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Medicamentos en emergencia

Episodio de fiebre: Tº mayor a 38ºC


La fiebre es la forma en la que nuestro organismo reacciona contra las infecciones provocadas por virus y
bacterias, entre otros, por ello no es una enfermedad en si misma sino un signo. Se trata de un aumento de
la temperatura corporal por encima de los 38 °C y su objetivo es dificultar la supervivencia de estos
patógenos en nuestro cuerpo. Por lo tanto, la fiebre no siempre necesita tratamiento. Por todo ello, la
mayoría de especialistas consideran que, si la temperatura corporal está entre los 37 y los 38°C hablamos
de febrícula, una vez superados estos valores, a partir de 38 °C se habla de fiebre.
Como comentamos al comienzo, la fiebre no siempre necesita tratamiento, pero si las molestias
ocasionadas por la misma generan mucho malestar, podemos poner en práctica algunas recomendaciones
para bajar la misma.

➢ Hidratación adecuada
La hidratación puede ayudar a bajar la fiebre, debido a que puede ayudar a recuperar los líquidos
perdidos debido al aumento de la sudoración que se da para regular la temperatura corporal. Beber
agua, zumos o sopas.
➢ No abrigarse demasiado
Es habitual que ante la aparición de fiebre el primer impulso sea el de abrigarse. No obstante, es
recomendable no excederse a la hora de ponerse ropa y optar más bien por prendas ligeras, pues el
exceso de abrigo puede contribuir al incremento de la temperatura corporal.
➢ Paños de agua fresca
Otra de las soluciones que puede contribuir es la aplicación de paños humedecidos en agua fresca,
(no helada). Colocar estos paños en zonas como la frente, las ingles o las axilas.
➢ Un baño de agua tibia
Es muy importante realizarlo con agua tibia en lugar de agua fría, pues esta podría ocasionar
escalofríos los cuales contribuyen a aumentar aún más la temperatura del cuerpo.
➢ Descanso
Puede ser una buena medida contra la fiebre. Por lo tanto, lo recomendable es quedarse en la
cama. Además, de esta forma se evita contagiar a otras personas si estamos pasando por un
proceso infeccioso
➢ Medicación antipirética
Los medicamentos de elección para combatir los estados febriles son fármacos antitérmicos, entre los
que destacan los del grupo AINE. El ácido acetilsalicílico, el paracetamol y el ibuprofeno, que son
también indicados para tratar los dolores asociados a la fiebre.
El paracetamol Está especialmente indicado en pacientes que no deben tomar salicilatos u otros
antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como los asmáticos, las personas con antecedentes de úlcera
péptica o los niños menores de 16 años.
En adultos: preferible el ácido acetil salicílico (produce menos irritación gástrica)
En niños menores de 15 años: preferible el paracetamol y Dipirona
La dosis dependerá de la edad y la gravedad del cuadro febril. La dosis terapéutica es de 10-15
mg/kg/siempre cada 4-6 h y no se debe exceder los 4 g/día.
Su efecto dura alrededor de 9 h. A dosis habituales, los efectos adversos son raros, pero
una sobredosificación eleva el peligro de intoxicación, pudiendo producir necrosis
hepatocelular y, con menor frecuencia, necrosis tubular renal.

Cuando ir al médico por fiebre en adultos


Se recomienda consultar a un especialista en los siguientes casos:
• Si se presenta una temperatura corporal de 40 °C o más.
• Si la fiebre no baja tras 48-72 horas o si ha tenido fiebre de forma intermitente durante 1
semana o más, aunque la temperatura no haya sido muy elevada.
• Si se presentan otros síntomas como confusión, dificultad para moverse, dificultad para
respirar, dolor de cabeza intenso, rigidez en la nuca, trastornos intestinales, dolor de oídos o
garganta, tos acompañada de dolor en el pecho, erupciones en la piel o señales de una
infección de orina. Cualquier síntoma atípico acompañado de fiebre requiere la consulta a un
especialista.

El paracetamol es el antipirético recomendado en las infecciones respiratorias agudas por la Organización


Mundial de la Salud, ya que la temperatura corporal disminuye en 60 a 90 min después de su
administración. Es más eficaz en los niños pequeños.

Entre los medicamentos no esteroideos con propiedades antiinflamatorias y antipiréticas figuran el


ibuprofeno, el naproxeno y el ketorolaco (no se recomienda en menores de 16 años).
El metamizol (dipirona NG) conocido como (novalgina NC). Es un fármaco que tiene un efecto antitérmico
importante. El tiempo de respuesta inicial tras su administración oral en el proceso febril es 30 min-1 h.
La dipirona presenta una actividad antipirética tanto en adultos como en niños. El fármaco demostró
mayor actividad y comienzo más rápido de acción que el paracetamol y el ibuprofeno.
En lo que hace al dolor, la dipirona resulta particularmente útil en el manejo del dolor tipo cólico debido a
su actividad relajante de musculatura lisa. En cuanto a su uso como antipirético, debería reservarse para
cuadros febriles serios (en pacientes mayores de 3 meses), que no respondan adecuadamente o en
quienes no pueda administrarse paracetamol o ibuprofeno

Ante episodio de Vómitos:


Antieméticos: producen alivio de náuseas y vómitos
El cerebro es quien le dice al cuerpo cuándo vomitar. (No el estómago)
Generalmente, vomitar es la forma en la que el cuerpo se deshace de una sustancia contaminada.

Es importante reconocer la causa del vómito, que puede ser por:

• Náuseas matutinas durante el embarazo


• Migrañas
• Mareo (cinetosis)
• Intoxicación alimentaria
• Medicamentos, incluidos los de quimioterapia para el cáncer
• Reflujo gastroesofágico y úlceras
Algunas recomendaciones (no farmacológicas) para tener en cuenta

➢ Respiración profunda
Inhalar profundamente al respirar aire a través de tu nariz y hacia tus pulmones. El abdomen
deberá expandirse a medida que respiras. Exhala lentamente a través de la boca o nariz y relaja el
estómago después de cada respiración. Repetir varias veces.
Respiraciones profundas, controladas desde el diafragma, activan el sistema nervioso
parasimpático.
➢ Comer galletas saladas
Para los malestares matutinos, comer unas cuantas galletas saladas aproximadamente 15 minutos
antes de levantarte de la cama para ayudar a preparar el estómago. También es bueno comer otros
alimentos blandos, como el pan tostado seco o el arroz blanco, mientras te recuperas de un virus
estomacal.
➢ Tomar más líquidos
Es importante tomar suficientes líquidos para ayudar a evitar la deshidratación, aún si se vomita
algunos de ellos. Tomar los líquidos lentamente, de sorbos. Tomar demasiado cuando tienes
malestar de estómago puede causar más vómito.
Los líquidos que ayudan a mantener hidratación y pueden aliviar la náuses son:
- Té de menta
- Limonada
- Agua

➢ Medicamentos para detener los vómitos


Los medicamentos de venta libre para detener los vómitos (antieméticos) contienen subsalicilato de
bismuto. Estos actúan protegiendo el recubrimiento del estómago y ayudan a reducir los vómitos. Estos
fármacos se clasifican según el receptor con el cual interactúan. Metoclopramida, domperidona y
ondansetrón son los más utilizados en nuestra población.

5–20 mg por vía oral o IV de 3 a 4 Utilizada para el tratamiento


Metoclopramida
veces al día (antes de las comidas) inicial de los vómitos leves

4–8 mg por vía oral o IV cada 8 hs. (vómitos intensos


Ondansetrón causados por radioterapia, quimioterapia,
postoperatorio en adultos)

Los fármacos para controlar los vómitos en niños solo deben ser utilizados si estos son muy
intensos y si el pediatra receta algún medicamento específico. Las dosis deben ser
calculadas por el médico de acuerdo con la edad y el peso del niño, y no deben ser usados
por niños menores de 2 años de edad.
Antihistamínicos ¿Qué son?
Fármacos que sirven para reducir o eliminar los efectos de las alergias, actúan bloqueando la acción de la
histamina en las reacciones alérgicas.
Los antihistamínicos también pueden ayudar a prevenir las náuseas o vómitos relacionados con viajes o
mareo del movimiento (cinetosis). Estos bloquean la acción de la histamina en el cerebro y disminuyen la
producción de ácido por el estómago.

Algunos ejemplos de medicamentos para náuseas de viajes, son:


➢ Dimenhidrinato Oral, adultos.: 50-100 mg/4-6 h, máx. 400 mg/día.
➢ Difenhidramina 50mg. Indicado en conjuntivitis alérgica, manifestaciones alérgicas de la piel. Dosis
media recomendad: 1 comp 3 a 4 veces al día (c/6-8 hs.)
➢ Meclizina

Estos pueden ser tomados de 30 a 60 minutos antes del viaje, y cada 6 horas durante el mismo.
Sin embargo, deben ser empleados con precaución, porque pueden causar somnolencia como efecto
secundario, por lo que se debe tener cuidado al conducir, por ejemplo.

- Los efectos secundarios de los antihistamínicos pueden incluir boca seca, visión borrosa y

retención urinaria, Heces o lengua oscura, estreñimiento, zumbido en los oídos, entre otros.

Ante episodio de hipertensión:


La hipertensión arterial (HTA) es el factor de riesgo cardiovascular más frecuente y afecto a 1 de cada 3
personas adultas. Se produce por el aumento, sostenido en el tiempo, de la fuerza que ejerce la sangre
sobre las paredes de las arterias. Es una enfermedad que generalmente no da síntomas y, si no se
diagnostica y no se trata, provoca frecuentemente complicaciones graves como el infarto de corazón, el
accidente cerebrovascular o la necesidad de diálisis por daño renal.

¿Cuáles son sus causas?


Se dice que la HTA es multifactorial porque está determinada e influenciada por muchos factores distintos.
La herencia (padres o hermanos hipertensos), la edad (con el paso de los años la posibilidad de ser
hipertenso aumenta mucho), la obesidad, el consumo excesivo de sal, el consumo excesivo de alcohol,
fumar, el uso de prolongado de algunos medicamentos (corticoides, descongestivos nasales, analgésicos) y
la falta de actividad física, son algunos de los factores que provocan HTA.

¿Cómo se previene y se trata?


En la gran mayoría de los casos, la HTA no puede curarse, pero sí controlarse con medicamentos. El
tratamiento indicado debe continuarse sin interrupciones durante toda la vida y es el médico la persona
que hará los ajustes necesarios en el número de pastillas y sus dosis para mantener su presión arterial
dentro de los valores recomendados (menos de 140/90 mmHg). Además, hay otros elementos importantes
además de la medicación, que contribuyen a controlar la presión arterial:

• Reducir el peso corporal si tiene sobrepeso u obesidad.

• Reducir el consumo de alimentos ricos en sal y suprimir el uso de sal de mesa.

• No tomar bebidas alcohólicas o reducir la ingesta de alcohol en personas bebedoras.

• Realizar actividad física: caminar, trotar, nadar o ir en bicicleta, al menos durante 30 minutos y la
mayor cantidad de días de la semana posibles.

• Consumir abundante cantidad de frutas y verduras frescas.

• Abandonar el hábito de fumar.

Si estamos ante un paciente hipertenso, debemos acudir o llamar a un servicio de urgencias en caso de:

• Dolor de cabeza muy intenso, no habitual y repentino.

• Dificultad para hablar, confusión, levantar un brazo o mover los músculos de la cara.

• Mareos o vértigo (sensación de giros y movimiento).

• Visión borrosa repentina.

• Dolor en el pecho o sensación de falta de aire.

Tratamiento farmacológico Los fármacos antihipertensivos representan la piedra angular


del tratamiento de la HTA por haber demostrado el control de la PA y la reducción de
eventos cardiovasculares mayores y muerte. Pequeñas reducciones en la PA pueden
reducir significativamente los riesgos asociados de morbilidad y mortalidad.

Enalapril nG (lotrial nC) losartan, amlodipina nG (disarval nC)


Amlodipina - medicamento que está en la lista de la OMS y es un bloqueador de los canales
de calcio. Ensancha los vasos sanguíneos y mejora el flujo de la sangre, por lo que se usa
para reducir la presión arterial y tratar la hipertensión.
ANTIGRIPALES
Un error ampliamente difundido consiste en creer que los medicamentos antigripales curan
la gripe. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, en realidad, los fármacos así
denominados tienen como fin aliviar los síntomas de la enfermedad, pero no actúan sobre
su agente causal.

En efecto, la gripe es una patología ocasionada por virus, por lo que existen vacunas para
prevenirla, pero no medicamentos que eliminen su causa. Esta situación es diferente a la
que se presenta ante una infección bacteriana, que puede tratarse mediante un antibiótico
específico al cual la bacteria sea sensible, y que debe ser recetado por el médico.

Los productos comúnmente llamados antigripales son asociaciones o compuestos


medicamentosas que incluyen cuatro componentes: antitusivos, descongestivos nasales,
vitamina C y los denominados AINE (antiinflamatorios no esteroides por su acción
analgésica y antifebril). Aunque estas asociaciones se encuentran aprobadas en nuestro
país y en otras naciones, no son absolutamente inocuas sino que conllevan un riesgo
intrínseco, al igual que cualquier otro medicamento, pues pueden provocar reacciones
adversas.

Así, suele confundirse a la gripe con otros procesos virales diferentes como resfríos, y
bronquitis. Por esta razón, es necesario considerar que la gripe puede ser definida como
una enfermedad aguda
causada por la infección de los virus gripales, que afecta a todo el aparato respiratorio
(superior, inferior o ambos a la vez), y se acompaña de síntomas generales como fiebre,
cefalea, dolores musculares, articulares y una sensación de debilidad generalizada.

La gripe y el resfrío son afecciones habituales que se presentan fundamentalmente durante


el otoño y el invierno. Muchas personas tienden a confundir los síntomas de ambas y,
consecuentemente, recurren a tratamientos inadecuados que no hacen más que complicar
su estado de salud.

La gripe (influenza)
Es una enfermedad respiratoria contagiosa, causada por los virus de la influenza. Sus síntomas
son fiebre alta (38º o más), dolor de cabeza, decaimiento, tos, dolor de garganta, congestión
nasal, dolor muscular y malestar generalizado. También pueden aparecer síntomas digestivos
como náuseas, vómitos y diarrea, pero éstos son más comunes en los niños que en los adultos.
La enfermedad tiene un período de incubación corta (2 a 5 días) y es altamente contagiosa desde
un día antes de aparecer y hasta siete días después.
Prevención
La vacuna antigripal debe aplicarse en otoño, antes de los primeros fríos. Se encuentra
prioritariamente indicada para grupos de riesgo tales como adultos mayores de 65 años, personas
con enfermedades crónicas (diabéticos, cardíacos y pulmonares) y con alteraciones de la
inmunidad, y trabajadores de la salud asistencial (médicos, enfermeros y aquellos que tienen
contacto con pacientes de alto riesgo). De todas maneras, puede aplicarse desde los seis meses
de vida, sin límite máximo de edad.
Además, para prevenir la transmisión de la enfermedad de persona a persona, podemos adoptar
las siguientes medidas:

• Lavarse frecuentemente las manos (antes y después de comer, al volver de la calle, luego
de estrechar las manos a alguien que tiene tos y resfrío, luego de ir al baño, etc.).

• Evitar acercarse a personas que padezcan gripe.

• Al toser o estornudar, cubrirse la boca o la nariz con un pañuelo de papel o, en su defecto,


con el pliegue del codo.

El resfrío común

Es una enfermedad infecciosa muy común, que afecta las vías aéreas superiores. Se
presenta con mayor frecuencia durante la temporada invernal, aunque el clima frío no
constituye una causa determinante de su aparición.
El resfrío es causado por virus que se diseminan en el medio ambiente cuando una
persona afectada tose, habla, o toca a otra que se encuentra en su entorno. Al existir más
de 200 diferentes virus que pueden causar la enfermedad, es posible padecer más de un
resfrío por año, provocados por un agente causal diferente.
Los primeros síntomas (picazón en la garganta, nariz congestionada o que gotea,
estornudos, tos, dolor de cabeza, fiebre moderada, cansancio o dolores musculares)
comienzan a los dos o tres días posteriores de haber tenido contacto con un foco
infeccioso. Las mayores posibilidades de contagio se presentan durante los primeros
cuatro días y, si bien uno de cada cuatro resfríos duran hasta dos semanas o más, la
mayoría desaparece en el curso de una semana.

Ante la presencia de esta patología, es recomendable realizar tratamiento sintomático (con


antifebriles como el paracetamol o la aspirina), reposo y régimen higiénico dietético. Si se
siguen todos estos consejos, la gripe no complicada se resuelve entre 3 y 5 días, aun cuando
es común que la fiebre persista hasta por una semana.

MEDICAMENTOS ANTIPARASITARIOS

En Argentina, las parasitosis intestinales impactan principalmente en las poblaciones más


vulnerables. La falta de higiene y el difícil acceso al agua potable hacen que la afección se
propague de manera rápida y silenciosa. La inadecuada manipulación de excretas y la
defecación al aire libre, producto de la falta de baños adecuados y de cloacas, contaminan
el suelo y el agua.
Síntomas
- Picazón en la cola
- Diarrea
- Dolor de panza
- Irritabilidad
- Gusanos en la materia fecal
- Anemia

➢ Mebendazol, un fármaco antiparasitario de amplio espectro.


200 mg comprimidos ranurados, Blister x 6 unidades 100 mg/5ml suspensión oral. Frasco x
30 ml.
Indicaciones: Parasitosis intestinales.

➢ Metronidazol 500 mg. Comprimidos ranurados 125/5 ml. Suspensión oral.


Indicaciones:
- Tratamiento de infecciones causadas por Trichomonas vaginalis
Tratamiento de vaginosis
- Tratamiento de diarrea aguda por parásitos (amebiasis y giardiasis).

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