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Adicción a sustancias[editar]

La adicción a sustancias es un padecimiento crónico, recurrente, progresivo y en ocasiones mortal


que se caracteriza por la búsqueda y el consumo compulsivo de drogas o fármacos (medicamentos
de prescripción médica),10 a pesar de sus consecuencias nocivas. Se considera una enfermedad
del cerebro porque las sustancias psicoactivas y las conductas compulsivas modifican la estructura
y funcionamiento de ciertas áreas de este órgano.11 Implica una dependencia de una sustancia,
actividad o relación debido a trastornos que esta causa en los circuitos de recompensa, motivación
y memoria (véase núcleo accumbens) de la persona afectada.[cita requerida]. Las principales sustancias
que provocan adicción son el alcohol, el THC, los alucinógenos, los inhalantes, los
distintos opiáceos, los sedantes, los ansiolíticos, los estimulantes y el tabaco.

La adicción a sustancias viene determinada en gran medida por el abuso de estas. El abuso se
define como un consumo problemático que puede tener consecuencias adversas cuando se
superan ciertas actividades o se tienen algunas características personales.

Está conformada por los deseos que consumen los pensamientos y comportamientos (síndrome de
abstinencia) de la persona, y estos actúan en aquellas actividades diseñadas para conseguir la
sensación o efecto deseado y para comprometerse en la actividad deseada (comportamientos
adictivos). A diferencia de los simples hábitos o de las influencias consumistas, las adicciones son
«dependencias»[cita requerida] que traen consigo graves consecuencias. Estas consecuencias afectan
negativamente la vida personal y social del individuo y su salud (física y mental), además de que
limitan la capacidad de funcionar de manera efectiva. Es adicta la persona que cree que no puede
vivir sin el objeto de su adicción, por lo cual lo busca de forma permanente y compulsiva.

El adicto no controla su adicción, sino que vive en función de ésta: este es el eje y el condicionante
de toda su rutina; si trata de salir repentinamente de esta rutina, se ve afectado por problemas
de ansiedad y, por lo general, vuelve a caer en el consumo de su adicción, aunque puede dejar de
ser adicto después de pasar por una fase comúnmente llamada «mono» o síndrome del pavo frío.

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