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Según “Arrastrando la montaña hacia el mar, hacia donde van nuestros océanos” un
artículo realizado por Juan D. Restrepo en el año 2018 “La bahía recibe un aporte
de entre 4.2 y 27.6 toneladas diarias de materia orgánica provenientes del canal del
dique, las aguas residuales de la zona industrial de Mamonal y de las zonas
urbanas sin tratamiento alrededor de la bahía”, debido a esas tasas alarmantes es
necesario proponer métodos de tratamientos de aguas residuales industriales que
sean adecuados para las condiciones y los distintos tipos de contaminantes
presentes en dichas aguas, y es que, según Kelly Torres & María Gutiérrez en su
artículo “Estado del arte de las tecnologías más utilizadas en las refinerías de
américa para el tratamiento de aguas residuales” publicado en 2020 “Las
tecnologías para el tratamiento de aguas residual se ha ido renovando; si bien
algunas se han mantenido con el transcurrir del tiempo, se han desarrollado tanto
nuevas implementaciones como nuevas tecnologías que han permitido la mitigación
casi total de los contaminantes de las aguas residuales, logrando así una
disminución en las emisiones, vertimiento de agua y lodo hacia la atmósfera
haciendo nuevamente referencia a que la aplicación de un método u otro depende
fundamentalmente de la concentración del contaminante y del caudal del efluente.”
Sin embargo, existe un tratamiento muy efectivo y versátil, el cual funciona para la
gran mayoría de aguas residuales con distintos tipos de contaminantes. “En las
últimas décadas, las tecnologías de oxidación avanzada se han consolidado como
una alternativa eficiente en la destrucción de sustancias tóxicas, incluyendo
orgánicas, inorgánicas, metales o patógenos. Los procesos de oxidación avanzada
son muy útiles para contaminantes refractarios que resisten otros métodos de
tratamiento, principalmente el biológico. además sirven para tratar contaminantes a
muy baja concentración en partes por billón” (Enfoque UTE, 2021).