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LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO MEXICANO MODERNO BAJO LA INFLUENCIA

DEL LIBERALISMO POLÍTICO

El liberalismo es una ideología política que defiende la autonomía y la libertad de los


ciudadanos contra la opresión del régimen Imperialista, proponiendo un Estado
constitucional. Esta postura ideológica es caracterizada por un pensamiento individualista,
igualitario y universalista. El liberalismo nació en Gran Bretaña cómo propuesta de la
filosofía empirista y utilitarista del sistema económico mercantilista que estaba en contra
de la intromisión estatal, que ejercía la resistencia a la libre empresa, lo cual según el
modelo capitalista ocasionaba un estancamiento de la clase burguesa. Con el liberalismo
nacieron movimientos geopolíticos revolucionarios, que buscaban acabar con el viejo
régimen; algunos ejemplos de estos movimientos en el contexto mexicano fueron la lucha
de independencia de México, la promulgación de las leyes de reforma, el movimiento
armado revolucionario y la proclamación del Plan de Ayala y la Constitución de 1917.
El liberalismo llega a la Nueva España con una marcada influencia de los
movimientos antimonárquicos españoles y franceses; la introducción de las políticas
ilustradas en España propició un replanteamiento de los ideales monárquicos que, bajo el
influjo del despotismo ilustrado, garantizan unas reformas a la sociedad con base en la
razón, desde la cual se ataca a los privilegios de la Iglesia y se impulsa la creación del
Estado laico. Sin embargo, a pesar de que las ideologías liberales estuvieron presentes
dentro de la ideología peninsular a partir del siglo XVI, éstas no constituyeron las bases
del mundo novohispano, debido a que el surgimiento del México colonial se gestó desde
la idea de la dominación territorial y no como la consolidación de una Nación
independiente. En ese mismo sentido, Rhina Roux señala que:
La construcción del Estado Mexicano tuvo que realizarse no el mundo del siglo
XVI, época del nacimiento de los modernos Estado Europeos, sino en el mundo
del siglo XIX: en medio del reemplazo de la hegemonía mundial española por la
británica, del triunfo y la consolidación del liberalismo como patrón cultural mundial
y del despliegue de la gran acumulación capitalista estadounidense.1

No obstante, México siempre tuvo el ánimo de consolidarse como un Estado libre,


constructor de su historia y su progreso y proveedor de justicia y de paz para sus
ciudadanos, prueba de ello son la Guerra de Independencia y la Revolución de Ayutla,
cuyos frutos son la Constitución de 1824 y las Leyes de Reforma que, de modo general

1
Rhina Roux, citada por J. Moreno Garavilla en Liberalismo constitucional de México. Evolución y
perspectiva.
garantizan la abolición del régimen colonial, la constitucionalización del Estado mexicano,
la nacionalización de los bienes del clero y la separación de la Iglesia.
Ciertamente, la sociedad mexicana buscaba mejorar sus condiciones de vida y lo
consiguió en gran medida a través de las diversas luchas armadas que tenían como base
ideológica el enfrentamiento entre las ideologías liberales de emancipación y los
postulados conservadores que llamaban a la población a la restauración del orden
monárquico. De ese modo, la adopción del liberalismo se estableció una actividad y lucha
constante para transformar la realidad mexicana. Sobre este punto, Hilario Medina señala
que:
Los mexicanos despertaron a la vida independiente dentro de un mundo que
marchaba por caminos que eran los opuestos de aquellos en los cuales habían
sido enseñados a marchar. Al organizarse y tratar de constituirse en pueblo o
nación independiente, se dieron cuenta de que no bastaba la independencia
política, pues era menester completar ésta con la emancipación mental. Era
menester cambiar los hábitos y costumbres de los mexicanos, su modo de ver el
mundo.2

Después de la promulgación de la Constitución de 1917, México empezó a trabajar


en la construcción de un nuevo régimen político que respondiera a las necesidades de un
Estado moderno y democrático para equilibrar el contexto social de la nación mexicana
posterior a la revolución. Sin embargo, el establecimiento de este régimen político causó
diversos conflictos e inestabilidad social en la década posterior. El gobierno de Cárdenas
fue, así, un aliciente en la historia del México moderno, debido a que por primera vez se
establecieron las condiciones necesarias para garantizar la transición al Estado moderno,
lo que impulsó el desarrollo económico para establecer vínculos con las políticas
capitalistas mundiales, garantizando de este modo el progreso del país a lo largo de las
décadas siguientes.3

2
Hilario Medina citado por por J. Moreno Garavilla en Liberalismo constitucional de México.
Evolución y perspectiva.
3
E. Aguilar Casas y P. Serrano Álvarez sostienen que el Estado benefactor y el desarrollo
económico fueron los que dieron paso a una estabilidad social sin precedentes en la historia de
México.
Fuentes bibliográficas.
Moreno Garavilla, J. (2016). Liberalismo constitucional de México. Evolución y
perspectiva. Recuperado de:
https://www.derecho.unam.mx/investigacion/publicaciones/librosfac/pdf/
pub03/09DrMoreno.pdf [Consultado el 14 de abril de 2021.]
Aguilar Casas E. y P. Serrano Álvarez. (2012). Posrevolución y estabilidad. Cronología
1917-1967. México: INEHRM. Recuperado de:
https://inehrm.gob.mx/work/models/inehrm/Resource/437/1/images/posrevolucion_estabili
dad.pdf [Consultado el 14 de abril de 2021.]

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