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DISCOVERY HEART

En el curso de la historia, Dios ha usado todo tipo de personas con todo tipo de
problemas para hacer grandes cosas para Su reino. Él usó a personas como David,
un adultero; a Moisés un exiliado y a Pablo un asesino de cristianos. Mientras que
parece que no existe límite a quien Dios está dispuesto de usar, la única persona a
quien Dios consistentemente no usa es alguien quien está viviendo sin pasión, con
doble ánimo, los que tienen su corazón lejos de Él.
Todos los hombres y mujeres de la Biblia tienen en común que su corazón le
pertenece a Dios o no le pertenece a Dios.

2Cr 12:14 Roboam hizo lo malo porque no dispuso su corazón para buscar al
SEÑOR.

2Cr 19:3 Pero hay cosas buenas a tu favor, pues has quitado del país las imágenes
de la diosa Aserá, y has buscado a Dios de todo corazón

No sé la condición actual de tu corazón, pero si queres prepararte para ser usado por
Dios, ahí es donde hay que empezar, en tu corazón.
La palabra “corazón” aparece en la Biblia 876 veces relacionado con distintos
aspectos de nuestra vida.

El nombre del órgano centro (y centro es core en inglés) de nuestras preocupaciones proviene
del latino cor, que ha requerido en español un aumentativo, aunque lo hayamos olvidado: por
eso lo llamamos corazón (un cor grande). No sucede lo mismo en otros idiomas, donde cor se
ha quedado del tamaño original (coeur en francés, cuore en italiano). Encontramos al cor en la
concordia tanto como en la discordia; podemos acordar con el otro, ser cordiales o
misericordiosos; puede el enojo inflamarnos de coraje y nos pone melancólicos recordar (traer
de nuevo al corazón)
Otro origen para la palabra corazón, es la raíz del sánscrito * ker, vinculada con el fuego,
precedente del griego keramos (arcilla, barro, de allí cerámica). Ivonne Bordelois señala que
de las variaciones de *ker “resultan por una parte el cerebro y por otra…lo referente a lo
cardíaco”. El hecho es que, frente a los que contraponen razón y sentimientos, los nombres
para el común de los mortales de las sedes de una y otros tengan un origen compartido, que
los encuentra en el barro original.

El árbol y el fruto

Mat 12:33 »A un árbol se le identifica por su fruto. Si el árbol es bueno, su fruto


será bueno. Si el árbol es malo, su fruto será malo. Mat 12:34 … Pues lo que está
en el corazón determina lo que uno dice. Mat 12:35 Una persona buena produce
cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas
malas del tesoro de su mal corazón.

Un fruto siempre es el resultado del árbol que lo produce. No se puede producir


ningún fruto sin árbol y ningún fruto puede ser diferente del árbol que lo produce. El
Señor usa esta figura aquí para decirnos que lo que un hombre da, es el resultado y
la analogía directa del tesoro que tiene en el corazón. Un buen tesoro produce buen
fruto, y un tesoro malo produce fruto malo.

Pro 4:23 Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque éste determina el rumbo
de tu vida.

Sobre todas las cosas…

El corazón y La Palabra
Proverbios 4:20-21 “Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis
razones, no se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón”

Proverbios 4:22 Porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo.”

Las palabras de Dios mantenidas en el corazón son vida y salud.


Al hombre le es imposible vivir sin la Palabra de Dios.

Dios mira el corazón

1 de Samuel 16:7 El SEÑOR no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente
juzga por las apariencias, pero el SEÑOR mira el corazón.

El Señor está interesado en el corazón. No le importa nuestra apariencia exterior,


esto es, si aparentamos ser “buenos” y “puros”. Los fariseos eran así. Parecían ser
puros por fuera, ¡pero por dentro eran hipócritas! Como Jesucristo les dijo:

Luc 16:15 Entonces él les dijo: «A ustedes les encanta aparecer como personas
rectas en público, pero Dios conoce el corazón. Lo que este mundo honra es
detestable a los ojos de Dios.

Dios conoce los corazones de todos nosotros, y como pone en claro en

1 de Corintios 4:5 llegará el día cuando el Señor “el cual aclarará también lo oculto
de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada
uno recibirá su alabanza de Dios.”
Contrario al hombre que se preocupa por el exterior, a Dios le importa el corazón.

Proverbios 23:26 “Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.”

Muchos están dispuestos a hacer muchas cosas en nombre de Dios. Pero lo que Él
quiere es simplemente que le demos nuestro corazón. No quiere el fruto, nuestros
actos, sino el árbol que produce ese fruto. Si ese árbol –nuestro corazón- está en Sus
manos, entonces el fruto que se producirá será bueno porque vendrá de un corazón
que le ha sido dado a Él y que es dirigido POR ÉL.

“Con todo nuestro corazón”

Con todo lo anterior, debería de quedar claro que Dios está interesado en nuestro
corazón. Sin embargo, como veremos, no está interesado solamente en una parte de
él, sino que lo quiere en su totalidad.

Mateo 22:35-38 “Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo:
Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu
Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.”

Deuteronomio 10:12 “Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que
temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a
Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma”
Deuteronomio 4:29 “Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo
buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.”

Jer 29:12-13 En esos días, cuando oren, los escucharé. Si me buscan de todo
corazón, podrán encontrarme.

Joel 2:12-13 “Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro
corazón…Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová
vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en
misericordia”

Proverbios 3:1-6 “Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis


mandamientos; Porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán….Fíate
de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo
en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.”

2Cr 6:14 Tú cumples tu pacto y muestras amor inagotable a quienes andan delante
de ti de todo corazón.

Pecado: un tema del corazón

Dios mira y está interesado en el corazón. No es sorpresa que también considere al


pecado como tema del corazón.
Mateo 5:27-28 “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que
cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su
corazón.”

Este pasaje ha turbado a muchos y esto es debido a que conectan el pecado con
hechos externos. Pero Dios no hace eso.
Dios conecta el pecado con el CORAZÓN, el lugar donde Él mira.
Cuando el mal se hace parte de nuestros corazones es pecado,
independientemente de cuándo o si se manifestará con hechos externos .

Sal 66:18 Si no hubiera confesado el pecado de mi corazón, mi Señor no me habría


escuchado.

El pecado rompe nuestra relación con Dios, y como puede parecer obvio de lo
anterior, eso sucede en el momento en que se concibe en nuestro corazón. Es por
eso que es muy necesario guardar nuestros corazones.
Pedirle a Dios, así como David,

Sal 51:7 Purifícame de mis pecados,* y quedaré limpio; lávame, y quedaré más
blanco que la nieve. Sal 51:8 Devuélveme la alegría otra vez; deja que me goce
ahora que me has quebrantado. Sal 51:9 No sigas mirando mis pecados; quita la
mancha de mi culpa. Sal 51:10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva
un espíritu fiel dentro de mí.

Sal 139:19-24 ¡Oh Dios, si tan sólo destruyeras a los perversos! ¡Lárguense de mi
vida, ustedes asesinos! Blasfeman contra ti; tus enemigos hacen mal uso de tu
nombre. Oh SEÑOR, ¿no debería odiar a los que te odian? ¿No debería despreciar a
los que te oponen? Sí, los odio con todas mis fuerzas, porque tus enemigos son
mis enemigos. Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los
pensamientos que me inquietan. Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y
guíame por el camino de la vida eterna.

David quiere que lo único que reine en tu corazón sea Dios y Su Palabra.

Corazón y espíritu limpio

Salmo 51: 10-11 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto
dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu.

Si David pedía que le crearan un corazón limpio era porque no lo tenía.


Podes tener el Espíritu pero necesitas un nuevo corazón para disfrutarlo y
compartirlo. Hay gente llena que no ha cambiado su corazón, nuestra lucha es
cambiar el corazón.
Busca tener un corazón recto y nuevo para que el Espíritu Santo pueda usarte y
cambiar lo que debe ser cambiado. Solamente el Espíritu nos da la esperanza de ser
mejores. Dios dejará Su espíritu en ti para AYUDARTE A CAMBIAR y darte esperanza.

Inclina tu corazón

Sal 119:112 Inclino mi corazón a cumplir tus decretos para siempre y hasta el fin.
Tiene que ocurrir adentro no sólo el comportamiento, sino la creencia de que el
comportamiento tiene que cambiar o el cambio no perdurará.
Si lo que busco es un cambio duradero e inclino mi corazón, esa es una interesante
combinación de palabras
Se inclina a algo…, eso significa que naturalmente no estaba en esa posición, eso
significa que tuvo que hacer algo para orientarlo en una dirección diferente.
Todo lo que necesitas tiene que ocurrir en el corazón, pero no comienza con el
corazón, comienza con la voluntad!

Hch 8:18 Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles
se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, Hch 8:19 diciendo: Dadme también a
mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu
Santo. Hch 8:20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has
pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.
Hch 8:21 No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto
delante de Dios.(B)
Hch 8:22 Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea
perdonado el pensamiento de tu corazón;
Hch 8:23 porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.
Hch 8:24 Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor,
para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí.

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