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MIGUEL MONDRAGÓN

EL LAMENTO
DE LAS ALMAS

UNA HISTORIA ESCALOFRIANTE


BASADA EN HECHOS REALES

CIUDAD DE MÉXICO, 2014.


EL LAMENTO DE LAS ALMAS

AUTOR
Miguel Mondragón

Copyright © 2020
Primera edición: junio 2020

Derechos Reservados
Esta obra no puede ser reproducida total o parcialmente, ni
archivada o transmitida por ningún medio electrónico,
mecánico, de grabación, de fotocopia, de microfilmación o en
alguna otra forma, sin el consentimiento previo del autor.

Revisión y corrección de texto: Miguel Mondragón


Diseño de portada: Miguel Mondragón

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EL LAMENTO DE
LAS ALMAS
MIGUEL MONDRAGÓN

EL LAMENTO DE
LAS ALMAS
“Se oyó una voz en Ramá,

llantos amargos y grandes lamentos”.

San Mateo, 1.2-18


Dedicatoria:

A quienes no creen en el mundo espiritual y, sobre


todo, en la existencia de una dimensión constituida
por tinieblas, donde la tortura y el dolor alcanzan
una condición insoportable y perpetua para las
almas que se encuentran condenadas.

Miguel Mondragón.
INTRODUCCIÓN

Se sabe que existe nuestra dimensión física,


una realidad con bastante aceptación para la
mayoría de las personas, comprendida por
todo aquello que es posible mirar, tocar y
sentir; es la base material por la que
llegamos a entender cada cosa que nos
rodea. Sin embargo, en este plano de los
objetos específicos cohabita otra realidad muy
distinta que se manifiesta a través de lo
energético: la dimensión espiritual, misma
que no puede razonarse totalmente porque
no forma parte de las vivencias “normales”
entre la gente, y eso es, quizás, el atractivo
principal que posee para adentrarnos en su

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exploración, en ocasiones sin medir las
consecuencias de lo que esto conlleva.

Así, en este libro que he decidido publicar


después de varios años, distribuido en cuatro
apartados que narran concretamente ciertas
eventualidades un tanto accidentales y
difíciles de olvidar, se enfatiza en cuestiones
de índole paranormal en base a mi propia
experiencia, sobre todo por el rigor en que se
fueron manifestando a través de un largo
período de tiempo, desatando sentimientos de
miedo, desesperación, angustia, pánico…

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PRIMERA PARTE

DE VISITA EN EL PARQUE

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E sta historia es un
particular, el cual empezó como una simple
caso muy

indagación inofensiva, dejando como


resultado de tal inocencia un trauma del que
no he podido borrar por completo su
espantosa huella de mi mente. Por tanto, mi
percepción ahora es que el mundo espiritual,
tan fascinante como peligroso, no es ninguna
clase de juego sino una realidad que supera
ampliamente a la razón humana. De esta
manera lo pude experimentar y así lo
comparto ahora, tal como sucedió.

Fue en abril de 2014 cuando, aquella


mañana soleada, visité la llamada
popularmente “casa del diablo”, una

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construcción prácticamente en ruinas y en
completo abandono en las inmediaciones de
un “Parque Ecológico” al sur de la Ciudad de
México. En el interior de ese lugar solamente
había hierbas y tierra, despidiendo el típico
aroma a humedad y naturaleza fresca de
campo, una piedra acomodada como asiento
en una de las esquinas -misma que utilicé
para descansar un poco y prestar atención a
todo lo que me rodeaba-, mientras que en las
paredes se hallaban escritos varios grafitis sin
la mayor relevancia. ¡No encontré ningún
indicio fuera de lo común en este escenario!

Al retirarme de aquella atmósfera tan


silenciosa y relajante, no paré de observar
cada forma de su exterior, sin aparente
relación con la fama creada acerca de

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apariciones o hechos espeluznantes que
solían contarse, como los llamados “pactos
satánicos” y demás.

No obstante, al momento de salir del


parque encontré algo muy peculiar colocado
estratégicamente sobre la barda: se trataba
de una pequeña bolsa negra de plástico
sellada con diurex para evitar un vistazo
rápido a su contenido, lo que, de primera
impresión, no me pareció nada extraño. Así
que guardé el objeto en mi mochila y me fui
pensando durante todo el trayecto de
regreso a casa qué cosa había en su interior o
a qué visitante se le pudo haber olvidado.

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SEGUNDA PARTE

LECTURAS MISTERIOSAS

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A lrededor de las 10 de la noche de ese
mismo día, mientras ya descansaba en mi
habitación acostado boca arriba sobre la
cama, noté cierta ansiedad por abrir aquella
bolsa misteriosa para averiguar, finalmente,
qué era lo que escondía. Fue tal el impacto
psicológico que se apoderó de mi al descubrir
un par de libros de brujería, según lo
confirmaban sus títulos: “hechizos de magia
negra” y “encantamientos satánicos”, que en
ese preciso instante me abordaron infinidad
de cuestiones por la cabeza. Pensaba en las
manos que utilizaron esas “abominables
lecturas”, en el propósito estratégico por el
que fueron dejadas allí, en los rastros de

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sangre que manchaban algunas hojas… Tan
sólo sentir la textura sucia y maloliente de
cada página me generó cierta preocupación y
temor, de tal forma que no pude conciliar el
sueño por varias horas.

En el lapso de una semana,


aproximadamente, la relevancia sobre estas
cosas disminuyó porque, como medida de
solución para mi tranquilidad emocional, me
deshice de los libros al tirarlos al bote de
basura, y allí se hundieron, día tras día, con
los demás desechos acumulados hasta que,
felizmente, pasó el camión recolector y se los
llevó.

-“Todo el miedo pronto desaparecerá”,


pensé con una mirada de optimismo mientras

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el vehículo se alejaba poco a poco de mi
vista.

Pero en realidad, lo que parecía disolverse


instantáneamente como un recuerdo
enigmático, sin darme cuenta apenas estaba
iniciando, para mi mala fortuna. Fue así que,
extrañamente, cada noche comencé a
despertarme entre las doce y la una de la
madrugada. En un principio supuse que sólo
era la propia sugestión hasta que, con el paso
del tiempo, todo esto se fue intensificando
para darle forma a ese miedo traumático
capaz de desaparecer toda la tranquilidad
emocional de mis pensamientos.

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TERCERA PARTE

SUCESOS INEXPLICABLES

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D urante casi un año, por increíble
que parezca, mi vida ya no fue la misma.
Todas las noches durante la madrugada,
cuanto todo se convertía en un silencio
profundo, empezaron a escucharse, en el más
crudo sentido de la palabra, repetidas e
inexplicables lamentaciones (distantes y, en
pocos segundos, próximas a mi ventana)
similares al llanto de una persona con mucho
dolor y desesperación. A la par, el ladrido de
los perros de las casas aledañas daba señal
de aquella manifestación, aumentando el
temor y los latidos en mi pecho. Y así pasaron
los días, las semanas y los meses sin poder
dormir adecuadamente, entendiendo que

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dicha situación, más que provocarme su
costumbre, se volvió lentamente más
aterradora, en definitiva fuera de los
parámetros de lo “normal” y, mucho menos,
fácil de olvidar o superar.

Recuerdo que mi estado anímico se volvió


vulnerable, pero yo me di por vencido y me
aferré a la búsqueda de respuestas aún
teniendo la evidencia de este fenómeno al
punto de mi desesperación total, así que
empecé a recolectar datos con mi teléfono
móvil partiendo de grabaciones audiofónicas
durante el período de sueño, las cuales
estudié detenidamente. Para ser honesto, los
resultados obtenidos fueron muy impactantes
y terroríficos. Procesados en un programa de
computadora capaz de ejecutar un examen

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riguroso de las frecuencias sonoras
perceptibles e imperceptibles al oído humano,
descubrí sonidos y voces (algunos que yo no
logré escuchar de forma consciente), ¡sí, eran
sonidos y voces muy extraños, pero, sobre
todo, comprensibles! A veces se oía una voz
femenina llorando, lamentándose en forma
pausada y constante; en otros casos se
trataba de un conjunto de voces masculinas
mezcladas que proferían ofensas horribles
citando la palabra “satán”; otras veces eran
sonidos diversificados: pasos de zapatos de
una persona caminando de un lado a otro con
gruñidos animalescos, o pequeñas canicas
cayendo sobre el piso, o algo (o alguien) que
azotaba fuertemente una especie de cerrojo
como si estuviera dentro de una prisión, o el
sonido de los cerdos en multitud…

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No me costó mucho trabajo convencerme
o darme cuenta de que esta fenomenología,
aunque yo jamás percibí nada con la vista,
evidentemente provenía de lo que solemos
llamar “el más allá”, lugar donde permanecen
los muertos. Y no sólo eso sino que también,
de acuerdo a lo que pude sentir, en esas
“almas o seres espirituales” se halla una
especie de conciencia que es capaz de
transmitirse al plano físico con la intención de
expresar sus acciones pasadas (tal vez por
manipulación o deseo propio) y dejarnos
saber que están sin descanso eterno, un claro
mensaje para los vivos acerca de lo que
significa encontrarse en un estado de
condenación inclinado hacia la tristeza y odio.

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CUARTA PARTE

LA LIBERACIÓN

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M i razonamiento, después
tantos meses de experimentar todas estas
de

cosas, parecía estar totalmente agobiado; no


obstante, al final encontré un recurso que
poco a poco me permitió volver a la
normalidad. Recuerdo que fue una tarde, por
allí del mes de septiembre, cuando decidí
presentarme a la iglesia a escuchar misa y,
después, poder platicar con el sacerdote,
quien me escuchó detenidamente, sin la
mayor sorpresa, como si estuviera
acostumbrado a enterarse de situaciones o
vivencias similares.

-“A veces estas cosas se quedan con nosotros


porque llevan un propósito. Durante treinta

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días vendrás a misa y tendrás que
confesarte”, me explicó para, después,
otorgarme su bendición, dejando abierta una
cita posterior en caso de ser necesario. Yo no
dudé en seguir las recomendaciones del padre
al pie de la letra y, aunque los primeros días
me daba la impresión de no tener resultados,
con el paso del tiempo todo comenzó a
desaparecer. Los lamentos cesaron, y con ello
dejé de realizar grabaciones electrónicas
porque ya no tenía ningún propósito para
hacerlo.

Hoy puedo decir que, nuevamente, soy


feliz, y rezo ocasionalmente por las almas que
no descansan en paz o utilizadas con fines
nocivos por medio de la brujería.

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CONCLUSIÓN

Hay una asociación de todos los elementos ya


descritos que permiten aclarar una cosa: la
práctica de la brujería es un hecho real,
innegablemente, y puede manifestarse de
forma muy peligrosa a través de los objetos
(como los libros, por ejemplo) al canalizar
energía potencialmente nociva para destruir a
los demás, sirviéndose de seres oscuros.

Finalmente, también es indiscutible,


hablando siempre desde la propia
experiencia, que el mundo espiritual se rige
bajo un orden, mostrando que hay una lucha
constante entre el bien, como circunstancia
que favorece su equilibrio, y el mal, como
circunstancia que intenta desestabilizarlo.

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EL FIN
ESTE LIBRO
SE TERMINÓ DE IMPRIMIR DIGITALMENTE
EL DÍA 15 DE JUNIO DE 2020

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