernantes deben respetar las decisiones del Parlamento.

27
- El Parlamento debe reunirse, como mínimo, una vez al año.

De esta manera, se implantaba un modelo de monarquía limitada, que parecía quedar consolidado
con el Act of Settlement de 1701, por el que se acordaba que la sucesión al trono recayese en la
dinastía de los Hannover.
No obstante, ciertos problemas seguían todavía latentes:
- Desequilibrio interregional
En el primer aspecto, Irlanda y Escocia continuaron sin participar ni social, ni económica, ni
políticamente dentro de la monarquía. En Escocia, los highlanders se mostraron contrarios a Orange
aunque el movimiento fue perdiendo fuerza. Por su parte, Irlanda continuó apoyando la causa
jacobita, pero se vio sometida y reprimida por los ejércitos ingleses. El Tratado de Limerick de 1691
puso fin al conflicto con una durísima represión.
- La cuestión religiosa
Se proclamó la tolerancia religiosa no extensiva ni a los católicos, ni a los ateos.
- La inestabilidad financiera
En cuanto a la economía, el nuevo gobierno puso en marcha una política de créditos a largo plazo y
bajo interés, para paliar la debilidad de la hacienda.

16.4. LA MONARQUÍA LIMITADA INGLESA Y EL DERECHO DE REBELIÓN


John Locke estuvo exiliado en Holanda desde 1684, regresó a Inglaterra tras la Revolución Gloriosa,
para ocupar importantes cargos en el gobierno. Su pensamiento político resulta muy útil para
comprender los fundamentos de la Revolución Gloriosa y, por tanto, del parlamentarismo inglés.
La principal aportación de Locke, en este sentido, fue establecer los supuestos y motivos por los que
se podía disolver el gobierno:
- El gobernante interrumpía el proceso electoral.
- El gobernante corrompía las elecciones.
- El gobernante presionaba a los parlamentarios.
- El gobernante cambiaba unilateralmente los términos del contrato social.
En estas ocasiones, los gobernados podían recobrar la legitimidad de manos del gobernante, para
instituir un nuevo sistema de gobierno que garantizase su seguridad y protección. Por tanto,
basándose en el derecho natural de autoprotección, Locke argumentaba que un grupo, con
consenso suficiente, podía rebelarse contra el gobierno y disolverlo. Esta teoría era, en sí misma, un
poderoso freno a la autoridad del rey. Para culminar su argumentación, Locke concluía que la
obediencia a la autoridad que se sustentaba sobre un pacto debía ser libre y estar en armonía con los
derechos innatos del hombre. Como puede verse, se trataba de una argumentación que ponía el
derecho natural por encima de la práctica de gobierno y las leyes establecidas por el rey.
Evidentemente, el pensamiento de Locke legitimaba la Revolución Gloriosa.
Básicamente, la Revolución Gloriosa y el pensamiento político en que se sustentaba fortalecieron el
contractualismo británico, asentando un sistema monárquico basado en el pacto entre el rey y el
Parlamento. Quedaban asentadas las bases legales, políticas y económicas del sistema político inglés,
que se desarrollaría a lo largo de los siglos siguientes.

28
16.5. LOS MODELOS POLÍTICOS BRITÁNICO Y NEERLANDÉS
Frente a la tendencia absolutista del continente europeo, los casos de Inglaterra y Holanda
constituyen una novedad. Sin embargo, ambos modelos, aún coincidiendo en su rechazo del
absolutismo, presentan algunas diferencias.

- Provincias Unidas
En Provincias Unidas la organización política era fuertemente provincial: cada provincia se
organizaba de una manera distinta, aunque todas contaban con un representante y ministros y
consejeros en los Estados Provinciales. Estos Estados contaban con su propio Gran Pensionario, que
se hacía cargo del poder delegado de la asamblea. Pero, por encima de todos estos organismos,
existía un capitán de guerra y almirante general.
A pesar de ser una potencia comercial, Holanda también acabó resintiéndose en su economía. En
este contexto, el republicanismo holandés continuó retrocediendo, a favor del estatuderato y el
poder centralizado.
En 1702, tras la muerte de Guillermo, se hizo con el liderazgo del país el pensionario de Holanda,
Anthonie Heinsius, respaldado por unos Estados Generales que no estaban dispuestos a asentar un
estatuderato hereditario, como había deseado Guillermo III. El republicanismo volvió al primer plano
de la vida política de las Provincias Unidas hasta 1720, año en que murió Heinsius. Nueve años más
tarde el heredero de Orange, Willem Carel Hendrik Friso, nieto de Guillermo III, se convertía en
estatúder bajo el nombre de Guillermo IV.

- Inglaterra
La Revolución Gloriosa fue un ejemplo de consenso revolucionario en el Parlamento que sirvió para
reafirmar y afianzar el peso de dicha institución frente a la Corona. No obstante, la revolución no fue
tan revolucionaria: las élites políticas no cambiaron y las reformas del Ejército, que ahora daban
fruto, no se debían a la Revolución sino al gobierno de Jacobo II, por citar dos ejemplos.
La Revolución marcó el momento en que Gran Bretaña tomó el relevo de Holanda a nivel
internacional. Contaban con una mayor solidez por su centralismo frente a la división provincial
neerlandesa.

29
TEMA 17. CRISIS Y TRANSFORMACIONES EN EL SIGLO
XVII: POBLACIÓN, ECONOMÍA Y SOCIEDAD

17.1. CRISIS DEMOGRÁFICA Y ECONÓMICA


17.1.1. Evolución demográfica
El siglo XVII presenció la fase final del proceso de crecimiento acelerado del siglo XVI, entrando así en
una nueva etapa, la del estancamiento demográfico.
Causas de la crisis:
- El estancamiento de la producción agraria.
- Las epidemias: a pesar de que la peste dejó de ser tan habitual y virulenta.
- El cambio climático y las malas cosechas: afectó incluso a las regiones marítimas.
- Retraso en la edad del matrimonio y la extensión del celibato más allá del ámbito
eclesiástico.
- Cambio en el sistema de valores: deseo de lograr una mayor estabilidad y recursos antes de
casarse.

Sin embargo, este fenómeno no fue constante a lo largo del siglo, ni tuvo el mismo efecto en todas
las áreas geográficas:
Europa centro-oriental: Países mediterráneos:
- Grave retroceso. - En dos etapas: finales del XVI y
- En un corto periodo de tiempo, mediados del XVII.
marcado por los conflictos bélicos. - Especialmente grave en Castilla.

Francia: Noroeste de Europa: (Inglaterra y Países Bajos)


- Alterna fases positivas y negativas. - 1ª mitad de siglo: crecimiento intenso
- Especialmente grave a finales del - 2ª mitad de siglo: ralentización
reinado de Luis XIV.

Consecuencias del impacto desigual:


- El desplazamiento del equilibrio demográfico del Mediterráneo al Atlántico.
- Una inversión del equilibrio centro-periferia, en el interior de los países.
- El mayor crecimiento de las ciudades de la corte y de las zonas portuarias.
- La aparición de una red urbana más integrada, dentro de la cual las ciudades del noroeste
europeo ostentan el liderazgo.

17.1.2. Evolución económica


a. Mercantilismo
Cuando hablamos de mercantilismo nos referimos a la intervención de las monarquías en la
economía con el objetivo de abastecer las arcas de la Corona. La intención era aumentar a la par los
impuestos y la riqueza de los súbditos. Para ello, era vital:
- Aumentar el consumo de productos nacionales.
- Controlar la circulación de metales preciosos, ya que con ellos se liquidaban los intercambios
comerciales.

30
No obstante, los comerciantes y empresarios también fueron los que fomentaron el mercantilismo, al
acudir constantemente a la Corona en busca de privilegios y medidas proteccionistas.
Además, hay que tener en cuenta, que el deseo de aumentar la producción propia y la riqueza
nacional, conllevó una política internacional belicosa, ya que se entendía que la expansión de la
propia economía sólo podía lograrse a costa de los demás estados. De ahí, la creación de compañías
comerciales y la sucesión de conflictos por razones económicas.
Pero no todos los sectores se beneficiaron del proteccionismo, ya que mientras que se estimuló
enormemente la industria, se marginó la agricultura. Los estados optaron por invertir en sectores
que consideraban claves como la minería, la metalurgia y los artículos de lujo.
Por otra parte, para mantener la producción en el interior, se optó por favorecer la inmigración de
artesanos especializados y por castigar a quienes difundieran los “secretos de la producción”.
Asimismo, se crearon talleres-correccionales para emplear a los pobres y se ensalzó el trabajo.
Por supuesto, la aplicación del mercantilismo varió, dependiendo de la habilidad y orientación
política de los gobernantes. También hay que señalar que hubo excepciones, por ejemplo, en
Holanda, aunque se constituyeron compañías comerciales privilegiadas, se optó también por la
defensa de la libertad comercial.
Elementos básicos del mercantilismo:
- Aumento del poder estatal.
- Apología del trabajo y del comercio.
- Vigilancia de la balanza comercial.

b. Crisis de la sociedad rural


La agricultura fue relegada a un segundo plano dentro de la aplicación del mercantilismo. En este
sentido, el sector más afectado fue el de la producción cerealista. En este contexto, los señores
procuraron ampliar sus dominios a costa de los bienes comunales y continuaron aumentando las
rentas exigidas a sus colonos. Además, la presión impositiva del Estado iba en aumento. También en
este aspecto, el impacto geográfico no fue homogéneo:

Europa oriental: Europa occidental:


- Concentración de tierras. - Endeudamiento del campesinado.
- Fortalecimiento de la servidumbre. - Máxima beneficiaria: clase rentista
- Aumento del trabajo obligatorio. urbana.
- Disminución de los bienes comunales.

También es cierto que se trató de innovar en las técnicas agrícolas e introducir nuevos cultivos,
aunque más en unos países que en otros. Así, destacó Países Bajos por la mejora de las técnicas de
cultivo, que pronto fueron asumidas por Inglaterra.
En cuanto a la introducción de nuevos cultivos, lo más destacable fue la difusión del maíz en el norte
de España, el sur de Francia y el norte de Italia. Pero también se difundieron otros, como el arroz, el
lino, el cáñamo y la plantación de árboles frutales.

c. Crisis de las manufacturas


La crisis de la sociedad rural extendió, entre los campesinos, la necesidad de procurarse ingresos
complementarios, fuera de la agricultura y la ganadería. Este fenómeno favoreció que los
empresarios trasladaran la producción de manufacturas al campo, donde contaban con una mano de

31
obra barata. Por supuesto, el control que los gremios ejercían sobre las actividades económicas de la
ciudad favoreció esta tendencia. Además, el empresario que escapaba a la vigilancia del gremio,
podía producir productos de baja calidad, aumentando así sus ventas.
Se produjo así la generalización del trabajo a domicilio, la acumulación del capital y la difusión de las
relaciones de mercado, desarrollándose así el capitalismo.

d. Centros comerciales: del Mediterráneo al Atlántico


El siglo XVII estuvo marcado también por la decadencia de los centros comerciales del XVI y el
ascenso de las potencias navales del Atlántico. En este sentido, la irrupción de los holandeses en el
comercio asiático supuso el desplazamiento de Portugal. Al mismo tiempo, decaía la industria del
Norte de Italia y se desestabilizaba el comercio con Alemania, a causa de la Guerra de los Treinta
Años.
Por lo que respecta a España, la producción de metales preciosos no disminuyó, pero la mayor parte
de esta producción permaneció en América, con el objeto de cubrir los gastos de administración y
defensa. Con unas estructuras más establecidas, las colonias españolas en el continente americano
se volvieron más autosuficientes y redujeron su comercio con la metrópoli. También es cierto que
esta disminución del comercio también estuvo fomentada por el aumento de los impuestos y el
recurso, cada vez más habitual, de la monarquía de confiscar los metales recibidos a los particulares.
En consecuencia, se produjo el traslado del centro económico europeo desde el Mediterráneo al
Atlántico (Amberes).
Los holandeses comenzaron su expansión introduciéndose en el comercio asiático en 1590, y a
comienzos del siglo XVII controlaban ya el comercio de especias entre el Índico y el Pacífico. En la
segunda mitad del siglo, continuaron esta tendencia expansionista, al diversificar sus mercancías.
Pero los holandeses también se introdujeron en el comercio americano, al ocupar el noroeste de
Brasil, aunque no mucho ya que después tuvieron que abandonar la empresa para mantener su
control sobre el dominio del comercio báltico.
No obstante, la hegemonía holandesa se basaba en la mediación. Holanda no contaba con una
estructura productiva fuerte, ni con un mercado interior suficiente, pero había sabido convertirse en
intermediaria de los demás estados. Ahí radicaba su estrategia, pero también su debilidad. Por eso
en 1670 la hegemonía holandesa acabó siendo sustituida por la inglesa.

17.2. LA SOCIEDAD ESTAMENTAL


En el siglo XVII, la sociedad continúa siendo estamental, es decir, que continúa dividida en órdenes
sociales jerárquicamente diferentes. Esta estratificación social se basa en los principios de privilegio,
honor y dignidad. Sin embargo, en esta etapa comienza introducirse el principio de la acumulación
de la riqueza, enlazándose así la evolución social con la económica, en la que priman las nuevas
formas económicas y el comercio marítimo. Esta conjunción de procesos confirmará la
fragmentación de Europa.

17.3. LA DIVERSIFICACIÓN DE LOS GRUPOS SOCIALES


- La nobleza
La nobleza mantiene sus privilegios fiscales y de honor. Sin embargo, la nobleza va a entrar en un
proceso de endeudamiento progresivo, causado por la disminución de los ingresos procedentes de la
tierra, los gastos militares, la presión fiscal y el consumo excesivo. Así pues, la compra-venta de
títulos a burgueses se volverá cada vez más habitual.

32
- La sociedad urbana
Las ciudades se independizaron del control de los señores, alcanzando una libertad y autonomía
corporativa. No obstante, se trata de una independencia relativa, ya que la monarquía no cejará en
su empeño de controlar a las ciudades.
Destaca la burguesía: grupo social encargado de la administración de las ciudades y principales
agentes del comercio y las finanzas, los burgueses aspiraban al ennoblecimiento. Para identificarse
con la nobleza, recurrieron a la adquisición de tierras y a la ocupación de cargos y oficios, en muchas
ocasiones mediante compra. De este modo, la burguesía se equiparó cada vez más al modo de vida
nobiliario, tanto en costumbres como en riqueza, abriendo así camino a la movilidad social entre
diferentes estamentos.

- La sociedad campesina
Se produce el empobrecimiento del campesinado medio, principalmente a causa del estancamiento
de la producción, la pérdida de derechos y bienes comunales, la crisis de subsistencias, la guerra, la
desigual presión fiscal, la progresiva pérdida de los medios de producción a manos de otros grupos
sociales, el endeudamiento y el fortalecimiento de los vínculos de dependencia.

- La sociedad marginada
Constituyen la sociedad marginada los desposeídos, los ociosos, los desempleados, los vagabundos y
los pobres. A lo largo del siglo XVII, la polarización de la sociedad, que ya había comenzado en el XVI,
se va a hacer cada vez más intensa.
Los movimientos migratorios de estos sectores marginados se hicieron cada vez más habituales. Para
paliar el problema, los países católicos respondieron con instituciones caritativas, mientras que en
otros países se planteó la pobreza como la consecuencia del mal gobierno y de los defectos del
sistema, por lo que el Estado y la sociedad tenían la responsabilidad de responder ante el problema.
En dichos países, el socorro a los pobres se secularizó, pero esta atención siempre venía acompañada
de un control de los pobres y marginados, por parte del Estado.

17.4. CAMBIOS, TENSIONES Y CONFLICTOS SOCIALES


Dado el panorama económico y social, no es extraño que se produjeran conflictos y tensiones
sociales. Fueron habituales los enfrentamientos entre la nobleza y las monarquías absolutas, así
como los movimientos de resistencia popular frente al Estado.
Por otra parte, desde 1640 Europa sufrió cambios climáticos, malas cosechas, enfermedades y
guerras, lo que provocó un clima de inseguridad y miedo, que constituía un perfecto caldo de cultivo
para los conflictos sociales. De hecho, en esta década se vivieron revueltas y rebeliones en Irlanda,
Inglaterra, Escocia, Portugal, España y Francia. Las causas de estas revueltas fueron muy diversas: la
protesta ante el centralismo del Estado, la presión fiscal, el fortalecimiento de los vínculos de
servidumbre, el descontento popular con las elites, la inestabilidad económica y los deseos de
secesión. Se producirán, así, numerosas revueltas campesinas, desórdenes en las ciudades, tumultos
a causa del hambre y la carestía, protestas contra los diezmos, los impuestos y el alojamiento de los
ejércitos en pueblos y ciudades. Todos estos conflictos no hicieron más que poner de manifiesto las
contradicciones existentes en el seno del sistema social y político, que ya estaban latentes desde el
siglo XVI.

33
TEMA 18. EL SIGLO DE LAS LUCES Y EL DESPOTISMO
ILUSTRADO
18.1. CARACTERÍSTICAS DE LA CULTURA EUROPEO-OCCIDENTAL EN EL SIGLO XVIII

- El Cristianismo como referente


El cristianismo continuaba siendo el referente social fundamental de la cultura europea. Una cultura
y una sociedad que continúan desarrollándose en el marco de las actividades propias de la Iglesia: la
predicación, la jerarquía, los eclesiásticos y su formación, y la costumbre.
Sin embargo, es preciso señalar que, dentro del mundo protestante, surge ahora un nuevo
movimiento, el pietismo de John Wesley que, en su deseo de extender el conocimiento de la Biblia y
del cristianismo en general, profundizaba en los aspectos místicos y caritativos.
Pero mientras la sociedad continúa con su vida dentro del cristianismo, las élites religiosas continúan
con sus disputas teológicas y religioso-políticas. La tolerancia religiosa que parecía atisbarse en el
siglo anterior todavía no es una realidad. Por último, a pesar de los intentos de reforma, aún quedan
eclesiásticos más preocupados por el poder político que por el servicio religioso, colaborando con
ello al desprestigio de sus iglesias.

- La civilización de la escritura
La alfabetización se extiende, principalmente en las ciudades. Los medios de comunicación se
diversifican, aparecen los primeros diarios y se elimina casi por completo la censura en algunos
países, como Inglaterra y Holanda.
Es vital tener en cuenta que antes de que estallara la Revolución Francesa, casi la mitad de los
hombres adultos tenían acceso a la información escrita, ya fuera porque sabían leer o porque eran
oyentes. La costumbre de reunirse en bares y cafés a escuchar leer las noticias del día estaba muy
extendida. Es especialmente interesante tener en cuenta dos detalles:
- La aparición de la prensa económica.
- La extensión de la prensa en lengua francesa, ya que el francés ha sustituido al latín como
lengua internacional.
Aún así, la mayor parte de la población europea continuaba siendo analfabeta. A pesar de ello,
cuentos, viñetas y relatos trataban, muchas veces, de compensar este analfabetismo.

- El supuesto enfrentamiento entre cultura ilustrada y cultura popular


En el siglo XVIII, gracias a la Ilustración, la distancia que separa la mentalidad popular de la de las
élites parece ser mayor que nunca. El pueblo se mueve entre la astrología, la adivinación, la burla y la
violencia, costumbres que chocan con el autocontrol, la sofisticación y el sentido crítico de las élites.

- La hegemonía masculina y el papel de la mujer


La esfera pública continúa estando reservada a los hombres, mientras las mujeres se mantienen en
los papeles básicos de esposa y madre o de religiosa. Las mujeres no pueden acceder ni a la
educación superior ni a los cargos públicos, aunque habrá mujeres poderosas en algunos países:
María Teresa de Austria o Catalina la Grande de Rusia, son dos buenos ejemplos.
La mujer no es considerada un ciudadano de pleno derecho, pero, a pesar de ello, comienzan a
aparecer obras que reivindican los derechos de las mujeres:

34
- Olimpia de Gouges, Los derechos de la mujer y de la ciudadana, 1791.
- Mary Wollstonecraft, Vindication of the Rights of Women, 1792.
Otro cambio interesante es la aparición, entre la nobleza inglesa del XVIII, de la costumbre de
permitir a los hijos decidir su matrimonio. De todas formas, la mujer mantiene esferas de acción de
gran importancia: la atención a los pobres y enfermos, actuar como aglutinante social en las
reuniones y eventos, y ser comunicadoras intelectuales, sobre todo dentro del clima elitista de los
salones.

18.2. DE LA ILUSTRACIÓN AL ROMANTICISMO


El término Ilustración se acuñó en Alemania en 1780, y venía a significar que la Humanidad, de igual
manera que una persona, dejaba atrás la minoría de edad y decidía enfrentarse al mundo con la sola
luz de su razón. Según los ilustrados bastaba conocer los errores del pasado, para no volverlos a
cometer.
Este fenómeno encerraba en sí mismo muchas connotaciones positivas, pero también algunas
negativas, ya que la crítica excesiva al legado recibido y la confianza ciega en la razón podían llevar a
depositar la fe en un progresismo radical y determinista. Como siempre en la historia y en la vida, el
cambio traía consigo avances, beneficios, riesgos y tensiones.
En sus orígenes, el modelo de nación ilustrada era Francia. Actualmente, la Ilustración se entiende
como un movimiento de evolución de la cultura, los modos de representación y de sociabilidad, que
ya no se circunscribe únicamente al país galo.

1721 Cartas Persas. Montesquieu. Comienzo de la Ilustración.

1748-1774 Apogeo de la Ilustración.

1794 Muerte de Condorcet. Fin de la Ilustración.

Fines XVIII - principios XIX Recepción de la Ilustración en la Europa del Este y Sureste, y en
las colonias americanas.

XIX Romanticismo, liberalismo, marxismo…

- Contexto
Surge de una élite europea con gran confianza en sí misma gracias a la expansión del comercio y de
la navegación. Se trata de un momento de relativa paz y estabilidad en Europa y de dominio europeo
sobre todos los demás continentes. Además, el desarrollo social y político de Holanda e Inglaterra
potenció el comercio y la aparición de una actitud crítica.

- Las ideas-fuerza de la Ilustración (pregunta examen)


Algunas de las ideas defendidas en la Ilustración, habían sido formuladas ya en el XVII, pero fue en el
siglo XVIII cuando fueron defendidas de tal manera que llegaron a tener un impacto social mucho
mayor.
1. La fuerza de la razón: tendencia al criticismo frente a todas las tradiciones y conocimientos
comúnmente admitidos. Consecuencias: tensiones entre razón y religión, apareciendo el
deísmo y las dudas en torno al cristianismo; sin embargo, son muchos los Ilustrados que

35
abogan por la idea de que la razón humana es limitada y que, por tanto, debe fundarse en la
razón divina, revelada en Cristo.
2. La naturaleza: un concepto que aparece muchas veces reemplazando a la noción de Dios. La
naturaleza se identifica con lo dado, real y positivo, en que deben fundamentarse la ética y la
política. Se avanzará en la concepción y teoría del derecho natural.
3. La tolerancia: sobre todo tolerancia religiosa.
4. El progreso: la creencia en un progreso indefinido en lo material y lo espiritual. La evolución
tiende, por naturaleza, al perfeccionamiento. Las Guerras Mundiales supusieron un choque
de realidad e intelectual enorme, pues se dieron cuenta que los grandes avances científicos
(poder nuclear) habían acabado con muchísimas vidas.
5. La civilización: entendida tanto como el estadio más avanzado de la sociedad y la cultura,
como el proceso mismo por el que se alcanza dicho estadio. Engloba conocimientos, valores,
técnicas, cultura, etc…

Todas las ideas de la época iban quedando recogidas en La Enciclopedia. Destacan Montesquieu que
planteó la separación de poderes, y Rousseau que defendía la soberanía popular. En España destacan
Jovellanos, Campomanes o Feijoo.
Los ilustrados propusieron llevar a cabo una serie de reformas para conseguir la evolución de la
sociedad y criticaron muchas bases del Antiguo Régimen, lo que a nivel político desembocaría en el
liberalismo y sus revoluciones, y por otra en el despotismo ilustrado protagonizado en España por
Carlos III. Consistía en un sistema de gobierno en el que el Rey buscaba la mejora de las condiciones
de vida de sus súbditos y el crecimiento económico pero sin que eso perjudique su poder absoluto
(“todo para el pueblo, pero sin el pueblo”), al ser un sistema contradictorio, fracasó.

- Los límites de la Ilustración


La Ilustración y el Romanticismo comenzaron a solaparse en Alemania hacia 1770. Ante la defensa a
ultranza del universalismo y del racionalismo, surgirá en Alemania la defensa de la cultura propia, la
poesía y el sentimiento.
Uno de los primeros indicios será la aparición del movimiento Sturm und Drang (Tormenta e ímpetu),
que abogaba por la libertad creadora, frente a las normas racionalistas. Lógicamente, de la defensa
de la libertad estética a la de la libertad política sólo habrá un ligero salto. Pero mientras esto ocurre
en Alemania, también Inglaterra verá nacer un nuevo movimiento, el del sentimentalismo moralista y
el culto a la naturaleza.
Los avances de la Ilustración, la creencia en el progreso, la reacción romántica, etc… son algunos de
los elementos que se conjugaron para dar lugar al caldo de cultivo, del que nacerá la Revolución
Francesa. Al fin y al cabo, las ambigüedades y el criticismo racionalista propios de la Ilustración iban a
dar lugar a una nueva cultura y a una nueva sociedad. A modo de ejemplo, la misma razón que se
utilizaba para fundamentar el poder del Estado, podía servir para derrocarlo. Por eso mismo, muchos
grandes ilustrados, que hablaban de libertad y fraternidad en los salones, se asustaron y se
replegaron cuando la revolución comenzó a arrasar lo que quedaba del Antiguo Régimen.

18.3. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL DESPOTISMO ILUSTRADO


La Ilustración influye en el gobierno, de tal manera que busca aumentar su poder, limitando a la
nobleza y la iglesia.
- Mayor centralismo: búsqueda de la eficacia a través de la mejora de la burocracia.

36
- Reorganización de la fiscalidad: evitar las desviaciones de la recaudación y restringir las
exenciones.
- Racionalizar y clarificar el Derecho: recopilando los corpus legislativos.
- Fomentar el desarrollo económico haciendo uso de los avances de la ciencia y de la técnica.
- Fomentar el desarrollo de la cultura y la difusión del saber mediante la creación de escuelas
e instituciones.
- Secularizar la monarquía y la sociedad: cierta tolerancia religiosa.
Exponentes: Federico II de Prusia, Catalina la Grande de Rusia, Maria Teresa y José II de Austria y
Carlos III de España.

37
TEMA 19. FRANCIA Y GRAN BRETAÑA EN EL SIGLO
XVIII
19.1. FRANCIA: DE LA REGENCIA A LA REVOLUCIÓN
19.1.1. La regencia (1715-1723)
A la muerte de Luis XIV, Francia se hallaba sumida en una difícil
situación, marcada por el agotamiento económico. El heredero
al trono era menor de edad así que el ejercicio del poder recayó
en Felipe de Orleans.
Éste consiguió hacerse con el control del consejo de regencia,
con el control de la nobleza titulada, con el apoyo de las
instituciones tradicionales y el respaldo del Parlamento de París.
Fue precisamente el Parlamento quien le apoyó para revocar las instrucciones de Luis XIV y devolver
al regente todo el poder, a cambio de recuperar el derecho a plantear quejas y protestas ante las
leyes enviadas por el rey para su registro.
Primera etapa de regencia:
- Trasladó la Corte de Versalles a París y aumentó el gasto.
- Reforma de las instituciones centrales: creando 7 consejos dirigidos por grandes nobles, pero
también participaron muchos nobles togados.
- 1718: se recuperan las secretarías ante las ineficaces reformas.
- 1718-1720: endeudamiento total. Se crea el Banco Central y una compañía comercial a los
que les traspasa la deuda estatal. Finalmente el Parlamento le acaba acusando de
especulación, quiebra y fracaso.
- Las tensiones religiosas:
- El jansenismo: apoyado por el Parlamento de París.
- El galicanismo.

Segunda etapa de regencia:


- Las medidas económicas fracasan y se rechaza cualquier nueva medida. Se traslada la Corte a
Versalles.
- 1721: el abad Dubois se convierte en el hombre clave de esta etapa.
- 1722: se proclamó la mayoría de edad de Luis XV.

19.1.2. El reinado de Luis XV (1723-1774)


El ministerio Borbón 1723-1726

El gobierno de Fleury 1726-1743

El gobierno personal 1743-1774 1743-1758

1758-1770

1770-1774

38
1. El ministerio Borbón (1723-1726) Importante!!
Entre 1723 y 1726 el gobierno estuvo en manos del duque de Borbón, mientras el rey aumentaba
progresivamente su confianza en Fleury, su preceptor.
La primera misión del duque fue acordar el enlace del rey. Optó por rechazar la opción de una boda
española y decidió apostar por la hija del destronado rey de Polonia, María Leszczynska. La boda se
llevó a cabo en 1725.
Por lo demás, este gobierno se caracterizó por los problemas económicos, las crisis agrarias y el
malestar social. En esta situación, la imposición de un nuevo impuesto sobre la renta en 1725 facilitó
que Fleury lograra la destitución del impopular duque de Borbón.

2. El gobierno de Fleury (1726-1743)


Fleury se caracterizó por mantener una rígida postura en los asuntos religiosos. La disputa surgió a
cuenta del galicanismo. En 1730, el rey exigió que la bula Unigenitus se convirtiera en ley del reino.
Evidentemente, el Parlamento no tardó en mostrar su oposición, no solo por el peso del jansenismo,
sino, sobre todo, por el fuerte galicanismo de los parlamentarios.
El gobierno reaccionó obligando al Parlamento a firmar una Declaración de Disciplina en 1732, que
suponía la retirada del derecho de reconvención. Los parlamentarios no solo se negaron a firmarla,
sino que suspendieron las sesiones. Con ello, consiguieron forzar al rey, para que suspendiera la
Declaración.
En este contexto, el gobierno trató de estabilizar la economía y suprimió el impuesto sobre la renta
de 1725, pero a cambio tuvo que declarar la bancarrota parcial. De hecho, hasta 1745, se practicó
una política de ahorro y aumento de impuestos.. Asimismo, el gobierno procedió a modernizar el
derecho y a practicar una política mercantilista, que incluía la mejora de las vías de comunicación.
Gracias a ello, comenzó a aparecer una burguesía dedicada a los negocios.
En este nuevo contexto político-económico, la muerte de Fleury en 1743 abrió una importante crisis
de gobierno, que se saldó con la decisión del monarca de gobernar por sí mismo.

3. El gobierno personal (1743-1774)


Aunque parecía inaugurarse una fase marcada por la voluntad del rey, durante la misma, su favorita,
la marquesa de Pompadour, iba a adquirir una gran influencia sobre el gobierno.
- Primera fase, 1743-1758:
Al tiempo que se desarrollaba en el escenario europeo la Guerra de Sucesión Austríaca, el monarca
optaba por crear un nuevo impuesto, la vingtième, muy parecido al de 1725, puesto que gravaba
todas las rentas, sin excepción. La oposición por parte de las asambleas y el clero fue inmediata. Sin
embargo, la protesta no frenó al rey, que, a continuación, promulgó un edicto para frenar las
donaciones a la Iglesia y, por tanto, el crecimiento de los bienes en manos muertas. Intentó implantar
un impuesto más sobre el clero, pero tuvo que desistir.
Esta situación provocó una fuerte reacción, tanto por parte del clero contra el rey, como de la
población contra el clero y el monarca, ya que éste había cedido ante la Iglesia. Este incidente puso
de manifiesto la confluencia de los problemas económicos y sociales con las corrientes ilustradas y el
influjo del criticismo entre las élites.
Además, la pervivencia del jansenismo estaba complicando todavía más la situación. El rey apoya al
arzobispo de París en su decisión de no administrar los sacramentos a quienes fueran contrarios de la
Unigenitus. La coincidencia de esta medida con la subida de precios e impuestos provocó varios
motines.

39
No es extraño, por tanto, que, en 1753, el Parlamento presentara las Grandes Remontrances, en las
que se autoproclamaba garante de las leyes del reino y en las que afirmaba el deber de las
instituciones intermedias de limitar el poder del rey. Es más, ya que los Estados Generales no se
habían convocado desde 1614, el Parlamento se adjudicó la representación del país. Todo ello llevó a
la suspensión de los actos parlamentarios y al arresto y exilio de varios de sus miembros.
La reacción del rey fue imponer la ley del silencio sobre la Unigenitus y fortalecer el Gran Consejo
que, a partir de 1755, pudo ejecutar actas (para hacer leyes) sin intervención parlamentaria.
Paralelamente, comenzó a extenderse la idea de crear un único Parlamento sin administraciones
intermedias.
En 1756, una nueva guerra, la de los Siete Años, llevó al monarca a subir de nuevo los impuestos y a
proclamar una nueva Declaración de Disciplina, que restringía el derecho del Parlamento a la
reconvención y prohibía a los parlamentarios la huelga. La oposición fue tan fuerte y el clima tan
tenso que no llegó a ejecutarse.
Se declaró entonces una importante crisis de gobierno que se zanjó con el nombramiento de Étienne
Choiseul como primer ministro de facto, por consejo de la marquesa de Pompadour (cortesana y
amante real).

- Segunda fase, 1758 -1770:


Dos principales preocupaciones marcaron el gobierno de Choiseul: el Ejército y la Hacienda.
- Economía: el gobierno trató de mejorar la economía mediante el liberalismo comercial, el
desarrollo industrial y la eliminación de las tierras comunales, en beneficio de los
terratenientes.
- Ejército: mejora de reclutamiento y disciplina, al tiempo que se fomentó la renovación de
oficiales.
- Religión: expulsión y posterior abolición de la Compañía de Jesús (1762 y 1764). El
parlamento, fuertemente galicano y pro-jansenista apoyó esta decisión. De hecho, la
expulsión de los jesuitas llegó a verse como una demostración de fuerza de las instituciones
intermedias, que, a partir de ese momento, se mostraron inflexibles con algunas medidas y
lograron imponer su criterio.
En 1764 fallece madame Pompadour, que fue rápidamente sucedida por Madame Du Barry. Como
era de esperar, el protegido ministro de la primera, Choiseul, acabó siendo destituido en 1770, y
sustituido por los protegidos de Du Barry: Maupeau, Terray y d’Aiguillon.

- Tercera fase, 1770-1774:


Los cambios ministeriales se tradujeron, rápidamente, en un endurecimiento de la política
gubernamental: la prorrogación de la Vingtième y la ejecución inmediata de los edictos reales. La
reacción parlamentaria no se hizo esperar: el Parlamento se declaró en huelga, lo que le costó su
disolución en 1771. El gobierno aprovechó la ocasión para llevar a cabo una fuerte reforma: se
suprime el carácter hereditario de los cargos, la justicia se declara gratuita, la reforma se extiende a
los Parlamentos provinciales, se nombran nuevos jueces.
Por otra parte, la cuestión económica seguía sin resolverse. Terray logró reducir el déficit, a costa de
medidas generalmente impopulares: varias bancarrotas, tasas sobre ciertos productos, eliminó la
Compañía de las Indias Orientales, repartió las tierras y bienes comunales, prohibió la exportación de
cereales y su tráfico interior que ocasionó un aumento de precios y disturbios.

40
En 1774 murió Luis XV, dejando en herencia a Luis XVI y su esposa María Antonieta una nación
sumida en el descontento, el agotamiento económico y la decadencia del Antiguo Régimen.

19.1.3. Luis XVI (1774-1789)


El nuevo gobierno, ahora en manos de Maurepas, restableció el funcionamiento del Parlamento de
París en 1774, lo que suponía dar marcha atrás y eliminar casi todas las reformas anteriores. A pesar
de ello, procuró frenar la capacidad de huelga y obstrucción del Parlamento. Sin embargo, en una
situación marcada por el descontento social y las dificultades económicas, la resistencia de los
grupos privilegiados a perder sus prerrogativas pondría en serias dificultades al gobierno.
En Hacienda, Turgot optó por continuar la política anterior y mantener la reducción del gasto y el
control sobre la tesorería. Decidió también declarar el libre comercio de grano en el interior, una
decisión que se tornó negativa, al coincidir con una mala cosecha, fomentando así el acaparamiento
de la mercancía y la subida de los precios. No es extraño, por tanto, que en 1775 se produjera la
llamada guerra de las harinas, fuertemente reprimida.
Un año más tarde, Turgot tomó otras dos medidas claramente impopulares:
- La supresión de los gremios
- La sustitución del trabajo personal de los campesinos para la reparación de los caminos por
un impuesto, que afectaba a todos los propietarios rurales.
La nobleza presionó desde los Parlamentos para evitar el pago de dicho impuesto. La crisis se zanjó,
aparentemente, con la salida de Turgot del gobierno y su sustitución por De Clugny, encargado de
revocar las medidas establecidas por el primero. Pero Clugny murió pronto y fue sucedido por
Necker, que optó por apoyar la rebelión de las Trece Colonias contra Inglaterra, para lo cual tuvo que
esforzarse en buscar recursos económicos. Para ello, reforzó el control sobre la tesorería y los
recaudadores, evitando así el fraude y el desvío de dinero.
Pero Necker dio un paso más, al establecer asambleas consultivas en dos provincias. La idea era que
por medio de un nuevo régimen de representación, en el que el tercer estado contaba con el doble
de representantes, se lograría reformar el sistema fiscal, eliminando los privilegios de las clases altas.
Evidentemente, en 1781, el Parlamento de París se negó a registrar el edicto y Necker tuvo que
dimitir.
El encargado de recoger el testigo fue Calonne, que tenía un plan muy definido:
- Sustituir la vingtième por una subvención territorial.
- Liberalizar el comercio del grano.
- Crear asambleas consultivas de propietarios.
Para poder llevar a cabo su proyecto con la menor oposición posible, decidió presentarlo ante una
Asamblea de Notables, pero no sirvió de nada. El plan fue rechazado y Calonne acabó siendo
destituido en 1787. La situación se deterioraba y Lomenie de Brienne, al frente de hacienda, no
encontraba una solución.
1786, – malas cosechas – retraso en el pago de impuestos – bancarrota
Brienne acabó planteando una fuerte reforma administrativa: una pirámide de asambleas
estamentales, encargadas del reparto y recaudación de los impuestos, cuya cúspide sería una
Asamblea Nacional. Sin embargo, la respuesta gubernamental llegó cuando la única solución posible
que veía Francia era la convocatoria de Estados Generales.
La convocatoria llegó en 1788, con un Estado en bancarrota y con los votos del Tercer Estado
duplicados. La Revolución estaba a la vuelta de la esquina.

41
19.2. GRAN BRETAÑA: LA DINASTÍA DE LOS HANNOVER
19.2.1. Jorge I (1714-1727)
La dinastía de los Hannover supuso, principalmente, la consolidación de la sucesión protestante en
Inglaterra. De hecho, Jorge I llegó al trono gracias a la Act of Settlement, por la que se dotaba de
estabilidad a la dinastía.
Pero no todos acogieron esta medida con agrado. Ni el partido Tory aceptaba a la nueva dinastía, ni
ésta al partido Tory. Por ello, las primeras decisiones del monarca fueron:
- Sustituir a los ministros tories, por whigs: Townshend, Walpole, Stanhope y Halifax.
- Disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones, para acabar con el poder tory.
- Procesar, por traidores, a los depuestos ministros tories.
Casi al mismo tiempo, se produjo una nueva sublevación en Escocia, que fue aprovechada por el
Parlamento para aprobar la Septennial Act, por la que las elecciones parlamentarias pasaban a
celebrarse cada siete años, en vez de cada tres. Sin embargo, cuando parecía que el gobierno
asentaba su poder, se produjo una crisis interna acerca de la conveniencia de firmar alianzas con
Francia, lo que conllevó la caída de Townshend y Walpole. El primero acabó dirigiendo un pequeño
grupo de oposición, con gran influencia sobre el príncipe heredero.

- El gobierno Stanhope, 1717-1721


Política exterior Paz con Francia

Política religiosa Tolerancia, sin que desaparecieran las restricciones a los


católicos.

Política parlamentaria Peerage Bill 1719 impedir nombramientos masivos de nuevos


pares, para asegurarse la mayoría en la Cámara de
los Lores.
Fuerte oposición, encabezada por Walpole.
Walpole y Townshend vuelven al gobierno, 1720.

Política económica La estafa de la Compañía del Mar del Sur y la especulación


arruinaron a muchos inversores.
Walpole transfirió la deuda a la Compañía de las Indias
Orientales y al Banco de Inglaterra.

A partir de 1722, Walpole se convirtió en el líder del gobierno.


- El gobierno Walpole, 1721-1727
Política interior Para evitar el resurgimiento del jacobitismo política represiva,
especialmente contra los católicos. Se aprovechó para
desacreditar a los tories.

Política económica Fomento de la industria y del comercio.


Creación de un fondo para amortizar la deuda nacional. Se
redujo el impuesto sobre la tierra.
Se aumentó la presión sobre las importaciones y sobre los
productos procedentes de Irlanda y las colonias.
Bajos salarios y prohibición de asociaciones de
trabajadores.

42
19.2.2. Jorge II (1728-1760)
La muerte de Jorge I en 1727 no vino acompañada de un cambio de primer ministro, y Walpole
continuó siendo el hombre fuerte del gobierno.

- El gobierno Walpole, 1728-1742


A pesar de encontrarse en una buena posición, Walpole quiso asentar su poder eliminando a todo
posible rival, lo que originó un movimiento de oposición entre tories y whigs. De hecho, uno de los
sectores descontentos logró acercarse al heredero al trono, en busca de un instrumento de presión.
A pesar de que Walpole mantuvo buenos apoyos, en 1733 tuvo que retirar su plan de impuestos
sobre el consumo. Su posición no era tan fuerte como parecía, y eso lo iba a demostrar William Pitt,
que, como portavoz de los mercaderes y comerciantes, se convertiría en su principal opositor.
Hasta ahora, se había mantenido una política de paz en el exterior, facilitada por la gestión de
Townshend. Sin embargo, la situación cambió en 1739. Debido a las alianzas entre España y Francia,
y a la neutralidad entre Holanda y Francia, Inglaterra vio mermada su influencia en Europa. En este
contexto se declaró la Guerra de la oreja de Jenkins con España, a causa de los intereses comerciales
ingleses en la América española. Este incidente, unido a la creciente oposición parlamentaria, forzó la
dimisión de Walpole en 1742.
No obstante, al final del gobierno Walpole, la Cámara de los Comunes había asentado el poder que le
había otorgado, para hacer frente a la Cámara de los Lores.

- Segunda fase del reinado 1742-1760


A pesar de haber tenido que dimitir, Walpole mantuvo importantes cotas de influencia, situando en
el gobierno a hombres de su confianza, entre ellos, los hermanos Pelham.
Durante esta etapa, la preocupación principal fue la política exterior. En 1744 se reanudó la guerra
con Francia, y los Pelham aprovecharon la oportunidad para forzar la destitución de Carteret, que
actuaba entonces como primer ministro. El siguiente paso fue atraer a Pitt, al que, en 1746, quisieron
convertir en secretario de Guerra. Los demás ministros se opusieron y presentaron la dimisión, por lo
que el nombramiento se demostró inviable.
El enfrentamiento con Francia también trajo consigo un fuerte resurgimiento del jacobitismo, que
protagonizó un levantamiento en Escocia, que no fue reprimido hasta 1747. El incidente demostró
dos cosas: que la unión con Escocia era realmente débil y que el partido Tory no estaba
desmantelado.
En los últimos años del reinado de Jorge II, los hermanos Pelham continuaron controlando el
gobierno. Durante ese tiempo, continuaron la política iniciada por Walpole para reducir la deuda
nacional y fomentar el aumento de la riqueza, al favorecer la industria y el comercio. La situación se
mantuvo estable hasta 1754, año en que murió Henry Pelham. Su hermano tomó las riendas del
gobierno, pero llevó a cabo una política exterior errónea, que le forzó a pactar con Pitt y Newcastle
para compartir el gobierno, en 1757. Tan solo tres años más tarde, falleció el monarca.

43
19.2.3. Jorge III (1760-1811)
Dado que en 1751 había muerto el príncipe de Gales, hubo de ocupar el trono el nieto de Jorge II, el
rey Jorge III.

- Primeros gobiernos
El deseo de alcanzar la paz con Francia provocó la caída de Pitt y la llegada al gobierno de un tory, el
conde de Bute. El nuevo ministro animó al rey a que se involucrara en el gobierno, cosa que hizo,
tratando de controlar al Parlamento mediante sobornos.
El primer éxito de Bute fue la firma, en 1763, del Tratado de París que garantizaba la paz. Sin
embargo, su influencia sobre el rey y su política alentaron a la oposición, que logró su caída ese
mismo año. Desde entonces y hasta 1770, la inestabilidad ministerial constituiría la tónica habitual.
Durante ese tiempo, iría conformándose, dentro del Parlamento, un partido de “amigos del rey”.
Al mismo tiempo, se fraguaba en Inglaterra un nuevo movimiento, el radicalismo, que, estructurado
en asociaciones, aspiraba a conseguir la libertad de prensa y reforma del sistema electoral. La tensa
situación social y política hizo que el rey situara a un tory al frente del gobierno: Lord North.

- El gobierno North 1770-1782


North logró cierta estabilidad económica, sin embargo, cuando, en 1775, la rebelión en las colonias
se convirtió en guerra abierta, hubo de recurrir a la subida de impuestos. La oposición se hizo más
fuerte y la opinión pública acusó al rey como principal responsable de la situación.
En este contexto, la posición de North se volvió más delicada cuando a las tensiones en Irlanda, se
unieron las protestas de los católicos en Inglaterra. Así, en 1780, Londres fue testigo de las Gordon’s
Riots, que tenían por objeto evitar que el Parlamento eliminara las leyes anticatólicas.
Las tensiones sociales fueron a más. Lord North trató de solucionar el problema declarando la
autonomía del Parlamento de Dublín, pero para entonces su posición como primer ministro era muy
frágil. El Parlamento presentó una moción de censura, abriendo un nuevo periodo de inestabilidad.
Cuando North logró recuperar el control del gobierno, con la ayuda de Fox, Inglaterra tuvo que
negociar la Paz de Versalles con las colonias e iniciar una política económica de control del gasto.
Pero el nuevo gobierno acabó cayendo en 1783.

- El gobierno de Pitt el joven 1783-1801


En 1784, Pitt logró gobernar con el apoyo del rey y de los Comunes. Trató de afrontar los problemas
económicos del país, pero apenas cuatro años más tarde la crisis de regencia reclamó toda su
atención.
Los aires de revolución que llegaban desde Francia incitaron debates en el Parlamento, que se
hicieron aún más tensos tras conocerse la noticia de la ejecución de Luis XVI. A partir de ese
momento, el gobierno se inclinó por una política conservadora y represiva.
El ejemplo de la Revolución Francesa llegó también a Irlanda, donde las aspiraciones
independentistas se hicieron cada vez más presentes. La solución de Pitt fue incorporar Irlanda a
Gran Bretaña, mediante la ley de Unión (1800), completando así el proceso de configuración de Gran
Bretaña.

44
TEMA 20. AUSTRIA Y PRUSIA BAJO EL DESPOTISMO
ILUSTRADO
20.1. EUROPA CENTRAL: EL SACRO IMPERIO, AUSTRIA Y PRUSIA
Tras la Guerra de los Treinta Años, el Sacro Imperio Germánico entró en una fase en la que las
ambiciones y deseos de independencia de algunos príncipes se fueron haciendo cada vez más
fuertes. Ese fue el caso de Austria y Prusia, que llegaron a erguirse como entidades con personalidad
propia, y con vínculos territoriales y políticos fuera de los límites imperiales. En su camino hacia la
consolidación política, tanto Austria como Prusia optaron por el Despotismo Ilustrado.

Federico I (1700-1713) Medidas iniciales


Prusia
Federico Guillermo I (1713-1740) Reformas económicas, burocracia, ejército

Federico I el grande (1740-1786) Reforma estatal, medidas económicas

Carlos VI (1711-1740) Cuestión sucesoria, el gobierno, medidas


Austria económicas

María Teresa (1740-1780) Reforma estatal, medidas económicas

José II (1780-1790) Principales medidas, José II y la Iglesia

20.2. PRUSIA: MILITARISMO Y BUROCRACIA


En 1700, Federico III de Brandemburgo se convirtió en Federico I de Prusia, convirtiéndose así en el
rey de un nuevo estado: Brandemburgo-Estado. Berlín se convirtió en su capital.
Prusia contaba con pocos recursos materiales y aún menos cultura política. Claramente dependiente
de las importaciones, la economía prusiana sufrió aún más a causa de la gran peste de 1709.
Así pues, Federico I se encontraba al frente de varios territorios dispersos y de una sociedad
fuertemente estamental, que dificultaban el desarrollo de un gobierno centralizado y eficaz.
Contaba, eso sí, con un ejército fuerte y organizado, aunque caro de mantener. Para consolidar el
establecimiento de este nuevo reino, el rey sabía que debía reforzar su autoridad. Por ello, se negó a
jurar las constituciones tradicionales de sus territorios, basándose en la idea y convicción de que la
corona le había sido entregada por Dios mismo. Asentaba así una monarquía dinástica, hereditaria y
de derecho divino, independiente de los poderes intermedios. Para garantizarlo, convirtió a los
servidores del reino en servidores del rey.
Dentro de las medidas iniciales, orientadas al reforzamiento del monarca, destacaron:
- La supresión del Tribunal Superior de Apelación, y la posterior creación del Colegio del
Comisariado General, encargado de supervisar la administración de justicia.
- La reforma del reglamento del gobierno y de la Cámara para que no se pudieran apelar ni las
sentencias ni los edictos.
- El Ejército se hizo más presente a través de los comisarios de guerra provinciales y locales.
- Se aumentaron los impuestos, en gran parte para poder mantener al Ejército.
- Se fueron incorporando al reino los territorios patrimoniales de los Hohenzollern.

45
20.2.1. Federico Guillermo I (1713-1740) EXAMEN
Lo primero que hizo Federico Guillermo I, al acceder al trono, fue recordar que su coronación se
producía por derecho divino, consolidando así una monarquía de carácter dinástico, patrimonial y
absolutista. Siguiendo los pasos de su padre, absolutista total y déspota ilustrado, se centró en
fortalecer el ejército y en centralizar la administración. Con este objetivo, su primer ataque fue
contra la nobleza territorial (los júnkers), cuyas asambleas fueron eliminadas en 1717. Además,
procedió a transformar el dominio útil de la tierra en dominio directo. Estas medidas encontraron
una clara oposición en la nobleza que quiso recurrir a los tribunales imperiales para defender sus
derechos, pero, finalmente, Federico logró que aceptaran acudir al Colegio del Comisariado General,
haciéndose así él mismo con el control del problema.
Dentro de este proceso de centralización, en 1717, también se aprobaron otros dos decretos de
Ordenamiento Criminal General (código penal) y de Enseñanza General Obligatoria. El código penal
estaba hecho concretamente para su modelo de estado y la formación permitía la enseñanza a gente
profesional que no pertenecía a la nobleza.

Las siguientes reformas económicas permitieron el crecimiento –económico– de Prusia. La mayor


parte de estos ingresos fueron invertidos en el Ejército.
Sector agropecuario Diversificación de cultivos, inversiones económicas, nuevas técnicas
Más unidades de explotación, eliminando baldíos y expropiando tierras
Eliminación de las prestaciones personales
Liberalización de las tierras

Sector artesanal Fomento de las manufacturas de paño


Aumento del ingreso campesino
Aumento de la demanda de uniformes militares
Limitación de las importaciones
Dificultades para exportar materias primas

El proceso de construcción del Estado prusiano centralizado y absoluto conllevaba el desarrollo de


una nueva burocracia piramidal. Se crearon nuevas instituciones y oficios, lo que permitía al
gobernante ampliar y asentar su clientela. Estos oficios no se podían vender, por lo que el monarca
pudo mantener un mayor control sobre los mismos.
El monarca trató de garantizar este control sobre la administración:
- Creó un Fiscalato, encargado de vigilar la actuación, subordinación y buen comportamiento
de todos los oficios del reino.
- El Directorio General de Finanzas controlaba los recursos económicos del Estado.
- En 1723, este proceso de centralización fue más allá, gracias a la fusión del Directorio
General de Finanzas y del Comisariado General de Guerra – Directorio General y Supremo de
Hacienda, Guerra y Dominios. De este organismo dependían todas las cuestiones territoriales
y de gobierno. Por lo general, el rey revisaba casi todas sus decisiones.
- Se estableció un sistema de organización territorial, que iba desde la capital, Berlín, hasta los
distritos locales, pasando por las provincias.
- En cada provincia la autoridad dependiente de la autoridad central era el
Comisariado de Guerra, y a partir de 1723, la Cámara Provincial de Guerra y
Dominios.

46
- En los distritos locales la autoridad estaba constituida por el Comisario de
Regimiento, que, a partir de 1723, fue sustituido por el Comisariado de Guerra e
Impuestos, encargado de la recaudación y del mantenimiento del ejército y la policía.
- En el campo, la autoridad era distinta según se tratase de territorios bajo dominio
real o no. En el primer caso, mandaban los alguaciles locales, y en el segundo, los
comisarios rurales.
Los impuestos y el servicio militar recaían con más fuerza sobre los estamentos populares, aunque la
nobleza también debía pagar impuestos. Además, todos los hijos de la nobleza debían servir como
alféreces del ejército.
Dentro del Estado prusiano, el Ejército tuvo una importancia vital, ya que funcionaba como principal
instrumento para la integración social y territorial, así como para acabar con el sistema político
tradicional.
Fue Federico Guillermo I quien inició el proceso para que Prusia pudiera contar con un ejército
permanente. Emprendió una reforma militar por la que se puso en marcha un sistema mixto, de
manera que el ejército estaba compuesto, en parte, por voluntarios y mercenarios extranjeros. Estos
mercenarios pasaron a integrarse en un cuerpo de élite: la Guardia Real. Esto no quiere decir que los
campesinos se vieran liberados de las levas obligatorias. De hecho, en 1733 se consolidó el sistema
de reclutamiento por cantones, que excluía a los nobles.
El ejército creció enormemente y mejoró sus métodos y técnicas. Se estableció una dura disciplina,
un constante entrenamiento y una jerarquía de oficiales. Para garantizar el buen funcionamiento del
ejército, todos los oficiales debían provenir de la nobleza y formarse en la Academia Militar de Berlín.
El ejército se convirtió así en el pilar básico del Estado prusiano, tanto de cara al interior, como al
exterior.

20.2.2. Federico II el Grande (1740-1786)


Apodado el “rey filósofo” por su gran interés en las ideas ilustradas, como prueban sus contactos con
Voltaire y d’Alembert. De hecho, destacó por haber otorgado protección a los jesuitas cuando
estaban siendo perseguidos en el resto del continente, debido a la alta formación que les
caracterizaba. Fue jefe de la Iglesia calvinista.
Siguiendo la política de sus antecesores, Federico II se encargó de acabar con las instituciones
feudales. Así, tras suprimir la dieta prusiana, se centró en el fortalecimiento del centralismo y
uniformidad del Estado. En esta línea, inició la elaboración del Código Penal.
Hizo buen uso del ejército, y procuró aumentarlo y perfeccionarlo, de manera que llegó a triplicar el
número de soldados.

Las medidas económicas fueron también en la línea de las de su predecesor, potenciando el


mercantilismo y el proteccionismo, creando monopolios y compañías comerciales transatlánticas.
Se mejoraron las vías de comunicación, mediante la mejora de la red de transportes, la eliminación
de las aduanas interiores y la construcción de canales.
En consecuencia, Prusia creció en población y en recursos. Sin embargo, esta mejora material no
tuvo prácticamente consecuencias sobre la estructura social, ya que la nobleza salió reforzada.
En 1786 murió, sin descendencia, Federico II y el trono pasó a su sobrino, que reinaría como Federico
Guillermo II.

47
20.3. AUSTRIA Y SUS DEBILIDADES
A lo largo del siglo XVII, Austria fue ampliando sus territorios, convirtiéndose en un reino complejo,
formado por territorios dispersos y muy diferentes entre sí, y por tanto, escasamente centralizado.
Además, los dos pilares sobre los que se asentaba el Estado austríaco eran, a la vez, sus dos grandes
debilidades:
- Los recursos del poder central eran pocos y procedentes, casi en su totalidad, del patrimonio
real.
- La administración era escasa y demasiado dependiente de cada territorio y estamento.

20.3.1. Carlos VI (1711-1740)


En 1699, gracias a la Paz de Karlowitz, Austria vio reconocida su soberanía hereditaria sobre Hungría.
Sin embargo, este reino iba a traer consigo muchos problemas, teóricamente resueltos mediante la
Paz de Szatmár.
Paz de Szatmár, 1711
Austria debía respetar los derechos y libertades estamentales de Hungría, amnistiar a los rebeldes
y negociar con la Dieta.
A cambio, Carlos VI era reconocido como rey de Hungría, y los estamentos se comprometían a
mantener un ejército permanente, a su servicio. Los términos del acuerdo evitaban la
patrimonialización de Hungría por parte de la Casa de Austria.

Austria asentaba, así, su dominio sobre un reino constantemente amenazado por el Imperio
Otomano y con una nobleza empobrecida y disminuida.

La cuestión sucesoria
En 1703, para asegurar la indivisibilidad de sus dominios, Leopoldo I había establecido la sucesión
femenina, en caso de que se agotara la línea masculina. Bajo el reinado de Carlos VI, se promulgó la
Pragmática Sanción (1713) con el objeto de asegurar la herencia dinástica de los dominios que
componían el reino de Austria. Por ello, ante la muerte del primogénito del rey, la sucesión a la
corona recayó sobre su hermana María Teresa, nacida en 1717.
Para asegurar la sucesión, el rey envió la Pragmática Sanción a las Dietas de su reino, para que la
aceptaran, reconociendo así a María Teresa como futura soberana. Solo Hungría y el Tirol pusieron
cierta resistencia, al considerar que se había violado su derecho a la consulta previa y de aprobación.
Sin embargo, la amenaza otomana hizo que Hungría acabara cediendo.

En cuanto al gobierno, Carlos VI se centró en crear instituciones centrales para lograr la


centralización absoluta del poder:
- Consejo Privado
- Cámara de Cuentas
- Consejo de Guerra
- Consejo Supremo de España
- …
Para administrar los territorios, en los dominios tradicionales, Países Bajos y dominios italianos situó
un gobernador y una dieta con un cuerpo de funcionarios encargados del control y la recaudación. En
Hungría crea una dieta, un palatino y dos cancilleres, además de un Consejo Local del Reino,
encargado de administrar las ciudades y de mantener el ejército permanente.

48
En el plano económico tuvo más dificultades porque dependía en gran medida de territorios
extranjeros.
Así pues, en lo financiero, creó el Banco de Viena y redistribuyó los impuestos indirectos. En el sector
agropecuario, introdujo nuevos cultivos y técnicas, con el fin de aumentar la producción; no
obstante, estructuralmente todo siguió igual, pues el campesinado estaba sometido a la servidumbre
de la nobleza privilegiada. En lo industrial, limitó el poder gremial e impulsó la producción
campesina. Por otro lado, la expulsión de los artesanos protestantes afectó negativamente. En el
comercio, trató de buscar la autarquía, y, para ello, potenció el comercio exterior.

En 1736, el ejército se quedó sin cabeza, ante la muerte del príncipe Eugenio. Este hecho, en un
contexto de conflictos interiores y exteriores, era especialmente peligroso. En los últimos años del
reinado, Austria se vio envuelta en una guerra interior con Transilvania y en la guerra ruso-otomana,
que no finalizó hasta 1739. Se perdió así lo ganado con la Paz de Pasarowitz.
María Teresa heredaba un reino marcado por la grave situación en Hungría, el descontento general,
un ejército débil y la falta de recursos.

20.3.2. María Teresa (1745-1780)


Cuando llegó el momento de que María Teresa sucediera a su padre, Sajonia, Baviera y Federico II de
Prusia se negaron a aceptar la Pragmática Sanción. Sin embargo, Prusia estaba dispuesta a aceptarla
si Austria le cedía Silesia.
Lógicamente, el rechazo de estos estados no sólo encerraba una clara amenaza para Austria en el
exterior, sino que también provocó reacciones contrarias a la Pragmática en el interior,
concretamente en la Corte y en Hungría. María Teresa lograría el apoyo de los húngaros, pero eso no
evitó que estallara el conflicto.
La Guerra de Sucesión no concluiría hasta 1748, con la paz de Aquisgrán, por la que María Teresa fue
reconocida reina de Austria. Además, tres años antes se había convertido en emperatriz consorte del
Sacro Imperio.
Una vez asentado su poder, María Teresa procedió a consolidar su poder y a mejorar la
administración. En sus dominios tradicionales llevó a cabo una política de centralización, destinada a
disminuir el poder de los estamentos. Sin embargo, en otros territorios tuvo que optar por una
política menos agresiva, consistente en situar en cargos importantes a personas fieles a la reina.

La centralización en los dominios tradicionales


- Justicia: desde 1749, se estableció la justicia como ámbito autónomo y las funciones
judiciales fueron asumidas por la Magistratura Suprema. Se trataba de un órgano central y
superior a los demás, desde el cual se pretendía obtener la unificación de la justicia y del
cuerpo de funcionarios encargado de administrarla. Para ello, se procedió a codificar el
derecho civil y criminal.
- Hacienda: uno de los primeros objetivos de María Teresa fue aumentar los ingresos
alternativos del Estado, para poder mantener un ejército permanente. La solución fue un
impuesto sobre los bienes inmuebles. Además, los funcionarios reales comenzaron a
ocuparse de la recaudación.
- Ejército: se crearon la Academia Militar de Viena, el Código de Justicia Militar y los
acuartelamientos, todos ellos dependientes de un órgano central ya existente, el Consejo de
Guerra.

49
- Organización administrativa: se creó el Directorio Público de las Cámaras y una serie de
diputaciones dependientes del mismo, para centralizar la administración no judicial. En 1761,
Kaunitz suprimió el Directorio y los sustituyó por un Consejo de Estado, encargado de
coordinar todos los asuntos referentes al gobierno interior.
De todas formas, todas estas reformas no fueron tan efectivas como parece.

20.3.3. La corregencia de María Teresa y José II


A partir de 1765, año en que José II fue coronado, el nuevo rey y su madre gobernaron
conjuntamente. Consciente de que había que dar un paso más en el proceso reformista, José II
impulsa una serie de cambios.
En 1764, se pidió a la Dieta húngara que contribuyera a la Hacienda real. Asimismo, María Teresa
pidió que se redujeran las cargas feudales de los campesinos, provocando con ello la disolución de la
dieta. Se impuso la contribución del clero y se comenzó a expropiar el patrimonio de la Compañía de
Jesús y a desamortizar algunos bienes eclesiásticos.

20.3.4. José II (1780-1790)


Imbuido del espíritu reformador del Despotismo Ilustrado, José II se aprestó a continuar la labor
reformista, centrándose en aquellos sectores que aún no habían sido afectados.
Consciente de las debilidades de la hacienda austríaca y de los costes que suponía mantener un
ejército permanente, se centró en asegurar tanto el crecimiento económico, como la contribución de
los estamentos privilegiados.
Por otro lado, José II aspiraba a hacer de la Iglesia una Iglesia nacional, es decir, dependiente y
servidora de la monarquía, antes que del Papado. Para ello, tomó una serie de medidas, como la
supresión de las fiestas religiosas, la disolución de monasterios y enajenación de sus bienes, a favor
de las estructuras civiles, toleró otras confesiones religiosas y transfirió la enseñanza de la Iglesia al
Estado.
Las reformas llevadas a cabo por María Teresa y José II son un ejemplo claro de Despotismo Ilustrado,
ya que fueron impuestas sin tener en cuenta los derechos corporativos y estamentales. Sin embargo,
aunque los ingresos del Estado aumentaron, los nuevos impuestos y la política reformista acabaron
provocando una serie de revueltas en los años finales del reinado de José II. Su sucesor, Leopoldo II
se vería, así, obligado a negociar con los estamentos y a dar marcha atrás, anulando así gran parte de
la política reformista de sus predecesores.

50
TEMA 21. ITALIA, ESPAÑA Y PORTUGAL EN EL SIGLO
XVIII

21.1. LOS ESTADOS ITALIANOS


21.1.1. Los territorios Habsburgo-Lorena (Milán, Nápoles y Sicilia)
- Nápoles, bajo la autoridad de Carlos infante de España
Se apoyan reformas contrarias a los privilegios eclesiásticos.
- Lombardía (Milán), bajo la autoridad de la Casa de Saboya
Reforma fiscal y catastralmente del control del territorio. Se firma un concordato con Roma por el
que el clero mantuvo sus privilegios fiscales pero se prohibió a los eclesiásticos servir en la
administración estatal, se cerraron las cárceles inquisitoriales… se lleva a cabo una amplia
desamortización. Se eliminan las instituciones representativas de la nobleza.
- Toscana
Gobernada por un Consejo de Regencia. Se lleva a cabo una política antieclesiástica y se trata de
limitar el poder de la Inquisición. Se limitan los privilegios del clero.
La muerte de José II y el estallido de la Revolución Francesa paralizaron muchas medidas.
- Dos Sicilias (Nápoles y Sicilia)
En 1734, Carlos de Borbón estableció el reino de las Dos Sicilias. Tras obtener el reconocimiento por
parte de los demás estados europeos, se aprestó a iniciar una política reformista.
Lo primero que hizo fue firmar un Concordato con la Santa Sede (1741) y abolir la Inquisición en
Nápoles (1746). En 1759, convertido en rey de España, abdicó en su hijo Fernando, dejando al frente
de Dos Sicilias a un Consejo de Regencia. El Consejo no consiguió acabar con las resistencias de la

51
nobleza togada, pero sí que logró llevar a cabo reformas en la enseñanza y la agricultura, tras
expulsar a la Compañía de Jesús.
- Parma
En Parma, la Casa de Borbón decidió llevar a cabo una política regalista, orientada a recortar los
privilegios del clero y a fortalecer el control del gobierno sobre la Iglesia.

21.1.2. Reformas en Piamonte-Cerdeña, bajo la autoridad de la Casa de Saboya


La política reformista, iniciada en el reinado de Víctor Amadeo II, fue retomada por Carlos Manuel III.
Entre ambos se logró una gran estabilización política y modernización institucional. Estado
verdaderamente avanzado.

21.1.3. Estados italianos sin reformas


- Génova y Venecia rechazaron las políticas reformistas.
- En los Estados Pontificios menguan los recursos económicos por las reformas en otros
territorios. Benedicto XIV renegocia la situación de las relaciones con monarcas absolutos.

21.2. LA ESPAÑA DE LOS BORBONES


21.2.1. Felipe V (1700-1746): los Decretos de Nueva Planta y la centralización
Tras la Guerra de Sucesión, Felipe V, procedió a abolir los fueros de Aragón y de Valencia.
Aprovechaba así la ocasión para extender las leyes de Castilla a otros territorios de la monarquía. El
objetivo de Felipe V era claro: avanzar en la uniformización y centralización de sus territorios.
Principales reformas:
- Organización territorial: fortalecimiento del papel de los intendentes.
- Hacienda: reorganización fiscal y extensión de los impuestos sobre la renta a todos los
territorios.
- Centralización administrativa: supresión del consejo de Aragón.

21.2.2. Fernando VI (1746-1759)


El reinado de Fernando VI estuvo marcado por la neutralidad exterior y la reconstrucción interior. El
monarca dejó la dirección del Estado en manos de dos colaboradores: el marqués de la Ensenada, y
José de Carvajal y Lancaster.
Ensenada se encargó de modernizar el Estado, de negociar con la Santa Sede y de llevar a cabo la
reforma fiscal en el reino de Castilla.
- Modernización del Estado:
- Mejoró las infraestructuras, carreteras, puertos…
- Nuevas fábricas y compañías comerciales
- Desarrollo de la marina.
- El Concordato de 1753 con la Santa Sede, y gracias a una política de sobornos, permitía a la
monarquía mantener el patronato universal (elegir obispos), a cambio de no cortar el flujo
de ingresos a Roma.
- Reforma fiscal en Castilla: su objetivo era sustituir las diversas contribuciones por una única
contribución, implantada en 1749. Se procedió a la elaboración de un catastro. El gobierno y
sus ministros acaban debilitándose y muchas reformas paralizadas.

21.2.3. Carlos III (1759-1788)

52
Lo primero que hizo Carlos III al llegar a España fue volver a colocar a Ensenada como ministro. Sin
embargo, la puesta en marcha de las reformas se llevó a cabo al fin de la Guerra de los Siete Años en
1763.

21.3. LA MONARQUÍA PORTUGUESA


21.3.1. Juan V (1708-1750)
El reinado de Juan V de Portugal estuvo marcado por la fiebre del oro en Brasil. De hecho, llegó a
plantearse la posibilidad de trasladar la corte a Río de Janeiro, dejando Portugal en manos de un
virrey.
Sin embargo, las minas de oro beneficiaron también a Inglaterra, ya que ambos estados habían
estrechado su alianza durante la Guerra de Sucesión española.
La buena situación económica que atravesaba la Corona permitió a Juan V gobernar de modo
absolutista. De hecho, entre 1698 y 1820 las cortes portuguesas no se reunieron. En este contexto de
bonanza, el monarca quiso reforzar su imagen a través del refinamiento de la corte y del patrocinio
cultural.
Durante esta fase, la monarquía trató de presionar a la Santa Sede, durante las negociaciones del
concordato, para recuperar el derecho de presentación de los obispos. La presión fue tan fuerte que
las relaciones Roma-Lisboa quedaron rotas entre 1728 y 1732, aunque tras este lapso de tiempo se
retomaron las negociaciones.
Finalmente, Juan V procedió a reformar el gobierno, transformando los consejos de gobierno por tres
secretarías de estado.

21.3.2. José I (1750-1777) y las reformas pombalinas


José I dejó el gobierno en manos del secretario de Negocios Extranjeros y Guerra, el marqués de
Pombal. Este llevó a cabo un extenso plan de reformas.
- Medidas económicas:
- Reforma del comercio colonial, para disminuir la influencia inglesa y acabar con el
contrabando.
- Fundó la Compañía de Grao Pará y Maranhão, que controlaba el monopolio
comercial del Norte de Brasil y el Amazonas.
- Creó la Compañía General de Agricultura de las Viñas del Alto Duero, para proteger a
los viticultores de la zona, delimitando la zona de producción y otorgó el derecho de
venta exclusivo y la denominación de origen del vino de Oporto. Esta política
conllevó el estallido de motines en 1757, pero Pombal no se hizo esperar, sitió la
ciudad y reprimió la revuelta.
- Política eclesiástica:
- Ante la negativa de la Compañía de Jesús a aceptar la rectificación de fronteras en
Sudamérica, se procede a su expulsión en 1760.
- Limitación de la Inquisición.
- Política colonial: absolutamente represiva, tratan de aumentar la mano de obra esclava.
- Política educativa: innovadora.

53
La política de Pombal encontró, entre 1760 y 1780, tres grandes obstáculos:
- La invasión española en 1762, que obligó a Portugal a recurrir a Inglaterra para defenderse.
La monarquía inglesa no dudó en aprovechar la ocasión y presionó para que Pombal
recortara la influencia de sus compañías comerciales.
- Crisis económica dada la escasez del oro brasileño y el ascenso del precio del azúcar. Se trató
de promover las manufacturas.
- Crisis política desatada con el deterioro de José I. Su sucesora, María I destituyó a Pombal,
que fue inmediatamente acusado de corrupción y abuso de poder. Ésta procedió a excarcelar
a los prisioneros que habían sido encarcelados y permitió el regreso de los exiliados. Sin
embargo, muchas de las reformas pombalinas continuaron siendo aplicadas.

Entre las consecuencias del tratado de Utrecht, encontramos que Italia se reposiciona con nuevos
dominios territoriales por la pérdida de los mismos por parte de la monarquía hispánica. Los Austrias
europeos amplían los dominios territoriales y de influencia. Entra en juego el Estado de Saboya.

54
TEMA 22. LOS PRINCIPALES CONFLICTOS
INTERNACIONALES Y LAS TRANSFORMACIONES
SOCIALES DEL SIGLO XVIII
22.1. LOS DESAFÍOS DE LA PAZ (1713-1721)
El siglo XVIII fue especialmente conflictivo, ya que la economía-mundo que se había comenzado a
configurarse en el siglo XVI había alcanzado ya un alto punto de desarrollo. En consecuencia,
cualquier conflicto acababa afectando a todos los estados europeos y a sus colonias. Por otra parte,
la guerra se racionalizó, la diplomacia se profesionalizó, y comenzaron a tejerse normas (derecho)
internacionales.
En este contexto, es preciso partir de la paz de Utrecht, que entre 1712 y 1713 puso fin a la Guerra
de Sucesión española. Y, la aplicación de lo que se aprobó se hizo efectiva hasta 1721. Al margen de
una serie de modificaciones territoriales, esta paz supuso el reconocimiento de dos nuevas
monarquías: Saboya y Prusia. Además, puso de manifiesto la voluntad rusa de intervenir en lo que
sucedía en el continente.
Pero aunque abrió un periodo de estabilidad, la paz no duró mucho. En este sentido, durante este
periodo, los conflictos se focalizan en tres ámbitos territoriales:

22.1.1. Los Balcanes


Austria, sintiéndose amenazada por el Imperio Turco que estaba debilitándose, suscribió una alianza
con Venecia en 1716 y procedió a declarar la guerra a los otomanos.
La solución viene de la mano de la Paz de Passarowitz (1718), gracias a la intervención mediadora de
Inglaterra y Holanda. Venecia perdió Morea, pero el Emperador Carlos VI logró ver reconocido su
dominio sobre el banato de Temesvar, Belgrado y la mayor parte de Serbia.
A pesar de contar con un ejército más poderoso, el Imperio Turco se vio derrotado ante un ejército
menor, pero mucho mejor organizado. Comenzaba a atisbarse así la lenta decadencia del Imperio.

22.1.2. El Mediterráneo
La Paz de Utrecht había significado para España la pérdida de los Países Bajos, Milán, Nápoles,
Cerdeña y Sicilia. Por ello, no es extraño que la monarquía hispánica estuviera decidida a mantener a
toda costa Parma, Plasencia y Toscana. Sin embargo, el conflicto se desató, en 1717, por la decisión
española de reconquistar Cerdeña, aunque el verdadero objetivo era recuperar Sicilia y asegurar a los
descendientes de Isabel de Farnesio la sucesión de Parma y Toscana.
Para solucionar el conflicto, Inglaterra interviene como mediadora en 1718. El acuerdo alcanzado
consistió en la renuncia del Emperador Carlos VI a la Corona española, el reconocimiento de los
derechos de Carlos de Borbón a Parma y Florencia y que el duque de Orleans y del elector de
Hannover tendrían reconocidos sus derechos en los tronos de Francia e Inglaterra.
En 1720, se firma el Tratado de Madrid: España se sumaba a la Cuádruple Alianza (Francia,
Inglaterra, Sacro Imperio, España), lo que suponía aceptar las cláusulas de Utrecht y la renuncia de
Felipe V al trono de Francia.

55
22.1.3. El Báltico
Carlos XII de Suecia quería conquistar Noruega para contar con una salida al mar y para protegerse
de una posible invasión danesa. Para ello, se aprestó a obtener el apoyo de Rusia. Sin embargo, esta
posibilidad preocupó a Inglaterra, que se apresuró a suscribir un acuerdo con Francia, para evitar el
triunfo de la coalición ruso-sueca. En el curso del conflicto falleció el rey de Suecia. Su sucesor se
mostró más proclive a un acuerdo.
Como solución, se firmaron los Tratados de Estocolmo (1719-1720) por los que Suecia pactó con
Inglaterra, Francia y Prusia. Posteriormente suscribió también un tratado con Dinamarca. Pero a
pesar de que estas potencias habían llegado a un equilibrio, gracias a la renuncia de Suecia a sus
planes, el conflicto aún se prolongó por la intervención rusa. Esto se saldará en 1721 con la
devolución de Finlandia a Suecia, por parte de Rusia, aunque ésta mantenía otras importantes
conquistas. En consecuencia, Suecia dejó de ser una de las potencias más poderosas del Báltico, y su
lugar pasó a ser ocupado por Rusia.

22.2. EL SISTEMA ANGLO-FRANCÉS (1721-1733)


22.2.1. La Triple Alianza
En esta nueva etapa prevaleció el deseo de mantener el status quo, en busca de una situación
estable en el continente. En este sentido, Inglaterra, Francia y España decidieron unir sus fuerzas.
- A Inglaterra le interesaba proteger su hegemonía marítima, frente a las pretensiones rusas y
austríacas en el Báltico.
- Francia y España querían restablecer sus buenas relaciones.
En consecuencia, en 1721, Francia y España firmaron una alianza, por la cuál la primera se
comprometía a apoyar la recuperación de Gibraltar y permitía situar guarniciones españolas en los
ducados italianos. A esta alianza se unió enseguida Inglaterra, dispuesta a revisar el asunto de
Gibraltar, a cambio de la promesa francesa de no invadir Países Bajos.
Mientras tanto, a pesar de los esfuerzos de Francia, Inglaterra mantuvo su posición anti-rusa, con la
que estaba enfrentada por dos motivos: porque el rey de Inglaterra era elector del Sacro Imperio y
por las pretensiones rusas en el Báltico.

22.2.2. Tratado de Viena (1725)


En esta situación, se desató el problema de la sucesión a la Corona Austriaca, una ocasión
aprovechada por los príncipes electores para presionar dentro del Sacro Imperio. Dentro de este
marco internacional, se reunió el Congreso de Cambrai (1724), convocado para solucionar los
problemas entre las Casas de Habsburgo y Borbón, sobre todo en lo referente a los dominios
italianos. Las negociaciones se complicaron a causa de la decisión francesa de anular el matrimonio
del monarca con la infanta española, lo que provocó que España abandonara su alianza con Francia,
en favor de la Casa de Austria, a la que propuso un doble enlace matrimonial. Casi al mismo tiempo,
España había roto con Inglaterra, una vez más, a causa de Gibraltar. Por tanto, en caso de firmar una
alianza, Austria y España tendrían que hacer frente a turcos, protestantes e ingleses.
En consecuencia, en 1725, España y Austria firmaron el Tratado de Viena:
- España reconocía la Pragmática Sanción.
- Se establecía una alianza defensiva frente a Francia e Inglaterra.
- Austria cedía, a Carlos de Borbón, Parma, Plasencia y Toscana.
- Austria prometía un enlace matrimonial y no se oponía a la recuperación de Gibraltar.

56
22.2.3. La liga de Hannover
La reacción al Tratado de Viena no se hizo esperar. Inglaterra, Francia, Prusia y Holanda se unieron
bajo la llamada liga de Hannover. No obstante, este pacto coincidió con la llegada al gobierno de
Francia del cardenal Fleury, que no confiaba en la permanencia de la alianza austro-española. Fleury
logró que Inglaterra y Austria llegaran a un acuerdo (1727):
- El Emperador Carlos VI suspendía temporalmente el monopolio de la Compañía de Ostende,
para no dañar el comercio británico, y renunciaba a los privilegios comerciales que le había
otorgado España.
- Inglaterra reconocía la Pragmática Sanción.
- Felipe V renunció a la conquista de Gibraltar, y se unió a estos acuerdos en 1728.

22.2.4. Ruptura de la alianza hispano-austriaca


El prometido enlace matrimonial entre Austria y España no llegó a celebrarse, lo que potenció el
deterioro de las relaciones entre ambas potencias y un nuevo acercamiento de España a Francia e
Inglaterra. Estas tres potencias firmaron un nuevo tratado (Sevilla, 1729). Al mismo tiempo el
Emperador se hacía con el apoyo de Rusia, Cerdeña y los estados alemanes.
En esta ocasión, el objeto de disputa entre Borbones y Habsburgo fue el dominio de los ducados
italianos. El conflicto se saldó con el segundo tratado de Viena (1731), por el que se reconocía a
Carlos de Borbón el dominio de Parma y Toscana, y se ratificaba, nuevamente, la aceptación de la
pragmática sanción.

22.3. LA CRISIS TURCA (1735-1739)


A raíz de la guerra por el trono de Polonia, Rusia, que quería expandirse a costa del Imperio Turco,
inició la ofensiva y pidió la ayuda de su aliada, Austria. Pero Francia, que no estaba a favor de la
expansión rusa, animó al Imperio Otomano a responder a la ofensiva rusa. Con la firma de la paz de
Belgrado (1739) se llegan a ciertos acuerdos:
- Rusia devolvía casi todas sus conquistas, se reconocía la independencia de las provincias del
Cáucaso, y se impedía a Rusia entrar en el Mar Negro.
- Austria y Turquía: los turcos recibían territorios en Serbia, Bosnia y Valaquia, mientras que el
Emperador conservaba, únicamente, el banato de Temesvar.

22.4. LAS TENSIONES AMERICANAS


22.4.1. Tensiones entre España y Portugal
Por el tratado de Utrecht, Felipe V había cedido a Portugal la colonia de Sacramento (Uruguay). Sin
embargo, los términos de la cesión eran imprecisos. Las fronteras no estaban bien definidas y
tampoco se llegaba a una solución sobre la compensación que debía recibir Portugal para que España
recuperara Sacramento. Francia e Inglaterra sirvieron de intermediarias. y se firmaron dos tratados:
- Tratado de Madrid (1750) por el que se fijaron las fronteras americanas.
- Tratado del Pardo (1778) por el que se pone fin a todas las disputas.

22.4.2. Tensiones entre España e Inglaterra


España se quejaba constantemente del contrabando británico en el continente americano, un
contrabando facilitado por la Corona portuguesa y por la indefinición de las fronteras. En el fondo, la
cuestión radicaba en que Inglaterra argumentaba su libertad de navegación y comercio frente al

57
monopolio español. En una situación de constantes tensiones, Francia e Inglaterra se enfrentan en la
Guerra del Asiento o del Capitán Jenkins. España aprovechó el enfrentamiento.

22.5. LA REVOLUCIÓN DIPLOMÁTICA (1748-1757)


Durante esta etapa, los estados europeos se dieron cuenta de que, para mantener intacto su poder
colonial, debían asegurar sus alianzas en el continente y llevar a cabo una política de equilibrio. Por
ello, fue habitual que las alianzas que afectaban al continente y las que afectaban a las colonias
fueran diferentes.
22.5.1. Colonias
Dentro de los conflictos coloniales, destacan las tensiones entre Francia e Inglaterra a causa de sus
intereses en la India. El conflicto se produjo a raíz de la entrada de la Compañía de las Indias francesa
en 1742, ya que su presencia era un peligro para los intereses ingleses. Los enfrentamientos se
hicieron tan habituales que, en 1755, ambas potencias decidieron no intervenir en los asuntos
indígenas y devolver sus conquistas. El acuerdo sólo duraría un año.

22.5.2. El continente
Mientras tanto, en el continente, se produjo una aproximación política entre Inglaterra y Rusia,
ambas unidas en su común enemistad hacia Prusia, a su vez aliada de Austria y Francia. El acuerdo
anglo-ruso consistió en fijar una serie de subsidios militares y financieros, que se pondrían en marcha
en caso de un enfrentamiento con Prusia.
Preocupado por estos acuerdos, el rey de Prusia decidió acercarse a Inglaterra. Ambas potencias
firmaron, así, el tratado de Westminster (1756), por el que se garantizaban mutuamente sus
posesiones continentales. La decisión de Prusia sorprendió a Francia, que decidió acercarse a Austria,
que necesitaba su neutralidad para recuperar Silesia a los prusianos. Por esta razón se suscribió el
Primer Tratado de Versalles en 1756:
- Cláusulas públicas:
- Francia prometía respetar los Países Bajos austriacos.
- Se comprometían a ayudarse en caso de agresión por parte de cualquier aliado de
Inglaterra.
- Cláusulas secretas:
- Acuerdo de ayuda mutua en caso de ataque a cualquiera de sus territorios.
- Posibilidad de incluir en el acuerdo a España, Nápoles, Parma y Toscana.
Un año más tarde, Francia y Austria reforzaron su alianza mediante el Segundo Tratado de Versalles,
en el que planteaban la futura reducción de Prusia a sus territorios originarios.
A su vez, los acuerdos anglo-prusianos habían enfadado a la zarina Isabel, que consideró rotos sus
acuerdos previos con Inglaterra. En consecuencia, al final de esta etapa quedaron configurados dos
bloques enfrentados:
1. Gran Bretaña y Prusia.
2. Francia, Austria y Rusia.

58
22.6. LA GUERRA DE LOS SIETE AÑOS (1757-1763) Examen (origen, fases previas y consecuencias)
La guerra que se venía fraguando desde 1748, se desató por la decisión de Federico II de Prusia de
adelantarse al probable ataque ruso-austriaco, invadiendo Sajonia en 1756. Inmediatamente se puso
en marcha el juego de alianzas, de manera que casi todo el continente se vio abocado a participar en
la contienda. La situación se complicaría aún más en 1762, con la entrada de España en la guerra,
motivada por la firma de su Tercer Pacto de Familia con Francia (1761), y sobre todo a causa de sus
constantes enfrentamientos con Inglaterra a raíz de la política colonial. Sin embargo, casi al mismo
tiempo Rusia decidía abandonar la guerra, firmando la paz con Prusia en el mes de mayo de 1762.
Una guerra de este tipo traía consigo graves consecuencias para la política interior de cada estado, y
por ello, tras la retirada de Rusia, los contendientes comenzaron a plantearse la resolución del
conflicto. Así, entre 1762 y 1763 se firmaron los acuerdos correspondientes: primero los acuerdos
Preliminares de Fontainebleau entre Inglaterra, Francia y España, y un año más tarde, el Tratado de
París:
- Francia perdió islas en las Antillas y abandonó sus asentamientos en Canadá, Cap Breton, San
Lorenzo, Ohio y Mississippi; pero recuperó La Martinica, Guadalupe y Santa Lucía. En India,
volvió a los límites de 1748 y en África perdió Senegal.
- España recuperó La Habana y Manila, pero cedió Florida, que fue compensada por Luisiana.
Por su parte, Prusia y Austria firmaron el Tratado de Hubertusburg (1763), por el que Prusia
reafirmaba su dominio sobre Silesia, a cambio de devolver Sajonia y apoyar la candidatura imperial
del futuro José II.
Por último, el fin de la guerra reforzó la alianza entre Francia y España contra Inglaterra, ya que
ambas se habían visto perjudicadas por los tratados, a favor del naciente Imperio Británico.

22.7. LA POLÍTICA EUROPEA DESPUÉS DE 1763


Tras el fin de la Guerra de los Siete Años, Europa occidental entró en una etapa de estabilidad. Sin
embargo, no ocurrió lo mismo al este del continente. El conflicto se produjo a causa de la sucesión
del rey de Polonia, Augusto III, ya que existían tres posibles candidatos, cada uno apoyado por grupos
y potencias enfrentados:
- Estanislao Poniatowski, apoyado por Rusia y Prusia.
- Javier de Sajonia, apoyado por Austria y Francia.
- El conde Banicki, apoyado por sectores polacos.
La cuestión se resolvió cuando Rusia ocupó Polonia y forzó la elección de su candidato, en 1764,
convirtiendo el país en un protectorado.
Tan solo cuatro años más tarde, tras reforzar su alianza con Francia, el Imperio Turco declaró la
guerra a Rusia. No obstante, los turcos acabaron pidieron un armisticio. Esta opción fue apoyada por
Austria, Prusia e Inglaterra, que deseaban evitar el fortalecimiento de Rusia. Finalmente, dado que
en el conflicto también se había puesto en juego Polonia, no sólo se acordó el armisticio con el
Imperio Turco, sino también la partición del reino polaco.
- Primer tratado de partición (1772):
- Prusia: el territorio entre Pomerania y Prusia oriental. Proporciona salida al Báltico.
- Austria: Galitzia y Rutenia hasta el sur de Cracovia.
- Rusia: el territorio al este del Duna, del Prut y del Dniéper.
- Polonia: perdía gran parte de su territorio, la salida al mar y veía su economía
intervenida.

59
En 1774, Rusia y Turquía firmaban un nuevo tratado, por el cual la primera devolvía Moldavia,
Valaquia y Besarsabia, a cambio de la libre navegación en el Mar Negro y los estrechos, y de ser
reconocida protectora de los ortodoxos residentes en el Imperio Turco.

22.8. LAS TRANSFORMACIONES SOCIALES


A rasgos generales, la sociedad dieciochesca continuaba estando marcada por los privilegios y las
desigualdades, pero a lo largo de la centuria experimentó cambios significativos.
22.8.1. La nobleza
A lo largo del siglo XVIII la nobleza mantuvo sus privilegios, pero también experimentó cambios.
En las primeras décadas del XVIII, la nobleza emprendió la refeudalización, tratando de recuperar
derechos perdidos frente a los campesinos y de privarles de los comunales. No obstante, se trató de
un fenómeno mucho más frecuente en el este y centro de Europa.
Sin embargo, la nobleza pasó también por una crisis, debida a la ruina económica y a la falta de
descendencia, que llevó a la desaparición de gran parte de la nobleza de sangre, y a la aparición de
una nueva nobleza titulada. Muchos de estos nuevos nobles procedían, además, de la burguesía, lo
que muestra cómo las barreras estamentales iban haciéndose cada vez más permeables. Aún así, no
podemos hablar, necesariamente, de un enfrentamiento entre la vieja y la nueva nobleza, ya que en
muchos casos ambas llegaban a una simbiosis a través de sus políticas matrimoniales.
En cuanto a la influencia política, la vieja nobleza tuvo que retroceder frente a la burguesía
ennoblecida, que pasó a ocupar los cargos administrativos y a integrarse en el círculo de confianza
del monarca. También dentro del Ejército, la vieja nobleza se vio arrinconada por la burguesía,
gracias a la tendencia de las monarquías absolutas a disponer de ejércitos permanentes.

22.8.2. La burguesía
El cambio más significativo, en el caso de la burguesía, consistirá en la afirmación de su identidad o
conciencia de clase. Comenzaron a defender la idea de que el prestigio estaba más ligado a la valía
personal que al origen familiar. La movilidad social comenzará a ser una realidad, no sólo circunscrita
a la nobleza y la burguesía, sino también al estado llano en general. La burguesía se desarrolló con
más fuerza en Gran Bretaña y Francia, con menor intensidad en los países mediterráneos y con muy
poca intensidad en Europa del este.

22.8.3. Los trabajadores manuales


El campesinado
- Campesinos ricos: identificados con la burguesía rural, vivían de las rentas y aspiraban a
ennoblecerse, aunque también trabajaban la tierra.
- Medianos propietarios: tenían tierra en propiedad, pero tenían que completar sus ingresos
arrendando y trabajando otras tierras, para lo cual recurrían al préstamo.
- Braceros y jornaleros: ni poseían tierras ni podían alquilarlas.
Otros grupos urbanos
- La pequeña burguesía: maestros artesanos, oficiales inferiores de la administración,
escribanos, etc… Todos contaban con el privilegio de estar aforados por su actividad
profesional y de poder ascender socialmente.
En conjunto, a mediados del siglo XVIII los salarios comenzaron a subir, sin embargo, a partir de 1760
los precios comenzaron a subir aún más. En consecuencia las condiciones de vida empeoraron y las
organizaciones asistenciales se hicieron cada vez más necesarias.

60
22.8.4. La dinámica social
El siglo XVIII funciona como puente entre una sociedad claramente corporativa y otra en la que ha
comenzado a calar el individualismo, sobre todo entre los grupos privilegiados. El sistema
estamental comienza a desaparecer y se detecta la aparición de una clase media. Sin embargo, el
crecimiento económico experimentado por Europa enriqueció a la nobleza y a la burguesía, y en
consecuencia empobreció a las clases más desfavorecidas. La pobreza creció tanto que en algunos
países se crearon talleres para forzar a los pobres a ser productivos. Por otra parte, la Ilustración y
las instituciones religiosas ampliaron la enseñanza y fomentaron la alfabetización, pero el
analfabetismo continuó siendo lo más extendido.
En esta situación, el individualismo de las clases altas chocó con las acciones colectivas de protesta
de las clases más bajas. Por tanto, el momento de mayor crecimiento económico se convirtió
también en el de mayor conflictividad social. Una confrontación social que provocaría la Revolución
Francesa y que iría aumentando a lo largo del siglo XIX.

61

También podría gustarte