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FICHA MINDFULNESS

Ideas para la práctica de mente sabia

Las habilidades de mindfulness a menudo requieren mucha práctica. Al igual que con
cualquier habilidad nueva, es importante practicarla primero cuando no se necesita. Si
practicas en situaciones fáciles, la habilidad se volverá automática y la tendrás cuando
la necesites, por ejemplo, en momentos de crisis. Practica con los ojos cerrados y con
los ojos abiertos.

1. Atender a la respiración y dejar que tu atención se asiente en tu centro.

•• Inhalando profundamente, nota y sigue las sensaciones de tu respiración mientras


entra el aire y sientes cómo tu abdomen se infla como un globo.
•• Deja que tu atención se asiente en tu centro, en la parte inferior de tu respiración,
en tu plexo solar o diafragma.
•• Deja que tu atención se asiente en el centro de tu frente, tu “tercer ojo”, en la parte
superior de tu respiración.
•• Manteniendo tu atención en tu centro, exhala, respirando normalmente,
manteniendo la atención.

2. Expandir la conciencia.

•• Respira como en el ejercicio anterior, pero esta vez amplía la conciencia al espacio
exterior en el que te encuentras ahora: visualiza el lugar al que miras con tus ojos
abiertos, escucha los sonidos del presente (abrir y cerrar de puertas, pájaros, coches,
voces, etc., presta atención al contacto de tu cuerpo con la silla o la cama donde estés.
•• Continua en el momento.

3. Caer en las pausas entre la inhalación y la exhalación.


•• Inhalando, nota la pausa después de inhalar reteniendo el aire (parte superior de la
respiración 2 segundos antes de exhalar).
•• Exhalando, nota la pausa después de exhalar cuando ya no queda aire dentro (parte
inferior de la respiración 2 segundos antes de inhalar nuevamente).
•• Nota: siente y concéntrate en ese espacio central de dos segundos dentro de la
pausa.

4. Piedra en el lago. Imagina que estás junto a un lago azul y transparente en un


hermoso día soleado. Entonces imagina que eres una pequeña piedra, plana y ligera.
Imagina que has sido arrojada al lago y ahora estás flotando suave y lentamente a
través del agua azul, clara y apacible hacia el fondo liso y arenoso del lago.
•• Nota lo que ves, lo que sientes al flotar hacia abajo, tal vez en círculos lentos. A
medida que te acercas al fondo del lago, establece tu atención allí, dentro de ti.
•• Nota la serenidad del lago; toma conciencia de la calma y la tranquilidad en lo
profundo.
•• A medida que te acercas al centro de tu ser, enfoca tu atención allí.

5. Descender por la escalera en espiral. Imagina que dentro de ti hay una escalera de
caracol que baja hacia tu centro. Comenzando en la cima, desciende muy lentamente
por la escalera, yendo más y más profundo dentro de ti.

•• Nota las sensaciones. No te fuerces en bajar más de lo que desees. Presta atención
al silencio. Cuando llegues al centro de tu ser, enfoca tu atención allí, tal vez en tu
vientre o abdomen.

6. Inhalar “mente”, exhalar “sabia”. Cuando inhalas piensa en la palabra “mente”;


cuando exhalas en la palabra “sabia”.

•• Enfoca toda tu atención en la palabra “mente”, luego, enfócala nuevamente en la


palabra “sabia”.
•• Continúa hasta que sientas que has llegado a tu mente sabia.

Puedes utilizar otras dos palabras que te causen bienestar como “paz” y
“tranquilidad”, por ejemplo.

7. Preguntar a la mente sabia. Mientras inhalas, silenciosamente hazle una pregunta a


tu mente sabia.

•• Mientras exhalas, escucha la respuesta.


•• Escucha, pero no te des una respuesta. No respondas; escúchala.
•• Continúa preguntando en cada inhalación por algún tiempo. Si no recibes una
respuesta, vuelve a intentarlo en otro momento.

8. Azul y rojo: mientras inhalas visualiza un aire azul entrando en tu cuerpo y cuando
exhalas imagina que el aire que se marcha es rojo.

•• Poco a poco, el interior de tu cuerpo, con aire rojo en las partes donde más se
focaliza tu dolor/sufrimiento, se va llenando de aire azul proveniente del exterior.
•• Antes de comenzar a respirar, visualiza esas partes donde más detectas sufrimiento
e imagínalas con aire rojo.
9. Cuenta atrás: mientras respiras como en los ejercicios anteriores, ve contando con
tranquilidad hacia atrás poco a poco.

•• Se puede hacer susurrando o bien mentalmente.


•• Podemos empezar desde números altos (por ejemplo el cien), y retroceder hasta
llegar al cero. De uno en uno en un principio. Después podemos repetirlo contando
hacia atrás de tres en tres, de cinco en cinco, etc.
•• Si nuestra mente se marcha hacia otras preocupaciones, la corregimos cada vez
llevando el foco a la cuenta atrás. Al principio puede ser cansado corregirla, pero
gradualmente la corrección será cada vez menos frecuente.

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