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Querida familia agustina:

En este tiempo donde experimentamos de un modo particular la fatiga


y el cansancio, el tiempo litúrgico de Adviento nos propone abrirnos a
la esperanza. El Señor vuelve a decirnos que nos tiene confianza, se
hace hombre y revivimos el misterio del Dios esperado, del Dios que
necesitamos que camine con nosotros, del Dios que vuelve a decirnos
una palabra de confianza y de esperanza: “Estoy a tu lado”, “Estoy
acompañándote”, “Soy tu verdadero descanso”.

El Adviento también nos propone que en medio del cansancio y de los


tiempos que no alcanzan para nada, de ruidos y “redes sociales”, de
luces y arbolitos bien adornados, podamos entrar en nuestro interior y,
en el silencio y oración, experimentemos y comprendamos el gran
misterio del Señor que “habitó en medio de nosotros” (Cfr. Jn 1,14) .

La Iglesia nos enseña en este tiempo, por otro lado, a tener el corazón
abierto a la misericordia, la cual limpia, purifica y prepara nuestro
espacio interior al Señor. Así mismo, nos invita a través de la limosna y
la penitencia, a experimentar la misericordia hacia nuestros hermanos
al sufrir algo de lo puedan estar sufriendo ellos.

El Adviento quiere despertar en nosotros el recuerdo propio y, en lo


más hondo del corazón, el recuerdo de Dios que se hizo niño, porque
ese recuerdo sana, ese recuerdo es esperanza. En el nuevo año
litúrgico que comenzamos tratamos de recorrer una y otra vez la gran
historia de los recuerdos, de despertar la memoria del corazón y, de
ese modo, aprender a ver la estrella de la esperanza.

Esforcémonos por acompañar, acercar, lo más posible, la presencia


del Niño Jesús, que viene, cuyos pasos se van sintiendo y cuyo
encuentro nos llena de alegría.

Que Dios los bendiga y nos conceda un buen tiempo de preparación


para recibir al Rey de reyes.

Fr. Hernanis Díaz Guzmán, OSA


Prior Provincial
¿Qué es Adviento?
La palabra Adventus significa venida o llegada. Este es el tiempo
de preparación para la celebración del nacimiento de Jesús, el
cual abarca las cuatro semanas previas a la Navidad, del
domingo 3 al domingo 24 de diciembre.

La espiritualidad del Adviento se caracteriza por ser:

Tiempo de esperanza y alegría.


La actitud de la esperanza es un rasgo que caracteriza al cristiano porque
sabe que Dios es fiel y que en el Señor Jesús ha cumplido sus promesas
(2Cor 1, 20).

Tiempo de oración.
Nuestra espera debe estar alimentada por la intimidad con el Señor “que
viene y vendrá”. Leamos y meditemos la Sagrada Escritura, estemos a la
escucha de la voz de Dios que nos habla; vivamos la Eucaristía con
atención, recogimiento, participación y puntualidad.

Tiempo de conversión y reconciliación.


Preparar la llegada de Jesús implica la conversión de nuestra vida.
Convertirse significa cambiar el estilo de vida y pedir perdón a quien
hemos ofendido, dejarnos perdonar por nuestro prójimo; y, saber
aceptarnos a nosotros mismos.

Tiempo de caridad y comunión.


La auténtica conversión implica siempre amor al prójimo y la opción por los
pobres. Estemos disponibles con quien necesita nuestra ayuda. Seamos
especialmente generosos en compartir todo lo que el Señor nos ha
concedido.

Tiempo de María.
La Virgen María es el modelo cristiano del Adviento. Ella respondió
confiada al mensaje del ángel y esperó con inefable amor de madre al
Salvador del mundo. Acerquémonos a María, y percibamos en ella su
actitud confiada de espera en el cumplimiento de la promesa mesiánica.
Meditemos y acompañemos a María en su oración del magníficat.

02
Regalos de Adviento
Simbolizan la preparación espiritual e interior
para este tiempo litúrgico

Luz Para distinguir a Cristo que sale a nuestro encuentro.


Abrir los ojos, para que nada ni nadie nos confunda. Es
necesario para no desviarse del camino.

Oído Para escuchar sus pasos. Dios nunca se impone. Se


propone a todo aquel que desee acogerle libre y
voluntariamente. El silencio nos hace sensibles a la
llegada del Señor.

Alegría El nacimiento de un niño siempre trae debajo de su brazo


altas dosis de felicidad y de alegría. Estar comprometidos
con lo que gusta a Dios será la mejor forma de recibirlo.

Humildad Si Dios, se acerca al hombre, es para que también la


humanidad se ayude mutuamente. Al salir al encuentro
de los demás abrimos una puerta, la de la humildad, que
nos empuja a los brazos de Dios.

Esperanza Esperamos no algo efímero. Es Alguien el que nos


produce y da paz, sosiego, optimismo e ilusión.

Quietud El trabajo, las responsabilidades y preocupaciones nos


absorben y bloquean demasiado. El adviento nos invita a
contemplar, a ser más reflexivos, a estar expectantes ante
un acontecimiento: ¡Dios viene a salvarnos!

Visita Celebrar el adviento es prepararse a una visita especial.


Hay que limpiar el corazón para que el Señor pueda
nacer. La Palabra, la conversión personal y la alegría
pueden servir de pañales con los cuales recibir
dignamente al Salvador.

Silencio El Hijo de Dios viene silenciosamente y, por lo tanto, hay


que estar atentos para saber desde qué dirección se
acerca hasta nosotros. Ser centinelas, vivir como
centinelas, permanecer como centinelas y con los ojos
bien abiertos evitaremos que, lo grande y divino de estos
próximos días, no pase de largo.

03
Calendario
Domingo Lunes Martes

3 4 5
Pide
Reflexiona ¡Prepárate!
A la Virgen María
Piensa como En casa, con la que te ayude a
vivir este año. Biblia y una vela darle un lugar a
encendida, oramos Jesús en tu vida.
en familia.

10 11 12
Sé justo
Busca la Paz
Esfuérzate Practica la virtud
Reza un Padre
Haz lo mejor de la justicia,
Nuestro por la paz siendo caritativo
en lo que te
en el mundo. con el necesitado.
comprometas.

17 18 19
Sé bondadoso Medita
Sé paciente
Busca una
Antes de responder, Realiza de forma parábola y
cuenta hasta 10 si discreta una reflexiona sobre
te sientes enojado. buena acción. su mensaje.

24 25
Celebra NAVIDAD
Recibe a Jesús con ¡Feliz Navidad!
amor y paz junto Ha nacido nuestro
con quienes vives. Salvador.
Miércoles Jueves Viernes Sábado

6 7 8 9
Transmite
Sé solidario Consuela Sorprende
alegría
Dona prendas Acércate a Haz algo
En el día de
y/o juguetes quien se inesperado
María, saluda
nuevos o que siente triste o en bien de
a los demás
ya no usas. le pasa algo. otros.
con alegría.

13 14 15 16
Perdona Escucha
Revisa Da gracias
Ofrece disculpas Ofrece tu
Realiza un Agradece a
y comprométete atención a
examen de Dios por 3
a no repetir lo alguien que
conciencia antes cosas que te
que le causó necesite
de ir a dormir. pasaron esta
dolor a otra compartir algo.
persona. semana.

20 21 22 23
Ora Tiempo con
Sé creativo Reconcíliate María
Dirígete a un
Haz un adorno Prepárate y Reza a la
oratorio y
artesanal (con confiésate con Virgen María
dedica 5
tus manos) para un sacerdote. un denario por
minutos a la
el nacimiento. tu familia y tus
oración.
amigos.
1º DOMINGO DE ADVIENTO

Vigilia
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración Inicial
Ven, ven Señor no tardes,
Ven, ven que te esperamos.
Ven, ven Señor no tardes,
Ven, pronto Señor.

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 13, 33-37


En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
¡Estén atentos y despiertos, porque no conocen el día ni la hora!
Será como un hombre que se va de su casa y se la encarga a sus
sirvientes, distribuye las tareas, y al portero le encarga que vigile.
Así pues, del mismo modo ustedes, estén prevenidos porque no saben
cuándo va a llegar el dueño de casa, si al anochecer o a medianoche o
al canto del gallo o de mañana; que, al llegar de repente, no los
sorprenda dormidos.
Lo que les digo a ustedes se lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.

Oración:
Que esta Corona nos ayude Jesús a preparar los corazones de cada
uno de los que formamos la familia para tu llegada el día de Navidad.

06
1º DOMINGO DE ADVIENTO

Vela:
Se enciende la primera vela recordando que
significa penitencia, conversión de corazón.

Reflexionamos:
La Vigilia nos recuerda la importancia de estar alerta y preparados para
lo que está por venir, sin importar cuándo suceda. Nos invita a reflexionar
sobre la constancia en nuestra fe y el cuidado en nuestra relación con lo
divino. Se acerca un momento importante: reunámonos en familia y
pensemos cómo queremos vivir este tiempo, cómo prepararnos y qué
hacer cada semana. Además de encender las velas de la corona,
recordemos cómo Dios ha estado presente en nuestras decisiones y
actitudes durante este año que está por terminar.

Preguntas para compartir:


¿Cómo vivimos el amor entre nosotros? ¿Qué necesitamos cambiar para
amarnos más y mejor? ¿Qué puedo hacer para amar más?

Propósito:
Después de la reflexión anterior, cada miembro de la familia compartirá
cuál es su propósito para la semana y se comprometerá a cumplirlo.

Oración:
Dios Padre, gracias por darnos una familia. Te pedimos que, ahora que
comienza el Adviento, en nuestra familia podamos demostrarnos el amor
que nos tenemos y vivamos cada día más unidos. En esta primera
semana de Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados,
para recibirte con alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos
halagos nos adormecen.
Te pedimos llenar nuestro hogar de tu amor divino. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.

Para terminar:
Todos los miembros de la familia se toman de la mano y rezan juntos El
Padre Nuestro y se canta “Ven, Ven, Señor, no tardes”

07
2º DOMINGO DE ADVIENTO

Preparación
(Se enciende la vela anterior)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración Inicial
Ven, Señor, no tardes en llegar,
Y la paz al mundo darás. Con tu luz podremos caminar; la noche
se vuelve claridad.

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1, 1-8 (o la lectura de


la carta)
Este es el comienzo de la Buena Nueva de Jesucristo (Hijo de Dios). En el
libro del profeta Isaías estaba escrito: «Mira, te voy a enviar a mi
mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Escuchen ese
grito en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus
senderos.» Es así como Juan el Bautista empezó a bautizar en el desierto.
Allí predicaba bautismo y conversión, para alcanzar el perdón de los
pecados. Toda la provincia de Judea y el pueblo de Jerusalén acudían a
Juan para confesar sus pecados y ser bautizados por él en el río Jordán.
Además de la piel que le ceñía la cintura, Juan no llevaba más que un
manto hecho de pelo de camello. Su comida eran langostas y miel
silvestre. Juan proclamaba este mensaje: «Detrás de mí viene uno con
más poder que yo. Yo no soy digno de desatar la correa de sus sandalias,
aunque fuera arrodillándome ante él.» Yo los he bautizado con agua,
pero él los bautizará en el Espíritu Santo.»
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.

08
2º DOMINGO DE ADVIENTO

Vela:
Se enciende la segunda vela. La esperanza por
la cual confiamos en el Padre y en sus promesas.

Reflexionamos:
La preparación durante el Adviento es como arreglar nuestro corazón
para una visita especial. Es el deseo de presentarnos sinceramente,
evaluando cómo nos ha ido y qué aspectos necesitan atención; un
período reflexivo mientras evaluamos el año que está por terminar y nos
preparamos para recibir con alegría y renovación el nacimiento de
Jesús.

Preguntas para compartir:


¿Qué cosas agradecemos, qué cosas podemos mejorar, aprender, hacer
de nuevas maneras, qué otros caminos o versiones de nosotros mismos
podemos transitar?

Propósito:
Procuramos vivir el sacramento de la reconciliación.

Oración:
Padre bueno, que nos has dado una familia en la que nos ayudamos y
somos felices, te pedimos bendecir nuestros trabajos y tareas de todos
los días para que cumplamos con más ganas y alegría la tarea que nos
toca hacer a cada uno de los miembros de esta familia. Te pedimos
fuerzas para mejorar o cambiar lo que sea necesario de nosotros para
que nuestra familia sea mejor cada día. Amén

Para terminar:
Todos los miembros de la familia se toman de la mano y rezan juntos El
Padre Nuestro y se canta “Amar es entregarse”

09
3º DOMINGO DE ADVIENTO

Alegría
(Se encienden las dos velas anteriores)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración Inicial
Ven, Señor, no tardes más,
Ven, Señor, el mundo te espera.
Ven, Señor, no tardes más,
Que sin ti no hay Salvación.

Lectura del santo evangelio según san Juan 1,6-8.19-28 o la 2nda


lectura
Vino un hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino para dar
testimonio, como testigo de la luz, para que todos creyeran por él.
Aunque no fuera él la luz, le tocaba dar testimonio de la luz.
Este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y
levitas desde Jerusalén para preguntarle: «¿Quién eres tú?» Juan lo
declaró y no ocultó la verdad; y declaró: «Yo no soy el Mesías.» Le
preguntaron: «¿Quién eres, entonces? ¿Elías?» Contestó: «No lo soy.» Le
dijeron: «¿Eres el Profeta?» Contestó: «No.»
Entonces le dijeron: «¿Quién eres, entonces? Pues tenemos que llevar
una respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué dices de ti mismo?» Juan
contestó: «Yo soy, como dijo el profeta Isaías, la voz que grita en el
desierto: Enderecen el camino del Señor.» Los enviados eran del grupo
de los fariseos, y le hicieron otra pregunta: «¿Por qué bautizas entonces,
si no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?» Les contestó Juan: «Yo bautizo
con agua, pero en medio de ustedes hay uno a quien ustedes no
conocen, y aunque viene detrás de mí, yo no soy digno de soltarle la
correa de su sandalia.» Esto sucedió en Betabará, al otro lado del río
Jordán, donde Juan bautizaba.
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.

10
3º DOMINGO DE ADVIENTO

Vela:
Se enciende la tercera vela. ¡El Señor va a llegar!
¡Preparen sus caminos, porque ya se acerca!

Reflexionamos:
El Adviento nos envuelve en una alegría expectante y llena de
esperanza. Es un tiempo de anticipación, un despertar del corazón que
nos invita a contemplar con ilusión y fe el regalo del amor divino que está
por llegar. Esta alegría no solo se manifiesta en las luces y decoraciones,
sino en el gozo interior que nos recuerda que la luz más grande está por
iluminar nuestras vidas: la llegada del Niño Jesús, fuente de paz y amor.

Preguntas para compartir:


¿Cómo queremos vivir esta navidad, qué priorizaremos, qué cosas son
no negociables en nuestra familia y cómo podemos aportar para que
este año tenga más sentido la Navidad?

Propósito:
Después de la reflexión anterior, cada miembro de la familia dirá cuál es
su propósito para la semana y se comprometerá a cumplirlo.

Oración:
Padre, en nuestra familia crecemos y aprendemos a ser mejores. Te
pedimos hoy que nos ayudes a ser una familia cristiana y ser buen
ejemplo para los que nos rodean. Cuando encendemos estas tres velas
cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama
para que calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu luz,
caliéntanos en tu amor! Amén.

Para terminar:
Todos los miembros de la familia se toman de la mano y rezan juntos El
Padre Nuestro y se canta “Campana sobre campana”

11
4º DOMINGO DE ADVIENTO

Esperanza
(Se encienden las tres velas anteriores)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración Inicial
Santa María de la esperanza,
Mantén el ritmo de nuestra espera.
Que sepamos esperar alegres, junto a ti,
La llegada de tu Hijo Jesús.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 1, 39-45


Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una
ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y
saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre.
Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: «¡Bendita tú eres
entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Cómo he merecido yo
que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis
oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por haber
creído que se cumplirían las promesas del Señor!»
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.

Vela:
Se enciende la cuarta vela. ¡El Señor va a llegar!
¡Preparen sus caminos, porque ya está cerca!

12
4º DOMINGO DE ADVIENTO

Reflexionamos:
La esperanza en la última semana de Adviento nos envuelve con una
calma especial. Es la víspera de Navidad, un momento de serenidad
donde permitimos que la certeza de su llegada inminente nos llene de
paz. En este instante previo, respiramos la confianza en un mañana
luminoso, en el nacimiento de la esperanza encarnada en el Niño Jesús.

Preguntas:
¿Cómo quiero celebrar este acontecimiento de la espera y llegada de
Jesús a nuestra vida y familia? ¿Qué deseo tengo en el corazón para mi
vida, para la vida de los que más quiero, para el mundo? Comparte con
tu familia.

Propósito:
Regalar un buen deseo a los demás miembros de la familia y, además,
visitar a familiares que no vemos frecuentemente, o incluso a vecinos.
Que al cruzarte con personas durante esta última semana de Adviento
les podamos desear feliz navidad.

Oración:
Padre bueno, que nos has dado una familia en la cual te hemos
conocido y amado, ayúdanos a vivir teniéndote siempre presente en
nuestras vidas. Nos unimos a la Virgen y San José con un sincero deseo
de renunciar a todo lo que impide que Jesús nazca en nuestro corazón.Te
pedimos que en esta Navidad nos regales el quedarte con nosotros en
nuestros corazones y sentir que vives en nuestro hogar, en nuestras
familias. Amén.

Para terminar:
Todos los miembros de la familia se toman de la mano y rezan juntos El
Padre Nuestro y se canta “El camino que lleva a Belén”

13
Oración para la Nochebuena

Los miembros de la familia se reúnen en torno al nacimiento y haciendo


la señal de la cruz dicen: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.

Un miembro de la familia proclama la siguiente lectura del Evangelio


según san Lucas 2,1-7.
“Por aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, por el que se
debía proceder a un censo en todo el imperio. Este fue el primer censo,
siendo Quirino gobernador de Siria. Todos, pues, empezaron a moverse
para ser registrados cada uno en su ciudad natal. José también, que
estaba en Galilea, en la ciudad de Nazaret, subió a Judea, a la ciudad de
David, llamada Belén, porque era descendiente de David; allí se
inscribió con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras
estaban en Belén, llegó para María el momento del parto, y dio a luz a
su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre,
pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa”.

Palabra del Señor


Gloria a ti Señor Jesús

Se coloca la figura del Niño en el pesebre y se dice:


¡Hoy, Jesús ha nacido, ha venido a traer la buena noticia a los pobres, a
anunciar a los cautivos su libertad, a darle vista a los ciegos, a liberar a
los oprimidos! ¡Hoy el Señor ha venido también a nuestra familia!

Se pueden hacer oraciones espontáneas que manifiesten el


agradecimiento y la alegría de la Navidad; también se pueden hacer
algunos pedidos por las necesidades de la familia. Cada integrante de
la familia, en forma corta y sencilla, puede decir algunas palabras
expresando sus deseos para el resto de la familia y para otros.

15
Peticiones realizadas por cada miembro de la familia:
• Señor, te pido que en mi familia la luz de Jesucristo no se apague
nunca. Roguemos al Señor.
• Que juntos recordemos a nuestros queridos familiares y amigos que ya
no están con nosotros. Que nuestro regalo sea tenerlos presentes en
esta Nochebuena. Roguemos al Señor
• Que Jesucristo transforme tantos corazones llenos de dolor y que
traiga la paz, la justicia y la verdad a nuestro país. Roguemos al Señor.
• Que en las familias que ha ocurrido alguna desgracia donde hay
enfermos, gente sin trabajo y perseguidos esté la luz de la esperanza
que es Cristo. Roguemos al Señor.

Rezamos juntos el Padrenuestro.

Oración final
Señor Dios, Padre bueno, que quisiste iluminar este día con el
nacimiento de Jesús tu Hijo, abre nuestros ojos y nuestros corazones
para que podamos reconocer la presencia de Jesús que está siempre
con nosotros.
Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor, Amén.

Para la Bendición de la cena de Navidad:

Se canta un villancico y se bendice la mesa con esta oración:

Bendice nuestro hogar. Por una noche al menos quisiéramos que el


mundo fuera una gran familia, sin guerras, sin miseria, sin tristezas y sin
hambre; con algo más de música y mucha más justicia. Que al menos
esta casa, Jesús recién nacido, acoja tu palabra de amor y de perdón.
Consérvanos unidos, danos pan y amor durante todo el año para ser
una gran familia en Iglesia.
Tú serás bienvenido siempre, Señor, a esta casa. Que seamos una
familia sembradora de paz y de esperanza porque estás con nosotros.
Bendice estos alimentos que compartimos, siéntate a nuestra mesa y
ayúdanos a querernos como tú nos quieres.
Amén

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