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ESTRATEGIA MARITIMA

ALEMANA

Gabriel Sánchez Buzeta


Capitán de Navío /.M.

LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

El plan estratégico alemán: una enseñanza por ausencia

1estudio de la estrategia naval Toda la inteligencia, el ingenio, la agu-


({? en la Primera Guerra Mundial, deza y la creatividad del hombre se dirigen,
~ desarrollado por el Vicealmi- concentradamente, a estrechar lo más po-
rante (R) alemán Sr. Wolfgang sible el margen de incertidumbre frente al
Wegener, contiene abundantes reflexio- cambio, y para ello se anticipa -porque
nes que resultan muy novedosas e instruc- existe el tiempo- basándose en experien-
tivas, en especial en la concepción y enfo- cias, en informaciones y a menudo en
que tratados sobre la estrategia como fun- conjeturas. Esta anticipación a los aconteci -
damento de las operaciones, y en la sicolo- mientos por ocurrir es el plan .
gía que subyace en los pensamientos que
genera toda situación estratégica. Sin este concepto anticipado del porve-
nir, todo queda al azar, a la casualidad, ex-
En la guerra, la pugna de voluntades poniéndose a lo inesperado.
pone en juego el ingenio, la creatividad y la
imaginación, por parte de ambos belige- El Almirante Wegener critica el pensa-
rantes. Por eso es que el estudio de la estra- miento de sus compatriotas, qu ienes
tegia no acentúa de manera alguna concep- creían que la batalla habría iluminado con
tos con carácter de doctrina . Por lo contra- la antorcha de la sabiduría estratégica, me-
rio, enfatiza que no hay recetas ni fórmulas diante la victoria, la ruta hacia la puerta del
matemáticas, las cuales, interpretadas de Atlántico para las fuerzas navales alema-
antemano, puedan dar una solución se- nas. No hay duda que si el azar nos favore-
gura. ce con una jugada provechosa, podríamos
conseguir enriquecernos súbita e inespera-
Y es que la guerra, como la vida y como damente como por designio del destino. Y
todas las relaciones en que participan los tampoco hay duda que una vez en posesión
hombres, ocurre bajo tres factores de ca- de esa riqueza podríamos cumplir todas
rácter esencial e inevitables : la incertidum- nuestras ambiciones. El problema radica
bre, el tiempo horario y el cambio. en que el azar no es el camino más seguro
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para cumplir nuestras ambiciones. Por lo en sí, careció de fundamento estratégico,


contrario, ello sólo parece posible en la me- por cuanto -como se ha dicho- su ocu-
dida que definamos nuestros objetivos, rrencia estaba entregada al azar. Tiene en-
comparemos su magnitud con nuestras tonces plena validez el concepto del Almi-
fuerzas y medios y elaboremos, en definiti- rante Wegener de que el teatro de opera-
va, Lina estrategia para alcanzar progresi- ciones del mar del Norte constituyó un va-
vamente la meta deseada . cío estratégico.
Si esto es la aplicación correcta del plan Por otra parte, el mando alemán siem-
de un individuo, frente a sus aspiraciones, pre manifestó su preocupación por la suer-
con mayor intensidad lo será en la guerra te del teatro de operaciones ruso en el Bálti-
para un país que pretende satisfacer su co, si desaparecía la flota alemana . Esta
objetivo político mediante un objetivo es- inquietud manifiesta el criterio terrestre
tratégico. que presidió la dirección de la guerra; la
fuerza organizada era valiosa en la medida
Considerar la guerra naval con la con-
que favorecía la estrategia terrestre, depen-
cepción alemana que el Almirante Wege-
dencia que indica un grave desconocimien-
ner asigna a sus compatriotas, en términos
to de la guerra en el mar. Ahora bien, si se
simples de: "Primero la batalla y después
contrasta esta inquietud y cautela con las
quizás -de acuerdo con su resultado- la
declaraciones precedentes que propicia-
ofensiva estratégica", res u Ita completa-
ban la búsqueda de la batalla a toda costa,
mente erróneo.
como forma de "iluminación estratégica" ,
Por ello es que cobra particular fuerza queda entonces en claro un contrasentido
la comparación del autor, cuando señala que confirma una vez más la desorienta-
que hay dos caminos para cumplir el com - ción de Alemania, como consecuencia de la
promiso que plantea una deuda: preparar- deficiente planificación estratégica.
se paulatinamente para hacer frente a su
cancelación o bien jugar a la lotería y espe- La razón sicológica es que no pueden
rar el golpe de suerte. estar en el ánimo de los mandos, simultá-
neamente, actitudes contrapuestas : por
Lo que es incuestionable es pensar una parte, buscar la batalla, aun haciendo
-aun a pesar de que el azar eventualmente abandono de todas las ventajas tácticas, y,
favorezca el segundo curso de acción- por otra, reconocer responsablemente que
que tal decisión pueda ser la más prudente. la pérdida eventual de la fuerza organizada
no sólo implicaría la caída de un frente ,
Por eso es que, al no producirse el en- como limitadamente lo suponía la conduc-
cuentro casual a que alude el Almirante ción terrestre, sino que su efecto tendría
Wegener, sobre el cual se erigía la espe-
incidencia decisiva en el destino de la
ranza de conseguir la victoria deseada , no guerra .
quedó otra cosa en evidencia que la ausen -
cia del plan estratégico ofensivo alemán La ausencia del plan estratégico con-
que debía haber presidido las operaciones dujo entonces a sustraerse, justamente, de
navales del mar del Norte, y orientado a la lo que se decía buscar : la batalla ; se retuvo
táctica que debía ejecutarlas, en la Primera a la Fuerza para que gravitase -según se
Guerra Mundial. El teatro de operaciones pensaba- por su sola existencia, cayendo
del mar del Norte careció para Alemania de en la actitud de flota en potencia, aprecia-
la característica más esencial, en el sentido ción errónea que entregó el dominio del
que no es posible desarrollar una empresa mar a Inglaterra. Sólo comprendiendo el
estratégica determinada si no se han plan- alcance que tuvo la ausencia del plan estra-
teado los objetivos importantes que se de- tégico se puede ver la ilusoria pretensión
ben alcanzar. Si ese objetivo fue la batalla de poseer una gravitación imposible, y
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cómo esta situación fantasma llevó al man- LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL


do naval alemán a actuar defensiva mente;
La lección que no se aprovechó
los alemanes asumieron que en el mar del
Norte no había nada que conquistar ni nada No es posible dejar de considerar, para
que decidir. Esta sicología de la situación, comparar la aplicación de los conceptos
como la llama el Almirante Wegener, es el emitidos por el Almirante Wegener durante
factor determinante de la actitud estratégi- la Segunda Guerra Mundial, la configura-
ca -disposición de ánimo manifestada de ción de la fuerza naval alemana que partici-
este modo- que asumió la armada alema- pó en tal guerra, en la medida en que la
na. La causa de ella fue la incomprensión y concepción estratégica tiene necesaria-
el desconocimiento del espíritu de la gue- mente que haber influido en su composi-
rra naval. Esta deficiencia en la concepción ción.
estratégica arrojó como producto un plan La elaboración del Plan "Z", destinado
de operaciones equivocado, que afectó el
a crear una flota transoceánica, estuvo
espíritu de los mandos; fue rebajando en
afectada por concepciones defectuosas de-
forma regresiva las reacciones de los hom-
rivadas de las experiencias de la Primera
bres; fue un paso gradual de lo dinámico a Guerra Mundial, y limitadas a las condicio-
lo estático; de la vida a la muerte.
nes de operación próximas al litoral
Este serio quebrantamiento moral se alemán.
manifestó con la reacción violenta de la La finalidad de las operaciones que se
serie de rebeliones que estallaron en la flo- pretendía realizar con tales medios, eran
ta de alta mar en 1917 y 1918, culminando ataques a las comunicaciones marítimas
con la catástrofe final de 1919. mediante acorazados y cruceros pesados
en el rol de corsarios.

Conclusiones generales Cuando estalló la Segunda Guerra


Mundial, el Plan estaba sin completarse y,
• Antes de iniciar la concepción de las una vez más, al igual que en 1914, la arma-
operaciones, es mandatorio establecer la da alemana demostró no estar acorde con
fisonomía del conflicto. las exigencias que el conflicto de 1939 im-
ponía a la armada.
• La estrategia ilumina el plan de ope-
Las posiciones conquistadas en Brest y
raciones, al identificar los objetivos que de-
Noruega no fueron aprovechadas y los
berán ser alcanzados.
grandes buques, por falta de protección aé-
• La táctica ejecuta las operaciones rea, se retiraron del frente principal; se pro-
concebidas en la forma que más convenga cedió a improvisar, en medio de la guerra,
a la situación del momento. soluciones de emergencia que pudiesen
concretarse a corto plazo.
• La batalla, como medio y nunca co- Se ve, entonces, que no hubo aprove-
mo fin, puede o no ser necesaria. Su ocu- chamiento de las lecciones que el pasado
rrencia debe tener lugar sólo al amparo del había ofrecido.
fundamento estratégico que la justifique.
Si los alemanes hubiesen desarrollado
• No hay sustituto para la planificación un poder naval adecuado habrían podido
estratégica. El azar no tiene cabida dentro desembarcar en Inglaterra en cualquier
de la toma de decisiones. Su presencia ine- oportunidad, durante el mes que siguió a la
vitable debe ser reducida al mínimo que caída de Francia, con escasa probabilidad
permita la planificación acabada y las infor- de resistencia. De hecho, la flota británica
maciones confiables sobre el enemigo. se mantuvo durante ese lapso alejada hacia
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el norte para evitar la acción de la Luftwaf- • Aun teniendo presente la convenien-


fe, posibilitando las operaciones de proyec- cia de lograr un vuelco estratégico a corto
ción. Este otro día "D" en la Segunda Gue- plazo, este estímulo no debe distorsionar el
rra Mundial habría cambiado el destino de fundamento estratégico real de la batalla
la Humanidad. decisiva, ni influir en la serena concepción
del plan de operaciones, ni conducir a pen-
En consecuencia, el desconocimiento
sar que tal batalla es un compromiso inelu-
alemán de la guerra en el mar se mantuvo
dible como medio para la victoria.
como una constante, entre la Primera y Se-
gunda Guerra Mundial, sin que la conquis- • Pero, por otra parte, hay que tener
ta de posiciones ventajosas incidiese en cuidado en que una defensiva asumida con
iluminar la concepción estratégica alema- demasiada cautela y con excesivo temor a
na, porque ésta fue siempre terrestre. No los riesgos pueda disminuir el grado de
obstante la intensa campaña submarina, actividad de la Fuerza, aproximándola al de
las reacciones que ella misma provocó por flota en potencia. Esta situación debe ser
parte de los aliados ratificaron que sólo las considerada como la más conveniente, y
fuerzas de superficie son resolutivas. Tal sólo una defensiva activa puede proteger lo
desconocimiento del espíritu de la guerra que se desea asegurar. La importancia de
naval hace muy acertada la apreciación que los medios secundarios cobra entonces to-
el Almirante Wegener expresó sobre sus do su vigor.
compatriotas, al decir que ni aún después
• La situación de equilibrio a la que hay
de una batalla decisiva se podía confiar en
que arribar, y que debe presidir el plan de
que la habrían utilizado debidamente para
operaciones en la hipótesis considerada,
los fines de la guerra.
está contenida entre los siguientes límites,
expresados por Horacio Nelson, tan carac-
CONCLUSIONES PARA EL CASO
terizado por su agresividad:
NACIONAL
"No se imaginen que estoy tan ciego de
• En un país tan marcadamente insular valor como para buscar el combate en con-
y extenso como Chile, y con los medios diciones de inmensa desventaja y sin moti-
disponibles, se deberá pensar en téminos vo fundado";
estratégicamente defensivos. La magnitud pero a la vez recordar que:
de las posibles amenazas obliga como nun-
"No se logrará nada grande sin correr
ca a elaborar, mediante esta concepción
riesgos".
estratégica, un plan de operaciones que de-
fina claramente los objetivos de la Fuerza Unicamente los riesgos innecesarios
impidiendo el aislamiento de los extremos. son los que hay que evitar.

BIBLIOGRAFIA

woLFGANG WEGENER: La estrategia naval en la guerra mundial, Berlín, mayo de 1929.


w1NST0N CHURCHILL: The Second World War, Boston, 1959.
SAMUEL ELIOT MORISON: The two ocean war, Little Brown, Boston, 1963.
HORAc10 JUSTINIANO A.: Estrategia naval, Comentarios A.G.N., Valparaíso, 1978.
BASIL H. LIDDELL HART: History of the First World War, Suffolk, 1934.
ALFRED THAYER MAHAN: The life of Ne/son, London, 1899.

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