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CONTROL DE CYPERUS ROTUNDUS

El Cyperus rotundus, también conocido como coquito, coquillo, corocillo, cebollín o cebolleta, es
una ciperácea perenne que posee un extenso sistema de rizomas, tubérculos y bulbos de donde
emergen brotes erectos de hasta alrededor 30 cm de altura. Los brotes comprenden hojas verde-
oscuras y un tallo de sección triangular, donde aparece una inflorescencia marrón oscuro o
violacea. Poseen hojas de alta capacidad fotosintética.

Caracterización: Aunque las plantas pueden producir semillas viables en un 0.5 a 2% de poder
germinativo, son los tubérculos la fuente principal de las infestaciones de C. rotundus. Nuevos
tubérculos se forman después de la germinación durante varias semanas y el número de bulbos
basales se eleva cinco veces. La brotación de los tubérculos tiene lugar a temperaturas entre 10 y
45°C, las óptimas se encuentran entre 30 y 35°C. Usualmente un tubérculo emite 2-3 rizomas, que
se desarrollan próximos a la superficie del suelo (56). El bulbo basal normalmente se forma cerca de
la superficie del suelo, pero puede formarse hasta profundidades de 20 cm y es el encargado de
emitir las raíces y los rizomas. Los primeros 30 cm de rizomas crecen horizontalmente, luego sus
extremos giran hacia arriba para formar nuevos brotes aéreos, que portan un nuevo bulbo basal. El
rizoma puede permanecer en el suelo y formar varios tubérculos, a partir de los cuales se
desarrollará un nuevo rizoma lateralmente. Todo esto provoca la formación de cadenas de
tubérculos, algunas de las cuales se pueden hallar hasta 120 cm dentro del suelo en estado de
latencia. No obstante, esto, el 80 a 90% de los tubérculos se forman en los primeros 15 cm del suelo.

La producción de tubérculos por planta es aproximadamente de uno diario y los primeros 90 a 140
días un solo tubérculo plantado en un campo puede extenderse en 90 cm en dos meses, mientras
que dos estaciones después la maleza produce un incremento promedio de área de 2.8m2 /mes.
Las poblaciones de tubérculos alcanzan un equivalente de 10 130 000/ha.

Los tubérculos permanecen viables en el suelo durante varios años. La “latencia” de los tubérculos
es realmente un ejemplo de dominancia apical, que se expresa de dos formas. En tubérculos
individuales, una (a veces dos) yema apical brota primero. Si el brote inicial es eliminado, otras
yemas brotarán. La segunda forma de dominancia se expresa entre tubérculos interconectados. Las
cadenas de tubérculos producidas en un año deben ser consideradas como una sola unidad, ya que
el tubérculo terminal muestra dominancia. En una cadena de tubérculos, las yemas en el tubérculo
terminal (el más joven) generalmente brotan primero y esto evita que las yemas del resto de los
tubérculos broten. Esta dominancia se pierde cuando se corta el rizoma que forma la cadena. Esta
es la razón por la cual labores intensas de labranza a veces producen elevadas poblaciones de C.
rotundus (87). De ahí que como complemento al laboreo se recomienda el rastrilleo de propágulos
afuera del campo.

Esta maleza está bien dotada para competir por los nutrientes, el agua, y durante etapas tempranas
de desarrollo por la luz, ya que brota y crece más rápidamente que la mayoría de las plantas
cultivables (56).

A pesar de ser una maleza de pequeño tamaño con relación a la mayoría de las plantas de cultivos,
C. rotundus puede causar serias pérdidas de rendimiento. Compite fuertemente por N y puede
extraer muchos kilogramos de nutrientes del suelo, más del 50% de estos elementos se almacena
en los tubérculos de C. rotundus.

La competencia comienza temprano en el ciclo del cultivo. Una demora de 10 días entre la siembra
y el primer desyerbe en maíz resultó en una pérdida de rendimiento del 19%. Una demora de 30
días provocó un 27% de pérdida de la cosecha, mientras que la competencia durante todo el ciclo
redujo los rendimientos en un 70%. C. rotundus también puede reducir la calidad de los cultivos de
raíces, como la patata dulce o camote y la yuca, así como de tubérculos y bulbos, de papa y cebolla.
Las puntas de los rizomas pueden penetrar las estructuras subterráneas de estas plantas cultivables
y así reducir su valor para la venta. También suele reducir el contenido de almidón de las raíces de
la yuca.

C. rotundus a veces se presenta en poblaciones puras con nivel de infestación de moderado a alto,
en áreas donde no se aplican medidas de control de malezas. Probablemente por propiedades
alelopáticas mediante las cuales sus productos químicos inhiben el crecimiento de las plantas
cultivadas como frijol y vainita. Son los tubérculos los más inhibidores.

Estrategias de manejo

Un exitoso manejo de C. rotundus requiere del conocimiento de sus hábitos de crecimiento y


biología, y la realización a largo plazo de un programa multifacético de manejo cultivo/maleza. Al
igual que con otras malezas, un cultivo vigoroso es una necesidad para un efectivo control cultural
de C. rotundus. Esta maleza es sensible a la sombra, por lo que el ajuste de la distancia entre surcos
del cultivo al ancho más estrecho posible para cada cultivo, así como la densidad de plantas al nivel
práctico más alto posible, aseguran un rápido régimen de sombra sobre la superficie del suelo. Los
cultivos que alcanzan un metro o más de altura (maíz, algodón) serán más competitivos contra C.
rotundus que los cultivos de porte bajo (la mayoría de las hortalizas). Cultivos de crecimiento rápido
(sorgo, soya) requerirán medidas de control durante menor tiempo después de la siembra que
aquellos de crecimiento lento (algodón). La inundación del suelo, como usualmente se realiza en la
producción de arroz, inhibe el brote de los tubérculos, pero no los destruye. Estos últimos, tan
pronto se realiza el drenaje, brotan con más rapidez que aquellos que se encuentran en áreas de
secano. La plantación de cultivos permanentes, como alfalfa, generalmente inhibe la infestación
hasta que el campo sea labrado nuevamente para la plantación.

La clave para un exitoso control mecánico de C. rotundus son la puntualidad y la persistencia. Para
preparar la cama de siembra se sugiere realizar varias labores mecánicas durante un período de 3 a
5 semanas. La primera labor puede destruir muchos de los vástagos brotados, pero si las plantas
iniciales son destruidas, las yemas latentes en los tubérculos serán capaces de formar nuevas
plantas en dos o tres ocasiones. La labranza también puede ubicar tubérculos no brotados en
condiciones de suelo favorables para la brotación posterior. Esto es deseable si el campo va a ser
labrado de nuevo antes de la siembra o si se está labrando repetidamente durante un período seco
de barbecho para destruir los tubérculos.

Tal enfoque, sin embargo, no conduce a la erradicación de C. rotundus. El laboreo repetido del suelo
es efectivo porque los tubérculos ubicados en las capas superficiales del suelo son vulnerables a la
desecación. Para aniquilar los tubérculos sobre la superficie del suelo pueden requerirse 14 días con
una temperatura de 40°C si la humedad relativa es alta, mientras que si los tubérculos están a 5-8
cm de profundidad del suelo se requieren 21 días y la humedad del suelo deberá estar por debajo
de 8%. La labranza siempre es más efectiva cuando el suelo está seco y es recomendable un rastrillo
de acumulación hacia afuera para la desecación de los propágulos.

Después de la emergencia de la planta cultivable se tienen que realizar las labores de cultivo
mecanizado o laboreos manuales antes que C. rotundus se establezca. De tres a cinco labores
generalmente son suficientes para que el cultivo aventaje a esta maleza. Los implementos de
labranza o herramientas deben ser ajustados para desprender todo lo posible a los tubérculos
brotados y para abarcar la mayor cantidad posible de plantas de C. rotundus. Se deben evitar daños
a las raíces de la planta cultivable cuando se realizan los desyerbos manuales o labores mecánicas.
Los implementos de labranza y las herramientas se deben limpiar antes de abandonar los campos
infestados para evitar que los tubérculos se propaguen hacia las áreas no infestadas.

A pesar de la reconocida importancia de C. rotundus, existen relativamente pocas alternativas de


control químico. En el cuadro 24 aparecen los posibles herbicidas para una amplia gama de cultivos.

Una sola aplicación de un herbicida nunca controlará bien al C. rotundus. Los mejores resultados se
obtendrán cuando el uso de herbicidas esté integrado con el desyerbo mecánico. Los productos
mencionados describen su efecto como “supresión” o inhibición de C. rotundus, en lugar de control.
La duración del control de la mayoría de estos herbicidas es de 30-40 días como máximo. Los
productos de post-emergencia, como 2, 4-D y glifosato, solo eliminan las plantas ya brotadas al
momento de la aplicación.

Glifosato no selectivo se debe aplicar antes de la emergencia del cultivo o cuidadosamente entre
los surcos de los cultivos perennes establecidos. Este herbicida se transloca rápidamente a través
del follaje hacía los bulbos basales y tubérculos de las plantas tratadas. El herbicida se puede aplicar
de 3 a 4 semanas después de la preparación del terreno, por lo que la siembra se puede realizar sin
movimiento alguno del suelo. Este enfoque de preparación a veces brinda al cultivo la oportunidad
de ganar a la maleza.

Una estrategia económica para reducir la población de los tubérculos es aplicar repetidamente
cuatro a cinco aplicaciones de 2,4-D a intervalos de 30 días, seguido de labranza del suelo, llegando
a reducir la población de tubérculos en un 86%. La población no varió cuando no se realizó
preparación del terreno entre las aplicaciones. Tres aplicaciones similares de glifosato seguidas de
labranza redujeron la población de tubérculos en un 72%, pero este herbicida es considerablemente
más costoso que el 2,4-D.

Otro aspecto esencial es la prevención, la que consiste en un elevado manejo, ya que se necesita
una observación sistemática de los equipos y materiales que vienen a la chacra o fundo, donde C.
rotundus está ausente. En resumen, sólo los productores que poseen programas de prevención
cuidadosa y de manejo integrado de malezas pueden lograr éxitos en la producción agrícola en áreas
infestadas de C. rotundus.

Otras especies de Cyperus

Cyperus esculentus L. es otra especie perenne, que se propaga a través de sus tubérculos. Esta
difiere de C. rotundus en que es menos común en los trópicos (es más abundante en los sub-trópicos
y clima templado). Esta especie produce tubérculos en los extremos de sus rizomas (no en cadenas);
los tubérculos son ingeribles (se utilizan como alimento humano y animal); la inflorescencia de la
planta es amarillenta y sus hojas basales son tan o más largas que el tallo. C. esculentus es más fácil
de manejar que C. rotundus, lo cual se puede lograr con medidas culturales (con el uso de plantas
cultivables competitivas) y con desyerbos manuales o mecánicos. Si no se le controla, las pérdidas
de rendimiento pueden ascender a 40% en maíz y soya. C. esculentus es generalmente susceptible
a los mismos herbicidas efectivos para el control de C. rotundus, aunque el tratamiento de pre-
siembra, con incorporación al suelo, a base butylate es más efectivo sobre C. esculentus que sobre
C. rotundus. También se pueden utilizar con éxito las aplicaciones pre-emergentes de alachlor y
metolachlor, así como las post-emergentes de atrazina y bentazon.

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