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que lo hace apto y propicio para el desarrollo social económico. Por lo tanto, las
ocupaciones de dicha área se remontan hasta los periodos más tempranos, al igual que
gran parte de la costa sur peruana.
Fig.1 Cuenca del rio Tambo y terrenos adyacentes (extremo sur del Perú); área de investigación
(fuente: Tambo, Boletín de Arqueología No 3- 9-94, 2016)
Ravines (1972), en los trabajos que realiza para establecer la secuencia y cambios en
los artefactos líticos del sur del Perú, indica que los primeros sitios precerámicos
identificados en Islay son Catarindo, Matarani y Mollendito.
En el caso del sitio Matarani, Ravines (1972) menciona que corresponde a un conchal y
que fue cortado cuando construyeron la carretera Mollendo – Matarani. De igual
manera, indicar que este sitio fue estudiado por Vescelius (1965), registrando puntas
de cuarzo, de forma triangular, con base escotada, raspadores laterales y algunas
lascas que presentaban retoques realizados por presión y que probablemente fueron
utilizados como cuchillos.
El Sitio de Mollendito, Ravines (1972) menciona que al parecer fue reocupado en
varios momentos y ello se deba probablemente a la presencia de varios puquiales. Con
respecto al material identificado, resaltan la presencia de puntas de proyectil de lados
triangulares y base escotada y con bordes acerrados similares al Tipo Ichuña.
Asimismo, se registraron cuencos de piedra, similares a los encontrados en Quiani
(Chile). Con respecto a periodos más tardíos, se han registrado algunas callanas y
material cerámico.
Asimismo, Szykulski et al. (2016), indica que los primeros datos sobre la Época
Precerámica en el área de investigación proceden de las excavaciones realizadas por
Gerhard Schroeder, llevadas a cabo en la cueva de Ichuña, es decir, en la zona
altoandina de Moquegua (1957). Los materiales del sitio fundamentaron la primera
clasificación de las puntas de proyectil del sur del Perú. Mientras tanto, en la región
litoral, las evidencias de la presencia de las sociedades de cazadores-recolectores
fueron documentadas por Gary Vescelius en Catarindo, Matarani, Mollendito y Punta
Islay, cerca de Mollendo (Engel 1957; Ravines 1972; Neira 1990; Szykulski 2010).
Con respecto al arte rupestre en la provincia de Islay, según Linares (1986), se puede
mencionar a cinco sitios:
La Pascana Convalescencia
En este sitio se han registrado según Linares (1986) un arte rupestre primitivo
con pictografías que representan a camélidos, serpientes, perros (siendo muy
recurrentes en las representaciones). Asimismo, indica que este sitio
correspondería al más antiguo con arte rupestre de la provincia de Islay, el
único que en el sur está más cerca al mar y que puede relacionarse con
Catarindo, Matarani y Mollendito.
Quelhua Grande
El sitio se ubica cerca al puente san rosa-El Fiscal, el cual según Linares (1986)
existen bloques poligonales e irregulares de rocas, sobre los cuales se han
grabado algunos motivos geométricos, círculos, oquendos, círculos
concéntricos, algunos diseños de humanos y diseños fitomorfos. La técnica que
se utilizó corresponde al golpeado y frotado.
Isla Mejía
Este sitio arqueológico fue descubierto por Linares (1986) no dando mayores
detalles sobre la ubicación y representaciones que pudiese haber registrado.
Para la época de gobiernos locales, que data desde los 1200 y 1400 años antes de
nuestra Era, influenciada por el comercio que se da entre zonas quechua y yunga; de
igual manera se registra comercio entre las áreas del norte de Chile, Tacana y
Moquegua, centrándose en el valle del Tambo, que fue un lugar muy importante para
el desarrollo social y económico de muchos sitios de esa época, registrándose a
Wayrondo, Ayanquera, Quelhua Grande, Pampa Blanca Chico, San Juan, Cuartel Santa
María, Chile Chico, Casa Rosada, La Curva Guardiola, Colegio Nacional, Miramar,
Hacienda el Pino, el cual es uno de los más importantes de esta zona.
De igual manera, Szykulski et al. (2016) hace referencia que, durante sus trabajos de
reconocimiento realizados en el mismo valle, los afluentes del río, la faja costera que
se extiende hasta la desembocadura del río Tambo, han registrado un total de 27 sitios
y se documentaron los sitios arqueológicos Quelgua 1 y Quelgua 2, ubicados sobre la
margen izquierda del río Tambo, próximo al poblado de Quelgua Grande. Los demás
sitios que se han reportado se mencionan en el siguiente cuadro adjunto:
Tab. 3. Sitios arqueológicos de la región Cuelgua–Punta de Bombón–Punta Jesús y Cocotea. Porción
baja de la cuenca del Tambo y la zona costanera (fuente: Tambo, Boletín de Arqueología No 3- 9-94,
2016)
Quelgua 1
Este sitio, se localiza al sureste del sector conocido como Quelgua Chico o San
Francisco y se emplaza detrás de unas viviendas ubicadas en la desembocadura de la
quebrada, cerca de la trocha carrozable. Szykulski et al. (2016) indica que el sitio se
compone de varios bloques de piedras que se han desprendido de la parte superior del
cerro y en cuya superficie plana se grabaron figuras o motivos antropomorfos y
zoomorfos, figuras geométricas, astros, ofidios y otras. Algunas imágenes están
yuxtapuestas unas a otras, es decir, fueron agregadas con el paso del tiempo. Lo
mismo sugieren las diferencias estilísticas y tecnológicas entre los petroglifos
(bajorrelieves), como también la existencia de distintos tipos de pátina, documentada
dentro de los surcos de grabados ejecutados sobre un solo bloque o sobre rocas
vecinas. En la superficie del sitio se registraron algunos fragmentos de cerámica tipo
Chiribaya y algunos tiestos con ornamentación característica del estilo Churajón. Así
pues, se trata de artefactos de alfarería relacionados con el Período Intermedio Tardío.
Quelgua 2
Se ubica unos cientos metros río abajo de Quelgua 1 y se emplaza en la ladera baja del
cerro Quelgua, en las inmediaciones del centro poblado de Quelgua Grande. Szykulski
et al. (2016), menciona que en la superficie se ubicó cerámica dispersa, restos óseos
humanos y de animales, como también restos botánicos y gran cantidad de tusas de
maíz. Se documentaron, además, seis entierros expuestos en la superficie. Las tumbas
fueron cavadas en la matriz del cerro y consisten en pozos de planta circular, a veces
con bordes reforzados por un anillo de piedras. Los pozos estaban cubiertos con lajas
de piedra, carrizos y totora. En algunos casos se observa adicionales anillos de piedras,
ubicados algunos centímetros más arriba de la tapa de entierro. La misma forma de las
tumbas y su modo de construcción presenta analogías con edificaciones sepulcrales
del Período Intermedio Tardío en la zona arqueológica de Churajón (Szykulski 2010: 58,
59). La alfarería documentada dentro de las tumbas y en la superficie, junto con otro
material arqueológico del sitio Quelgua 2, en su mayoría puede asociarse con
contextos culturales chiribaya. Además, se localizaron fragmentos de cerámica
churajón.
El Toro 1 – El Toro 4 y Chajllando 1
Estos sitios se ubican río abajo de Quelgua Grande, en la zona de confluencia del río
Tambo con la quebrada del Huayrondo y en las márgenes de esta.
El Toro 1 –ubicado en la ladera baja de una cadena de cerros, al Este del pueblo El
Toro– se emplaza sobre una terraza aluvial de forma plana de la margen derecha de la
quebrada del Huayrondo, y se eleva aproximadamente 8 metros por encima del nivel
del cauce de la quebrada. Szykulski et al. (2016) alude que se trata de un cementerio
prehispánico alterado, con tumbas en forma de pozos circulares. En la superficie se
observa fragmentos de cerámica dispersa, restos óseos humanos, cestería, textiles,
material lítico de uso doméstico (manos de moler, chancadores) y vegetal (tusas o
marlos de maíz, restos de carrizo). Los fragmentos de cerámica están relacionados con
el Período Intermedio Tardío. Por la ornamentación y su pasta, puede observarse que
generalmente corresponden a la cultura Chiribaya, pero se documentó también tiestos
de estilo Churajón y San Miguel.
El Toro 2
El Toro 3 y El Toro 4
Del otro lado de la Quebrada, frente al sitio El Toro 1, se encuentran los sitios El Toro 3
y El Toro 4, los cuales colindan por el este con el Cerro Huayrondo. Ambos sitios se
emplazan sobre una terraza aluvial en la margen izquierda de la desembocadura de la
quebrada del Huayrondo en el río Tambo y probable- mente pertenecen a un solo
conjunto arqueológico, dividido posteriormente por una pequeña quebrada, que se
extiende de forma paralela hasta la desembocadura al río Tambo. Szykulski et al.
(2016) menciona que dentro del conjunto se puede distinguir un sector de viviendas
con terrazas, una posible parte ceremonial y un área sepulcral. Las terrazas domésticas
del sector de viviendas se ubican en la ladera baja del Cerro Huayrondo, cerca de la
terraza aluvial y se componen de remociones de tierra, hechas en la ladera de la colina
para crear espacios pequeños. Abajo, sobre la terraza aluvial, se identificaron huellas
de cimientos de una notable estructura rectangular, construidos con grandes bloques
de piedra, como también muros de piedra de otras estructuras arquitectónicas de
menor tamaño, probablemente de carácter ceremonial. Además, en este sector se
identificaron sobre la superficie varios cráneos de camélidos. Fueron reseñadas
también construcciones sepulcrales afectadas por huaquería, las que contenían buena
cantidad de lana y cráneos de camélidos. Tal vez se trate de entierros
ceremoniales/simbólicos de auquénidos (cf. Mikocik: en este volumen). En el sector
sepulcral, ubicado en la parte norte de ambos sitios, se identificaron dos tipos de
estructuras funerarias. La primera de ellas corresponde a entierros con un anillo
superficial de piedras que delimitaba tumba construida de piedras unidas con mortero
de barro. El segundo tipo corresponde a cistas de planta circular con paredes de piedra
unida con mortero de barro y sin anillo de piedras superficial (Mikocik 2012). En la
superficie de ambos sitios se observó una gran concentración del material
arqueológico, indicador de ocupación intensiva por parte de grupos humanos. Se
registraron restos óseos humanos y de animales, cestería, collares de piedras
(crisocola, lapislázuli), textiles, material lítico (manos de moler, chancadores y
desechos de talla), material botánico, como también una gran cantidad del material
cerámico. Los textiles y alfarería en su mayoría corresponden a contextos
arqueológicos de la cultura Chiribaya, aunque también había cerámica de estilo San
Miguel (Arica I) y Churajón (cf. Mikocik: en este volumen). Es de subrayar, que en El
Toro 3 y El Toro 4, como también en toda la zona aparece muy esporádicamente la
cerámica incaica, tal vez se trate de material intruso, no relacionado directamente con
el período de funcionamiento de ambos sitios.
Chajlando 1.
El Toro 5
Está ubicado en la margen derecha del río, en un terreno pedregoso formado por el
acarreo de la quebrada; presenta alteraciones debidas a la erosión y actividades
humanas. Su área colinda con el pueblo epónimo y se encuentra en la base de la
cadena de cerros denominada Cerrillos, emplazándose sobre una terraza con declive
moderado que se forma en la margen izquierda de la quebrada del Toro. Para Szykulski
et al. (2016) el sitio tiene características de un área doméstica con un cementerio.
Sobre la superficie se ha ubicado cimientos de cuatro estructuras de más de 5 m de
diámetro, que posiblemente correspondan a construcciones de uso doméstico.
Además, se documentaron cinco anillos de piedras de 2,5 a 3 m de diámetro, que al
parecer pertenecen a estructuras funerarias. Sobre la superficie se halló relativamente
poco material cultural, en su mayoría la cerámica chiribaya y tiestos definidos como
Tricolor del Sur.
El Pino
Está ubicado en el distrito de Punta de Bombón, el cual según Chávez &Tejada (2020)
han manifestado que dicho sitio hasta la fecha presenta tres ocupaciones definidas,
pero que aún están en discusión y en proceso de estudio.
El segundo grupo que indican Chávez & Tejada (2020) corresponde al que presenta
características morfológicas, iconográficas y patrones de entierro de Tiwananku, cuya
fase aún se encuentra en proceso de investigación, dado que se muestra iconografía
muy parecida a la estilo denominado Chen Chen, con presencia de representación del
felino estilizado registrado en vasos y tazones, dicho estilo es registrado en la cuenca
media del rio Osmore (Moquegua), el material Tiwanaku costero(?) de El Pino como el
caso de vasos de mayor tamaño con la decoración propia Tiwanaku. Es este estilo que
correspondería a la última fase propuesta para Tiwanaku en el valle medio del río
Osmore.
La Caleta 2
Asimismo, Szykulski et al. (2016) alude que durante los trabajos en otros sitios
arqueológicos registrados en la faja costera entre Punta de Bombón y Punta Jesús y
Cocotea están conformados por la acumulación de conchas y fragmentos de carbón
vegetal. A veces, se documentó también algunos simples instrumentos hechos de
cantos rodados, de forma lenticular y con un borde filudo. Probablemente se trata de
herramientas, las cuales servían para abrir moluscos. Es de mencionar que los
conchales con el material, en su mayoría relacionado con las sociedades de la época
prehispánica, se encuentran a lo largo de toda la costa del Pacífico del extremo sur del
Perú y del norte de Chile (Bird 1943). El recorrido realizado entre Punta de Bombón y
Punta Jesús y Cocotea
Chavez Jará, José A & Tejada Lewis, Rocío del Carmen (2020) Tesis titulada: Presencia
de la Cerámica Chiribaya en el Sitio El Pino (Islay) y su Importancia Histórico Social en el
Valle de Tambo. Repositorio de Tesis UCSM – Arequipa.
Ravines, Roger (1972). Secuencia y cambios en los artefactos líticos del sur del
Perú. Revista del Museo Nacional, XXVIII, 133-184.
Szykulski, Józef; Bautista Quijano, Enrique; Krajewska, Karolina & Mikocik, Łukasz
(2016) Avances Recientes en la Americanística Mundial. Tambo. Boletín de Arqueología
No. 3
Vescelius Gary S. (1960) Rasgos naturales y culturales de la Costa Extremo Sur, Antiguo
Perú Espacio y Tiempo, Ed. Juan Mejía Baca, Lima.