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ESTUDIANTE FECHA

ASIGNATURA LENGUA CASTELLANA D M A


DOCENTE Curso: 9 -
“Cuando lees y escribes, transformas tu mundo”
REALICE LA LECTURA DE LOS SIGUIENTES TEXTOS Y RESUELVA LAS PREGUNTAS POSTERIORES (1.8)
file:///C:/Users/EQUIPO61/Downloads/Ejemplos%20de%20preguntas%20saber%209%20lenguaje%202015.pdf)

1. Segú n Borges, la polémica es una


a. Oportunidad para ganar un juego c. posibilidad para engañ ar al otro
b. Actividad inú til d. muestra de habilidades retó ricas

2. En el enunciado del texto de Schopenhauer “por regla general, quien entabla una disputa no aspira a la
verdad sino a defender su propia tesis” la palabra subrayada
a. Enfatiza lo dicho c. presenta un efecto
b. Expresa condició n d. denota oposició n

3. En el extracto de El arte de tener siempre la razón, el segundo pá rrafo tiene como finalidad presentar
un argumento
a. Por analogía, pues se toma un caso o ejemplo específico para establecer una relació n de semejanza
con otros ejemplos
b. De autoridad, porque se basa en la opinió n de una persona de reconocido prestigio en el discurso
sobre la retó rica
c. Para ejemplificar, ya que ofrece uno o má s ejemplos específicos en apoyo de una generalizació n
d. De causa, puesto que se pretende explicar por qué sucede una cosa a partir de la afirmació n de
otra

4. Mientras Schopenhauer dice que las personas son astutas y maliciosas cuando defienden sus propias
tesis, en el texto de Borges el participante plantea que un diá logo debe ser
a. Conocedor de la cultura griega c. un defensor de su propia verdad
b. Amable con las opiniones de otro d. experto en el arte de disputar

5. El texto de Jorge Luis Borges se compone de manera general de


a. Inicio – nudo – desenlace
b. Introducció n – tesis – argumentos
c. Definició n – ejemplos – cierre
d. Explicació n – conclusió n – resolució n

6. Schopenhauer en torno a la “disputa” expresa una actitud


a. Positivista, ya que el objeto de la polémica ha de ser construir nuevos saberes
b. Pesimista, puesto que considera que toda polémica es inú til
c. Idealista, porque pretende definirla como una sana conversació n
d. Realista, debido a que comprende la condició n humana y desde allí la define

RESUELVA LAS SIGUIENTES PREGUNTAS A PARTIR DE LOS FRAGMENTOS QUE ENCUENTRA A CONTINUACIÓN
RAYUELA (CAPÍTULO 52) JULIO CORTÁZAR
-Oh, esas son las soluciones fáciles, cuentos fantásticos para antologías. Si fueras capaz de ver la cosa por
el otro lado a lo mejor ya no te querrías mover de ahí. Si te salieras del territorio, digamos de la casilla
una a la dos, o de la dos a la tres… Es tan difícil, doppelgänger, yo me he pasado toda la noche tirando
puchos y sin embocar más que la casilla ocho. Todos quisiéramos el reino milenario, una especie de
Arcadia donde a lo mejor se sería mucho más desdichado que aquí, porque no se trata de felicidad,
doppelgänger, pero donde no habría más ese inmundo juego de sustituciones que nos ocupa cincuenta o
sesenta años, y donde nos daríamos de verdad la mano en vez de repetir el gesto del miedo y querer saber
si el otro lleva un cuchillo escondido entre los dedos. Hablando de sustituciones, nada me extrañaría que
vos y yo fuéramos el mismo, uno de cada lado. Como decís que soy un vanidoso, parece que me he elegido
el lado más favorable, pero quién sabe, Manú. Una sola cosa sé y es que de tu lado ya no puedo estar, todo
se me rompe entre las manos, hago cada barbaridad que es para volverse loco suponiendo que fuera tan
fácil. Pero vos que estás en armonía con el territorio no querés entender este ir y venir, doy un empujón y
me pasa algo, entonces cinco mil años de genes echados a perder me tiran para atrás y recaigo en el
territorio, chapaleo dos semanas, dos años, quince años… Un día meto un dedo en la costumbre y es
increíble cómo el dedo se hunde en la costumbre y asoma por el otro lado, parece que voy a llegar por fin
a la última casilla y de golpe una mujer se ahoga, ponele, o me da un ataque, un ataque de piedad al
divino botón, porque eso de la piedad… ¿Te hablé de las sustituciones, no? Qué inmundicia, Manú.
Consulta a Dostoievski para eso de las sustituciones. En fin, cinco mil años me tiran otra vez para atrás y
hay que volver a empezar. Por eso siento que sos mi doppelgänger, porque todo el tiempo estoy yendo y
viniendo de tu territorio al mío, si es que llego al mío, y en esos pasajes lastimosos me parece que vos sos
mi forma que se queda ahí mirándome con lástima, sos los cinco mil años de hombre amontonados en un
metro setenta, mirando a ese payaso que quiere salirse de su casilla. He dicho.

DE SOBREMESA – José Asunción Silva


La idea de la lucha contra el mal la domina ahora... hay que luchar... un año destinado a vencerlo será
suficiente. En plena salud, más tarde ganará el tiempo perdido; tules diáfanos y blancuras de mimosas y
de camelias velarán sobre lo túrgico del seno las manchas de los cáusticos y del yodo, y el cuerpo entero
ostentará la coloración suave de la sangre vivificada por el aire tibio y salino del Mediterráneo. ¡Hay que
luchar, hay que vivir! Hay que pintar las Santas Mujeres, guardando el sepulcro. La Magdalena,
sentada, de perfil, el codo apoyado en la rodilla derecha y la barba en la mano, con el ojo átono, como si
no viera nada, pegada a la piedra que cierra el sepulcro y con el brazo izquierdo caído en una postura de
infinito cansancio. En la actitud de María, de píe, tapándose la cara con la mano, y con los hombros
levantados por un sollozo, destacando la silueta oscura sobre el cielo plomizo del crepúsculo, debe
adivinarse una explosión de lágrimas, de desesperación, de dejo, de agotamiento definitivo. A lo lejos,
entre la semioscuridad de la hora trágica que esfuma los contornos de las cosas, se adivinarán las formas
de los que acaban de enterrar al Cristo y sobre el lienzo flotará la atmósfera sombría de un dolor infinito.
Hay que pintar; hay que pintar a Margarita, después del encuentro con Fausto, con el seno agitado y los
ojos brillantes y las mejillas encendidas por el fuego de amor que le hacen correr por las venas las
palabras del gallardo caballero. El cuadro de Sèvres no la satisface; hay que pintar otro en pleno aire
como los de Bastien y encerrar en él un paisaje de primavera, donde por sobre una orgía de tonos
luminosos, de pálidos rosados, de verdes tiernos, se oigan cantos de pájaros y murmullos cristalinos de
agua y se respiren campesinos olores de savia y de nidos; la calle -ese canal de piedra, por donde pasa el
río humano- hay que estudiarla, verla bien vista, sentirla, para trasladar a otros lienzos sus aspectos
risueños o sombríos, los efectos de niebla y de sol; entre las líneas geométricas de las fachadas, el piso
húmedo por la lluvia reciente, los follajes pobres de los árboles que crecen en la atmósfera pesada de la
ciudad, y sobre el banco del boulevard exterior, quietas y en posturas de descanso para sorprender en
ellas, no el gesto momentáneo de la acción sino el ritmo misterioso y la expresión de la vida, hay que
pintar dos chicuelas flacuchas, ajadas por la pobreza y el vicio ancestral y un bohemio grasiento y
lamentable con la cara encendida y los ojos encarnados por el uso de venenosos alcoholes, que sigue,
melancólicamente, con la mirada turbia y vaga, el humo de la pipa que se está fumando; pero no, ese
cuadro, por perfecto que sea, no será el desiderátum, porque está viciado de canallería moderna, como
dice Saint Marceaux; hay que hacer algo grande y noble... Concluídos esos, será Homero quien da el
tema; y se lavará los ojos de toda la vulgaridad de la vida diaria, forjando en un lienzo enorme a Alcinoos
y a la Reina, sentados en el trono, en una galería de altas columnas de mármol rosado, rodeados por la
Corte, mientras que Nausícaa, apoyada en una de las pilastras, oye a Ulises contarle al Rey sus aventuras
interminables y Demodocuos, cuyo canto ha interrumpido el viajero, malhumorado como un poeta a
quien no oyen, apoya en las rodillas la lira y vuelve la cabeza para mirar hacia afuera...
LOS HERALDOS NEGROS – Cesar Vallejo
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé.
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé.

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras


en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,


de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como


cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!


1. Determine el momento literario al cual corresponde cada uno de los textos anteriores, justifique su respuesta
(Vale 1.2)
RAYUELA (0.3)

DE SOBREMESA (0.3)

LOS HERALDOS NEGROS (0.3)

DIÁLOGO (0.3)

2. Analice el tema y las características respectivas de cada movimiento según la respuesta anterior,
argumentando y citando frases de los fragmentos ( 3.2)

RAYUELA (0.8)

DE SOBREMESA (0.8)
LOS HERALDOS NEGROS (0.8)

DIÁLOGO (0.8)

3. Determine qué diferencias particulares hay entre los tres momentos literarios trabajados en el período,
teniendo en cuenta el contexto histórico, las características, los temas que manejan cada uno de ellos. (1.5)
4. ESCRIBA UN COMENTARIO CRÍTICO DONDE ARGUMENTE SU POSTURA DESDE LA TESIS “DEBEN RESTRINGIRSE
LAS MANIFESTACIONES EXCESIVAS DE AFECTO COMO BESOS Y ABRAZOS ENTRE LOS ALUMNOS DE COLEGIO”
TENGA EN CUENTA DEFENDER SU POSTURA CON RAZONES SÓLIDAS, EL USO DE LOS CONECTORES,
REDACCIÓN, CALIGRAFÍA, ORTROGRAFÍA, COHERENCIA. (2.3)

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