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Sistemas Previsionales.

Universidad del CEMA

• Materia: Finanzas Publicas


• Profesor: José Luis Espert

• Año 2017

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Sistema Previsional
▪ Los sistemas previsionales otorgan beneficios en la forma de jubilaciones y pensiones, que pueden
responder a distintas contingencias
▪ 1) Las jubilaciones=pensión vitalicia tienen por objeto proporcionar un seguro en la forma de un
ingreso fijo desde el momento que las personas dejan de trabajar hasta su fallecimiento
▪ 2) Complementariamente existen pensiones por invalidez, que cubren con un seguro -bajo la forma
de un ingreso mensual garantizado- a las personas que no habiendo alcanzado la edad jubilatoria, no
pueden continuar trabajando por razones de salud
▪ 3) Finalmente las pensiones proporcionan un ingreso a los sobrevivientes de trabajadores fallecidos
(viudas y huérfanos)
▪ 3 formas de sustento diferentes para los 3 sistemas anteriores: Estado, ahorros propios, familia (se
estima que aproximadamente el 70% de los ancianos del mundo sobreviven exclusivamente de
transferencias intrafamiliares). Nosotros nos concentraremos en los dos primeros
▪ El primer sistema público de pensiones fue introducido por Alemania en 1889
▪ La generalización de los sistemas estatales se produce después de la segunda guerra mundial, luego
que la gran Depresión de 1930 creara la sensación que los mercados privados no garantizaban la
estabilidad y el crecimiento económico y la intervención estatal era necesaria, tanto para evitar el
desempleo como para paliar la pobreza
▪ El Informe Beveridge en Inglaterra (1943) marca un hito importante que lleva a la adopción
generalizada de los sistemas estatales de previsión social en el mundo occidental

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% del PBI

10,0
12,0
14,0
16,0
18,0
20,0

0,0
2,0
4,0
6,0
8,0
Austria
Switzerland
France
Poland
Belgium
Italy
Greece
Germany
Finland
Denmark
Luxembourg
Sweden
United Kingdom
Netherlands
Portugal
Hungary
OECD-30
Spain
Czech Republic
Slovak Republic
Jubilaciones y Pensiones

Norway
New Zealand
Australia
Sistema Previsional

Japan
Turkey
Iceland
Mexico
Canada
United States
Pensiones

Ireland
Jubilaciones

Korea
Países

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Sistema Previsional
▪ Los sistemas previsionales estatales comparten varias características esenciales:
▪ Constituyen un sistema de ahorro forzoso, donde los aportes son obligatorios y
consisten generalmente en un porcentaje de las remuneraciones, una parte a cargo
del empleador y la otra a cargo del empleado. En algunos casos la obligación de
contribuir se extiende a los trabajadores y empresarios autónomos
▪ Ese aporte obligatorio único cubre en principio los costos de la jubilación por vejez, la
pensión vitalicia por invalidez y las pensiones de supervivencia de los deudos en caso
de fallecimiento del sostén familiar
▪ En principio los beneficios se limitan a quienes hayan aportado, aunque hay algunos
países (Noruega, Holanda, Nueva Zelanda, y Dinamarca) en que los beneficios son
universales y se financian con impuestos de rentas generales
▪ Tienen beneficios fijos, definidos por ley, con montos relacionados generalmente a
las remuneraciones de los años previos al retiro. En los sistemas de capitalización en
cambio los aportes están definidos por ley como % de las remuneraciones, pero los
beneficios son variables y dependen de la magnitud de los aportes que se realizan, de
la capitalización que se obtenga y de la esperanza de vida al momento del retiro
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Sistema Previsional
▪ Los sistemas previsionales estatales comparten varias características esenciales
▪ Tienen un importante componente distributivo (“solidario”), ya que los beneficios que se
otorgan responden sólo parcialmente a los aportes realizados
▪ La mayoría de los sistemas estatales son “de reparto”, lo que implica que el financiamiento de
los beneficios no surge de un capital que el Estado hubiera acumulado con aportes
individuales previos, sino de los aportes corrientes de las generaciones en actividad
▪ Los aportes totales al sistema de reparto crecen en función de la tasa de crecimiento de la
población activa y del salario real de los aportantes. Los beneficios pagados podrían
aumentar en proporción directa al crecimiento de dichos factores siempre y cuando la
relación entre beneficiarios y aportantes al sistema se mantuviera constante
▪ En la realidad la generosidad de los beneficios otorgados (baja edad de retiro y alta relación
remuneración de retiro/remuneración en actividad) ha llevado a que en la mayoría de los
países una parte creciente de las jubilaciones y pensiones que paga el Estado deba
financiarse con aumentos de impuestos al salario o aumentos de impuestos alternativos
como el IVA o el impuesto a la renta

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Sistema Previsional
▪ Argumentos para la intervención estatal (fijando compulsivamente un sistema previsional)
▪ 1) Fallas de los mercados de seguros
▪ Según este argumento, los mercados de pensiones vitalicias tendrían un desarrollo
insuficiente. Existiría una asimetría de información con respecto a la expectativa de vida de
las personas: los individuos conocerían mejor sus probabilidades de supervivencia que las
compañías de seguro. Esta asimetría conduciría a una selección adversa y
consecuentemente al subdesarrollo del mercado de pensiones vitalicias
▪ Comprarían pensiones vitalicias sólo los individuos que tienen mayor expectativa de vida (los
más “costosos” para las compañías de seguro) y se autoexcluirían los individuos que tuvieran
menor expectativa de vida
▪ Las empresas deberían reducir el valor de las pensiones vitalicias para tener en cuenta la
mayor expectativa de vida de sus clientes, lo que reduciría aún más el atractivo de las
pensiones vitalicias para los individuos con menor expectativa de vida. Se producirían así
sucesivas rondas de reducción de los valores de las pensiones vitalicias y de reducción del
mercado, hasta que el mercado se limitaría a un mínimo o desaparecería
▪ Se argumenta entonces que sólo la creación de un sistema previsional compulsivo evitaría el
problema de la selección adversa y el subdesarrollo de las pensiones vitalicias
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Sistema Previsional
▪ El escaso progreso del mercado privado de pensiones vitalicias en los países
desarrollados es utilizado como evidencia de su imperfección
▪ Sin embargo, esta evidencia no es válida, ya que la mera existencia de sistemas
previsionales estatales prácticamente elimina la demanda potencial de pensiones
vitalicias
▪ La asimetría de información en todo caso es a la inversa: las compañías de seguros
conocen mejor que las personas su expectativa de vida y manera objetiva a través de
los exámenes médicos. Así que no necesariamente se produciría tal desarrollo
imperfecto del sistema de rentas vitalicias
▪ Además ¿Cómo definimos “desarrollo imperfecto”? ¿No será que es imperfecto
porque el supuesto implícito es que tiene que ser generalizado y de alcance universal
para toda la población?
▪ ¿Por qué está mal que tenga un desarrollo limitado por las decisiones privadas sobre
herencia por ejemplo?
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Sistema Previsional
▪ 2) Paternalismo
▪ Individuos miopes irresponsables que valoran en exceso el consumo presente o no
prevén las contingencias negativas que puede tener la vida y no ahorran para la vejez
▪ El Estado así subsanaría estas deficiencias del comportamiento humano
▪ Debilidad 1. La compulsión estatal puede ser útil para algunos individuos que
dilapidarían sus ingresos en consumos postergables, pero también es inconveniente
para los ciudadanos que preferirían ahorrar para la vejez en tiempos y formas
distintas a las que lo fuerza el Estado
▪ Debilidad 2. Supuesto que la obligación de contribuir puede imponerse desconoce la
realidad de la evasión de las obligaciones impuestas por el Estado, que es
particularmente grave en los países emergentes. Cuando la evasión es extendida, los
miopes e imprevisores son los primeros en evadir y escapar a la obligatoriedad de los
aportes. Quienes quedan dentro del sistema son fundamentalmente los previsores
que de todas maneras hubieran ahorrado para su vejez sin que mediara la
compulsión estatal

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Sistema Previsional
▪ Debilidad 3. El comportamiento irresponsable que se puede observar no es una condición
natural de muchas personas, sino un comportamiento racional inducido por el mismo Estado
▪ 3) El Argumento Distributivo:
▪ Lo sistemas previsionales de reparto disocian aportes de beneficios para redistribuir ingresos
▪ Fijando un beneficio jubilatorio mínimo, a costa de aportantes de altos ingresos, quienes
generalmente reciben beneficios muy inferiores al valor presente de los aportes realizados
▪ Esta redistribución queda parcialmente abortada por la menor esperanza de vida de los
pobres y por los altos niveles de evasión impositiva que se verifican en esos segmentos de
ingresos
▪ Otra discriminación injusta de los sistemas estatales de reparto se origina en la fórmula de
cálculo de los beneficios. Para estimar estos se consideran solamente las remuneraciones de
los últimos años de actividad, lo que discrimina arbitrariamente a favor de quienes
terminaron más exitosamente su vida laboral
▪ Este sistema también genera fuertes incentivos para el fraude, esto es, a la subdeclaración de
ingresos en los primeros años de la vida laboral y a una sobre declaración de ingresos en los
años previos a la edad jubilatoria
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Sistema Previsional
▪ 3) El Argumento Distributivo:
▪ El sistema previsional no es un instrumento eficiente de distribución de ingresos
▪ La evasión que se verifica en los países emergentes excluye a desempleados e
informales, que son generalmente las personas de menores ingresos
▪ Los efectos distributivos entonces quedan circunscriptos a poblaciones urbanas de
ingresos medios y altos, en donde la urgencia distributiva es menor y las
discriminaciones se tornan injustas
▪ El beneficio jubilatorio exige un número mínimo de años de aportes, pero superado
este umbral, los beneficios no reflejan o reflejan pobremente más años de aporte
▪ Estos sistemas discriminan arbitrariamente en contra de la clase media con más años
de aporte y a favor de la clase media que menos trabajó y aportó. La arbitrariedad e
injusticia de estos sistemas estatales se agrava cuando se verifica una administración
populista de los beneficios, tema que analizaremos más adelante

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Sistema Previsional
▪ 1) Para que la introducción de un sistema de reparto sea neutral sobre el ahorro,
la acumulación de capital y consecuentemente sobre el crecimiento global, sería
necesario que los jubilados iniciales no reciban un beneficio que exceda el valor
actuarial de los aportes realizados
▪ Sin embargo, al comienzo de los sistemas de reparto, la generación mayor
generalmente obtiene pensiones cuyo valor presente es muy superior a los aportes
realizados. Esto contribuye a incrementar el consumo y disminuir el ahorro global
▪ Otro mecanismo de aumento del consumo y baja del ahorro opera cuando el sistema
de reparto genera expectativas de jubilaciones graciables, pues esto incentiva la
falta de ahorro de los evasores que confían en ser los futuros beneficiarios de la
solidaridad social
▪ 2) Pero aún si el sistema de reparto no bajara el ahorro global porque los aportes
iniciales “se ahorran”, se podría afectar negativamente el crecimiento futuro (carga
para las generaciones futuras) si se usaran para financiar déficits fiscales del resto
del sector público, destinados al consumo público o a inversiones de baja
productividad
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Sistema Previsional
▪ Resumiendo: El argumento distributivo se aplica exclusivamente a los sistemas estatales “solidarios”,
mientras que los argumentos de imperfección de mercados y el argumento paternalista intentan
justificar la compulsión estatal, sea para tribuir a un sistema estatal o a otro privado
▪ Problema de fondo: La mayoría de los sistemas previsionales estatales de los países
industriales está enfrentando serios y crecientes quebrantos financieros. La razón fundamental radica
en el envejecimiento poblacional, lo que explica que existan cada vez más jubilados y menos jóvenes
aportantes. El alargamiento de la esperanza de vida y la disminución de la tasa de natalidad
(compensada sólo parcialmente por la inmigración de trabajadores jóvenes) son las principales
explicaciones de este fenómeno.
▪ Con un creciente número de beneficiarios y un declinante número de aportantes, estos sistemas
enfrentan 3 opciones desagradables:
▪ 1) un aumento del déficit fiscal que es una redistribución intergeneracional (injusta) en contra de las
generaciones jóvenes, que se verían afectadas por mayores tasas de interés y menos inversión con las
consecuencias de mayor desempleo y menores salarios
▪ 2) un aumento de los impuestos que también es una redistribución intergeneracional (injusta) en
contra de las generaciones jóvenes, que se verían afectadas por mayores tasas de interés y menos
inversión con las consecuencias de mayor desempleo y menores salarios
▪ 3) un default parcial de los beneficios definidos prometidos, aumentando la edad jubilatoria o
permitiendo un deterioro del poder adquisitivo de esos beneficios. En UK, por ejemplo, esto ocurre de
hecho con un sistema en el que los beneficios se ajustan por la inflación pasada mientras que los
salarios crecen en términos reales por productividad
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Sistema Previsional
▪ Esta última opción (la del default de los beneficios previsionales) es la menos injusta pero la mas inviable políticamente
porque los jubilados son muchos y además votan.
▪ Las primeras dos (más déficit o mas impuestos) son las mas factibles (pero injustas) puesto que los jóvenes tienen en
general una visión mas difusa del perjuicio que es el mayor déficit o los mayores impuestos (particularmente si son
aportes patronales o progresivos a los ingresos)
▪ Problemas adicionales (al envejecimiento poblacional de los desarrollados y a los dos problemas conceptuales
planteados en la slide 10) en los países emergentes:
▪ Jubilaciones otorgadas antes de la edad normal: la racionalización de excesos de empleo estatal muchas veces se ha
realizado otorgando una jubilación anticipada a los empleados despedidos, transfiriendo los problemas derivados de la
administración inadecuada del Estado desde otras áreas del sector público a los sistemas previsionales.
▪ Blanqueos o moratorias: la evasión de aportes previsionales ha sido incentivada por los recurrentes blanqueos que han
permitido regularizar aportes y acceder a una jubilación a muchas personas que nunca aportaron hasta edades cercanas
a su jubilación.
▪ Regímenes especiales: empleados y funcionarios públicos obtienen condiciones especiales (tales como un menor
número de años de aportes, jubilarse a una edad más temprana o jubilarse con la remuneración más alta de su carrera).
▪ Jubilaciones y pensiones graciables: se trata del otorgamiento de beneficios jubilatorios a individuos que nunca
aportaron, generalmente otorgados discrecionalmente por legisladores o funcionarios. Desincentivo a aportar
▪ Permisividad en la concesión de beneficios: los sistemas estatales se caracterizan por su desorden administrativo
(muchos países no llevan un registro preciso de los aportes realizados por cada aportante) y la legislación es permisiva en
la aceptación de comprobantes de aportes realizados. El resultado es la aprobación de un gran número de solicitudes
parcialmente fraudulentas
▪ Evasión

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Sistema Previsional
▪ Sea por populismo político, como es el caso latinoamericano, o por razones demográficas,
como es el caso europeo, los sistemas previsionales estatales están en crisis en todo el
mundo
▪ La idea central entonces pasa por diseñar sistemas “de capitalización” cuyos
beneficios sean proporcionales a los aportes realizados, al rendimiento de esos aportes y a la
expectativa de vida al momento del retiro. Además el beneficio jubilatorio no se determina
hasta el momento del retiro, fecha en que la expectativa de vida puede haber cambiado.
▪ Pero cualquier sistema estricto de capitalización de ahorros individuales excluye la posibilidad
de un componente distributivo. Es por ello que dentro de esta tendencia hacia sistemas de
capitalización, existen propuestas que difieren significativamente en cuanto al rol del Estado
como gestor de un sistema estatal complementario, de naturaleza solidaria
▪ Los sistemas previsionales reformados resultan finalmente una mezcla (en proporciones
variables, según el caso) de: 1) un primer pilar “solidario”, el los que el Estado asegura una
jubilación mínima, aportando la diferencia con lo que le correspondería la individuo por sus
aportes. Este pilar esta usualmente financiado por impuestos generales, 2) un segundo pilar
de aportes compulsivos capitalizables en cuentas individuales y 3) un tercer pilar, también de
capitalización individual, constituido por aportes voluntarios que exceden a los compulsivos

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▪ Capitalización dentro del sistema estatal: la reforma sueca
▪ Aprobada en 1994 manteniendo la gestión estatal como el centro de la seguridad social
▪ A partir de la reforma, las contribuciones personales al sistema estatal pasan a acumularse en
una cuenta “nocional” (en el sentido que no hay acumulación y separación de fondos
aportados, ya que el sistema requiere que los fondos que se recaudan financien los
beneficios ya concedidos) individual, cuyo saldo se indexa año a año por la inflación más un
rendimiento real
▪ Llegada la edad de retiro, los beneficios jubilatorios dependen del capital acumulado y de la
expectativa de vida al momento del retiro
▪ Para asegurar la solvencia de largo plazo del sistema (sin que sean necesarios aumentos en
los aportes), la clave es que el rendimiento real que acumulan los fondos aportados sea
equivalente al crecimiento real de los recursos recaudados por el sistema estatal
▪ Así es que el crecimiento de la masa salarial (número de aportantes multiplicado por valor
real de la remuneración promedio) debe coincidir con el factor de capitalización elegido. Con
el envejecimiento poblacional y la pobre evolución de los salarios reales, la tasa de
capitalización se estimó provisoriamente en 1,6% anual, pero los beneficios pueden ajustarse
en más o en menos según sea la tasa de crecimiento de los ingresos que finalmente se
verifique.

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Sistema Previsional
▪ Al calcular el valor de la pensión vitalicia dividiendo el capital acumulado por la
expectativa remanente de vida, permite que el retiro se pueda hacer en el momento
que la persona desee, a partir de los 61 años. En la medida que continúa trabajando,
la pensión vitalicia a la que se hace acreedor aumenta continuamente de valor. Este
elemento elimina el desincentivo a seguir trabajando, propio de la mayoría de los
sistemas de reparto que otorgan una jubilación fija a una edad fija o que no ajustan
las jubilaciones tardías por el justo valor actuarial que significa la postergación del
beneficio.
▪ El sistema sueco también contempla un pequeño sistema de capitalización privada:
de los 18.5 puntos de aporte total compulsivo, hasta 2.5 puntos pueden destinarse a
una cuenta individual en administradoras privadas. El rendimiento de estas cuentas
puede ser superior al rendimiento de los fondos acumulados en el Estado en la
medida que los bonos y acciones rindan más que 1,6% real anual.
▪ Finalmente el sistema sueco mantiene un componente solidario, al garantizar una
jubilación mínima. El Estado se compromete con fondos de rentas generales a aportar
la diferencia entre la jubilación mínima que fija la ley y la jubilación a la que la
persona tuviera derecho con los aportes realizados en el sistema estatal y el privado.
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Sistema Previsional
▪ Capitalización privada: el caso chileno
▪ Chile fue el país pionero en sancionar en 1980 una reforma previsional con la característica de capitalización
de las contribuciones compulsivas en cuentas privadas, pero con separación de fondos y administración por
empresas privadas. El Estado se reservó sólo un rol subsidiario, de regulación y supervisión del sistema de
AFP (Administradoras de Fondos de Pensión) y el financiamiento de pensiones mínimas. Transitoriamente
sigue administrando el viejo sistema de pensiones, hasta su extinción.
▪ Tal como en el sistema sueco, los beneficios jubilatorios dependen del monto acumulado al momento de
retiro, pero a diferencia de aquél, la capitalización de los ahorros durante la vida laboral se hace a una tasa
variable que depende del rendimiento que puedan obtener las AFP invirtiendo en acciones y bonos,
públicos o privados, incluso en el exterior. Llegada la edad de retiro, la persona puede usar el capital
acumulado para contratar una jubilación vitalicia con una empresa privada aseguradora de vida, de su
elección.
▪ Un problema particular que crea una reforma al estilo chileno son los descalces financieros, propios de una
transición de un régimen estatal a otro privado. Una vez que la reforma se puso en vigencia, las
contribuciones individuales dejaron de ingresar al sistema estatal y comenzaron a depositarse en cuentas
individuales en las AFP. El sistema estatal comenzó a generar un déficit financiero, mientras que las AFP
contaban con un excedente de fondos, equivalente a la pérdida de recursos estatales. Pero además de
perder las contribuciones corrientes (con excepción de las contribuciones de los asalariados que optaron
por permanecer en el sistema estatal -aproximadamente 25% del total de los aportantes- A partir de 1983
todos los nuevos aportantes a la fuerza laboral deben contribuir a una AFP privada), el Estado debía
también devolver paulatinamente las contribuciones que los individuos realizaron al sistema estatal hasta el
momento de la reforma, contribuciones que eran necesarias para capitalizar las cuentas individuales en las
AFP. Las contribuciones pasadas se reconocieron mediante un bono, que acumuló una tasa real del 4%
anual hasta el momento de la jubilación.
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Sistema Previsional
▪ Así el sistema estatal chileno perdió inicialmente las contribuciones individuales de
quienes se pasaron al sistema privado pero además tuvo egresos anuales posteriores - a
medida que los aportantes se iban retirando- por el pago de los bonos que reconocían
las contribuciones realizadas al sistema estatal hasta la fecha de la reforma. Mientras
tanto, el Estado tuvo que seguir enfrentando el pago mensual de los jubilados y
pensionados preexistentes (flujo declinante en el tiempo, a medida que los viejos
beneficiarios del sistema estatal fallecen). El déficit previsional que era 4,1% del PBI
antes de la reforma, aumentó a 8.4% del PBI en 1982 para declinar sistemáticamente
hasta 3.9% del PBI en 1998 y a una proyección estimada de 3.1% del PBI en el 2010.
▪ Uno de los argumentos principales a favor de reformas “privatizadoras” es que las
administradoras privadas pueden disponer de inmediato de fondos de largo plazo para
invertir en instrumentos de mercado, favoreciendo la baja de la tasa de interés, la
inversión y el crecimiento.
▪ Este argumento es por si solo falaz, ya que el mero traspaso de recursos del Estado a las
administradoras privadas no aumenta el total de ahorros sino lo cambia de manos.
▪ En realidad, si el Estado no introduce medidas compensadoras de su nuevo déficit, se ve
obligado a colocar deuda en el mercado por un monto equivalente a los fondos
excedentes de las administradoras de pensión, de tal manera que no se generan nuevos
ahorros disponibles para la inversión privada

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Sistema Previsional
▪ La reforma previsional favorece el crecimiento sólo si simultáneamente el gobierno adopta
medidas para compensar su nuevo déficit financiero, preferentemente medidas de reducción
de gasto público. El crecimiento económico chileno y el éxito de su reforma previsional
tuvieron mucho que ver con la aplicación contemporánea de una política fiscal austera, con
un superávit de rentas generales que le permitió reducir gradualmente la deuda previsional y
generar una mayor disponibilidad de ahorros para la inversión privada de largo plazo
▪ La reforma previsional chilena fue exitosa en aumentar la cobertura total del sistema de 53%
de la fuerza laboral en 1982 a 70% en 1997 (60% en las AFP, 10% transitoriamente en el
sistema estatal remanente).
▪ La cobertura no es mayor porque se registra una afiliación bajísima (5%) de los trabajadores
autónomos (que son 25% de la fuerza laboral), quienes no están obligados a contribuir. El
rendimiento de los portafolios manejados por la AFP ha sido en promedio del 11% real en los
primeros 20 años (9% si se mide neto de comisiones) y las jubilaciones del sistema privado se
estima que son 50% superiores a las del sistema estatal

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Sistema Previsional
▪ Capitalización híbrida: el caso argentino
▪ La reforma Argentina sancionada en 1994 es un ejemplo de reforma hibrida,
a mitad de camino, que combina (de una manera compleja) beneficios de
un sistema de reparto estatal y de un sistema de capitalización privada. En
este sistema convivieron -hasta que se realizó la re estatización del sistema
previsional- beneficios otorgados por el sistema estatal (a través del ANSES)
y por las administradoras privadas de fondos de jubilaciones y pensiones
(AFJP). De acuerdo con la reforma, una persona que ingresaba a la fuerza
laboral después de 1994 se hacia acreedor de:
▪ 1) un beneficio jubilatorio uniforme, la prestación básica universal (PBU),
monto fijo equivalente a un 28% del salario promedio de la economía,
beneficio a ser pagado por el ANSES, financiado por las contribuciones
patronales (16% del salario bruto) que acrecían exclusivamente al Estado.
▪ 2) una renta vitalicia, cuyo valor es estrictamente proporcional a los aportes
personales compulsivos (11% del salario) que acrecían a las AFJP y a los
rendimientos que estas obtenían.
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Sistema Previsional
▪ 3) Pero aquellas personas que al momento de la reforma ya hubieran
aportado al sistema estatal, perdieron años de aportes personales para la
capitalización privada. Mientras el sistema chileno reconoció la deuda por
aportes previos al sistema estatal a través de un bono pagable al momento
del retiro, la reforma argentina optó por conceder un beneficio adicional,
pagadero por la ANSES en adición a la PBU. Esta prestación compensatoria
(PC) reconoce 1,5% de la remuneración previa al retiro por cada año de
aportes realizados al Estado
▪ 4) El sistema argentino también permite la opción de permanecer
definitivamente en el sistema estatal de reparto, en cuyo caso también las
contribuciones personales acrecen al Estado y el individuo se hace acreedor
de una jubilación compuesta por la PBU más un componente relacionado a
los años de aporte y a la remuneración previa al retiro. El beneficio adicional
a la PBU se calcula como 0,85% de la remuneración previa al retiro por cada
año de aporte. Asi un aportante que aporta durante 35 años al sistema
estatal, se hará beneficiario de la PBU equivalente al 28% del salario
promedio mas un 29,75% de su remuneración previa al retiro.
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Sistema Previsional
▪ Causas del fracaso:
▪ 1) La adopción de un sistema privado de capitalización obligatoria se suponía que
disminuiría la evasión al convertir los impuestos al trabajo en un ahorro forzoso
en una cuenta personal. Pero los aportes que se transformaron de impuestos en
ahorro personal forzoso, fueron marginales frente al cúmulo de impuestos y
cargas patronales, y a los costos de cumplir con la legislación laboral y los
convenios colectivos de trabajo, todo lo cual se mantuvo vigente. Los incentivos
para la informalidad siguieron siendo abrumadores
▪ 2) El Estado no acompañó la reforma previsional con una política fiscal que le
permitiera compensar el desequilibrio previsional de la transición. El gran déficit
fiscal llevó a altísimas tasas de interés y a una dinámica perversa de la deuda que
terminó en el default del 2001, incluyendo los bonos públicos en cartera de las
AFJP (que habían sido obligadas a invertir hasta el 70% de los fondos
administrados en bonos públicos). La apropiación que hizo el Estado de los
ahorros de quienes aportaron a las AFJP y su posterior default hicieron que los
riesgos relativos del sistema estatal y el privado fueran a partir de 1998
prácticamente indistinguibles.

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Sistema Previsional
▪ Causas del fracaso (cont.):
▪ 3) La tercera razón es la escasa valoración que la población de menores
ingresos le atribuye a un sistema compulsivo de ahorro para la vejez. En la
pobreza o en los inicios de la vida laboral, la prioridad de ahorrar para la
vejez (frente a otras necesidades perentorias) es muy baja. Esto hace que se
acepten de buena gana empleos informales que mejoran la remuneración
de bolsillo sin cumplir con las obligaciones impositivas y laborales
▪ 4) La cuarta razón, fue la continuidad de un sistema estatal que mantiene
viva la expectativa de beneficios previsionales sin aportes suficientes. A
diferencia de Chile, donde el sistema de capitalización privado sustituirá
completamente al sistema estatal, en la Argentina subsiste con carácter
permanente un sistema estatal “solidario” que mantiene viva la posibilidad
de que el Estado, frente a un problema masivo de falta de cobertura, relaje
las condiciones para obtener una jubilación estatal. Esto generaba un
incentivo poderoso para evadir la compulsión de los aportes y especular con
que “el Estado proveerá”.

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Sistema Previsional
▪ Limitaciones de la capitalización privada
▪ 1) Los méritos atribuidos a estos sistemas de capitalización privada son su capacidad de generar
fondos de largo plazo para la inversión privada, jubilaciones superiores a las obtenibles en sistemas
estatales de reparto y mayores incentivos para que los individuos cumplan con la compulsividad
(menor evasión). Se trata de méritos relativos frente a la desastrosa experiencia de los sistemas
estatales
▪ 2) Incluso, estos méritos se materializan si y sólo si existe una política fiscal ortodoxa que acompañe a
las reformas privatizadoras. La disponibilidad de mayores fondos de largo plazo para la inversión y el
crecimiento dependerá críticamente de la eliminación de los desequilibrios fiscales generados por la
reforma. La experiencia argentina ilustra cómo los méritos relativos de la privatización de las
administradoras de pensión dependen críticamente del contexto fiscal en el que se realizan. Pero aún
en casos exitosos como el chileno
▪ 3) Ante todo es un sistema compulsivo, que no le deja opción al individuo de ahorrar para su vejez o su
invalidez en la magnitud y al ritmo de su preferencia. Queda así planteada la duda sobre la
superioridad de estas reformas “neoliberales” frente a una alternativa de liberar a los individuos de la
compulsión de los aportes y reducir a un mínimo las regulaciones sobre instituciones que compitan
por captar ahorros voluntarios para la vejez
▪ 4) Es un sistema excesivamente regulado y oligopolizado. Las comisiones son altas y las inversiones
son rígidamente pautadas para asegurar el financiamiento del déficit público o el financiamiento a
largo plazo del capitalismo nacional; las restricciones para invertir en el exterior son muy altas. Los
intereses concentrados de las administradoras privadas tienden a dominar las regulaciones frente al
interés difuso de millones de aportantes
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Sistema Previsional
▪ El objetivo final de los cambios a realizar en los sistemas previsionales debería ser una
eliminación del déficit previsional y una reducción substancial de la presión impositiva
▪ Para lo cual las reformas deben ser mucho más agresivas, siguiendo las siguientes
pautas:
▪ 1) Deberían jubilarse sólo quienes hayan ahorrado voluntariamente para la vejez y con
haberes que se correspondan estrictamente al esfuerzo de ahorro realizado, al
rendimiento de esos ahorros y a la expectativa de vida al momento del retiro. El sistema
de ahorro para la vejez o la invalidez debería ser voluntario y administrado por empresas
privadas mínimamente reguladas por el Estado.
▪ 2) El Estado debe abandonar el objetivo de un sistema previsional de cobertura universal
y limitarse a apoyar una atención en especie (geriátricos de atención mínima) para
aquellas personas que lleguen a la vejez sin ahorros propios ni apoyo familiar
▪ 3) El Estado no debería intervenir directamente sino contribuir financieramente al
esfuerzo solidario de organizaciones no gubernamentales. Es esencial que esta función
permanente del Estado sirva sólo para una atención mínima de última instancia, que
evite el comportamiento irresponsable de individuos que especulen con que “el Estado
proveerá”; y tampoco incentive a las familias y comunidades a deshacerse de la
responsabilidad que les cabe frente a sus mayores, cuando puedan afrontarlas.

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Sistema Previsional
▪ En definitiva, se trata de bajar la deuda previsional
▪ La deuda previsional está constituida por el valor presente de los beneficios
otorgados (que se extinguirán paulatinamente, por fallecimiento de los
beneficiarios) más el valor presente de los aportes de quienes aportaron al
sistema estatal, que deberían ser devueltos o deberían generar un beneficio
estatal proporcional a esos aportes.
▪ El costo del repago de la deuda previsional podría repartirse en principio entre:
▪ 1) los actuales jubilados, a través de una reducción del valor real de sus
beneficios;
▪ 2) los actuales aportantes prontos a jubilarse, cuyos beneficios jubilatorios sean
inferiores al valor de los aportes realizados;
▪ 3) por los aportantes jóvenes, en la medida que tendrán que pagar contribuciones
que alcancen para pagar la deuda previsional, mientras deben ahorrar por su
cuenta para su retiro o invalidez. Las generaciones jóvenes que recién ingresan a
la fuerza laboral quedarían exentas de las contribuciones previsionales. Para una
propuesta de esta naturaleza para el caso argentino, véase Reforma Previsional en
Argentina: Cómo compatibilizar equidad y crecimiento, CEP, Diciembre de 2003,
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