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Guía de trabajo:
Versión (1/2/3) 2
2. Lectura básica
AUTOR LIBRO
Olivia Román Arnez, 2008 Diagnóstico de la participación política y
Liderazgo de Mujeres indígenas en América
Latina
CIPCA, 2011 Mundos Rurales, Revista de opinión, análisis y
propuesta
Coordinadora de la Mujer, 2006 La Participación de la mujer en la historia de
Bolivia
Carmen Elena Sanabria Salmón, Mercedes Detrás del cristal con que se mira: Mujeres
Nostas Ardaya, 2009 Chiquitanas, órdenes normativos e
interlegalidad
¿Cuáles son los principales obstáculos o barreras por los que tuvieron que atravesar las mujeres
indígenas chiquitanas para lograr empoderarse y poder dar lugar a la formación de sus propios espacios
de liderazgos?
HIPÓTESIS
OBJETIVO GENERAL
OBEJETIVOS ESPECIFICOS
Identificar las principales barreras que dificultan una mayor participación política de las mujeres
en cargos estratégicos y de toma de decisiones
Identificar y analizar los factores que posibilitan el empoderamiento de las mujeres indígenas
chiquitanas.
Conocer en que espacios de toma de decisiones son tomadas en cuenta las mujeres.
Determinar las razones del porque las mujeres deciden organizarse en espacios propios para
garantizar el empoderamiento y el ejercicio de sus derechos
4. Hacer una estructura del texto sobre el tema que vamos a desarrollar
INTRODUCCION
CAPITULO I
1.1. Antecedentes
1.2. Principales problemas para las mujeres chiquitanas en la construcción de sus liderazgos para
ocupar espacios de toma de decisiones
CAPITULO II
3. Conclusiones
4. Bibliografía
5. Anexos
INTRODUCCIÓN
CAPITULO I
1.1. Antecedentes
En Bolivia, la participación de las mujeres en la toma de decisiones tuvo una larga historia de luchas y
obstáculos en diferentes espacios políticos, y sociales, probablemente la mayor lucha fue su
reconocimiento como ciudadanas de derecho, en donde por primera vez podían ejercer su derecho a
votar por sus representantes, aunque ellas mismas no podían ser postulantes. Consecuentemente, las
luchas de las mujeres fueron aumentando en la búsqueda de la ampliación de sus participaciones en
espacios de toma de decisiones. Como un ejemplo claro de los espacios obtenidos por mujeres en la
historia, tenemos: Los clubs de madres, quienes tenían como principal objetivo la gestión de todo lo
referente a la economía del hogar. En la chiquitania también podemos encontrar los llamados clubs de
madres.
Según el libro Detrás del Cristal con que se mira, las funciones de estos clubs en la chiquitania estarían
en decadencia con relación a las funciones que tendrían, quedándose simplemente en la organización y
distribución de los alimentos en fiestas comunales o barriales.
A pesar de que inicialmente los clubs de madres en la chiquitania fueron considerados como una forma
de organización para las mujeres, esta estaba ligada fuertemente a los roles tradicionales de género, por
lo que cualquier participación de la mujer en el ámbito público se limitaba en el cuidado para los otros,
más que para ellas mismas. Esta situación de relegamiento de la mujer fueron las que incentivaron a las
mujeres en la búsqueda de nuevas esferas de participación, en donde pudieran expresar sus opiniones.
El siguiente paso importante en la historia de la participación política de la mujer chiquitana se dio con
el ingreso por primera vez de las mujeres en los directorios comunales y centrales de la Organización
Indígena Chiquitana, llegando hasta la Organización Matriz. Aunque inicialmente su participación se
concentraba meramente en ser oyentes, posteriormente se abrieron espacios como Vocales, Secretarias
de Actas o Tesoreras. Sin embargo, aun cuando las mujeres ya se encontraban asumiendo cargos no
lograban que se discutan y menos atiendan las necesidades propias de las mujeres; y luego de una larga
lucha el 2002 por presión de las mujeres se logra crear la primera Secretaría de Genero en la Central
Indígena de la CCIC en Concepción a cargo de la señora Maria Chacon, junto a otras dos centrales en
Lomerío y San Javier, posterior a eso se crea en la OICH una Secretaría de Género a cargo de la señora
Beatriz Tapanache, quien emprendió junto a otras mujeres la labor de promover la creación de las
secretarias de género en las Centrales Indígenas1.
“La secretaría de Género es un espacio que las chiquitanas abrieron al interior de las centrales
intercomunales, contando con el apoyo de ONG y mediante una estrategia de apropiación de los
discursos y políticas públicas de género” (Sanabria & Nostas, 2009, p. 214).
Las secretarías de genero les ofrecieron a las mujeres chiquitanas la oportunidad de tener voz y voto
dentro de las organizaciones indígenas mixtas; sin embargo, la importancia que se le daba a esta cartera
dentro de las organizaciones era en gran medida de poca relevancia, limitando a las mujeres a una
posición considerada “femenina”, excluyendo a las mujeres solo en puestos que eran considerados
exclusivamente para mujeres según sus roles domésticos dentro del hogar.
“…las mujeres campesinas e indígenas que participaban en las estructuras de las organizaciones mixtas,
hasta hace algunos años atrás, no accedían a cargos de decisión como la Presidencia, la Secretaría
General o el Comité Ejecutivo” (CIPCA, 2011, p. 13).
Del mismo modo que en las secretarías de género, los posteriores cargos en los que se podía ver
comúnmente a las mujeres chiquitanas eran los de hacienda, salud, educación, género y las vocalías.
Todas estas posiciones dentro de las organizaciones desde la perspectiva de los hombres estaban ligadas
a áreas en las que las mujeres se desenvolvían dentro del ámbito familiar.
1.2. Principales problemas para las mujeres chiquitanas en la construcción de sus liderazgos para
ocupar espacios de toma de decisiones
Se puede considerar que este problema se subdivide en tres dimensiones, personal, político y
económico. En el primer caso, se puede considerar que la baja autoestima y las inseguridades que el
entorno familiar le genera a las mujeres indígenas les afecta a la hora de ejercer protagonismos en
espacios de participación fuera del hogar; en el segundo caso, podemos encontrar la desigualdad e
inequidad a la hora de ejercer posiciones estratégicas de liderazgo en espacios como las organizaciones
indígenas; por último, en el tercer caso, se puede comprobar que las limitaciones que tienen las mujeres
para generar sus propios recursos económicos las restringe en su autonomía y decisiones.
Con respecto a esto, podríamos dividir este problema en cinco dimensiones o niveles: a) personal, b)
familiar, c) comunal, d) político y e) económico.
a) En el ámbito personal, las relaciones de poder atañen factores como el miedo, y la dependencia
emocional. Es evidente que existe una larga historia de violencia contra la mujer en la región
chiquitana, y esta se encuentra comúnmente naturalizada.
Para contextualizar un poco el tema de la violencia de género en la chiquitania, tenemos que mencionar
primeramente al SLIM2, esta es una instancia del Gobierno Autónomo Municipal, que se encarga de
todo lo que esté relacionado con la violencia de género, presta servicios psicológicos, legales y sociales,
en favor de la prevención, protección y atención ante cualquier caso de violencia de genero. La creación
del SLIM se dio con el objetivo de hacer valer la Ley Nº3483.
Conociendo esto, es importante mencionar que en cada municipio chiquitano existe un SLIM, y cada
uno de estos está compuesto por un(a) trabajador(a) social, un(a) psicólogo(a) y un(a) abogado(a). Ese
es el personal que se considera que tiene que trabajar con los temas de violencia. Aunque es necesario
mencionar que en gran parte de las comunidades a veces solo se puede encontrar con solo 1 o 2
profesionales a cargo.
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Servicios Legales Integrales Municipales
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Ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia.
Uno de los problemas más importantes para que el SLIM puede tener una función adecuada y optima,
es el presupuesto, muchos de los SLIMs no cuentan con el personal suficiente para poder llegar a todas
las comunidades dentro de cada uno de los 13 municipios de la chiquitania; es por eso que la atención
de la violencia de genero se concentra casi siempre en las zonas urbanas, que vendrían siendo las
cabeceras de municipio, quedando así las comunidades más alejadas desprotegidas de estos servicios.
Son pocos los SLIMs que llegan a las zonas rurales, y casi siempre, cuando los casos son demasiado
graves o irreversibles, como los casos de feminicidios.
Otra de las problemáticas importantes con respecto a la violencia de género, es el desconocimiento que
las mismas mujeres tienen de sus derechos, de la existencia de este tipo de leyes y de las instancias a las
que pueden recurrir.
El 2018 se realizó una reunión en San Javier en donde se trataron temas referidos a derechos sexuales y
reproductivos, y también el tema de la violencia contra la mujer dentro del municipio. Albertina Flores,
que en ese momento ocupaba el cargo de Secretaria de Género dio un informe estadístico sobre los
casos de violencia existentes, mencionando algo muy importante “Más allá de los números… a veces las
cifras sobre violencia parecen disminuir, sin embargo, esto se debe a que las mujeres no se animan a
denunciar por timidez o vergüenza” (Fundación IRFA, 2018)
b) En el ámbito familiar, las relaciones de poder salen a relucir en la división del trabajo dentro del
hogar, en donde la mujer cumple un rol doméstico y del cuidado de los hijos dentro de lo que se
conoce como mundo privado4 y el hombre ejerce un rol dominante de jefe de hogar y proveedor,
siendo parte del mundo público5
c) En el ámbito comunal, se perciben en muchos casos que los factores personales y familiares
influyen demasiado en las decisiones de las mujeres chiquitanas a la hora de tomar cargos políticos
dentro de sus comunidades, toman en cuenta factores como el tiempo, la responsabilidad, la
distancia, etc. Y todos estos factores son cuestionados a raíz de la preocupación que sienten por
dejar “abandonados” a sus hijos, su pareja o su hogar.
Otro aspecto importante de las relaciones de poder en el ámbito comunal vendría siendo la forma en la
que se relacionan mujeres y hombres con cargos dentro de las mismas organizaciones. Si bien hay
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El ámbito “privado” aparece como el propio de la mujer, la cual por naturaleza podría desempeñarse mejor en
ese sentido. Este es el espacio del cuidado, de la atención a los otros, de los afectos, de la reproducción de la vida,
del trabajo no remunerado e invisible (Smith, 2008, pp. 116-117).
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En ese espacio “público” se espera que el hombre ostente sabiduría, poder, ejercicio del dominio y demuestre su
excelencia y eficacia, su racionalidad. Este espacio es visible, tangible, es el único en donde el trabajo es
remunerado, “medible” (Smith, 2008, pp. 117).
muchas mujeres que ocupan cargos dentro las organizaciones indígenas, muchas veces en estos
espacios han sido puestas en posiciones emocional y psicológicamente difíciles, al ser ridiculizadas,
ignoradas, irrespetadas, minimizadas, etc. Situaciones que muestran cómo se desvaloriza las
capacidades y desempeños de las mujeres chiquitanas.
d) En el ámbito político podemos observar, que sí bien se han abierto más oportunidades para el
empoderamiento de las mujeres y que ha generado nuevos liderazgos políticos, y más acceso a
cargos, como los hay en las centrales indígenas; también es cierto, que muchas de las veces, estos
cargos se encuentran regulados por prácticas relacionadas con los roles tradicionales de género.
e) En el ámbito económico, podríamos mencionar la doble jornada laboral por las que atraviesan
todas las mujeres chiquitanas, teniendo en cuenta que se dedican casi por completo al cuidado del
hogar, que es considerado un trabajo no remunerado; además de ello, es muy común que ellas
“ayuden” en la agricultura a sus parejas. Los indígenas chiquitanos practican lo que se conocería
como agricultura de subsistencia, por ese motivo, cada integrante de la familia es participe de este
trabajo, que tanto para las mujeres e hija(o)s, casi nunca es reconocido como tal, sino como una
ayuda, minimizando así su esfuerzo y tiempo.
Es conocido entonces, que todas las tareas que las mujeres realizan a diario no suelen generarle
ingresos económicos, y si lo hace, suelen ser mínimos. Es así como se ve una disparidad en lo que los
hombres suelen aportar al hogar a diferencia de ellas, algo que las convierte en dependientes
económicamente de sus parejas, que a la larga las pondrá en situaciones de desventaja a la hora de
tomar decisiones sobre la utilización de los recursos económicos.
Según el libro Nunca nos fuimos (2014), la CIDOB, que fue fundada en 1982, fue la organización
encargada de aglutinar a los pueblos indígenas y reconocer cada una de las organizaciones matrices
creadas en cada pueblo. La CIDOB también fue el ente que logró el reconocimiento jurídico de las
poblaciones indígenas y su incorporación en la legislación de la nueva Bolivia a través de la Constitución
Política del Estado.
En los últimos años se incorporó una nueva Central, la de San Ramón CICSAR, con la que en total hacen
13 afiliadas a la OICH7 (Cuasace, 2022).
Con relación a las organizaciones exclusivamente de mujeres, podemos decir que la primera
organización fue creada el 2012, con el apoyo de las instituciones Médicos del Mundo y Fundación
Tierra quienes colaboran en la creación de la Organización de Mujeres Indígenas Rafaeleñas (OMIR-V),
la misma que estuvo en funcionamiento dos años y que por no contar con personería jurídica quedo
paralizada, hasta el 2015 que con el apoyo de la institución Colectivo Rebeldía y Proceso Servicios
Educativos se reactivan nuevamente; ya a partir del 2018 otros 5 municipios logran crear sus
organizaciones de mujeres y gestionar sus respectivas personerías jurídicas, paradójicamente la OMIR-V
es la última en obtener su personería jurídica constituyéndose así en una organización. A la fecha se
cuentan con seis organizaciones de mujeres a nivel municipal y la primer y recién consolidada
Organización Regional de Mujeres Indígenas Chiquitanas (ORMICH)8 (Paraba, 2022).
A nivel municipal:
A nivel regional:
El 31 de octubre del 2021 se dio la creación de la primer Organización Regional de Mujeres indígenas
Chiquitanas ORMICH, en un encuentro de tres días en donde se trataron cinco ejes estratégicos:
Saneamiento y titulación:
3º Eje. Situación de las mujeres indígenas chiquitanas en tema de medio ambiente y cambio
climático
Ámbito de la salud:
Ámbito educativo:
Exigir al ministerio de educación que tome en cuenta a los profesores del área rural,
exigir al ministerio de educación, la educación alternativa, incluir en la malla curricular la
educación sexual y reproductiva, exigir al ministerio de educación el cumplimiento de la
ley avelino Siñani (ORMICH, 2020).
Se hablo sobre la necesidad de continuar con los talleres sobre la violencia en parejas, la
realización de proyectos sobre género para presentar a las autoridades competentes,
exigir el presupuesto sensible al género en el Plan Territorial de Desarrollo Integral,
realizar un diagnóstico sobre la violencia de género y exigir datos sobre casos de
violencia a los SLIM, denunciar, acompañar y dar seguimiento a las denuncias dentro de
las comunidades y municipios, comprometer y exigir a los SLIM que un trabajo de
calidad sobre los casos de violencia, sensibilizar sobre la educación sexual y reproductiva
en las comunidades, necesidad de talleres sobre masculinidades en las comunidades,
seguir fortaleciendo a las promotoras comunitarias con capacitaciones y presupuestos,
finalmente se exige que las personas capacitadas en temas de violencia realicen las
réplicas en las comunidades (ORMICH, 2020).
Sobre la producción:
Finalizada la discusión de las cinco mesas de trabajo en donde participaron cada una de
las mujeres indígenas chiquitanas presentes en el encuentro, se llegaron a las
conclusiones ya mencionadas y posteriormente se pasó a la elección de directorio
(ORMICH, 2020).
DIRECTORIO DE LA ORMICH
Según el texto El empoderamiento de las mujeres: Encuentro del primer y tercer mundos en los estudios
de género escrito por Magdalena León para la revista de Estudios de Género, existen dos conceptos
claves que han marcado la producción de la teoría feminista: género y empoderamiento. En el caso del
primero, este nació originalmente de las mujeres del primer mundo, y en el caso del segundo, surgió a
raíz del encuentro de las mujeres del tercer mundo con las del primero.
Empoderarse significa que las personas adquieren el control de sus vidas, la habilidad de
hacer cosas y de definir sus propias agendas. Al relacionarse con los intereses de los
desposeídos de poder, el término se toma como expresión de un cambio deseable, sin
ahondar en las especificidades que tal cambio implica; es decir, sin precisar su
significado (Magdalena León, 2001, pp. 95-96).
Es importante comprender a lo que nos referimos con “empoderamiento” si queremos identificar los
factores que hicieron que las mujeres indígenas chiquitanas tuvieran la necesidad de buscar espacios en
los cuales desenvolverse como lideres y como gestoras de cambio. En las palabras de la dirigente Rosa
Pachuri, a quien se le realizo una pregunta sobre sus sueños y aspiraciones en una entrevista, respondió:
…no trabajar solo por la organización, sino por todas las mujeres que están olvidadas,
que no están informadas, que necesitan apoyo. Mi sueño es trabajar por todas las
mujeres, que todas estemos empoderadas, y que todos los sueños que ellas tengan
puedan cumplirse (Paola Sanchez; Adriana Rivamontán; Nohely Guzmán, 2021, p. 22).
Así como lo menciona León con respecto al concepto de empoderarse, para las mujeres chiquitanas la
búsqueda del empoderamiento implica el reconocimiento de todas las luchas pasadas de mujeres
desposeídas de control, olvidadas en la historia, ignoradas y excluidas; y al mismo tiempo la necesidad
de conocerse a sí mismas, sus derechos, sus oportunidades, de apoyarse mutuamente para que los
sueños personales y colectivos de todas ellas puedan cumplirse. Para ellas el empoderamiento va más
allá de lo individual, es una tarea en conjunto, una unión de muchos, que lograra cambios no solo para
los grupos, sino también para ellas mismas en el plano personal.
Magdalena León (2001) Señala que una de las contradicciones fundamentales con respecto al termino
de empoderamiento es lo que conlleva el empoderamiento individual vs el empoderamiento colectivo.
Con respecto al primero, se le confiere los aspectos de dominio y control personal, se lo puede
considerar como algo privado e individualista “…desconecta a las personas del amplio contexto
sociopolítico, histórico, de lo solidario, de lo que representa la cooperación y lo que significa el
preocuparse por el otro” (p.96).
El empoderamiento puede tomarse desde un aspecto individual, ya que está ligado también a la
autoestima, la seguridad, y la confianza que tiene cada sujeto sobre sí mismo; sin embargo, no se estaría
hablando de un empoderamiento completo si solo nos referimos a esto, es necesario y fundamental la
acción colectiva, la unión y la comunidad. La unión de estos factores individuales y colectivos con una
base histórica que reconozca las luchas pasadas, presentes y que busque transformaciones futuras, es
empoderamiento.
Empoderarse, como sostiene Batliwala (1997), significa que las mujeres adquieran poder
individual, grupal y colectivo atendiendo a las diferencias que existen entre ellas; no
existe un sujeto mujer, existen “las mujeres” distintas según sus orígenes étnicos, su
clase social, sus historias y sus posibilidades (Antonia Tapia, 2017, p. 26).
Cuando hablamos de problemas de desigualdad entre hombres y mujeres, nos damos cuenta de que las
mujeres viven históricamente en una situación de desigualdad constante, sin embargo, si analizamos
más a fondo, también nos damos cuenta de que hay diferencias en estas desigualdades incluso entre las
mismas mujeres; las desigualdades de una mujer blanca que vive en la ciudad no serán las mismas que
las desigualdades de una mujer indígena que vive en el área rural. Con respecto al empoderamiento, lo
tomamos de una forma parecida, el empoderamiento es diferente para cada mujer, abarca toda una
historia de obstáculos, represiones, luchas en lo personal, dentro de sus hogares, de sus comunidades,
de sus propios países, y del mundo mismo.
“Como sostiene Srilatha Batliwala, (1997) el empoderamiento de las mujeres también se debe trabajar
con los hombres de manera que se puedan alcanzar relaciones y contextos verdaderamente
democráticos” (Antonia Tapia, 2017). Para las mujeres indígenas de la chiquitania, es fundamental la
comunidad, consideran que la lucha de las mujeres también es la lucha de los hombres.
En este ámbito, hablamos también de la equidad de género, si bien la historia de la chiquitania nos
muestra un tipo de relación entre hombres y mujeres desigual e inequitativa, es de considerar en este
trabajo los resultados positivos, logrados a través de largos procesos de obstáculos, retos, pequeñas y
grandes ganancias, que dieron como resultado la obtención de una necesidad estratégica 9 trascendental
para las mujeres indígenas, que sería su primera organización de mujeres a nivel regional. Un paso
importante, que dará lugar a nuevas y mejores posibilidades para las mujeres chiquitanas.
6. Desarrollar conclusiones.
El siguiente trabajo de investigación nos ha ayudado a determinar los factores que inciden en el
empoderamiento de las mujeres líderes indígenas chiquitanas; primeramente, desde la identificación de
los principales problemas por los que han atravesado como lo son las relaciones de género y las
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Los intereses (necesidades) estratégicos de género, como sostiene Caroline Moser, son las necesidades que las
mujeres identifican en virtud de su posición subordinada a los hombres en su sociedad… Satisfacer las necesidades
estratégicas de género ayuda a las mujeres a lograr una mayor igualdad. También cambia los roles existentes y por
ello desafía la posición subordinada de la mujer. (Coordinadora de la mujer, 1997, pág. 43).
relaciones de poder, las cuales abarcan dimensiones extensas que han influido en la forma en la que las
mujeres se desenvuelven a nivel personal, familiar, comunitario, político y económico.
Basándonos en nuestra hipótesis inicial, se puede considerar también que además de conocer las
principales barreras para el empoderamiento de las mujeres chiquitanas también se han identificado los
factores que contribuyeron a la creación de nuevos espacios de decisión, como: La construcción de
liderazgos individuales y colectivos, la educación y capacitación, lucha contra la prevención de la
violencia de género, la autonomía económica, y la creación de alianzas.
Todos estos factores que posibilitaron el empoderamiento de las mujeres chiquitanas dieron como
resultado la formación de organizaciones propias de mujeres primeramente a nivel municipal y por
último a nivel regional, que abarca toda la chiquitania.
7. Desarrollo de bibliografía.
Bibliografía
Antonia Tapia. (2017). Empoderamiento y Equidad de Género: El caso de la Cooperativa Visión Mujer.
Obtenido de https://repositorio.flacsoandes.edu.ec/bitstream/10469/17355/2/TFLACSO-
2017MAT.pdf
Coordinadora de la mujer. (1997). Un otro modo de ser y hacer. La Paz: Centro de Formación en Género
y Desarrollo.
Fundación IRFA. (Diciembre de 2018). Mujeres chiquitanas analizan las cifras de la violencia contra la
mujer en San Javier. Obtenido de https://www.irfabolivia.org/mujeres-chiquitanas-analizan-las-
cifras-de-la-violencia-contra-la-mujer-en-san-javier/
Magdalena León. (2001). El empoderamiento de las mujeres: Encuentro del primer y tercer mundos en
los estudios de género. Revista de estudios de género: La ventana, 13.
Norma Casanova; Isabel García; Juan Carlos Gutiérrez; Daniel Aeguazu; Elisa Saldías; Isaac Chiqueno;
Saúl Carayury. (2014). Nunca nos fuimos. Santa Cruz.
ORMICH. (2020). Mesas de trabajo para construir la agenda social, economica y politica de la
ORMICH. Santa Cruz.
Paola Sanchez; Adriana Rivamontán; Nohely Guzmán. (Junio de 2021). Relatos de las mujeres
chiquitanas. Obtenido de http://jasyrenyhe.com/wp-content/uploads/2021/07/1diagramado-libro-
chiquitania-julio-2-peque-copy.pdf
Paraba, R. P. (10 de enero de 2022). Consolidación de las organizaciones indigenas de mujeres. (A.
Villagomez, Entrevistador)
Sanabria, C., & Nostas, M. (2009). Detras del cristal con que se mira: Mujeres chiquitanas, órdenes
normativos e interlegalidad.
ANEXOS
Fuente: Elaboración propia