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Discurso de mi persona

"Portar el glorioso y majestuoso Pabellón Nacional del Ecuador para mi es un honor


sublime que nos recuerda la importancia de nuestra patria el Ecuador, es la inmensa
grandeza de nuestra cultura y la responsabilidad de construir un futuro más brillante
para todas y todos."
Hoy, en este mañana radiante lleno de emoción patriótica, me encuentro frente a cada
uno de ustedes asumiendo esta ardua tarea que me llena de orgullo y humildad ser la
abanderada del pabellón nacional del Ecuador en nuestra amada institución, el LICEO
Policial Chimborazo. Este día cívico representa no solo un reconocimiento a mi
sacrificio, esfuerzo y dedicación, sino también un tributo a las personas que han estado
constantemente a mi lado, guiándome en este viaje del saber.
Miren a nuestro alrededor, y descubrirán que esta bandera que tengo el honor de llevar
no es solo un trozo de tela. Es un emblema de la historia heroica ecuatoriana, la valentía
y la lucha de una nación entera. En tiempos pasados, solo los más valientes y entregados
combatientes tenían el honor de portar la bandera de su nación en la guerra. Hoy,
nosotros, como ciudadanos de esta institución, también somos guerreros, pero nuestra
lucha es diferente. Luchamos en una guerra contra la ignorancia, la apatía y la
indiferencia.
Esta bandera, representa la sangre derramada por nuestros héroes en la lucha por la
independencia, la esperanza de un futuro mejor y la unidad de nuestros pueblos. Al
llevarla en mis manos, me comprometo a ser un ejemplo de los valores que ella encarna,
ser fiel a los principios de libertad, equidad, justicia y solidaridad que nuestra bandera
representa. En ello trabajaré incansablemente para fortalecer la unidad de nuestra
comunidad institucional, promoviendo la tolerancia, el respeto y la diversidad que hacen
grande a nuestro país también comprometiéndome a ser una defensora activa de la
educación y el conocimiento, reconociendo que el camino hacia un Ecuador mejor
comienza con democracia fortaleciendo el conocimiento y la formación académica.
En primer lugar, permítanme expresar mi profundo agradecimiento a Dios. Mi gratitud
hacia Él es infinita, por no permitirme decaer, por amarme y darme el don de sabiduría
y discernimiento, lleno de empatía y amor por los demás. Dios ha sido mi refugio en
momentos más difíciles de mi vida, mi guía en la oscuridad y mi razón para seguir
adelante. Su amor y misericordia son inquebrantables, y en Él encuentro mi fortaleza y
mi paz.
Hoy quiero compartir con cada uno ustedes una historia de amor y gratitud hacia
alguien muy especial en mi vida: mi bella amada madre Nancy Valle . Todos tenemos
sueños y metas que deseamos alcanzar en la vida, y yo no soy una excepción. Sin
embargo, hubo un tiempo en mi vida en el que uno de mis mayores obstáculos era
aprender algo que odiaba profundamente: el libro "Nacho".
Puede parecer extraño que algo tan aparentemente simple como un libro de lectura
pueda convertirse en un enemigo complejo formidable, pero así fue para mí. Cada
página, cada palabra me parecía un desafío insuperable. Yo simplemente no podía
entenderlo ni aprenderlo, y lo odiaba con todo mi ser.
Mi madre, sin embargo, nunca se rindió ante mi resistencia y mi desdén por ese libro.
Ella sabía que aprender a leer y a escribir era fundamental para mi futuro, y estaba
dispuesta a hacer cualquier sacrificio para ayudarme a superar ese obstáculo. Pasamos
horas juntas tratando de que yo pudiera entenderlo, luchando con cada palabra y cada
página. Fueron momentos difíciles, pero mi madre nunca dejó de creer en mí y en mi
capacidad para superar este desafío.
A lo largo del tiempo, y gracias al amor y la paciencia de mi madre, empecé a entender
el "Nacho". Cada página que lograba leer me hacía sentir más fuerte, más capaz. A
medida que dominaba las palabras, me di cuenta de que estaba adquiriendo una
habilidad que me abriría puertas en la vida. Aprendí que a veces, lo que más odiamos al
principio puede convertirse en una fuente inesperada de fortaleza y crecimiento.
Hoy, hago memoria mi infancia y no saben lo agradecida que estoy con ella por no
rendirse nunca, por su amor inquebrantable y por enseñarme a ser una mujer que la
perseverante de supera ración cualquier problema u obstáculo. Ese libro "Nacho" que
odiaba se ha convertido en un símbolo de cómo mi madre me ayudó a superar mis
limitaciones y a alcanzar mis sueños.
Quiero aprovechar esta ocasión para decirte, mamá, cuánto te agradezco madre mía. Tu
amor y tu determinación has sido el motor de mi éxito. Gracias por nunca rendirte, por
creer en mí cuando yo no lo hacía y por ayudarme a convertir lo que odiaba en una
valiosa lección de vida.
A mi padre, Wilmer Correa, quiero expresar mi agradecimiento por tu abundante amor.
A pesar de que no soy tu hija biológica, has sabido quererme y cuidarme como si lo
fuera. Tu generosidad y amor incondicional han dejado una huella profunda en mi
corazón, y estoy eternamente agradecida por tu presencia en mi vida, tu me has
demostrado que la familia no se limita a los lazos de sangre, sino que se construye con
cariño y compromiso.
A mi querida hermana, Adriana Coronel . A pesar de que hemos vivido lejos debido a
las circunstancias de la vida, siempre has sido mi ejemplo a seguir, tu determinación, tu
ética y tu amor por la familia me han inspirado a superar obstáculos y a seguir mis
sueños.
Agradezco inmensamente también a los docentes quienes son nuestros guías en esta
travesía educativa, merecen un reconocimiento especial. Son los arquitectos de nuestro
conocimiento, los forjadores de nuestras mentes y corazones. Su dedicación incansable
nos ha inspirado a superar obstáculos y a alcanzar nuevos horizantes. A ellos les
debemos una gratitud eterna.
Hoy también es un día para felicitar y reconocer a aquellos que representan el cuadro de
honor, a los abanderados portaestandartes y escoltas. Ustedes son un ejemplo de
excelencia, compromiso y liderazgo. Representan lo mejor de nuestra institución y son
un orgullo para todos. Sigamos trabajando juntos para alcanzar nuestros objetivos y
elevar aún más el prestigio de nuestro LICEO Policial Chimborazo.
Hemos alcanzado este día a través de años de esfuerzo, dedicación y perseverancia.
Hemos superado obstáculos, enfrentado desafíos y crecido como individuos. Pero, hoy,
al mirar hacia el futuro, debemos recordar que el juramento a la bandera, no es el final
de nuestro viaje, sino el comienzo de una nueva etapa.
No importa cuán difíciles sean los caminos que enfrentemos, recordemos siempre que la
determinación y el trabajo duro pueden superar cualquier obstáculo. La educación que
hemos recibido hasta ahora es solo el cimiento sobre el cual construiremos nuestras
vidas. Cada uno de nosotros tiene un propósito y un potencial único que podemos
alcanzar si nos esforzamos y creemos en nosotros mismos.
No permitamos que el miedo al fracaso nos detenga. El fracaso es simplemente una
oportunidad para aprender y crecer. Como decía Thomas Edison: "No he fracasado.
Simplemente he encontrado 10,000 maneras que no funcionan". Sigamos buscando
nuestras propias maneras de tener éxito.
A todos los presentes, les animo a encontrar fuerza en los desafíos, a no rendirse ante lo
que parece imposible y a recordar que el amor y el apoyo de quienes nos rodean pueden
llevarnos más lejos de lo que jamás hubiéramos imaginado.
Gracias por escucharme
Viva la patria ¡¡ Viva el Ecuador , viva nuestra bandera, viva nuestro liceo, y , que Dios
nos guíe en esta noble tarea como lo es la EDUACACION!

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