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EL MODERNISMO COMPLETO-EBAU 2024...

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Lengua Castellana y Literatura II

2º Bachillerato

Estudios España

Reservados todos los derechos.


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EL MODERNISMO EBAU 2024

Entre 1890 y 1914 se producen una serie de cambios sociales y culturales significativos en el mundo
occidental, conocidos como “crisis de fin de siglo". Desde finales del siglo XIX, se gestaba una nueva
literatura que triunfa en los primeros lustros del siglo XX. El Modernismo y la Generación del 98 serán
las dos caras de una misma ruptura, manifestaciones hispánicas de una “crisis universal”.
El término de Modernismo se aplicó en el campo de las artes a una serie de tendencias europeas y
americanas, de difusión internacional, que comenzó a desarrollarse a finales del siglo XIX y se
prolongó hasta la Primera Guerra Mundial. En sus inicios, hay un inconformismo, una rebelión
contra el espíritu utilitario y materialista de la civilización burguesa y un esfuerzo evidente de
renovación totalmente opuesto a las tendencias realistas vigentes.
Se produce así la conocida “crisis de la conciencia burguesa” de la que deriva la actitud
modernista, que se manifiesta en la rebeldía política de José Marti, en el aislamiento aristocrático o
el refinamiento estético que llevan a la bohemia, al dandismo y a ciertas conductas asociales y
amorales.
El Modernismo tiene su origen en Hispanoamérica; siendo José Martí, poeta cubano, y Rubén
Darío, autor nicaragüense, los difusores y creadores principales. La publicación de Azul en 1888 se
considera tradicionalmente como el punto de partida del movimiento literario.
Es una literatura esteticista, la cual busca la belleza por encima de todo. Destaca la importancia de
lo sonoro, potenciando el ritmo y renovando las formas métricas, utilizando versos poco habituales
(9,12 y 14 sílabas), a veces compuestos de acentos con su marcado ritmo, e innovando las estrofas,
como los sonetos de versos alejandrinos, o disposiciones distintas de rimas. Abundan los recursos
fónicos, como la aliteración o la armonía imitativa. También predomina el color con el predominio de
la adjetivación, la metáfora, la sinestesia y cultismos, buscando un lenguaje visual y musical.
La influencia de la cultura francesa es decisiva. Del parnasianismo tomó el Modernismo el afán de
perfección formal, el culto a la belleza, los temas exóticos y el concepto del arte por el arte; del
simbolismo, la búsqueda del sentido oculto y misterioso de la vida, el ritmo y la musicalidad del
verso y el arte de evocar y sugerir a través de símbolos. Así se recurre a elementos simbólicos
para expresar sentimientos, ideas o estados de ánimo: el cisne simboliza la estética modernista, el
ocaso representa la muerte, el camino la vida y el otoño la decadencia.
La temática del Modernismo se divide en dos direcciones: una hacia la exterioridad sensible y otra
hacia la intimidad del poeta. Se denomina escapismo al deseo de los modernistas de huir del
mundo, con una elegancia exquisita, por los caminos del ensueño. Los autores buscan evadirse de la
realidad, transportándose a escenarios lejanos tanto en el espacio como en el tiempo, ya sea a
épocas pasadas o lugares y civilizaciones exóticas, como China o la India.
Ligado a lo anterior, se encuentra el cosmopolitismo, que surge como una necesidad más de
evasión y la búsqueda de lo distinto y aristocrático. Esto desembocó en la devoción por París, con
sus cafés, sus “dames galantes” y sus “dandys”. A pesar de ello, el tratamiento de temas
americanos, lugares, héroes y mitos, como Caupolicán de Rubén Darío, se consideró una forma
más de evasión hacia el pasado. Los modernistas hispanoamericanos incrementaron el cultivo de la
temática indígena en su búsqueda de las raíces de una personalidad colectiva. Esa misma búsqueda
del origen explicará también la entrada de temas hispanos.
Otro núcleo temático relevante es la expresión de la intimidad personal, con sentimientos de hastío,
angustia, tristeza y melancolía que reflejan una insatisfacción existencial, ambientados en escenarios
otoñales o crepusculares. El Modernismo también presenta filiación romántica, como Prosas
Profanas de Rubén Darío. Asimismo, es importante destacar la influencia de Bécquer, como
precursor del simbolismo.
En esta literatura hay un contraste reiterado entre el amor y un intenso erotismo. Así asistiremos a
la idealización de la mujer, al amor imposible, y frente a ello, al erotismo desenfrenado en
descripciones sensuales.
En conclusión, la temática modernista revela, por una parte, un anhelo de armonía frente a un
mundo que se percibe como inarmónico, un ansia de plenitud y perfección, impulsada por la

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insatisfacción íntima; y por otra parte, una búsqueda de raíces en medio de aquella crisis que
produjo un sentimiento de desarraigo en el escritor.

El Modernismo español presenta una serie de particularidades pues, a pesar de la fuerte influencia
de Rubén Darío, se distingue por no centrarse tanto en temas mitológicos y orientales, ni en una
poesía tan descriptiva y sensorial como la del Modernismo hispanoamericano. En su lugar, se
incorporan referencias al folclore andaluz, la influencia arabe que dejaba entrever la Alhambra, la

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belleza mágica de Galicia y los paisajes de los pueblos abandonados de Castilla.
Sus mejores frutos literarios fueron las obras que se inspiraron en el simbolismo, las cuales son
íntimas, melancólicas y tristes, puesto que abordan sentimientos y preocupaciones universales como
el sentido de la vida y la soledad del ser humano, con menos sonoridades y menos alardes formales.
Aquí incluiríamos a autores como Manuel Machado (Alma), Francisco Villaespesa (Flores de
almendro), las primera etapa poética de Antonio Machado (Soledades, galerías y otros poemas -
1903), Juan Ramón Jiménez (Elejías - 1907) y la prosa modernista del Valle-Inclán de Las sonatas
(1902-1905).
Según Davison, “es imposible comprender la literatura hispánica moderna sin tener en cuenta los
descubrimientos de los modernistas”. Y, en efecto, la poesía española salió del Modernismo
absolutamente distinta de lo que había sido antes. Los poetas llevaron a cabo un trabajo significativo
en el campo del lenguaje que resultó decisivo para la renovación de la palabra poética.

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