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TALLER REFLEXIVO III

1ª) ¿Qué libro de los que has leído podría responder a esta modalidad de lectura?

El libro elegido es “Invisible” de Eloy Moreno. Fue el primer libro que me hizo
desarrollar esa modalidad de lectura, al principio pensé que podía ser por la proximidad de la
historia o de las emociones descritas. Decía que esa era la causa de que me marcase tanto,
hasta tal punto que me hizo replantearme mi estilo de lectura y mi modelo de libro ideal.
Terminé recomendándolo e incluso dejándoselo a mi círculo de amistades y familiares lectores
más próximo y, pese a no haber tenido contacto con el tema en torno al que gira el libro, todas
y cada una de ellos se emocionaron e igualmente sintieron una conexión tan profunda con la
historia que algunas personas de hecho me aseguraron que debían dejar de leer unos minutos
para gestionar las emociones que les estaba provocando el libro. La realidad del libro se
asemeja tanto a la realidad que nos encontramos al cerrarlo que yo mismo no era capaz de
desconectar de la historia hasta que la terminé. En ese momento pasé a llevarla siempre
conmigo.

2ª) ¿De qué trata el libro?

Más que una trama enrevesada lo que distingue a “Invisible” son las emociones. Con
ello me refiero a que lo realmente interesante es la evolución y la justificación de las
emociones de todos los personajes. Emociones cuyas descripciones van directas a nuestro
corazón. Sensaciones con las que alguna vez todos hemos tenido que lidiar. Lo que es la trama
del libro se podría resumir en una frase, pero eso quitaría parte de magia al libro así que voy a
intentar hacerlo sin quitarle toda la esencia emotiva que se respira en cada línea mientras se
está leyendo. El concepto clave de “Invisible” es el bullying y la frase sería la siguiente. “¿Quién
no ha deseado alguna vez ser invisible? ¿Quién no ha deseado alguna vez dejar de serlo?”

3ª) ¿Cuándo y dónde lo leíste?

Lo leí en el mejor lugar para leer libros: En las intimidades de mi habitación, en


soledad. Respecto al momento de mi vida en el que lo hice fue, aunque mi memoria esté
empeñada en hacerme creer que ha pasado más tiempo, hace casi un año.

4ª) ¿Recuerdas especialmente alguna escena o momento de tu lectura?

Recuerdo, al leer una frase, que necesité un folio donde apuntarla, quería convertirla
en una de mis máximas. Ahora esa frase encabeza un cuaderno repleto de frases de ese libro.
Recuerdo, al final del libro, que tenía que parpadear muchas veces porque mis ojos se llenaban
de lágrimas y hacían que las letras del libro se difuminasen en mi visión.

5ª) ¿Cómo era físicamente hablando ese libro, eres capaz de describirlo?

No llamaba la atención por su tamaño, no era una edición de bolsillo. Sus medidas
eran 21,20 cm de alto, 14,10 cm de ancho y 2,10 cm de grosor (304 páginas). La portada es de
lo más sencilla: Bajo la silueta oscurecida de un niño sobre un fondo blanco llueven gotas
azules desde el título del libro, precedido por el nombre del autor. En la esquina inferior
izquierda se encuentra señalada la editorial responsable del lanzamiento del libro.
6ª) ¿Podrías identificar algunos de los sentimientos que te despertó al leerlo?

A día de hoy sigo sin comprender enteramente todo lo que despertó en mí el libro. Lo
que sí sé es que me hizo cambiar. Me ayudó a comprender mejor las emociones que pude
sentir, me hizo dudar de esos sentimientos, sentirme incómodo por tenerlos, después
sentirme cómodo tal y cómo soy. Leer ese libro fue hacer un verdadero viaje emocional. Lloré,
pero no creo que fueran lágrimas de tristeza.

Por señalar específicamente un sentimiento diré que me hizo sentir rabia. Rabia por no
poder meterme en libro y ayudar al protagonista. Rabia con la realidad del libro y rabia al
cerrarlo y encontrarme que es la misma que aún siguen viviendo muchos adolescentes.

7ª) ¿Lo comentaste con alguien o lo leíste al mismo tiempo que otra persona?

Sí, lo comenté con alguien. Lo comenté con la persona que más ganas tenía de hablar
del libro conmigo: Yo mismo. Fue el primer libro que comenté conmigo y desde entonces lo
hago siempre que leo un libro que me de pie a reflexionar acerca de mi mismo. Creo que no
hay ninguna persona que me comprenda mejor ni que sepa establecer conexiones entre mi
historia y la historia que estoy leyendo que yo mismo. A día de hoy no me arrepiento de
haberlo leído así.

8ª) ¿Lo has vuelto a leer en algún otro momento o tienes pensado volver a leerlo?

Aún sigo con la historia grabada en mi corazón. Recuerdo muchas frases y muchas
situaciones a las que mis pensamientos acuden, la mayoría de las veces inconscientemente.
Tengo claro que me lo voy a leer cuando, al dejárselo a alguien y querer comentarlo con esa
persona, no sea capaz de recordar la parte de la historia a la que se refiere.

9ª) ¿Se lo has recomendado o prestado alguna vez a alguien? ¿Lo conservas?

Ahora mismo de hecho se lo está leyendo una lectora de mi círculo cercano de amigos.
No es la primera persona a la que se lo dejo y probablemente no sea la última. He de confesar
que hay muchas frases subrayadas, pero así también es una forma de conocer qué es lo que
más le llegó a su dueño, lo que no pudo evitar marcar de por vida. En cuanto ella termine de
leerlo “Invisible” regresará junto a todos los libros que tengo del autor.

10ª) ¿En qué medida crees que su lectura ha influido en tu vida?

Supuso un antes y un después en mis lecturas y en mi forma de pensar. Antes para mí


primaba la complejidad y los giros que tuviera la trama de la novela. Las historias que buscaba
eran lo más parecidas posibles a Agatha Christie. Ahora busco toparme con personajes que me
enseñen, que me cuenten su historia y, a través de sus sentimientos, conocer la historia.
Siendo objetivos yo sigo despertándome a la misma hora, sigo haciendo mis tareas y
cumpliendo mis obligaciones, sigo queriendo a las personas que quiero y evitando a las
personas a las que odio.

Me rompió tantas cosas el libro, me construyó tantas otras en su lugar… Me enseñó


que detrás de un deseo de desaparecer se encuentran mundos que esperan una chispa para
estallar, pero también esperanzas que esperan a la persona indicada para florecer. Esas
enseñanzas te cambian por dentro.

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