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Agricultura familiar, Asociativismo Rural y Economía Social y Solidaria

Profesores:
Sergio Dumrauf

¿Qué es la Agricultura Familiar?

Introducción

La agricultura argentina es compleja y diversa en cuanto a sus estructuras sociales y


económicas. En forma simplificada, se pueden reducir estas estructuras a las llamadas
agricultura empresarial, identificada con la gran producción de granos y pecuaria
extensiva, que tiene como objetivo principal el lucro, con completa separación entre
gestión y trabajo y donde el trabajo es predominante asalariado y con una
organización centralizada de la empresa

La agricultura familiar representa a un sector que requiere de múltiples acciones


simultáneas. Las demandas de la Agricultura Familiar tienen que ver con el desarrollo
rural integral, que incluye también el apoyo a la agricultura urbana y periurbana, en
permanente disputa por territorios y con históricas desventajas en el mercado.

Según el FONAF, la agricultura familiar es una “forma de vida” y “una cuestión


cultural”, que tiene como principal objetivo la “reproducción social de la familia en
condiciones dignas”, donde la gestión de la unidad productiva y las inversiones en ella
realizadas es hecha por individuos que mantienen entre sí lazos de familia, la mayor
parte del trabajo es aportada por los miembros de la familia, la propiedad de los
medios de producción (aunque no siempre de la tierra) pertenece a la familia, y es en
su interior que se realiza la transmisión de valores, prácticas y experiencias. (Foro de
la Agricultura familiar, 2006)
Definición:

La agricultura familiar es un tipo de producción donde la unidad doméstica y la


unidad productiva están físicamente integradas, la agricultura es un recurso
significativo en la estrategia de vida de la familia, la cual aporta la fracción
predominante de la fuerza de trabajo utilizada en la explotación, y la producción se
dirige tanto al autoconsumo como al mercado. (CIPAF-INTA 2005).

Si bien la llamamos agricultura, se entiende a ésta en el sentido más amplio del término,
es decir, que involucramos todas aquellas actividades vinculadas con el sector primario
lo que involucra también a la ganadería (bovina, ovina, caprina, etc.), a la producción de
granja y a los distintos tipos de explotaciones que involucran al sector agrícola por
ejemplo: horticultura, fruticultura, apicultura, lombricultura, etc.

El resultado del análisis de este segmento social muestra profundas diferencias con la
agricultura empresarial, aunque entre las diferentes corrientes de pensamiento existen
controversias importantes al caracterizar a esta categoría social.

Wanderley (1997) afirma que “la agricultura familiar es un concepto genérico, que
incorpora una diversidad de situaciones específicas y particulares”. Así es que muchas
de las cualidades atribuídas a los campesinos caracterizan a los agricultores
familiares, y asimismo, diversos autores sugieren también la presencia de un agricultor
familiar moderno tipo farmer integrado al mercado, que integra esta categoría social. A
pesar del reconocimiento de la expresión agricultura familiar, es importante aclarar
que la cuestión de la diferenciación interna impone aún algunas dificultades. (Simoes,
2004). En la Región Pampeana ubicamos una gran heterogeneidad de agricultores
familiares: a) los quinteros del cinturón hortícola, b) los chacareros de Buenos Aires,
Sta Fé y Córdoba, c) los pequeños ganaderos de la Cuenca del Salado, d) los
cabriteros del noreste de Córdoba, del oeste de La Pampa y del norte de Entre Ríos,
e) los productores de huerta-granja de las áreas periurbanas, etc. En el resto de la
Argentina, podemos nombrar los campesinos del NOA, los colonos del NEA, los
pueblos originarios en distintas regiones del NEA, NOA, Patagonia, etc.

1. Criterios abordados para definir la agricultura familiar:

● La unidad doméstica y la unidad productiva integrada. La familia como


centro de decisión. La dirección de la unidad productiva es ejercida por el
productor. El autoconsumo suele tener una relevancia significativa en la unidad
doméstica. Unidad de consumo/producción.
En la agricultura familiar, la fuerza de trabajo de los integrantes de la unidad
doméstica es vital en el sostenimiento de las actividades productivas y
reproductivas de la misma. Esto implica que en los integrantes de la unidad
doméstica se encuentra una conjunción de trabajo mental y trabajo manual
(Cuaderno 19, P.I.E.A.).
Esto no implica que toda la fuerza de trabajo deba provenir íntegramente de los
integrantes de la unidad domestica, ya que dependiendo del tipo de producción
y destino de la misma, puede incorporarse temporalmente trabajadores
asalariados, ej cosecha y/o esquila.

Así mismo en la agricultura familiar es posible identificar, la colaboración e


intercambio comunal para dar respuesta a la demanda extra de la actividad
temporal.
En bibliografía existente es posible encontrar el concepto de agricultura familiar
expresado en un coeficiente en el cual la fuerza aportada por el grupo
domestico 2 Mano de obra familiar: La preeminencia de la mano de obra
familiar, en relación a los trabajadores contratados ya sea en forma temporaria
como permanente.

● Mano de obra familiar: La preeminencia de la mano de obra familiar, en


relación a los trabajadores contratados ya sea en forma temporaria como
permanente.
En principio, podemos decir que estamos hablando de explotaciones que se
encuentran estructuradas en torno a la combinación de la propiedad de los
medios de producción por parte de una familia junto con el aporte decisivo del
trabajo de ésta para llevar adelante la explotación (Craviotti, 2001). Caben aquí
dos aclaraciones: primero, el productor familiar puede llevar su actividad
productiva bajo diversas formas de tenencia (aparcería, propiedad, medieria,
etc.)
En segundo lugar, cuando nos referimos a familia, hacemos referencia a la
familia tipo constituida por un matrimonio y sus hijos o hijas considerando la
posibilidad de que aparezcan involucrados parientes de segundo grado como
puede ser un abuelo o, como se ve en muchos casos, el novio o marido de
alguna hija, y/o sujetos donde los lazos sanguíneos no existen, pero si
conforman una unidad doméstica.
Siguiendo a Cáceres resulta más apropiado reemplazar la idea de grupo
familiar, por la idea de grupo doméstico, con este concepto se hace referencia
al sistema de relaciones sociales, que basadas en el principio de residencia
común, regula y garantiza el proceso productivo. ( Archeti y Stolen 1975).
Creemos que el concepto de grupo doméstico frente a la idea de grupo familiar,
tiende a integrar a un número considerable de casos, que ante una
conceptualización rígida de lo referido a familia tipo. Sin embargo a modo de
simplificar la terminología a utilizar haremos uso de la palabra familiar
indistintamente para referirnos a la unidad doméstica.

Por unidad productiva, entendemos que es el espacio físico en el cual se


desarrollan las actividades agrícolas y/o ganaderas.
En la agricultura familiar, el grupo doméstico tiene un control formal de la
producción ya que el qué producir o no, es una decisión que se toma
exclusivamente dentro de este ámbito. Esto no excluye las situaciones en las
cuales los productores familiares se encuentran en situación de dependencia
de los mercados capitalistas formales.
La integración doméstico-productiva, afecta las decisiones tomadas por los
productores haciendo que éstos, en algunas regiones y sectores productivos,
intenten minimizar los riesgos en términos de pérdidas productivas asegurando
la sustentabilidad de la producción en el largo plazo, logrando de esta forma,
garantizar la subsistencia de la unidad doméstica.
La familia es portadora de un proyecto de vida que tiene que ver con la historia
familiar y con el contexto histórico-social por el que atraviesa. Dicho proyecto
permite definir los objetivos de los productores, sus estrategias de vida y los
medios necesarios para lograr dichos objetivos. Es distinta a la agricultura
empresarial en la cual los medios de producción no pertenecen a los
trabajadores y las decisiones son tomadas exclusivamente por el
inversor/empresario. Existe una relativa elasticidad y flexibilidad en la
agricultura familiar.

● Racionalidad económica del sistema:


La lógica de funcionamiento económico o racionalidad económica de la
agricultura familiar, está determinada por la maximización de ingresos de la
unidad doméstica y la minimización de riesgos en la unidad productiva.
Hablamos de maximización de ingresos y no de ganancias, porque el productor
familiar busca obtener el mayor ingreso familiar indivisible y no analiza y
seleccione actividades de acuerdo a la tasa de rentabilidad que brinda el capital
y la tierra puestos en juego.
Minimiza riesgos porque está en juego su familia. El productor eventualmente
no sólo puede perder su explotación sino que la reproducción de la familia y el
consecuente proyecto de vida está inevitablemente relacionado con el resultado
del proceso productivo.
Los agricultores familiares generan una serie de estrategias que permitan a
partir de los recursos disponibles maximizar su ingreso: 1) venta de bienes al
mercado, 2) producción para el autoconsumo, 3) empleos extraprediales e 4)
ingresos de la seguridad social.

Leer con atención:

Por lo tanto la diversidad de producciones al interior de la producción familiar, el uso de


tecnologías de procesos y el manejo sustentable de los recursos, van de la mano con la
lógica de maximizar ingresos y reducir los riesgos de los agricultores familiares en la
región pampeana
.

● Escaso nivel de capitalización: el capital puesto en juego en estas


explotaciones familiares, es mucho menor que en aquellas unidades
productivas empresariales. La antigüedad de las máquinas y herramientas es
de larga data, y los productores” se arreglan con lo que tienen”
● Tamaño de la explotación pequeño, teniendo en cuenta la zona
agroecológica que se analice: más allá que no se pueda considerar la
superficie como una variable que nos permita determinar agricultura
empresarial o agricultura familiar. En todos los casos, la Agricultura Familiar,
utiliza mucha menos cantidad de tierra que los productores empresariales. De
hecho, la Agricultura Familiar utiliza, sólo el 13% de la superficie cultivable en
Argentina.
Se debe aclarar que los criterios anteriormente expuestos deben ser
considerados en forma conjunta, ya que el uso de los mismos en forma
individual, con la finalidad de caracterizar la agricultura familiar, trae aparejadas
grandes limitaciones.

2. Situación Actual de la Agricultura Familiar.


La década de los noventa significó para el agro Argentino una reconfiguración del
sistema agroalimentario y un reordenamiento territorial. Dichos cambios se dieron,
ante todo, en la transnacionalización del agro (el ingreso del capital financiero en la
producción) y mediante el proceso de revolución tecnológico-científica, que trajo entre
otras consecuencias, una creciente simplificación y homogeneización de los
agroecosistemas. Este fenómeno favoreció a las economías de gran escala y tendió a
desplazar al sector de pequeños productores y sus modelos tradicionales de
producción.
En la pequeña producción familiar tuvieron lugar simultáneamente dos procesos
relevantes: a) una modificación de la estructura agraria, ya que entre censos se da una
reducción significativa del orden de 103.000 productores, y b) una búsqueda de
alternativas productivas y laborales para enfrentar la crisis y poder mantenerse dentro
de los sistemas productivos.
Sin embargo, ante la adversidad de los fenómenos actuales arriba descriptos, es
necesario reconocer la potencialidad de la Agricultura Familiar.

3. El rol de la Agricultura Familiar


Ante esta visualización de la Agricultura Familiar (AF) es posible reconocer la
importancia estratégica del sector en el desarrollo socio-económico y sustentable del
país, así como en su vinculación con otros sectores de la economía nacional. Dicha
importancia es otorgada por el rol que la AF posee o debería alcanzar, en el marco
estratégico referencial del contexto actual (el cual evidencia un carácter adverso al
sector), y de las políticas propuestas. Este rol de la AF resulta gravitante para la
reproducción de la familia (en los diferentes aspectos, económicos, sociales, culturales
identitarios y productivos, entre otros) sobre todo en el ámbito local, el cual debería
poder extenderse a un tipo de reproducción ampliada hacia la comunidad y la nación.
La AF también tiene un rol relevante en términos de la soberanía y seguridad
alimentaria, sobre todo por la producción variada de alimentos en el ámbito familiar, la
que podría ser extendida hacia los mercados internos y la exportación fuera de la
región. En el marco del desarrollo rural sustentable es importante recuperar el rol que
posee la Agricultura Familiar para la preservación de la agrobiodiversidad y el cuidado
del medio ambiente (producción de alimentos sanos, orgánicos o naturales). A su vez,
es fundamental visualizar el papel que la AF juega en la absorción de mano de obra en
la actividad agrícola, y así poner de manifiesto el proceso de ocupación y apropiación
del territorio, como el arraigo rural y urbano (evitando la migración y formación de
cordones peri
urbanos de pobreza), que estarían siendo propiciados por dichas prácticas.

4. La Agricultura familiar en números.


La Agricultura Familiar abarca el 66 por ciento de los Establecimientos Agropecuarios
(EAPs), ocupa el 13,5 por ciento de la superficie, dato que se traduce en más de 23
millones de hectáreas. Este importante sector produce el 20 por ciento del Valor Bruto
de Producción (VBP), que en números del año 2004 significó más de 12 mil millones
de pesos; y contempla el 53 por ciento del empleo rural.

4.1 Participación de la AF en producciones agrícolas y pecuarias.

Más del 80% de las EAPs (Explotaciones Agropecuarias) que realizan: Tabaco,
Algodón, Yerba Mate, Caña de Azúcar, Mandioca, Batata y Papa, pertenecen a la AF.
Más del 70% de las EAPs que realizan: Lechuga, Cebolla de bulbo, Acelga, Naranjo,
Tomate, Maíz pertenecen a la AF. Más del 50% de las EAPs que realizan: Limón y
Manzana, pertenecen a la AF. Más del 40% de las EAPs que realizan: Vid, Trigo y
Peral, pertenecen a la AF. Los agricultores familiares tienen el: 77% de los caprinos,
48% de los porcinos, 20% de los ovinos, 19% de los bovinos, 13% de las Vacas de
Tambo en producción, 12% de las Gallinas Ponedoras.

4.2 Participación de la AF en Volumen Total y VBP.


La Agricultura familiar produce el 36% del Vol. cultivos intensivos a campo
(Horticultura, Aromáticas, Flores y Viveros) con 39% del VBP. La Agricultura familiar
produce el 23% de cultivos bajo cubierta (Horticultura, Aromáticas, Frutales, Flores y
Viveros) con 24% del VBP. La Agricultura familiar produce el 21% de los productos
pecuarios con 20% del VBP. La Agricultura familiar produce el 17% de frutales a
campo con 17 % del VBP. La Agricultura familiar produce el 16% de cultivos extensivos
(Cereales, Oleaginosas, Legumbres, Industriales, Alfalfa) con 17% del VBP. La
Agricultura familiar produce el 14% de Forestales con 14% del VBP.

La Soberanía Alimentaria, es la capacidad que tiene un pueblo de decidir qué


alimentos produce, en qué parte de su territorio los produce, con quién los produce,
para quién los produce y con qué tecnología los produce. Vía Campesina, 1996)
La discusión de fondo que estamos teniendo en nuestro país, es sobre nuestra
soberanía alimentaria; lo que discutimos es qué alimentos producir, para quién, en qué
parte del territorio, y quién los debe producir. En definitiva estamos discutiendo qué rol
debe jugar el sector agropecuario nacional en la producción de alimentos. Este debate
resulta incompleto si no se discute como producimos estos alimentos. ¿Con que
tecnología vamos a resolver el “problema del campo”? La tecnología disponible para la
producción en la Argentina es funcional y se corresponde con un modelo de
producción a gran escala, que resulta a la vez competitiva, hegemónica y altamente
dependiente de insumos. Es una tecnología eficiente en términos productivos (elabora
gran cantidad de productos) e ineficiente desde el punto de vista energético, social, y
ecológico, lo que la torna no sustentable. Es una tecnología accesible si se cuenta con
capital, o si el agente productivo es sujeto de crédito; es una tecnología a la que el
pequeño productor solo puede acceder si tiene capacidad de endeudamiento, por lo
que no es una tecnología al alcance de la mayoría de la Agricultura Familiar. Incluso
aquellos pequeños productores que adoptaron este modelo tecnológico lo hacen
siendo los eslabones más débiles de la cadena. Muchos de ellos ya desaparecieron:
entre 1988 y 2002 (aproximadamente el 25% de los productores agropecuarios) y
todavía no se sabe cuántos desaparecieron desde 2002 a la fecha. Este escenario de
desarrollo tecnológico para grandes escalas de producción se acompaña con un
proceso de concentración de la tierra que lo fortalece y retroalimenta esa tendencia, y
consecuentemente expulsa a los agricultores no solo del campo (como espacio físico
de producción) sino de su modo de vida e identidad sociocultural.
Esta tecnología de producción funciona en la medida que funcione el flujo de dinero,
solo así se pueden pagar semillas y otros insumos importados caros y derivados del
petróleo, a la vez que generando externalidades ambientales y sociales negativas, que
como tales no se suman al costo. Así la rentabilidad del sistema es alta en el corto
plazo e insostenible en el largo, siendo funcional a un mercado de commodities
externo que poco tiene que ver con una mejora en la vida de la mayoría de los
argentinos, incluidos los pequeños productores. Que un sistema funcione y crezca, no
significa que sea sustentable. Un aumento del petróleo, pone en jaque al sistema que
hoy es exclusivamente dependiente de energía fósil, y en un escenario próximo lo
seguirá siendo si se piensa en generar agro
combustibles (energía de campos cultivados con uso de más energía fósil). El sistema
de monocultivo genera por sí mismo la aparición de nuevas plagas y enfermedades
que sólo pueden ser controladas con el uso de nuevos insumos ya que estos sistemas
productivos carecen casi totalmente de sistemas de regulación interna. Está a la vista
que cambios en la demanda mundial de commodities hacen muy vulnerable al
sistema. Se debe producir, con una tecnología que nos permita controlar los costos de
producción; tenemos que ser capaces de generar nuestras propias semillas, utilizar y
desarrollar energías alternativas que mantengan los recursos naturales a través de
generaciones, conservando las fuentes de agua, los suelos no solo de la erosión física,
sino de la vida misma del suelo y la biodiversidad vegetal y animal. La tecnología debe
demandar y construir mano de obra y arraigo rural, y debe estar al servicio de la
producción de alimentos para mercados locales para asegurar los brotes inflacionarios.
Este tipo de desarrollo tecnológico es posible sólo si se asume el rol estratégico, que
tienen los pequeños productores como agentes productivos capaces de generar
alimentos sanos para el mercado local, y cumplir además la función geopolítica de vivir
en el campo y reproducir el medio ambiente.

Para reflexionar:

La Agricultura Familiar constituye un sector productivo, diverso y heterogéneo, que


expresa a los pequeños productores, que básicamente producen alimentos para el
mercado interno. La importancia de promover y fortalecer una “agricultura con
agricultores”, está dada en la ocupación del territorio, en la generación de procesos de
desarrollo que involucren la producción, la cultura y la identidad de un territorio, con
pueblos, población rural y agricultores familiares. Los agricultores familiares siguen
siendo mayoritarios en el agro argentino y necesitan de políticas públicas diferenciadas,
para que persistan y se fortalezcan en nuestro

El Foro Nacional por un Programa Agrario Soberanos y Popular.

Las organizaciones del campo que priorizan el mercado interno, la ocupación


del territorio y la generación de alimentos y trabajo, luego del proceso histórico
que arranca en el “Grito de Alcorta”, sigue con las “Ligas Agrarias”, las disputas
de las “Mujeres en Lucha”, el MOCASE y otros Movimientos Campesino, en
Mayo del 2019, se convocaron para llevar a cabo el Primer Foro Nacional, por
un Programa Agrario Soberano y Popular. Tres conceptos funcionaron como
faro y guía en la construcción y desarrollo del FORO; SOBERANÍA
ALIMENTARIA, TIERRA COMO TERRITORIO Y HABITAT y LA
CONSTRUCCIÓN DE UN MODELO PRODUCTIVO NO EXTRACTIVISTA.

Fueron veintitrés comisiones integradas por más de 4.000 compañeros y


compañeras que realizan la tarea agropecuaria. Campesinas/os, indígenas,
trabajadoras/es rurales, trabajadoras/es del Estado, productoras/es,
agricultoras/es familiares, agroquinteras/os, comerciantes, consumidoras/es y
comensales, redes de comercialización, pequeños y medianos empresarias/os,

cooperativas, técnicas/os, docentes rurales, académicas/os, científicas/os,


universidades, hombres y mujeres por las fumigaciones, medios populares,
militancia social y política del sector funcionaron intensamente con el fin de
construir una política antagónica al modelo agroindustrial concentrado,
extranjerizado y expulsivo.
Principales lineamientos que debe cumplir el Programa Agrario
Soberano y Popular

1. Democratizar las políticas públicas para el agro con participación de la


Agricultura Familiar, Campesina, Indígena, Pyme y asociativa en todos los
organismos del Estado relacionados al agro.

2. Convocatoria a Foros Federales de discusión, análisis e implementación de


una Reforma Agraria Integral.

3. Políticas de acceso a la tierra o regularización dominial para la Agricultura


Familiar, Campesina e Indígena.

4. Limitar la aplicación de agrotóxicos en todo el territorio argentino. 5.

Fomento a la agroecología en todo el territorio nacional.

6. Políticas de compras públicas a la Agricultura Familiar, Campesina, Indígena,


PyME y asociativa.

7. Fomento de circuitos cortos de comercialización y la vinculación directa del


productor con el consumidor.

8. Intervención estatal para impedir la monopolización de las cadenas


agroalimentarias.

9. Fomento del arraigo rural con infraestructura, educación, comunicación, salud


y cultura.

10. Control del comercio exterior por parte del Estado.

La implementación del Programa Agrario Soberano y Popular debe realizarse


priorizando a mujeres y jóvenes, con el objetivo de igualar las oportunidades
rurales.

Bibliografía:

● Archetti, E. y K.A. Stölen (1975), Explotación familiar y acumulación de


capital en el campo argentino, Editorial Siglo XXI, Buenos Aires.
● Cittadini, R.; Catalano, J.; Gómez, P.; Catullo, J.; Díaz, D. y Elverdín, J
(2005). Documento base del CIPAF, base del Programa Nacional de
Investigación y Desarrollo tecnológico para la Pequeña Agricultura
Familiar. Ediciones INTA. Buenos Aires
● Craviotti, Clara. (2001). Tendencias en el trabajo agrario y dinámicas
familiares. 5to Congreso Nacional de Estudios del Trabajo. Buenos
Aires.
● CIPAF-INTA. (2007) La Pequeña Agricultura Familiar Problemas,
oportunidades y líneas de acción. Buenos Aires. En Jornadas
Interdisciplinarias de Estudios Agrarios y Agroindustriales. Facultad de
Ciencias Económicas-Buenos Aires.
● Quijano, Anibal (2000): “El fantasma del desarrollo en América Latina”
en El desarrollo en la globalización. El reto de América Latina Alberto
Acosta (compilador). Editorial Nueva Sociedad. Caracas.
● Documento del FONAF. (Foro de Organizaciones de la Agricultura
Familiar). Mendoza 2006.
● Simoes, Aquiles (2004) Ensaio acerca da construcao de novas
competenias para a Assitencia Tecnica e Extensao Rural (ATER): do
agente ao mediador de desenvolvimento. Arcaju: VI Encontro da
Sociedade Brasileira de Sistemas de Producto.

● Balsa, Javier (2013) “Notas para la caracterización de la agricultura


familiar” En VII Jornadas Interdisciplinarias de Estudios Agrarias y
Agroindustriales. Universidad Nacional de Quilmes – CONICET. Eje
temático propuesto: Agricultura Familiar
● Edith Obschatko (2007). “La importancia de la Agricultura Familiar en la
República Argentina”. En “La Agricultura Familiar en los Países del Cono
Sur” Editores: García, Alex Barril y Chavez, Fátima Almada. Pags. 7-33.
IICA. Asunción Paraguay
● Foro de Universidades para la Agricultura Familiar. Documento 01. Ipaf
Región Pampeana. INTA 2012.

● FONAF (2006). Lineamientos generales de políticas públicas orientadas


a la elaboración de un Plan Estratégico para la Agricultura Familiar.
Mendoza. http://www.fonaf.org.ar/documentos/Documento_Mendoza_
mayo_2006.pdf

● Tort, María Isabel y Román, Marcela (2005). Explotaciones familiares;


Diversidad de conceptos y criterios operativos. En “Productores
Familiares Pampeanos: Hacia la comprensión de similitudes y
diferenciaciones zonales.” María del C. González Coordinadora. Editorial
ASTRALIB. Pags. 35 a 65. Buenos Aires

Otras referencias:
Audiovisuales:

● Agricultura Familiar y Agricultura Empresarial.


https://www.youtube.com/watch?v=mj3ZWikE3BU&t=2s
● El Foro Nacional por un Programa Agrario y Popular.
https://www.youtube.com/watch?v=T8d30LNMRoA
● Entrevista Nahuel Levaggi - Coordinador Nacional de la Unión de
Trabajadores de la Tierra UTT “Bichos de Campo”
https://www.youtube.com/watch?v=aNtV3z0VWZY
Clase 3: Transformaciones del agro argentino. en los

últimos años.

Introducción

No hay dudas de que la denominada “Revolución Verde”, a partir de los años 60,
transformó la agricultura en una actividad híper lucrativa, especulativa y beneficiosa
para unos pocos, llevando adelante una reforma agraria a la inversa, profundizando
aún más la ya concentrada estructura de tenencia de la tierra en manos de grandes
grupos económicos, principalmente nacionales, pero también trasnacionales.
Usufructuando el avance tecnológico, la introducción de insumos químicos y
maquinarias de escala se obtuvieron altísimos niveles de producción y rentabilidad,
que profundizaron el monopolio y hegemonía del modelo agroindustrial a escala
mundial. Expulsa a los trabajadores de la tierra, a los pequeños y medianos
productores, a campesinos, generando una agricultura sin agricultores. La población
rural migra a las grandes ciudades, sin oportunidades laborales, por lo que se genera
mayor desocupación, pobreza y exclusión de los sectores populares, con la
consecuente pérdida de la vida y cultura campesino-indígena y rural.

La década de los noventa, significo una profunda reconfiguración a para el agro


argentino. Las condiciones macroeconómicas de un dólar subvaluado, y de precios
internacionales de los productos agropecuarios y agroindustriales relativamente bajos,
provocó la inviabilidad económica de miles de productores familiares, pequeños y
medianos que debieron abandonar la producción. Las diferencias intercensales entre
los censos agropecuarios de 1988 y del censo 2002, demuestran que en ese período
de tiempo dejaron la actividad más de 100.000 productores, que representaban el 25%
de los productores totales.

El Estado Neoliberal desmanteló la Junta Nacional de Carnes, la Junta Nacional de


Granos, los organismos reguladores de la actividad en las Economías Regionales (en
la vitivinicultura, en el azúcar, etc.). Esto condenó a la desaparición de más de 100.000
productores pequeños y medianos, al disolver los organismos que equilibraban y
ordenaban cuotas, precios y venta para estas producciones.

Esta etapa, significó un aumento muy importante de la exclusión en el campo, ligado a


brindar las mínimas condiciones de vida para los pobladores rurales. Sin embargo,
como contracara de la situación, aumenta el 12% del PBI agropecuario, el 80% las
exportaciones del sector, crece el 200% las ventas de maquinaria agrícola y aumenta
el 400% el uso de fertilizantes químicos. En definitiva, se empieza a consolidar un
modelo de “agricultura sin agricultores”.
Importante:

Las diferencias intercensales entre los censos agropecuarios de 1988 y del censo
2002, demuestran que en ese período de tiempo dejaron la actividad más de
100.000 productores, que representan un 25% de los productores totales. En la
región pampeana, ese porcentaje aumenta, llegando al 30% los productores que
debieron dejar de producir en el campo.

La Agricultura Empresarial o Agronegocio

La devaluación del 2002 y la “pesificación asimétrica” cambiaron diametralmente las


condiciones económicas de los productores más capitalizados. En este sentido,
comienza un ciclo de alta rentabilidad económica, acompañado por precios
internacionales altos para los comodities, que se mantiene durante varios años. En el
año 2002, también se instalan las retenciones agropecuarias, “impuesto” a la
exportación de granos y oleaginosas que tiene como objetivo, redistribuir una parte de
la renta extraordinaria que generan las exportaciones de productos agropecuarios,
fundamentalmente la soja y sus derivados; a la vez que permiten desconectar precios
internos con los precios internacionales y aumentar la recaudación tributaria, en el
marco de un estado activo e interventor.

Son años de bonanza para los agronegocios de nuestro país. Los precios
internacionales de granos y oleaginosas se mantienen durante unos cuantos años muy
altos, producto de nuevos países demandantes en el mercado internacional, como
China e India y por la especulación financiera internacional, que toma a estos
productos como fuente de su especulación.

En la región pampeana la introducción y adopción del cultivo de soja transgénica, junto


a la siembra directa, impactaron en gran forma, reconfigurando las regiones, los
actores sociales y el trabajo rural.

A fines de los noventa, hace su ingreso un hito tecnológico, que profundiza el cambio
en el agro argentino, la introducción de un paquete tecnológico conformado por:
siembra directa, utilización de glifosato (herbicida de síntesis) en grandes volúmenes y
de semilla transgénica de soja resistente a dicho herbicida. La generalización de esta
tecnología, provoca un fenómeno denominado Agriculturización, ya que las
explotaciones pampeanas predominantemente mixtas (agricultura y ganadería), pasan
a ser sólo agrícolas y en la mayoría de los casos, cultivan sólo soja, conformando el
fenómeno denominado Sojización. Se pierde en gran medida la biodiversidad, en
muchos casos hay pérdida de fertilidad y se privilegia la rentabilidad en el corto plazo,
por sobre la sustentabilidad de los sistemas productivos.

Se produce un fenómeno denominado Pampeanización en otras regiones del país.


Avanza la frontera agrícola, básicamente con el cultivo de la soja, que resiste una
relativa sequía y que con este nuevo paquete tecnológico resulta muy rentable. Esta
situación ocurre fundamentalmente en el chaco salteño, afectando zonas de las
provincias de Chaco, Formosa, Salta entre otras. Este tipo de producción genera
consecuencias muy graves en la región. Consecuencias sociales, económicas,
ambientales y culturales. Estos ecosistemas (el monte nativo), son muy frágiles por lo
tanto en la mayoría de los casos, el cultivo de soja, sobre soja; provoca pérdida de
fertilidad y “desertificación”, transformándose en el mediano plazo en tierras
improductivas e inutilizables.

Por otro lado, los grandes productores de soja (agronegocios), expulsan a los
campesinos y otros productores familiares, impidiendo generar el sustento para su
reproducción y provocando la desaparición de cientos de pueblos rurales. Además, el
cambio climático, con las constantes emergencias relacionadas con sequías,
inundaciones, granizadas y vientos muy intensos, están asociados a estas
transformaciones radicales en los ecosistemas frágiles en nuestro país.

Al mismo tiempo que se consolidaba la transnacionalización y globalización de la


agricultura y de los procesos agroindustriales, se introdujeron los cultivos transgénicos,
se extendió el supermercadismo profundizando la concentración y extranjerización de
la distribución y ventas de alimentos. En los años 80, se instala Carrefour y luego las
otros grandes Hipermercados. Actualmente Carrefour, Cencosud, Coto, La Anónima,
Walmart y Casino, sólo 6 firmas, concentran más del 65% de los alimentos y bebidas
que llegan a los hogares argentinos. Siendo su único objetivo maximizar sus
ganancias, a costa del hambre de los pueblos y de perjudicar a la Madre Tierra.

Importante:

Son años de bonanza para la agricultura empresarial de nuestro país. Los precios
internacionales de granos y oleaginosas se mantienen durante unos cuantos años
muy altos (2006-2012), producto de nuevos países demandantes en el mercado
internacional, como China e India y por la especulación financiera internacional,
que toma a estos productos como fuente de su especulación.

Políticas para la Agricultura Familiar

En el año 2002, a partir de la asunción de Lula Da Silva, en la presidencia de Brasil,


comienzan una serie de políticas para los pequeños productores agropecuarios en
dicho país. Se lleva adelante el PRONAF (Programa de Agricultura Familiar), un muy
importante programa de crédito que beneficia y promueve a los productores familiares.

En este marco se crea la REAF (Red Especializada en Agricultura Familiar), en el seno


del MERCOSUR. La REAF, es la plataforma para la planificación e implementación de
diferentes políticas en los países miembros, y toma como sujeto destinatario al
agricultor familiar, productor que tiene como objetivo la reproducción de la familia en
condiciones dignas, que vive en el campo, y que pone en el centro de su estrategia de
producción y vida, el trabajo de la familia.

A partir de esta definición de los Estados miembros del MERCOSUR, en nuestro país,
se llevan adelante distintas políticas. La creación del Foro Nacional de Agricultura
Familiar (FoNAF), la revalorización del INTA y la creación de los IPAF (Institutos para
la Agricultura Familiar), la creación de la Secretaría de Agricultura Familiar, el
RENATEA entre otras políticas. Políticas de intervención que si bien impactaron en los
productores familiares, campesinos e indígenas de nuestro país, el llamado conflicto
de las retenciones de la “resolución 125”, significó un fuerte impacto para el conjunto
del campo popular y la dificultad de avanzar con otras reformas necesarias para
sostener y fortalecer una “agricultura con agricultores”.

Es imprescindible construir una Argentina con Soberanía Alimentaria, con un modelo


de producción diferente, agroecológico, no extractivo, sano; en territorios integrados
social, económica y culturalmente que constituyan un hábitat sostenible para todos. En
dónde se afirme el derecho a la alimentación diversa y de calidad para toda la
población. Es necesario desarrollar un nuevo paradigma: desde enfoques sustentables
producir en escala alimentos sanos y económicos para el conjunto de la sociedad,
apuntando a erradicar el hambre y la pobreza en la Nación, en la región y en el mundo.

Se necesita desarrollar un modelo sustentable y soberano de producción: ciencia y


tecnología orientadas para la producción de alimentos sanos; tierra para quienes la
trabajan; comercio internacional con control de las divisas por parte del Estado;
mercado interno con apropiación equitativa de la renta en los distintos eslabones de
comercialización y agregado de valor; protección y desarrollo del trabajo agrario;
escuelas rurales y educación pública para favorecer el arraigo, el desarrollo de la
Agricultura Familiar y local, recursos genéticos en manos del Estado; políticas activas
para la erradicación de la violencia hacia las mujeres y las desigualdades de género en
el campo; políticas de arraigo rural que permitan la inclusión de los jóvenes rurales;
desarrollo territorial en el marco de la interculturalidad y la plurinacionalidad de los
pueblos originarios, campesinos, agricultores familiares y PyMEs agroalimentarias.

Nuestro campo está tensionado por diferentes intereses y actores sociales, que tienen
que ver con la producción de alimentos, la ocupación del territorio, la generación de
trabajo, el desarrollo rural y también con la generación de divisas. Es muy importante,
analizar la coyuntura, aunque siempre con una mirada estratégica en los principales
lineamientos que pongan en el centro de la escena, a la mesa de los argentinos, la
ocupación del territorio y el desarrollo rural.

Importante: FONAF
El FORO, constituyó un espacio de reflexión, debate y propuestas para el sector de
la Agricultura Familiar, integrado por representantes de distintas organizaciones de
la agricultura familiar, campesina e indígena, y el Estado Nacional, generando
propuestas de políticas públicas apropiadas para la Agricultura Familiar…

Principales medidas de política específica para la Agricultura Familiar:

• En el 2005, en el ámbito del INTA, se crea el CIPAF (Centro de Investigación para la


Agricultura Familiar), cuenta con 5 Institutos de Investigación, en distintas regiones de
nuestro país, y a partir del enfoque de la investigación-acción, genera conocimientos y
desarrolla tecnologías apropiadas para la agricultura familiar, en distintas áreas
temáticas como maquinarias y herramientas, energías renovables, agua,
comercialización, tierra, agroecología, etc.

• En el año 2007, se constituye el RENAF (Registro Nacional de Agricultores


Familiares), instrumento que registra, individualiza y visibiliza al sector de la Agricultura
Familiar, posibilitando poseer un conocimiento mayor para la formulación de
propuestas específicas.

• En el año 2008, se instituye la Subsecretaría de Agricultura Familiar, que reúne los


antiguos programas para la pequeña producción, como el Programa Social
Agropecuario y el PROINDER, y formula e implementa distintas políticas, programas y
proyectos en el territorio.

• En el año 2009, se crea la SENAF (Comisión para la Agricultura Familiar) en el


SENASA, con la finalidad de generar protocolos recomendatorios apropiados a los
productores familiares.

• A fines del 2011, se promulga la ley del Trabajo Agrario y crea el RENATEA (Registro
Nacional de Trabajadores y Empleadores Rurales), que le otorga al Estado la facultad
de registrar y proteger a los trabajadores rurales transitorios y permanentes.

• En el año 2014, la Subsecretaría de Agricultura Familiar, se jerarquiza, y se


constituye en Secretaría de Agricultura Familiar, ampliando su estructura organizativa y
posibilitando la planificación de nuevas acciones.

• En el año 2015, se sanciona la Ley de Agricultura Familiar. Una ley extensa y amplia,
que aborda distintos aspectos que hacen a las principales necesidades de los
productores familiares: acceso a la tierra, semillas, registro, comercialización, compra
pública, financiamiento, desarrollos tecnológicos, agua, etc. La ley aún no ha sido
reglamentada, y su efectiva implementación se encuentra demorada.
Conflicto por la Resolución 125.

Es importante aclarar, que en el año 2008, se origina un fuerte conflicto entre las
organizaciones patronales del campo (Sociedad Rural Argentina, Confederaciones
Rurales Argentinas, CONINAGRO y Federación Agraria Argentina), y el gobierno, a
raíz de la decisión del Ministerio de Economía de instaurar las retenciones móviles a
los productos exportables del agro argentino. El conflicto fue largo, de mucha
conflictividad y culmina con la victoria de las organizaciones patronales, que consiguen
en el parlamento la no implementación de dichas retenciones móviles.

La Agricultura Empresarial y las exportadoras se ven beneficiadas con esta situación.


La agricultura familiar y sus organizaciones (Movimiento Nacional Campesino e
Indígena; Foro de Organizaciones de la Agricultura Familiar, Frente Nacional
Campesino, entre otras) defienden la postura de un estado presente, interventor en
cuestiones económicas en general y en el comercio internacional en particular, que
redistribuya la renta diferencial que se genera en el mercado internacional de granos y
oleaginosas, debido a las condiciones productivas de nuestra pampa húmeda y a las
condiciones particulares de los mercados internacionales.

Para Reflexionar:

En estos últimos años, el agronegocio, siguió siendo el modelo productivo predominante


en nuestro país. Existen políticas públicas activas en relación a la Agricultura Familiar y el
mercado interno, aunque no llegaron aún a cambiar cuestiones estructurales, como
acceso a la tierra y el agua, la construcción de mercados propios para la Agricultura
Familiar, un modelo productivo sustentable, entre otras elementos, que permitan una
transformación permanente en los territorios y en las familias productoras.
Las principales áreas del Estado, en relación a la agricultura familiar están en manos de
las organizaciones, por lo que se espera, más allá de la Pandemia, la posibilidad de incidir
en políticas públicas que mejoren las condiciones de vida de las familias.

Preguntas de reflexión y/o debate


● ¿Según lo visto en esta clase, cuáles son las ventajas y limitaciones de un
modelo basado en el Agronegocio, y cuáles en un modelo basado en la
Agricultura Familiar?
Bibliografía citada en la clase:

● Centro de Economía Política en Argentina. CEPA. La Producción de la Soja en


la Argentina. Septiembre de 2014. http://centrocepa.com.ar/la
produccion-de-soja-en-la-argentina/
● Documento del FONAF. (Foro de Organizaciones de la Agricultura Familiar).
Mendoza 2006.
● Foro Nacional de la Agricultura Familiar. FONAF. http://www.boletin
ssaf.com.ar/?page_id=61
● Red Especializada del Mercosur. REAF ¿Qué es la REAF?
http://www.reafmercosul.org/acerca-de/la-reaf/que-es-la-reaf

Bibliografía obligatoria de la clase:

Elverdín, Julio; Ledesma, Sandra; Zain El Din, Erika y Cittadini, Eduardo. Editores. (2014)
Programa Nacional para el Desarrollo y Sustentabilidad de los Territorios. Ediciones INTA.
Páginas 23-53. Buenos Aires. Argentina

Otras referencias:

Audiovisuales:

Ministerio de Agroindustria de la Nación: “Somos la Tierra”: (video)


https://www.youtube.com/watch?v=kpFwQ7WNhD8

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