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SSRL Profesor: Pbro.

Jesús Godoy
Escuela de Filosofía Alumno: Adrián Colina (III Filosofía)
Asignatura: Fe y razón
Carácter del trabajo: Resumen El Hatillo, 30 de Abril 2018

La verdad
(Concepción y transformación en el camino epistémico)

El concepto de la verdad en el camino epistemológico ha logrado poseer diferentes,


visiones, contenidos u formas establecidas por el conocimiento humano. Los filósofos son
los responsables de haberle adjudicado distintas nociones, puesto que, en la historia de
pensamiento, la verdad se ha comportado como un objeto moldeable, una especie de
plastilina o arcilla trabajada en manos de intelectuales. Esto quiere decir, que la verdad
tiene un cuerpo epistémico para la antigüedad; otro para el teocentrismos medieval; el
racionalismo destruiría toda la estructura y realizaría un concepto distinto; la acogida
empírica le daría su toque sensitiva; y así cada escuela la interpretaría desde su percepción.

De acuerdo con la antes mencionado, cada época ha trazado una escritura muy singular de
la verdad. Por ejemplo, la antigüedad sostiene que la verdad es aletheia como
«desvelamiento», lo que se descubre a fondo. Esto llevo a sostener hasta el modernismo,
que la verdad es principalmente la correspondencia entre el ser de la realidad conocida y
la actividad de la mente que conoce dicha realidad. El concepto antes mencionado
puede ilustrarse con una situación real: cuando al escuchar un helicóptero podemos suponer
que se encuentra volando y pasa sobre la zona. Esta situación es constatable, al momento en
que visualizándolo y escuchándolo hacemos certero el hecho. Evidentemente, hay una
correspondencia de una realidad existente, que puedo ratificar con el uso de los sentidos, el
cual, puedo calificar de verdadero o falso.

Sin embargo, el nuevo molde de la verdad viene a darlo santo Tomas de Aquino,
expresándolo con la fórmula: la «adecuación o conformidad del intelecto a la cosa» o bien
la «adecuación o conformidad entre la cosa y el intelecto». Es una proposición que expresa
la ordenanza del pensamiento con su objeto. Porque la verdad está principalmente en el
entendimiento, si se trata del entendimiento del que depende su ser, es la adecuación al
entendimiento del que dependen. Las cosas naturales no dependen de nuestro
entendimiento, sino que su ser depende del entendimiento divino1. A este respecto, el
nominalismo va ir contra diciendo que: la correspondencia de la verdad no reside en la

1
Etienne. G., El tomismo (Introducción a la filosofía de Santo Tomás de Aquino), Pamplona, 1987. Pg. 80.
mayor o menor semejanza de la mente con la cosa, sino que se trata de una mera
convención.

Posteriormente, la arquitectura racionalista emprendida por Rene descartes, caracteriza lo


verdadera como una «percepción clara y distinta», esto quiere decir, que lo sensible es
contingente y las experiencias sensibles están sometida a la equivocación, más concreto, las
ideas obtenida en el saber humano, puede sustentarse sobre la experiencia sensible de los
sentido. La verdad para Descartes es evidencia. Este filósofo pensaba que la evidencia es la
idea infundada de la verdad de una proposición por medio de la intuición. Es por eso que el
primer principio «Pienso, luego existo » es una verdad porque se nos presenta como una
intuición clara y distinta que le otorga una evidencia inmediata.

El empirismo de John Locke, va explicar algo sumamente interesante ante la racional


postura de las ideas y la mente. En específico, dice: «al inicio la mente humana es como
una pizarra vacía, en blanco, en la cual quedan grabadas las impresiones y experiencias
sensibles, a partir de las cuales las operaciones mentales construyen las ideas». El proceso
epistemológico que presenta Locke, habla que la mente es un camino en construcción,
todas las ideas se van desarrollando con la incorporación de las experiencias sensibles. Al
contrario de la filosofía cartesiana basada en conceptos preexistentes, sostuvo que nacemos
sin ideas innatas, y que el conocimiento, y que en lugar es determinado solamente por la
experiencia derivada de la percepción sensorial.

No obstante, David hume asumirá la misma postura empirista: «Es evidente que hay un
principio de conexión entre los distintos pensamientos o ideas de la mente y que, al
presentarse a la memoria o a la imaginación, unos introducen a otros con un cierto grado de
orden y regularidad» aquí, se conocen dos tipos de verdades (verdad de hecho y verdad
relaciones de ideas). La primera (verdad de hecho) son aquellas en que se debe apelar a la
experiencia para saber si son verdaderas o falsas. Por ejemplo, sol sale en la mañana, es una
afirmación que es medible al esperar una amanecer, puesto que, la ciencia puede explicarlo.
La segunda (relaciones de ideas) son aquellas que no requiere de la experiencia, sino el uso
de la razón, bajo el análisis de las ideas que constituyen el enunciado. Sencillamente, dos
más dos son cuatro, es un ejemplo de relación de ideas.

La ilustración de Immanuel Kant, innova con un modelo de verdad muy particular. El gran
filósofo dice que: «La verdad consiste en el acuerdo del conocimiento con su objeto». Estas
palabras señalan que el conocimiento no debe considerarse como verdadero, sino a
condición de su conformidad con el objeto, según esto, yo no puedo comparar el objeto más
que con mi conocimiento, puesto que, únicamente le conozco por él2. El idealismo, tomo
la verdad y lo impulso a manos de Hegel al espíritu absoluto.

2
M. García., La filosofía de Kant, Madrid 1941.pg. 55
El Espíritu Absoluto representa el último paso en el camino del Espíritu hacia sí mismo. «
Es el cierre reflexivo en el que dicho Espíritu se reconoce a sí mismo en todas las cosas,
efectivamente como Absoluto que vuelve en sí desde su determinación». La verdad para
Hegel es todo aquello que sea racional y absoluto una verdad nunca puede ser relativa
como la piensa Kant, una verdad es absoluta si no es verdad.

La fenomenología representada por Edmund Husserl va a edificarse sobre el modelo: «lo


que es verdadero es absoluta- mente verdadero, es verdadero "en sí" la verdad es una e
idéntica sean hombres o monstruos, ángeles o dioses los que la aprehenden por el juicio.
La verdad en el sentido de una unidad ideal frente a la multitud de razas, individuos y
vivencias es la verdad de la que hablan las leyes lógicas y de la que hablamos todos
nosotros, cuando no hemos sido extraviados por el relativismo». Esta expresión del
fenomenólogo, es un ataque al relativismo. La crítica hacia la postura ambigua hacia lo
realmente absoluto y verdadero.

Finalmente, el nihilismo que personifica Nietzsche hace ver a la verdad, desde una
perspectiva distinta de la cuestión universal, antes bien, se apoya en el asunto que varía
entre las diversas culturas, y es por esta razón es que se segrega a quien no comparte la
misma verdad. Pero aunque no existe una verdad universal, existen ciertos conceptos
semejantes entre cada cultura, pero en este afán de búsqueda de la verdad cada pueblo
encuentra a la misma bajo sus percepciones culturales. Es una metáfora, una ilusión creada
por los hombres a la sombra de sus relaciones y convenciones, el problema reside en que
este hecho ha sido olvidado. La verdad aparece aquí como una excusa para poder vivir
gregariamente, es un tratado de paz, una mera invención3.

Por último, es apreciable que la verdad ha sido objeto moldeable para muchos sabios del
pensamiento, que influenciados por sus propias doctrinas: el concepto de verdad tiene una
significación muy particular. En el fondo, se trata del hombre, explorador, cuestionado e
interrogado por encontrar la certeza de las cosas y del mundo que lo rodeo. Es la razón
como facultad humana quien le permite discurrir entre el objeto y la realidad, lo existente y
lo falso, la sensibilidad experimental y la lógica. De este modo, la fe aparece como un
factor, no menos imprescindible, porque, descubierta o desvelado lo oculto (verdad) el ser
humano lo hace creíble. Le imprime fe.

3
J. Hernández -Pacheco., F Nietzsche. Estudio sobre vida y trascendencia, Herder, Barcelona 1990.pg. 36

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