Está en la página 1de 2

AVE MUNDI SPES MARIA

mi4 [si3-mi5] o re4 En honor de la Santísima Virgen María

A
VII

-VE mundi spes Marí-a, Ave mi-tis, ave pi-a, Ave plena gráti-a.

Ave Virgo singuláris, Quæ per rubum designáris Non passum incéndi-a.

Ave rosa speci-ósa, Ave Jesse vírgula: Cujus fructus nostri luctus

Relaxávit víncula. Ave cujus víscera Contra mortis fœ́́ dera Edidérunt

Fí-li-um. Ave carens sími-li, Mundo di-u flébi-li Reparásti gáudi-um.

Ave vírginum lu-cérna, Per quam fulsit lux supérna His quos umbra

ténu-it. Ave Virgo de qua nasci, Et de cujus lacte pasci Rex cælórum

vólu-it. Ave gemma cæli luminári-um. Ave Sancti Spíritus sacrári-um.

O quam mirá-bi-lis, Et quam laudábi-lis Hæc est virgí-nitas! In qua per


1 verbumgloriae.es
AVE MUNDI SPES MARIA

Spí-ritum Facta Paráclitum Fulsit fœcúnditas. O quam sancta, quam

seréna, Quam benígna, quam amœ́́ na Esse Virgo créditur! Per quam

sérvitus finítur, Porta cæli aperítur, Et libértas rédditur. O castitátis

lí-li-um, Tu-um precáre Fí- li-um, Qui salus est humí-li-um. Ne nos

pro nostro ví-ti-o, In flébi-li judí-ci-o Subjíci-at supplíci-o. Sed nos tu-a

sancta prece Mundans a peccáti fæce. Cóllocet in lucis domo, Amen


SALVE, esperanza del mundo, María; salve, gentil; salve, pia-
dosa; salve, llena de gracia. 2. Salve, Virgen singular, prefigu-
rada en la zarza que arde sin consumirse. 3. Salve, bella rosa;
dicat omnis homo. Salve, raíz de Jesé: 4. Cuyo fruto de nuestro lamento las cadenas
afloja. 5. Salve, cuyo vientre contra la ley de la muerte engendró un hijo. 6. Salve, incompa-
rable, que al mundo en lágrimas has renovado la alegría. 7. Salve, lámpara de las vírgenes,
por la que brilla la luz celestial sobre los que en sombras estaban. 8. Salve, Virgen de la que
nacer y ser amamantado con su leche quiso el Rey del cielo. 9. Salve, joya luminosa de los
cielos. 10. Salve, santuario del Espíritu Santo. 11. ¡Oh cuán maravillosa, y cuán digna de
alabanza es tu virginidad! 12. En la que del Espíritu, obra del Paráclito, brilla tu fecundidad.
13. ¡Oh cuán santa, cuán serena, cuán benigna, cuán amable creemos, Virgen, que eres! 14.
Por quien la esclavitud termina, el cielo abre su puerta, y la libertad nos es devuelta. 15. ¡Oh
lirio de castidad!, ruega a tu Hijo, salvación de los humildes: 16. Que no por nuestras culpas
en el amargo juicio nos recaiga condena. 17. Mas por tu santa oración límpianos de la in-
mundicia del pecado: 18. Llévanos a la casa de la luz, y «Amén» diga todo hombre.
2 verbumgloriae.es

También podría gustarte