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El mar de leva es un fenómeno que se da en las costas, especialmente durante el cambio de

las estaciones. También conocido como mar de fondo o de tendida, este se caracteriza por
el movimiento de las olas motivado por la fricción entre la superficie del mar y el viento
causando un aumento anormal en el tamaño de las mismas.

En la ciudad de Lechería, ubicada en la costa oriental de Venezuela, esta anomalía ocurre


de forma anual y trae consigo una gran cantidad de arena y residuos que se acumulan en el
mar y luego dan directamente a las calles.

Lugares turísticos como Playa Mansa y Playa Lido, al igual que el barrio Santa Rosa,
fueron de las localidades más afectadas por el mar de leva, donde el nivel de la playa y el
de la calle es prácticamente el mismo.

En Playa Lido, diversos trabajadores y habitantes del lugar manifestaron que el fenómeno
duro alrededor de tres días y que este fue más fuerte comparado con años anteriores,
teniendo como consecuencias que sus actividades laborales se vieran interrumpidas y
disminuyeran los visitantes.

“Las autoridades si tomaron medidas preventivas que perjudican mis ocupaciones e incluso,
he recibido maltratos verbales” confesó José Miguel Vallejos, vendedor de salvavidas de la zona
al igual que comentó que durante el tiempo que duro el mar de fondo la afluencia de turistas y
visitantes fue más baja que de costumbre. ‘’Trajo muchas pepitonas, pero pocos turistas’’, añadió
Ivan Meterán, habitante y vendedor del sector.

Como a Vallejos y Meterán, este fenómeno natural no les permitió trabajar con normalidad
a muchos, entre ellos Alexis Martínez, vendedor de cocadas quien manifestó que debía
abandonar su lugar de trabajo mucho antes de lo que habitualmente hacia, cuando por lo
regular finalizaba sus actividades cerca de las 6:00 pm.
Por su parte Jonathan Henríquez y Yorguin Guacaran, guardianes de áreas públicas del
Departamento de Protección Ciudadana de la Alcaldía de Lechería, señalaron que a pesar
de haber transcurrido dos semanas del hecho, aun monitoreaban las costas del municipio
morreño con apoyo de Protección Civil.
También aseguraron que este año el mar de leva fue muy fuerte, con olas que alcanzaron
los tres metros de altura y las cuales causaron daños al malecón. Además tomaron como
medida retirar a las personas de la playa luego de las 4:00 pm.
En áreas cercanas de Playa Lido se encontraban maquinarias y trabajadores retirando los
desechos y la arena que el mar trajo consigo.
En Playa Mansa el panorama no era muy diferente, muchos pescadores y vendedores de
mariscos afirmaron que durante los días que duro el mar de fondo no podían salir a pescar y
por la falta de personas en el lugar, no tenían a quien ofrecerles sus productos.
También dieron a conocer que algunas embarcaciones pesqueras sufrieron daños por el
fuerte oleaje ‘’Aproximadamente 200$ cuesta reparar mi lancha’’, enfatizo Nelson Borrego,
pescador de la localidad.
De igual forma, locales comerciales como el Coral Beach Bar, se vieron afectados por la
baja cantidad de clientes que recibió durante los días del mar de leva. Frank Salazar,
empleado de dicho establecimiento informó que de los 100 o 120 clientes que llegaban a
diario, solo 30 hicieron presencia en el restaurant.
Salazar también señalo que a pesar de estar ubicados muy cerca de la orilla del mar, las
grandes olas no afectaron tanto al negocio ya que cuentan con una barrera que las detiene,
aunque varias causaron algunas grietas en el suelo.
Desde su punto de vista, este mar de fondo ha sido el más fuerte ha visto desde los cinco
años que lleva trabajando en el Coral Beach Bar.
Este fenómeno natural no solo afecto a los comerciantes y trabajadores de Playa Mansa,
sino también a las personas que hacen vida en las adyacencias del concurrido boulevard.
En el colegio Juan XXII las clases fueron suspendidas un día y durante el resto de la
semana despachaban a los alumnos más temprano como medida de prevención, asi lo
comunico Carlos Noriega, vigilante de dicha institución.
Las calles también fueron cerradas, dejándose un solo canal de la vía abierto, causando asi
que el trafico colapsara cada vez que las personas querían entrar a las residencias cercanas
o recoger a sus hijos del colegio, haciéndose largas colas en las inmediaciones.
Para las personas que hacen vida en Playa Lido y Playa Mansa que este tipo de situaciones
se den durante los días de mar de leva es costumbre, ya que en años anteriores se han
encontrado en la misma posición, y hasta peor.
En 2011, Playa Lido tuvo que ser desalojada debido al fuerte oleaje registrado y tres calles
resultaron inundadas. Y aunque ese año Protección Civil informo que el mar de fondo no
provoco ningún daño ni hechos que lamentar, una pared cedió y un cuerpo sin vida, cuya
muerte se presumió fue por inmersión, fue arrastrado por el mar hasta las orillas de Playa
Mansa.
Los más afectados, los más abandonados
En el barrio Santa Rosa hay unas 60 viviendas que limitan directamente con el mar,
suponiendo asi un riesgo mayor durante el mar de leva.
A pesar de la exposición que la comunidad tiene con el mar y que el oleaje fue más intenso
que en años anteriores, no hubo pérdidas materiales en la zona aunque el agua inundo la
mayoría de las casas, según indico Ludinis Villarroel, habitante de Santa Rosa.
Por otro lado, Orangel Brito señaló que el enérgico golpear de las olas causo que se
quebrara una pared de su vivienda, la cual es parte de un grupo de casas comunicadas entre
sí.
Este tipo de situaciones no es inusual en esta localidad, en octubre del año pasado, la
carretera 5A en el cruce con la calle 2, muy cerca de la barriada, amaneció completamente
inundada por el fuerte oleaje y algunas lluvias vespertinas.
Más atrás, en el 2018 la población vivió momentos de angustia y caos durante la
madrugada del seis de marzo, cuando las olas arremetieron contra algunas casas inundando
todo.
Entre la aldea de pescadores, como también se le conoce a esta comunidad, y el resto de
Lechería existe un amplio contraste, siendo la primera la comunidad más empobrecida y
desprotegida del municipio Urbaneja, mientras la segunda se puede comparar con alguna
ciudad del primer mundo.
Todos los consultados en Santa Rosa aseguraron que no recibieron ninguna respuesta por
parte de las autoridades competentes, como la alcaldía o Protección Civil. Hicieron énfasis
en que ni siquiera fueron a revisar los efectos del oleaje en la localidad.
‘’Brindarle ayuda a la comunidad de Santa Rosa es institucionalizar una ilegalidad’’,
manifestó Sorocaima Romero, Director de Gestión Urbana de la Alcaldía de Urbaneja.
Romero explico que la mayoría de los habitantes del lugar realizaron una invasión ilegal y
por tal motivo su ente no está en la obligación de ayudarlos.
La única ayuda con la que contaron los vecinos de la aldea de pescadores fue la de algunos
efectivos del PSUV, quienes repartieron medicamentos como desparasitantes y
acetaminofen a los lugareños.
Este tipo de fármacos son de gran ayuda a los pobladores de Santa Rosa, ya que es muy
común que durante este fenómeno muchos se enferman con gripe, fiebre, malestar
estomacal e infecciones en la piel como la dermatitis.
El auge de este tipo de enfermedades se debe a que hay una tubería de aguas negras que
desemboca en Playa Mansa, muy cerca de la comunidad, informo Ludy Villarroel, Jefa de
la Junta Comunal de Santa Rosa y Vocera de Protección e Igualdad Social.
En años anteriores, representantes de la comunidad apuntaron a que estos problemas solo
aumentan ya que el gobierno local no les cumple con lo prometido, ni brindan una solución
acertada a estas contingencias.
El rol de la autoridad
Era muy común que durante los días que duro el mar de leva se vieran desperdicios y
cúmulos de arena que el agua arrastro hasta las adyacencias de Playa Lido, Playa Mansa y
el Casco Central de Lechería. Estos daños a la localidad no los paga la Alcaldía del
municipio, mas bien, los mismos corren por cuenta del apoyo que el ejecutivo recibe de
parte de empresas privadas, 90% para ser exactos.
De este modo la participación de las autoridades de Urbaneja consiste en el cierre de la vías
más cercanas a la orilla del mar, la restricción en la playas como principales medidas y en
la prevención temprana, donde precisamente se enfoca el trabajo de Protección Civil,
además de otras precauciones mas técnicas como el monitoreo de las costas.
A pesar de que este año el mar de leva no fue el más fuerte registrado en la zona,
generalmente en este tipo de contingencias, el ente se apoya en su homologo del municipio
Guanta, asi como cuenta con brigadas de emergencia en los puntos más afectados y se
sincroniza con las direcciones municipales competentes al caso.
‘’Los daños en Santa Rosa no ameritaban una ayuda extraordinaria’’, refirió Alexander
Rivas, Coordinador de operaciones de Sigraed (Sistema Integrado de Gestión de Riesgos,
Administración de Emergencias de Carácter Civil del Estado Anzoategui).
Rivas también hizo énfasis en que Protección Civil si acudió al barrio Santa Rosa para
monitorear la zona. De igual modo destaco que en conjunto con la alcaldía de Urbaneja
siempre le dan una respuesta satisfactoria a esta comunidad. ‘’Si hubo presencia en Santa
Rosa, pero lo que pasa es que somos pocos y no pudimos cubrir grandes espacios. ’’
Declaro que por lo general el trabajo del ente se basa en prevenir a las comunidades más
propensas mediantes charlas en la localidad, pero por lo general, las personas tienden a
burlarse en lugar de tomar la capacitación.
‘’Nosotros podemos infundir la cultura, pero si ellos no se dejan no podemos obligarlos’’,
comento Rivas.
El funcionario también señalo que el mar de leva puede ser tan fuerte como un tsunami en
pequeña escala, al mismo tiempo apunto que la ciudad esta propensa a este suceso. Destaco
que todos los años se lleva a cabo el Caribbean Wave, un ejercicio a nivel nacional para
capacitar a los ciudadanos en caso de que ocurra uno.
También hizo referencia en que Protección Civil cuenta con el personal calificado para este
tipo de eventos más graves que el mar de fondo, pero no cuentan con las herramientas
necesarias como transporte o equipos de protección adecuados.
La ley de la costumbre
Para las personas que viven el municipio Urbaneja, el mar de leva no es más que una
molesta costumbre que solo deja arena y residuos del océano en las calles cercanas a la
orilla del mar. A pesar de ser imprevisto, es algo normal para los morreños.
‘’A veces cuando hay algo que se repite, la gente se acostumbra a lo que sucede”, comento
Jeanette Calista, concejal oficialista en la Cámara Municipal de Lechería.
La funcionaria explico que el agua siempre se mete, que pasó unos meses atrás y volvió a
hacerlo a finales de enero y por lo tanto las personas interpretan que viven en un municipio
donde siempre sucede.
Sin embargo, la normalidad de este fenómeno trae como consecuencia que no exista ningún
tipo de ley u ordenanza que aplicar en caso de presentarse una contingencia de mayor
escala. Román Gonstsharenko, presidente de la Cámara Municipal indico que el ente que
representa no tiene competencia en estas situaciones. Por tal motivo estas no representan un
tema relevante en las sesiones de la Cámara.
“Si hay alguna ordenanza la desconozco, nosotros no hemos discutido ninguna ordenanza
que tenga que ver con fenómenos naturales”, añadió la concejal Calista.
Si bien estos eventos naturales son estudiados y monitoreados, nunca se sabe con qué
magnitud van a afectar a la comunidad, por lo tanto, el poder legislativo municipal tiene el
deber de crear ordenanzas adecuadas teniendo en cuenta las características geografías y
marinas de la localidad, para que de esta forma no haya ninguna traba administrativa
cuando pudieran presentarse alguna emergencia.
Generalmente el mar de leva se da entre el final del invierno y el inicio del verano, cuando
los vientos bajan. Aunque este año ocurrió mucho después de lo esperado, no fue nada
fuera de normal con sus olas de cresta suave y de alturas consistentes. Este fenómeno no
solo se da en las costas de Lechería, el parque nacional Mochima y playas del Hatillo, La
Cerca y Nuevo Unare también son afectados.

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