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CATEDRÁTICO :

Abog. Blanca Maria Regina Reina Perez

Daniela Alexandra Sierra Altamirano

(2220049)

TEMA:

Investigación Refugio de la Guara Roja

ASIGNATURA:

Derecho Ambiental

FECHA:

3 de diciembre de 2023
Introducción
En el corazón de la biodiversidad tropical, donde la exuberancia de la flora y fauna se
entrelaza en un ballet de vida, surge el Refugio de la Guara Roja como un santuario
esencial para la supervivencia de una de las especies más emblemáticas y
amenazadas: la Guara Roja (Ara macao). Este refugio, cuidadosamente designado
para la preservación de estos majestuosos loros escarlata, se erige como un faro de
esperanza en medio de los desafíos que enfrenta la vida silvestre en la actualidad.

La Guara Roja, con su plumaje brillante y su distintivo grito, ha capturado la


imaginación de naturalistas y amantes de la vida salvaje durante siglos. Sin embargo,
su existencia se encuentra amenazada por la pérdida de hábitat, la caza furtiva y el
comercio ilegal de fauna. En este contexto, el Refugio de la Guara Roja emerge como
una respuesta proactiva y comprometida para garantizar la protección y conservación
sostenible de esta especie, así como de su entorno natural.

Esta investigación se propone analizar en detalle la gestión y las estrategias


implementadas en el Refugio de la Guara Roja, explorando su importancia e impacto
en la preservación de la biodiversidad local. Abordaremos aspectos clave, como las
medidas de protección adoptadas, los programas de reproducción en cautiverio, la
participación comunitaria y las iniciativas educativas. Asimismo, examinaremos los
desafíos presentes y futuros que enfrenta el refugio, buscando identificar posibles vías
para mejorar su eficacia y contribuir al bienestar a largo plazo de la Guara Roja y su
hábitat.
El Centro de Rescate y Liberación Mabita (CRELIMA), nace por la necesidad de recibir
animales decomisados en la Moskitia. Al ser uno de los pocos proyectos de
conservación de psitácidos en la zona, el Instituto de Conservación Forestal, Áreas
Protegidas y Vida Silvestre comenzó a enviar loros, pericos y guaras al proyecto Apu
pauni sin existir las condiciones. Es allí donde la Dra. LoraKim Joyner y Héctor Portillo
ven la necesidad de crear un recinto donde los animales decomisados puedan ingresar,
ser evaluadas y posteriormente liberadas a su hábitat natural.

Con ayuda de las comunidades y fondos internacionales se logra construir la primera


jaula de liberación ubicada en Mabita, Moskitia hondureña, en el departamento de
Gracias a Dios. La Dra. LoraKim es la encargada de diseñar la dieta con alimento que
se produce en la zona y se complementa con concentrado, arroz y frijoles para los
psitácidos que llegan al centro de liberación. Como parte del fortalecimiento de
capacidades locales, se entrenó a Anaida Panting, miembro de la comunidad de Mabita
la cual cada mañana se encarga de darle el alimento a los animales que se encuentran
en el centro. Ella evalúa las condiciones físicas de cada psitácido. A los individuos más
jóvenes, Aniada los alimenta preparándoles el bolo alimenticio con un poco de agua.

El centro se encuentra ubicado en una zona relativamente aislada de las casas de los
comunitarios para evitar la impronta de los animales y que se acostumbren a la
presencia de los humanos. Este ambiente también permite que se relacionen con
guaras que ya se encuentran en vida libre y el proceso de liberación no sea tan brusco
y pueda ocasionar estrés en los animales. Además, a los animales que han sido
liberados, también se les coloca alimento porque algunos individuos tienden a regresar
al centro, pero esto con el pasar del tiempo va ocurriendo cada vez menos, hasta que
el individuo ya no requiere de los cuidados de Anaida. El proyecto ha liberado desde
que recibe psitacidos casi 200 individuos que han sumado en las poblaciones silvestres
de guaras roja, loras nuca amarilla, loras frente roja y pericos.
● El tráfico de vida silvestre en la Moskitia podría estar generando ingresos entre
los 15 000 y 20 000 dólares mensuales, según fuentes del Ministerio Público
consultadas para este reportaje.
● Una guara roja se vende en el mercado ilegal a 1000 dólares pero por una guara
verde los compradores pueden llegar a pagar hasta 3000.
● La Fiscalía del Medio Ambiente identificó como una de las rutas más rentables la
que empieza en la comunidad de Caukira, continúa por la Ceiba y las Islas de la
Bahía, y termina en Jamaica.

La Moskitia no solo está integrado por el departamento de Gracias a Dios, el último,


contiguo a Nicaragua, también comprende tres reservas naturales que atraviesan las
tierras de los tawahka asentados en Olancho y de los miskitos que llegan hasta el límite
con Nicaragua. La Reserva del Hombre y la Biósfera de Río Plátano fueron nombradas
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y arqueológicamente cuentan con
vestigios importantes como la Ciudad Blanca. Pero sobre todo, la moskitia hondureña
es un territorio inhóspito donde las instituciones del Estado, todas, las de seguridad, las
de justicia, las administrativas, todas, dicen lo mismo que Marleny Zelaya del Instituto
de Conservación Forestal (ICF): “no tenemos logística para cubrir los grandes
problemas que hay aquí”.

Las historias de narcotráfico y el drama de los buzos que terminan lisiados por la pesca
de langosta son las historias que más resuenan en el exterior, pero los problemas en
La Moskitia son tan variados y drásticos como sus paisajes y sus cambios de clima.

La comunidad de Mabita queda a más de 200 km de Puerto Lempira, la capital


departamental de Gracias a Dios, muy cerca de la frontera con Nicaragua. Antes de
llegar a esta comunidad se pueden visualizar llanos, bosques de pino, bosques
húmedos, y un par de ríos atravesados por puentes en muy mal estado, podridos,
abandonados. A mitad de camino nos topamos con un retén militar en medio de la
nada, jovencitos miskitos con uniformes moteados que pertenecen al Quinto Batallón
de Infantería. Las misiones militares en esta zona llegaron para desarticular bandas
criminales del narcotráfico y ahora también vigilan el tráfico de madera y de vida
silvestre.

Después del retén se extienden los bosques de pino en un clima húmedo y extremo,
hasta que se llega a las comunidades anunciadas con rótulos oxidados, como
advertencia de que uno se aproxima a una tierra perdida donde viven indígenas
defensores del medio ambiente que no se conocen, que reciben amenazas y que son
asfixiados por la aguda situación de pobreza y la falta de acceso a servicios básicos en
la que viven.

Anaida se aparta del grupito de niños que son sus nietos y sobrinos para atender las
guacamayas y loras que tiene en recuperación, y también a las que llegan a comer
después de disfrutar de la libertad entre los pinares. Cada día a las 4 de la tarde, las
guaras llegan, comen de las ollas y a veces de sus manos. Hay una muy especial para
ella que ya está vieja, nadie sabe cuántos años tiene, dice Anaida. “Es la única que se
queda después de la comida, todas se van al comer, esta se queda conmigo”, cuenta
después de una pelea en la que su guara especial le aplica una tunda a otra por
acercarse demasiado a su ama.

La guacamaya roja o guara roja es el ave nacional de Honduras. Actualmente hay


aproximadamente 600 especímenes en estado silvestre en los pinares de Gracias a
Dios y 36 introducidas en el Parque Macao Mountain en Copán y en la isla de Zacate
Grande, según el biólogo Héctor Portillo, investigador de la Fundación de Ciencias para
el Estudio y la Conservación de la Biodiversidad (INCEBIO), quien por 20 años ha
estudiado esta especie.
Conclusion
La investigación exhaustiva llevada a cabo en el marco del Refugio de la Guara Roja
ha arrojado luz sobre las complejidades y desafíos asociados con la conservación de
esta especie emblemática. A lo largo de este estudio, hemos explorado las estrategias
de gestión implementadas, los programas de reproducción en cautiverio, la
participación comunitaria y los obstáculos que el refugio enfrenta en su noble misión de
salvaguardar la Guara Roja y su hábitat.

En primer lugar, los resultados demuestran que las medidas de protección adoptadas
en el refugio han tenido un impacto significativo en la preservación de la Guara Roja.
La creación de áreas protegidas, la vigilancia constante y la restricción de actividades
humanas dañinas han contribuido a la creación de un entorno más seguro y propicio
para el florecimiento de esta especie.

Los programas de reproducción en cautiverio han demostrado ser una herramienta


valiosa para la expansión de la población de Guara Roja. A través de la cuidadosa
planificación y supervisión de los expertos en conservación, el refugio ha logrado
incrementar las cifras de esta especie amenazada, fortaleciendo así la base genética y
la resistencia ante posibles amenazas futuras.

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