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la f111ií1 .
del d1111a
11 la i1111ti1acií1 ·
ci11tifica
T.S. Kuhn
THOMAS S. KUHN
VOLÚMENES EN PRENSA
29/H. Feigl, St. Toulmin
EL LEGADO DEL POSITIVISMO LÓGICO
39/ J. D. Sneed, Th. S. Kuhn
PROBLEMAS FILOSÓFICOS EN LA CIENCIA EMPÍRICA DE LA
CIENCIA
EL CAMBIO DE TEORÍA COMO CAMBIO DE ESTRUCTURA
REVISTA TEOREMA
40/ Konrad Lorenz
LA DOCTRINA KANTIANA DEL A PRIORI A LA LUZ DE LA VALENCIA
BIOLOGÍA CONTEMPORÁNEA
42/E. Laszlo, L. von Bertalanffy 1979
HACIA UNA FILOSOFÍA DE SISTEMAS
El presente ensayo recoge el texto de una confert::ncia pro-
nunciada en 1961 por Th. S. Kuhn en Worcester ·
y viene a significar un "avance" del libro La estructura deJas re-
voluciones científicas (1962), que ha sido centro de polénüca' en
./J
' ,..
la filosofía de la ciencia de las dos últimas décadas. ' .,' _,.,.../
El ensayo de Th. S. Kuhn "The function of El lector no familiarizado con la teoría kuhniana de las re-
dogma in scientific research" fue originalmente pu- voluciones científicas encontrará en este texto una sintética intro-
blicado como capítulo 11 del libro compilado por
Alistair Crombie, Scientific Change, New York: ducción a los ingredientes básicos de esa teoría:* la noción de pa-
Heineman Educational Books, 1963. Teorema agra- radigma como modelo o patrón de autoridad por el que se inculca
dece a la editorial Heineman su amable permiso pa- a la comunidad científica "un hondo compromiso en favor de un
ra publicar la presente versión castellana.
modo particular de ver el mundo y de practicar la ciencia en él";
y los dos modos o fases capitales del desarrollo científico: la cien-
cia normal o madura, basada-en-paradigma, cuyo progreso consis-
te en la gradual adecuación del paradigma a la naturaleza por me-
ra resolución de "puzzles", y la ciencia extraordinaria, que es
episódicamente suscitada por las anomalías o fenómenos recalci-
trantes que detecta la ciencia normal, e implica un tipo de pro-
DEPARTAMENTO DE LOGICA greso más fundamental e innovador por cambio revolucionario de
DELA paradigma.
UNIVERSIDAD DE VALENCIA Pero el ensayo sobre "La función del dogma" contiene pers-
pectivas que son también iluminadoras para quien haya leído las
obras de Kuhn ya traducidas al castellano. Aquí, como advierte
Toulmin, pasa primero su autor del uso meramente descriptivo
del término "revolución" -empleado en su anterior libro La revo-
lución copernicana (1957)- al uso explicativo del mismo como
clave de una teoría del progreso científico; y al cargar el acento
sobre la idea de "dogma", sugiere una audaz analogía entre cien-
cia y teología, de la que hará omisión en ulteriores escritos. De
otro lado este artículo es complemento de un importante ensayo
anterior de 1959, "The essential tension" (La tensión esencial)
PRINTED IN SP AIN -que precisamente da el título al último libro de Kuhn, Essential
IMPRESO EN ESP ANA Tension (1977), del cual forma parte.
1.5.B.N. 84-370-0125-0
Págs.
cesitan ser, ni usualmente lo son, permanentes. Por el científica ha rechazado así el embrión de una _,¿,.--:;:
contrario, el modelo de desarrollo de la ciencia madu- va científica importante a la que más tarde se . . t>''
ra es usualmente de paradigma a paradigma. Y difiere zada a Sin embargo, está lejos de ser claro que ____
del modelo característico del período inicial o pre-para- al actuar de esa manera la profesión retrase el desa-
digmático, no por la total eliminación del debate sobre rrollo científico. ¿Habría surgido antes la mecánica
los fundamentos, sino por la drástica restricción de di- cuántica si los científicos del siglo diecinueve hubieran
cho debate a períodos ocasionales de cambio de paradig- estado dispuestos a admitir que la teoría corpuscular de
ma. la luz de Newton era todavía capaz de enseñarles algo
El Almagesto de Ptolomeo, por ejemplo, no fue importante acerca de la naturaleza? Yo creo que no, a
menos paradigma por el hecho de que la tradición inves- pesar de que en las artes, las humanidades y muchas
tigadora que de él derivara haya sido reemplazada, en ciencias sociales se adopte muy frecuentemente este
definitiva, por otra incompatible derivada de la obra de punto de vista menos doctrinario en relación con los
Copémico y de Keplero. Tampoco la Optica de Newton logros clásicos del pasado. ¿Habrían avanzado más rápi-
fue menos paradigma para los estudiosos de la luz en el damente la astronomía y la dinámica si los científicos
siglo dieciocho por haber sido más tarde reemplazada hubieran admitido que Ptolomeo y Copémico habían
por la teoría ondulatoria del éter de Young y Fresnel, pa- elegido medios igualmente legítimos para describir la
radigma este último que a su vez dio paso a la teoría del posición de la tierra? De hecho, este punto de vista
desplazamiento electromagnético que proviene de Max- fue sugerido durante el siglo diecisiete y ha sido después
well. Indudablemente, el trabajo de investigación que confirmado por la teoría de la relatividad. Pero, entre
permite cualquier paradigma dado se resuelve en cons- tanto, dicho punto de vista fue firmemente rechazado
tantes contribuciones al cuerpo de conocimientos y téc- junto con la astronomía -ptolemaica, para emerger de
nicas de la ciencia, pero los paradigmas como tales son nuevo sólo a finales del siglo diecinueve, cuando por
con gran frecuencia rechazados y reemplazados por primera vez tuvo una relevancia concreta en relación
otros totalmente incompatibles con ellos. No podemos, con los problemas no resueltos generados por la prác-
pues, recurrir a nociones tales como las de "verdad" o tica continuada de físicas no-relativistas. Se podría argu-
"validez" de paradigmas en nuestro intento de compren- mentar, como yo lo haré, ciertamente, por implicación,
der la especial eficacia de la investigación que su adop- que centrar la atención de los siglos dieciocho y dieci-
ción permite. nueve o bien en el trabajo de Ptolomeo, o bien en la vi-
Por el contrario, el historiador puede percatarse sión relativista de Descartes, Huygens, y Leibniz, hubie-
con frecuencia de que al declarar trasnochado un para- ra retrasado más que acelerado la revolución de la física
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con la que comenzó el siglo veinte. Avanzar de paradig-
ma a paradigma, y no a través de la continua competen-
cia entre clásicos reconocidos, puede ser una característi-
ca no sólo factual, sino también funcional del desarrollo
científico maduro.
; sus esfuerzos, particularmente durante los primeros esta- porcionan un ejemplo significativo, y el trabajo normal
. dios de desarrollo de un paradigma, están dirigidos a ar- en una teoría de los sólidos en mecánica cuántica pro-
ticularlo, confiriéndole una mayor precisión en las áreas porciona otro. Además, hay siempre mucho trabajo inte-
donde su formulación original había sido inevitablemen- resante por hacer en orden a mejorar la adecuación entre
te vaga. Por ejemplo, sabiendo que la electricidad era un un paradigma y la naturaleza en un área donde, al me-
fluido cuyas partículas individuales actúan unas sobre nos, ciertos limitados acuerdos han sido ya demostrados.
otras a una cierta distancia, los investigadores de la elec- El trabajo teórico acerca de problemas como éstos pue-
tricidad posteriores a Franklin pudieron intentar la de- de ilustrarse mediante las investigaciones del siglo dieci-
terminación de la ley cuantitativa de fuerza entre las par- ocho sobre las perturbaciones que causan la desviación
tículas eléctricas. Otros investigadores pudieron tratar de de los planetas de sus órbitas keplerianas, así como tam-
hallar la interdependencia mutua existente entre la dura- bién mediante la teoría de los espectros de átomos y
ción de la chispa eléctrica, la desviación del electrosco- moléculas complejos elaborada en el siglo veinte; en adi-
pio, la cantidad de electricidad y la configuración del ción a todos estos y otros muchos problemas, encontra-
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mos una serie recurrente de dificultades instrumentales. bres que describieron las atracciones y repulsiones eléc-
Se inventó y construyó aparatos especiales para permitir tricas en términos de "efluvio" intentaron medir las
la determinación por Coulomb de la ley de fuerza eléc- fuerzas resultantes colocando un disco cargado a una
trica. Se necesitaron nuevos tipos de telescopios para las distancia determinada debajo de uno de los platos de
observaciones que, al ser completadas, exigieron una una balanza. Bajo estas circunstancias no se obtuvo nin-
teoría mejorada de la perturbación newtoniana. El dise- gún resultado consistente ni interpretable. El requisito
fio y la construcción de aceleradores más flexibles y po- previo para el éxito resultó ser un paradigma que redu-
derosos es un continuo desideratum dentro del intento cía la acción eléctrica a una acción similar a la de la gra-
de articular teorías más potentes de las fuerzas nucleares. vedad entre partículas puntuales a determinada distan-
Estos son los tipos de trabajo en cuya realización la in- cia. Después de Franklin, los investigadores de la electri-
mensa mayoría de los científicos consume la mayor par- cidad consideraron la acción eléctrica en tales términos;
te de su tiempo. 9 tanto Coulomb como Cavendish disefiaron sus aparatos
Probablemente este epítome de la investigación de acuerdo con ello. Finalmente, en estos dos casos y
científica normal no requiera mayor elaboración en el también en todos los demás, fue necesario un compro-
presente lugar, pero hay dos puntos concernientes a este miso con el paradigma simplemente para proporcionar
respecto que deben tratarse ahora. El primero es que to- las motivaciones adecuadas. ¿Quién diseñaría y construi-
dos los problemas ya mencionados eran problemas de- ría aparatos elaborados con un propósito especial, quién
pendientes-de-paradigma, y a menudo de diversas mane- consumiría meses enteros tratando de resolver una ecua-
ras. Algunos -por ejemplo, la derivación de los términos ción diferencial particular, sin una garantía absoluta de
de la perturbación en la teoría planetaria newtoniana- que sus esfuerzos, si lograsen éxito, producirían el anti-
ni siquiera habrían podido enunciarse en ausencia de un cipado fruto?
paradigma apropiado. Con la transición de la teoría new- Esta referencia al resultado anticipado de un pro-
toniana a la teoría de la relatividad, algunos problemas yecto de investigación indica la segunda característica
se transformaron y no todos se resolvieron. Otros -por sorprendente de lo que he llamado investigación normal,
ejemplo, el intento de determinar una ley de fuerzas o sea, investigación basada-en-paradigma. El científico
eléctricas- podrían enunciarse, y de hecho se enunciaron, que se ocupa de ella no se adapta a la prevalente imagen
siquiera sea vagamente, antes de la emergencia del para- del hombre de ciencia como explorador o como inven-
digma con el que fueron finalmente resueltos. Los hom- tor de nuevas y originales teorías que permiten predic-
ciones sorprendentes e inesperadas. Por el contrario, en
9 La discusión de este párrafo y del siguiente está considerablemente todos los problemas anteriormente discutidos, todo, ex-
desarrollada en mi artículo "The function of measurement in modern phy-
sical science", /sis' , LII (1961 ), 161-93.
cepto los detalles del resultado, era ya conocido de ante-
mano. Ningún científico que aceptara el paradigma de
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blema dado, ese fracaso delata sólo su falta de habilidad.
Franklin podía dudar de que había una ley de atracción
Pero no puede poner en entredicho las reglas que ha su-
entre pequeñas partículas de electricidad, y podía razo-
ministrado su paradigma, pues sin esas reglas no habría
nablemente suponer que dicha ley tomaría una forma
desde un principio rompecabezas con el que enfrentarse.
algebraica sencilla. Alguno de ellos incluso había conje-
No es extraño, pues, que los problemas (o rompecabe-
turado que se trataría de una ley de cuadrado inverso.
zas) que el profesional de una ciencia madura normal-
Tampoco los astrónomos y los físicos newtonianos du-
mente aborda, presupongan un profundo compromiso
daron de la posibilidad de hacer que finalmente las leyes
con un paradigma. Y, afortunadamente, tal compromiso
del movimiento y la gravitación de Newton dieran cuen-
no se abandona a la ligera. La experiencia muestra que,
ta de los movimientos observados de la luna y los plane-
en casi todos los casos, los reiterados esfuerzos, ya sean
tas, pese a que durante más de un siglo la complejidad
del individuo o del grupo profesional, logran obtener
de los requisitos matemáticos impidió la obtención de
dentro del paradigma una solución incluso para los más
un acuerdo uniforme. En todos estos problemas, como
recalcitrantes problemas. Este es uno de los modos en
en casi todos los emprendidos por los científicos, lo que
que la ciencia avanza. Bajo estas circunstancias, ¿puede
se pretende no es descubrir lo desconocido, sino obtener
sorprendemos que los científicos se resistan al cambio-
lo conocido. Su interés no reside en qué sea lo que su
de-paradigma? Lo que están defendiendo, después de
éxito pueda desvelar, sino en la dificultad de obtener
todo, no es ni más ni menos que la base de su modo de
éxito alguno. Más que asemejarse a una exploración, la
vida profesional.
investigación normal es algo parecido al intento de en-
cajar las piezas de un cubo chino, el acabado de cuyo
contorno es desde el principio conocido.
Estas son las características de la investigación
normal que yo tenía en mente cuando, al inicio de este
ensayo, describía al hombre en ella comprometido como
un solucionador-de-rompecabezas, como un jugador de
ajedrez. El paradigma que ha adquirido a través de un
entrenamiento previo le proporciona las reglas del juego,
describe las piezas con las que se ha de jugar e indica la
naturaleza del resultado requerido. La tarea de un cien-
tífico tal es manipular esas piezas sin salirse de las reglas
de manera que se produzca el resultado requerido. Si
fracasa, como suele sucederles a la mayoría de los cien-
tíficos al menos en sus primeros ataques a cualquier pro-
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Por el momento, pues, una de las principales ven-
tajas de lo que comencé llamando dogmatismo científi-
co sería manifiesta. Como mostrará una ojeada a cual-
quier historia natural baconiana o un repaso del desarro-
llo pre-paradigmático de cualquier ciencia, la naturaleza
es, en muy vasta medida, demasiado compleja para ser
explorada al azar, siquiera sea aproximativamente. Tiene
que haber algo que diga al científico dónde mirar y qué
buscar, y este algo es el paradigma que le ha proporcio-
nado su educación como científico, aunque pueda no
perdurar más allá de su generación. Una vez dados dicho
paradigma y la requerida confianza en él, el científico
deja en buena parte de ser un explorador en absoluto, o
al menos deja de ser un explorador de lo desconocido.
En lugar de ello, lucha por articular y concretizar lo co-
nocido, diseñando diversos aparatos de propósito espe-
cial y múltiples adaptaciones asimismo de propósito es-
pecial para esta tarea. En la solución de estos rompeca-
bezas de diseño y adaptación obtiene todo su placer. Y,
a menos que tenga una suerte extraordinaria, su reputa-
ción dependerá del éxito que obtenga en ello. Inevitable-
mente, la empresa que le ocupa se caracteriza, en todo
momento, por una visión drásticamente restringida. Pero
dentro de la región sobre la que se enfoca dicha visión,
el continuo intento de adecuar los paradigmas con la na-
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turaleza vendría a parar en un conocimiento y una com- rante un período de tiempo más breve. Una vez que
prensión de detalles esotéricos que no hubiera sido posi- Rontgen efectuó sus primeros experimentos con éxito,
ble alcanzar de otra manera. Desde Copémico y el pro- su pantalla incandescente demostró que el equipo de ra-
blema de la precesión hasta Einstein y el efecto fotoeléc- yos catódicos que anteriormente había funcionado co-
trico, el progreso de la ciencia ha dependido, precisa- mo estándar se comportaba de maneras que nadie había
mente, una y otra vez, de tales detalles esotéricos. Una previsto. Había 'una invariable imprevista a controlar; las
gran virtud del compromiso con paradigmas es que libe- investigaciones más tempranas, ya en trance de conver-
ra a los científicos de tener que ocuparse con rompeca- tirse en paradigmas, requerirían una nueva evaluación;
bezas triviales. los viejos rompecabezas habrían de resolverse de nuevo
Con todo, esta imagen de la investigación científi- sobre la base de un conjunto de reglas algo diferente. In-
ca como resolución-de-rompecabezas o adecuación-de- cluso cuando un descubrimiento es rápidamente asimila-
paradigmas debe resultar, cuando menos, bastante in- ble, como el de los rayos X, puede violar un paradigma
completa. Aunque el científico no puede ser un explora- que previamente guiaba la investigación. En consecuen-
dor, los hombres de ciencia descubren una y otra vez cia si la actividad normal de la resolución de rompeca-
nuevos e inesperados tipos de fenómenos. O dicho de '
bezas tuviera siempre éxito, el desarrollo de la ciencia no
otro modo, aunque el científico no pretende normal- daría lugar en absoluto a innovación alguna.
mente inventar nuevos tipos de teorías básicas, tales teo- Pero, por supuesto, la ciencia normal no siempre
rías han surgido en repetidas ocasiones de la práctica tiene éxito, y al admitir este hecho nos encontramos con
continua de la investigación. Pero ninguno de esos tipos lo que yo considero la segunda gran ventaja de la investi-
de innovación habría surgido si la empresa que yo he lla- gación basada-en-paradigma. A diferencia de muchos
mado ciencia normal hubiera tenido siempre éxito. De de los primeros investigadores de la electricidad, el pro-
hecho, los científicos que se comprometen en la solu- fesional de una ciencia madura conoce con bastante pre-
ción-de-rompecabezas ofrecen muy frecuentemente re- cisión el tipo de resultado que debería alcanzar en su
sistencia a la novedad sustantiva, y no sin buenas razo- investigación. Como consecuencia de ello, se encuentra
nes. Para ellos significa un cambio de las reglas del juego, en una posición particularmente favorable para percatar-
y todo cambio de reglas es intrínsecamente subversivo. se de cuándo un problema de investigación se ha extra-
Dicho elemento subversivo se hace, ciertamente, más pa- viado. Quizá, como Galvani o Rontgen, encuentre un
tente en las innovaciones teóricas más grandes, como las efecto cuya ocurrencia sabe que no debería darse. O qui-
que están asociadas a los nombres de Copémico, Lavoi- zá, como Copémico, Planck o Einstein, concluya que los
sier o Einstein. Pero el descubrimiento de un fenómeno reiterados fracasos de sus predecesores en la adecua-
inesperado puede tener los mismos efectos destructivos, ción de un paradigma a la naturaleza, constituye presu-
aunque usualmente sobre un grupo más pequeño y du- miblemente una evidencia de la necesidad de cambiar
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las reglas sobre cuya base se ha de buscar una tal adecua- mente desarrollado y desplegado para proseguir la reso-
ción. O quizá, como Franklin o Lavoisier, decida después lución de los rompecabezas de la ciencia normal. Los
de varios intentos que no se puede articular ninguna teo- descubrimientos tienen lugar cuando ese equipo deja de
ría existente para dar razón de algún efecto recientemente funcionar como debiera hacerlo. Sin embargo, puesto
descubierto. En todos estos casos y en otros parecidos, que algún tip? de fracaso ocurre, al menos temporal-
la práctica de la ciencia normal solucionadora de rompe- mente, en casi todo proyecto de investigación, el descu-
cabezas puede conducir, e inevitablemente conduce, a la brimiento sólo tiene lugar cuando es particularmente rei-
concreción y reconocimiento de una anomalía. Dicho terado o sorprendente y sólo cuando parece suscitar pro-
reconocimiento proporciona, según creo, el requisito blemas en tomo a las creencias y procedimientos acepta-
previo de casi todos los descubrimientos de fenómenos dos. Los paradigmas establecidos constituyen así, fre-
de nuevo tipo y de todas las innovaciones fundamentales cuentemente, un doble requisito previo de los descubri-
en la teoría científica. Después de la realización de un mientos. Sin ellos no se hubiera emprendido este pro-
primer paradigma, una ruptura en las reglas del juego yecto que se desvía de la norma. E incluso cuando el
preestablecido es el preludio usual de innovaciones cien- proyecto se ha desviado de la norma, como es el caso
tíficas significativas. por un tiempo la mayor parte de las veces, el paradigma
Examinemos primero el caso de los descubrimien- puede ayudar a determinar si vale la pena seguir investi-
tos. Muchos de ellos, como la ley de Coulomb o un nue- gando el fracaso. La respuesta usual y adecuada ante un
vo elemento para llenar un lugar vacío de la tabla perió- fracaso en la resolución de rompecabezas consiste en
dica, no presentan problema. No eran "nuevos tipos de echar la culpa al talento de uno o a los instrumentos de
fenómenos", sino descubrimientos anticipados merced a que dispone, y pasar a otro problema. Si no quiere per-
un paradigma y realizados por expertos en la resolución- der el tiempo, el científico debe ser capaz de distinguir
de-rompecabezas: semejante tipo de descubrimiento entre una anomalía esencial y un mero fallo.
constituye un producto natural de lo que yo llamo cien- Esta pauta -descubrimiento a través de una ano-
cia normal. Pero no todos los descubrimientos son así: malía que pone en duda las técnicas y creencias estable-
muchos no podían haber sido anticipados por ninguna cidas- se ha repetido una y otra vez en el curso del desa-
extrapolación de lo conocido: en cierto sentido, tenían rrollo científico. Newton descubri la composición de la
que darse "por accidente". Por otra parte, el accidente luz blanca al ser incapaz de reconciliar la dispersión me-
mediante el cual surgieron no podría ocurrirle ordina- dida con la predicha por la recientemente descubierta
riamente a una persona que se limita a mirar a su alrede- ley de refracción de Snell. 10 La batería eléctrica fue des:..
dor. En las ciencias maduras el descubrimiento exige en
lO Véase mi "Newton's optical papers" en Isaac Newton ')ers &
gran medida un equipo especial, tanto conceptual como -.,¡
Letters on Natural Philosophy, ed., I.B. Cohen (Cambridge, M !,.. 1958),
instrumental, y ese equipo especial ha sido invariable- pp. 27-45. . -;
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cubierta cuando los detectores existentes de cargas está- ciencias maduras las novedades inesperadas son descu-
ticas dejaron de comportarse del modo prescrito por el biertas principalmente después de que algo haya ido
paradigma de Franklin. 11 El planeta Neptuno fue descu- mal.
bierto cuando se intentó dar una explicación de las ano- Si bien las anomalías son significativas en la pre-
malías reconocidas en la órbita de Urano. 12 El elemen- paración del camino para nuevos descubrimientos, jue-
to cloro y el compuesto monóxido de carbono emergie- gan un papel aún mayor en la invención de nuevas teo-
ron durante los intentos de reconciliación de la nueva rías. Contrariamente a una creencia prevalente, aun
química de Lavoisier con las observaciones de laborato- cuando en modo alguno universal, las nuevas teorías no
rio.13 Los llamados gases nobles fueron resultado de una son inventadas para dar razón de observaciones que no
larga serie de investigaciones iniciadas por una pequeña, han sido en absoluto previamente ordenadas por la teo-
aunque persistente, anomalía en la medida de la densi- ría. Por el contrario, lo que casi siempre sucede en el de-
dad del nitrógeno atmosférico. 14 El electrón fue pro- sarrollo de cualquier ciencia avanzada es que todos los
puesto para explicar algunas propiedades anómalas de la hechos cuya relevancia es admitida parecen o bien ajus-
conducción eléctrica a través de los gases, y su spin fue tarse convenientemente a la teoría ya existente, o estar
sugerido para dar razón de otros tipos de anomalías ob- en proceso de conformarse a ella. La tarea de hacerlos
servados en el espectro atómico. 15 Tanto el neutrón co- más conformes con la teoría suministra muchos de los
mo el neutrino proporcionan otros ejemplos, y la lista problemas típicos de la ciencia normal. Y casi siempre,
de ellos podría acrecentarse indefinidamente. 16 En las los científicos comprometidos en dicha tarea resuelven
11 con éxito esos problemas. Pero no siempre alcanzan tal
Luigi Galvani, Commentary on the Effects of Electricity on Mus-
cular Motion, trad. de M.G. Foley, con introducción y notas de 1.8. Cohen éxito, y cuando su fracaso es repetido y crece el número
(Norwalk, Conn., 1954), pp. 27-29. de aquellos a quienes así ocurre, entonces el correspon-
12
Angus Armitage, A Century of Astronomy, (London, 1950), pp.
111-15.
diente sector de la comunidad científica se encuentra
13
Para el cloro, véase Ernst von Mayer, A History ofChemistry from
con lo que he llamado en otro lugar "crisis". Al recono-
the Earliest Times to the Present Day, trad. de G. M'Gowan (London, cer que hay algo fundamentalmente en desacuerdo con
1891), pp. 224-27. Para el monóxido de carbono, véase Hermann Kopp,
Geschichte der Chemie (Braunschweig, 1845), 111, 294-96. la teoría en la cual se basa su trabajo, los científicos in-
14
William Ramsay, The Gases of the Atmosphere: the History of tentarán articulaciones de la teoría más fundamentales
their Discovery, (London, 1896), Caps. iv y v. que las anteriormente admitidas. (Es típico, en épocas
15
J.J. Thomson, Recollections and Reflections, (New York, 1937),
pp. 325-71; T.W. Chalmers, Historie Researches: Chapters in the History of
de crisis, encontrarse con numerosas versiones diferentes
Physical and Chemical Discovery (London, 1949), pp. 187-217; y F.K. de la teoría paradigma). 17 Simultáneamente, empezarán
Richtmeyer, E.H. Kennard y T. Lauritsen,Introduction to Modem Physics,
5th ed. (New York, 1,955), p. 212. 17
Un ejemplo clásico, para el cual puede verse la referencia citada
16
/bid., pp. 466-70 ; y Rogers D. Rusk, Introduction to Atomic and más abajo en la nota siguiente, es la proliferación de sistemas astronómicos
Nuclear Physics (New York, 1958), pp. 328-30. geocéntricos en los años anteriores a la reforma heliocéntrica de Copérnico.
38 39
a ensayar con frecuencia experimentaciones más próxi- ción de nuevos gases y los primeros estudios sistemáticos
mas al azar dentro del área donde aparece la dificultad, de las relaciones de peso. 20 La teoría ondulatoria de la
con la esperanza de descubrir algún efecto que indique luz se desarrolló en medio del creciente interés por las
un camino para corregir la situación. Sugiero que única- anomalías aparecidas en la relación de los efectos de di-
mente bajo tales circunstancias son inventadas y acep- fracción y polarización en la teoría corpuscular de New-
tadas las innovaciones fundamentales en las teorías ton. 21 La termodinámica, que más tarde llegó a tener la
científicas. apariencia de una superestructura de las ciencias existen-
El estado de la astronomía ptolemaica, por ejem- tes, se estableció sólo al precio de tener que rechazar la
plo, era ya un reconocido escándalo antes de que Copér- teoría calórica previamente paradigmática. 22 La mecáni-
nico propusiera un cambio básico en la teoría astronó- ca cuántica nació a partir de una gran variedad de difi-
mica; el prefacio en que Copémico describió sus razo- cultades en tomo a la radiación de los "cuerpos negros",
nes para la innovación proporciona una descripción clá- al calor específico y al efecto fotoeléctrico. 23 Esta rela-
sica del estado de crisis. 18 Las contribuciones de Galileo ción de casos podría continuar acrecentándose, pero el
al estudio del movimiento tenían su punto de partida en punto en cuestión debe estar ya claro. Nuevas teorías
surgen a partir del trabajo realizado bajo la orientación
reconocidas dificultades de la teoría medieval, y Newton
de otras antiguas, y ello sucede solamente cuando se ha
reconcilió la mecánica de Galileo con el copemicanis-
observado algo que va mal. El preludio de esas nuevas
mo .19 La nueva química de Lavoisier fue producto de
las anomalías creadas conjuntamente por la prolifera-
20 Sobre la proliferación de gases, véase Partington, A Short History
of Chemistry (2nd. ed.) (London, 1948), cap. vi; en cuanto al papel de las
Otro ejemplo, a propósito del cual puede consultarse el trabajo de J.R. Par- relaciones de peso, véase Henry Guerlac, "The origin of Lavoisier's work
tington Y D. Mckie, "Historical studies of the ph}ogiston theory", Annals of on combustion", Archives internationales d'histoire des sciences, XII
Science, II (1937), 361-404, 111(1938),1-58, 377-71, y IV (1939), 113-49, (1959), 113-35.
es la multiplicidad de "teorías del flogisto" producidas como respuestas al 21 Whittaker, Aether and Electrlcity, II, 94-109; William Whewell,
reconocimiento general de que hay siempre un aumento de peso en la com-
History ofthe Inductive Sciences (ecl. revisacla), 3 vols. (London, 1847), 11,
bustión, Y al descubrimiento experimental de muchos gases nuevos después
2 13·71 ; y Kuhn, "Function of measurement", p. 181 n.
de 1760. La misma proliferación de versiones de teorías aceptadas tuvo lu-
22 para una esttmac1on
. . , general d e los comienzos
. d e 1a termodmam1ca
. , .
gar en mecánica y electromagnetismo durante las dos décadas que precedie-
ron a la teoría de la relatividad de Einstein (E.T. Whittaker, History of the (que incluye abundante bibliografía relevante), véase mi "Energy conserva-
Theorl'!_s of Aether..and Electrlcity (2nd ed.), 2 vols. (London, 1951-53), I, tion as an example of simultaneous discovery", en Crltical Problems in the
Cap . xu Y 11, cap. u. Yo estoy de acuerdo con la difundida opinión de que History of Science, ed. Marshall Clagett (Madison, Wisc., 1959), pp. 321-56.
este tipo de libro constituye una estimación muy parcial acerca de la géne- En cuanto a los problemas especiales que presentó la conservación de la
sis de la teoría de la relatividad, pero lo cierto es también que contiene pre- energía a los teóricos del calor, véanse los artículos de Carnot allí citados
cisamente los detalles necesarios para elaborar el punto que aquí se discute. en n . 2, Y también S.P. Thompson, The Life of William Thomson, Baron
18 K elvin of Largs, 2 vols. (London, 1910), cap. vi.
T.S . Kuhn, The Copernican Revolution: Planetary Astronomy in
the Development of Western Thought (Cambridge, Mass., 1957) pp. 133-40 23 R'tc h tmeyer et . al., Modern Physics, pp. 89-94; 124-32, y 409-14;
19 P Gerald Holton, Introduction to Concepts and Theorles in Physical Science
l'l
ara G ateo, '
vease Alexandre Koyre, ' Etudes Galiléennes, 3 vols.
(Cambridge, Mass., 1953), pp. 528-45.
(París, 1939); en cuanto a Newton, véase Kuhn, op. cit. pp. 228-60 y 289-
91. 41
40
teorías es una anomalía ampliamente reconocida, y este
reconocimiento sólo puede efectuarlo un grupo que sabe
perfectamente lo que significaría que las cosas marcha-
ran bien.
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