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Parashá # 8 | VaYishlaj | Y envió

Aliyá # 7 | Génesis 36:20-43

Esaú tomó sus mujeres, sus hijos, sus hijas y todas las personas de su casa; sus
ganados, todas sus bestias y todo cuanto había adquirido en la tierra de Canaán,
y se fue a otra tierra, separándose de su hermano Jacob, porque los bienes de
ambos eran tantos que no podían habitar juntos, ni la tierra en donde habitaban
los podía sostener a causa de sus ganados. (Gén. 36:6-7 RV1995)

¿Cuál será el fin del imperio de Edom?


Esav no era totalmente malo. La Torá revela que después del encuentro
con Yaakov no hubo problemas entre los dos y cuando su padre Yitsjak
murió, los dos hermanos lo sepultaron (35:29).

Esav hizo dos cosas muy positivas, honró a su padre de manera


extraordinaria y respetó a su hermano Yaakov y se fue de la tierra de
Kenáan porque tenían tanto ganado que no podían habitar en la misma
tierra. Estos dos méritos originaron una gran bendición sobre él y sus
descendientes.

La genealogía de los descendientes de Esav revela que de él salieron


muchos hombres poderosos, fuertes líderes de varios reinos. Pero
también revela casos de incesto y pecados de fornicación, lo cual es el
resultado del espíritu que hubo entre las dos mujeres de las hijas de
Kenáan que él había tomado.

Un descendiente de Esav fundó Roma. Por eso tenemos que ver el


imperio romano como una extensión de Edom.

El libro de Daniel enseña que el imperio romano es el cuarto reino


mundial que va a ejercer su control sobre la tierra y el pueblo judío
hasta la venida del Mesías. Cuando el Mesías venga, el reino sobre el
mundo será entregado al pueblo judío junto con todos sus aliados
(injertados) (Dan. 2:44; 7:27).

Roma se puede identificar tanto como un poder político como un poder


religioso. Los dos son proféticamente una extensión de Edom. Esto nos
enseña que la religión de Roma está conectada con Edom.

En el texto del cual nos ocupamos está escrito en el original hebreo que
Esav se fue a erets – ‫ארץ‬-‫ – וילך אל‬lo cual se ha traducido como otra
tierra. Pero el texto hebreo no dice otra, sino solamente erets – tierra –
que puede ser entendido como un nombre. Es posible que Esav llamó la
tierra nueva donde se fue Erets, como un sustituto a la tierra de Kenáan
que había sido prometida a Yaakov y sus descendientes.

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¿Será que Esav quería sustituir la promesa del Eterno a su hermano
escogido por una tierra diferente? Lo cierto es que el espíritu que
sale de Roma enseña similarmente que el pueblo escogido ya no es
escogido y que los gentiles, los cristianos, ahora son el pueblo
escogido, el nuevo Israel. ¿Será que esta idea empezó con Esav?

Al estudiar las profecías que hablan del imperio romano, tanto


político como religioso (el cristianismo), se ve que no hay ningún
futuro para ello. El impero romano está destinado a la destrucción.
Esto incluye tanto al sistema político, que hoy en día está
dominando la mente de todos los políticos del mundo, como al
sistema religioso, que pretende sustituir el único pueblo escogido.

Los Profetas hebreos nos revelan que no hay futuro para el imperio
de Edom. Sólo hay profecías de destrucción para el futuro final de
Edom. No hay ni una sola profecía que dice que Edom será
restaurado y levantado para el mundo venidero, el mundo del
imperio del Mesías. Edom está destinado a la total destrucción y
desaparición de la tierra.

Sin embargo, dentro del sistema religioso edomita-romano, hay


muchas almas redimidas por el Elokim de Israel. Son las almas que
han sido alcanzadas por el poder de resurrección del Mesías de
Israel. Ellos también tendrán el derecho de heredar el mundo
venidero, pero el sistema en el cual ellos todavía están está
destinado a la ruina. No hay futuro para el cristianismo. No
encuentro ninguna profecía que lo indique.

Los redimidos de entre las naciones no son considerados por el


Cielo como parte del cristianismo sino como cortados de su olivo
silvestre e injertados en el olivo cultivado que es el pueblo de Israel
(ver Rom. 11; Rev. 5:9-10). Pero lamentablemente la gran mayoría de
ellos no lo ve, sino piensa que el cristianismo es el nuevo Israel y
que los cristianos son el pueblo de Dios y, por eso, siguen
aferrándose a un sistema que está destinado a desaparecer.

El sistema religioso edomita-romano es el mismo que la gran


ramera que se encuentra en el libro de Revelaciones. Poco antes de
la llegada del Reino del verdadero Mesías veremos la caída de la
gran ramera, también llamada Babilonia. Ese día no está muy lejos.

El Eterno llama a su pueblo a salir del sistema religioso edomita-


romano, también llamado Babilonia. No puedo hacer otra cosa que
repetir el mismo llamado: “¡Salid de ella, pueblo mío, para que no
seáis partícipes de sus plagas!” (Isa. 48:20; 52:11; Jer. 50:8; 51:45; Zac.
2:7; Rev. 18:4).

Que el Eterno nos dé entendimiento para saber qué significa este


mensaje y cómo aplicarlo de manera correcta en nuestras vidas.

Shabat shalom,

KETRIEL
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