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“Con ánimo voluntario”. Ánimo viene del latín ánima, que es sinónimo de
“alma” la clave es amar a Dios de todo corazón y servirle con ánimo
voluntario. Recordemos que en el alma está la voluntad.
Un hijo de Dios que vive el primer amor, que mantiene su corazón lleno
de su amor, reconoce que lo que tiene es de Dios, por eso dice: “todo
es tuyo” No se llena de soberbia, al considerar las cosas como si él las
hubiera alcanzado.
Dios oye mi oración. “tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada,
su oración y su ruego, y ampararás su causa, y perdonarás a tu pueblo que
pecó contra ti” (2 Crónicas 6.39) Al arrepentirme y convertirme mi oración
es oída desde el cielo, Salomón pide que esta oración sea amparada o sea
pide el respaldo de Dios a ese clamor y le añade el perdón, clave para que
nuestra oración no tenga estorbo.
APLICACIÓN TEOTERÁPICA: Estamos llamados a volver nuestro corazón al
Señor cada día, viviendo en el primer amor. Ese arrepentimiento inicial que nos
llevó a convertirnos, a disfrutar de ese primer amor. Que el paso de los años no
endurezca nuestro corazón, apartándonos del Señor, y dejando a un lado la
pasión para servirle. Estamos a puertas de llevar a otros a que vivan esta
maravillosa experiencia: Arrepentimiento y conversión me llevan al primer amor.
Trabajemos con amor en su obra.
TEMA 5: PERSEVERANDO EN EL PRIMER AMOR
INTRODUCCIÓN: la vida cristiana consiste en nunca dejar, nunca abandonar el
primer amor de mi vida. “conservaos en el amor de Dios” (Judas 1:21) hoy
podemos estar haciendo un trabajo arduo, pero lo podemos estar haciendo en
nuestras fuerzas, y si este es nuestro caso debemos recordar lo que nos dice
Pablo en 1 Corintios 13 “sin amor nada soy” el amor debemos mantenerlo,
conservarlo y hacerlo. Preguntémonos ¿cuántos años llevamos en la vida
cristiana? ¿estoy perseverando en el primer amor? ¿Como está mi obra de amor
para este evento este 10 de diciembre?
“Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor
tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo
22:36-37)
La respuesta del Señor Jesús es contundente: Amarás al Señor tu Dios. Hoy
también para nosotros es este mandamiento: mantenernos amando al Señor con
todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente. Sin fluctuar, eso es
permanencia.
El primer amor es lo único: Está relacionado con el primer mandamiento de
la ley. Al amar a Dios y a mi prójimo, me lleva a cumplir la ley, según me
dice el Señor. “De estos dos mandamientos depende toda la ley y los
profetas” Mateo 22:40 el primer amor es lo fundamental, lo básico, lo único
y debo mantenerme cumpliéndole al Señor. Este mandamiento es el único
que inicia diciendo: amarás al Señor tu Dios.