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anales de psicología © Copyright 2 004: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia. Murcia (España).

2 004, vol. 2 0, nº 1 Qunio), 69-79 ISSN edición impresa: 02 12 -972 8. ISSN edición web (www.urn.es/ana1esps): 1695- 22 94

Aspectos evolutivos de la autorregulación emocional en la infancia


Ester Ato Lozano* 1, Carmen González Salinas 2 y José Antonio Carranza Carnicero 2
1Dept' de Anatomía Humanay Psicobiología (Á_rea de Psicobiología), 2Dept'. de Psicología Evolutivay de la Educación
Universidad de Murcia (España)

Resumen: Las diferentes aproximaciones teóricas al estu- Title: Developmental characteristics o f emotional self-
dio de la autorregulación la definen como la capacidad de regulation in infancy.
los individuos para modificar su conducta en virtud de las Abstract: Severa! approaches to the study o f self-regulation
demandas de situaciones específicas. Dentro de este cam- define it as the ability o f the individuals to modify one's
po, la regulación emocional en la infancia ha cobrado rele- behavior in responding to the demands o f specific situa-
vancia en los últimos años por su probada influencia sobre tions. In this field, emotional self-regulation in infancy has
diversas áreas del desarrollo del individuo, especialmente gained interest in the last years because o f its implications
de su funcionamiento social. En el desarrollo de la autorre- for different areas o f individual development, especially
gulación emocional en la infancia, se han identificado fac- social functioning. In the development o f emotional self-
tores endógenos, con especial énfasis sobre la maduración regulation in infancy, exogenous factors have been identi-
de las redes atencionales. Como factores exógenos, a los fied, with a special emphasis on the maturation o f the at-
padres se les ha otorgado un papel importante como guias tentional networks. Concerning to exogenous factors, par-
del desarrollo de la regulación emocional de sus hijos. Por ents have been given an importante role in guiding the de-
otro lado, las diferencias individuales encontradas en la au- velopment o f their children. On another hand, individual
torregulación emocional en la infancia parecen tener un differences found in emotional self-regulation seem to be
origen temperamental. temperamentally based.
Palabras clave: Autorregulación; infancia; temperamento; Key words: Self-regulation; infancy; temperament; con-
contexto; cuidador. text; caregiver.

1. Introducción torregulación emocional ha sido caracterizado


como la transición de una regulación externa -
Desde diferentes aproximaciones teóricas, se dirigida mayormente por los padres o por las
considera la autorregulación como la capacidad características del contexto-, a una regulación
de los individuos para modificar su conducta interna, - caracterizada por una mayor autono-
en virtud de las demandas de situaciones espe- mía e independencia-, en la que el niño interio-
cíficas (Block y Block, 1980; Kopp, 1982; riza y asume los mecanismos de control. E l
Rothbart, 1989). Dentro de este campo de es- cambio en este sentido es un proceso activo en
tudio, la autorregulación emocional ha desper- donde resulta muy importante la propensión
tado un gran interés por las implicaciones que innata del organismo a convertirse en autóno-
tiene para el funcionamiento social de los indi- mo con respecto a sus diferentes ambientes
viduos. (Grolnick, Kurowski y McMenamy, 1999).
E n el estudio del desarrollo de la autorreg u - Los psicólogos del desarrollo también se
lación emocional, muchos investigadores se han interesado por averig u ar las causas del de-
han centrado en el período de la infancia debi- sarrollo de la autorregulación. E n este sentido,
do a que tanto las conductas como el contexto se han identificado factores de origen endóge-
social donde éstas se producen no presentan no, donde resulta de especial relevancia la ma-
tanta complejidad como en períodos posterio- duración de las redes atencionales; con respec-
res. Durante la infancia, el desarrollo de la au- to a los factores exógenos, se ha destacado el
papel fundamental de los padres como guías
del proceso de desarrollo de sus hijos.
* Dirección para correspondencia [Correspondence Por otro lado, se han identificado diferen-
address]: Ester Ato Lozano. Depto. Anatomía Huma-
cias individuales en la autorregulación emocio-
na y Psicobiología (Area de Psicobiología). Universi-
dad de Murcia. Campus de Espinardo (Edif. "Luis Vi- nal, tanto en los diferentes umbrales que susci-
ves''). 30100. Espinardo (Murcia, España). tan sus respuestas como en las intensidades de
E-mail: esterato@um.es

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sus expresiones. L a estabilidad de estas dife- emocionales, especialmente sus características


rencias a través de las situaciones y a lo largo de intensidad y tiempo, con la finalidad de
del tiempo da apoyo a la hipótesis de que la va- atender a determinados objetivos. Otros auto-
riación en la autorregulación emocional de los res redundan en que la regulación emocional
individuos está mediada por sus características supone el manejo del arousal emocional y el
temperamentales. control consciente del comportamiento (ej.,
Por último, resulta muy importante para Vondra, Shaw, Swearingen y Owens, 2001).
comprender el significado funcional de las Teniendo en cuenta esta función de adapta-
emociones y su autorregulación tener en cuenta ción al ambiente, la regulación supone el mane-
tanto los contextos sociales donde estas se ex- jo de la emoción a favor de un mejor funcio-
presan como las implicaciones que a largo pla- namiento del individuo en una situación dada.
zo tienen para el ajuste social del niño. Este aspecto de "adaptación" a una situación
Este trabajo realiza una revisión de las in- específica le concede un carácter flexible, lo
vestig a ciones realizadas sobre la autorregula- que le hace diferenciarse del rígido concepto de
ción emocional en la infancia, abordando cues- control de emociones o impulsos; este último,
tiones tanto de tipo conceptual como de desa- requiere energía y atención, disminuyendo la
rrollo. capacidad del individuo de implicarse en su
ambiente (Kopp, 1989; Block y Block, 1980), y
2. E l concepto de autorregulación cuya utilización de forma crónica se ha asocia-
emocional: naturaleza y compo- do a la aparición de problemas comporta-
mentales y psicopatologías (Cole, Michel y Teti,
nentes
1994).
Por otro lado, estas capacidades de adapta-
Aunque tradicionalmente la emoción se había
ción al ambiente incluyen procesos de afron-
considerado como fundamentalmente disrupti-
tamiento de emociones tanto positivas, (ej. ale-
va y su estudio se había centrado en su posible
gría, placer), como negativas, (ej. malestar,
interferencia sobre aspectos diversos de la vida
miedo, ira), superando posturas tradicionales
cotidiana, desde recientes perspectivas funcio-
que consideraban únicamente las emociones
nalistas se argumenta que las emociones son
negativas en el concepto de autorregulación
respuestas adaptativas con funciones motiva-
(Kopp, 1989; Grolnick, 1999). Además, ac-
cionales y organizativas que ayudan a los indi-
tualmente se consideran como aspectos de la
viduos a la consecución de sus objetivos (Grol-
autorregulación emocional los que se refieren al
nick, McMenamy y Kurowski, 1999). E n este
inicio y mantenimiento de la respuesta emocio-
sentido, por ejemplo el enfado, que tradicio-
nal, y no solo, la modulación y el cese de dicha
nalmente se había considerado como emoción
respuesta, tal como se había considerado tradi-
poco adaptativa, actualmente se considera co-
cionalmente (Grolnick, 1999).
mo una emoción necesaria para superar un
E n el período de la infancia, los investig a -
obstáculo.
dores se han preguntado por cuáles son las es-
Por consiguiente las definiciones actuales
trategias de autorregulación emocional de que
de regulación emocional se han centrado en los be-
disponen los niños pequeños y cómo se produ-
neficios a nivel adaptativo que supone ser ca-
ce su desarrollo a lo largo del tiempo. Para res-
paz de ajustar el estado emocional. Fox (1994),
ponder a estas preguntas, la mayoría de los tra-
por ejemplo, enfatiza que la regulación emo-
bajos han recurrido a la observación directa de
cional es una habilidad para modular el afecto,
las conductas de los niños ante situaciones de
al servicio del respeto a normas definidas social
alto arousal emocional; así por ejemplo, las si-
y culturalmente. Thompson (1994) la define
tuaciones más frecuentemente utilizadas han
como procesos intrínsecos y extrínsecos res-
supuesto retirar un objeto con el que el niño
ponsables de evaluar y modificar las reacciones
estaba jugando, dejándolo a su vista pero fuera

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de su alcance (Diener y Mangelsdorf, 1999; consideradas como menos efectivas en la reg u -


Grolnick, Kurowski y McMenamy, 1998); ex- lación emocional, y por otro en aquellas más
poner a los bebés a estimulación audio-visual activas y autónomas, que llevarán a una auto-
desagradable a través de monitores de ordena- rregulación más eficaz. Estas estrategias pueden
dor (Barman, Rothbart y Posner, 1997); res- oscilar desde un extremo más pasivo y reactivo,
tringir los movimientos de brazos y piernas de a otro más activo, flexible y autónomo. Así por
los bebés, sentándolos en silletas donde no se ejemplo, el uso pasivo de los objetos sería una
pueden mover libremente (l<ochanska, Coy, estrategia más pasiva, mientras que la implica-
Tjebes y Busarek, 1998); presentarles objetos ción activa en el juego sería una estrategia más
nuevos y personas desconocidas, o pedir que la activa y flexible, si bien en ambos casos, los ni-
madre deje de jugar con el niño y abandone la ños desvían su atención del estímulo que les
sala (Mangelsdorf, Shapiro y Marzolf, 199 5). produce malestar.
Las conductas observadas son posterior- Desde diferentes trabajos se ha propuesto
mente agrupadas en categorías funcionales de pues una diversidad de estrategias en virtud de
autorregulación emocional. A este respecto, el las diferentes tareas que los autores han creado
trabajo de Rothbart y Derryberry (1981), en re- para estudiar la regulación emocional. Sin em-
visión de la literatura, apuntó las estrategias de bargo, bajo esta variedad de estrategias se pue-
evitación activa, orientación hacia el cuidador, den identificar mecanismos subyacentes comu-
desenganche de la atención, aproximación, ata- nes que nos permiten agruparlas.
que, autoestimulación corporal, autotranquili- Así por ejemplo, alg u nas de ellas implican el
zación táctil y respiración. Por otra parte, Man- cambio de la atención del estímulo provocador
gelsdorf et al (1995) incluyeron en las categorí- de malestar hacia otra fuente de estimulación.
as de autorregulación cuatro grupos de com- L a utilidad del cambio de la atención como
portamiento: evitación de la mirada, autotran- forma de autorregulación emocional, y particu-
quilización, evitación del extraño y autodistrac- larmente alg u nos tipos de uso atencional más
ción. Braungart y Stifter (1991) estudiaron activos han sido demostrados por alg u nos in-
comportamientos regulatorios tales como mirar vestig a dores. Así por ejemplo, Barman, Roth-
al ambiente, mirar a la madre, mirar al extraño, bart y Posner (1997) encantaron que la técnica
mirar a la puerta, mirar a los jug u etes, auto- de distraer la atención de una fuente de estimu-
tranquilización, exploración de los jug u etes, lación audio-visual desagrable era una forma
búsqueda de proximidad con el extraño, reti- eficaz de reducción del malestar. D e forma si-
rada de la mirada al extraño y retirada de la mi- milar, Braungart y Stifter (1991) estudiaron la
rada a la madre. Calkins y J ohnson (1998) dis- respuesta de malestar y las estrategias de auto-
tinguieron las sig u ientes categorías: autotran- rregulación en niños de 12 meses aplicando el
quilización, orientación a la madre, distracción, paradig m a de la Situación Extraña, y encontra-
agresión y afrontamiento constructivo. Grol- ron que niveles altos de malestar estuvieron
nick et al (1999) proponen las siguientes: uso asociados con una menor implicación activa
pasivo de objetos, implicación activa con obje- con los juguetes y menores niveles de explora-
tos, autotranquilización física, búsqueda de ción de los objetos.
contacto, autotranquilización simbólica y foca- Un seg u ndo grupo de estrategias implica a
lización sobre el objeto deseado. Ellos conside- aquéllas relacionadas con la búsqueda de con-
ran que dichas estrategias de autorregulación se suelo. Dentro de este grupo, también se pue-
mueven a lo largo de un continuo evolutivo den identificar estrategias más pasivas, como la
que va desde procesos más pasivos y depen- autotranquilización física, o más activas, como
dientes del estímulo hasta formas más activas y la búsqueda de contacto. E l uso de la función
autónomas de regulación. Esto permite dividir simbólica, como la imitación o el juego, supone
el conjunto de las estrategias por un lado en una estrategia aún más sofisticada al servicio de
aquellas más primitivas, pasivas y dependientes, la regulación emocional. E l repertorio de estra-

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tegias de autotranquilización simbólica se ex- et aL (1992) encontraron que la estrategia de


pande con la adquisición del lenguaje. Las habi- aproximación se relacionó de forma negativa
lidades lingüísticas pueden ayudar al niño a con el miedo medido a través de informe ma-
manifestar sus sentimientos, a obtener feed- terno. Por otro lado, la estrategia de afronta-
back verbal sobre la regulación apropiada, y a miento constructivo (Calkins y Johnson, 1998),
pensar y escuchar sobre cómo manejar las codificada como los intentos activos de solu-
emociones. Más allá de la infancia, el habla au- ción ante la situación correlacionó de forma
todirigida también puede facilitar la habilidad negativa con la respuesta de malestar en niños
del niño para tener la acción bajo control. Fla- de 18 meses.
vell (1966) utilizó el término "habla privada"
para describir el habla autodirigida, y señaló 3. E l desarrollo de la autorregula-
que la función de tal habla era la autoguía y el ción emocional en la infancia
control de las situaciones a través del lenguaje.
U n tercer grupo de estrategias incluye aque- E n la sección anterior, las estrategias de auto-
llas en las que se mantiene la focalización sobre rregulación han sido clasificadas por su grado
el estímulo provocador de malestar con el fin de complejidad, siendo unas más primitivas y
de modificar el ambiente. Grolnick y cols, pasivas, y otras más sofisticadas y autónomas.
(1999) consideran que esta estrategia engloba Es de esperar que la frecuencia en el uso de ta-
tanto la focalización sobre un objeto, cuando les estrategias por parte de los niños dependa
nos encontramos ante una situación de demora de su nivel de desarrollo, pasando de un uso
en la que el niño espera u n objeto o gratifica- preferente de estrategias dependientes en los
ción y no llega, así como la búsqueda de la ma- primeros estadios del desarrollo, y yendo pro-
dre en el caso de una situación de separación. gresivamente hacia el uso de estrategias con
Esta estrategia supone una focalización sobre el mayor grado de autonomía.
objeto generador de malestar, por lo que se El desarrollo de las habilidades de autorre-
considera como reactiva y poco activa y autó- gulación emocional se ha asociado a una varie-
noma. E n apoyo a la naturaleza menos adapta- dad de factores, tanto endógenos como exóge-
tiva de este tipo de estrategia, Bridges y Con- nos. Dentro de los factores endógenos, se ha
nell (1991) encontraron que, durante una breve estudiado la madurez del cerebro, especialmen-
separación, la búsqueda de la madre correla- te de las redes atencionales, y las capacidades
cionó con un alto grado de malestar. Otros au- motoras y cognitivo-lingüísticas de los niños.
tores también han encontrado que comporta- Dentro de los factores exógenos, a los padres
mientos de mirada hacia la madre, o de se les ha otorgado un papel primordial en su
aproximación a ella se asocian de forma positi- labor de ayuda y guia en este proceso de desa-
va a expresiones de malestar por parte del niño rrollo. Hagamos un recorrido por el desarrollo
(Braungart y Stifter, 1991; Rothbart y cols, de la autorregulación emocional en la infancia,
1992). identificando tanto factores endógenos como
Finalmente, otras estrategias están en rela- exógenos.
ción con el mecanismo de aproximación-
retirada. A este respecto, Diener et aL (1999) 3.1. Factores endógenos asociados al
encontraron que la estrategia de evitación, o re- desarrollo d e la autorregulación
tirada ante el estímulo, tenía u n efecto diferen- emocional
cial en función de si el episodio provocaba
miedo o ira. E n concreto, la evitación parece Como ya hemos comentado, uno de los aspec-
disminuir la emocionalidad negativa ante u n es- tos de la maduración del individuo que aparece
tímulo amenazante, mientras que no reduce el como más relevante para el desarrollo de la au-
malestar cuando el niño desea el estímulo o ex- torregulación emocional se refiere a la madura-
perimenta frustración. Por otro lado, Rothbart

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ción de las redes atencionales; dado que las es- por Rothbart, Ziaie y O'Boyle (1992). E n su
tructuras cerebrales implicadas en las diferentes estudio, los niños de 3 meses de edad demos-
redes atencionales maduran a diferente ritmo, traron habilidad para tranquilizarse y estimular-
las habilidades de autorregulación de los niños se por ellos mismos, si bien no tuvieron ten-
también variarán en el tiempo en virtud de tales dencia a iniciar otras conductas más autóno-
cambios madurativos. mas. Para estos niños la autotranquilización fí-
E n los tres primeros meses de vida, la auto- sica es la estrategia más frecuentemente utiliza-
rregulación emocional está bajo la influencia de da, puesto que su sistema atencional todavía no
la red de alerta. Esta red está implicada en el está suficientemente desarrollado. E n cambio,
mantenimiento y ajuste de las distintas fases de sólo u n mes más tarde, hacia los 4 meses, estos
alerta, y se piensa que facilita la focalización de mismos niños comenzaron a utilizar con fre-
la atención sobre estímulos importantes de cara cuencia el desenganche y el cambio atencional
a la adaptación del niño a su entorno (Posner y como estrategia de autorregulación, disminu-
Raichle; 1994; Posner y Rothbart, 1992). N o yendo de forma eficaz el arousal emocional.
obstante, esta atención es fundamentalmente La edad de 6 meses marca otra etapa im-
reactiva, muy dependiente de las características portante en la adquisición de las estrategias de
de los estímulos que rodean al niño, por lo que regulación emocional, aunque todavía se hace
la autorregulación en este período se entiende a evidente la relativa inmadurez del sistema aten-
un nivel muy primario y apenas se observa. Pa- cional. El cambio más importante que obser-
ra Kopp (1982), este período se caracteriza por vamos a esta edad es el desarrollo de las habili-
una primitiva organización y control del siste- dades motoras, lo que facilita la aproximación y
ma autorregulatorio, marcado por la modula- evitación de estímulos con la finalidad de regu-
ción del estado de arousal y la activación de lar los niveles de arousal de forma óptima.
comportamientos tempranos de regulación. Para Rothbart, Ziaie y O'Boyle (1992), en
Por esta razón, la regulación emocional de los este período hay un cambio en el tipo de evita-
bebés será muy dependiente de las conductas ción que utiliza el niño para suprimir el males-
de los padres, quienes podrán aumentar o dis- tar. A los 6 meses, la evitación es más activa
minuir la estimulación ambiental, consiguiendo que a los 3, ya que debido a la emergencia de
con ello una óptima regulación del arousal habilidades motoras, el niño puede separarse fi-
emocional del niño. sicamente del estímulo provocador de malestar.
Cumplidos los 3 meses de edad, comienza a Por otro lado, a esta edad los niños utilizan
emerger un segundo conjunto de circuitos mucho más la estrategia de desenganche de la
atencionales, denominado red de orientación. atención, son buscadores más activos de estí-
Este sistema permite al niño desenganchar la mulos, y redirigen su atención con mayor fre-
atención de la fuente provocadora de malestar, cuencia hacia objetos físicos que hacia perso-
mover la atención hacia otro lugar, e implicarse nas.
o potenciar esa nueva localización. Además, Más tarde, alrededor de los 9 meses de vida,
cuando el niño está implicado en una localiza- se hace manifiesta la presencia de u n tercer sis-
ción particular, la amplitud de la atención tam- tema atencional, la red ejecutiva, y podríamos
bién puede reducirse para proporcionar más describirla como un sistema ejecutivo respon-
detalles de las características locales, o por el sable de regular la red atencional posterior y de
contrario puede ampliarse para proporcionar controlar la atención al lenguaje. Este cambio
una cobertura más amplia de información glo- permitirá un uso flexible de los mecanismos
bal (Posner y Raichle, 1994; Posner y Rothbart, atencionales como estrategias de autorregula-
1992; Rothbart, Posner y Rosicky, 1994). ción. Así, en el estudio de Lirewise, Gianino y
Esta nueva habilidad facilitará un cambio Tronick (1988) se mostró que los niños de 9
en las estrategias de autorregulación disponibles meses de edad fueron más capaces de mante-
para los niños. Dicho cambio fue identificado ner la atención sobre u n objeto y cambiar la

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atención una vez fijada la mirada en el objeto, la estrategia de orientación hacia la madre, lo
comparados con los niños de 3 y 6 meses. que supone u n capacidad para cambiar la foca-
Por otro lado, la maduración del cortex lización atencional del estímulo provocador del
frontal también va a permitir la aparición de malestar a la madre. Este cambio en la refocali-
mecanismos inhibitorios en el niño. Una de las zación atencional desde estímulos inanimados
formas de manifestación es la inhibición en la (como observamos en los 6 meses) hacia per-
aproximación a estímulos nuevos y / o de alta sonas puede ser atribuido a la emergencia de
intensidad, tal como fue mostrado por Roth- las capacidades comunicativas en el niño.
bart (1988). Esta autora expuso a niños de dife- A su vez Kopp (1982) habla en esta etapa
rentes edades a estímulos en el laboratorio. de la emergencia de la habilidad por parte del
Unos eran de baja intensidad y familiares para niño a mostrar una mayor conciencia ante de-
los niños, mientras que otros eran nuevos y de mandas sociales definidas por los cuidadores,
alta intensidad. Encontró que a los 6 meses de caracterizada por el inicio, mantenimiento, mo-
edad, los niños tendieron a coger con la misma dulación y cese de movimientos físicos, comu-
rapidez los juguetes nuevos que los familiares, nicación y señales emocionales de acuerdo con
mientras que a la edad de 1O meses los niños estas demandas.
incrementaron sus latencias en la aproximación Después del primer cumpleaños, debido a
a los juguetes nuevos. Al mecanismo subyacen- la mejora en las capacidades cognitivas, se pue-
te a estas conductas se le ha denominado In- de observar la puesta en marcha de estrategias
hibición Conductual, y se activa ante situacio- con u n mayor grado de autonomía. E n el estu-
nes de incertidumbre, es decir, las que implican dio de Rothbart, Ziaie y O'Boyle (1992), los
novedad, estimulación de alta intensidad, ante niños de 13 meses fueron más activos en la
la expectativa de un castigo, o ante miedos filo- búsqueda de estimulación, mostraron menos
genéticamente programados (Kagan, 1998). autotranquilización, más conductas de aproxi-
E n este período se producen paralelamente mación, menores comportamientos de evita-
en el niño otros logros cognitivos tales como la ción y mayores comportamientos de autoesti-
permanencia del objeto, la resolución de tareas mulación, comparados con los niños de menor
que implican la coordinación de esquemas de edad. E n cuanto a la regulación emocional, in-
acción sobre los objetos, la imitación vocal y crementaron su focalización sobre aspectos in-
motora, y una primitiva planificación interna animados del ambiente y mostraron también
que controla su comportamiento, o lo que es lo mayor comunicación gestual.
mismo, la aparición de la conducta intencional. Por otro lado, otros estudios han identifi-
Otro cambio que merece especial atención cado algunas de las limitaciones propias de esta
hace referencia a la comunicación. Los niños edad. Así, Bridges, Grolnick y Connell (1997)
de 9 meses ya son capaces de comunicarse con encontraron que a los 12 meses, ante las situa-
otra persona y hacer referencia a un tercer ele- ciones de espera para tocar un objeto deseado y
mento del ambiente, es decir, se hace patente la de separación de la madre, la probabilidad de
función de referencia social (Klinnert, Emde, que los niños se implicaran activamente en el
Butterfield, Campos; 1983). Rothbart, Ziaie, y juego era menor que en otros momentos poste-
O 'Boyle (1992) aluden a dichas capacidades riores del desarrollo, tanto estando solos como
comunicativas así como a la memoria del niño, en presencia del cuidador, y era mayor la pro-
para explicar los resultados de su estudio. E n babilidad de utilizar estrategias más dependien-
éste, se administraron al niño varios estímulos tes, como la búsqueda de contacto. E n otro es-
con el fin de provocar respuestas emocionales tudio de Grolnick, Cosgrove y Bridges (1996)
de diferente tipo. Una de las tareas consistió en encontraron que la frecuencia de expresiones
la aparición de máscaras a través de una venta- de afecto positivo iniciadas por el niño en una
na, lo que generó altos niveles de malestar.Los situación de juego libre eran menores a esta
autores encontraron u n aumento en el uso de edad que en niños mayores.

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Aspectos evolutivos de la autorregulación emocional en la infancia 75

La edad de 18 meses no supone demasia- lación cada vez más flexibles y autónomas, que
dos cambios con respecto a los 12 meses. Para favorecen la adaptación del niño a las distintas
Mangelsdorf et al. (1995), a los 18 meses hay demandas de su entorno.
una menor probabilidad de mostrar compor-
tamientos de evitación y autotranquilización, y 3.2. Factores exógenos asociados al de-
una mayor frecuencia en los comportamientos sarrollo de la autorregulación emo-
de autodistracción que implican una explora- cional
ción activa del ambiente. Además, hay u n au-
mento en la tendencia a dirigir la interacción, E n el recorrido que hemos realizado en el
puesto que entre los 12 y los 18 meses los ni- apartado anterior, se ha puesto el énfasis sobre
ños empiezan a mostrar una mayor conciencia los aspectos madurativos de los individuos. Sin
de las demandas sociales y a modular sus res- embargo, son muchos los investigadores que
puestas en función de estas demandas. E n el conceden cada vez más importancia a la con-
estudio de Grolnick et al. (1996) que citábamos tribución de la interacción cuidador-niño a la
anteriormente, los autores encontraron que los hora de explicar los procesos autorregulatorios
niños de 18 meses eran capaces de responder que muestra éste último.
con afecto positivo a acciones neutrales y ver- La influencia de la conducta de la madre
balizaciones de sus madres. Para Parritz (1996) sobre las estrategias de autorregulación emo-
h a y una mayor probabilidad a esta edad de rea- cional de los niños ha sido puesta de manifiesto
lizar intentos por controlar la situación de es- por una diversidad de estudios. Alg u n os de
trés con una amplia variedad de estrategias ellos hacen constar cómo los niños utilizan es-
comportamentales, tales como buscar informa- trategias de afrontamiento más complejas
ción en sus madres sobre el estímulo de interés. cuando la madre está participativa que cuando
Por último, a los 24 meses observamos ya está pasiva. E n el estudio de Grolnick et al.
una madurez importante en las habilidades au- (1996) se observó la conducta de niños de 24
torregulatorias de los niños. Grolnick et al. meses de edad en una situación de demora de
(1997), encontraron que los niños de esta edad un objeto deseado en dos condiciones; en una,
utilizaban preferentemente estrategias de impli- la madre era libre de hacer lo que quisiera
cación activa en el juego, siendo menos proba- mientras que el niño esperaba (madre-activa) y
ble el uso de estrategias dirigidas a otros tales en la otra se le pedía que leyera una revista y
como la búsqueda de contacto. que permaneciera relativamente pasiva, a pesar
Kopp (1982) considera que en este periodo de que podía responder al niño en el período
se da el "control del impulso", caracterizado de espera (madre-pasiva). Los autores encon-
por la emergencia del yo, y un equilibrio entre traron diferencias en las conductas de los niños
acción y verbalización. Los factores que deter- ante estas dos condiciones, de manera que los
minan esta etapa son fundamentalmente madu- niños que utilizaron estrategias más adaptativas
racionales, siendo en este sentido esenciales las cuando la madre estaba en actitud activa, mien-
habilidades lingüísticas, si bien la sensibilidad tras que la situación madre-pasiva favoreció el
del cuidador a las necesidades del niño también uso de estrategias más pasivas y reactivas. Estos
es importante en esta etapa, tal como veremos mismos resultados fueron replicados en un es-
en el siguiente apartado. tudio longitudinal entre 12 y 14 meses (Bridges
A modo de conclusión, a lo largo de la in- et al., 1997).
fancia se observan diferencias en las estrategias Más recientemente, Diener et al. (1999) en-
disponibles para los niños en cada momento contraron que las estrategias regulatorias de los
evolutivo, oscilando desde métodos más palia- niños se encontraban en función del grado de
tivos de control del malestar hasta formas de implicación materna en situaciones de laborato-
afrontamiento más activas, es decir, se produce rio creadas para elicitar miedo o ira, de manera
una progresión evolutiva hacia formas de regu- que los niños utilizaron con mayor frecuencia

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estrategias tales como la implicación activa en E l temperamento ha sido definido como di-
objetos y la referencia social cuando la madre ferencias individuales en las tendencias a expre-
se encontraba implicada. Por el contrario, sar y experimentar las emociones y el arousal,
cuando la madre no se halló implicada, se en- así como en la capacidad para regular tales ten-
contró una mayor frecuencia de estrategias de dencias (Rothbart, 1989). Conceptualizado de
búsqueda de contacto hacia ésta. E n consonan- esta manera, el temperamento puede afectar
cia con estos resultados, en un estudio realiza- tanto a la intensidad de la emoción experimen-
do por nuestro grupo de investigación (Ato, tada, como a la estrategia de autorregulación
Gonzalez, Carranza y Ato, 2003) con niños de seleccionada.
12 meses de edad, observamos las estrategias A este respecto, Fox (1989) destaca la im-
de autorregulación de los niños cuando la ma- portancia de la intensidad emocional sobre la
dre estaba presente y participativa en compara- adquisición de las habilidades de autorregula-
ción a cuando la madre estaba ausente, obser- ción. Argumentó que los niveles de reactividad
vándose que cuando hubo una implicación por de los niños dan forma al tipo de estrategia de
parte de la madre se dieron estrategias más au- regulación emocional que necesitan adquirir.
tónomas por parte del niño, como implicación Según este autor, el hecho de que un niño sea
activa en el juego, mientras que la ausencia de altamente reactivo puede hacer que necesite la
la madre correlacionó con una mayor frecuen- asistencia de sus cuidadores más a menudo que
cia de uso de estrategias más dependientes, otro niño menos reactivo o, lo que es lo mis-
como uso pasivo de los objetos y búsqueda de mo, que tenga menos oportunidades que otros
contacto. de expandir su repertorio de habilidades auto-
Todos estos trabajos redundan en mostrar, rregulatorias. E l estudio de Mangelsdorf (199 5)
por un lado que la presencia activa de la madre da apoyo empírico a esta hipótesis, encontran-
favorece el uso de estrategias de autorregula- do que los niños descritos por sus madres co-
ción emocional más sofisticadas por parte del mo precavidos o cautelosos tendían a utilizar
niño, y por otro que la sensibilidad del cuida- un tipo de estrategia más pasiva, como la auto-
dor y su capacidad para proporcionar ambien- tranquilización física o la búsqueda de la ma-
tes y estrategias adecuadas, son una fuente de dre, mientras que los niños descritos como
influencia muy importante en el desarrollo de menos cautelosos tendían a utilizar estrategias
las habilidades del niño. más activas, como la autodistracción. D e forma
similar, nosotros (Ato et al., 2003) encontramos
4. Diferencias individuales en auto- que los niños descritos con mayor nivel de
rregulación emocional: la contri- miedo a través de informe materno, eran los
niños que mostraban mayores niveles de males-
bución del temperamento
tar en una versión modificada de la Situación
Extraña, utilizando con mayor frecuencia estra-
E n las secciones anteriores hemos abordado el
tegias primitivas, como la autotranquilización
desarrollo de la autorregulación emocional a lo
física y búsqueda de contacto, y mostrando una
largo de la infancia, identificando en dicho pro-
menor frecuencia de uso de estrategias autó-
ceso tanto aspectos endógenos como exógenos.
nomas como implicación activa en el juego, en
Por otra parte, dentro de un mismo grupo de
comparación con los niños que puntuaron más
edad, se ha constatado la existencia de diferen-
bajo en miedo.
cias individuales, tanto en la intensidad emo-
Por otro lado, Calkins y J ohnson (1998),
cional como en el tipo de estrategia utilizada. E l
encontraron que mayores niveles de ira se aso-
hecho de que estas diferencias individuales
ciaron con el uso de la agresión como estrategia
muestren estabilidad tanto a través de las situa-
de autorregulación, mientras que menores nive-
ciones como a lo largo del tiempo, apoya la
les de malestar se relacionaron con un afron-
hipótesis de un origen temperamental.
tamiento constructivo (Calkins y Johnson,

anales de psicología, 2004, vol. 20, n º 1 Gunio)


Aspectos evolutivos de la autorregulación emocional en la infancia 77

1998). E n el trabajo de Morales y Bridges con problemas comportamentales de tipo ex-


(1997), también se apoya la idea de que existe ternalizante tales como la agresividad y la baja
una relación entre el temperamento y el tipo de competencia social. Por el contrario, una baja
estrategia que escoge el niño para regular su regulación de la emoción junto con un alto
emoción. A través de informes maternos, con- control comportamental y una alta intensidad
cluyeron que los niños emocionalmente más emocional negativa se asociará a problemas
negativos utilizaron más la estrategia de focali- comportamentales de tipo internalizante tales
zación sobre el objeto deseado y la búsqueda como el miedo, o la timidez.
de contacto, y tuvieron un nivel de implicación Podemos esperar, por tanto, que los proce-
en el juego muy bajo en una situación de de- sos de autorregulación predispongan a un ma-
mora. yor o menor riesgo de problemas de conducta
(Block, Gjerde y Block, 1991) y de hecho, un
E n definitiva, existe un número de estudios número de estudios han encontrado asociacio-
que apoyan la idea de que las características nes significativas entre la intensidad y la auto-
temperamentales de los niños constituyen una rregulación emocional, y el funcionamiento so-
fuente de influencia fundamental a la hora de cial en la niñez. Así por ejemplo, Eisenberg,
explicar las diferencias individuales en la auto- Fabes, Murphy, Maszk, Smith, O'Boyle y Suh
rregulación emocional en la infancia. (1994) encontraron que la utilización de formas
no constructivas de afrontamiento junto con
5. El significado funcional de la au- una alta emocionalidad negativa se relaciona-
torregulación emocional en la in- ban significativamente con bajos niveles de
comportamientos socialmente apropiados, con
fancia un bajo estatus sociométrico y con baja ten-
dencia a manifestar la ira de forma constructi-
E n el presente trabajo se ha puesto de mani-
va. Por otro lado, en otro estudio (Eisenberg,
fiesto que en el transcurso evolutivo, los niños
Fabes, Bernweig, Karbon, Poulin y Hanish,
van progresivamente utilizando formas más so-
1993), los niños que mostraron un comporta-
fisticadas y autónomas de autorregulación
miento socialmente apropiado y que gozaban
emocional. Por otro lado, también ha quedado
de popularidad entre sus compañeros mostra-
constancia de que las características tempera-
ban altos niveles de regulación emocional, y
mentales pueden influir tanto en la intensidad
también altos niveles de afrontamiento cons-
de la emoción experimentada como la estrate-
tructivo instrumental y bajos niveles de afron-
gia de afrontamiento utilizada ante una situa-
tamiento no constructivo (agresión).
ción determinada, contribuyendo a la larga al
Pero dado que el presente trabajo se ha
desarrollo de un estilo de autorregulación ca-
centrado en la infancia, nos preguntamos si las
racterístico de cada individuo.
habilidades de regulación emocional mostradas
Pero, ¿cuál es el significado funcional de la
por los niños en un período tan temprano son
autorregulación emocional? Como ya se ha
relevantes para explicar el posterior funciona-
comentado en la primera sección de este traba-
miento social. E n virtud de los estudios que
jo, la mayoría de los autores en la actualidad
conocemos, la repuesta es afirmativa. Bates
afirman que la autorregulación emocional
(1987), por ejemplo, encontró que los altos ni-
cumple una función de adaptación social. E n
veles de llanto y enfado a la edad de 6 meses
este sentido, Eisenberg y Fabes (1992) propo-
podían dar lugar a problemas internalizantes y
nen un modelo de relaciones entre la intensidad
externalizantes en la edad preescolar. E n un es-
de la emoción, la autorregulación y el funcio-
tudio reciente, Rothbart, Ahadi, Hershey y Fis-
namiento social. Ellos proponen que una alta
cher (2001) encontraron que una mayor
emocionalidad negativa, junto con una baja re-
ira/ frustración a los 10 meses se asoció con un
gulación emocional y conductual, se asociará
mayor malestar, alta culpa/vergüenza, agresión

anales de psicología, 2004, vol. 20, n º 1 Qunio)


78 Ester Ato Lozano et al.

y baja autotranquilización a edades posteriores. gos que pudieran darle apoyo emocional y
Por otra parte, Kochanska (1994) ha señalado compañía, además de estar insatisfechos en su
que los niños temerosos a edades tempranas, relación de pareja. Por el contrario, los niños
muestran una mejor interiorización de los prin- del grupo "bien ajustado" (well-adjusted) mos-
cipios morales a la edad preescolar. traron un apoyo social y relaciones de pareja
Más aún, las habilidades de autorregulación satisfactorios.
tempranas pueden tener un efecto a largo plazo E n conclusión, la autorregulación emocio-
sobre el funcionamiento social de los indivi- nal a una edad tan temprana como la infancia
duos. Esto ha sido mostrado por Caspi (2000) resulta relevante a la hora de explicar el ajuste
en un destacado estudio longitudinal desde los social en etapas posteriores, de manera que ba-
3 hasta los 21 años. Encontró que los niños jos niveles de autorregulación en la infancia se
diagnosticados como "bajo control" (undercon- asocian a una peor competencia social, mien-
trolled) a la edad de 3 años, caracterizados por tras que una óptima regulación emocional se
ser impulsivos, inquietos, negativos, de distrac- relaciona con un adecuado funcionamiento so-
ción fácil y emocionalmente inestables, a la cial.
edad de 21 años informaron de carecer de ami-

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