PIERRE BOURDIEU: EFECTO DE CAMPO Y EFECTO DE CUERPO

ARSS n°59, septiembre 1985, pág. 73.

PIERRE BOURDIEU
Efecto de campo y efecto de cuerpo

La construcción de clases de agentes correspondiente a las diferentes posiciones en tal o

cual campo social por completo imponen el recurso de tablas de categorización tomando
en cuenta diferentes conjuntos de criterios más o menos ligados entre sí. A través de
ciertos criterios, particularmente la profesión, se registran los efectos de cuerpo. Dado
que estos efectos no son percibidos como tales, no pueden ser aislados ni medidos, no
más que el efecto de posición propiamente dicho con el que interfieren.

Se puede considerar al cuerpo como una unidad recortable sin exponerse a un error de
descripción mayor entre más disperse esté el cuerpo desde el punto de vista de los
criterios que determinan la posición en el campo, como el capital económico y el capital
cultural; pero no se puede de entrada recortar al cuerpo (por ejemplo el cuerpo
profesoral o el cuerpo de ingenieros de Ponts) en unidades más homogéneas desde el
punto de vista de los criterios que determinan la posición, sin dejar escapar el efecto de
cuerpo que es cuanto más importante que el espíritu de cuerpo es más intenso y que
tiende a asegurar una cierta autonomía del cuerpo (el cuerpo profesional, pero también
la familia) en relación a la posición ocupada en el campo. Y, de manera más general,
incluso cuando aquellos recurren a sistemas complejos de criterios, las operaciones de
clasificación que supone el análisis estadístico de las posiciones dejan escapar los
efectos de cuerpo que están ligados a la pertenencia a familias o clubes. Y todo permite
suponer que estos efectos no se ejercen de manera igual en el conjunto del espacio
social, sino que crecen entre más se elevan en el espacio social, es decir en medida que
crece la probabilidad de que las profesiones funcionen como cuerpos, y que las familias
estén más integradas por y para la acumulación y la multiplicación simbólica del capital
poseído por sus miembros. Mientras que los dominantes actúan en connivencia con la
lógica de los cuerpos (en la que se inscriben todos los agrupamientos del tipo del club),
los dominados están destinados a la lógica de clases, agrupamientos provenientes de un
trabajo propiamente político de representación que es por completo diferente en su
modo de existencia y de reproducción de aquel que asegura la existencia y la
persistencia de las familias.

Las simples categorías estadísticas, grupos teóricos determinados por un recorte teórico
del espacio social, asemejan al conjunto de ocupantes de una misma posición (la “clase
sobre el papel” por ejemplo) que no están relacionados por ningún otro vínculo más que
la relación objetiva de proximidad en el espacio soci al (es decir en la estructura de la
distribución de propiedades pertinentes, tratándose de este espacio). Los cuerpos son
grupos duraderamente instituidos por la virtud a la vez integradora y distintiva de una
designación socialmente conocida y reconocida, pública y oficialmente proclamada
(nombre propio, siglas, etc.) y dotados así de un capital simbólico común que, del hecho
de la solidaridad así instaurada entre todos los detentores legítimos de la identidad
común (algunas veces jurídicamente definida, como en el caso de la nacionalidad),
asegura a cada uno de ellos la participación en ese capital, suerte de garantía simbólica
constituida por la suma de los capitales individuales. El acto propiamente social de
constitución que le da fundamento a estos cuerpos, y al mismo tiempo un efecto de
Texto para uso académico del Dr. David Velasco Yáñez, sj – ITESO
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cuerpo irreductible al efecto de posición, tiene más posibilidades de éxito si el conjunto

en el que se ejerce es más homogéneo: en efecto, la proximidad en el espacio soci al, a
través de la afinidad de las disposiciones y la orquestación espontánea de los hábitus
que de ahí resultan, tiende a crear las condiciones favorables para la constitución de
grupos instituidos, fundados sobre una cooptación socialmente sancionada. Pe ro no es
decir sin embargo que el efecto de posición pueda en sí mismo determinar la
transmutación de las relaciones objetivas de vecindad en el espacio social en relaciones
duraderas y legítimas, como el matrimonio y todas las otras formas de vínculos
concebidos sobre el modelo de las relaciones de parentesco, tales que aquellos que crean
los clubes, las asociaciones de antiguos alumnos, etc. La consagración social que
confiere la nominación funda una verdadera solidaridad de intereses simbólicos que,
identificando la identidad individual con una identidad colectiva, funda el espíritu de
cuerpo, sentimiento de solidaridad con el grupo mismo, su nombre, su honor, etc., y con
sus miembros, quien comanda la sumisión a las exigencias de la reproducción del
cuerpo, es decir de su identidad, por tanto de aquello que le constituye en tanto que tal,
es decir, su solidaridad.

Texto para uso académico del Dr. David Velasco Yáñez, sj – ITESO
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