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El capítulo II del libro primero de "Política" aborda el tema de la esclavitud y el régimen económico de las

familias dentro del Estado. Aristóteles comienza estableciendo que el Estado se compone de familias y
que, para comprender la estructura del Estado, es necesario examinar las partes más simples de la
familia: el señor y el esclavo, el esposo y la esposa, y el padre y los hijos.

El autor examina la relación entre el señor y el esclavo, y se plantea si la esclavitud es natural y justa.
Algunos argumentan que el poder del señor es natural y se confunde con la autoridad del padre de
familia y del magistrado. Otros argumentan que la esclavitud es contra naturaleza y es inicua, ya que es
obra de la violencia.

Aristóteles también discute la propiedad y la adquisición de la misma, que forman parte integral de la
familia. La propiedad es considerada como un instrumento para la existencia y la riqueza como una
porción de instrumentos. En este sentido, el esclavo es considerado una propiedad viva, un instrumento
de uso para facilitar los actos relacionados con la vida.

El autor plantea que el ser esclavo es natural para aquellos que no se pertenecen a sí mismos y que
dependen de otro. Los esclavos son vistos como propiedades absolutas de sus señores. Aristóteles
argumenta que algunos hombres son naturalmente libres y otros naturalmente esclavos, y que la
esclavitud es justa y útil para aquellos que son esclavos por naturaleza.

Sin embargo, el autor reconoce que hay opiniones contrarias y diferentes perspectivas sobre el tema.
Algunos consideran que la esclavitud es justa cuando es resultado de la guerra, mientras que otros la
consideran un hecho contrario a la naturaleza. Aristóteles plantea que la virtud tiene derecho a usar la
violencia como medio de acción, lo que implica que la superioridad puede tener un mérito. Esto conduce
a la cuestión de la noción de derecho y su relación con la dominación del más fuerte.

El autor concluye que la autoridad del señor sobre el esclavo es justa y útil, pero también señala que el
abuso de esta autoridad puede ser perjudicial para ambas partes. También sugiere que se puede educar
tanto a los señores como a los esclavos en ciertas habilidades y artes, y que la ciencia del señor está en
saber utilizar a los esclavos para llevar a cabo las tareas necesarias.

En resumen, el capítulo II de "Política" explora la relación entre el señor y el esclavo, argumentando que
la esclavitud es natural y justa para aquellos que son esclavos por naturaleza. Aristóteles también
examina la propiedad y la adquisición de la misma, y discute la utilidad y los límites de la autoridad del
señor sobre el esclavo.
En la sociedad contemporánea, las perspectivas filosóficas sobre la esclavitud y la propiedad son variadas
y complejas. Aunque la esclavitud legal ha sido abolida en la mayoría de los países, las discusiones sobre
el trabajo forzado, la explotación laboral y la desigualdad económica persisten. Del mismo modo, las
discusiones sobre la propiedad se centran en temas como la distribución de la riqueza, los derechos de
propiedad intelectual y la propiedad privada.

Una perspectiva filosófica contemporánea que se opone a cualquier forma de esclavitud o trabajo
forzado es el enfoque de los derechos humanos. Según esta perspectiva, cada persona tiene derechos
inherentes y no pueden ser tratados como propiedad de otros. La esclavitud y cualquier forma de
explotación laboral violan estos derechos fundamentales. Los defensores de los derechos humanos
argumentan que todas las personas deben tener libertad para elegir su trabajo, recibir un salario justo y
tener condiciones laborales dignas.

Por otro lado, existen enfoques filosóficos más libertarios que defienden los derechos de propiedad
privada y la libertad individual sobre los recursos y la propiedad. Estas perspectivas sostienen que cada
individuo tiene el derecho absoluto de poseer y controlar su propiedad, incluidos sus recursos y su fuerza
laboral. El argumento principal es que la propiedad privada es esencial para el funcionamiento de una
sociedad libre y próspera, y que cualquier intervención del Estado en los derechos de propiedad es una
forma de coerción.

Sin embargo, hay filósofos contemporáneos que critican estas perspectivas y argumentan que la
propiedad privada puede llevar a la acumulación desigual de riqueza y poder, lo que socava los principios
de igualdad y justicia. Estas perspectivas más críticas enfatizan la responsabilidad social y la necesidad de
equidad en la distribución de los recursos y beneficios económicos. Argumentan que la propiedad
privada debe estar sujeta a límites y regulaciones para garantizar un bienestar más justo y equitativo
para todos los miembros de la sociedad.

Otra perspectiva filosófica contemporánea que se centra en la propiedad es el enfoque de la propiedad


intelectual. Esta perspectiva argumenta que los derechos de autor y la protección de la propiedad
intelectual son fundamentales para incentivar la creatividad y el avance científico. Sin embargo, también
hay críticos que argumentan que la propiedad intelectual puede restringir el acceso a la información y los
beneficios sociales que podrían derivarse de ella.

En resumen, en la sociedad contemporánea, las perspectivas filosóficas sobre la esclavitud y la propiedad


varían ampliamente. Algunos enfoques enfatizan los derechos humanos, la equidad y la responsabilidad
social, argumentando en contra de cualquier forma de esclavitud y promoviendo una distribución justa
de los recursos. Otros enfoques defienden los derechos de propiedad privada y la libertad individual,
priorizando la autonomía y la eficiencia económica. Además, perspectivas específicas como la propiedad
intelectual también influyen en el debate filosófico contemporáneo sobre la propiedad.

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