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Grupo: Biólogos San Andrés, 82 – 1º

Tema 19: Ley 34/2007. Calidad del aire. Redes. 15003 – A Coruña
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Tema 19. Ley 34/2007. Calidad del Aire.Gestión y Planificación. RD 100/2011

Índice
1. Contaminación atmosférica.............................................................................................................2
Clasificación de los contaminantes ................................................................................................................. 2
2. Calidad del aire ................................................................................................................................. 5
3. Relación entre emisión y calidad del aire .........................................................................................6
3. Origen normativo .............................................................................................................................9
4. Ley 34/2007 .................................................................................................................................... 10
5. Gestión y planificación ...................................................................................................................13
Real Decreto 102/2011, de 28 de enero, relativo a la mejora de la calidad del aire....................................... 14
6. Redes de vigilancia de la contaminación atmosférica. ................................................................... 15
Red de la Xunta de Galicia ............................................................................................................................ 16
Estaciones Fijas de la Rede de la Xunta de Galicia ..................................................................... 16
Estaciones Móviles de la Rede de la Xunta de Galicia................................................................. 17
Subred Industrial ........................................................................................................................ 17
Rede de Control de la Contaminación de Fondo. ........................................................................ 18
Otras Estacións. .......................................................................................................................... 18
7. Real Decreto 100/2011 ...................................................................................................................19

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1. Contaminación atmosférica
Según la definición de la Ley 34/2007, «Contaminación atmosférica» es la presencia en la atmósfera de
materias, sustancias o formas de energía que impliquen molestia grave, riesgo o daño para la seguridad o
la salud de las personas, el medio ambiente y demás bienes de cualquier naturaleza.

Clasificación de los contaminantes


Los gases contaminantes según su procedencia pueden ser de dos tipos: gases contaminantes “primarios”,
es decir, aquellos que proceden directamente de las fuentes de emisión, y gases contaminantes
“secundarios”, que se forman a partir de reacciones que implican a los primarios.

Figura 1: Origen de contaminantes

Otra clasificación importante se basa en la composición química y sus efectos.

Compuestos de carbono: CO, CO2, CH4, HCT ...


CO2: Es un gas común en la atmósfera, pero su excesiva abundancia puede ser letal. La actividad
volcánica suele producir la emisión de enormes volúmenes de este gas, en forma de emanaciones que
pueden llegar a ser letales. Otro efecto importante de este gas es el temido “efecto invernadero”, debido a
su acumulación en la atmósfera a gran escala, produciendo un “oscurecimiento” de la capa atmosférica
que permite la entrada de la radiación solar, pero no la salida del calor emitido por el terreno como
consecuencia de esta irradiación. Con respecto a su origen antropogénico, se emite como consecuencia
todos los procesos que implican combustión: a gran escala, en la obtención de energía eléctrica a partir de
combustibles fósiles, y en los vehículos de transporte.

CO: Es un gas muy poco común en la atmósfera natural, y que se forma como consecuencia de la
oxidación de metano (CH4) en reacciones fotoquímicas y en combustiones incompletas, especialmente
reacciones en atmósferas cerradas empobrecidas en oxígeno. Es mucho más letal que el dióxido de

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carbono. Una concentración de 0,25-0,50% de CO en el aire tiene efectos tóxicos. Se va eliminando por
su oxidación a CO2.

CH4: Es un contaminante primario de origen principalmente animal (excremento) y procesos de


descomposición orgánica. Su riesgo principal es por su reactividad y conversión en otros gases
precursores de efecto invernadero.

Compuestos de azufre: SO2, H2S, H2SO4 mercaptanos, sulfuros ...


SOx: Reciben esta denominación genérica los distintos compuestos resultado de la combustión de
compuestos sulfurados: SO, SO2, SO3, .... Son muy comunes como producto de la combustión de
combustibles fósiles. Su principal problema es que reaccionan con el agua, incluso con el vapor de agua
atmosférico, para dar origen a ácido sulfúrico, en áreas con gran actividad industrial o con tráfico muy
denso. La lluvia ácida es el más espectacular de los fenómenos asociados a este proceso. La otra fuente
importante de óxidos de azufre es la actividad volcánica.

Compuestos de nitrógeno: NO, NO2, NOx, NH3 ...


NOx: Al igual que los anteriores, se trata de distintos compuestos de nitrógeno originados durante
procesos de combustión a alta temperatura. El emitido en más cantidad es el NO, pero sufre una rápida
oxidación a NO2, siendo este el que predomina en la atmósfera. NOx tiene una vida corta y se oxida
rápidamente a NO3- en forma de aerosol o a HNO3 (ácido nítrico). Tiene una gran trascendencia en la
formación del smog fotoquímico, del nitrato de peroxiacetilo (PAN) e influye en las reacciones negativas
del ciclo del ozono con su formación y destrucción, tanto troposférico (formación) como estratosférico
(destrucción), así como en el fenómeno de la lluvia ácida. En concentraciones altas produce daños a la
salud y a las plantas y corroe tejidos y materiales diversos.

Óxido nitroso(N2O)
Es un gas inerte de la troposfera, su vida media es de unos 170 años. Va desapareciendo en la estratosfera
en reacciones fotoquímicas que pueden tener influencia en la destrucción de la capa de ozono. También
tiene efecto invernadero. Procede fundamentalmente de emisiones naturales (procesos microbiológicos en
el suelo y en los océanos) y menos de actividades agrícolas y ganaderas (alrededor del 10% del total).

Oxidantes fotoquímicos: O3, peróxidos, aldehídos


Ozono: El oxígeno triatómico se forma en la atmósfera (ozono troposférico) como consecuencia de
diversos procesos, bajo la acción de la energía fotoeléctrica; p.ej.:
NO2 + hv (menos de 310 nm)  O + NO
O + O2  O3
(hv: energía fotoeléctrica)
En concreto, se requiere siempre radiación ultravioleta de longitud de onda menor de 242 nm, para
descomponer la molécula diatómica de oxígeno, base de la formación de este gas. Se forma en grandes
cantidades cuando tenemos una radiación ultravioleta considerable, y una alta concentración de nitrógeno,
como la que puede llegar a darse sobre las ciudades como consecuencia de los fenómenos de
contaminación urbana (no confundir con el ozono de las capas altas de la atmósfera). Se trata, por tanto
de un contaminante secundario, cuyo efecto es oxidante, y por tanto, bastante agresivo con muchos seres
vivos a partir de determinadas concentraciones.

Los aldehídos son contaminantes secundarios, originados a partir de los hidrocarburos formados en la
combustión de gasolinas. Su efecto es irritante especialmente para los ojos.

Halógenos y compuestos halogenados: Cl2, HCl, HF, CFC

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Los compuestos de flúor son emitidos principalmente por las industrias de la cerámica, de aluminio y de
vidrio. Al reaccionar con el vapor de agua, se forma el ácido fluorhídrico, que es muy corrosivo. Los
compuestos de cloro son emitidos principalmente por la industria petroquímica, los procesos de
combustión de materiales plásticos u otros que contengan cloro. Los freones son gases que se utilizan
como propulsores de los aerosoles y en sistemas de refrigeración.

Compuestos orgánicos volátiles: CH4, hidrocarburos y otros


CH4: Es el más abundante, es un contaminante primario que se forma de manera natural en diversas
reacciones anaeróbicas del metabolismo. El ganado y las reacciones de putrefacción forman metano en
grandes cantidades. También se desprende del gas natural, del que es un componente mayoritario y en
algunas combustiones.
Desaparece de la atmósfera a consecuencia, principalmente, de reaccionar con los radicales OH
formando, entre otros compuestos, ozono.

Se considera que no produce daños en la salud ni en los seres vivos, pero influye de forma significativa en
el efecto invernadero y también en las reacciones estratosféricas. Los estudios realizados indican que la
gran mayoría del metano emitido a la atmósfera procede de cuatro fuentes, en proporciones muy
similares: la agricultura y ganadería, el tratamiento de residuos, el tratamiento y distribución de
combustibles fósiles y las emisiones naturales que tienen lugar, sobre todo, en las zonas húmedas.

Hidrocarburos, se forman como consecuencia de la combustión incompleta de gasolinas, y algunos tienen


demostrados efectos cancerígenos: benceno, butadieno.

Sales
La presencia de sales en la atmósfera ha de estar ligada, inevitablemente, a la presencia de abundante
agua, en forma de aerosoles. En concreto, las más comunes son las sales de origen marino, en el aire
cargado de gotitas de agua relacionado con la acción del oleaje. También deriva del uso de riegos de
control de contaminantes y lixiviados. Los aerosoles pueden influir sobre el clima de una manera doble.
Pueden producir calentamiento al absorber radiación o pueden provocar enfriamiento al reflejar parte de
la radiación que incide en la atmósfera. Por este motivo, no está totalmente clara la influencia de los
aerosoles en las distintas circunstancias atmosféricas. Probablemente contribuyen al calentamiento en las
áreas urbanas y siempre contribuyen al enfriamiento cuando están en la alta atmósfera porque reflejan la
radiación disminuyendo la que llega a la superficie.

Partículas
Las partículas que llegan a la atmósfera constituyen lo se suele denominar polvo en suspensión, o
partículas en suspensión (< 30 µm). Su efecto principal es el de oscurecimiento de la atmósfera, pero
tiene o puede tener, en función de distintos parámetros, efectos notables sobre la salud de los que lo
inhalan. Hay dos cuestiones a considerar en el caso de las partículas: granulometría de las partículas y
composición. En lo que se refiere a la granulometría, las partículas de polvo pueden tener tamaños muy
variables, en función de la energía que las sustenta. Las partículas de tamaños menores se mantienen
sistemáticamente durante periodos de tiempo más largos que las mayores. Las más pequeñas tienen
mayores “tiempos de residencia” en la atmósfera, aunque todas tienden a sedimentarse en cuanto la
energía de sustentación disminuye lo suficiente o cesa. Otra cuestión, que afecta especialmente a la salud,
es que las partículas de tamaño inferior a 10 m (partículas respirables) son capaces de alcanzar las
zonas más profundas del sistema respiratorio (pulmones), las de tamaño mayor suelen quedar retenidas en
el tracto respiratorias. Las menores, por tanto son susceptibles de causar mayores daños orgánicos. Por
ello se controlan dos tipos de partículas: PM10 donde son predominantes las de procesos mecánicos
industriales y las PM 2.5, que dentro de las anteriormente citadas, las más pequeñas y que en su mayoría
derivan de procesos de combustión, tanto de trafico como de procesos industriales.

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Las partículas de tamaños mayores tienen a depositarse con mayor facilidad, y se denominan partículas
sedimentables (> 30 µm). El principal problema que plantean es de suciedad, que puede combinarse con
otros fenómenos, como puede ser su alteración en contacto con el agua, generando compuestos de mayor
o menor toxicidad ambiental.

La cuestión composicional tiene también una gran importancia, puesto que algunas partículas pueden
producir efectos muy nocivos. Algunas de las enfermedades profesionales provienen de composición de
las partículas en suspensión: determinados asbestos pueden producir asbestosis, la sílice da lugar a
silicosis, el plomo produce saturnismo, el mercurio produce hidrargirismo, etc.

2. Calidad del aire


La calidad del aire viene determinada por la presencia en la atmósfera de sustancias contaminantes, que
pueden ser gases o partículas y aerosoles.

La normativa vigente en materia de calidad del aire establece unos niveles de contaminantes en la
atmósfera que no deben sobrepasarse. Las comunidades autónomas son las encargadas de dividir su
territorio en zonas de calidad del aire homogénea para evaluar dichos niveles.

Cada zona se evalúa mediante mediciones fijas realizadas en estaciones, o mediante otros métodos
estimativos: mediciones indicativas, utilización de modelos de calidad del aire

Las estaciones, según la Decisión 2001/752/CE de la Comisión, se clasifican, según el área a la que
representan en:
 Urbana: zona edificada continua
 Suburbana: zona continua de edificios separados combinada con zonas no urbanizadas
 Rural: las que no son urbanas ni suburbanas
Y, según las fuentes de emisión predominantes, en:
 Tráfico: situadas de tal manera que su nivel de contaminación está influenciado principalmente
por las emisiones procedentes de una calle/carretera próxima.
 Industria: ídem por fuentes industriales aisladas o zonas industriales.
 De fondo: no están influenciadas ni por el tráfico ni por la industria.

En función del resultado de la evaluación hay que tomar una serie de medidas para gestionar la calidad
del aire, siempre con el fin de mejorarla, o mantenerla en estado óptimo. En las zonas en las que se
producen superaciones de los valores límite u objetivo, se han de elaborar planes de mejora de la calidad
del aire. En ellos se adoptan una serie de medidas encaminadas a lograr unos niveles de contaminantes
por debajo de los objetivos legislados.

La evaluación de la calidad del aire se define como cualquier método utilizado para medir, calcular,
predecir o estimar las concentraciones de un contaminante en el aire ambiente o su depósito en superficies
en un momento determinado.

Con el objeto de realizar la evaluación de calidad del aire las autoridades competentes dividen su
territorio en zonas y aglomeraciones de calidad del aire equivalente. La calidad del aire en dos puntos es
equivalente cuando sus niveles de concentración sitúan a ambos puntos en el mismo intervalo de los
definidos por los parámetros de calidad establecidos en la legislación. Esto es, por debajo o por encima de
los valores límite y valores objetivo en la base de tiempo anual que corresponde a cada evaluación.

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Figura 2: Mapa de la red urbana gallega

Los objetivos de la evaluación de la calidad del aire son obtener información comparable sobre la
situación de la calidad del aire en todo el territorio nacional, suministrar información sobre las medidas a
tomar y su efecto y ofrecer información al público y a la Comisión Europea.

La evaluación se realiza mediante mediciones (continuas, indicativas o por campañas) de una serie de
estaciones que se consideran representativas de cada zona. En algunos casos la evaluación se realiza o
complementa mediante el uso de otras técnicas como puede ser la modelización, estimación objetiva etc...
La información anual sobre la evaluación de la calidad del aire ambiente de conformidad con las
Directivas europeas se presenta en el cuestionario, que sigue las especificaciones de la Decisión
2004/461/CE. En el mismo también se recogen las aportaciones debidas a fuentes naturales.

3. Relación entre emisión y calidad del aire


Desde los focos de contaminación se produce la mezcla y dilución de los contaminantes en el aire, dando
lugar a una distribución de la concentración de los mismos, variable tanto en el espacio como en el
tiempo.

La cantidad de contaminantes presentes en la atmósfera vendrá determinada por la diferencia entre los
lanzados y producidos en la misma y los que se eliminan a través de los procesos de autodepuración por
deposición, precipitación y absorción por el suelo, el agua y la vegetación. Estos procesos de
autodepuración atmosférica pueden causar acumulaciones excesivas de contaminantes en otros medios
(vegetación, suelos, lagos, etc.), incluso lejos del punto de emisión del contaminante producido por el
viento. La acumulación en zonas determinadas se manifiesta con grandes aumentos de la concentración
de contaminantes en un área más o menos extensa alrededor de focos contaminantes y pueden verse
forzados por las especiales condiciones topográficas de la zona, o por la localización de barreras
artificiales (edificios) que pueden favorecer la acumulación de contaminantes.

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En otros casos los contaminantes pueden alcanzar bastante altura e introducirse en las masas de aire que
forman las corrientes generales de vientos sobre la tierra, siendo arrastrados a muchos kilómetros de las
fuentes de emisión.

Influencia de los procesos meteorológicos en la contaminación atmosférica


La importancia de las condiciones meteorológicas en el grado de contaminación atmosférica se reconoce
observando las variaciones de la calidad del aire en una zona determinada de unos días a otros, aún
cuando las emisiones permanecen prácticamente constantes.

Las principales variables meteorológicas a considerar por su influencia sobre la calidad del aire son:
 el transporte convectivo horizontal, que depende de las velocidades y direcciones del viento; y
 el transporte convectivo vertical, que depende de la estabilidad atmosférica y del fenómeno de la
inversión térmica de las capas de la atmósfera.

Transporte convectivo horizontal. El viento, al transportar los contaminantes, produce su dispersión


horizontal y determina la zona que va a estar expuesta a los mismos. Por lo general, una mayor velocidad
del viento reducirá las concentraciones de contaminantes al nivel del suelo, ya que se producirá una
mayor dilución y mezcla.

No obstante, pueden producirse circulaciones cerradas de viento, como en el caso de las brisas del mar y
las de valle y montaña, en las que los contaminantes lanzados a la atmósfera se incorporan a la circulación
del viento con lo que se produce una acumulación progresiva de contaminantes, que da lugar a un
aumento de la concentración de los mismos en las zonas barridas por este tipo de vientos. Efectos
similares se producen cuando los vientos fuertes inciden perpendicularmente a las crestas montañosas, a
un valle o sobre los edificios altos; en estas condiciones, los efectos aerodinámicos de estos obstáculos
pueden tener consecuencias negativas para la dispersión de contaminantes, acumulándolos en
determinadas zonas.

Transporte convectivo vertical. El principal factor que determina el grado de difusión vertical de
contaminantes es la variación vertical de temperaturas en la atmósfera.

Podemos determinar la capacidad de difusión vertical de contaminantes comparando la variación vertical


de temperaturas de un estrato de aire atmosférico con el gradiente vertical adiabático del aire, que
corresponde a una variación de -1° C por cada 100 metros de altura.

De esta forma se obtienen tres clases diferentes de estabilidad atmosférica en el estrato, según que la
variación de la temperatura con la altura sea mayor, igual o inferior que la correspondiente al gradiente
vertical adiabático.
a. Si en la capa de aire la temperatura desciende con la altura bastante menos de un grado cada 100
metros, los movimientos verticales del aire están muy limitados por lo que hay poca o nula dispersión
vertical de contaminantes. En estas condiciones se dice que la clase de estabilidad atmosférica es del tipo
estable.
b. Cuando la temperatura del estrato desciende con la altura más de un grado cada 100 metros de
altura, la estabilidad atmosférica será del tipo inestable y los movimientos verticales del aire están muy
favorecidos difundiéndose los contaminantes verticalmente hasta donde alcance la inestabilidad.
c. Por último, tenemos el caso de la estratificación indiferente o nula, que se da cuando coinciden la
variación de temperatura del estrato con la del gradiente vertical adiabático. En estas condiciones la
dispersión vertical de contaminantes no está limitada.

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Cuando la temperatura del aire aumenta con la altura, aparece el fenómeno de la inversión térmica. Este
fenómeno produce una fuerte acción limitadora en la dispersión de contaminantes. La inversión de la
temperatura del aire se puede producir como consecuencia del enfriamiento del suelo, por la gran
irradiación de calor que se produce en las noches despejadas. El aire se va enfriando progresivamente
desde el suelo hacia arriba, produciendo una fuerte estabilidad atmosférica que impide la difusión vertical
de los contaminantes. La inversión térmica se forma durante la noche y suele desaparecer
progresivamente durante la mañana, cuando la radiación solar calienta de nuevo el suelo y éste a las capas
de aire que están en contacto con él.

Figura 3: Diagrama de flujo de gases en inversión térmica

Existen otros tipos de inversiones que, generalmente, se producen a más altura y que actúan como una
capa que limita la dispersión de contaminantes en sentido vertical, incrementando notablemente las
concentraciones de contaminantes en los estratos de aire que quedan bajo ellos.

Estos tipos de inversiones son las llamadas de subsistencia, que tienden a formarse en las áreas
anticiclónicas, y las inversiones frontales, producidas por la superposición de una masa de aire cálido
sobre una de aire más frío. Este último tipo de inversión suele tener por lo general una permanencia
escasa.

Un aspecto interesante de la contaminación atmosférica es el de la micrometereología urbana. Las


grandes ciudades crean a su alrededor un microclima propio, el efecto «isla urbana de calor», produciendo
un penacho térmico que tiene gran incidencia en la capacidad de difusión de los contaminantes urbanos.
A menudo, da lugar a la circulación de vientos locales que elevan el aire caliente del centro de la ciudad,
creando una corriente compensada de aire frío de la zona rural circundante que penetra en la zona urbana
a niveles bajos.

Las grandes ciudades alteran el clima urbano de muchas formas; por lo general la temperatura es superior,
hay menos viento, menos precipitaciones en forma de nieve, si bien las precipitaciones totales son
ligeramente superiores en la ciudad que en las zonas rurales circundantes. La radiación solar, y
especialmente los rayos ultravioletas, es más reducida en la ciudad como consecuencia del efecto pantalla
producido por la contaminación urbana.

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3. Origen normativo
La normativa sobre emisiones a la atmósfera ha estado basada hasta el año 2007 en la Ley 38/1972, de 22
de diciembre, de protección de ambiente atmosférico, la cual recogía un marco general para el control de
la calidad el aire y para la regulación de las fuentes emisoras. Si bien estaba diseñada para una
organización administrativa distinta a la actual, las principales medidas para la prevención y control de la
contaminación atmosférica ya estaban recogidas en ella y en la normativa que se desarrolló (Decreto
833/1975, de 6 de febrero y Orden de 18 de Octubre de 1976).

De esta manera los conceptos de autorización, notificación, controles de la contaminación, valores límite,
medios de difusión, monitorización y control por organismos internos y externos, información e
inventarios de emisiones ya estaban contemplados.

En el campo normativo, había habido una cierta evolución, principalmente derivada de la pertenencia a la
UE, principal impulsor de reglamentación que se fue incorporando paulatinamente a nuestro derecho
interno (Real Decreto 430/2004, de 12 de marzo, por el que se establecen nuevas normas sobre limitación
de emisiones a la atmósfera de determinados agentes contaminantes procedentes de grandes instalaciones
de combustión (GIC), y se fijan ciertas condiciones para el control de las emisiones a la atmósfera de las
refinerías de petróleo, Real Decreto 653/2003, de 30 de Mayo, sobre incineración de residuos, Real
Decreto 117/2003, de 31 de enero, sobre limitación de emisiones de compuestos orgánicos volátiles
(COV) debidas al uso de disolventes en determinadas actividades). En este sentido cabe destacar la
incorporación de la Directiva IPPC por medio de la Ley 16/2002, de 1 de Julio, que incorporaba varios
conceptos innovadores, como la integración de las diferentes autorizaciones ambientales o la aplicación
de las Mejores Técnicas Disponibles a las instalaciones más importantes desde el punto de vista de su
afección ambiental. La normativa básica quedó complementada con la promulgación de la Ley 34/2007,
de 15 de noviembre, de Calidad del Aire y Protección de la Atmósfera. Dicha Ley actualiza (y por lo
tanto deroga) la anterior Ley 38/1972 como norma básica de protección de la atmósfera, poniendo al día
los marcos jurídicos de los principales ámbitos en materia de atmósfera: calidad del aire y protección de
la atmósfera.

En el ámbito de calidad del aire, el régimen normativo se basa en el Real Decreto 102/2011, de 28 de
enero, que deroga toda la normativa anterior e incorpora en una única norma todas la Directivas europeas
en la materia y la Ley 34/2007.

En el ámbito de emisiones, la situación de partida era más compleja, puesto que se partía de diversas
normativas sectoriales (Real Decreto 430/2004 (GIC), Real Decreto 653/2003 (Residuos), Real Decreto
117/2003 (COV)) y, en su defecto, la norma básica de aplicación databa de 1975 (Decreto 833/75).

La Ley 34/2007 lista las actividades reguladas y establece una sistematización para su control y
seguimiento, elemento clave para el diseño, control y seguimiento de políticas, así como para el
cumplimento de las diversas obligaciones en materia de información a diferentes ámbitos europeos e
internacionales por parte del estado español.

Por otro lado, el empleo de grupos, supone la determinación del grado de intervención administrativa al
que están sometidas las instalaciones en las que se desarrollan dichas actividades, así como el nivel de
control por parte de la administración de sus emisiones y comportamiento ambiental.

Con esto objetivos en mente, y partiendo del CAPCA incluido en el anexo IV de la Ley 34/2007
compuesto por una primera parte basada en la clasificación SNAP empleada a nivel europea en el

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programa CORINAIR, y una segunda basada en el catálogo existente del Decreto 833/75, se procedió a
integrar ambos listados de actividades en uno único por medio del Real Decreto 100/2011.

Asimismo se han incorporado una serie de elementos básicos para su aplicación, que han permitido
derogar tanto el Decreto 833/75 como la Orden de 18 de Octubre de 1976, de manera que se actualiza
todo el régimen normativo general aplicable a las Actividades Potencialmente Contaminadoras de la
Atmósfera (APCA).

A nivel nacional, se ha incorporado la Directiva 2010/75/UE, de 24 de Noviembre, sobre emisiones


industriales, que se pretende aprovechar para integrar de una manera similar a lo realizado en el ámbito de
calidad del aire toda la normativa existente en materia de emisiones a la atmósfera en un único Real
Decreto 815/2013, de 18 de octubre, por el que se aprueba el Reglamento de emisiones industriales y de
desarrollo de la Ley 16/2002, de 1 de julio, de prevención y control integrados de la contaminación.

Con esta normativa, se consolida e integra la normativa básica estatal sobre emisiones a la atmósfera,
compuesta por la Ley IPPC (principales instalaciones abarcando el medio ambiente de manera general
aire, agua, suelo), la Ley 34/2007 (Ley marco sobre atmósfera), Real Decreto 100/2011 (clasificación
actividades contaminadoras de la atmósfera) y una futura normativa de regulación básica de los valores
límite de emisión y requisitos técnicos de las mismas. Mientras no sea publicado este decreto de valores
límites de emisión se tomarán en consideración los señalados en el Anexo IV del Decreto 833/75 para
aquellas instalaciones clasificadas como C (artículo 5.3 de Real decreto 100/2011) y podrá usarse como
referencia a las instalaciones A y B en tanto no exista ninguna normativa que establezca otros valores
límite de emisión.

4. Ley 34/2007
Esta Ley se estructura en siete capítulos. El primer capítulo incluye la distribución competencial entre las
distintas administraciones públicas. Establece determinadas obligaciones para los municipios con
población superior a 100.000 habitantes y las aglomeraciones (según esta Ley, a partir de 250.000
habitantes o según lo que defina la CCAA lo señala la ley 8/2002 de Galicia), como la de disponer de
instalaciones y redes de evaluación, informar a la población sobre los niveles de contaminación y calidad
del aire o elaborar planes y programas para el cumplimiento de los objetivos de calidad del aire. Se
establecen también las obligaciones de los titulares y la indispensable cooperación y colaboración
interadministrativa, así como el derecho de información del público. Por lo que se refiere a las
obligaciones de los titulares, la Ley las circunscribe a titulares de instalaciones en las que se desarrollen
actividades potencialmente contaminadoras de la atmósfera.

El capítulo II aborda las disposiciones relativas a la evaluación y gestión de la calidad del aire conforme
el modelo vigente en la normativa de la Comunidad Europea. En primer lugar habilita e insta al Gobierno
para que, con la participación de las comunidades autónomas, fije objetivos de calidad del aire y pueda
actualizar periódicamente la relación de contaminantes recogida en el anexo I.

Para la selección de nuevos contaminantes la Ley fija directrices:


1. Posibilidad, gravedad y frecuencia de los efectos; respecto a la salud humana y al medio ambiente en
su conjunto, deben ser objeto de especial atención los efectos irreversibles.
2. Presencia generalizada y concentración elevada del contaminante en la atmósfera.
3. Transformaciones medioambientales o alteraciones metabólicas que puedan dar lugar a la producción
de sustancias químicas de mayor toxicidad.
4. Persistencia en el medio ambiente, en particular si el contaminante no es biodegradable y puede
acumularse en los seres humanos, en el medio ambiente o en las cadenas alimentarias.
5. Impacto del contaminante:

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– importancia de la población expuesta, de los recursos vivos o de los ecosistemas,


– organismos receptores particularmente vulnerables en la zona afectada.
6. Se utilizarán preferentemente métodos de evaluación del riesgo.
7. Deberán tenerse en cuenta para la selección de los contaminantes los criterios pertinentes de
peligrosidad establecidos en virtud de la normativa de la Unión Europea. Esto enlaza con el Reglamento
REACH.

A continuación la Ley dispone cuándo y cómo las comunidades autónomas y las entidades locales, de
acuerdo con sus competencias, deben efectuar evaluaciones de la calidad del aire en relación con los
contaminantes a los que se refieren los objetivos de calidad del aire y establece que las comunidades
autónomas zonificarán su territorio según los niveles de contaminación identificados en las evaluaciones
antedichas. A su vez, en este capítulo, se estipula que la Administración General del Estado deberá
integrar las zonas para todo el territorio nacional y que la información utilizada para la zonificación
deberá ser tenida en cuenta por las administraciones públicas en relación con el urbanismo, la ordenación
del territorio y la tramitación de procedimientos de autorización de actividades e instalaciones.

El capítulo III contiene dos tipos de medidas que se enmarcan en el sistema de prevención y control de las
emisiones. Por una parte se habilita al Gobierno, con la participación de las comunidades autónomas, para
establecer valores límite de emisión para contaminantes y actividades concretas así como para fijar
obligaciones específicas respecto de la fabricación, comercialización uso y gestión de productos que
puedan generar contaminación atmosférica. Paralelamente se insta al uso de las mejores técnicas
disponibles y al empleo de los combustibles menos contaminantes.

En segundo lugar, la Ley perfecciona el régimen de intervención administrativa. A diferencia de lo


previsto en la Ley de Protección del ambiente atmosférico de 1972, en la que se establecía un catálogo
que incluía exclusivamente aquellas actividades potencialmente contaminadoras de la atmósfera sujetas a
un régimen de autorización administrativa o notificación, esta Ley arbitra un esquema con una filosofía
más operativa y flexible. Por una parte establece un catálogo de actividades potencialmente
contaminadoras de la atmósfera en el que se recogen todas aquellas fuentes cuyas emisiones
antropogénicas son estimadas para elaborar el inventario español de emisiones a la atmósfera. A
continuación, partiendo de este catálogo, la Ley específica cuales de las categorías de actividades del
mismo deben someterse a un régimen de intervención administrativa de las comunidades autónomas en
los términos que estas determinen.

El capítulo V de la ley está dedicado a la promoción de instrumentos de fomento de la protección de la


atmósfera. A tal efecto, esta ley identifica hasta cuatro ámbitos en los cuales la actuación pública puede
rendir importantes frutos y propone medidas al respecto. Estos cuatro ámbitos contemplados son:
 acuerdos voluntarios,
 sistemas de gestión y auditorías ambientales,
 investigación, desarrollo e innovación y
 formación y sensibilización pública.

El capítulo VI se ocupa de los aspectos relativos al control, la inspección, vigilancia y seguimiento para
garantizar el cumplimiento de esta ley. Por una parte atribuye a las comunidades autónomas y entidades
locales conforme sus competencias, la responsabilidad de la adopción de las medidas de inspección
necesarias y a los funcionarios que realicen la inspección el carácter de agentes de la autoridad. Este
carácter de agente de autoridad está fijado en Galicia desde la publicación de Ley 8/2002, de 18 de
diciembre, de protección del ambiente atmosférico de Galicia. En esta norma autonómica se pone en
manos de “personal al servicio de la respectiva Administración debidamente acreditado”, la realización de
la labor inspectora, este hecho no está así implantado en otras comunidades autónomas. En segundo lugar,

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establece un sistema español de información, vigilancia y prevención de la contaminación atmosférica


para que las Administraciones públicas dispongan de la información precisa para cumplir esta ley,
asignando su coordinación al Ministerio de Medio Ambiente y regulando cómo se abastecerá el sistema,
señalando particularmente la responsabilidad del Gobierno de elaborar los inventarios españoles de
emisiones y la de establecer reglamentariamente un Sistema Español de Inventario acorde con las
directrices y criterios comunitarios e internacionales vigentes. En tercer lugar incluye disposiciones
relativas a las estaciones, redes y otros sistemas de evaluación de la calidad del aire que deben disponer
las comunidades autónomas y a la información obtenida de las mismas.

El capítulo VII está dedicado al régimen sancionador. Un régimen que pretende ser coherente con el
enfoque integral e integrador de esta ley, con los principios que la inspiran, en particular los de quien
contamina paga y de prevención de la contaminación en la fuente y con el hecho particular de que los
efectos adversos de la contaminación atmosférica sobre el ambiente atmosférico ni son en gran parte de
las ocasiones reparables, ni sus causas son fácilmente identificables y cuantificables. Consecuentemente,
en el régimen sancionador de esta ley se concede especial relevancia a los aspectos relativos a la
prevención tanto en la tipificación de las sanciones, como en la graduación de las mismas.

De igual modo esta preocupación por la prevención también se refleja en la inclusión de un artículo
relativo a las medidas de carácter provisional, en el que se da la posibilidad al órgano auto-nómico de
adoptar este tipo de medidas para impedir la continuidad en la producción del riesgo o del daño, y de otra
disposición que habilita la ejecución subsidiaria y a costa del sujeto responsable de las medidas
preventivas y reparadoras que deba adoptar cuando se produzca una amenaza inminente de daño o se
haya producido un daño.

Evaluando el articulado plantea conceptos como la consideración de “actividad potencialmente


contaminadora de la atmósfera” (APCA), atendiendo al artículo 3 de la Ley 34/2007. Esta calificación
conlleva la inclusión de la actividad en el ámbito de dicha ley siempre que genere emisiones de
contaminantes atmosféricos, por lo cual está sujeta a las obligaciones y requisitos establecidos en la
misma o en su normativa derivada. La forma de establecer un mayor o menor requerimiento respecto al
control de la APCA, de forma análoga a como planteaba el Decreto 833/1975, es mediante la
clasificación de las diferentes actividades dentro del CAPCA como pertenecientes a uno de los Grupos A,
B o C, o no asignándola a ningún grupo.

La asignación a grupos de las diferentes actividades, que en principio supone una primera gradación del
control de las mismas, conlleva asimismo una gradación del régimen de intervención administrativa
(autorización o notificación) del conjunto de la instalación, el cual viene establecido por la APCA de
grupo más restrictivo (A y B implican autorización, C implica notificación).

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Como ya citábamos antes, las obligaciones de los titulares de instalaciones donde se desarrollen
actividades potencialmente contaminadoras de la atmósfera están establecidas de forma estricta en el
artículo 7 de la Ley 34/2007 que indica lo siguiente:

1. Sin perjuicio de aquellas otras obligaciones que puedan establecer las comunidades autónomas, los
titulares de las instalaciones donde se desarrollen actividades potencialmente contaminadoras de la
atmósfera recogidas en el catálogo que figura en el anexo IV, deberán:
a) Cumplir las obligaciones que se deriven de lo dispuesto en el artículo 13.
b) Respetar los valores límites de emisión en los casos en los que reglamentariamente estén
establecidos.
c) Poner en conocimiento inmediato de la comunidad autónoma competente y adoptar, sin demora y
sin necesidad de requerimiento alguno, las medidas preventivas necesarias cuando exista una amenaza
inminente de daño significativo por contaminación atmosférica procedente de la instalación del titular.
d) Adoptar sin demora y sin necesidad de requerimiento alguno y poner en conocimiento inmediato
de la comunidad autónoma competente, las medidas de evitación de nuevos daños cuando se haya
causado una contaminación atmosférica en la instalación del titular que haya producido un daño para la
seguridad o la salud de las personas y para el medio ambiente.
e) Cumplir con los requisitos técnicos que le sea de aplicación conforme establezca la normativa y,
en todo caso, salvaguardando la salud humana y el medio ambiente.
f) Cumplir las medidas contenidas en los planes a los que se refiere el artículo 16.
g) Realizar controles de sus emisiones y, cuando corresponda, de la calidad del aire, en la forma y
periodicidad prevista en la normativa aplicable.
h) Facilitar la información que les sea solicitada por las Administraciones públicas en el ámbito de
sus competencias.
i) Facilitar los actos de inspección y de comprobación que lleve a cabo la comunidad autónoma
competente, en los términos y con las garantías que establezca la legislación vigente.

Además, cabe señalar que el Real Decreto 100/2011, en su artículo 6, también especifica una serie de
obligaciones para los titulares de las actividades potencialmente contaminadoras de la atmósfera
contempladas en su Anexo que citaremos a continuación.

En el artículo 13.4 se fija el contenido mínimo de la autorización, con los apartados siguientes:

a) Los valores límite de emisión de los contaminantes, en particular los enumerados en el anexo I de esta
norma, que puedan ser emitidos por la instalación y en su caso los parámetros o las medidas técnicas que
los complementen o sustituyan.
b) Las prescripciones para reducir la contaminación a larga distancia o transfronteriza en su caso.
c) Los sistemas y procedimientos para el tratamiento y control, con especificación de la metodología de
medición, su frecuencia y los procedimientos para evaluar las mediciones.
d) Las medidas relativas a las condiciones de explotación en situaciones distintas de las normales que
puedan afectar al medio ambiente, como la puesta en marcha, fugas, fallos de funcionamiento, paradas
temporales o cierre definitivo.
e) El plazo por el que se otorga la autorización.

Esta ley también cita conceptos que en Galicia ya estaban en funcionamiento, como la fiscalidad
ambiental. En Galicia desde la publicación de la Ley 12/1995, de 29 de diciembre, del impuesto sobre la
contaminación atmosférica y el Decreto 29/2000, ambas normas en vigor aunque con diversas
modificaciones en su articulado y sus tasas, se aplica este impuesto a las emisiones atmosféricas de
dióxido de azufre o cualquier otro compuesto oxigenado del azufre y de dióxido de nitrógeno o cualquier
otro compuesto oxigenado del nitrógeno.

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5. Gestión y planificación
Los conceptos de Gestión y Planificación están muy ligados a la calidad del aire, partiendo del Capitulo II
de la Ley 34/2007, la gestión de la calidad del aire se sustenta en la definición de contaminantes a
controlar, su revisión cada 5 años y definir unos objetivos de calidad a alcanzar en España.

También se entiende por Gestión mantener y mejorar en lo posible la calidad del aire, tomando, en
situaciones de riesgos de sobrepasar los objetivos, las medidas para evitar o mitigar la contaminación.

Otro pilar básico de la Gestión es la Evaluación de la calidad del aire y la zonificación. Ambos conceptos
se desarrollan en el RD 102/2011.

La Planificacion es un concepto que nace en la Directiva Marco, Directiva 96/62/CE del Consejo, de 27
de septiembre de 1996, sobre evaluación y gestión de la calidad del aire. Se sostiene sobre la elaboración
de planes y programas para para la protección de la atmósfera y para minimizar los efectos negativos de
la contaminación atmosférica (art. 16 de la Ley 34/2007).

 Planes y programas Estatales


 Planes y programas autonómicos
a) De mejora de la calidad del aire para alcanzar los objetivos de calidad
b) De acción a corto plazo en los que se determinen medidas inmediatas y a corto plazo para las
zonas y supuestos en que exista riesgo de superación de los objetivos de calidad del aire y los
umbrales de alerta
 Planes y programas locales

En la elaboración y modificación se deberá garantizar la participación pública según la ley 27/2006.

Deberá también integrarse la protección de la atmósfera en políticas sectoriales, de forma que sea tenido
en cuenta en todas las actuaciones sectoriales los efectos sobre la atmosfera y la calidad del aire, desde las
fases de diseño y planificación de las actuaciones públicas.

Real Decreto 102/2011, de 28 de enero, relativo a la mejora de la calidad del aire.

En este punto es interesante hacer un estudio de este Real Decreto, por la dimensión que tiene en el
campo de la evaluación, ampliando los conceptos que se habían adelantado en la Ley 34/2007, actuando
como reglamento de aplicación de los capítulos relativos a la calidad del aire y definiendo con exactitud
los procedimientos para la definición de objetivos de calidad del aire que han de alcanzarse (excepto para
amoniaco), mediante una planificación y una toma de medidas adecuada, en las fechas que se fijan con la
determinación de los correspondientes valores límite u objetivo. En el mismo sentido fija los métodos y
criterios comunes para realizar la evaluación de la calidad del aire que, dependiendo de los niveles de los
contaminantes, deberá realizarse mediante mediciones, una combinación de mediciones y modelización o
solamente modelización y, en función de los resultados obtenidos en esta evaluación, fija los criterios de
gestión para lograr el mantenimiento de la calidad del aire o su mejora cuando sea precisa, conforme a los
planes de actuación que al respecto se adopten, incluyendo, asimismo, las medidas más severas previstas
para los episodios en que puedan ser superados los umbrales de alerta o información fijados.

Unificación de métodos en la toma de muestras y las técnicas analíticas y la transferencia de información


que debe suministrarse a la ciudadanía y las organizaciones interesadas, estableciendo también mediante
los cauces necesarios para dar cumplimiento a la Decisión 2004/461/CE relativa al cuestionario que debe
utilizarse para presentar información anual sobre la evaluación de la calidad del aire ambiente. De esta

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manera quedan determinados los formatos y la periodicidad que permiten un tratamiento de la


información de forma armonizada, con métodos y criterios comunes.

Se compone de 6 capítulos:

El Capitulo I versa sobre los conceptos generales sobre los que se apoya la mejora de la calidad del aire;
los objetivos de este Real Decreto, las definiciones y el reparto de competencia entre administraciones
son el punto de partida para el desarrollo posterior.

El Capitulo II hace referencia a la evaluación de la calidad del aire, de la cual es responsable la


administración autonómica y local. En este capítulo se determina el nivel de las medidas, cuando serán
obligatorias y cuando podrán utilizarse otros métodos. El propósito de control de las partículas más
pequeñas (pm 2,5) llega en este capítulo a través de la definición de colaboraciones entre
Administraciones para la realización de muestreos indicativos. Se observan tres secciones en este
capítulo, define cada una de ellas un grupo de evaluación, la sección 1 son sustancias con valores umbral
o valores límite. La sección 2, sobre ozono y sus precursores, estudia valores objetivo. Por último la
sección 3, dedicada al amoniaco porque se ha constado como una sustancia con gran presencia,
precursora de efecto invernadero y derivada de la actividad agraria y el tráfico.

El Capítulo III se plantea la gestión de la calidad del aire, ello se dirige a que conocido el estado de las
zonas o aglomeraciones, las medidas sean acordes a los objetivos buscados, bien sea partiendo de los
objetivos fijados a nivel europeo o los indicadores elaborados por cada administración, realizando
acciones de urgencia e informando a la población en caso de superación de cualquier umbral o se prevea
se vaya a superar.

El Capítulo IV fija los criterios a seguir en los planes de calidad del aire, ya sea para la mejora, la
coordinación con otras administraciones, los planes a corto plazo para evitar episodios de superación y la
contaminación transfronteriza. Partiendo del artículo 24, cuando en determinadas zonas o
aglomeraciones los niveles de contaminantes en el aire ambiente superen cualquier valor límite o valor
objetivo, así como el margen de tolerancia correspondiente a cada caso, las CCAA aprobarán planes de
calidad del aire para esas zonas y aglomeraciones con el fin de conseguir respetar el valor límite o el valor
objetivo correspondiente especificado en el anexo I (del propio Real Decreto). Y, en caso de superarse los
valores límite para los que ya ha vencido el plazo de cumplimiento, los planes de calidad del aire
establecerán medidas adecuadas, de modo que el período de superación sea lo más breve posible. Los
planes de calidad del aire podrán incluir además medidas específicas destinadas a proteger a los sectores
vulnerables de la población, incluidos los niños. Se prevé que cuando en una zona o una aglomeración
determinada exista el riesgo de que el nivel de contaminantes supere uno o más de los umbrales de alerta
especificados en el anexo I, las comunidades autónomas y, en su caso, las entidades locales, elaborarán
planes de acción que indicarán las medidas que deben adoptarse a corto plazo para reducir el riesgo de
superación o la duración de la misma.

En el Capitulo V se fijan los principios de actuación en la información, tanto a otras administraciones


como al público, la periodicidad en la actualización de los datos. La información al público, como se
destacaba en el Capítulo III, es especialmente importante y obligatoria en caso de existencia o previsión
de superaciones. En el artículo 28.4 se hace referencia al contenido mínimo de la información al público
ante la existencia de estos episodios.

El Capítulo VI, que se compone únicamente del artículo 29, hace referencia directa al régimen
sancionador que cita la Ley 34/2007, de calidad del aire y protección de la atmósfera; la Ley 14/1986,
General de Sanidad; y a la Ley 16/2002, de Prevención y Control Integrado de la Contaminación.

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Los anexos del Real Decreto contienen todas las prescripciones técnicas y los valores límite u objetivo, en
cada sustancia, con que son de aplicación al articulado.

6. Redes de vigilancia de la contaminación atmosférica.


La Red de Calidad del Aire de Galicia fue creado a partir de las redes que existían previamente, con el fin
de cumplir con lo dispuesto en los puntos 1 a 6 del artículo 9 de la Ley 8/2002 de Protección del
Ambiente Atmosférico de Galicia en lo que respecta la evaluación y protección de la calidad del aire
ambiente. En Galicia se vienen realizando mediciones de la calidad del aire ambiente sistemático con
equipos automáticos de principios de los años 90 a través de la antigua red de control industrial, integrada
hoy en la Red de Calidad del Aire.

El objetivo principal de la Red de Calidad del Aire de Galicia es verificar el cumplimiento de los
objetivos establecidos para la calidad del aire, establecer acciones para mejorar el mantenimiento de la
calidad del aire en las zonas donde existe la necesidad de mejorar y evaluar los resultados con su
aplicación, todo para la vigilancia de la salud humana y la protección de los ecosistemas .

En los últimos años, llevado a cabo mejoras continuas en la Red de Calidad del Aire de Galicia
encaminadas a que representa todo el territorio gallego, la calidad del aire por zonas y equivalente en que
las estaciones que cumplen los criterios son macro y microimplantación para ser utilizado con los
objetivos de protección de la salud humana y la vegetación.

La red pretende obtener datos representativos a lo largo del día sobre diversos contaminantes del aire con
el fin de ser capaz de evaluar la calidad del aire en todo el país gallego. La información de las diferentes
estaciones de la Red de Calidad del Aire, verificados e interpretados para someterla a más análisis
estadístico requerido para cumplir con los requisitos de las directivas, reglamentos y convenios
internacionales españoles existentes en este sentido.

Los datos de las estaciones de medición, en cooperación con los datos meteorológicos registrados por
MeteoGalicia sirven actualmente para llevar a cabo modelos de simulación de los contaminantes del aire,
para mejorar la recopilación de datos representativos de la calidad del aire.

Como se detalla más adelante, la Red de Calidad del Aire de Galicia consiste en estaciones de pública fija
y móvil y la propiedad privada de monitoreo. La Red de Calidad del Aire de Galicia se compone de
diferentes tipos de estaciones: urbano, industrial, rural y de fondo. Estas estaciones cumplen funciones
diferentes, dependiendo de su situación y de las personas que representan. Se hace un gran esfuerzo por
parte del personal de la red, por lo que las estaciones privadas y estaciones públicas para proporcionar
información relativa a la calidad del aire con los mismos estándares de calidad, exigidos por la normativa.

Red de la Xunta de Galicia


Las estaciones que conforman esta red es gestionada y mantenida por la Xunta de Galicia, que es su
propietario.
Se compone de estaciones fijas y móviles.

Estaciones Fijas de la Rede de la Xunta de Galicia


Estas estaciones cumplen con los criterios de macro y microimplantación indicados anteriormente y se
encuentran sobre todo en las aglomeraciones de más de 50.000 habitantes. Los datos obtenidos por estas
estaciones, uno cada diez minutos para cada parámetro se reciben en tiempo real en MeteoGalicia, y se
muestran también con validación automática preliminar y en tiempo real en el sitio web de la Calidad del
Aire de MeteoGalicia :
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http://www.meteogalicia.es/Caire
El personal de la red es responsable de la validación de estos datos. La validación de los datos es para
eliminar las medidas equivocadas, debido a averías en el equipo o mantenimiento, calibración y
verificación de los sensores , de modo que los datos visualizados en tiempo real en el sitio web debe ser
muy informativos; por qué los datos se muestran en tiempo real, junto al flag t (temporal ) .

Las estaciones pertenecientes a la red fija de la Xunta de Galicia y su ubicación, se muestran en la


siguiente tabla:

Estaciones Móviles de la Rede de la Xunta de Galicia


Las unidades móviles se utilizan para complementar la red existente de estaciones fijas y como medida de
control para situaciones excepcionales, por ejemplo en el caso de incendios o accidentes singulares con el
fin de controlar la calidad del aire y verificar la existencia de excesos que puedan poner en peligro la
salud de la población.

Con el fin de evaluar los niveles en tiempo real de los principales contaminantes en cualquier punto del
territorio gallego, desde marzo de 2009, la Secretaría General de Calidad y Evaluación Ambiental de la
Xunta de Galicia tenía una unidad móvil autopropulsada que sustituye a la anterior unidades móviles que
a partir de estos momentos se convierten en unidades fijas en las zonas rurales de Galicia.

De las tres unidades móviles viejas, llamadas Rías Altas Rías Baixas móvil y móvil Miño-Limia, dos
están haciendo campaña desde hace tiempo en Ponteareas y Carballiño. El móvil de las Rías Baixas,
situada en Arzúa se dio de baja y se retiró en diciembre de 2014.

Estas unidades móviles antiguas se deben mover usando un camión grúa, por lo que su instalación y
desinstalación no es simple. Los datos obtenidos por estas estaciones están disponibles en el sitio web
http://www.meteogalicia.es/Caire tiempo real con previa validación automática desde septiembre de
2011, y los datos validados, así como los informes estadísticos mensuales también están disponibles el
público.
La unidad móvil autopropulsada permite el desplazamiento más rápido hacia los lugares y las zonas
anteriores de mayor dificultad orográfico, con menos necesidad de la instalación y la ubicación. Incluye
sensores automáticos que miden la respuesta en tiempo real continua y para los parámetros siguientes:
SO2 , NO, NO2 , NOx , CO , O3 , partículas en suspensión PM10 , PM2.5 y PM1 , BTX y diversos
parámetros meteorológicos : temperatura , dirección del viento , velocidad del viento , precipitaciones ,
presión atmosférica , humedad relativa y radiación solar.

La estación móvil tiene un sistema de adquisición de datos que recopila, administra y transmite la
información a la Central de Procesamiento de Datos ( CDP) , que proporciona información en tiempo real
a la Consellería, que se utiliza como base para el cálculo los medios de comunicación de datos, horarios y
diarios

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Subred Industrial
Como se establece en el párrafo 4 del artículo 9 de la Ley 8/2002, sobre la protección del medio ambiente
atmosférico, en algunos casos, después de una decisión motivada, la administración pública gallega podrá
requerir a los titulares de las instalaciones la implantación de redes y estaciones vigilancia de inmisión de
las sustancias que emiten y que abarcan el contorno de su planta. Por lo tanto, las principales instalaciones
industriales de nuestra comunidad, que por sus procesos de producción es probable que afectar a la
calidad del aire de su entorno, tienen sus propias redes para controlar la calidad del aire con el fin de
cumplir con los requerimientos de sus autorizaciones Ambiental Integrada. Esta red fue la primera en
establecerse y es gestionada por las empresas asociadas a cada estación, en cooperación con la
consellería.

Actualmente, todas estas subredes tienen analizadores automáticos que envían sus datos a los
administradores en tiempo real de la Red de Calidad del Aire. Cada mes, también envía los datos
validados y cuando se producen averías o incidentes que causan la pérdida de datos, alertar al personal de
la red. Los datos obtenidos por las subredes industriales deben ser validados por las propias industrias, ya
que ellos son los que saben cuando se producen averías o cuando tienen visita del mantenedor de las
estaciones para llevar a cabo el mantenimiento y calibración necesarios, pero antes de su publicación,
siempre reciben la aprobación de los administradores de la red

Rede de Control de la Contaminación de Fondo.


También en territorio gallego hay, situado en los municipios de O Saviñao ( Ribeira Sacra - Lugo ) y Noia
(A Coruña ), dos estaciones de monitoreo de la contaminación residual o de fondo , destinados a la
evaluación de la calidad del aire en zonas remotas de centros urbanos y las industrias para evaluar el
impacto de la actividad humana sobre los ecosistemas y de la vegetación . Estas estaciones son
gestionados por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino español y es parte de una red de
vigilancia de carácter europeo ( la red EMEP / BAPMON ) , cuyo objetivo es cumplir con los objetivos
de los programas de EMEP ( Observatorio Europeo del Programa de Evaluación) y CAMP ( Integral
Programa de Vigilancia atmosférica ), perteneciente a los Acuerdos internacionales de Oslo y París. Toda
la información sobre el programa EMEP se encuentra disponible en su página web
(http://www.emep.int/).

Esta red supervisa los niveles de contaminación del aire troposférico residual o de fondo con el fin de
estudiar sus efectos sobre el medio ambiente y protegernos. Se busca determinar los niveles de
contaminación de fondo en la región y evaluar las fuentes de emisión de transporte de largas distancias.

Los parámetros analizados en estas estaciones son el dióxido de azufre ( SO2) , dióxido de nitrógeno
(NO2 ) , óxidos de nitrógeno totales (NOx) , partículas menores a 10 micras . ( PM10 ) , partículas
menores de 2,5 micras ( PM2,5 ) , el sulfuro de hidrógeno (H2S ) y el ozono (O3 ) .
Los resúmenes estadísticos anuales se envían a LMAG por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y
Medio Ambiente en marzo de cada año .

Otras Estacións.
En el territorio existen gallego, además de éstas, otras estaciones que controlan la calidad del aire,
dependientes de otros organismos públicos y privados. La Universidad de La Coruña, por ejemplo, tiene
estaciones de medición que recogen datos sobre la calidad del aire que se utilizan posteriormente en la
investigación, pero no utilizados a los efectos de información a la población.

La gestión de la calidad del aire es también una prioridad dentro de la política ambiental municipal, por lo
que algunos municipios, como en los casos de los municipios de A Coruña y Ourense, tienen sus propias

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estaciones que miden la calidad del aire. El Ayuntamiento de A Coruña ha estado operando dos
estaciones automáticas urbanos: Santa Margarita y Pablo Iglesias.

En su página web http://www.coruna.es/ municipal, publica informes y gráficos semanales y mensuales


con los resultados de los contaminantes evaluados. La ciudad de Ourense, a su vez, supervisa el estado de
la calidad del aire como parte de los objetivos de mejora establecidos en la Agenda 21, con la ayuda de
una estación de medición.
Otras redes son privadas, como las que encuentran en Puertos del Estado en A Coruña, destinadas al
monitoreo de la calidad del aire en el entorno portuario y también de carácter local.

7. Real Decreto 100/2011


Según el sentido literal del artículo 1, que se refiere al objeto de la norma como la actualización del
catálogo de actividades potencialmente contaminadoras de la atmósfera contenido en el anexo IV de la
Ley 34/2007, de 15 de noviembre, de calidad del aire y protección de la atmósfera, este Real Decreto
establece un marco homogéneo común respecto a las mínimas medidas de control para su aplicación, de
especial importancia en aquellas CCAA que no hayan llevado a cabo un desarrollo propio.

Este Real Decreto se corresponde con el concepto de normativa básica, y recordando que la aplicación y
el desarrollo normativo está en manos de las comunidades autónomas, y cita explícitamente la posibilidad
de establecer criterios de cambio a grupos más restrictivos para las actividades potencialmente
contaminadoras en los mencionados planes de mejora de la calidad del aire aprobados por las
comunidades autónomas, por lo que siempre conviene comprobar si la instalación se encuadra en el
ámbito de aplicación de alguno de estos planes y sus implicaciones.

Otro punto importante de este Real Decreto es el nuevo catálogo, presente en el Anexo CAPCA 2010, que
unifica el catalogo en un listado basado en la citada clasificación SNAP presente en la Ley 34/2007, pero
desagregada en un nivel adicional para permitir el uso de umbrales o un mayor detalle en la definición de
las actividades. De esta manera, se incluyen todas las actividades potencialmente contaminadoras de la
atmósfera de origen antropogénico, que se consideran en el inventario nacional de emisiones, tratando de
esta manera de garantizar la universalidad de la aplicación de la norma.

Tras la creación de este catalogo, se busca la aplicación lo más general y por ello en el artículo 2 se
definen algunos conceptos empleados en el establecimiento de umbrales para la asignación a grupos
como potencia térmica nominal, capacidad de producción, capacidad de consumo de disolventes y
capacidad de manipulación de materiales, así como el concepto de actividad asimilable, que incluye a
aquellas actividades no incluidas específicamente pero susceptibles de generar contaminación atmosférica
al tener procesos o emisiones asimilables a las de actividades sí consideradas. Identifica asimismo el
concepto de núcleo urbano utilizado en los criterios de distancia, restringiéndolo exclusivamente a las
áreas residenciales.

Esta norma ha sido creada para encontrar una correlación entre APCA y foco. Las emisiones canalizadas
que tengan lugar en una chimenea pueden estar originadas en varias actividades potencialmente
contaminadoras de la atmósfera y viceversa, una APCA puede tener varios focos. De esta manera, se
clasifican todas las actividades potencialmente contaminadoras de la atmósfera individualmente y por
otro lado se establecen los controles.

El concepto de instalación describe un complejo completo, pues abarca “cualesquiera actividades


directamente vinculadas que guarden relación de índole técnica y puedan tener repercusiones en las
emisiones”. Incluye asimismo las instalaciones móviles o transportables. Por tanto, el caso en que se

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prevean varias ubicaciones (por ejemplo, una planta de hormigón móvil), de acuerdo al artículo 13 de la
Ley 34/2007, están sometidos a autorización de la comunidad autónoma los distintos traslados.

Estamos pues antes una norma que cubre todas las posibilidades antes un riesgo a la atmosfera, tanto
desde un punto de vista de prevención y control, como en la vertiente de autorización administrativa.

En el artículo 6 se describen las obligaciones de los titulares en relación a las emisiones y su control, en
primer lugar concreta las disposiciones generales de la LCAPA respecto a que se han de minimizar las
emisiones, tanto en relación a las emisiones difusas como a las canalizadas.

Igualmente y con carácter general se precisa que los titulares de instalaciones afectadas han de atender (en
relación al control de sus emisiones, canalizadas y no canalizadas), a lo dispuesto al respecto bien en la
propia autorización, bien en normativa específica cómo puede ser el Real Decreto 430/2004 sobre
Grandes Instalaciones de Combustión, el Real Decreto 117/2003 sobre uso de disolventes o el 653/2003
sobre incineración de residuos, o por último en lo que precisen las CCAA. En el caso de que la instalación
esté sometida al régimen de autorización, en la resolución de autorización se fijarán las condiciones y
periodicidades de los controles externos e internos a realizar para el seguimiento de las emisiones de la
instalación. En los casos de instalaciones que no precisen del trámite de autorización sino que estén
sometidas a la notificación el régimen de controles externos e internos estará fijado por lo recogido en la
normativa de aplicación, así como lo que pudieran precisar al respecto las CCAA en los planes de calidad
del aire. Se ha previsto, en para aquellas instalaciones sometidas a notificación que no tengan
requerimientos a este respecto en la normativa aplicable ni conforme a los planes de calidad, una
periodicidad mínima de realización de controles externos de las emisiones de cada 5 años, dejando a
criterio de la administración, el permitir que en aquellos casos en los que no sea técnicamente posible
medir, o la contaminación no sea sistemática (entendida como que esta se produce durante un periodo de
tiempo igual o superior al 5 % del tiempo de funcionamiento de la instalación) dichos controles externos
no se lleven a cabo.

Finalmente y considerando la mayor afección potencial de la atmósfera de las actividades adscritas al


grupo A, se faculta a las administraciones competentes, bien porque así lo exija la normativa aplicable
(como sucede en el RD 430/2004 o en el RD 653/2003) bien porque así se fije en las disposiciones de la
resolución de la autorización, para exigir a los titulares de las instalaciones con actividades dentro del
grupo A que controlen en continuo tanto las emisiones, como los niveles de calidad del aire.

Se pretende establecer un mínimo de homogeneidad y requisitos respecto a los controles de las emisiones.
Para ello se ha tomado como referencia la norma UNE-EN 15259:2008, “Calidad del aire. Emisiones de
fuentes estacionarias. Requisitos de las secciones y sitios de medición y para el objetivo, plan e informe
de medición” que será el estándar de referencia a la hora de plantear la metodología y sistemática del
control de emisiones en ausencia de otras disposiciones al respecto. Este referente no se limita al
contenido del informe sino que se extiende a la disponibilidad de puntos de muestreo válidos, existencia
de escaleras y puntos de acceso, etc. Todo ello siempre y cuando no se haya prefijado de otro modo en la
autorización o venga determinado por la normativa sectorial.

La Ley establece que, de cara al control y seguimiento de las emisiones, en la autorización se pueden
establecer medidas técnicas o alternativas a la medición de contaminantes en la emisión a la atmósfera.
Atendiendo a dicha disposición y buscando un mayor compromiso a la hora de evaluar el cumplimiento
de las instalaciones, los informes y en general todo el planteamiento del control, no se pretende que se
limite a verificar si unos valores medidos resultan o no superiores a un cierto valor límite sino que se debe
ir más allá e intentar obtener una verificación respecto al cumplimiento de los condicionados incluidos

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Grupo: Biólogos San Andrés, 82 – 1º
Tema 19: Ley 34/2007. Calidad del aire. Redes. 15003 – A Coruña
www.laacademia.info Normativa Telf. 981 91 60 60

tanto en la autorización como respecto a lo que le sea exigible en materia de atmósfera a la instalación en
las diferentes normativas.

El registro de la información, que ya era una obligación de la Ley 27/2006, por la que se regulan los
derechos de acceso a la información, de participación pública y de acceso a la justicia en materia de
medio ambiente, se ve reforzada en este Real Decreto a través del artículo 8, que incide en la obligación
de información al órgano ambiental, según los criterios que sean fijados y el mantenimiento durante 10
años de los datos. En la disposición final segunda se cita la coordinación entre comunidades autónomas y
homogenización con el Reglamento europeo E-PRTR del Real Decreto 508/2007. Esto en Galicia ya está
perfectamente implementado en los registros ambientales PRTR-Galicia y REGADE-Capca.

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