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China es el tercer país más grande del mundo, después de Rusia y de Canadá. Su
territorio es 10 veces el territorio de Colombia. La civilización China se empezó a
desarrollar en las riberas de los ríos Hoang-Ho o Amarillo, y el Tangtsé-Kiang o Azul.
Se cree que la civilización de la Antigua China aparece hacia el año 2000 a.C.
aproximadamente. Las etapas de su historia se dividen de acuerdo a las dinastías que
la gobernaron. Las dinastías fueron los gobernantes de una misma familia que
ejercieron el poder durante mucho tiempo. Las principales dinastías fueron:
Dinastía Chin: De esta dinastía toma su nombre el Imperio chino. A pesar de dominar
en un periodo corto, se logró la unificación de todo el territorio chino. En este periodo
se dio inicio a la construcción de la Gran Muralla china, para defender el imperio contra
las invasiones de los mongoles.
Dinastía Han: Los gobernantes de esta dinastía tuvieron que administrar un territorio
cada vez más extenso y enfrentar los ataques de los pueblos mongoles. Durante esta
etapa, se creó la “Ruta de la Seda” que fue una serie de caminos que permitieron el
comercio con la India, el Imperio Romano y los países mediterráneos.
Imperio Mongol
Imperio Mongol – Gengis Kan
El Imperio Mongol fue fundado por Gengis Kan, un líder político y militar mongol que a
veces brutalmente conquistó y unió a las tribus mongoles. Entre el año 1206 d.C.,
cuando Temujén o Temudjin, recibió su título de Gengis Kan ("Gobernante"), y el año
1370 d.C., cuando el último emperador de la dinastía Yuan de la China murió en el
exilio, los "Kagan" Mongoles ("Grandes Kans" o "Emperadores") establecieron el más
grande imperio de territorios contiguos de la historia.
A finales de los años 1200, un explorador veneciano llamado Marco Polo se convirtió
en uno de los primeros europeos en viajar por la que luego sería llamada "La Ruta de
la Seda" a China. Polo, junto con su padre Niccolo y su tío Maffeo, viajaron a China
para visitar a Kublai Kan, el entonces gobernante del Imperio Mongol. La Ruta de la
Seda era una serie de rutas interconectadas de comercio a través de varias regiones
del continente euroasiático, conectando principalmente a China con Asia Menor y el
Mediterráneo. Se extendía por más de 8.047 km de tierra y mar, estableciendo las
bases del comercio para el mundo moderno.
Escribiendo acerca de la petición de Kan al Papa, Marco Polo escribió: "Su objetivo,
les dijo, era hacer una petición a su santidad para que le enviara cien hombres
instruidos, completamente familiarizados con los principios de la religión cristiana así
como con las siete artes, y calificados para demostrarle a los sabios de sus dominios,
mediante discusiones imparciales y justas, que la fe profesada por los cristianos era
superior, y basada en una verdad más evidente que cualquier otra. Que los dioses de
los tártaros y los ídolos venerados en sus casas sólo eran espíritus malignos, y que la
gente oriental en general estaba equivocada al reverenciarlos como divinidades."1