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Tarea 1.

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El Camino de Santiago
Temporalización: 60 minutos.

Objetivos

 Conocer el origen del Camino de Santiago.


 Obtener información sobre las ventajas que aportó esta ruta a distintos niveles.
 Conocer el Camino actual.

Contenidos: Cultura en la Edad Media.

Recursos

 Unidad de aprendizaje 1, Módulo 2, Nivel I.


 Internet.

Formato: Documento de Word.

Indicaciones para la entrega de la tarea:

 Deberás nombrarla así: tunombre.tarea 1.3.soc.2º


 Ejemplo: AnaBarroso.tarea.1.3.soc.2º
 Después tendrás que subirla a la plataforma, en el apartado correspondiente.

Con los datos que puedes obtener de la unidad o consultando la red, debes redactar un
informe sobre el Camino de Santiago en el que, al menos, figuren estos puntos:

1. Origen de las peregrinaciones a Santiago de Compostela.


2. El Camino de Santiago como foco cultural.
3. Su influencia sobre la economía de las zonas que atravesaba.
4. Principales localidades y monumentos destacados.
5. Comunidades actuales que atravesaba el camino.
6. Consideración del Camino actualmente.

Puedes utilizar para ello como guía las siguientes direcciones de Internet o emplear
buscadores (Google.es) para encontrar la información necesaria para completar la tarea,
redacta el informe con tus propias palabras, no copies y pegues de internet:

http://eikipedia.org/wiki/Camino_de_Santiagos.w

https://www.caminosantiago.org/cpperegrino/comun/inicio.asp

http://www.hispanismo.org/showthread.php?t=61

+
En plena reyerta contra los musulmanes en el siglo IX, y más concretamente
hacia el año 825, se descubrió la tumba donde se dice que los discípulos de Jesucristo
habían enterrado el cuerpo del apóstol Santiago el Mayor, que habían traído sus
discípulos desde Palestina, donde había sido decapitado, hasta Galicia, la tierra donde el
apóstol había predicado. Tras el descubrimiento de la tumba, el monarca Alfonso II
ordenó construir una ermita en aquel lugar, creyendo que con eso ganaría prestigio,
poder y fuerza entre los cristianos. La noticia de que allí descansaban los restos del
apóstol Santiago se extendió muy pronto por toda Europa y poco a poco, las visitas de
los cristianos al sepulcro para adorar sus restos se fueron convirtiendo en más y más
frecuentes. Entre las principales peticiones de los cristianos al venerar al apóstol
Santiago se encontraba la de encontrar valor para sus batallas contra lo que parecía un
imparable avance del Al-Ándalus. En el año 997, el califa Almanzor saquea la ciudad de
Compostela, lo cual provoca que la fama del sepulcro del apóstol se multiplicara por
Europa. De este modo, la actual ciudad de Santiago de Compostela se convirtió en una
meta privilegiada de peregrinación y punto final donde convergen los caminos de la
nueva Europa hasta que en el siglo XIII, después de que el rey Alfonso IX de León
asistió a la consagración de la nueva catedral construida en la ciudad, Santiago ya
contaba con una fama mundial que había logrado traspasar los muros del islam.

Aprovechando antiguas calzadas romanas y rutas comerciales, el incremento


considerable de las peregrinaciones contribuye a que tanto la nobleza como el clero
apoyen la construcción de puentes, hospitales y hospicios para los peregrinos. La gran
afluencia de peregrinos de todos los lugares permitió el intercambio continuo de
pensamientos, ideas, conocimientos y proyectos, dejando así una huella artística y
cultural muy importante. En efecto, las peregrinaciones de los cristianos al sepulcro del
apóstol Santiago, jugaron un papel fundamental en el fomento de intercambios
culturales entre la Península Ibérica y el resto de Europa durante la Edad Media,
propiciando así un desarrollo cultural y económico bastante visible de las zonas por las
que discurrían. Por lo tanto, podemos decir que el que conocemos actualmente como
Camino de Santiago, proclamado por la Unesco "primer itinerario cultural europeo" en
el año 1988, solo dos años después de que proclamara a la ciudad de Santiago de
Compostela Patrimonio de la Humanidad, ha ido unido indisociablemente a la cultura, a
la formación y a la información; pues, todo cuanto se decía, predicaba, contaba, cantaba,
esculpía o pintaba en el camino no solo adquiría mucha relevancia cultural sino que
también alcanzaba cada vez a más gente y a más lugares. Y ese flujo de personas e ideas
de toda Europa todavía pervive en pleno siglo XXI.

Al mismo tiempo, y como no podía ser de otra manera, la gran afluencia de


viajero peregrinos desde sus comienzos, repercutía enormemente en la economía de los
lugares por donde pasaban, lo cual ha ayudado enormemente a su crecimiento y al
cuidado y la promoción del Camino. A lo largo de la historia el matiz económico del
Camino de Santiago se ha manifestado en todos los hospitales, hoteles, posadas,
mercados y, en general, en cuantos productos y servicios han ido demandado los
peregrinos, resultando en una importante fuente de recursos directos e indirectos con
capacidad suficiente de reanimar el tejido empresarial de esa zona, incluso en aquellas
zonas rurales donde la posibilidad de encontrar otras fuentes de riqueza y bienestar no
existía. Además, es importante destacar que lo que empezó como un camino de
peregrinación puramente religiosa tuvo un papel clave en el desarrollo de la identidad
europea, tal y como la conocemos hoy, su comunicación y el intercambio continuo de
ideas y proyectos.

Pero, ¿cuáles son esos lugares que emergieron cultural y económicamente


gracias a las peregrinaciones al sepulcro del apóstol Santiago? A lo largo de la historia,
se han ido fijando lo que conocemos actualmente como las "rutas" (de peregrinación)
del Camino de Santiago que, principalmente, son nueve: Camino Francés, Camino de
Fisterra Muxía, Camino del sudeste, conocido también como Vía de la Plata, Camino
Inglés, Camino Primitivo, Camino del Norte, Camino de Invierno, Camino Portugués y
Camino Portugués de la Costa.

El Camino Francés tiene una longitud de unos 154 kilómetros si cogemos la ruta
por San Xil y siete kilómetros más si la hacemos por Samos, ambos en la provincia de
Lugo. Este camino destaca por su rica variedad de paisajes y su gran riqueza
monumental. De hecho, es el que más monasterios e iglesias tiene en su recorrido. Este
camino lo recorren muchos peregrinos provenientes de Francia, pues allí confluyen
rutas que proceden de Italia y de otros lugares de Europa. Una vez que se ingresa en
España por los Pirineos y desde Navarra, en concreto desde el Puente la Reina, ya es
una vía única que recorre todo el norte del país hasta llegar a Santiago de Compostela.
En cuanto al Camino de Fisterra Muxía, se trata de una ruto que tiene su origen en la
ciudad de Santiago y su meta en el cabo Fisterra y en el Santuario de la Virxe da Barca
en Muxia. Después de haber venerado los restos del apóstol Santiago, muchos
peregrinos deciden conocer esta parte de lo que se consideraba el fin del mundo, la
Costa da Morte. La ruta tiene 89 kilómetros hasta Fisterra y 87 a Muxia. Sea cual sea la
ruta elegida, los peregrinos que deciden continuar su viaje, consideran que es obligado
caminar entre estos dos lugares, ya que se trata de un trayecto impresionante de luz y
naturaleza; además de pasar por distintos pueblos y puentes dignos de ver, como es la
villa de origen medieval de Negreira o la comarca ganadera de Xallas.

Por lo que se refiere al Camino del sudeste, conocido también como Vía de la
Plata, es el que conecta Santiago con Extremadura y Andalucía, comenzando en Sevilla
y pasando por Mérida, Cáceres, Salamanca y Zamora hasta Astorga, donde enlaza con
el Camino Sanabrés, que con diferentes variantes conduce a Ourense y de ahí a
Compostela. Este camino comienza a ser utilizado como vía de peregrinación a partir de
la segunda mitad del siglo XIII, después de la toma de Córdoba y Sevilla por los
cristianos. Es el gran camino que une, desde tiempos inmemoriales, la Península de
norte a sur. De hecho, Tartesos, fenicios, griegos, romanos, cartagineses, godos, árabes
y cristianos deambularon por estas rutas. Supone una gran calzada romana, que unía
Augusta Emerita (Mérida) con Asturica (Astorga) y que atesora restos impecables,
puentes, piedra miliar y topónimos que recuerdan el paso de viajeros y peregrinos a lo
largo de los siglos. El nombre Vía de la Plata procede del árabe Bal`latta, traducido por
“camino empedrado”, que es como los musulmanes llamaron a aquella vía pública
empedrada por la que viajaban al norte cristiano. Esta vía se empleó después del siglo
XV para el comercio de plata americana que llegaba al puerto de Sevilla. El hecho de
que esta sea una de las rutas más antiguas, hace que cuente con importantes vestigios
arqueológicos, fruto del paso de diferentes culturas a lo largo de 2.000 años, y un
importante patrimonio cultural y artístico. Además, este itinerario también supone un
impresionante recorrido por la gastronomía española y por la riqueza ecológica y la
variedad de paisajes que se pueden encontrar en la península ibérica en sus más de 900
km. de recorrido.

El Camino Inglés es la ruta que une los puertos de Ferrol y A Coruña con
Santiago de Compostela. Su distancia por Ferrol es de 112 km, mientras que si se toma
el itinerario desde A Coruña los kilómetros son 73. Ambos itinerarios están repletos de
atractivos e historia, confluyendo ambos a mitad de camino, en concreto en la localidad
de Bruma, desde donde continúan juntos los últimos 40 km. hasta Compostela. Este
camino nació en plena Edad Media y debe su nombre a que el transporte comercial y de
pasajeros por mar permitiera que muchos fieles de Gran Bretaña, Irlanda o del norte de
Europa (Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia o Islandia) embarcasen en navíos
mercantes para visitar la tumba del Apóstol. Tras desembarcar, iniciaban un corto
itinerario por tierra hasta Compostela, ya fuese en caballerías o a pie. Se tiene
constancia de que estas peregrinaciones desde las islas británicas comenzaron ya en el s.
XII. Este camino tiene huellas de peregrinaciones bastante relevantes como lo
demuestra la descripción que de su viaje escribe el monje islandés Nicolás Bergsson,
que viajó desde Islandia hasta Roma pasando por Santiago. Posteriormente, durante la
"Guerra de los Cien Años” entre Francia e Inglaterra, los británicos emplearon el barco
para ir a Santiago tal y como delatan piezas de cerámica y numismática inglesas de los
siglos XIV y XV halladas en las excavaciones de la catedral. Sin duda, los múltiples
atractivos de Ferrol o A Coruña son el pórtico a la ruta; y Pontedeume o Betanzos son
dos enclaves imprescindibles para entender la historia “inglesa” del Camino. Sin
embargo, la denominación oficial de Camino Inglés, no acaba de convencer a los
peregrinos irlandeses, que reivindican que esta ruta debería llamarse “de los ingleses y
los irlandeses”, pues ambas nacionalidades aportaron similar número de peregrinos,
según constan en los registros de navíos que fondeaban o zarpaban en los diferentes
puertos.

El conocido como Camino Primitivo debe su nombre a que es considerada la


ruta de peregrinación más antigua, ya que fue un itinerario muy frecuentado por el
pueblo asturiano y gallego durante los siglos IX y X, atrayendo además a peregrinos
procedentes de otras partes del norte de España y de Europa. El Camino Primitivo
enlaza Oviedo con Santiago de Compostela y buena parte de su trazado transcurre por
calzadas romanas. Tiene dos itinerarios reconocidos que parten de la provincia de Lugo,
el que pasa por Xoán do Padrón, con una distancia de 169 km y el que parte de A Proba
de Burón, que tiene 170 km. Al tratarse de la primera ruta de peregrinación, la
señalización actual para el peregrino es muy buena, y, sin duda, fue y es bastante
concurrida, como dan fe los muchos hospitales existentes de atención al peregrino. Esta
ruta tiene muy pocas partes de asfalto y, como no puede ser de otra manera por la zona
por la que transcurre, son característicos sus valles de color verde, sus bosques y los
caminos de tierra por donde pasa el ganado en el pastoreo. Sin embargo, cuenta con el
inconveniente del barro, ya que en los meses de invierno y comienzos de la primera,
este forma parte de todo el recorrido. El Camino Primitivo fue reconocido por la Unesco
como Patrimonio de la Humanidad en 2015.

En cuanto al Camino del Norte, que también cuenta con dos itinerarios (Por
Ribadeo, con una longitud de 195,5 km y por Santiago da Ría de Abres, con 191,1 km),
perdió protagonismo como ruta de peregrinación hasta que en los últimos años, con el
auge de la peregrinación a Santiago, ha recobrado popularidad. La distancia que recorre
es la segunda más larga, por detrás de la Vía de la Plata. El paisaje es un paisaje de
costa y en muchos tramos bordea el mar por acantilados. Sin embargo, la red de
alojamientos públicos para peregrinos es algo escasa, aunque cuenta con albergues
privados en todo el recorrido y está muy bien señalizado.

El Camino de Invierno tiene algo más de 200 km. y atraviesa las cuatro
provincias gallegas e históricas comarcas con impresionantes atractivos como son las de
Valdeorras, Ribeira Sacra o Deza. Esta ruta es la entrada natural a Galicia desde la
meseta, un acceso que ya era usado por los romanos. Se piensa que pudo surgir como
alternativa, en época invernal, a la dura subida a las cumbres nevadas de O Cebreiro,
por donde penetra en Galicia el Camino Francés, y también para evitar los
desbordamientos frecuentes de los ríos del valle del Valcarce. Arranca desde
Ponferrada. Y puede que de ahí derive su nombre. El Camino de Invierno sigue
prácticamente el curso natural del caudaloso río Sil por la comarca ourensana de
Valdeorras. Luego discurre por el sur de la provincia de Lugo, continúa por la comarca
del Deza (Pontevedra), hasta llegar a Compostela. Los historiadores sitúan el origen de
esta ruta en época romana y fue seguida por diferentes pueblos a lo largo de la historia.
También sirvió de entrada, a comienzos del siglo XIX, a las tropas invasoras de
Napoleón. Y por ella se construyó, en 1883, el primer trazado del ferrocarril que
comunicaría Galicia con el resto de la Península. Esta ruta es muy atractiva por
diferentes motivos como son el hecho de que parta de Las Médulas, Patrimonio de la
Humanidad desde 1997, y su impresionante entorno paisajístico fruto de las
explotaciones de oro romanas; que atraviese comarcas como la de Valdeorras o parte de
la Ribeira Sacra, territorios de excelentes vinos, cultivados muchas veces en paisajes
inverosímiles, y zonas donde el románico se multiplicó en iglesias y monasterios.

El Camino Portugués, como ruta de peregrinación, tomó relevancia, sobre todo,


a partir del siglo XII, tras la independencia de Portugal. Su trazado, que tiene unos 115
km., trascurre por vías y caminos antiguos, como la Vía XIX, construida en el siglo I d.
C., que unía Braga con Astorga a través de Ponte de Lima, Tui, Pontevedra, Santiago y
Lugo, y que fue una de las calzadas romanas más importantes. Se inicia en Lisboa y sus
dos principales puntos de salida hoy en día se sitúan en Oporto y en Tui. Existen otros
caminos portugueses, siendo el más relevante el Camino Portugués de la Costa.

Por último, el Camino Portugués de la Costa es una ruta reconocida desde hace
muy poquito tiempo. Este itinerario recorre los 280 kilómetros que separan Oporto de
Santiago de Compostela con paisajes naturales próximos a la costa, pues transcurre
cercana al mar. Sin embargo, a pesar de ser reconocido como ruta del Camino de
Santiago desde hace poco, la historia de esta ruta es tan antigua como la del Camino
Portugués clásico. Desde Portugal son varios los itinerarios que se pueden seguir para
llegar a territorio gallego y que están marcados por trazados heredados de los romanos.
El ir y venir de caminantes estableció lazos de unión entre los dos territorios de carácter
no sólo religioso, sino también de interés económico y cultural. Esta travesía costera era
también utilizada por peregrinos procedentes de países de ultramar y que llegaban a
puertos portugueses desde los que emprendían la marcha hasta Santiago de Compostela.
El Camino por la Costa también es conocido como Camino Monacal debido a los
numerosos monasterios que se encuentran en su recorrido. Quizás, merece la pena
destacar el Monasterio de Santa María de Oia, un monasterio cisterciense del siglo XII
fundado en el pueblo de Oia, en Pontevedra, y que tuvo una gran influencia en el sur de
Galicia y norte de Portugal. En el siglo XVI, esta ruta comenzó a experimentar un lento
declive y ahora, en el siglo XXI, se intenta su rehabilitación y recuperación ya que por
sus características, los paisajes y el rico patrimonio artístico, es una ruta bastante
atractiva.

No son estas, sin embargo, las únicas rutas del Camino de Santiago existentes en
la península ibérica, como se muestra en el siguiente mapa:
Como se ha podido comprobar en las rutas comentadas y como se refleja en el
mapa, hacer el camino de Santiago es encontrarse con parques naturales, paisajes
sorprendentes y zonas de valor ecológico excepcional. Cabe mencionar sólo algunos
ejemplos como las cumbres de los Pirineos y los valles del Ebro en Navarra y Aragón;
los viñedos de La Rioja; o los acantilados, playas y rías que discurren por las costas del
País Vasco o Cantabria. El paisaje de montaña de Asturias, la Sierra de la Demanda o,
desviándote un poco de la ruta (a 29 kilómetros de Ponferrada), Las Médulas, lugar
declarado Patrimonio de la Humanidad. Entrando ya en Galicia, te esperan los campos
verdes y montes como los de los Ancares y O Courel. Si estás con tiempo, los
peregrinos recomiendan hacer un alto en el viaje y desviarse un poco de la ruta para
descubrir el Señorío de Bértiz en Navarra, los Picos de Europa en Asturias o las cuevas
de Ojo Guareña en Burgos.

Independientemente de la ruta que se escoja para el peregrinaje a Santiago, todos


reciben la conocida "credencial de peregrino", que es una especie de pasaporte que debe
ser sellado en cada etapa de la ruta que se realice, ya sea a pie, a caballo o en bicicleta.
Esta credencial tiene su origen en el documento que, durante la Edad Media, se
entregaba a los peregrinos como salvoconducto. Se debe sellar al menos dos veces al día
en los últimos 100 km para los peregrinos a pie o a caballo o en los últimos 200 km para
los peregrinos ciclistas. La única credencial oficial y válida es la expedida por la Oficina
del Peregrino. Con la credencial del peregrino debidamente sellada en cada etapa de la
ruta, y habiendo recorrido por lo menos 100 kilómetros a pie o a caballo, o 200 km en
bicicleta, se puede obtener la Compostela en el Centro Internacional de Acogida al
Peregrino, documento que acredita el final de nuestra peregrinación. Desde marzo de
2014 la Oficina del Peregrino concede además a todos los peregrinos que lo soliciten un
Certificado de Distancia, un documento en el que constan de manera exacta los días y
kilómetros de su peregrinación, consignando el día y punto de inicio de la misma, la
ruta elegida y la cantidad de kilómetros recorridos.

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