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Tema de investigación
Los microempresarios limeños y su relación con los préstamos del mercado financiero
informal durante la pandemia.
Problema de investigación
Justificación y relevancia
¿Cuáles son las razones por las que las mypes del rubro de bodeguero limeño
recurrieron a los préstamos informales las durante la pandemia?
De los distintos giros de negocios que existe el rubo con un rol importante es el de
bodegas de barrio que destaca por ser uno de mayor incidencia en el Perú
(Acuña, 2021)
. Asimismo, son los de mayor demanda debido a que la mayoría de los hogares en
el Perú pertenecen a los niveles socioeconómico C (medio), D (bajo) y E (muy bajo o
pobreza extrema) y estos realicen sus compras de consumo tanto alimenticio como no
alimenticio en la bodega local o más cercana (Acuña, 2021) . Por un lado, el
financiamiento informal que reciben los abarroteros no parece ser un mal plan, pero el
problema radica en cómo obtienen ese préstamo y bajo que costo. Debido a que existen
distintas modalidades de cobro, algunas peores que otras, estas se expondrán más
adelante.
En primer lugar, respecto al acceso bancario, Lievano et al. (2022) manifiestan que las
pymes enfrentan en gran manera restricciones por no cumplir los requisitos que
imponen las instituciones formales. Puesto que requisitos requeridos por parte de estos
entes financieros: años de experiencia en el mercado, ingresos y garantías hipotecarias.
En este caso las garantías propician a la solución de una serie de problemas que se
presentan en los contratos financieros a consecuencia de la información asimétrica entre
prestatarios y prestamistas respecto al proyecto en mente (Carbonell O´Brien, 2019). En
relación con ello, autores como Guercio (2021) señala que las bodegas debido a su
condición económicas tienen dificultades para que finalmente las aprueben en el sistema
financiero. Debido a que, en tiempo de crisis, la incertidumbre que existe sobre lo que
podría ocurrir con el deudor inclina a los bancos a reducir sus préstamos. Sumado a esto
la mypes presentan para los bancos un mayor riesgo de impago, porque en su mayoría
son informales y no demuestran estabilidad (Pacheco, 2020). No ofrecen un historial de
crecimiento o del manejo de sus ingresos y gastos que les brinde una posición ventajosa.
Asimismo, el estudio de Damián (2020) señala que aproximadamente el 75% de mypes
no llegan a consolidarse y terminan desapareciendo.
En segundo lugar, las altas tasas de interés se convierten en una de las principales
barreras que enfrentan las mypes para acceder al crédito, como lo menciona
(Suarez,2018). La tasa para las pequeñas y microempresas era en promedio del 22.5% y
43.7%, respectivamente, por lo que a este nivel de la tasa de interés no fue muy
atractivo para las micro recurrir a ellos (BCR, 2020b). Sin embargo, esta situación
cambia con la implementación del programa reactiva Perú, promovido por el MEF que
tenía como finalidad inyectar dinero a la economía mediante el crédito para que los
negocios más afectados por la pandemia sigan operando, subsistiendo, produciendo y
dando puestos de trabajo. Todo esto bajo la guía de los bancos y el crédito respaldado
por el gobierno que ofrecía una garantía del 95% del préstamo. El panorama se veía
prometedor, lo que condujo a una reducción abrupta de las tasas de interés a 7% y 3.2%
para la micro y pequeña empresa, respectivamente con un plazo de 36 meses con 12
meses de gracia (BCR, 2020a). Hidalgo et al., (2022) mencionan en su investigación
que aún en estas circunstancias se encontraban situaciones irregulares como algunos
problemas de corrupción. Ya que también los datos recopilados por el autor muestran
que muestra gran parte del dinero del financiamiento se lo otorgaron a las grandes y
medianas empresas hasta algunas empresas que no contaban con los requisitos
establecidos. La finalidad de programa se estaría cumpliendo, pues se lo que quedaban
las grandes empresas.
Lo que presentan estas investigaciones son los factores que provocaron la incurrencia de
la mypes al momento de su financiamiento evidenciando el impacto económico
negativo que fue producto de la pandemia del Covid-19. En tal sentido, resulta posible
pensar que las excesivas restricciones bancarias han sido uno de los principales motivos
por el cual escogieron el crédito informal. Asimismo, denotar que los problemas
financieros que presentaron no fueron atendidos, debido a la ineficiencia de los
proyectos públicos cuyo objetivo debió ser el brindar un apoyo a las mypes de los
distintos rubros.
Hipótesis
Conforme el impacto de la pandemia agravaba la crisis financiera del país, esta también
perjudicaba a las familias que, por restricciones de cuarentena, no podían salir de sus
casas. El caso de las mypes, como se expuso anteriormente, fue en declive, y el rubro
bodeguero no fue la excepción. Esto se da en parte porque el financiamiento inicial
viene dado por la fuente familiar, pero para seguir subsistiendo y recomponiendo sus
productos necesita un financiamiento externo. Debido a esto, las familias recurren al
sistema bancario por un crédito para su negocio, pero por las diversas barreras que
presenta el sistema formal estas familias encargadas dueñas del negocio no pueden
acceder al préstamo y optan por otra alternativa informal.
Por un lado, lo que manifiestan los bancos son que debido a su condición económica
como mypes informal, no presentan una estabilidad económica y por consiguiente
presentan un mayor riesgo para asumir el préstamo (Guercio, 2021).
Por otra parte, es necesario resaltar el alto costo de la tasa de interés, que es mayor a
para tipo de mypes en relación con otro tipo de negocio. En esta situación no era
atractivo optar por este financiamiento, hasta que llego el programa reactiva Perú, en el
que se aplicaron unas tasas más bajas y se tuvo al gobierno como garante de dichos
préstamos. Sin embargo, presentaba muchas falencias a la hora de la asignación de los
préstamos, pues se revelaron casos de corrupción y dinero que no llegaron a todas las
mypes necesitadas (Hidalgo et al., 2022).
Por último, los prestamistas informales, que eran una medida de “último recurso” pero
necesario y alternativo pues cubrían ese vacío que dejaba el mercado financiero formal.
Aunque ofrecían tasas exorbitantes de crédito el hecho de que los plazos sean cortos y
diarios, sin garantes de por medio lo hacían un poco más “accesible” para los
bodegueros (Lievano et al., 2022).
Así pues, para tener una noción más amplia de lo que se desarrolla en la hipótesis, es
necesario ahondar en los conceptos tratados en ella. Por ende, se presenta el marco
teórico.
Marco teórico
Con el objetivo de poder comprender mejor las razones por las que las mypes del rubro
de bodeguero limeño recurrieron a los préstamos informales es necesario definir el
concepto de mypes bodeguera para luego poder desarrollar las ideas presentadas en
torno a la banca formal y prestamistas informales. Ya que la relación entre ellos es
esencial para comprender el factor que los inclinó a tomar esa decisión.
Para comenzar, las mypes de comercio se pueden dividir en el comercio al por mayor y
comercio al por menor. El primer tipo, concentra grandes volúmenes de uno o varios productos
para su venta a otros comerciantes, en cambio, las segundas se caracterizan por despachar a los
productos a los consumidores finales (Castillo & Ayala, 2018) . En la práctica esta clasificación
resulta difusa, por el modelo de negocio de las grandes centrales de abastos, que hacen ventas
duales, es decir tanto al consumidor final como a otros comerciantes. En este presente trabajo se
tomará como referencia las bodegas familiares en los distintos barrios limeños y no las cadenas
comerciales como lo son Tambo o Mass. A diferencia de estos últimos que poseen un estructura
financiera y logística que les permite manejar una amplia gama de productos y niveles de
precios; las bodegas de barrio son manejadas por alguien de la familia (COMEX, 2020). Esto
condiciona su competitividad comercial, por su falta de capacitación para manejar este tipo de
negocio. Su mercado objetivo es la población que predomina en los medios y bajos recursos,
que cuentan con una capacidad de compra limitada. Además, los productos que comercializan
son de primera necesidad. Los productos de los cual se abastecen (alimenticios y no
alimenticios) son de alta demanda para las familias, por lo que no consiguen un gran margen
ganancias (Acuña, 2021). Estos, a su vez, atienden en horario corrido desde las 6 a. m. hasta
aproximadamente las 11 p. m, pues se encuentran en la misma casa, lo que les permite seguir
operando a altas horas de la noche. Este modelo no parece ser muy rentable. Pero su éxito reside
en el servicio de buen trato, mercadería surtida y la confianza que crea con sus vecinos. Este
vínculo propicia la fidelidad hacia su bodega.
Banca
La existencia de la banca formal está amparada en varias razones. Bhattacharya y
Thakor (1993), al poner en escena lo que ellos denominaron los principales problemas
en la teoría bancaria, plantearon la pregunta siguiente: ¿por qué hay intermediarios
financieros? Aunque las respuestas pueden ser múltiples, es posible asegurar que los
intermediarios financieros (por ejemplo, los bancos) existen por las necesidades mismas
del mercado, tanto en ahorro como en inversión y crédito. Como lo asegura Barrios
(2004), uno de los principales puntos que hacen necesarios la existencia de los
intermediarios financieros (bancos, específicamente) está en facilitar la colocación de
recursos entre ahorradores e inversores. La banca, se puede asegurar, facilita la
obtención de recursos financieros a empresas que tienen un acceso limitado a los
mercados de capitales (Schwartz, 1974; Emery, 1984). Las líneas de crédito dirigidas al
sector empresarial generan ventajas de financiación a sus tomadores frente a otros
instrumentos de financiación alternativos (De Cos & Hernando, 1999).[GOTA A
GOTA)
Préstamo informal
El punto central del crédito informal está en la legalidad o ilegalidad que este presente.
El carácter de ilegalidad puede estar dado por factores como el valor de la tasa de
interés (Asobancaria, 2019) y los mecanismos de cobro implementados por los
prestamistas (Hernández & Oviedo, 2016; Obando-Bastidas et al., 2016). Respecto a los
mecanismos de cobro, García y Gómez (2016) aseguran que el retraso en el pago de las
cuotas pactadas en el sistema informal puede llevar a los tomadores del crédito a tener
que cambiar de vivienda por motivos de seguridad asociados a la amenaza, la extorsión
y el homicidio. El riesgo que implica esto para los tomadores de este tipo de créditos
sobrepasa el campo económico. Respecto al valor de la tasa de interés, para el caso
específico de Colombia, la Ley 599 del año 2000 especifica en su artículo 305
(modificado por la ley 890 de 2004) que: El que reciba o cobre, directa o
indirectamente, a cambio de préstamo de dinero o por concepto de venta de bienes o
servicios a plazo, utilidad o ventaja que exceda en la mitad del interés bancario corriente
que para el período correspondiente estén cobrando los bancos, según certificación de la
Superintendencia Bancaria, cualquiera sea la forma utilizada para hacer constar la
operación, ocultarla o disimularla, incurrirá en prisión de treinta y dos (32) a noventa
(90) meses y multa de sesenta y seis punto sesenta y seis (66.66) a trescientos (300)
salarios mínimos legales mensuales vigentes
Referencias